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AMOR

l amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas
según las diferentes ideologías y puntos de vista

se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y


productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el
amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano.
También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o
bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.1

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con
frecuencia a ser irresistibles. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador
de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los
temas más frecuentes en las artes creativas (cine, literatura, música).

Desde un punto de vista de la terapia cognitivo-conductual, el amor es un estado


mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese
sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La
retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona
amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama
(deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social,
aspiración constante de completitud, etc.).

Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan las investigaciones


efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg, quien propuso la existencia de 3
componentes en su teoría triangular del amor:

1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que


promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión
de deseos y necesidades.
3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso
por mantener ese amor.

Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de


amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.

Dentro de la psicología social, algunos autores proponen una serie de arquetipos


amatorios, como por ejemplo John Lee: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma.

Carl Rogers, también considerada por Abraham Maslow: «amor significa ser
plenamente comprendido y profundamente aceptado por alguien». Según Maslow, «el
amor implica una sana y afectuosa relación entre dos personas». Partiendo de estas dos
definiciones, la necesidad de amor se basa en algo que incita a las personas a ser
aceptadas y adheridas a una relación. Dice Maslow: «La necesidad de amor implica
darlo y recibirlo […], por tanto, debemos comprenderlo; ser capaces de crearlo,
detectarlo, difundirlo; de otro modo, el mundo quedará encadenado a la hostilidad y a
las sombras». Para Maslow, así como para muchos teóricos de la psicología, las
necesidades o pulsiones-deseo descritas por el psicoanálisis nunca llegan a una
satisfacción completa o son acompañadas por el surgimiento de una nueva necesidad,
por lo cual siempre permanecerá en la persona un estado de requerimiento.88

Cuando en las relaciones sentimentales existe cierto grado de egoísmo, se producen


situaciones en las que uno de los amantes, por miedo al fracaso, por la inseguridad
emocional que le produce su falta de autoestima, polariza su egoísmo en una muestra
extrema y desesperada de altruismo, que a modo de ultimátum se manifiesta por un
amor desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a
poner en peligro su propia existencia o la de la otra persona por estar experimentando
un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la
felicidad del ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas, pero, en última
instancia, esperando obtener algo a cambio.

El amor es un sentimiento de afecto universal que se tiene hacia una persona, animal o cosa.
tAMBIÉN ES un sentimiento de atracción emocional y sexual que se tiene hacia una persona.
es expresado a través de mensajes, declaraciones y poemas. También significa el esmero y
agrado con el que se realiza una cosa. La palabra también se usa como adjetivo para decir
que una persona es encontadora. Es la fuerza que nos impulsa a hacer las cosas bien, es un
sentimiento moral que nos induce a actuar bien en nuestra vida y con las personas que
amamos. Nos lleva a una vida plena de paz, tranquilidad, alegría y bienestar. Distinos
estudios científicos han hallado vínculos entre la cantidad de hormonas (dopamina,
serotonina, etc,) presentes en el organismo y los estdos que se califican como amororsos
(pasión, deseo carnal...) Robert J. Sterberg ha señalado tres componentes del amor: la
intimidad (aquellos sentimientos que promueven el acercamiento), la pasión (un fuerte
deseo de unión) y el compromiso (para conservar y reproducir el amor)

SERENIDAD

Este término (sereno), por su parte, puede emplearse como adjetivo para calificar a quien se
encuentra tranquilo, relajado o reposado. suele asociarse a la capacidad de una persona para
actuar de manera racional y templada en todo momento. El sujeto que es sereno, de este
modo, no se deja llevar por los impulsos ni por las emociones. hay ciertas pautas y acciones
que se pueden desarrollar en pro de lograr dicha serenidad.

-Lo primero será intentar descubrir qué es lo que está provocando que se haya perdido
la serenidad y que se tengan sentimientos de ansiedad, frustración o tristeza.
-De la misma manera, es fundamental comenzar a relativizar las cosas y a darle
importancia únicamente a lo que la tiene, no crisparse por cualquier nimiedad.
-Es aconsejable proceder a realizar actividades que no sólo “despejen” y sirvan para
alejarse de la rutina diaria sino también para encontrar esa relajación y la paz interior
necesaria. En concreto, entre las más oportunas están el yoga o el pilates, por ejemplo.
-En muchas ocasiones, las personas que se ven aquejadas por una total y absoluta falta
de serenidad es porque son muy exigentes, tanto con los demás como consigo mismas.
De ahí que sea imprescindible que pongan remedio en ese sentido, ya que un nivel
demasiado excesivo en este aspecto traerá consigo tristeza, frustración, rabia, sensación
de fracaso… Disfrutar de los pequeños placeres de la vida es otra medida realmente
importante al respecto.
La idea de serenidad también puede aplicarse a la naturaleza. En este caso, se vincula a
la ausencia de condiciones meteorológicas que agiten o alteren el ambiente.

ALEGRÍA (básica)

a alegría (del latín alicer o alecris) es un sentimiento grato y vivo que suele
manifestarse con signos exteriores, palabras, gestos o actos con que se expresa el júbilo.
La alegría es una de las emociones que experimenta el ser humano en la vida.

Es un estado interior, fresco y luminoso, generador de bienestar general, altos niveles de


energía, y una poderosa disposición. La alegría es un sentimiento o valor, la acción
constructiva, que puede ser percibida en toda persona, siendo así que quien la
experimenta, la revela en su apariencia, lenguaje, decisiones y actos.

También se puede definir como el estado de ánimo más confortable por el cual se puede
pasar. La tristeza juega aquí un rol, ya que sin ella no se podría sentir alegría, y según estudios
médicos, la alegría ayuda al mejoramiento de la salud.

Al igual se siente "alegría" cuando estas en una relación sentimental o en un grupo social ya
que al ser "aceptado" sientes una reacción placentera la cual conocida como la alegría.

La alegría es una de las emociones básicas “placenteras”. Cuando sentimos alegría, nos
sentimos llenos, felices.

Es un hecho probado por la medicina psicosomática y por nuestra experiencia directa que
descansa primordial mente en la satisfacción afectiva- y hace que funcionen mejor los órganos
de nuestro cuerpo (hígado, estómago, corazón, pulmones) y también que nuestra mente gane
en claridad y eficiencia.

Los estados mentales positivos inducen al cerebro a liberar una hormona llamada endorfina
(endo: «interno»; morfina: «anestésico», analgésico). La endorfina producida por el cerebro,
alivia o elimina el dolor, tanto físico como emocional, y aumenta la resistencia de la mente y
del cuerpo.

