Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
t m m m P i m s i
E X L I B R I S
HEMETHERII VALVERDE TELLEZ
Episcopi Leonensis
EGIPTOLOGÍA
P . F É L I X R O U G I E R
MARISTA
P R O F E S O R DE SAGRADA ESCRITURA Y H E B R E O
ES PROPIEDAD
M E M O R I A
mmsim ;• ^
CALLE DE PELAVO
1893
I m p r e n t a (le U HORMIGA DK ORO, r a m b l a d e S a n t a M o n i c a , m i n i . 16 S 2 J B T i. a f f i »
* 44537
— fe, * *J9HHMÍ|I
Á LA VIRGEN MARÍA
EN
*=OWDD EMETERIO
VALVEF.DE Y TELLEZ
C E N S U R A
DEL CANÓNIGO V I C A R I A T O G E N E R A L
DE LA
¿ J a i m e JU:meva,
DIÓCESIS D E B A R C E L O N A
\d.Sala de los Antepasados (1). ofreciendo el re- ria citados en la Biblia, se hallan también en los
trato de 61 de los predecesores de Tutmés III monumentos asirios (1). Eu Egipto, los muros
(XVIIIa dinastía); las dos Tablas de AUdos, des- del templo de Karnak contienen la relación de
cubiertas por Mariette, y que arrojan un poco de- la toma de Jerusalem, por Sesac. Si no existen
luz sobre las espesas tinieblas que se extendían pruebas directas referentes á la permanencia de
desde la VIa á la XI a dinastía; la Talla de Sal- los israelitas en Egipto, abundan en cambio las
Tiarah; las cartas descubiertas en 1887 en Tell indirectas. Ramsés II es ciertamente el cons-
el-Amarna (2), etc., etc., son otros tantos d o - tructor que describe Moisés. La ciudad fortificada
cumentos preciosos de los cuales han sacado de Pi-Tom (2), con todos sus almacenes, ha sido
partido los exégetas para desvirtuar los ataques hallada de nuevo... El relato de los orígenes de
de los enemigos de la Biblia. Israel, que en los siglos precedentes se levanta-
ba como uua columna aislada, se une ahora en
Al considerar el resultado de todos estos estu-
diversos puntos con el resto del edificio de la
dios, se puede afirmar que, en el dominio de la
historia (3).»
historia, no existe ningún descubrimiento que
demuestre que haya caído en error el escritor «Se sabe que el Libro de Esther es considera-
sagrado. do por toda la escuela racionalista como una
«A medida que se desenvuelve la historia dé- mera novela; pero la escuela racionalista no ha
los pueblos que han estado en relación con I s - ido á Susa. Mr. Dieulafoy, el sabio persióiogo
rael, se pone de manifiesto la sinceridad de Ios- que acaba de llegar de allí, escribe lo que sigue
anales judíos. Los textos cuneiformes, la ins- en su libro L' ACROPOLE DE S U S E (París, Hachet-
te, 1893): «Las excavaciones de Susa confirman
cripción de Mesa, están en relación con el conte-
»no sólo las descripciones arquitecturales del
nido de los Libros de los Reyes: los nombres dé-
»Libro de Esther, sí que también todo lo que el
los monarcas de Israel y de los soberanos de Si-
»mismo Libro refiere en sus menores detalles (4).»
mima:-. : , m »
IIMitiew ï ë & H | M M
PRÓLOGO
Un pueblo célebre en los fastos de la historia, can que, mucho antes que los indios y los per-
poseedor, en tiempos antiguos, de una civiliza- sas, poseían una civilización adelantada.
ción refinada, vuelve á la vida, merced á esta Los cahitas Cecrops y Danao la introdujeron
ciencia. Este pueblo se levanta, nos cuenta su entre los helenos, y les dieron sus divinidades
maravillosa historia, nos da á conocer sus cos- cambiando únicamente sus nombres. Más tarde,
tumbres, sus creencias, sus guerras y sus con- Licurgo, Solón, Talés, Pitágoras y Platón, apren-
quistas por sus innumerables papiros (1) y por dieron de los hijos de Cam la ciencia de las le-
los monumentos que se encuentran á cada paso yes: los sacerdotes egipcios los adoctrinaron y
en las arenosas riberas del Nilo. contribuyeron al desarrollo de su genio.
Entre los hijos de Cam, Moisés nombra á Mitz- Nuestros contemporáneos, siguiendo las hue-
raim (2). llas de los sabios de la Grecia, después de tantos
d'IXQ'I nn y'ai siglos de silencio y de olvido, interrogan de nue-
Mitzraim, tal es el nombre que después de Moi- vo los oráculos del Egipto (1).
sés dieron también los griegos y los romanos al El clima de este país, en el cual son tan ra-
Egipto medio y Bajo, nombre con que fueron ras las lluvias (2); sus áridas montañas, que en-
conocidos los más famosos descendientes de Cam cierran los sepulcros todavía no abiertos de in-
el maldito (3). numerables momias, han podido contribuir á
Podemos afirmar que estos camitas civilizaron que los papiros llegaran hasta nosotros.
