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Los relatos de la Cena del Señor se encuentran en los Evangelios de Mateo 26:26-
29, Marcos 14:17-25, Lucas 22:7-22, y Juan 13:21-30. El apóstol Pablo escribió
sobre la Cena del Señor en 1 Corintios 11:23-29. Pablo incluye una declaración
que no se encuentra en los Evangelios: “De manera que cualquiera que comiere
de este pan o bebiere de esta copa del Señor indignamente, será culpado del
cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y
coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente,
sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (1 Corintios 11:27-
29). Podríamos preguntar qué significa el participar del partimiento del pan y de
la copa “de manera indigna”. Puede significar el tomar con indiferencia el
verdadero significado del pan y de la copa, olvidando el tremendo precio que
nuestro Salvador pagó por nuestra salvación. O puede significar el permitir que la
ceremonia se vuelva un ritual muerto y rutinario, o venir a la mesa con un
pecado sin confesar. Para guardar la instrucción de Pablo, cada uno debe
examinarse a sí mismo antes de comer del pan y beber de la copa.
Otra declaración que hace Pablo, y que no está incluida en los Evangelios es,
“Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga” (1 Corintios 11:26). Esto
establece un tiempo límite para la ceremonia – hasta que Él venga. De estas
breves declaraciones, aprendemos cómo utilizó Jesús dos de los elementos más
frágiles como símbolos de Su cuerpo y sangre, y los instituyó como un
monumento a Su muerte. No fue un monumento de mármol tallado o figuras de
bronce, sino de pan y jugo de uva.
Él declaró que el pan simbolizaba Su cuerpo, el cual sería partido – ningún hueso
Suyo fue quebrado, pero Su cuerpo fue tan terriblemente flagelado que apenas
era reconocible (Salmo 22:12-17; Isaías 53:4-7). El jugo de uva hablaba de Su
sangre, indicando la terrible muerte que en breve Él experimentaría. Él, el
perfecto Hijo de Dios, se convirtió en el cumplimiento de incontables profecías
del Antiguo Testamento concernientes al Redentor (Génesis 3:15; Salmo
22; Isaías 53, etc.). Cuando Él dijo: “Haced esto en memoria de Mí”, Jesús indicó
que esta era una ceremonia que debía ser practicada en el futuro. También
indicaba que la Pascua, que requería la muerte de un cordero y señalaba al
futuro la venida del Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo, se
cumplía en la Cena del Señor. El Nuevo Pacto tomó su lugar cuando Cristo, el
Cordero de Pascua, fue sacrificado (1 Corintios 5:7; Hebreos 8:8-13). Este
sistema sacrificial ya no era necesario (Hebreos 9:25-28). La Cena del Señor o
Comunión Cristiana, es un recuerdo de lo que Cristo hizo por nosotros y una
celebración de lo que recibimos como resultado de Su sacrificio.
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Introducción
En los relatos anteriores hemos considerado la venida oficial del
rey a Jerusalén, la historia de su rechazo y el anuncio de su
muerte. Sin embargo, ese no sería el fin, por eso también nos
ha hablado de su resurrección y de su regreso en gloria. Marcos
nos lleva ahora a la noche en la que Jesús celebró la última
pascua con sus discípulos. El momento se reviste de mucha
importancia, porque fue entonces cuando Jesús se despidió de
sus discípulos. Después de cenar irían al huerto de Getsemaní,
donde el Señor sería arrestado y los discípulos dispersados, así
que no volverían a verle hasta después de su resurrección.
Marcos apenas dedica espacio en su evangelio para explicar
todo lo que Jesús dijo e hizo durante esta última cena, por eso
recomendamos la lectura de los capítulos 13 al 17 del evangelio
de Juan donde encontramos abundante información
complementaria.
Por otro lado, Marcos da mucho relieve a aquella cena porque
en ella se celebraba la pascua y se comía el cordero que había
sido sacrificado unas horas antes. No debemos olvidar que
tanto la pascua como el cordero, eran símbolos que iban a
cumplirse en Cristo (1 Co 5:7).
(Lv 23:5-6) "En el mes primero, a los catorce del mes, entre
las dos tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de
este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a
Jehová; siete días comeréis panes sin levadura."