Sentimiento de placer producido normalmente por un suceso favorable que suele


manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o la sonrisa.

La alegría es una emoción que nos indica que algo nos gusta. Nos indica que nos
sentimos seguros y que nuestras necesidades básicas están satisfechas de algún
modo. La alegría es una señal de que vamos por el buen camino. Nos indica que
queremos más de “eso” que nos la produce.

Cuando sentimos alegría notamos apertura en el cuerpo, sensación de plenitud,


sonreímos y tenemos los músculos relajados.

Como habrás notado, no he utilizado la palabra “buena” o “mala” para describir las
emociones anteriores.
He utilizado, a propósito, las palabras “placentera” y “desagradable”. Esto es porque, a
pesar de lo que podamos pensar, no hay emociones ni buenas ni malas.

Hay algunas que nos hacen sentir mejor (placenteras) que otras (desagradables), pero
todas son igual de importantes. Todas ellas tienen algo importante que decirnos.
Por ello, es fundamental aprender a escucharlas. Debemos dejar de evitarlas y darnos la
oportunidad de sentirlas, en la medida de lo posible.

l sentimiento que se experimenta cuando algo provoca felicidad o júbilo. Lo habitual es que la
alegría se exteriorice mediante gestos, acciones o palabras. Puede considerarse la alegría como
un estado anímico. Cuando una persona tiene alegría, se siente plena ya que vive un momento
agradable o placentero. Por eso puede decirse que los seres humanos desarrollan una
tendencia a realizar aquello que, de una forma u otra, les provoca alegría. Dicha acción genera
bienestar por sí sola. Trabajar ocho horas por día, en cambio, puede resultar tedioso o
agobiante, aunque si dicho trabajo brinda la posibilidad de gozar de una buena posición
económica, contar con el empleo en cuestión también supondrá una alegría. e ha demostrado
que la alegría tiene efectos positivos para la salud. Cuando un individuo se siente feliz, el
cerebro libera endorfina, una hormona que incrementa la fortaleza del organismo y minimiza
los dolores. El estrés también es una de las condiciones que se oponen a la alegría y que, por lo
tanto, nos vuelve más débiles e intensifica los dolores. la alegría nos vuelve más productivos,
ya que nos pone en un estado en el cual la vida parece tener más sentido, de manera que
nuestros objetivos son más prometedores.

ÉXTASIS

estado de bienestar y placer que alcanza una persona a partir de ciertas emociones o
estímulos. El éxtasis se asocia a la plenitud

Éxtasis (del griego έκ-στασις ek-stasis), en general, es un estado de plenitud máxima,


usualmente asociado a una lucidez intensa que dura unos momentos. Tras su fin, la vuelta a la
cotidianidad puede verse incluso transformada por el evento previo, pudiéndose sentir aún
algún grado constante de satisfacción. Es entonces una experiencia de unidad de los sentidos,
en la que pensar, sentir, entender e incluso hacer están armónicamente integrados.

El estado de éxtasis implica una desconexión con la realidad objetiva para conectarse con una
realidad puramente mental dirigida hacia sí mismo. La persona que experimenta el éxtasis a
menudo desconecta sus sentidos hacia el exterior y los enfoca hacia el interior. En este
sentido, éxtasis es sinónimo de mística.

Estado de la persona que siente un placer, una admiración o una alegría tan intensos que no
puede pensar ni sentir nada más.

El término éxtasis proviene del griego έκ-στασις (ek-stasis) y se refiere al estado del
alma de una persona caracterizado por un intenso sentimiento de alegría, placer,
admiración, etc. hacia algo o alguien. La persona no consigue apartar su atención de
ello.
El éxtasis es un estado de plenitud máxima que implica una desconexión con la
realidad que se ve para enfocarse en el interior.

OPTIMISMO

El optimismo, al igual que la esperanza, es la doctrina y la disposición de espíritu que aguarda


lo mejor y lo más positivo de todo en psicología, ética y filosofía. Se considera en estos ámbitos
como corriente opuesta al pesimismo.

n forma moderada, la medicina ha demostrado que es buena para preservar la salud física y
psicológica y la vida del individuo.

La expectativa psicológica formula que los asuntos humanos irán bien a pesar de los
contratiempos y de las frustraciones, que suelen ser salvadas por procedimientos como
el humor y la resiliencia. Como valor ético, es la idea que tiene el ser humano de
siempre alcanzar lo mejor y conseguirlo de igual manera, a pesar de la dificultad que
para ello presentan algunas situaciones o encontrar el lado bueno y lograr los mejores
resultados. Asimismo, es bastante difícil obtener una definición universal de la idea de
bien, concepto por lo general asociado a la felicidad o a la satisfacción de todas las
necesidades materiales y espirituales, que el epicureísmo identifica con el placer físico e
intelectual.

Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que


impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. La
noción de optimismo se opone al concepto filosófico de pesimismo. Por lo general, lo
corriente es que las personas no se decanten única y exclusivamente por optimismo o
pesimismo, sino que ambas pueden encontrarse alternativamente en un único individuo
o aplicadas a distintos ámbitos, ya que la identificación con una u otra de ellas de forma
excluyente raya en la patología o la enfermedad psiquiátrica. Igualmente si se pasa de
un optimismo exagerado (hipertimia y euforia) a un pesimismo asimismo extremo
(hipomanía, tristeza) sin pasar por un largo estado intermedio, esto indica trastorno
bipolar o algún tipo de ciclotimia.

Por un lado, lo presenta como la predisposición a entender y a analizar la realidad


desde su aspecto más positivo. Por el otro, hace hincapié en la doctrina de carácter
filosófico que le otorga al universo el mayor grado de perfección posible. este vocablo
halla su origen en el latín optimum (“lo mejor”). puede definirse como un rasgo
disposicional de la personalidad que oscila entre los acontecimientos externos y la
interpretación personal de los mismos. Así, el optimismo se caracteriza por una
tendencia a confiar en que el futuro sea favorable, por lo que contribuye a afrontar las
dificultades con buen ánimo y perseverancia. Una persona optimista logra identificar y
valorar lo positivo de cada circunstancia e individuo. ante cualquier situación la persona
optimista intenta encontrar soluciones, posibilidades o ventajas, los optimistas tienen
mejor humor, son más perseverantes y gozan de un mejor estado de salud que aquellos
que son pesimistas. Por eso, los optimistas tienden a salir fortalecidos de las
situaciones traumáticas y estresantes. el optimismo ayuda a alcanzar el éxito, ya que
supone una actitud permanente de volver a comenzar ante las dificultades y de analizar
las situaciones para comprender mejor su naturaleza y tomar de ellas lo positivo.
¿Ser optimista se puede llegar a aprender? Los expertos en psicología que abordan este
tema exponen que para empezar a tener dicha actitud hay que seguir una serie de pautas
a la hora de abordar cualquier situación. Entre las mismas se encontraría el analizar la
misma desde sus puntos más positivos, el apostar por hacer soluciones en vez de
críticas, el no tomar decisiones a la ligera o el de pedir ayuda si se necesita.

