DESAFÍOS DEL DESARROLLO DE UN ESPACIO EUROLATINOAMERICANO

DE EDUCACIÓN SUPERIOR, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN.

Jorge Leonardo Orozco Holguín

Vivimos hoy en un mundo globalizado e interconectado en el que el sueño del

individuo universal es una experiencia cotidiana. En los últimos siglos este
desarrollo ha sido acelerado y exponencial, y se ha dado en parte, gracias al
progreso técnico y al intercambio que se ha propiciado a través de las relaciones de
mercado; pero estas nuevas relaciones han implicado grandes desafíos.

Para los sistemas de educación y formación el paradigma actual ha significado la

necesidad de asumir nuevos y titánicos retos, y es que no es posible encontrar unas
características de mercado y de trabajo válidas para todos los países, pues cada
uno tiene su propio territorio, y este a su vez está atravesado por su propio desarrollo
histórico, económico y social. Es sobre este panorama que se propone una
cooperación entre América latina y Europa, en la que a través de un acercamiento
académico se fomente un escenario de fluidez entre sus relaciones comerciales.

Esta cooperación tiene como base los siguientes requerimientos:

 Desarrollar el espacio Eurolatinoamericano de educación superior, de

tecnología e innovación, creando las condiciones normativas y financieras
necesarias, entre otros. 1

 Fortalecer la integración de los sistemas de educación superior.2

1
A través de oportunidades de financiamiento birregional en materia de cooperación
universitaria en educación superior, ciencia, tecnología e innovación, desarrollando
sinergias y convocatorias coordinadas entre programas e iniciativas de distintas
instituciones internacionales y Gobiernos nacionales.
2
A través de:
a) La formación, movilidad e intercambios estudiantiles, universitarios y profesionales, así
como la cooperación educativa, científica y tecnológica, en una perspectiva de largo plazo
y reciprocidad, con vistas a profundizar un espacio de cooperación que facilite los
intercambios Eurolatinoamericanos en educación superior, la investigación y la innovación
al servicio de un desarrollo inclusivo y sustentable.
  Promover la integración de los sistemas de investigación científica e
innovación.3

b) Un sistema de acreditación de la educación superior común para el conjunto de los

países de América Latina y el Caribe y la Unión Europea, con parámetros e indicadores de
calidad en investigación, formación e internacionalización, conforme a criterios de
excelencia académica, y recogiendo las experiencias de las agencias de evaluación
europeas, latinoamericanas y caribeñas.

c) La coordinación de los sistemas de convalidación de estudios y reconocimiento de títulos,

de grado y posgrado, en ambas regiones.
d) Una certificación «Espacio Académico Común ALC-UE», para valorizar las co-
titulaciones y los títulos conjuntos Eurolatinoamericanos de maestría y doctorado sobre la
base de la excelencia.
e) La creación de un programa birregional dedicado a la formación profesional, y la
promoción de la creación de centros de formación profesional y técnica superior, con planes
de estudio, grados, títulos y acreditaciones homologables.
f) La cooperación interuniversitaria ALCUE, valorando las experiencias y los resultados de
programas con las características de ALFA y ALBAN, reservando recursos dentro del
programa Erasmus para Todos, el programa Horizonte 2020 y de los programas nacionales
y regionales de los países y los esquemas de integración, en la perspectiva de reforzar el
pilar académico de la asociación estratégica birregional.
g) La movilidad estudiantil en América Latina y el Caribe, con el doble objetivo de completar
la formación de los estudiantes de pregrado y posgrado, así como fortalecer la identidad
latinoamericana y caribeña. En este sentido, la experiencia europea del programa Erasmus
es un antecedente valioso.
3
A través de:

a) Programas birregionales transdisciplinarios en materia de investigación e innovación,

considerando la problemática del desarrollo social y sustentable.
b) La coordinación, en el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (CELAC), de políticas en los campos de la ciencia, la tecnología, la
innovación y la investigación científica y tecnológica, como sustento del proceso de
integración regional.
c) Sistemas nacionales de investigación, ciencia, tecnología e innovación de la máxima
jerarquía, con adecuados recursos y mecanismos.
d) La participación de las universidades, centros de estudios e investigación y académicos
de los países latinoamericanos y del Caribe, en conjunto con sus homólogos de la Unión
Europea, en el Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020 y en la
Iniciativa Conjunta para la Investigación y la Innovación, focalizados en los temas de interés
común, tales como: medioambiente y cambio climático, gestión sustentable de la
biodiversidad, seguridad alimentaria, lucha contra la desigualdad y la pobreza, gobernanza
global, justicia y derechos humanos e igualdad de género, apoyando la constitución de
dispositivos de investigación y enseñanza superior sobre estas temáticas.
  Impulsar la colaboración entre las instituciones de educación superior y sus
relaciones con la sociedad y el sector productivo. 4

