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Por eso, es importante que los acuerdos firmados se respeten y que no tienda a privilegiarse
más a unos países que a otros. De todos modos, las desigualdades internas existen, incluso
en el bloque europeo, que es el más antiguo.
Globalización e Integración Económica
Lo que hoy se conoce como globalización es un proceso cuyos orígenes deben rastrearse en
las manifestaciones económicas, políticas y sociales del último cuarto del siglo XX:
preocupación de incluir al Tercer Mundo dentro del contexto internacional, fin de la Guerra
Fría, proliferación de armas nucleares, aumento de movimientos e instituciones a nivel
mundial, aparición de graves problemas de orden multicultural y poliétnico, y búsqueda de
satisfacción a los derechos civiles, entre otros.
La globalización es definida por sus promotores como una tendencia a la igualación “hacia
arriba” en el comportamiento de las distintas economías nacionales, y con ese simple
razonamiento se propone un camino, en el cual cualquier economía abierta, y con sus
mercados libres de toda presencia estatal, tiene como destino natural un funcionamiento
semejante al del capitalismo desarrollado, a través de espectaculares saltos hacia el primer
mundo.
El proyecto globalizador se fue consolidando durante los años que van de 1960 a 1990. La
globalización pretende equilibrar las relaciones entre producción mundial, comercio,
inversión extranjera y producto interno bruto (PIB), mediante la participación del mayor
número posible de la población mundial. Sin embargo, en la práctica esto no se lleva a
efecto porque un número reducido de personas tiene en sus manos el control casi absoluto,
y evita la participación de las grandes masas en la supuestamente benéfica globalización.
Entre las propuestas de mayor significación, se buscaba ofrecer condiciones favorables a las
naciones poco desarrolladas, y que todos los países tuvieran normas similares y
regulaciones equitativas a través de decisiones multilaterales. El primer paso de dicha
instancia sería convocar a negociaciones relacionadas con el comercio, los problemas
laborales y la protección del medio ambiente, además de la promoción del desarrollo
sustentable.
Área de libre comercio: se caracteriza por la reducción parcial total de aranceles entre los
miembros que integran el bloque; cada país conserva sus aranceles externos en relación
con los miembros. El libre comercio entre los países socios queda imitado a los productos
que contengan pocos o ningún componente importados de afuera del área.
Unión aduanera: se caracteriza por la liberación del comercio recíproco de todos los bienes
producidos por los socios y la adopción de una política arancelaria común en relación con
el resto del mundo. Las normas arancelarias son comunes.
Este tratado dio origen al bloque conformado por los Estados Unidos, el Canadá y México,
y entró en funciones en 1994. En este caso, México —país en desarrollo— se une a dos
Estados desarrollados, y este rasgo lo coloca en una situación especial respecto del resto de
los países de América latina. Por ejemplo, el Canadá y los Estados Unidos tienen un 74% de
la población económicamente activa (PEA) ocupada en el sector de servicios y un 23% en la
industria; México, en cambio, cuenta con un 54% de su PEA en servicios y un 24% en
actividades primarias.
En 1994 el gobierno estadounidense lanzó el proyecto de una zona de libre comercio de las
Américas, con el objetivo de suprimirlas aduanas y los aranceles en todo el continente hacia
el 2005.
Las posturas acerca de este tipo de integración están muy divididas. La visión crítica sostiene
que se trata de una estrategia de los Estados Unidos para tener bajo su control un mercado
continental; además, se señala que la integración está impulsada por los grupos económicos
y las empresas transnacionales antes que por los intereses nacionales de los treinta y cuatro
países participantes.
La visión a favor está representada por los grandes grupos empresarios y los gobernantes
de los países participantes, que ven una opción viable para ampliar el comercio continental
sin ningún tipo de traba. Los mandatarios de América latina, el Canadá y los Estados Unidos
ven el ALCA como una vía adecuada para garantizar el funcionamiento de la democracia de
la mano de la integración económica. Cuba está excluida del proyecto.
El proyecto del ALCA apunta a generalizar las normas del Tratado de Libre Comercio (TLC)
en todo el continente. El proyecto contempla la integración en un conjunto de temas:
educación, democracia, pobreza, derechos de las personas e integración económica. Pero,
de hecho, se centra en esta última área, para favorecer las privatizaciones y desregulaciones
que beneficien a las multinacionales. Los Estados Unidos se reservarían el derecho de
bloquear la entrada de productos agrícolas provenientes del sur por medio de leyes
“antidumping”.
Referencias Bibliográficas
Ajón, Adrea & Bachmann, Lía. La integración económica mundial Mercosur, alca, unión
europea. Historias y Biografías. Extraído de: http://historiaybiografias.com/integracion/