INTERÉS

hace referencia a la afinidad o tendencia de una persona hacia otro sujeto, cosa o situación.
su acepción es peyorativa, si nombra a la actitud de una persona que busca aprovecharse de
otra

Actitud de la persona que siente deseo de dirigir su atención hacia algo o alguien que la atrae o
le inspira curiosidad.

Provecho o bien buscado.

Por otro lado, como interés podemos referirnos a la inclinación que alguien muestra hacia
algún asunto o cuestión

Del mismo modo, como interés se denomina la dedicación, motivación o empeño que
alguien pone en una tarea, actividad o asunto: “Su madre siempre insistía en que hiciera
las cosas con interés”.

Asimismo, el interés puede ser también la curiosidad o atracción que determinado


asunto o cuestión genera en una persona: “Escuchaba las historias de su abuela con vivo
interés”.

Por otra parte, la palabra interés también puede tener un sentido despectivo para designar
aquello que se hace únicamente con la intención o la finalidad de percibir un beneficio, y no
por mera buena voluntad.

ANTICIPACIÓN

Rapidez de reflejos que permite a una persona llegar a un lugar o actuar antes de lo previsto o
antes que otra persona, previendo de antemano su reacción o respuesta. Cosa que ocurre con
anterioridad a lo que se expresa y es una muestra de cómo será. Acción de anticipar en el
tiempo la ejecución de una cosa o anticiparse una cosa.

VIGILANCIA

la vigilancia es el cuidado y la supervisión de las cosas que están a cargo de uno. La persona
que debe encargarse de la vigilancia de algo o de alguien tiene responsabilidad sobre el sujeto
o la cosa en cuestión.

AGRESIVIDAD

La agresividad es una tendencia a actuar o a responder de forma violenta. El término


se encuentra relacionado con el concepto de acometividad, que es la propensión a
acometer, atacar y embestir. También se utiliza la palabra para referirse al brío, la
pujanza y la decisión para emprender algo y enfrentarse sus dificultades. la agresividad
es un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad
variable, desde las expresiones verbales y gestuales hasta la agresión física. El lenguaje
cotidiano asocia la agresividad con la falta de respeto, la ofensa o la provocación.

En concreto a nivel general podemos establecer que existen cuatro tipos claramente
delimitados de agresividad. La primera de ellas es la llamada verbal que es la que tiene
como principal seña de identidad el hecho de que se basa en que un individuo en
cuestión realiza insultos a otra persona.

En segundo lugar nos encontramos con la facial que es la que manifiesta a través de
gestos que se realiza con la cara. La tercera es la agresividad física que se traduce en lo
que son patadas, arañazos y todo tipo de golpes tanto a personas como a elementos que
se encuentre en su alrededor.

Y finalmente está la cuarta, la llamada agresividad indirecta que es la que se produce


sobre objetos de la persona que se encuentra afectada. Existen dos tipos de agresividad:
la activa y la pasiva. La agresividad activa se ejecuta a través de una conducta violenta
y directa; la agresividad pasiva, en cambio, se ejercita mediante una forma de sabotaje.

Los especialistas también hablan de la agresividad secuencial, que aparece cuando una
persona primero se comporta en forma tranquila y parece renunciar a sus derechos,
pero después muestra un comportamiento agresivo cuando advierte que no consigue
resultados.

Es importante destacar que la agresividad puede originarse por factores internos o


externos a la persona. Por ejemplo, la adicción a las drogas es una causa de
agresividad. Los cambios emocionales (incluyendo la neurosis y la depresión) también
aparecen como generadores de comportamientos agresivos.

ENFADO (básica)

El enfado es una emoción que también podríamos clasificar como “desagradable” ya


que cuando estamos enfados no nos sentimos bien.

El enfado tiene una misión fundamental y tiene que ver con los límites. Cuando nos
sentimos limitados de alguna manera y percibimos un obstáculo que nos está
bloqueando, nos enfadamos (a veces frustramos).

Esto nos indica que tenemos que “autosuperarnos“. Por otro lado, si sentimos que
alguien esta traspasando nuestros límites sin tenernos en cuenta también nos enfadamos.
Esto indica que debemos establecer límites a la otra persona. El enfado nos impulsa
a actuar.

Cuando estamos enfadados, se nos suelen tensar los músculos de la mandíbula,


sentimos taquicardia, calor, etc.

El enfado es una alteración del ánimo que provoca indignación, furia y/o anhelo de venganza
o revancha. El concepto se emplea como sinónimo de enojo.
El enfado se puede expresar de distintas formas: con gritos, insultos o incluso
agresiones físicas. De todos modos, hay quienes intentan no exteriorizar el enfado,
guardando sus emociones. Dada la multiplicidad de razones que pueden generar un
enfado, también existe un sinfín de maneras de revertirlo. Cuando alguien comete algún
tipo de falta y hace enfadar a otro sujeto, es habitual que le pida perdón para subsanar el
error. Por lo general, las disculpas alcanzan para que el enfado se desvanezca poco a
poco.

De todos modos, a veces no es suficiente con las disculpas para calmar el enfado ajeno,
y esto no se debe ni a la gravedad de la falta ni al modo en el que se expresen las
disculpas, sino a algún trastorno de quien las recibe. Estamos acostumbrados a vivir
ignorando los problemas de salud que no hemos padecido ni han padecido nuestros
seres queridos, tanto los físicos como los mentales, especialmente estos últimos. Por
esta razón, cuando nos enfrentamos a ellos no solemos estar preparados ni mental ni
emocionalmente.

la percepción natural varía en gran parte de acuerdo con cuestiones meramente


culturales. En otras palabras, una misma reacción puede ser interpretada de varias
formas diferentes, según el origen del observador.

Esto se puede comprobar fácilmente si comparamos el enfado de un individuo italiano


con el de uno japonés,

IRA

Se trata de una conjunción de sentimientos negativos que genera enojo e indignación. La


psicología recomienda exteriorizar la ira de alguna manera, para evitar que ésta devenga en
enfermedad. Es importante señalar que existen diversas formas no violentas de canalizar un
sentimiento negativo; actividades tan sanas como la práctica de algún deporte o tan
enriquecedoras como el estudio de música y la ejecución de un instrumento representan
algunas de las decisiones más adecuadas para convertir al ira en algo positivo.