Marcos nos aclara que la noche en que Jesús cenó con sus
discípulos fue la misma en la que se sacrificaba el cordero de
la pascua, lo que nos coloca en el primer día de la fiesta. Esto
ha creado un problema a algunos, porque el evangelista Juan
dice que cuando Jesús fue crucificado posteriormente era la
"preparación de la pascua" (Jn 19:31), lo que les lleva a
pensar que la cena a la que Marcos se refiere no pudo haber
sido en el primer día de la pascua, sino antes. Seguramente,
la cuestión se aclara en gran medida si pensamos que Juan se
refiere a la pascua como a la semana entera de la fiesta, en la
que además cada día había que sacrificar diferentes corderos.
Pero, ¿por qué preguntaron esto? Tal vez porque sabían que
sus propios corazones estaban inclinados hacia el mal y por lo
tanto desconfiaban de sí mismos. Por supuesto, esta actitud
habría sido muy saludable, pero más probablemente, lo que
querían decir era algo así como, "¡Seguro que no soy yo!". Y la
razón por la que "comenzaron a entristecerse", tenía que ver
con la idea de que Jesús pudiera pensar así de ellos, por lo
que estarían esperando que él confirmara que no eran ellos.
1. "Dio gracias"
2. El antiguo pacto
Aquí está descrito el antiguo pacto que Dios hizo con Moisés y
el pueblo de Israel. No hemos de dejar de notar dos elementos
fundamentales en el establecimiento del pacto: la ley y la
sangre. Primeramente Moisés leyó al pueblo todas las palabras
de la ley de Dios, y ellos se comprometieron a cumplirlas:
"Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho". Después
se hicieron varios sacrificios, y Moisés dividió la sangre de los
animales en dos partes iguales, y roció la mitad de ella sobre
el altar, como un símbolo de Dios, y la otra mitad sobre el
pueblo, quedando así sellado el pacto: "He aquí la sangre del
pacto que Jehová ha hecho con vosotros". Sin lugar a dudas,
las palabras que Jesús pronunció en el aposento alto ("Esto es
mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada"),
tuvieron que sonar a los discípulos como un eco de estas otras
que leemos aquí.
Si analizamos este pacto antiguo, tenemos que decir que se
trataba de un pacto bilateral, en el que las dos partes (Dios y
el pueblo) tenían condiciones que cumplir. Así pues, si los
israelitas rompían su parte del pacto desobedeciendo la ley,
Dios traería sobre ellos la maldición por su desobediencia. Por
el contrario, si el pueblo obedecía, Dios cumpliría su parte del
pacto bendiciéndoles.
3. El nuevo pacto
Así que una vez que Dios mismo había desechado el antiguo
pacto, anunció uno nuevo por medio del profeta Jeremías.
(He 8:10) "...Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por
pueblo"
Preguntas
1. ¿Qué relación había entre el sacrificio del cordero pascual, y
el sacrificio de Cristo? Explique y justifique con sus propias
palabras los diferentes paralelismos.
http://www.bpnews.net/25762/estudio-doctrinal-el-significado-de-la-cena-del-seor
ESTUDIO DOCTRINAL: El
significado de la Cena del Señor
Por Daniel Cerda, posted Friday, June 01, 2007 (11 years ago)
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La Cena del Señor es un acto del que deben participar los creyentes. Al
hacerlo, primero, mostramos obediencia al mandato divino: "Tomad, comed …
haced esto ... coma así del pan, y beba de la copa" (1 Corintios 11:24–25, 28).
En segundo lugar, recordamos y anunciamos los padecimientos de Cristo: " ‘en
memoria de mí’… la muerte del Señor anunciáis" (vv. 24–26). En tercer lugar,
anunciamos la segunda venida de Cristo: "hasta que él venga" (v. 26).
Finalmente, participamos en un acto de comunión: "la comunión de la sangre
de Cristo … la comunión del cuerpo de Cristo" (10:16–17).
CUANDO PARTICIPAMOS …
PARA REFLEXIÓN
-- ¿Cuándo fue la última vez que participó usted de la Cena del Señor?
