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Cyberpunk, The Matrix y Johny Mnemonic

El primer libro de Cibernética se escribió en 1948 y está dedicado a un mexicano, el Dr. Arturo

Rosenblueth. En su introducción, Norbert Wiener menciona sus diez años de colaboración

comenzaron en una serie de reuniones mensuales organizadas por Rosenblueth, para discutir temas

de filosofía de la ciencia. Rosenblueth insistía en que este tipo emergente de áreas de conocimiento

sólo podría ser llevado a cabo en una dinámica colaborativa de diversos especialistas, es así como la

cibernética se convirtió en una combinación de matemáticas, neurociencias, psicología y

computación, entre otros. El título del libro revela esta aproximación, Cybernetics: Or Control and

Communication in the Animal and the Machine , cabe decir que este modelo colaborativo es el

paradigma científico actual. El vínculo de dicho paradigma con la cibernética es impresionante, pues

abrió las puertas a la cultura open source, que permite que por ejemplo un joven de 14 años pueda

realizar un curso de Inteligencia Artificial o Deep Learning en una plataforma de cursos en línea, y

desarrollar en una laptop un programa de reconocimiento facial.

En a ciencia ficción, fue Raymond F. Jones el primero en implementar el concepto, en su novela The

Cybernetic Brains, de 1962, poco después de que Manfred Clynes usara el término Cyborg. En ese

contexto se crea Blade Runner, en 1968. Hasta este punto tiene sentido que la cibernética esté

relacionada con imágenes como la de Rachael Rosen en Blade Runner, o Arnold Schwarzenegger en

Terminator, donde el personaje de Kyle Reese explica a Sarah Connor que se trata de un organismo

cibernético, un cyborg. Pero el ciberespacio como lo conocemos hoy, no estaba tan claramente

delineado en la ciencia ficción sino hasta que William Gibson escribiera Johny Mnemonic, en 1981, el
concepto apareció de nuevo en su novela Neuromancer:

“Ciberspace: A consensual hallucination experienced daily by billions of legitimate

operators, in every nation, by children being taught mathematical concepts.... A graphic

representation of data abstracted from the bank of every computer in the human system.

Unthinkable complexity. Lines of light ranged in the nonspace of the mind, clusters and

constellations of data. Like city lights receding”1.

El ciberespacio. Una alucinación consensual experimentada diariamente por billones de

legítimos operadores, en todas las naciones, por niños a quienes se enseña altos

conceptos matemáticos... Una representación gráfica de la información abstraída de los

bancos de todos los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable.

Líneas de luz clasificadas en el no-espacio de la mente, conglomerados y constelaciones de

información. Como las luces de una ciudad que se aleja...2

El concepto se ha transformado, hace referencia a una red de computadoras interconectadas, en las

que que los individuos interactúan. Tenemos entonces una transformación de la cybercultura, por un

lado, en los años 80 se populariza la idea de estos organismo cibernéticos gracias al cine, pero

prácticamente al mismo tiempo está surgiendo una nueva tendencia que implica una tecnología

bastante cercana, como lo son las computadoras personales. Por esa misma razón, en este estudio se

presentan reflexiones sobre Videodrome o Brainstorm, películas de 1983 y 1984, como paralelas a

unas nociones todavía un tanto ambiguas sobre la cultura de masas, las interfaces y las implicaciones

1 W. Gibson, Neuromancer, London: HarperCollins, [1984] 1995, p. 67


2 Versión de Neuromancer, en Editorial Minotauro, disponible en: http://latejapride.com/IMG/pdf/william-
gibson-neuromante.pdf
corporales de una conectividad permanente.