al mundo antiguo, puesto que algunos papiros, Al fin del siglo XVIII los poseían casi todos
m u y anteriores á los escritos de Moisés, testifi-
(1) «A su voz, dice un arqueólogo h a b l a n d o del sabio egip-
tólogo Mariette, á su voz las r e i n a s se levantan de su lecho de
<11 « P o s e e m o s a l p r e s e n t e , d i c e Ebers, a b u n d a n t í s i m a s ma- a r e n a , salen del sudario e n t e r a m e n t e c u b i e r t a s d e s u s joyas
n i f e s t a c i o n e s de la l i t e r a t u r a egipcia, b a s t a n d o decir, para d e oro, y a d o r n a d a s , después de treinta y seis siglos, como el
día en qué Anubis se las llevó, aún calientes, en la b a r c a de
que de ellas p u e d a f o r m a r s e idea, que con las copias d e todas
Osiris... los templos m u e s t r a n sus p u e r t a s d e s p e j a d a s y majes-
l a s inscripciones conocidas, r e p r o d u c i d a s sobre planchas, y
tuosas, y ostentan al sol s u s p á g i n a s de g r a n i t o c u b i e r t a s de
c o n los f r a g m e n t o s de papiro, conservados entre cristal, po-
r e c u e r d o s ilustres... los rehacios F a r a o n e s , ya olvidados, son
d r í a llenarse un edificio i n m e n s o . Y d i c h a literatura es rica,
d e s p e r t a d o s cerno p a r a sufrir un juicio s u p r e m o antes de vol-
a b u n d a n t e ; pues, excepción h e c h a del d r a m a , e n c u é n t r e n s e
ver á t o m a r su puesto en las series dinásticas...» Citado por
en ella todos los géneros conocidos.» Egipto. (Edición españo- el Dr. de la Peña, Manual de Arqueol. Prehist., p á g . 678.
la en f.°, t. II, págs. 50 y 51).
(2) E s probable, dice M. Fon tañe, que aquella «sequía del
(2¡ Génesis, x , 6.
cielo,» como se expresan los papiros, ha existido siempre; ex-
' (3) Fisscher, P a g a n i s m e et Révélation, p á g . 225. Los asi-
cepto, quizás, en T e b a s , Asuan y en toda la N u b i a , d u r a n t e la
d o s daban al Egipto el n o m b r e d e Musar y los á r a b e s el de
época prehistórica.
Mesr.
los museos, aunque no se les daba otro valor que
Sucedía esto en 1822; diez años después, este
el de preciosos dibujitos que agradaban á la vis-
sabio moría, extenuado por el estudio, á la edad
ta, sin decir nada al entendimiento, puesto que r
de 43 anos, dictando durante su última enferme-
hasta entonces, no habían podido descifrarse: á
dad la primera gramática egipcíaca (1).
nuestro siglo estaba reservado adivinar el enig-
Rosellini y Salvolini completaron el alfabeto,
ma del Esfinge, interpretar los papiros, y así fa-
y Seyffarth publicó, en 1825 y 1881, los impor-
cilitar á todos su lectura.
tantes trabajos del profesor Spohn, de Leipzig.
No diré de qué manera la expedición de Bo-
G. Seyffarth criticó y mejoró los principios cíe
naparte á Egipto fué el primer impulso dado á
estos estudios. El hallazgo de Bouchard, en Ro- b a d o del a l f a b e t o E g i p c i o (jeroglifico y demóticoj según
Champolhonel joven ( p á g . 224). « A t e n d i e n d o al valor ó expre-
seta, presentando una misma inscripción en tres s a n p a r t i c u l a r de c a d a signo, se d i s t i n g u e n tres c l a s e s diver-
clases de caracteres, sagrados, vulgares y grie- sas en la e s c r i t u r a e g i p c í a c a : los signos,figurât i vos, los sig-
gos, TOTS OS hpolq xal S'F/wpío'.c XAL 'EXXYJVÍXOÍS nos simbólicos y los signos fonéticos. (El n o m b r e de c a d a
u n o dice p a r a q u é sirve). Si se c o n s i d e r a sólo la f o r m a m a t e -
ypája¡xaa:v, (1) inició á la lectura de los jeroglí- rial de los signos, los m o n u m e n t o s ó p a p i r o s nos d a n á cono-
ficos los sabios egiptólogos Sylvestre de Sacy, c e r t r e s especies de e s c r i t u r a s .
Barthélemy, el sueco Akerblad y el filólogo i n - 1. a E s c r i t u r a jeroglifica, c o m p u e s t a de signos q u e r e p r e -
s e n t a n e x a c t a m e n t e o r a seres de la c r e a c i ó n , " o r a objetos d e
glés Tomás Young, quien, á pesar de sus perse- invención h u m a n a . . . El n ú m e r o de estos signos no p a s a de
verantes esfuerzos, no logró interpretar con per- ochocientos.
fección la piedra de Roseta (2). 2. a E s c r i t u r a hierática,, v e r d a d e r a t a q u i g r a f í a de c a d a sig-
no jeroglifico, ( p a r a uso de los q u e no s a b í a n dibujar). E s de
Después, la tableta bilingüe de Pliila (3) per- u n t r a z a d o fácil, y el n ú m e r o de estos signos es igual al de los
mitió á Champollion el joven comparar los je- jeroglíficos, de los c u a l e s estos no son sino a b r e v i a t u r a s .
