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Diferenciación entre motivación y deseo.

Se manifiesta preocupación en la práctica docente sobre la escasa motivación y deseo


de aprender en los alumnos, es por esto que intentaremos a través de este trabajo
analizar los conceptos, para encontrar las diferencias y los puntos de unión que nos
llevarán a comprender un poco mejor los procesos mentales y emocionales que son
la base del aprendizaje.

El deseo desde el psicoanálisis, no debe entenderse desde el sentido común como


¨querer algo¨ ya que querer algo está del lado de la necesidad biológica, en el registro
de la conciencia. El sujeto si tiene hambre busca alimento, si tiene sed busca bebida,
es decir, va en busca de un objeto que colma la necesidad. Transcurrido un tiempo el
circuito de la necesidad se pone nuevamente en marcha.
En cambio, el deseo no responde a ningún ciclo biológico, se caracteriza por la falta,
es decir, por la ausencia de algún objeto que los satisfaga. Todos hemos deseado algo
con intensidad y al conseguirlo aparece cierta insatisfacción y nuestro deseo se
desplaza a otra meta u otro objeto. Una característica fundamental del deseo es que
pertenece al registro de lo inconsciente, el sujeto puede desconocerlo
(conscientemente) lo cual no significa que no ejerza influencia sobre su existencia. Es
una fuerza inextinguible que nos mueve a buscar algo, ese ¨algo¨ que nos falta. Sólo se
puede desear lo que no tenemos. Se puede decir que éste es el motor de nuestra
existencia. La motivación se puede entrenar con diferentes técnicas, no así el deseo,
que solo con la búsqueda cada sujeto podrá encontrar aquello que desea. Incluso se
podría decir que al deseo, o la pasión no hay que empujarlo ya que éste es innato.
Cuando lo que falla es el deseo, hay que buscar más allá, haciendo surgir la verdad de
cada uno en cuanto a aquello que nos sucede, ya que la respuesta está en uno mismo.

Consideraciones sobre el deseo en la obra de Freud


Indestructibilidad de los deseos inconcientes: “Estos deseos siempre alertas, por así
decir inmortales, de nuestro inconciente, que recuerdan a los titanes de la saga
sepultados desde los tiempos primordiales bajo las pesadas masas rocosas que una
vez les arrojaron los dioses triunfantes, y que todavía ahora, de tiempo en tiempo, son
sacudidas por las convulsiones de sus miembros; estos deseos que se encuentran en
estado de represión, son ellos mismos de procedencia infantil… ¨

“El pensamiento diurno, que en sí no era un deseo, sino al contrario una


preocupación… tuvo que procurarse por algún camino el anudamiento con un deseo
infantil sofocado y ahora inconciente, que le permitió después, aunque
convenientemente modificado, “nacer” para la conciencia.”

El deseo según Lacan.


Para Lacan somos ¨sujetos del deseo¨ Lacan lee la obra de Freud, llegando a la
preposición de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Lo que quiere
decir esto es que el inconsciente no deja de manifestarse a través del habla, actos y
gestos, así como de participar en la lógica de nuestras aversiones y atracciones. El
deseo no es un objeto del pensamiento ni una cosa que se pueda conocer, sino que es
una expresión del ser mismo. El hecho de ser quienes somos ya nos hace ser
deseantes.
¿Es posible conocer nuestros deseos? Para Lacan no hay forma de no vivir sujetos a
los movimientos de nuestro deseo. Nuestras palabras, los actos fallidos, el creer oir
una cosa cuando nos dicen otra, todos los gestos comunicativos son interpretables en
cuanto al deseo.

podría decirse que el deseo es la causa y la solución de todos nuestros problemas:


cuando deseamos algo --una persona, un trabajo, etc.--, estamos "extrayendo" un
elemento particular del mundo y prestándole mayor atención. El desear supone una
falta, la cual el elemento (objeto del deseo), o su posesión, habrían de llenar. El
problema es que apenas tenemos aquello que deseamos, no lo deseamos más o
deseamos algo que nunca se nos hubiera ocurrido desear. Para Lacan, el problema es
que la gente no sabe desear, sino que aprende a desear aquello que cree que los otros
desean. Queremos ser deseables para el otro: queremos ser deseados y deseadas,
pero en nuestras interacciones sociales es muy posible que estemos siguiendo el
guión que la moral y el supuesto "sentido común" nos da sobre el deseo.
Interpretamos papeles en una obra donde nadie sabe quién es el autor ni en qué
consiste el argumento, pero todos actuamos en alguna medida. El asunto complicado
es saber distinguir entre el deseo y la fantasía: tal vez nos criaron para ser padres
ejemplares o amas de casa perfectas, pero nosotros no deseamos eso: se trata
del deseo del otro . Nuestro deseo vive en un clóset, y sólo conocemos la libertad
cuando le permitimos salir y tomar la forma que le es más adecuada.