Dado que se trata de una cuestión interna, la visión que cada persona tiene de la ira es
potencialmente diferente, independientemente de la definición oficial que le haya dado la
psicología. Del mismo modo, los disparadores de esta sensación y las formas en la que
reaccionan ante su aparición varían de individuo en individuo. En general, la ira se encuentra
íntimamente ligada a la frustración, dado que surge como una combustión ante la
imposibilidad de resolver algo.

Podemos distinguir, a grandes rasgos, entre un tipo de ira que persiste a lo largo del
tiempo, que aparece como respuesta a un suceso negativo del pasado que aún no haya
sido resuelto, y otro pasajero, puntual, provocado por un conflicto bien definido y que
tenga lugar en el presente. En el primer caso, se conoce que quienes han sufrido abusos,
ya sea sexuales o psicológicos, durante la infancia y no hayan tenido la oportunidad de
enfrentar a sus agresores suelen presentar brotes de ira a lo largo de toda su vida.

Aquí entra de nuevo la frustración, dado que la víctima siente una gran angustia ante
la injusticia que vivió y el hecho de no poder cambiar su pasado, y esto se convierte en
un cúmulo de violencia que jamás logrará desatar contra la o las personas responsables
de su dolor, por lo cual la explosión tendrá lugar de forma casi cíclica año tras año. Esto
no significa que esta ira acumulada no pueda encausarse y canalizarse de una forma no
dañina para el sujeto.

Algunos especialistas aseguran que la ira puede surgir por una predisposición de tipo
genética o biológica. Se sabe que la fatiga, los cambios hormonales, los problemas
sexuales, la depresión o el hambre inciden en las reacciones que manifiestan ira.

FURIA

Se llama furia a un enojo de gran magnitud. La persona furiosa tiene ira y se siente indignada.
La furia, de este modo, se asocia a una emoción que se expresa mediante la irritabilidad y la
violencia. Al sujeto con furia le sube la presión arterial y se le acelera el ritmo cardíaco.
Además de las consecuencias físicas, la furia también altera el estado de conciencia del
individuo, que puede actuar de manera irracional movilizado por la emoción en cuestión.
También se vincula a la vehemencia con que se realiza una acción: “El defensor rechazó con
furia el balón”

DESPRECIO

Falta de aprecio. ntensa sensación de falta de respeto o reconocimiento y aversión. El


desprecio supone la negación y humillación del otro de quien se pone en duda su
capacidad e integridad moral.

Es similar al odio, pero implica un sentimiento de superioridad. Una persona que tiene
desprecio por otra mira a esta con condescendencia. La persona despreciada es
considerada indigna. El desprecio puede estar relacionado con sentimientos de
indignación y amargura.

ABURRIMIENTO

El aburrimiento es un estado reactivo de la emoción que interpreta la condición de su


ambiente como bastante aburrido debido a los estímulos repetitivos, inexistentes o tediosos.1
El aburrimiento se deriva de la falta de cosas interesantes para ver, escuchar o hacer (física o
intelectualmente) cuando se está en el estado de ánimo de "hacer nada".
Aburrimiento (latín: ab- prefijo «sin», horrere «horror»)2 es la existencia desprovista de
sentido, cuando ya no queda nada por perder, nada a que temer. El aburrimiento también
puede llevar a acciones impulsivas o excesivas sin sentido, o incluso que perjudiquen los
propios intereses. Por ejemplo, hay estudios sobre el comportamiento financiero que
muestran que los accionistas pueden comprar o vender sin una razón objetiva simplemente
porque se aburren y no tienen nada mejor que hacer. La respuesta del ser humano más
aceptada y extendida al aburrimiento es realizar tareas que no requieran apenas esfuerzo (ni
físico ni psíquico) y que le mantengan concentrado y absorto (y por tanto evadir el
aburrimiento). También es descrito como falta de motivación, rutina agobiante, agobio o
cansancio de la vida, despropósito, desilusión. En muchos casos la creatividad está colapsada y
en ocasiones si es crónico o prolongado en los años, hay falta de energía.3
Se llama aburrimiento al hastío, el desaliento o la desazón que experimenta una
persona a partir de una determinada molestia o cuando no encuentra algo que le
proporcione entretenimiento. Se suele asociar el aburrimiento a perder el tiempo.
Cuando un individuo está aburrido, no le encuentra sentido a aquello que está viviendo.
En ese momento el sujeto no realiza ninguna acción o bien parece actuar en forma
automática. En ciertos casos, el aburrimiento sí promueve algún tipo de acción, aunque
ésta carezca de lógica o de coherencia.

Supongamos que un hombre siente aburrimiento en su casa. No tiene ninguna tarea


obligatoria que realizar, pero a la vez no puede pensar en algo que tenga ganas de hacer
por placer o para divertirse. El aburrimiento lo puede llevar a quedarse sentado o
acostado sin hacer nada, mientras el tiempo pasa irremediablemente. O, tal vez, lo lleve
a comer aunque no tenga hambre, simplemente para hacer “algo”. Es habitual que el
aburrimiento surja cuando una persona está realizando una actividad rutinaria por
obligación.

lo normal es que no nos preocupemos por mejorar y aprender nuevas técnicas para que
nuestro rendimiento aumente, al menos no de forma espontánea. Esta falta de
movimiento deriva en que la actividad se lleve a cabo de manera casi involuntaria, lo
cual aumenta la sensación de estancamiento y, en consecuencia, genera aburrimiento.

Por otro lado, el aburrimiento también puede aparecer en medio de una actividad
placentera, quizás como resultado de la ansiedad o del cansancio. Dado que no siempre
entendemos nuestras sensaciones con claridad, a veces confundimos la falta de energía
con el aburrimiento o con la tristeza, por ejemplo.

Es importante mencionar que muchos psicólogos sostienen que el aburrimiento, en


ciertos momentos, es positivo debido a que promueve la creatividad: la persona
aburrida debe pensar qué hacer con su tiempo libre para entretenerse. Esto también
puede ocurrir en medio de una temporada de poca autoestima, de estrés o de problemas
de relación, entre otros casos.

Si bien el aburrimiento es una sensación normal y no es signo de un trastorno, sí puede


aparecer como uno de los síntomas de ciertas enfermedades asociadas a la falta de
voluntad, como es la abulia adolescente. En estos casos, el estado se extiende en el
tiempo y parece no tener solución, por lo cual no es común que el paciente lo canalice a
través de la creatividad.