Las revistas de ciencia ficción se mantenían al tanto y a la expectativa de la ciencia de su tiempo, y sus

autores estaban fuertemente influenciados por los grandes acontecimientos científicos, al mismo

tiempo especulaban sobre el futuro, algunos con mayor y otros con menor nivel de fantasía. Mientras

las revistas de ciencia ficción exploran la carrera espacial, el descubrimiento de otros mundos y las

relaciones de los humanos con otros seres, la literatura de autores como Aldous Huxley y

posteriormente Philip K. Dick, potenciarían los temas psicológicos, la conducta, la manipulación

masiva, los medios de comunicación y la bioquímica, de ahí surge esta tendencia a los viajes

interiores, la paranoia y la duda permanente sobre la solidez de la realidad. De este contexto emerge

una importante metáfora, las cosas parecen reblandecerse, y muchos conceptos propician la

tendencia: la idea de que el universo y la luz, se curvan, la noción de que en la física de partículas las

cosas son mucho más impredecibles, el principio de incertidumbre, el imaginario de las ilustraciones

de Escher, la banda de Moebius.

Pero había otro campo científico innovador, las ciencias computacionales, y su impacto no podía ser

más preciso, al establecer para estos nuevos artefactos una relación conceptual entre Hardware y

Software, emulando un dualismo cartesiano entre el Cuerpo y el Alma. El hecho de que las

computadoras estuvieran divididas en un componente físico de metal y circuitos, y por otro basado en

lenguajes y programación, no prueba que el ser humano este dividido en un Cuerpo y un Alma, de

hecho el dualismo cartesiano ha sido fuertemente debatido en la filosofía como en la ciencia

quedando como un modelo obsoleto, pero simbólicamente y culturalmente, el estatus dualista de las
computadoras resultó en un oasis para los autores de ciencia ficción, que llevaban décadas

imaginando robots, androides, máquinas pensantes producidas a imagen y semejanza de sus

científicos creadores. En cierto sentido es como si Alan Turing, al paralelo de otros científicos

emprendieran el equivalente a la carrera espacial: la carrera de la inteligencia artificial. El Test de Alan

Turing que sirvió de inspiración a Do Androids Dream of Electric Sheep? , lo vemos en la película Blade

Runner, con este test Deckard identifica a los replicantes mediante una serie de preguntas y las

anomalías en las respuestas. Lo que buscaba Turing era una prueba en el avance de las computadoras

en procesos cognitivos de alta complejidad, ya que no es lo mismo que una máquina haga una

búsqueda de información en una base de datos, a que genere una respuesta lógica ante una

inferencia natural de una conversación.

Sin embargo, en dicho modelo de Hardware y Software, como en el cartesianismo, la mente es

prioridad y los usos de las computadoras en todo tipo de actividades como la industria y las

telecomunicaciones implicó el crecimiento de una nueva cultura tecnológica. Lo que intento decir es

que esta nueva ciencia ficción, la de George Orwell, la de Aldous Huxley y posteriormente Philip K.

Dick, visualizó la relación entre los fenómenos de cultura de masas con la tecnología, cuyos avances

son cada vez más cercanos a cantidades de personas cada vez más grandes. Ya no se trata de un

científico loco que crea un robot, con conocimientos que sólo él, o un grupo muy reducido poseen,

tampoco se trata simplemente del descubrimiento de planetas y su colonización, los autores de

ciencia ficción se dieron cuenta de que la propagación del conocimiento propicia que la masa

intervenga en la reconfiguración de los proyectos del futuro humano. La propagación de sistemas

computacionales, la emergencia de videojuegos, la popularidad de la noción de “información”. Dicha


propagación no es novedad si concebimos que conectar al mundo entero deviene en abrir los

mercados a todo tipo de productos y servicios, por eso quiero plantear que algunos elementos del

cyberpunk funcionan como un retrato de las sociedades que se proyectan hacia el futuro, no

solamente los inventos. La idea de la Aldea global de McLuhan y B. R. Powers, muy popular a finales de

los noventas, por el libro que publicaron en 1989, en realidad es relativamente tardía respecto a los

escenarios que se muestran en Blade Runner, me refiero a la mezcla cultural que aparece en todo el

cyberpunk.

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