Actualmente no es posible concebir una sociedad avanzada sin un sistema de

educación superior de calidad internacionalizada, de investigación para el desarrollo
de la ciencia, de estrategias de vinculación de tecnología e innovación con los
sectores social y productivo. Este espacio Eurolatinoamericano tiene como objetivo
fomentar la educación, el aprendizaje y la formación permanente (incluida la
educación y la formación profesionales) tomando en consideración la diversidad y
los niveles de vulnerabilidad; y mejorar el funcionamiento de los mercados laborales,
atendiendo a la importancia del papel de la acción social de las empresas. De ellos
deberían derivarse un acceso más fácil al empleo, un trabajo decente, digno y
productivo, así como oportunidades laborales sobre todo para las mujeres y los
jóvenes, y para otros grupos vulnerables, además de una contribución a la mejora
de la integración social y la cohesión.

El vínculo entre educación y actividad económica es tan antiguo como la necesidad

del ser humano de ganarse la vida a través del trabajo por medio de un “saber hacer”
que resulte útil para otros. El uso y la creación de conocimiento incrementa la
capacidad de los factores de producción tradicionales e incluso puede
transformarlos en nuevos productos y procesos. La educación y el trabajo son dos
elementos necesarios dentro de una sociedad democrática y se encuentran
estrechamente vinculados, ya que la igualdad de oportunidades de acceso a la
educación facilita el ejercicio efectivo del derecho al trabajo. Así mismo un mayor
nivel de injusticia social se suele relacionar con carencias educativas en gran parte
de los ciudadanos y, en consecuencia, con un alto índice de desempleo.

En este contexto el vínculo universidad-empresa se convierte en un factor

importante de la economía, en tanto se identifica la relación que existe entre las

4
A través de:
a) Instancias de cooperación y asociación a nivel birregional, que permitan aunar esfuerzos
de los Gobiernos, las instituciones de educación superior, las organizaciones sociales y el
mundo empresarial, para favorecer encuentros interdisciplinarios, promover consorcios y
redes, y facilitar la difusión de programas exitosos.
b) El fortalecimiento del diálogo e interacción entre el mundo académico y el sector público
con el fin de generar condiciones adecuadas para que el conocimiento contribuya a mejorar
las políticas públicas en la perspectiva del desarrollo equitativo y sustentable.
c)La vinculación Universidad-empresa a escala local (región, ciudad, territorio) en las dos
regiones, para el desarrollo de la investigación, la formación profesional y la transferencia
tecnológica, con el fin de acrecentar la productividad y la competitividad de las empresas,
en especial de las micro-, pequeñas y medianas, con vistas a la creación de empleos de
calidad.
d) Iniciativas de colaboración para la enseñanza, la innovación y la internacionalización
basadas en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. (Gacel, 2015)
universidades como actores que pueden generar conocimiento, y las empresas que
le otorgan a este una utilidad mercantil. La empresa o el sector productivo tiene
como misión la producción, conversión o transformación de bienes y servicios para
la satisfacción de las necesidades de los miembros de una sociedad. Siendo la
universidad encargada del conocimiento de la sociedad y la empresa la creadora de
producción, ambas trabajando en conjunto, deberían impulsar el desarrollo
socioeconómico de una nación.

El fruto de la colaboración propuesta ha de plasmarse entonces en un esfuerzo por

lograr la correspondencia de las certificaciones y de los títulos en las principales
ramas de formación de los países de ambos continentes, en orden a facilitar la libre
circulación de los trabajadores. Esta, lógicamente, no puede ser una meta a corto
plazo, debido a las importantes diferencias históricas de los distintos sistemas
educativos, pero sí debe contemplarse como punto de referencia desde el principio.
Sin embargo, el éxito de esta propuesta depende de la capacidad que tengan las
partes de asumir que los progresos que se han alcanzado en el ámbito económico
en América latina aún no han comprendido la educación.