ASCO

Asco es la denominación de la emoción de fuerte desagrado y disgusto hacia sustancias


y objetos. el asco se expresa mediante violentas reacciones corporales como náuseas,
vómitos, sudores, descenso de la presión sanguínea e incluso el desmayo.

El asco desempeña un papel en algunas fobias, pero la característica esencial de una


fobia es el miedo, no el asco.

Se puede considerar que hay tres entidades que son determinantes para definir qué cosas se
consideran repugnantes para una persona sobre todo en la época de infancia , la primera es la
familia, la segunda la sociedad y en tercer lugar están los institutos de educación.
La repugnancia representa un rechazo a la contaminación que producen los objetos que
evidencian nuestro propio animal y mortal y, por lo tanto, nuestra importancia ante los
asuntos clave de la vida".3 en efecto dichos especialistas coinciden en que, al
distanciarnos de esos productos, en realidad estamos tramitando la angustia que nos
genera tener o ser productos de desecho, es decir animales y mortales. Gracias a la
sociedad adulta que rodea a los niños, el narcisismo comienza a crecer en los niños
cuando el mal olor, la suciedad y viscosidad se relacionan con un grupo de personas o
sobre un grupo social específico dándoles un rango de inferioridad como se ha
evidenciado a lo largo de la historia en grupos como los judíos, afroamericanos,
mujeres, homosexuales, pobres, entre otros y la primera reacción de los niños frente a
estos comportamientos narcisistas que tiene la sociedad es evitar el contacto con
cualquiera de estos grupos o con las cosas que toquen puesto que el concepto que han
desarrollado en sus mentes es que estas cosas o personas están contaminadas.4

En todo el mundo se da una misma manifestación del asco: la nariz se arruga y los
labios superiores se elevan, mientras que las comisuras descienden. Cuando el asco es
muy fuerte, la lengua sale de la boca ligeramente.1 Desde el punto de vista fisiológico se
produce un reflejo facial, salivación, náusea y en casos extremos caída de la presión
sanguínea y desmayos. La sensación de asco es distinta para cada individuo. Es posible
reprimir o superar el asco

ODIO

El odio es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o


repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o
destruir a su objetivo.

El odio se puede basar en el miedo a su objetivo, ya sea justificado o no, o más allá de
las consecuencias negativas de relacionarse con él. El odio se describe con frecuencia
como lo contrario del amor o el afecto. El odio puede generar aversión, sentimientos de
destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción,
aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no
necesariamente experimentar estos efectos.

El odio no es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la


posibilidad de diálogo y construcción común. Es posible que las personas sientan cierta
aversión sobre personas u organizaciones, incluso ciertas tendencias ideológicas.

El odio es una intensa sensación de desagrado. Se puede presentar en una amplia


variedad de contextos, desde el odio de los objetos inanimados o animales, al odio de
uno mismo u otras personas, grupos enteros de personas, la gente en general, la
existencia, la sociedad, o todo. Aunque no siempre, el odio a menudo se asocia con
sentimientos de enojo.

En el psicoanálisis, Sigmund Freud define el odio como un estado del yo que desea
destruir la fuente de su infelicidad.2 La psicología define el odio como un sentimiento
"profundo y duradero, intensa expresión de animosidad, ira y hostilidad hacia una
persona, grupo u objeto".3 Debido a que el odio se cree que es de larga duración,
muchos psicólogos consideran que es más una actitud o disposición que un estado
emocional temporal.
Los investigadores concluyeron que existe un patrón claro de actividad cerebral que
ocurre cuando las personas están experimentando el odio.4

El odio está vinculado a la enemistad y la repulsión. Las personas tratan de evitar o


destruir aquello que odian. En el caso del odio hacia otro ser humano, el sentimiento
puede reflejarse a través de insultos o agresiones físicas.

Por lo general, se considera que el odio es lo opuesto al amor. Hay quienes creen, sin
embargo, que del odio al amor hay un paso (y viceversa), ya que el odio siempre está
dirigido hacia alguien que se considera importante y que moviliza al individuo. En este
sentido, lo contrario al amor sería la indiferencia y no el odio.

El odio no siempre es irracional. Es normal odiar a quien hace sufrir o amenaza la


existencia. La violencia suele ser una consecuencia del odio

REMORDIMIENTO

Sentimiento de culpabilidad que tiene una persona por algo que ha hecho y que la
intranquiliza.

es el pesar que una persona siente por algo que ha hecho, dicho o dejado de hacer.
Quien se arrepiente cambia de opinión o deja de ser consecuente con un determinado
compromiso.

El uso de ésta palabra suele referirse a la contrición y consiliencia en la conciencia de


una persona al enmendarse respecto de sus pensamientos previos (pasando de una
ideología errónea, a una nueva mentalidad acertada y renovada), o respecto a sus
acciones u obras previas (pasando de la inmoralidad a la moralidad).

"cambio de mente" e implica un cambio de perspectiva respecto al pasado, y una evaluación


general de muchas cosas hechas previamente,1 lo que conlleva a la comprensión de la culpa
personal y el reconocimiento de haber hecho algo mal. En el mismo sentido, se suelen
considerar la necesidad de un cambio de conducta, de actitud, de orientación y de dirección
como indicios de un arrepentimiento verdadero

MELANCOLÍA

Estado anímico permanente, vago y sosegado, de tristeza y desinterés, que surge por causas
físicas o morales, por lo general de leve importancia. Se trata de la tristeza vaga, permanente
y profunda, que puede haber nacido por causa física o moral y que hace que el sujeto que la
padece no se encuentre a gusto ni disfrute de la vida. el incesante lamento ante un hecho
irreparable es el potencial comienzo de una depresión.

La melancolía es un sentimiento caracterizado por un estado de profunda tristeza,


que se manifiesta en los individuos como desánimo, abatimiento y apatía ante las cosas
y ante la vida.
La melancolía, en este sentido, supone una tendencia hacia los pensamientos tristes y
pesimistas, una permanente sensación de minusvalía y una fijación constante en las
carencias propias, así como la pérdida del interés por los asuntos afectivos.

La melancolía nace por diversos motivos: porque no estamos contentos con nosotros
mismos, porque nos sentimos insatisfechos en la vida, porque creemos que necesitamos
cosas que no podremos obtener. De allí que la melancolía tenga implícita una no
aceptación de nuestro presente y una propensión a restarle valor a nuestros logros.