3. a E s c r i t u r a demótica ó p o p u l a r , q u e sólo es un e x t r a c t o
roglíficos de la piedra de Roseta con dicha ta- de la e s c r i t u r a hierática...» P e ñ a y F e r n á n d e z , ibid., p á g s . 681,
bleta, y los nombres de Cleopatra y de Ptole- y 682;. «On voit d o n c que les trois sortes d'écriture usitées si-
meo dieron la clave del alfabeto jeroglífico (4). m u l t a n é m e n t en E g y p t e n ' e n f o r m a i e n t r é e l l e m e n t qu'une
seule en t h é o r i e , et que, p o u r la p r a t i q u e s e u l e m e n t , on avait
a d o p t é une t a q u i g r a p h i e des s i g n e s p r i m i t i f s , i m i t a t i o n « d é -
(1) E s t a s e x p r e s i o n e s s e leen en la m i s m a p i e d r a d e Roseta. le des objets n a t u r e l s r e p r o d u i t s p a r le dessin ou p a r la pein-
(2) L a piedra de R o s e t a es d e g r a n i t o n e g r o . T i e n e m á s de ture...»
3 m e t r o s de alto p o r 4 de a n c h o . « T o u t e i n s c r i p t i o n en c a r a c t è r e s h i é r o g l y p h i q u e s se lit
(3j Inscripción en jeroglíflcos y en g r i e g o . en c o m m e n ç a n t p a r le c ô t é vers lequel r e g a r d e n t les têtes
(4) P a r a los detalles tan i n t e r e s a n t e s de este p r i m e r p a s o d ' h o m m e s ou d ' a n i m a u x qui f o n t partie de l'inscription.»
en l a l e c t u r a de los jeroglíficos, véase E G I P T O p o r Jorge Ebers, Champollion Figeac, E g y p t e a n c i e n n e , p á g s . 220 y 225.
(Edición en f.° Barcelona. E s p a s a . , t. II, p á g s . 46,47, 48.—Tam- (1) Véase L o r e n z F i s s c h e r , Paganisme et Révélation, pa-
bién Champollion Figeac, Egvpte, p á g s . 211, 228, con u n g r a - g i n a s 224-236. T r a d u c c i ó n del Dr. P r o s p e r .
BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
manos, ha creado sus aguas, su atmósfera, su totalidad de sus dioses, en la cual el singular
vegetación, todos sus animales, todos sus voláti- ocupaba el primer sitio: bajo esta expresión,
les, todos sus feces, todos sus reptiles y sus cua- como bajo la de Elohim en la Biblia, se encierra
drúpedos (1). Nada falta en esta enumeración, ex- un Dios único considerado en la universalidad
cepto el hombre, cuya creación se refiere ordi- de sus atributos (1).»
nariamente á Num, á Cnumis ó á Atum (2). Leemos en el papiro de Leyde Anastasy / , 350,
Añade el mismo papiro de Tarín que el «Dios en la casa número 8: «Oh Dios poderoso, espí-
muy santo es el arquitecto que ha construido el ritu de los divinos espíritus, oh Uno, oh Único,
Mulo, que ha hecho en su tiempo cuanto hay oh Dios, Venerable, cuyo nombre está escondido
sobre la tierra y en el otro mundo.» entre los ocho dioses (2).»
En la estela Pakemsi, del museo de Berlín, se Más allá, en la casa número 50, se lee: «Eres
lee: «El Dios único, que vive en la verdad, crea- alabado, oh Anión, por tu excelencia: la totali-
dor de lo que existe, formador de los seres.» dad de los dioses canta tu valor... No hay nadie
más poderoso que él (Amón), es poderoso, bon-
dadoso, ha creado todos los dioses.»
IL
§ Eso para el monoteismo primitivo. No nos será
difícil encontrar también huellas de una trinidad
Monoteismo primitivo y huellas de una divina.
Trinidad (3). Dice el papiro de Turin: «Grito con alegría
hácia el Padre, hácia el Buen Espíritu, hácia el
Veamos ahora el paralelo establecido por Ma- Santo;» y el papiro de Leyde: « Tres han sido el
riette entre los papiros egipcios y el Génesis á principio de todos los dioses: Amón, Ra y Ptâh.»
propósito de la teogonia y de la creación:
Esta tradición del Dios único y de la trini-
«En Egipto, dice, se empleaba, como en la Bi- dad (3) se encuentra sólo en los papiros más añ-
blia, una expresión colectiva para designar la
il) M a r i e t t e , Mémoire sur la mère d'Apis, p á g . 29.
(l) C h a b a s , Himno á Osiris, p u b l i c a d o en la « R e v u e Ar- (2) El p a p i r o A n a s t a s y I e s t á f e c h a d o . F u é escrito b a j o el
c h é o l o g i q u e . » ¡Citado p o r F i s s c h e r . ) r e i n a d o de R a m s é s II, que, s e g ú n C h a b a s , m u r i ó en 1510 a n -
2) S e g ú n u n a inscripción de Edfu y u n a estela de la isla tes de J e s u c r i s t o .
de Philœ. (3; « P a r t o u t on croyait à une sorte de t r i a d e divine, c o m -
(3) Véase el b u e n t r a b a j o de F É L I X R O I Î I O U . Peut-on recon- p o s é e d ' u n Dieu s u p r ê m e qui s ' e n g e n d r a i t l u i - m ê m e , d ' u n e
naître dans la théologie de l'ancienne Egypte des traces de déesse à la fois fille, épouse et m è r e , e t d ' u n fils qui partici-
la révélation primitive? Le monothéisme égyptien. (Scien- p a i t á t o u s les a t t r i b u t s du père e t de la mère.» P. Gaffarel,
c e C a t h o l i q u e , 1892, págs. 1056-1080]. H i s t . a n c . des p e u p l e s de l'Orient, p á g . 64.