Territorios como el distrito portuario y biodiverso de Buenaventura, a través de cuyo

puerto el país envía más de la mitad de su comercio internacional marítimo,
recaudando a través de la DIAN más de 5 billones de pesos colombianos por año
(más de $1.200 millones de dólares estadounidenses), dónde a la empresa privada
que controla el 72% de la mercancía que entra y sale, le va cada vez mejor (Durante
2017 la Sociedad Portuaria de Buenaventura movilizó un millón de contenedores,
una cifra récord que no había podido alcanzar nunca un puerto del Pacífico
colombiano) mientras la población sufre una de las peores condiciones de pobreza
de Colombia: 80% en condición de pobreza, y 41% del total en condición de miseria
según el DANE, y dónde desempleo supera el 65%5, son una muestra de que un
fuerte flujo de capital en un territorio no es una garantía de un desarrollo social
sostenible. En este caso esto se debe, en gran medida, a que este lugar ha sido
golpeado por diferentes contingencias propias del contexto colombiano, como la
corrupción extrema que ha dilapidado la inversión pública en educación, y el
narcotráfico que, en tanto esta se constituye como una de sus zonas estratégicas,
ha contribuido a agudizar la violencia en el área. Sin embargo, el Valle del Cauca,
departamento al que pertenece la ciudad de Buenaventura, paradójicamente cuenta
con uno de los mejores indicadores socioeconómicos junto con Antioquia y
Cundinamarca.

La desigualdad social en el país es severa, por lo que uno de los retos enormes a
abordar sería la homogeneización de la calidad de la educación en todo el territorio,
ya que ciertamente la brecha que existe entre las condiciones socioeconómicas de
los habitantes de la periferia de Colombia y los del interior, es desmesurada, y para

5
(Bonilla, 2017)
garantizar la libre circulación de estudiantes y trabajadores entre las dos regiones,
es preciso estandarizar en primer lugar la calidad de los mismos dentro del territorio
Colombiano.

Por otro lado, existe actualmente una tendencia mundial a la privatización de la

economía. Los estados reducen su papel de garantes de desarrollo social del
territorio y el pueblo al de apoyar la iniciativa empresarial, lo que provoca una gran
preocupación por el hecho de que las propuestas para aumentar de forma
significativa el ámbito de la liberalización comercial pueden provocar que sean
acuerdos mercantiles y comerciales los que terminen por regir los servicios
educativos.

Si se considera que con un vínculo eficaz entre la universidad y el sector productivo,

se fomenta la formación de técnicos y profesionales de acuerdo a la demanda del
mercado laboral, y que esto impulsará a las empresas a invertir en investigación y
desarrollo como una actividad estratégica para incorporar el conocimiento y el
progreso científico de todos los procesos productivos, es claro que a partir de esta
relación la empresa perseguirá elevar su competitividad en el mercado a través del
incremento de la productividad, de la reducción de costos en investigación y de la
obtención de productos de mejor calidad gracias a la tecnología transferida desde
la universidad, a cambio de apoyo para la obtención de fuentes de financiamiento
para el desarrollo de la educación e investigación desde el capital privado. Algunas
de las formas que podría tomar esta cooperación entre universidad y empresa, a
partir de experiencias previas entre la comunidad europea, podrían ser:

 Contratos de formación o de prácticas en empresas para los alumnos de

formación profesional y de estudios universitarios de ramas técnicas,
promovidos en países como España por las administraciones académicas y
laborales.

 Consejos de perfeccionamiento en las ramas técnicas compuestos por

representantes de las Universidades y del mundo económico.

 Vinculación entre Pequeñas y Medianas Empresas y Centros de Enseñanza

Media y Superior para la transferencia de conocimientos.

 Hermanamiento de Universidades y Empresas para temas de investigación

y de perfeccionamiento de técnicos de las empresas y para prácticas de los
estudiantes universitarios.

 Observatorio permanente de las ocupaciones, creado y mantenido por

instituciones de formación.

 Servicios de seguimiento de la inserción profesional de los titulados en los

centros de formación.
  Acciones concertadas entre los centros de formación y las instituciones que
les suministran los nuevos equipos técnicos.