1. Introducción
2. Consideraciones bíblicas
3. El pensamiento de Alejandro Campbell
4. La Cena del Señor en la tradición Discípulos de Cristo
5. Conclusión
Definición: En las distintas denominaciones la Cena del Señor es guardada bajo distintos
nombres: Eucaristía, Cena del Señor, Santa Cena y Misa. Algunos lo toman solamente como un
símbolo, pero otros como un Sacramento más que apreciado. Hay pocas referencias a la Cena
del Señor que están en forma explícita, y es primordial recuperar su significado.
Otro término, es la palabra "Comunión". Esta palabra viene del griego "Koinonia".
La traducción habitual suele ser fraternidad, compartir, comunión y participación. "Es aquello
que dos o más tienen en común", y según el Nuevo Testamento: "La vida compartida en
Cristo".
El Nuevo Testamento nos muestra evidencias de que la Cena del Señor era el pilar de casi todo
el culto entre los primeros cristianos y era guardada como una comida íntegra
Introducción
La Cena del Señor es el evento central de la adoración comunitaria en la Iglesia Cristiana
(Discípulos de Cristo.) En este ensayo exploraré el tema de la Cena del Señor desde tres
perspectivas. Primero, presentaré algunas consideraciones bíblicas. Segundo, estudiaré
el concepto de la Cena del Señor en el pensamiento de Alejandro Campbell, uno de los
principales fundadores de nuestra denominación. Tercero, exploraré el pensamiento teológico
contemporáneo de los Discípulos de Cristo sobre el tema. En general, afirmaré que la Cena del
Señor es un memorial efectivo por medio del cual el creyente se solidariza con el Señor, con
la comunidad de fe y con toda la humanidad.
Consideraciones bíblicas
En el Nuevo Testamento encontramos cuatro vocablos relacionados al concepto de la Cena del
Señor. Estos son; a saber, amor fraternal (en griego, "agápe"), la mesa del Señor (en griego,
"trápeza kuríou"), la pascua (en griego, "páscha") y la Cena del Señor (en griego, "kuriakón
déipnon".)
El concepto "agápe" o "amor fraternal" se convirtió en un término técnico para referirse a la
fiesta de cristiana que se desarrolló basada en la costumbre de compartir una cena común
semanalmente. Poco a poco el evento de la mesa comunitaria fue adquiriendo un sentido
social. En griego, el amorfraternal implica respeto y simpatía entre personas que se consideran
iguales. De este modo, la fiesta del amor fraternal cristiano se deriva de la idea que todos somos
igualmente indignos de la misericordia de Dios. En segundo lugar, encontramos una alusión a
la "trápeza kuríou" o "mesa del Señor" en I Corintios 10:21b. Aquí encontramos que el concepto
no se refiere sólo a la comunidad de la mesa sino que, en una forma más profunda, se refiere al
compañerismo en el servicio y la adoración.
En tercer lugar, encontramos el concepto de que Cristo es nuestra "pascua" en I Corintios 5:7,
idea que se repite en I Pedro 1:19 y Juan 1:29-36. La repetición de esta idea en los escritos de
Pablo, Pedro y Juan sugiere que esta era común en los tiempos del Nuevo Testamento. Esto
indica que el concepto de la muerte de Jesús como un sacrificio por los pecados puede
remontarse al mismo Jesús puesto que las palabras "carne y sangre" son términos sacrificiales.
En este sentido, es posible que Jesús se hubiera comparado a sí mismo con el cordero pascual.
Finalmente, encontramos que la palabra "déipnon" o "cena "adquiere sentido teológico cuando
es usada en I Corintios 11.20 como "la Cena del Señor" (en griego, "kuriakón déipnon"). La
Iglesia primitiva entendía que el compartir la mesa era un mandato divino y que este era
profanado por aquellos que querían tomar su propia "cena" sin tomar en cuenta al resto de los
creyentes (I Co. 11.21.) De acuerdo al testimonio del Apóstol Pablo, la celebración fue instituida
por Jesús en "la noche que fue traicionado" (I Co. 11.23b) "después de haber cenado" (I Co.
11.25a) lo que hoy llamamos "La Última Cena".