28 BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
que tiene que sufrir el alma del difunto al t r a -
tiguos. En los posteriores se habla del culto de vés de numerosas regiones, el Ritual funerario
los héroes, después del de los astros, y por fin presenta (en uno de sus mil dibajitos) la escena
del juicio de los muertos. La responsabilidad
vienen los del tiempo en que.se adoraba á los
humana está representada en él clara y solem-
animales (1).
nemente. El alma, entregada por la Verdad en-
tre las manos de la Justicia, llega ante sus jue-
ces. Es interrogada en presencia de Osiris, asis-
tido de 42 asesores. Ilorus y AnuUs echan sus
Inmortalidad del alma. Juicio de los m u e r - obras en la balanza infernal. Junto al fatal ins-
trumento se encuentra Thót, secretario de Osi-
tos. Cielo é infierno.
ris., que escribe el resultado del juicio y lo lleva
a l rey del A menti (1) para que falle (2).
Herodoto dice que los egipcios fueron los pri-
meros que enseñaron la inmortalidad del alma (2), La felicidad de los justos consiste, según el
lo que está confirmado por los monumentos. papiro de Turin, en vivir con la Divinidad, ado-
Inútil nos parece emplear mucho tiempo en de- rándola sin cesar (3).
mostrar que los egipcios creían en este dogma: Los castigos de los malos son terribles. El
es, hoy día, materia indiscutible (3). alma culpable está tirada con su cuerpo en el
El solo Ritual, dice Champollion-Figeac, b a s - «hemisferio inferior, » entregada al «negro dios
ta para dar «la prueba evidente que el dogma del infierno, » echada en unos «círculos doloro-
de la inmortalidad del alma, y el de las recom- sos,» etc. (4).
pensas y de los castigos en la otra vida, fueron (1 E l amenti es el i n f i e r n o de los a n t i g u o ^ egipcios y la
los principales fundamentos de la religión de m o r a d a de Osiri?.
(2) Véase A. Motáis, L'Ecclésiaste. I n t r o d . critique, p a g . 22
los antiguos egipcios (4).» Después de haber
(3) L. Fisscher, P a g a n i s m e et R é v é l a t i o n , p a g . 302.
tratado de la serie de peregrinaciones y pruebas (i) «...enfer où des s u p p l i c e s de t o u t e s s o r t e s a t t e n d e n t le
c o r p s : — s u s p e n s i o n p a r les pieds, l i g a t u r e s a b o m i n a b l e s , d é -
(1) Véase Fisscher.-Loe. cit., p á g s . 240, 241, 242 y 261-264. c a p i t a t i o n s p e r p é t u e l l e s , c œ u r s t r a î n é s a vif s u r le sol, c o r p s
(2) H e r o d o t o , II. j e t é s d a n s des c h a u d i è r e s pleines d ' u n e e a u t o u j o u r s b o u i l -
(3) De Rouge.—Conf. s u r la religion des a n c i e n s E g y p t i e n s , lante.» Fontane, Les E g y p t e s , p a g . '423. Hé a q u i las p a l a b r a s
p é g , 19, 20, 21 .—Brugsch. Collect, de d o c . d é m . , 1,41, 42; E x - d i r i g i d a s por el a l m a á s u c o r a z ó n : «O c œ u r , c œ u r qui m e
viens de m a mère, m o n c œ u r de q u a n d j ' é t a i s s u r la terre,, n e
plicàt. des m o n u m . è g y p t , d e B e r l i n , p. 57 (citado p o r Motáis;
te dresse p a s c o m m e t é m o i n , n e m e c h a r g e p o i n t d e v a n t le
E c c l é s i a s t e , p. 22). _ . |
d i e u g r a n d » (ibid'.J.
(4) U Univers pittoresque (Egypte , por Champollion-Fi-
geac, p. 126. Motáis c i t a t a m b i é n otros t e x t o s en su s a b i a
o b r a t i t u l a d a Salomon et VEcclésiaste, t o m . II, p á g . 209.
— JBBSBÍÉÍm^
sólo Noé y su familia, sino pueblos enteros n o
perecieron en el gran cataclismo (1).
La egiptología no nos enseña nada directa-
mente tocante al Diluvio (1), pero la compara- años; Brugsch 2455, y Mariette 3004 (1).
ción de las dos cronologías, egipcíaca y bíblica, Los egiptólogos más distinguidos, y los me-
puede ayudarnos mucho en el estudio de todo lo nos inclinados á buscar contradicciones entre la
referente á este acontecimiento. Biblia y la ciencia, como Rougé y Chabas, de-
Si existiera una cronología bíblica de la cual claran que es imposible encerrar las fechas
se pudiese usar con certeza, sería relativamen- exactas de la historia egipcíaca en el transcurso
te fácil determinar lo que debe creerse cerca de de tiempo, demasiadamente breve, fijado por
la extensión del Diluvio; pero, en este particu- una interpretación estrecha de la cronología bí-
lar, la egiptología nos presenta una cronología blica. Las opiniones de estos autores han sido
que, aun cuando no esté del todo determinada, admitidas por la mayor parte de los apologistas
es sin embargo suficiente para hacernos dudar católicos (2).
