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Análisis de un proceso

Un proceso es una agrupación de transformaciones físicas, químicas,


biológicas o una combinación entre ellas, económicamente rentable,
ambientalmente sostenible y que se realizan sobre materias primas dadas para
convertirlas en un producto deseado que generalmente es de mayor valor
económico. En términos generales, a un proceso entran insumos (vapor, agua,
energía), materias primas y materiales secundarios; y salen energía
desperdiciada, productos de desecho, productos principales, productos
secundarios, materias primas y materiales secundarios que no reaccionaron.
Además, en un proceso puede haber recirculación de energía recuperada y
recirculación de materiales (materias primas y materiales secundarios
recuperados).
Clasificación de los procesos de acuerdo con el tipo de operación. Los
procesos se dividen en intermitentes, semi-intermitentes y continuos.
a. Procesos Intermitentes: Llamados también procesos batch, por lotes o por
cochadas. En este tipo de proceso, una cantidad dada de materia prima se
alimenta a un sistema casi instantáneamente, y por medios físicos o químicos
se logra algún cambio o reacción; al final del cambio o al culminar la reacción
se retiran los productos para iniciar una nueva operación. Se caracteriza
porque la masa no atraviesa los límites del sistema entre el momento de la
alimentación de los reactivos y el momento del vaciado de los productos. Es
decir, no hay entrada ni salida de material al sistema mientras que ocurre el
cambio.
b. Procesos Semi-intermitentes: También llamados procesos semibatch
semicontinuos o semilotes. Aquí las entradas de materia prima son casi
instantáneas, mientras que la salida de los productos es continua, ocurriendo el
vaciado o evacuación de materia. También puede ocurrir el proceso contrario,
es decir, hay entrada continua de materias primas pero no hay salida de
productos, por lo tanto hay acumulación de materia en el proceso.
c. Procesos Continuos: Llamados también procesos no intermitentes. Aquí
tanto las entradas de materias primas como las salidas de los productos fluyen
continuamente durante el transcurso del cambio físico o químico de las
materias primas.
Clasificación de los procesos según si ocurre o no reacción química.
Un proceso involucra principalmente tres etapas: una etapa inicial que es la
adecuación de la materia prima, la cual es seguida por una segunda etapa
donde ocurre un cambio químico, físico-químico, biológico o bioquímico; la
tercera etapa consiste en la separación y concentración de los productos.
Tanto la etapa inicial como la etapa final se caracterizan porque hay un cambio
físico ya sea de la materia prima o de los productos. Las operaciones que
intervienen en estas dos etapas, donde ocurren principalmente la transferencia
y los cambios de materia y energía, que se llevan a cabo por medios físicos, se
llaman Operaciones Unitarias. Las operaciones que intervienen en la segunda
etapa donde se presenta una transformación química, físico-química, biológica
o bioquímica, son llamadas Procesos Unitarios.
Análisis de las fuentes de materia prima para la producción industrial del
ácido sulfúrico (H2 SO4)
La materia prima para la fabricación de ácido sulfúrico debe contener azufre
capaz de producir SO2 (anhídrido sulfuroso), desde la perspectiva de los
procesos industriales sostenibles sería más conveniente producir ácido
sulfúrico utilizando azufre como materia prima, pero se tienen dos opciones:
partir de azufre nativo (recurso no renovable) o a partir de azufre petroquímico
(recurso no renovable reciclado), conviene la segunda opción ya que se
aprovechan los residuos de la desulfuración de los combustibles,
principalmente del petróleo y el gas natural. También se puede obtener el ácido
sulfúrico a partir de los gases calientes de la tostación de sulfuros metálicos
(por ejemplo, calcopiritas, piritas, galena, etc.); en estos casos se aprovecha
también el calor de estos gases que luego deben ser depurados, antes de ser
oxidados catalíticamente para producir SO3 , y garantizar la operación eficiente
del catalizador de contacto.
Ley de la conservación de la materia
La ley de la conservación de la materia postula que la cantidad de materia que
existe antes y después de que sucede una transformación siempre será la
misma, es también llamada como la ley de conservación de la masa o ley
de Lomonósov-Lavoisier. Lavoisier demostró experimentalmente que la masa
total de un sistema cerrado es constante, aunque en el sistema se origine
cualquier tipo de procesos químico. “Nada se crea, nada se destruye,
todo se transforma”.
Ejemplo:
2HCl + CaO → CaCl2 + H2O
Para ello tomaremos como punto de partida las masas moleculares de cada
compuesto involucrado en la reacción química:
Masas moleculares:
HCl: 36,5g/mol
CaO: 56g/mol
CaCl2: 111g/mol
H2O: 18g/mol
Ahora sustituiremos en cada una de las sustancias correspondientes:
2HCl + CaO → CaCl2 + H2O
2mol (36,5g/mol) + 1mol (56g/mol) → 1mol (111g/mol) + 1mol (18g/mol)
129 g reaccionantes → 129 g productos
En la ecuación se cumple la ley de la conservación de la masa, ya que la masa
en la etapa inicial es igual a la masa en la etapa final.
¿Cómo podríamos comprobar dicho enunciado de
forma experimental?
En la cotidianidad nos encontramos con muchos fenómenos de este tipo que
podrían explicarse fácilmente empleando la ley de Lavoisier.
Por ejemplo, cuando preparamos palomitas de maíz. Para comprobar la ley de
la conservación de la masa, solo tienes que tener a la mano una bolsita comercial
de palomitas, luego mides su masa haciendo uso de una balanza.
Seguidamente, lleva tus palomitas al microondas y cuando estén listas, mide su
masa nuevamente (recuerda que el empaque tiene que estar cerrado). La masa
antes y después de dicho experimento ha de ser la misma, esto debido a que
dentro de nuestro sistema ocurrió un cambio tanto físico como químico.
Los cambios que ocurren para dar origen a las deliciosas palomitas de maíz
involucran principalmente a un glúcido llamado almidón. Este está distribuido
en un 90% dentro de cada grano de maíz y además de pequeñas cantidades
de agua. Entonces, cuando procedemos a cocinar los granos de maíz y estos
alcanzan una temperatura de 100°C, el agua presente empieza a evaporarse y
se expande queriendo salir hacia el exterior. Debido a que este tipo de cereal
posee una cubierta dura y gruesa (pericarpio), la presión que ejerce el vapor de
agua es tan fuerte que genera ese ¡pop! característico que nos indica que
nuestras palomitas están listas.
El almidón presente en los granos se gelatiniza debido a la presión. Luego dicha
fuerza al explotar también es la que hace que el núcleo de almidón del interior
se gire y salga, originando así ese color blanco y una apariencia esponjosa.

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