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Todo esto muestra que no se trata de casos aislados. Otras firmas globales
tomaron la decisión de terminar con su actividad industrial y solo quedarse
como importadores, así como a aquellas que definitivamente empacaron
maletas y se fueron del país, por varios factores.
Dos años atrás, en 2016, dos marcas de ropa estadounidense que habían sido
muy esperadas en Colombia: Banana Republic y GAP, también decidieron
partir. La primera llegó con 5.000 referencias de ropa en diciembre de 2012 a un
local de 500 metros cuadrados en el centro comercial El Tesoro en Medellín, la
segunda, GAP, abrió locales en Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
En su caso, las afectó la volatilidad del dólar, pues apuestan por un concepto
de moda de bajo costo, con la que no pudieron cumplir en Colombia. Además otras
marcas internacionales les cogieron ventaja en el mercado local, tales como Forever
21 y Zara (en ese momento no había llegado H&M), a lo que se suma una fuerte
competencia de las marcas locales.
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Strauss
Entre 2013 y 2015 también se fue del país el grupo francés Icollantas-
Michelin, el cual terminó su actividad industrial en Chusacá (Cundinamarca) y en
Cali. Las dos plantas daban empleo a 460 trabajadores. La compañía anunció que
atendería el mercado colombiano desde el exterior, importando los neumáticos.