del valor de la cíonología bíblica. Las breves indicaciones que preceden, basa-
En efecto, los más sabios egiptólogos, en vez das en los trabajos de los egiptólogos más im-
délos 292 años que la Vulgata y el texto hebreo parciales, bastan para dar una idea de la utili-
suponen transcurridos entre el Diluvio y Abra- dad que puede sacarse del estudio de los papiros
ham, señalan fechas mucho más antiguas para egipcíacos fechados, para estudiar esta grave
el comienzo histórico del imperio egipcíaco: cuestión de la cronología bíblica, que se refiere
unos, con Lepsius, cuentan 1892 años ántes á puntos'de tan capital importancia como la an-
de Abraham; Lauth da el número de 2152 tigüedad del hombre (3), el mundo antediluviano,
el diluvio, la dispersión de las naciones en Ba-
Un subdito del rey Salomón, que fué más t a r - lo, al ponerse el sol, desembarcó en las ruinas
de rey de Israel, Jeroboam, se vio obligado á bus- de Karnak (1) para contemplarlas de paso. Al
car un asilo en el Delta del Nilo (1), y el profeta llegar al extremo del muro meridional del Gran
Jeremías vivió en Taplmés (2). ¿No se podrán en- Templo, detúvose en frente de la imágen de un
contrar algún día inscripciones ó papiros dá ndo- Faraón con el brazo alzado, en actitud de pegar á
nos detalles sobre estos hechos? los prisioneros que tenía arrodillados á sus plan-
tas. Detrás de estos prisioneros se desplegaban,
¿Cuántas veces los monarcas del Egipto lleva-
en larga hilera, 150 hombres barbudos, y que,
ron sus ejércitos á Palestina? ¿No sería intere-
por consiguiente, no eran egipcios; cada uno es-
sante darse razón, estudiando la organización del
taba casi cubierto por su escudo, en el cual se
ejército egipcio (3), del espanto, bien fundado,
leían inscripciones esculpidas. Cuando el ilus.tre
de los israelitas al acercárseles la magnífica ca-
sabio, al llegar delante del vigésimonono de
ballería de los Faraones? ¿No se comprenderían
estos personajes, leyó: «El rey de Juda,» Iutah
mejor sus reiterados llamamientos á los reyes
la malel, sintió una emoción que se adivinará
amigos del valle del Eufrates? fácilmente.
Prolijo por demás sería enumerar siquiera to-
dos los hechos bíblicos á que pueden referirse los El monarca egipcio que había mandado g r a -
estudios egiptológicos, siendo así que las Sagra- bar sus hazañas en este muro era Sesac (2); el
das Escrituras hablan del Egipto y de los egip- rey hebreo que estaba allí esculpido era Roboam,
hijo de Salomón. Champollion acababa de des-
cios en más de 600 versículos y en 45 libros di-
cubrir, en tierra de Egipto, la confirmación de
ferentes; sólo, pues, llamaré vuestra atención
lo que se lee en el capítulo XII del segundo li-
acerca de un descubrimiento muy interesante
bro de los Paralipómenos. Mas dejemos que él
relativo á la historia de los Reyes.
mismo relate su descubrimiento:
En la tarde del 23 de Noviembre de 1828, su-
«Iba, dice, al palacio, ó, mejor, á la ciudad de
biendo Champollion el joven la corriente del Ni-
los monumentos, Karnak. Allí apareció á mis
ojos toda la magnificencia de los Faraones, cuan-
1 III Reyes, xi, 40-xn, 2. Se r e f u g i ó á la Corte de Sesac,
vencedor, m á s t a r d e , de Roboam, r e y de J u d á . to los hombres hayan imaginado ó realizado de
2 J e r e m í a s , XLIII, 7 - 8 . — P e ñ a y Fernández ( M a n u a l , pá-
gina 693, n o t a 2) dice q u e se h a n r e c o n o c i d o , c e r c a del lago (1) E n f r e n t e de Tebas, en la orilla d e r e c h a del Nilo.
de Menzaleh, al s u r , los vestigios de T a p h n é s y de sus alfa- (2) «La n a s a l e d u n o m de Scheschonk, p r o b a b l e m e n t peu
rerías. articulée, a d i s p a r u d a n s la t r a n s c r i p t i o n h é b r a ï q u e Schis-
¡t] .Maspero, L e c t u r e s h i s t o r i q u e s , c a p í t . V, (Le r e c r u t e - chak (III, Reyes, xiv, 25).» F. R o b i o u , ibid.
ment de l'armée) y c a p í t . X, ( L a bataille).
más grande; ningún pueblo, ni antiguó ni moder-
que los estudios egiptológicos ayudan á esclare-
no, ha concebido el arte arquitectónico de una
cer son: El creacionismo; el monoteísmo primiti-
manera tan sublime y tan grandiosa como los
vo y huellas de una Trinidad; el dogma de la in-
antiguos egipcios. La imaginación, que en Eu- mortalidad del alma; la antigüedad del hombre;
ropa se levanta poco más allí de nuestros pórti- la cronología de los primeros tiempos; las dificul-
cos, se para atónita ante las 140 columnas de la tades relativas á la fecha y á la extensión del
sala de Karnak. En este palacio maravilloso he Diluvio; y, por fin, los puntos de contacto entre
contemplado las imágenes de la mayor parte de la historia de los israelitas y de los egipcios en
los antiguos Faraones conocidos por sus grandes tiempos de Job, Moisés, Salomón, los Reyes y
hazañas; y estas imágenes son verdaderos retra- los Profetas.
tos, reproducidos más de cien veces en los bajo-
Réstame, ahora, señalar los preciosos resulta-
relieves de los muros interiores y exteriores,
dos de los estudios egiptológicos para demostrar
conservando siempre cada uno de ellos su fiso-
la autenticidad del Pentateuco.
nomía propia.
