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LAS PROBLEMATICAS Y EL LIMBO EN EL QUE ESTAN SOMETIDOS LOS INDIGENAS

Desde la época de la colonización, los pueblos indígenas situados en el territorio colombiano, han
sido violentados, abusados y discriminados por sus creencias, su idiosincrasia, su religión y todo el
conjunto de costumbres que los identifican como patrimonio inmaterial de la humanidad; han sido
pisoteados por unos cuantos que creen tener el poder de arrebatar tierras, familias y vidas.
La condena más vil a la que se han enfrentado es al destierro de su tierra natal, viéndose obligados a
trasladarse hacia zonas más pobres, con menos recursos, más vulnerables, a las montañas más
áridas o al fondo de los desiertos y en adición a todo esto, el estado no ha tenido ni la delicadeza y
mucho menos “los pantalones” para reconocerlos y defenderlos.

[1] Partiendo de que la población indígena Colombiana no representa ni el 2% del total nacional; son
tan despreciados que aun así no se tiene un dato exacto de cuantos pueblos diferentes son, ya sea
por ser una población culturalmente diversificada y relativamente dispersa en diferentes ámbitos
geográficos, ya sea por descuido y desinterés del estado por el hecho de ser minorías. Esta variedad
de etnias, ya existía desde el momento de la conquista española, y los cientos de años de contacto e
imposición de hábitos y comportamientos que las han modificado, pero no borrado. Cada grupo es,
en la actualidad, un grupo, con relaciones profundas, a menudo conflictivas con la sociedad nacional
o con los libres o blancos como ellos llaman a los que no son de su raza pura.

[2] Si comparamos nuestro país con algunos de América latina, encontramos que mientras en países
como Ecuador y Bolivia los pueblos indígenas son predominantes y son quienes ejercen el poder, en
Colombia son despreciados y no valorados, por el contrario, el mismo estado permite la usurpación y
el destierro de sus posiciones que por herencia ancestral les pertenecen.
Se han visto enfrentados a temas como el conflicto armado, los DDHH, proyectos de infraestructura o
zonas de grandes reservas ecológicas, pero para darle un poco más de explicación a esto, partamos
de que desde hace más de dos siglos, los pueblos indígenas ubicados en el territorio colombiano,
han venido enfrentándose a diversas presiones sociales tanto nacionales como internacionales
enfocadas al lucro sobre riquezas que prevalecen en territorios indígenas tales son los casos de
aprovechamientos de sus recursos del subsuelo como la minería, hidrocarburos, recursos forestales,
establecimientos de empresas industriales, sin el previo consentimiento ante las decisiones de los
pueblos de esta manera restringirles sus derechos.
Según la rama jurídica se implementó leyes que asignaban nuevas tierras y millones de hectáreas
para territorios indígenas, específicamente en la región amazónica, siendo más específicos, según
datos consultados se crearon 158 unidades territoriales sobre un área de 12 millones y medio de
hectáreas, para 128 mil personas. Pese a la magnitud de los terrenos reconocidos como reservas
indígenas, casi su totalidad se encuentran fuera del ámbito agrícola necesario para la subsistencia de
los grupos étnicos, ya que provienen jurídicamente del régimen de terrenos baldíos a cargo de la
Nación. ¿Entonces realmente son de propiedad indígena o se creó simplemente esta ley para
solucionar y deshacerse de estas personas de la manera más rápida?

Debido a la ley mencionada, se le agregaron más problemas a estas etnias; problemas como
alimentación, ya que los indígenas están teniendo más dificultades para acceder a una buena
alimentación que la población en general, también el acceso a la vivienda, ya que la población
nacional con problemas para obtener estos espacios es poco mayor al 10%. En tanto, la proporción
de la población indígena que enfrenta estas dificultades es cercana al 40%.

Continuando con la resolución de la pregunta formulada, partamos del punto que en el territorio
colombiano, habitan entre 450 a 500 mil indígenas, los cuales son pertenecientes a cerca de 81
etnias diferentes, con 64 distintas lenguas habladas, pertenecientes a 14 familias lingüísticas.
El grupo más numeroso son los Paeces, cerca de cien mil, que habitan en el suroccidente del país,
en los dos flancos de la cordillera Central, en el departamento del Cauca, donde la mayoría de la
población cultiva en las tierras reconocidas legalmente como resguardos indígenas. Siguen en
número los Wayú, los cuales son una sociedad de pastores trashumantes con alrededor de 73 mil
individuos que ocupan, cada vez con menor movilidad, las tierras semidesérticas de la península de
la Guajira debido a la escasez de agua potable y recursos alimenticios. Otros grupos
demográficamente importantes son los Emberaes, habitantes de las selvas húmedas del occidente
del país y de algunas áreas aledañas de las cordilleras; con importantes asentamientos en Antioquia,
especialmente en el Urabá y en el suroeste lejano, los cuales cultivan cerca de los ríos. Los Paeces,
los Wayú, los emberaes y los indígenas nariñenses representan el 56% de la población indígena
colombiana, mientras el resto se divide en 77 grupos distintos. Con menor número de habitantes pero
con gran variedad de grupos étnicos, se encuentran los pobladores de la Amazonía, que si bien
comparten entre sí numerosos aspectos culturales, se diferencian en la lengua y por su relación con
la sociedad nacional. Otros grupos menos densos en población, pero igualmente complejos en cuanto
a formas culturales y adaptación ambiental, habitan rincones diversos del territorio colombiano, desde
la Sierra Nevada de Santa Marta, con los Kogui, los Arhuacos y los Arsarios, hasta los Cunas, en la
frontera con Panamá, o los baríes en la de Venezuela.

Dejando esto claro podemos decir que algo más del 50% de la población indígena habita en la región
andina, la costa Caribe y los valles interandinos, y un 25% reside en zonas selváticas, por lo tanto,
aunque la mayoría está en zonas donde se puede encontrar comida, debemos saber que estas etnias
no tienen acceso al completo territorio, antes por el contrario el asignado por el estado o por
obligatoriedad al verse desplazados por los grupos al margen de la ley existentes antes del proceso
de paz, sin mencionar que se les están violando una cantidad de derechos fundamentales, los cuales
tiene que proveer el estado, así que con todo lo mencionado pudimos evidenciar que no hay territorio
que pertenezca a un pueblo indígena, antes por el contrario el estado les propicio un pedazo de tierra
en donde no fueran un “problema” para sociedad, pero sobre todo para el gobierno mismo.

Para concluir de manera puntual este documento, existen un sin número de experiencias que han
vivido cada uno de los grupos étnicos desde las épocas pre coloniales, entre las cuales se destacan
la carencia de un régimen territorial que garantice a estos pueblos discriminados, el acceso, el control
de los espacios, los recursos necesarios para la supervivencia y la reproducción material y cultural.
La marginación de las comunidades étnicas e identidades culturales de las decisiones para su total
desarrollo. La exclusión en general de estos grupos culturales de los mecanismos democráticos de
acceso al poder, entre muchos más, demostrando una vez más que Colombia es un país donde no
importa la cultura y los orígenes, siempre queriendo mostrar una imagen positiva y del avance día
tras día de la sociedad, olvidando el punto más fundamental, el cual es que un país se hace en
sociedad conjunta donde si unos avanzan, todos avanzamos.

BIBLIOGRAFIA

[1] GALEANO, Eduardo. Las venas abiertas de América latina. Barcelona: Siglo veintiuno editores,
1971. P. 73

[2] NIÑO CUBILLOS, Javier Ignacio. Los derechos humanos de las etnias indígenas en Colombia.
Revista derechos y valores, 2005. P. 137.

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