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NEGOCIOS | 6/8/2019 1:07:00 PM



Mars, Philip Morris y otras


multinacionales que siguen cerrando
plantas en Colombia
Philip Morris y Mars se unen a otras grandes que decidieron cerrar sus plantas y
quedarse como importadores. Otras firmas definitivamente se fueron.

Contrabando y reformas tributarias espantan la inversión Foto: Getty Images

No paran los anuncios de grandes compañías que deciden cerrar total o


parcialmente sus operaciones industriales en Colombia. Ahora el turno fue para
Mars, que decidió cerrar su planta en Malambo (Atlántico), donde producía comida
para mascota de las marcas Pedigree y Whiskas. La decisión, según las propia
compañía, se explica por la caída del mercado venezolano.

Este no ha sido el único anuncio en las últimas semanas. La


estadounidense Philip Morris, propietaria en Colombia de Coltabaco, cerró
sus operaciones productivas en sus plantas de Medellín y Barranquilla y por
eso dejará de comprarles a cultivadores nacionales de tabaco a partir de 2020.

Todo esto muestra que no se trata de casos aislados. Otras firmas globales
tomaron la decisión de terminar con su actividad industrial y solo quedarse
como importadores, así como a aquellas que definitivamente empacaron
maletas y se fueron del país, por varios factores.

Quizás la partida más reciente, antes de la de Philip Morris, fue la de marca


estadounidense de donas Krispy Kreme, que funcionaba bajo la empresa
Industria de Restaurantes Casuales, firma que pertenece al Grupo Nutresa en
Colombia. En diciembre del año pasado informó de su retiro del mercado nacional
cerrando sus 9 puntos de venta.

Lea más: Philip Morris cierra sus plantas de cigarrillos en Colombia


Krispy Kreme estuvo 4 años en el mercado nacional y todo parece indicar que la
fuerte presencia de Dunkin Donuts (que vende alrededor de $70.000 millones al
año) en el país no le permitió crecer como tenía estimado, aun cuando en 2015 la
empresas había anunciado que había alcanzado la suma de 1,5 millones de donas
vendidas en Colombia.

Dos años atrás, en 2016, dos marcas de ropa estadounidense que habían sido
muy esperadas en Colombia: Banana Republic y GAP, también decidieron
partir. La primera llegó con 5.000 referencias de ropa en diciembre de 2012 a un
local de 500 metros cuadrados en el centro comercial El Tesoro en Medellín, la
segunda, GAP, abrió locales en Bogotá, Medellín y Bucaramanga.

En su caso, las afectó la volatilidad del dólar, pues apuestan por un concepto
de moda de bajo costo, con la que no pudieron cumplir en Colombia. Además otras
marcas internacionales les cogieron ventaja en el mercado local, tales como Forever
21 y Zara (en ese momento no había llegado H&M), a lo que se suma una fuerte
competencia de las marcas locales.

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Strauss

En 2015, la salida más notoria estuvo por cuenta de la multinacional


estadounidense Mondelez, fabricante en el país de las marcas Chiclets Adams,
Trident, Sparkies, Certs y Bubbaloo. Cerró su planta de producción en Cali,
despidió a 480 empleados y se quedó como comercializadora. En el caso de Philip
Morris, la empresa asegura que 250 trabajadores de la factoría quedarán cesantes,
pero según la Escuela Nacional Sindical, son 800 empleados directos los afectados,
así como 12.000 familias campesinas que en Colombia viven del cultivo del tabaco.

Entre 2013 y 2015 también se fue del país el grupo francés Icollantas-
Michelin, el cual terminó su actividad industrial en Chusacá (Cundinamarca) y en
Cali. Las dos plantas daban empleo a 460 trabajadores. La compañía anunció que
atendería el mercado colombiano desde el exterior, importando los neumáticos.

Igualmente, la farmacéutica Bayer decidió trasladar a México y Guatemala la


operación de la fábrica que tenía en Cali, donde se elaboraban los tradicionales
medicamentos Aspirina, Alka-Seltzer y cremas Canesten, que ahora se importan.
Con este cierre se afectaron unas 100 personas. Cabe decir que Bayer mantiene su
planta en Soledad (Atlántico) dedicada a productos fitosanitarios.

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A finales de 2014, la mala noticia llegó por cuenta de la Compañía Colombiana
Automotriz (CCA) que cerró su planta en Bogotá,donde ensamblaban los
vehículos Mazda. Quedaron cesantes 500 personas mientras la empresa anunció
que seguiría abasteciendo el mercado desde México.

El contrabando y el cambio en las reglas de juego, a través de sucesivas reformas


tributarias, han sido las principales razones detrás de la decisión de abandonar el
país.

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