La motivación
La motivación, del latín motivus (relativo al movimiento), es aquello que mueve o tiene
eficacia o virtud para mover; en este sentido, al igual que el deseo, actúa como un
motor de la conducta humana. El interés por una actividad es despertado por una
necesidad, la misma que es un mecanismo que incita a la persona a la acción, y que
puede ser de orígen fisiológico o psicológico. Cada vez que aparece una necesidad,
ésta rompe el estado de equilibrio del organismo y produce un estado de tensión,
insatisfacción e inconformismo que lleva al individuo a desarrollar un comportamiento
o acción capaz de descargar la tensión. Una vez satisfecha la necesidad, el organismo
retorna a su estado de equiibrio anterior.

Si enfocamos la motivación como un proceso para satisfacer necesidades, surge lo


que se denomina el ciclo motivacional, cuyas etapas son las siguientes:

1.Homeostasis: en cierto momento el organismo humano permanece en estado de


equilibrio.
2.Estímulo: aparece un estímulo y genera una necesidad.
3.Necesidad: esta necesidad, insatisfecha aún, provoca un estado de tensión.
4.Estado de tensión: la tensión produce un impulso que da lugar a un comportamiento
o acción.
5.Comportamiento: al activarse, se dirige a satisfacer dicha necesidad. Alcanza el
objetivo satisfactoriamente.
6.Satisfacción: si se satisface la necesidad, el organismo retorna a su estado de
equilibrio, hasta que otro estimulo se presente. Toda satisfacción es básicamente una
liberación de tensión que permite el retorno al equilibrio homeostático anterior.

Sin embargo, cabe señalar que cuando una necesidad no es satisfecha dentro de un
tiempo razonable puede llevar a ciertas reacciones como las siguientes:
•Desorganización del comportamiento (conducta ilógica y sin explicación aparente).

•Agresividad (física, verbal, etc.)

•Reacciones emocionales (ansiedad, aflicción, nerviosismo y otras manifestaciones


como insomnio, problemas circulatorios y digestivos etc.)

•Alineación, apatía y desinterés.

Una de las teorías más conocidas sobre la motivación es la que se grafica en al


jerarquía de Necesidades Humanas de Maslow. Ésta coloca a las necesidades básicas
o simples en la base de la pirámide y las relevantes o fundamentales en la cima. Los
cuatro primeros niveles son considerados como necesidades de superviviencia, al
nivel superior lo denominó ¨motivación de crecimiento¨ o ¨ necesidad de ser¨. A
medida que la persona logra controlar sus necesidades de jerarquía inferior aparecen
gradualemente necesidades de orden superior. Igualmente este orden puede variar
dependiendo de las personas y sus circunstancias, ya que hay casos en que las
necesidades fisiológicas se anteponen a las necesidades de autorrealización.
Por otro lado, Herzberg, a través de sus encuestas en el ámbito laboral, observó que
cuando las personas interrogadas se sentían bien en su trabajo, tendían a atribuir esta
situación a ellos mismos, mencionando características o factores intrínsecos como la
responsabilidad, el esfuerzo, etc...En cambio, cuanso se encontraban insatisfechos
tendían a citar factores externos como las condiciones de trabajo, la política de la
organización, las relaciones personales, etc. De este modo, comprobó qu elos factores
que motivan al estar presentes, no son los mismos que desmotivan, por eso divide los
factores en:

-Factores higiénicos:
Son factores externos a la tarea. Su satisfacción elimina la insatisfacción, pero no
garantiza una motivación que se traduzca en esfuerzo y energía hacia el logro de
resultados. Pero si no se encuentran satisfechos provocan insatisfacción.

-
Factores motivadores:
Hacen referencia al trabajo en sí. Son aquellos cuya presencia o ausencia determina el
hecho de que los individuos se sientan o no motivados.
Los factores higiénicos coinciden con los niveles más bajos de la necesidad jerárquica
de Maslow (fisiológicos, de seguridad y sociales) Los factores motivadores coinciden
con los niveles mas altos (reconocimiento y autorrealización)

El marco explicativo de cómo se produce la motivación, cuáles son las variables


determinantes, cómo se puede mejorar desde la práctica docente, etcétera, son
cuestiones no resueltas, y en parte las respuestas dependerán del enfoque
psicológico que se adopte.

Para sintetizar los tipos de motivaciones, es necesario considerar las siguientes


dimensiones: primero diferenciar entre las internas y las externas; segundo
diferenciar entre las positivas y las negativas. Al combinar esas dos dimensiones
obtenemos los cuatro tipos de motivaciones:

Tanto las motivaciones negativas que tratan de evitar un castigo, perjuicio o daño;
cuanto las motivaciones estimuladas desde el exterior que obedecen a recompensas,
no persisten. Únicamente la motivación intrínseca, que obedece a motivos internos es
sostenible. De la reflexión hasta ahora realizada podemos inferir que las personas
actúan porque tienen ideas, deseos o metas que las impulsan y que la motivación
depende de la voluntad; sin embargo, con el tiempo, las tendencias de la psicología
disminuyeron el rol de la voluntad, ya que, con frecuencia, la gente no hace las cosas
porque quiere hacerlas solamente, sino porque tiene que hacerlas.