Allí, en tamaños colosales, y esculpidos de la
manera más perfecta que pueda imaginarse, se
ve á Sesac (Sesonchis) (1) arrastrando á los piés
de la Trinidad tebana (Amón, Muth y Khons) los
jefes de más de treinta naciones vencidas, entre
las cuales he hallado, como no podía menos de
suceder, escrito con todas sus letras Judá ha ma-
tch, El reino de los judíos ó de Judá; excelente
comentario del capítulo xiv del tercer Libro de
los Reyes, en el cual se relata en efecto la llega-
da de Sesac á Jerusalem y sus victorias (2).»
Resumiendo, diremos, pues, que los principa-
les puntos de controversia científico-religiosa
(5) « De tous t e m p s , les E g y p t i e n s o n t t e n u en u n e s i n g u - Cosa curiosa, el texto del Génesis dice que el
lière estime les services des esclaves sémites... Les c a r a v a n e s amo de José, uno de los personajes importan-
i m p o r t a i e n t , p o u r les b a z a r s de M e m p h i s ou de T h è b e s , des
esclaves de choix, des s u j e t s r a r e s , véritables o b j e t s de luxe.»
J. Soury, Rev. des Deux-Mondes, Fév. 1875. (1) Gén. x x x i x , 1.
44 45
tes de la Corte de Faraón, era egipcio (1). una casa hablar con la mujer de su amo (1). Sin
nsn C'N embargo, la historia de la tentación con que fué
La egiptología explica esta circunstancia: El probado José en la casa de su amo, está al pa-
monarca que reinaba á la sazón no era un hijo recer relatada en la obra de un autor egipcio
de Cam, sino un semita de la estirpe de los Scha- que la conocía quizás por la tradición. Este au-
su, que habían conquistado al Egipto. Los reyes tor se propuso entretener con esta novela el prín-
de esta nación, conocidos bajo el apellido de cipe que fué más tarde Seti II, sucesor de Mneph-
Hichsos ó Pastores (2), escogían naturalmente tah. La narración de Moisés es evidentemente
sus primeros oficiales de entre sus compatriotas, histórica; y, si el cuento de Los dos Hermanos es
sin excluir enteramente á los egipcios. fantástico, da al menos una multitud de minu-
ciosidades de la vida doméstica de este tiempo,
La carga de intendente, que José recibió en
que confirman la perfecta veracidad de la liisto-
casa de Putifar, existía en todas las grandes ca-
sas, y este oficial llevaba el título de M E R - P E R ,
jefe de la casa.
(1) U n e s t u d i o m á s p r o f u n d o d e l a s c o s t u m b r e s e g i p c i a s
Durante el desempeño, por José, de su cargo n o s e n s e ñ a lo c o n t r a r i o . H é a q u í l a s p a l a b r a s d e u n e g i p t ó -
de intendente, la mujer de Patifar le hizo pro- logo racionalista: «Les esclaves, dice J. Soury, e n t r a i e n t d a n s
le g y n é c é e , l e s m a i n s c h a r g é e s d e fines t u n i q u e s b r o d e e s a u x
posiciones culpables (3). Este episodio de la vida couleurs éclatantes, de boites à p a r f u m s , d'écrins remplis de
de José ha sido tachado por Bohlen y por Tuch c o l l i e r s et d e b r a c e l e t s , d e m i r o i r s d e b r o n z e et d e p r e c i e u x
coffrets a u x hiéroglyphes, nous dirions a u x a r m e s de la maî-
(4) de inverosímil en Egipto, porque si se admi-
t r e s s e de m a i s o n . E t e n d u e d a n s u n f a u t e u i l d ' é b è n e i n c r u s t e
te la presencia de eunucos—como lo quiere la d ' i v o i r e , elle se f a i t a c c o m m o d e r et h a b i l l e r p a r s e s f e m m e s :
Biblia—era entonces imposible al intendente de l ' u n e t o r d s e s n o i r s c h e v e u x e n t r e s s e s fines et n o m b r e u s e s ,
n o n s a n s a j o u t e r q u e l q u e s f a u s s e s n a t t e s ; u n e a u t r e c o u v r e ses
b r a s ses c h e v i l l e s e t s a p o i t r i n e d ' a n n e a u x , d e p i e r r e r i e s et
d ' a m u l e t t e s ; elle e s s a y e q u e l q u e s b a g u e s d ' o r á c h a t o n s g r a -
vé« c h o i s i t les p e n d a n t s d ' o r e i l l e q u elle p o r t e r a d a n s la
(1) Génesis, í b i d .
j o u r n é e , et, t a n d i s q u ' o n o u v r e les é t u i s à c o l l y r e , q u ' o n d e -
(2) Hick, s e g ú n M a n e t h ó n , s i g n i f i c a rey en la l e n g u a s a - l a i e d a n s les c u i l l e r s d e t o i l e t t e les d i v e r s i n g r é d i e n t s e m p l o -
g r a d a , y sos s i g n i f i c a pastor ó pastores, e n el i d i o m a v u l g a r . yés à t e i n d r e les o n g l e s , les s o u r c i l s et les cils, elle é c o u t e va-
«C'étaient, d i c e P . G a f f a r e l , d e s b a n d e s f o r m é e s d u r a m a s s i s g u e m e n t , c a r e s s é e p a r le s o u f f l e d e c h a s s e - m o u c h e s , u n e d o u -
d e t o u t e s les t r i b u s e r r a n t e s de l ' A s i e . . . Ils e n t r a î n è r e n t s u r ce m u s i q u e d e l u t h s , d e h a r p e s et d e flûtes.» Etudes histori-
l e u r c h e m i n les n a t i o n s e n c o r e i n f o r m e s q u i v é g é t a i e n t d a n s ques sur les religions de ÏAsie antérieure, p á g s . 166-167.