Como hemos visto, la iglesia primitiva entendía que la Cena del Señor era un evento
comunitario, lleno de significado teológico. Por medio de la cena, los y las creyentes
testificaban su amor fraternal, su adoración comunitaria y su comunión con el Cristo
Resucitado. Además, veían el acto como una reinterpretación de las tradiciones judías a
la luz de un nuevo sacrificio: la muerte de Jesús de Nazaret en beneficio de toda la humanidad.
Conclusión
La Cena del Señor en la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) es un acto memorial por medio
del cual el creyente se reafirma en el pacto que contrajo con Dios el día de su bautismo. Este
pacto le une con Jesús, con la comunidad de fe a través del tiempo y el espacio, y con toda la
humanidad por la cual Cristo murió. En la celebración de la Cena del Señor expresamos la
plenitud de nuestra fe:
Dramatizamos el evento decisivo de nuestra fe.
Afirmamos la presencia del Señor en medio de su Iglesia.
Nos unimos como miembros de la familia de Dios alrededor de la mesa comunitaria
Tenemos un momento de comunión personal con el Señor.
Afirmamos nuestra unidad con el cuerpo de Cristo.
Proclamamos la victoria final de Jesucristo como Señor de lo creado y vencedor sobre la
muerte.
Renovamos nuestro pacto con Jesucristo (Mc. 14:24-25.)
¿Conviene permitir que participen de la Cena las personas que no son miembros de la iglesia?
Desde luego, no es correcto que participen. De haber visitas siempre o casi siempre, conviene
traer a menudo orientaciones al respecto, con mucho tacto, humildad y amor por las almas
perdidas. No obstante, si participa una persona que no pertenece a la iglesia, ni el que oficia ni
los que le ayudan cometerán pecado alguno. Con raras excepciones, las personas mundanas
que acuden a nuestros cultos entienden, aun sin que se les instruya, que no tienen derecho a
comer la Cena. Más bien, la problemática suele presentarse cuando nos visitan miembros de las
sectas cristianas. De considerarse el sectario digno de participar de la Comunión, ¿por qué
negárselo públicamente, ofendiendo sus sensibilidades y alejándole de la iglesia?
Permaneciendo, quizás llegue al entendimiento del evangelio puro, corrigiendo sus errores y
asegurando su salvación. Al participar de la Cena sin tener derecho de hacerlo, sencillamente,
añade otro error a los que ya ponen en peligro su alma.
Para que no coma la Cena algún inconverso, sectario o miembro infiel, ¿deben los que reparten
los elementos retener siempre los recipientes en sus propias manos, no permitiendo que nadie
los toque o que los congregados los pasen del uno al otro?
Este asunto es muy delicado. De proceder así, los que reparten los elementos de la Cena se
hacen jueces de las almas congregadas, asumiendo, definitivamente, un papel que no les
corresponde. "A mi juicio, esta hermana no anda en santidad. No le voy a servir la Cena.
Aquel hermano, yo lo encontré en una mentira la semana pasada. No es digno de participar y
no le voy a servir." Y, ¿conoce usted íntimamente al alma de aquel hermano? Quizás se haya
arrepentido sinceramente de su error. Quizás Dios le haya perdonado. ¿Quién es usted pare
enjuiciarle? La instrucción divina dice: "Pruébese cada uno a sí mismo" y no que ejecuten
juicios los que sirven la Cena. Reiteramos: si extiende su mano y participa cualquier persona
indigna, la culpa es suya y no del hermano que anda repartiendo la Cena. Referente a
disciplinar al miembro que anda desordenadamente, incluso, advirtiéndole el pecado de tomar
la Cena hasta no rectificar él su andar, dicha responsabilidad atañe a los administradores de la
congregación y no a los que reparten la Cena.
¿Es sabio advertirle muy a menudo a los seguidores de Cristo el peligro de comer y tomar
condenación para sí, machacando constantemente sobre el punto?