TRISTEZA (básica)

La tristeza es una emoción básica “desagradable”. Nos llega cuando hemos perdido
algo que nos importa o a alguien que valoramos y queremos. Puede ser algo como la
rotura de un jarrón de gran valor sentimental, un trabajo, la ruptura de una relación o la
pérdida de un ser querido.

Cuando sentimos tristeza, quiere decir que esa persona o ese algo era muy importante
para nosotros. Por lo tanto debemos honrarlo como tal.

Podemos reconocerla porque tendremos ganas de llorar. Sentiremos un vacío en el


corazón. Tendremos pocas ganas de hacer cosas, etc.

La tristeza, sociológicamente, invita a ser arropados por los demás. A que nos cuiden y
que, en grupo, podamos salir de la tristeza más fácilmente.

Es una clase de dolor emocional o estado afectivo provocado por un decaimiento espiritual y
expresado a menudo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, la lasitud etc. A
menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las
circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres.

La tendencia alternativa entre las emociones de alegría y de tristeza es la labilidad


emocional.

Los síntomas más evidentes de la tristeza en el ser humano son el llanto, el nerviosismo
y el decaimiento moral.

Con respecto a los niños, si se elimina la tristeza la gente puede volverse superficial y
maníaca.6 El pediatra T. Berry Brazelton sugiere que reconocer la tristeza puede hacer más fácil
que las familias aborden problemas emocionales más serios.7

La pena y la desolación que se asocian a la tristeza son provocadas sobre todo por
factores únicos o concurrentes como estos:

 Sentirse falto de amor, amistad o aprecio.


 La muerte o desaparición de un ser querido (duelo).
 El fracaso, la frustración.
 La injusticia.
 La soledad, la incomunicación, la falta de integración.
 La partida, separación o divorcio de una persona estimada.
 El padecimiento y dolor por una enfermedad incurable.

Goleman sugiere dos alternativas positivas que recomiendan las terapias cognitivo-
conductuales: "Una de ellas, aprender a controlar las emociones negativas para convertirlas en
pensamientos positivos. La otra consiste en ocupar la mente con actividades placenteras"

Es importante transmitir a una persona que su tristeza es "aceptada" más fácilmente cuando
se le ofrece un "apoyo emocional" para ayudar a superar esta tristeza"

lgunos de los mecanismos de adaptación incluyen buscar el apoyo de otros, pasar tiempo con
una mascota o participar en cualquier actividad que le ayude a expresar ese sentimiento. Otras
personas pueden ser temporalmente excluidas del entorno social siempre y cuando esto
ayude a recuperarse de su decaimiento

PENA

Sentimiento de tristeza y ternura producido por el padecimiento de alguien.

me da pena ver a esos niños tan pobres y desnutridos

Sentimiento de tristeza provocado por una situación adversa.

DECEPCIÓN

Decepción es el pesar causado por un engaño;1 un sentimiento de insatisfacción que


surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona. Se forma en
unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena. La decepción, si perdura, es un
desencadenante para la frustración y más adelante, la depresión.2 Es una fuente de estrés
psicológico.

Similar al arrepentimiento, se diferencia en que el sentimiento de arrepentimiento se


enfoca básicamente en fallas en elecciones personales mientras que el de decepción se
enfoca más en la insatisfacción proveniente del aspecto externo.

La decepción surge de unir la sorpresa con una sensación interna de impotencia. La


forma por tanto de huir de la decepción es averiguar de modo paciente un modo de
actuar o una estrategia distinta de realizar algo. Para ello, en ocasiones no es suficiente
imitar o copiar cómo lo hacen otros, sino modelar de otros aquello que nos acerca al
resultado o deseo y eliminar lo que por otro lado nos separa de él.[cita requerida]

cada persona puede sentir decepción por diferentes motivos, ante diferentes estímulos; sin
embargo, esta pena que nos invade cuando los demás no están a la altura de nuestras
expectativas puede hacerles mucho daño en algunos casos. Mucahs veces las personas que
queremos se marchan, porque nuestro nivel de exigencias erea muy alto o abusrdos, y
nuestras decepciones, por tanto, infundadas

DISTRACCIÓN
Distracción es un término usado para describir una desviación de la atención por parte
de un sujeto cuando éste debe atender a algo específico.1 La distracción puede ser un
fenómeno absolutamente mecánico, y puede ser causado por una inhabilidad de prestar
atención, una falta de interés en el objeto de la atención, un mayor interés o atracción
hacia algo diferente al objeto de la atención o bien por trastornos de la atención.2 De
hecho, los índices más sensibles al deterioro de la función ejecutiva son el índice de la
capacidad de distracción y el índice de proceso que identifican la memoria de trabajo y
la velocidad de trabajo en tareas sencillas.3Las distracciones provienen de fuentes
externas, como los reconocidos por los estímulos y sentidos físicos, o por fuentes
internas, como el pensamiento, emoción, fantasías o urgencias físicas.4

Esta palabra fue usada para describir un nuevo apego separado del compromiso
principal.

Los pequeños y recurrentes lapsus de atención aumentan el riesgo de que nuestros


pensamientos se vean atrapados por componentes ambientales no deseables. Aparecen
de forma habitual en sujetos sanos, pero aumenta en diversas patologías, y en especial
en los pacientes que padecen un síndrome frontal o una demencia.1 Las distracciones
pueden causar recuerdos débiles y mal codificados causando una falla de la memoria.5

Una forma de hallar la distracción que nos produce una acción frente a otra es
asignando un valor entre 1 y 100 a cada acción de forma que entre las dos acciones
sumen 100 (acción 1 + acción 2= 100) el valor con mayor valor absoluto es el que más
nos interesa

Actividad o afición que hace pasar el tiempo de manera agradable y sirve de pasatiempo.

Cosa que atrae la atención de una persona y aparta su atención de lo que estaba haciendo o
tenía que hacer.

SORPRESA

Sorpresa es estudiada en la psicología como una de las siete micro expresiones universales
que tienen los humanos. Entre ellos están el asco, la rabia, el miedo, la tristeza, la alegría, la
sorpresa y el desprecio.

Sorpresa es una emoción que se produce cuando se descubre algo inesperado o se pilla
desprevenido.

Sorpresa es un estado de alteración emocional, resultado de un evento inesperado o


imprevisto. Es una de las seis emociones básicas

Puede tener cualquier valencia, es decir, puede ser neutral, agradable o desagradable.