les d é s e r t s ou les m o n t a g n e s . » Histoire ancienne des peuples
T a l e s e r a n , a ñ a d e V i g o u r o u x , d e s p u é s d e h a b e r c i t a d o es-
de l'Orient, p a g . 34.
t et r o z o , la v i d a y l a s o c u p a c i o n e s d e la m u j e r e g . p c i a : d e
(3) G é n e s i s , x x x i x , 7. aquí resultaba u n a g r a n c o r r u p c i ó n en s u s c o s t u m b r e s .
(4) Vigouroiuc. Bible et D é c . m o d . t. I I , p á g . 41.
BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
ría escrita por Moisés, y de la cual es probable- Habiéndose mostrado José ser más hábil que
mente una reminiscencia (1). dichos adivinos (1) en la interpretación de los dos
La virtud del joven esclavo le llevó á la cárcel: sueños del rey, mereció ciertamente el honor que
tenía entonces unos veinte y ocho años. le dispensó el Faraón. Sería fácil demostrar por
medio de los dibujos que se encuentran en los
monumentos coetanéos, que las particularidades
§ III. de la introducción de José en la Corte del Faraón
á que se refieren las Sagradas Escrituras, son
Interpretación de los s u e ñ o s del Faraón. poderosos argumentos para hacer patente que el
autor de estas narraciones no ignoraba nada
Es sabido que José debió su elevación á la Cor- acerca las costumbres de la Corte de Tanis (2).
te del Faraón al haber explicado unos sueños
misteriosos mandados por Dios á sus compañeros
de cárcel. Su reputación de intérprete había em-
pezado en la cárcel por la profecía que hizo á § iv.
los reales eunucos, al jefe de los panaderos y al
Colocación del collar á José por el Faraón.
copero mayor.
La fortuna, en efecto, estaba asegurada enton-
ces á los que tenían la reputación de hábiles en Como señal distintiva del poder con que el
interpretar sueños: las novelas llenas de hechi- Faraón revistió á José, se quitó su propio anillo
cerías (2); los innumerables papiros mágicos; los y lo puso en el dedo de éste; le hizo vestir des-
manuales explicativos de las visiones nocturnas, pués con vestimentas de lino, y le colgó del cue-
nos demuestran que la astrología y la magia llo un collar de oro.
gozaban de gran predicamento en Egipto, y que Todos los grandes personajes egipcios repre-
los Faraones tenían la costumbre de reunir á los sentados en los monumentos se ven condecora-
adivinos para consultarles acerca de los sueños dos con el collar (3), dice Yigouroux. Es curioso
que creían de inspiración divina.
(1 Génesis, XLI, 8, 25.
(2) Yigouroux, í b i d . Lib. III, c a p . VI y VII, con v a r i a s re-
(1) Véase M a s p e r o : Contes populaires de l'ancienne Egyp- p r e s e n t a c i o n e s de m o n u m e n t o s .
te, P a r i s , 1882.
(3) Existe en el museo del Loucre u n a estela r e p r e s e n t a n -
2) Ebers, La h i j a del R e y de E g i p t o , t, I, p á g . 318, n o t a do al F a r a ó n M n e p h t a h , m i e n t r a s asiste á la colocación del
168. I b i d e m , t. II, p á g . 351, n o t a 42. Véase la e l e g a n t e y fiel collar con que h a c o n d e c o r a d o á su m i n i s t r o I l o r k h e m .
t r a d u c c i ó n de D. G a s p a r S e n t i ñ o n .
que en esto, lo mismo que en otras muchas par- arte precoz en casi todos los pueblos, y lo fabri-
ticularidades, hayan alegado los racionalistas, cado hace más de tres mil años no desmerecería
ántes de los descubrimientos de la egiptología, en los cofrecitos de los plateros actuales de Pa-
como prueba de la falta de autenticidad del Pen- rís: brazaletes perfectamente trabajados, sobre
tateuco, las circunstancias más característica- los cuales se ostentan figuritas grabadas en vi-
mente egipcíacas de la narración del mismo. drio azul; una cadena de oro de la que pende
Nos será, pues, permitido concluir que si los sa- un delicioso escarabajo; una rica diadema; ani-
bios más hábiles de Alemania se han engañado llos, alfileres y mil pequeños objetos de los que
tan groseramente en el presente siglo al atacar se encuentran en los tocadores de las señoras;
esta parte del Génesis, hubiera sido imposible á todo construido en oro, marfil y piedras precio-
toda persona que no fuera Moisés, referir, algu- sas, llenan de admiración á los visitantes. La
nos siglos después, y en país diferente, historias reina Ahotpu, en tiempo de los Reyes Pastores,
llenas de tantas minuciosidades, hablando sin (quizá á la vista de José y de los hijos de Jacob)
ninguna pretensión arqueológica y con la exac- se adornó con estas joyas que se han encontra-
titud de un hombre que describe las cosas que ha do casi todas en su sarcófago (1). Aquella reina
visto (1). Ahotpu, ó mejor Aali-Hotep (2), de quien tanto
se admiran las joyas (8), era madre deAhmésI,
El racionalista Bohlen dice desdeñosamente
el faraón que rechazó á los Hicksos.
acerca de la colocación del collar á José: «Ape-
nas si es necesario que hagamos notar que estos
objetos de lujo, particularmente las piedras cor-
tadas, pertenecen á una época posterior á la de (1) Le Camus, N o t r e voyage a u x p a y s bibliques; P a r i s ,
Moisés.» Jamás recibió la incredulidad mentís 1890, t . I , p á g . 41.
más humillante: á nuestra presencia están los (2) S e g ú n A . Mariette, Lenormant, Fontane y o t r o s .