Es sabio hacerlo de vez en cuando, pues el mismo Espíritu Santo lo hizo, diciendo, en el caso de
la congregación en Corinto (1 Corintios11:29-30), "juicio come y bebe para sí", añadiendo: "Por
lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen." Sin embargo,
a nuestro parecer, hacerlo muy a menudo no conviene. ¿Por qué? Porque las fuertes
advertencias, las duras reprensiones y las amenazas de "juicio y condenación", repetidas a
menudo, crean un ambiente cargado de temor, negativismo y depresión espiritual. ¿Cómo es
posible que la Santa Cena sea una hermosa experiencia bien positiva, inspiradora, elevadora y
edificante si el adorador se ve obligado a escuchar, casi constantemente expresiones negativas y
fuertes? Desde luego, si la mayoría de la congregación está bien descarriada y rebelde, se
justifican las advertencias y amenazas frecuentes. Pero, hay cristianos que, al parecer, se
deleitan en señalar lo negativo, haciéndolo su tema predilecto. Tal extremismo es perjudicial y
contraproducente. El sabioadministrador de la mesa del Señor procura el balance en sus
comentarios y señalamientos, inclinándose más por el lado positivo que por el negativo, a
menos que las circunstancias ameriten lo contrario.
¿Es necesario orar antes de partir el pan? Sí, hacemos bien al seguir el ejemplo de Cristo. Y,
¿antes de tomar la copa? Pues, desde luego. ¿No lo hizo Cristo?
a. ¿Es aceptable pronunciar una sola oración por los dos elementos, dando gracias por el pan y
la copa mediante una sola oración? Ya que Cristo no lo hizo, ¿con qué razón o lógica lo
haríamos nosotros? ¿Acaso para acelerar la celebración de nuestra fiesta espiritual que es la
Cena del Señor? Ciertamente, tal es la impresión que se transmite. "Basta con una sola oración
por los dos elementos. No hace falta ninguna redundancia. ¡Mal pensado! ¡Mal hecho! Cada
elemento de la Cena es muy especial, con un significado muy particular. Cada uno merece que
le demos la importancia que le corresponde. Lo logramos, en parte, bendiciendo el pan y
bendiciendo, por separado, la copa (1 Corintios 10:16).
b. ¿Es aceptable orar por el pan, luego, enseguida, orar por la copa antes de repartir el pan,
para entonces repartir ambos elementos a la vez? Ya que Cristo no lo hizo así, ¿con qué razón o
lógica hacerlo nosotros? Más bíblico es seguir el ejemplo del Señor. ¿Pecamos de no hacerlo,
introduciendo cambios insignificantes que no alteren el significado de la Cena? Quizás no, pero
¿por qué arriesgarlo? ¡Tan fácil es seguir el ejemplo de Cristo! A propósito, los "cambios
insignificantes" suelen encerrar factores significantes que, sí, afectan la calidad y la
aceptabilidad de nuestro culto a Dios.
c. ¿Es aceptable que una hermana ore por el pan o la copa? Desde luego que no. Al orar ella en
voz alta frente a la congregación, estaría ejerciendodominio sobre los varones presentes.
d. ¿Quiénes cualifican para dirigir las oraciones por el pan y la copa? Sólo los varones fieles y
santos.
e. En las oraciones por el pan y la copa, ¿qué se enfatiza? Todo lo concerniente al sacrificio del
Señor y al significado de la Cena, ¡pero no todo en una sola oración demasiado larga!
f. ¿Es preciso excluir ciertos temas de las oraciones por el pan y la copa? Lógicamente, estas
oraciones se limitan al acto de la Cena. Aprovechar la ocasión para orar por los enfermos, la
obra evangelística, algún problema que aqueja a la iglesia, etcétera, no conviene; no es
apropiado. Tampoco es el momento indicado para enseñar, corregir y redargüir a la
congregación mediante extensas plegarias.
Autor:
Jorge Alberto Vilches Sanchez
https://comuniondegracia.org/el-triple-significado-de-la-cena-del-senor/
https://estudiarlabiblia.blogspot.com/2011/04/111-la-cena-del-senor.html
INTRODUCCIÓN.
La Cena del Señor no es solamente una ceremonia simbólica. En ella se da un encuentro con Jesús,
bajo las condiciones en que ese encuentro es posible desde su ascensión hasta su segunda venida,
es decir, por su Santo Espíritu.
