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Otra de las características del sonido es el tipo de onda que produce, en este caso la
onda senoidal, también denominada “senoide” o “sinusoide”, se considera la más
importante de las ondas, tanto en Acústica como en Física y Matemáticas.
Físicamente este tipo de onda corresponde a oscilaciones simples; se puede apreciar,
por ejemplo: en la oscilación de un péndulo colgado de un hilo que sigue la ley
senoidal, y en la música, en el sonido del diapasón de horquilla o la acuerda de una
guitarra (pulsada suavemente) produciendo casi la misma onda. Con respecto a esto,
puede tratarse de un sonido puro, la emisión de un sonido de una sola frecuencia con
una intensidad determinada. Otra importancia que tiene este tipo de señal es, por un
lado, que al ser una onda periódica, es estable y precisa, y tiene una frecuencia
determinada, la cual se le puede asignar a la misma un tono o una nota. Por otra lado,
se considera cualquier onda periódica como la suma de ondas senoidales de distintas
frecuencias, y que éstas se encuentran a una misma distancia unas de otras; “esa
distancia entre cada sinusoide es del valor del primer elemento que compone esa
suma y al cual se denomina fundamental. Todos los elementos superiores a la
fundamental son un múltiplo entero de la misma. Cada elemento que compone esa
suma de sinusoides usualmente se denomina armónico” (musiki, 2017), esto último
planteado se refiere a los espectros armónicos. Cada uno de estos armónicos puede
tener su propia amplitud. El espectro del sonido constituye la información sobre las
frecuencias que contiene determinados sonidos con sus respectivas amplitudes.
Puede ser representado gráficamente a través de un espectrograma y se puede
especificar mediante una tabla.
Dentro del espectro del sonido existen tres tipos: los espectros armónicos
(anteriormente mencionados), inarmónicos, y los continuos. Para los espectros
inarmónicos, los sonidos son parciales, es decir, estos tipos de sonidos no son
periódicos. Muchos de estos sonidos son naturales, por ejemplo el sonido de las
campanas. Aunque se los pueda representar en un oscilograma, lógicamente “no
podrá identificarse una frecuencia ni un periodo”. En este caso también puede existir
una variación en el tiempo haciendo que, no sólo varíe la amplitud de los sonidos
parciales sino también la frecuencia. También se hallan los espectros continuos, que
son otro tipo de sonidos, denominados generalmente como ruidos. Ejemplos como el
sonido del mar, también en la pronunciación de algunas consonantes como la f, j, s, z
o simplemente al soplar. Debido a la cantidad de sonidos parciales presentes y de que
cada uno tiene una amplitud muy baja, se considera representar gráficamente a este
tipo de espectro con una curva continua, denominada densidad espectral. Existen dos
tipos de ruidos que tiene una importancia específica dentro de esta disciplina. Por un
lado, el ruido blanco que se caracteriza por tener una densidad espectral constante,
significa que “contiene parciales de todas las frecuencias con igual amplitud”. Por este
motivo, el nombre es una analogía con la luz blanca que contiene todos los colores del
espectro con la misma intensidad. Por otro lado, el ruido rosa contiene todas las
frecuencia pero más las de bajas frecuencias, y que en la luz correspondería al color
rojo. Tiene como particularidad de que en cada octava tienen la misma energía
sonora. Es una señal útil para la prueba de equipos de sonidos, ya que este tipo de
ruido, el odio lo percibe de manera natural.
Bibliografía
Miyara, F. (s.f.). Acústica y sistemas de sonido. Rosario: UNR Editora. Editorial de la Universidad
Nacional de Rosario.