Actualmente existen dos grandes corrientes psicológicas o teorías con enfoques


diferentes, por una parte los psicólogos conductistas, que sostienen que no están
interesados en lo que ocurre dentro del sujeto, y consideran que el estímulo inicial

está asociado a un refuerzo positivo que surge en el ambiente como consecuencia de


una conducta. Por otra parte, los psicólogos cognitivos consideran e identifican una
serie de procesos entre el estímulo y la respuesta tales como pensamientos,
atribuciones, expectativas, etcétera. En tanto, en el enfoque conductista, el estímulo
provoca directamente la respuesta, en el enfoque cognitivo el estímulo activa una

variedad de sucesos internos que provocan un comportamiento. Estos sucesos

internos son los que interesa conocer, promover y modelar porque de ellos depende

la respuesta.

Brunner (1966) identificó tres formas de motivación intrínseca:

• De curiosidad: que satisface el deseo de novedad. Surge así el interés por los juegos
y las actividades constructivas y de exploración.
• De competencia: se refiere a la necesidad de controlar el ambiente. Si eso sucede,
aparecerá el interés por el trabajo y el rendimiento.
• De reciprocidad: alude a la necesidad de comportarse de acuerdo con las demandas
de la situación.

Hay cuatro fuentes principales de motivación:


• Nosotros mismos (equilibrio emocional, pensamiento positivo, aplicación de buenas
estrategias, seguimiento de rutinas razonables, etcétera).

• Los amigos, la familia y los colegas, en realidad, nuestros soportes más relevantes.

• Un mentor emocional (real o ficticio).


• El propio entorno (aire, luz, sonido, objetos motivacionales).

Mecanismos que regulan el aprendizaje

Para Ausubel, uno de los principales exponentes de la pedagogía constructivista, los


aprendizajes significativos son aquellos que se integran a la estructura cognitiva del
sujeto que aprende; para que esto suceda se determinan unos mínimos requeridos
tanto en el objeto a aprender como en el sujeto que aprende.

Por su parte el objeto de aprendizaje debe ser funcional, integrable, potencialmente


significativo e internamente coherente, mientras que el sujeto que aprende debe
disponer de las estructuras cognitivas necesarias que le permitan establecer
relaciones con el nuevo conocimiento, es decir conocimientos previos y presentar una
actitud favorable frente al nuevo aprendizaje. La motivación es aquella actitud interna
y positiva frente al nuevo aprendizaje, es lo que mueve al sujeto a aprender, es por
tanto un proceso endógeno.

Es indudable que en este proceso en que el cerebro humano adquiere nuevos


aprendizajes, la motivación juega un papel fundamental. Pero, además de una actitud
favorable para aprender, el sujeto que aprende debe disponer, según los estudios de
Ausubel, de las estructuras cognitivas necesarias para relacionar los conocimientos
previos con los nuevos aprendizajes. El cerebro humano se encuentra programado
para la supervivencia, por lo que está potencialmente preparado para aprender, este
aprendizaje implica un proceso dual, por un lado necesita y registra lo familiar y, por el
otro busca lo novedoso para aprender. Mediante el aprendizaje se da sentido a aquello
que es nuevo en relación con lo ya conocido, en este proceso, los estímulos del medio
juegan un papel fundamental.

Algunas posibilidades para hacer prácticas exitosas y renovadas en el


aula:
Ubiquemos los deberes por encima de los derechos personales y grupales,
reflexionando si no caemos en el hecho de que “frente a todo lo que reclamamos,
estamos aún dispuestos a dar muy poco”

. 2. Asumamos que todo aprendizaje es un interaprendizaje que se construye de modo


Alteridad Noviembre de 2009 27 Educación y aprendizaje Cuadro

3- Elementos de la planeación del proceso didáctico cooperativo entre docentes y


estudiantes y estudiantes entre sí.

4- Conozcamos la materia y estemos al día con el desarrollo de sus propias


disciplinas, de modo que puedan simplificar y clarificar conceptos básicos y
complejos para que el estudiante llegue motivado a la esencia de los contenidos.

5- Valoremos el conflicto como fuente de conocimiento y aprendizaje, pues desarrolla


la creatividad, la observación, la reflexión y la escucha.

6- Apliquemos la pedagogía de la pregunta.

7- Prefiramos trabajar en las asignaturas pocos conceptos, pero con un avance en


profundidad, con una real discusión de éstos.

8- Reflexionemos y valoremos la utilidad de los conceptos, métodos y técnicas que se


trabajan en las asignaturas de modo que permitan una sistematización del
conocimiento y una reflexión sobre la forma en que fueron enseñados y aprendidos.

9- Construyamos ambientes físicos y emocionales propicios para el aprendizaje. Estas


consideraciones pueden motivar una mejor participación, generar familiaridad y
bienestar.

10- Creamos en la capacidad e interés por aprender que tienen los estudiantes.

11-Valoremos la profesión docente, reconociendo que la enseñanza es un acto de fe


(que permite creer en el otro) y de libertad, que también requiere de motivación,
estímulo y reconocimiento.

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