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La prevención temprana de la violencia: herramientas para los

maestros de los niños pequeños.

Autores/as: Slaby, Ronald G.; Roedell, Wendy C.; Arezzo, Diana; Hendrix, Kate.
Traducido por: Guillermo Gutiérrez Gómez y Andrés Restrepo Gutiérrez.
Título completo: La prevención temprana de la violencia (herramientas para los
maestros de niños pequeños.
Editorial: National Association for the Education of Young Children.
País: Estados Unidos
Año: 1996
Nº de páginas: 113
Disponible en:
http://www.oei.es/valores2/926302.pdf

Palabras clave: prevención de la violencia, estrategias para la prevención, violencia


en los niños, conducta violenta, conducta agresiva

Objetivo

Hacer una descripción de los mecanismos más apropiados para fomentar la regulación
de las conductas violentas desde la niñez mediante el uso de distintas técnicas
educativas orientadas a fortalecer la construcción de relaciones afectivas y de
interacción social en la escuela. Motivo por el cual este documento se centra en la
relación entre maestros y alumnos.

Resumen del contenido

El presente documento se estructura en cuatro capítulos, donde los autores exponen


aspectos relativos a la prevención y el tratamiento de la agresión infantil y juvenil. Los
aportes teóricos que estableces son a la vez que amplios, apreciados. Si bien, a lo largo
del documento se extienden en detalle en la exposición sobre asuntos relativos a la
influencia del modelaje del maestro a los niños, los efectos de los medios de
comunicación en la agresión de los pequeños, las técnicas para la modificación de las
conductas agresivas en los menores, los tipos de consecuencias planeadas que el
profesor puede aplicar, los roles de agresor, víctima y espectador necesarios en toda
escena violenta, las formas de desmantelar estos roles, entre otros.
En él se presenta la traducción de 4 capítulos del texto de Slaby y sus coautores.
En ellos se hace una revisión amplia y meticulosa de importantes aspectos
relacionados con la prevención de la violencia en los niños . Esto se debe a que,
estableciendo una serie de pautas desde edades tempranas, puede ser tanto útil como
efectivo para prevenir conductas futuras agresivas y violentas.

En el primero de los capítulos “Respondiendo de maneras eficaces” se extraen


las siguientes conclusiones:

 Enfatizar en el hecho de que las conductas pueden cambiarse y motivar a los


niños para que aprendan nuevos hábitos y cambien sus “hábitos
problema”.
 Evitar estimular el desahogo del enojo o el uso de blancos alternativos para la
agresión.
 Analizar las interacciones en el aula de clase y eliminar o reducir las
recompensas para la agresión.
 Intervenir en los incidentes agresivos, motivando y apoyando conductas
asertivas en la víctima, sin prestarle atención directa al agresor.
 Involucrar a los niños en discusiones sobre las soluciones alternativas a los
problemas y sobre sus consecuencias, en momentos en que no se esté
presentando la agresión.
 Estructurar consecuencias significativas para los actos agresivos que ayuden a
los niños a responsabilizarse por sus acciones y a controlar sus impulsos
agresivos.
 Intervenir en los conflictos antes de que se llegue a la violencia y guiar a los
niños hacia resoluciones de mutuo acuerdo.
 Centrar su atención en las interacciones sociales, cooperativas y no violentas.

En el segundo de los capítulos, las conclusiones son las siguientes:

 Preparar y aprovechar los recursos disponibles más convenientes.


 Encontrar maneras concretas de enseñarle a los niños las habilidades que
necesitan para resolver los problemas que enfrentan.
 Separar las múltiples habilidades que conforman la resolución de problemas
sociales y centrarse en desarrollar una sola habilidad a la vez.
 Ayudar a los niños a transferir las habilidades que han aprendido desde las
situaciones hipotéticas a las situaciones reales.
 Enseñar habilidades para la resolución de conflictos que se relacionen
directamente con reducir la violencia.
 Ayudar a los niños a entender y enfrentar sus sentimientos fuertes. Se debe
mostrar que tener sentimientos fuertes “está bien”, pero la violencia
“nunca está bien”.
 Proporcionar a los niños práctica en el uso de sus habilidades de escucha.
 Estimular las habilidades de serenarse y el controlar los propios impulsos.
 Practicar con los niños el pensar en soluciones, anticiparse a las consecuencias
y evaluar los efectos dañinos de las soluciones agresivas.

En cuanto al tercer capítulo se refiere, las conclusiones a tener en cuenta son las
siguientes:

 Reducir el énfasis en las posesiones.


 Estimular el uso de materiales complementarios y reducir la importancia del
control individual sobre los objetos.
 Fijar pautas sobre los juguetes traídos de la casa.
 Animar a la negociación independiente sobre el uso de materiales.
 Reconocer el derecho de los niños de optar por no compartir, en algunos
casos.
 Agregar incentivos extras para compartir.
 Enseñar a los niños habilidades relacionadas con el compartir voluntario y el
intercambio justo.
 Enseñar a los niños a tomar turnos de manera cooperativa y justa.

Finalmente, en relación al cuarto y último capítulo, se extraen las siguientes


conclusiones:

 Enseñar a los niños a hablar directamente entre sí, en lugar de hacerlo a


través del maestro.
 Enseñar a los niños a pedir y a ofrecer las cosas amablemente, de modo que
proporcionen a los demás opciones reales.
 Enseñar a los niños a decir “no” de manera educada cuando decidan rechazar
una petición u oferta y a aceptar el “no” de otros.
 Usar las dramatizaciones y los juegos de roles para enseñar habilidades de
asertividad específicas.
 Aprovechar los eventos que ocurran naturalmente en el aula para enseñar
habilidades de asertividad allí mismo.
 Enseñar a los niños a aceptar la legítima autoridad de los adultos pero
también a defender respetuosamente a sus derechos ante ellos, siempre y
cuando su seguridad física no esté involucrada.
 Enseñar a los niños a usar habilidades de asertividad para evitar someterse
ante la agresión, las imposiciones o los actos de discriminación.
 Alertar a los niños para que eviten cualquier confrontación que represente
peligro físico y busquen en otro lugar ayuda de los adultos.
 Enseñar a los niños a ignorar las conductas provocadoras rutinarias y
persistentes.
 Enseñar a los niños a usar habilidades proactivas de asertividad para lograr
sus metas.
 Enseñar asertividad tanto a las niñas como a los niños.

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