 Asociar Pequeñas y Medianas Empresas a grandes Compañías y a centros

de formación.

Justo en las consideraciones respecto a estas formas de vínculo es donde entra en

escena la preocupación por la preservación de uno de los aspectos fundamentales
de la educación: su autonomía, y cómo esta se vería afectada a partir de este.

La autonomía de las instituciones de educación superior se establece como el

principio que garantiza y permite el desempeño de las funciones sustantivas de las
universidades: docencia, investigación y servicios de acuerdo con las necesidades
de la comunidad y el territorio. Si la universidad se ve coaccionada a dirigir su
preocupación y despliegue investigativo a los intereses de las empresas que han
inyectado su capital con la intención de investigar en pro de solucionar los desafíos
que el mercado les propone, ¿Dónde quedaría la preocupación de la academia por
resolver las necesidades y las preocupaciones que intervienen en la preservación
de la dignidad de la comunidad a la que pertenecen? ¿Qué ocurriría con la potestad
de las investigaciones realizadas en las universidades, cuando estas afecten de
forma negativa a las empresas que han decidido invertir en ellas?

Otro gran reto que deberá afrontar esta propuesta será el desafío de pretender
exportar un modelo, el europeo, “que para los propios Estados miembros de la
Unión es un modelo cuestionado, por las dificultades que se han presentado en su
implementación, y que, al mismo tiempo, es percibido como imprescindible para la
consecución de la libre circulación de los profesionales”6 entre ambas regiones. Lo
que nos lleva a preguntarnos qué tan efectivo puede ser un modelo educativo
planteado para resolver las necesidades del pueblo europeo, que responde a su
contexto histórico, cultural y territorial, aplicado a las comunidades latinoamericanas
cuyo marco de referencia es completamente diferente al de los países
pertenecientes a este continente.

Para finalizar es necesario reiterar que el fortalecimiento de la integración de los

sistemas de educación superior depende de los esfuerzos de las universidades e
instituciones académicas que promuevan la movilidad sobre la base de convenios
y programas bilaterales. Así mismo requiere de un esfuerzo en la convergencia de
los criterios que aseguren la calidad. Por otra parte, la relación entre estas dos
regiones debe incluir dentro de sus presupuestos una visión clara de la realidad
latinoamericana que impulse un desarrollo que debe considerarse como una
prioridad dentro de esta relación.

66
(Bugarín Olivera, 2009)
Con el objetivo de reducir las asimetrías entre ambas regiones se subraya la
necesidad de abandonar los paradigmas basados únicamente en relaciones de
inversión y transferencias tecnológicas para, por el contrario, incentivar el
paradigma de la colaboración con beneficios mutuos desde el punto de vista
material, humano y simbólico.

En lo que respecta a la colaboración entre las instituciones de educación superior y

sus relaciones con la sociedad, especialmente con el sector de la producción, es de
suma importancia propiciar la innovación social a la par de la innovación productiva.
Por lo que no sólo se debe pensar en el vínculo Universidad-empresa, sino que, y
sobre todo, se debe fortalecer el vínculo que la Universidad tiene con la sociedad a
la que pertenece, acrecentando el desarrollo social sostenible. Otorgándole la
importancia que tiene la educación y el valor del conocimiento como ejes cruciales
de un desarrollo sustentable que contribuya con la reducción de las brechas sociales
producto de la desigualdad.
Bonilla, J. M. (10 de Diciembre de 2017). El Espectador. Obtenido de
https://www.elespectador.com/economia/la-triste-paradoja-del-puerto-de-
buenaventura-articulo-727663

Bugarín Olivera, R. (2009). Educación Superior en América Latina y el Proceso de

Bolonia: Alcances y desafíos. REMO Vol. VI, n.º 16, 50 y ss.

Fajardo del castillo, T. El Espacio de Educación Superior de la Unión Europea con

América Latina y el Caribe y la política migratoria de la Unión Europea: Innovación
y conocimiento, IV Jornadas Iberoamericanas de Estudios Internacionales, Lisboa
23, 24 y 25 de Noviembre de 2009, Marcial Pons, 2010.

Gacel, J. (2015). Nuevos avances hacia el Espacio Eurolatinoamericano para la

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México: Universidad de Guadalajara,México.