Puede decirse que una sorpresa es una emoción repentina

ASOMBRO

Impresión en el ánimo que alguien o algo causa a una persona, especialmente por alguna
cualidad extraordinaria o por ser inesperado.
Se conoce como asombro a la sorpresa, la estupefacción, el pasmo o la consternación que se
produce por algo inesperado o impensado. El asombro puede provocarse por un
acontecimiento positivo (agradable), pero también por un hecho negativo (dañino o doloroso).

Diversas situaciones que modifican lo cotidiano también están en condiciones de causar


asombro. El asombro no implica una reacción positiva o negativa: se asocia a la
sorpresa que provoca aquello que no estaba en las previsiones.

Se denomina capacidad de asombro a la facultad de las personas para sorprenderse


ante lo nuevo y aprender de ello. Esta capacidad se vincula también a la adaptación de
los individuos ante un entorno cambiante, ya que el asombro deriva de un cambio de las
expectativas.

Después de todo, el asombro es el primer paso hacia la reflexión y la contemplación,


dos puntos fundamentales de la filosofía. Para elevarnos es necesario en primer lugar
reconocernos en una posición de inferioridad con respecto al conocimiento; esto no
quiere decir que debamos despreciarnos sino, en todo caso, valorarnos de forma justa y
precisa. Nadie puede poseer el saber absoluto, y por eso surge el asombro ante lo
desconocido; un vez en este punto, tenemos dos opciones: ignorarlo o intentar
entenderlo. la adultez nos permite ir en busca de nuevos horizontes, más allá de nuestro
círculo de seguridad. Hacer caso a la curiosidad es una práctica sana; aplacarla es
peligroso. es necesaria la humildad antes mencionada, que da lugar al asombro ante
todo aquello que se encuentra por encima de sus posibilidades y los incentiva a derribar
sus muros.

En la infancia, por lo tanto, el asombro es inevitable, ya que es uno de los recursos


fundamentales con los que contamos para crecer y desarrollarnos. En la adultez, por
otro lado, es opcional, aunque sus beneficios son incalculables para llegar a los niveles
más altos de autoconocimiento y autosuperación.

PAVOR

El pavor es la sensación que sufre una persona cuando está aterrorizada. El término se emplea
como sinónimo de miedo o temor, por lo general si el individuo en cuestión está espantado o
alterado con una situación.

A partir del pavor, la persona sufre un cambio en su estado anímico. Dicha alteración se
produce por la percepción de un potencial peligro o daño, que puede ser real o estar en la
imaginación del sujeto. Lo que hace el pavor es situar a la persona en un estado de alerta, que
puede servir como mecanismo de defensa.

La elección del término pavor, temor, miedo, terror u otro semejante suele depender del
contexto. La denominación más común para el estado de angustia de esta clase es miedo. El
terror suele ser un miedo exacerbado, a diferencia del temor que es un miedo poco intenso. El
pavor, en cambio, por lo general se asocia a algo repentino, que se experimenta de golpe y
con gran intensidad.

APRENSIÓN
Escrúpulo, recelo o temor que se siente contra alguien o algo por miedo a que sea perjudicial o
peligroso, en especial para la salud, o por tener un aspecto sucio o repugnante. Opinión,
figuración o temor infundado o formado antes de la experiencia.

MIEDO (básica)

El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable
provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.

Desde el punto de vista psicológico, es un estado afectivo, emocional, necesario para la


correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia y ansiedad en la persona,
ya que la persona puede sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro.

El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular,


aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la
coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no
esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores,
en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar
hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes
modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las
pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran
horizontalmente.

Como el sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante, los lóbulos frontales
(encargados de cambiar la atención consciente de una cosa a otra) se desactivan
parcialmente. Durante un ataque de pánico3 la atención consciente queda fijada en el
peligro, y si los síntomas fisiológicos como el ritmo cardíaco o la presión sanguínea son
interpretados por el sujeto como una confirmación de la realidad de la amenaza se
produce una retroalimentación del miedo, que impide una ponderación del auténtico
riesgo. Esto sucede, especialmente, en el caso de las fobias: la atención del fóbico es
incapaz de prestar atención a otra cosa y magnifica el peligro ante la incomprensión de
los presentes.

La consolidación en la memoria de un episodio de miedo intenso (o de un trauma) no es


inmediata.

Este estudio arrojó que la dopamina, una sustancia neurotransmisora, estimula o frena la
actividad de las células nerviosas en el cerebro. En este estudio se encontró que poca
dopamina en algunas áreas del cerebro provoca la interrupción o trasformación de la
comunicación entre las células nerviosas. Las personas con una elevada concentración
de dopamina en la amígdala cerebral (Corpus amygdaloideum), área en el cerebro que
participa en el procesamiento emocional, reaccionaron con más miedo y estrés que
aquellas personas con una menor concentración de dicha sustancia.

Además se concluyó que hay otro factor que influye en las sensaciones de miedo; este
es la comunicación existente entre la amígdala cerebral y el cíngulo anterior, otra región
cerebral. Ambas están interconectadas a través de fibras nerviosas. Estas regiones se
comunican cuando la persona percibe algo negativo. Cuanta más comunicación hay
entre ambas regiones, menos miedo sentían las personas afectadas; en cambio personas
con poca o pobre comunicación sienten más miedo.

Se ha demostrado que a través de la psicoterapia se puede promover la comunicación de


la amígdala cerebral y el cíngulo anterior, por lo que las personas afectada podrían
aprender a actuar con menos miedo y a tener una mayor seguridad en sí mismas.

El miedo es una emoción que podemos clasificar como “desagradable”. Es una emoción
que nos previene de posibles peligros. Además, activa nuestro cuerpo para huir,
quedarnos quietos o atacar según la circunstancia.

La función de esta emoción es mantenernos a salvo y lo ha hecho muy bien durante


miles de años.

El problema es que nuestro cerebro no distingue entre peligros de vida o muerte o


peligros que no lo son. Simplemente, si se siente amenazado, activa nuestra respuesta de
huida-ataque. Sentimos cosas como calor en el cuerpo, ganas de correr, temblores,
sudores, rubor, taquicardia, etc. Las personas con miedo escénico, por ejemplo, sufren
una hiperactivación del sistema nervioso.

Aquí debemos valorar si estamos realmente en peligro o es una percepción de


nuestro cerebro. Debemos recordar que nuestro cerebro está programado para buscar
amenazas y protegernos de ellas.

Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.

TERROR

Terror (del latín terrōr, genitivo terrōris) es el sentimiento de miedo o fobia en su


escala máxima. Si el miedo se define como esquema de supervivencia, se puede asumir
que el terror sobreviene cuando el miedo ha superado los controles del cerebro y ya no
puede pensarse racionalmente1.