Esa comunión es una necesidad permanente de la vida cristiana. Es la razón de por qué el
bautismo, ceremonia del nuevo nacimiento, se celebra una sola vez, mientras la Santa Cena,
ceremonia de la santificación, se celebra según el ejemplo de los primeros cristianos (Hch. 2:42),
con frecuencia.
"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue
entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo
que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas
las veces que la bebiereis, en memoria de mí."
"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue
entregado, tomó pan."
2. Celebración.
1. ¿Qué sucedió antes de la celebración? Juan 13:1 – 5. "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo
Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había
puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el
Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se
levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un
lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba
ceñido."
Nota: Algunas iglesias celebran el lavamiento de pies mutuo entre los participantes, demostrando
humildad al igual que Jesús lo hizo antes de la cena de Pascua.
2. ¿Qué orden da Jesús acerca del lavamiento de pies? Juan 13:14, 15.
"Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los
pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis."
"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad,
comed; esto es mi cuerpo."
Nota: El pan, tal cual se hizo en ese momento, y simbolizando el quebrantamiento del cuerpo de
Jesús al ser crucificado, debe ser partido. No se cumple así en algunas celebraciones donde se
reparten obleas que no spon partidas.
"Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto
es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados."
Nota: El vino que estaba usándose en el momento de la cena del Señor, era sin fermentar. En los
siguientes textos veremos por qué.
"Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado,
así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel."
"No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos,
pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra
pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de
verdad."
"Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba
nuevo con vosotros en el reino de mi Padre."
Nota: Jesús comentó que beberá en su regreso "vino nuevo", forma que se utilizaba para hablar
del mosto, o vino sin fermentar.
3. Significado Espiritual.
"Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte
conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le
dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios
estáis, aunque no todos."
Nota: Pedro, al igual que el resto de discípulos, habían sido bautizados por Juan el Bautista. En
cualquier caso, el lavamiento de pies es un recordativo del bautismo, una puesta a cero de
nuestros pecados, pequeños nuevos comienzos y una renovación del pacto bautismal con Dios.
1 Corintios 11:25.
"Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto
en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí."
Nota: Recordar el pacto hecho con Dios, implica aceptar, o recordar que se aceptó, el sacrificio
sustitutivo de Jesús por cada uno de nosotros.
1 Corintios 11:26.
"Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor
anunciáis hasta que él venga."
Mateo 26:28.
"Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados."
5. ¿Cómo nos coloca la Santa Cena en comunión con Cristo? 1 Corintios 10:16.
"La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que
partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?"
Nota: Participando de los emblemas, renovamos los votos bautismales y, por lo tanto, nuestra
comunión con el Salvador.
6. ¿Cómo constituye la Santa Cena un vínculo de amor fraternal entre los creyentes?
1 Corintios 10:17
"Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de
aquel mismo pan."
Nota: El rito del lavamiento de pies mutuo, demuestra que nadie es más importante que otro, y el
hecho de participar del mismo pan partido, demuestra también la igualdad ante la comunión con
un mismo Señor y Salvador.
7. ¿A qué glorioso día son transportados nuestros pensamientos cuando celebramos la Santa
Cena?
1 Corintios 11:26.
"Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor
anunciáis hasta que él venga."
Nota: La Santa Cena, Cena del Señor o Comunión, no sólo rememora el sacrificion de Cristo en la
cruz, también nos recuerda la promesa del regreso de Jesús, en la que volveremos a participar con
Él de esta cena.
9. ¿Qué otra cena se anticipa? Apocalipsis 19:9. "Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los
que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de
Dios."
Nota: Por eso puede también llamarse “Eucaristía”, es decir, “acción de gracias” a Dios por
salvarnos y hacernos partícipes de aquella gran cena que aún está por venir.
10. ¿Con qué disposiciones espirituales debemos acercarnos a la Cena del Señor?
1 Corintios 11:27 – 29.
"De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente,
será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma
así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo
del Señor, juicio come y bebe para sí."
Nota: Muchos no quieren participar por esta advertencia. Lo que realmente resalta este texto, es
la importancia y seriedad de entender el significado del rito y los símbolos. Cualquiera que
realmente haya comprendido la importancia de la ceremonia y el significado de la misma y sus
símbolos, es bienvenido a participar.