Es decir para que se efectúe el terror debe de haber un trauma de por medio.

En casos graves puede llegar a inducir una parálisis completa del cuerpo, sudoración
fría o regresión a pensamientos de la infancia, y en casos mucho peores, producirse
incluso la muerte por paro cardíaco. El autocontrol sobre los pensamientos, miedos y
remordimientos es esencial para no sentir terror, que puede desembocar en pánico. La
solución más eficaz es respirar lenta y paulatinamente, dejar la mente en blanco y no
dejarse llevar por las emociones.

El terror es una sensación de miedo muy intensa. El miedo se define como una
perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario; cuando éste supera
los controles cerebrales y el sujeto no puede pensar de forma racional, aparece el terror.

El terror puede generar sudoración fría, la parálisis del cuerpo y, en los casos más
extremos, el fallecimiento por paro cardíaco. La clave para dominar el miedo y el
terror es el autocontrol. Los psicólogos recomiendan tratar de respirar de forma lenta e
intentar poner la mente en blanco.
SUMISIÓN

Acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad o la voluntad de otra persona o a lo que


las circunstancias imponen.

El concepto hace referencia a la reducción, capitulación o sometimiento de una


persona respecto a otra.

Es posible asociar la sumisión a la subordinación, la obediencia o el acatamiento.

Las personas sumisas toman una postura de subordinación y acatan todas las órdenes
que les dan sin hacer reproches o quejas, aun cuando están en desacuerdo con lo que
deben hacer, esto puede porque se sienten amenazados o inferiores a los demás.

La sumisión se puede evidenciar en diferentes contextos de la sociedad y, por lo


general, no es bien visto ya que se entiende que una persona sumisa es aquella que suele
ser humillada o esclavizada por otra.

Entre los contextos en los que se puede dar la sumisión están las relaciones familiares
entre padres e hijos, en relaciones de pareja o en relaciones laborales entre jefe y
empleado. En estos casos las personas sumisas se someten a las órdenes del otro, se
sienten inferiores e intimidados, por ello, no omiten opinión ni los contradicen.

Se pueden mencionar muchos otros ejemplos de sumisión en los que se pueden apreciar
cómo una de las partes debe someterse a las órdenes de la otra y cumplirlas.

ACEPTACIÓN

Consideración generalizada de que algo es bueno o válido. está relacionado con aprobar, dar
por bueno o recibir algo de forma voluntaria y sin oposición.

Pese a todas estas definiciones, la idea de aceptación aparece muy vinculada a la


psicología y la autoayuda. En este sentido, el concepto refiere a que una persona
aprenda a vivir con sus errores; es decir, que acepte su pasado. De esta manera, podrá
encarar el futuro con una nueva perspectiva y aprovechar las oportunidades que brinda
la vida.

Es en torno a esta idea de aceptación del pasado que gira gran parte de la problemática
del ser humano, dado que de forma consciente o inconsciente, suele quedar atrapado en
sus traumas infantiles, lo cual entorpece su desarrollo.

La aceptación también puede estar dirigida hacia otras personas, con un sentido similar:
aceptar sus errores y sus equivocaciones, privilegiando lo bueno por sobre aquellas
cuestiones que generan dolor. Se suele distinguir entre aceptar las ideas de otro y
compartirlas: en el primer caso, no es necesario estar de acuerdo, aunque existe un
límite marcado por la decencia y la moral; por otro lado, compartir indica claramente
que se piensa del mismo modo.

Con respecto a esta última acepción, el término tolerancia suele tener un uso similar, y
existe en torno a estos una fina capa muy negativa que normalmente se ignora. Sobre
todo en temas relacionados con la sexualidad y la religión, la aceptación parece ser
sinónimo de reprimir la agresión que provocan las diferencias para alcanzar una
convivencia pacífica, opuesto a un verdadero entendimiento de la riqueza que representa
la diversidad.

CONFIANZA

En sociología y psicología social, la confianza es la creencia en que una persona o grupo será
capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. La
confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones y de valores.

La confianza es la seguridad hacia una persona firme que alguien tiene hacia otra persona o
cosa. Para la psicología social y la sociología, la confianza es un hipótesis que se realiza sobre la
conducta futura del prójimo. Se trata de una creencia que estima que una persona será capaz
de actuar de una cierta manera frente a una determina situación:

En este sentido, la confianza puede reforzarse o debilitarse de acuerdo a las acciones de la otra
persona. La confianza supone una suspensión, al menos temporal, de la incertidumbre
respecto a las acciones de los demás. Cuando alguien confía en el otro, cree que puede
predecir sus acciones y comportamientos. La confianza, por lo tanto, simplifica las relaciones
sociales.

Esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma
determinada, o en que otra persona actúe como ella desea.

Seguridad, especialmente al emprender una acción difícil o comprometida.

La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o de algo.
También se trata de la presunción de uno mismo y del ánimo o vigor para obrar

La confianza nos ayuda a seguir adelante con nuestros propósitos pese a los reveses, el
desánimo o las dificultades. En este sentido, implica la convicción de que, valiéndonos
de nuestras fortalezas y virtudes, seremos capaces de lograr lo que nos propongamos.

Este tipo de confianza se fundamenta en las experiencias acumuladas por cada


persona durante la vida, y se desarrolla y cultiva con el tiempo. Por esta razón, la
confianza varía de individuo a individuo.

Asimismo, confianza también se llama la esperanza o fe de que algo suceda conforme


imaginamos, o que alguien se comporte o actúe de acuerdo con lo que esperamos.
La confianza, pues, vendría a ser la hipótesis que nos formulamos sobre la conducta
futura de algo que no depende de nosotros. En este sentido, la confianza borra la
incertidumbre. Y dependiendo del grado de correspondencia de lo que acontece con lo
que esperábamos, nuestra confianza se fortalecerá o debilitará.

La confianza es fundamental a nivel social. Por eso, la confianza que podamos


desarrollar hacia otras personas (el profesor, el compañero de clases, nuestros padres,
etc.) o hacia otras cosas (el Estado, la policía, el sistema de salud, etc.) son esenciales en
la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno y el grado de bienestar que esta
relación nos proporciona.
La confianza es básica a la hora de relacionarnos con la familia, la pareja, un socio, un
cliente, un proveedor, etc. Las relaciones basadas en la confianza mutua son más
sólidas, prósperas y duraderas que las que no lo están.

ADMIRACIÓN

Valoración muy positiva de una persona o una cosa por sus extraordinarias cualidades.

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