(3) « N i la Grèce, ni l ' E t r u r i e , n ' o n t f o u r n i , en fait de
testigos que deponen en defensa de la Biblia. bijoux, rien qui soit, p o u r la g r a n d e u r du style, p o u r l'élégan-
A propósito de una visita hecha al museo de c e et la p u r e t é des f o r m e s , p o u r l a p e r f e c t i o n d u t r a v a i l , s u -
p é r i e u r à ces bijoux de l a reine A a h - H o t e p . » F. Lenormant,
Bulaq, cerca del Cairo (2), Le Camus se expre- L e s p r e m . civil., t. I, p á g . 248. «Les b i j o u x de la reine A a h -
sa en estos términos: «La platería ha sido un H o t e p s o n t les œ u v r e s d ' a r t p r i n c i p a l e s d e c e t t e é p o q u e
( X V I I I e dynastie). Ce sont des b r a c e l e t s o r n é s de p e r l e s d ' o r ,
d e lapis, d"e t u r q u o i s e et de c o r n a l i n e ; des p o i g n a r d s à l a m e
d'or ou d ' a r g e n t ; u n e h a c h e a u t r a n c h a n t d'or m a s s i f ; des
(1) M á s a b a j o léese en el a r t i c u l o III, § V, u n a cita de
flacons, des a n n e a u x , des figurines où l'on c h e r c h e r a i t en
Hengstenberg. vain u n e f a u t e de goût.» M. Fontane, Les E g y p t e s , p á g . 291.
(2) El D o m i n g o , 27 de F e b r e r o de 1888.
'yf:, r " . W M • ' yy^-'-t'X'•••y - f r • • > " " •• y§ 'K
1
PTVAI.' ' ' •'' "-'.'-'•'"' ' ! ' « '•-. >;..• '
50 BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
BIBLIA Y E G I P T O L O G Í A 51
egipcios por un intendente superior (1); la gran la costumbre en embalsamar los cadáveres; y llo-
abundancia y el hambre que se sucedieron, he- róle Egipto setenta días (1).»
cho que ha pasado varias veces en la historia de Estas palabras resumen todas las costumbres
aquel país (2); la traslación al Faraón de la de los egipcios en el duelo de los grandes per-
propiedad de todas las tierras del Egipto, tras- sonajes, y gracias á los descubrimientos egipto-
lación que los papiros indican sin decir cómo se lógicos podemos imaginarnos cómo fué embal-
hizo, son hechos de que se hallan pruebas casi samado Jacob.
palpables en los monumentos, papiros y pinturas Su cuerpo fué desnudado, limpiado y exten-
al fresco (3). dido en el suelo; un cirujano clavó en su nariz
un instrumento de hierro con el cual rompió los
tabiques del cerebro para sacar los sesos que
§ VI. fueron reemplazados por alquitrán líquido muy
puro, que, con el tiempo, había de solidificarse.
Embalsamamiento del patriarca Jacob Las entrañas, el hígado y el corazón, fueron ex-
traídos por una hendidura practicada con un
Moisés, después de haber resumido á grandes silex en el costado izquierdo del cadáver; lava-
rasgos la administración de José en Egipto, ron las cavidades intestinales con vino de pal-
cuenta la muerte de Jacob y añade que José ma y las llenaron de perfumes y aromas (2).
«mandó d los médicos que tenía á su servicio em- Concluidas estas operaciones preliminares
balsamar el cuerpo: los cuales, en cumplimiento de empleáronse en hacer el duelo los cuarenta días
lo mandado, gastaron cuarenta días: que tal era de que habla Moisés, mientras el cuerpo se em-
papaba en natrón líquido, para que se volviese
h e c h i c e r o echó u n a m i r a d a sobre la m a n c h a de tinta, y dijo incorruptible en esta especie de salmuera. Al
sin p e s t a ñ e a r : «Distingo un b u q u e , y en él u n h o m b r e que
viste un t r a j e e u r o p e o , negro, y que no tiene el b r a z o izquier- sacar el cadáver de semejante baño, quedaba
do.» E f e c t i v a m e n t e le f a l t a b a un b r a z o al ilustre a l m i r a n t e , convertido en un esqueleto cubierto de una piel
pero e r a el d e r e c h o . — V é a s e Ebers, Egipto, t. II, p á g . 70. amarillenta, conservando sus facciones á pesar de
(1) L a s i n s c r i p c i o n e s jeroglíficas nos d a n los n o m b r e s de
varios j e f e s de los g r a n e r o s p ú b l i c o s : C h e m n e e h t , C h a e m b a .
que las mejillas quedarían un poco más flacas y
M e n t o t h e p t , etc. los labios encogidos. Entonces empezaron á amor-
(2) E n t i e m p o del Kali.fa E l - M u s t a n s i r - B i l l a h h u b o t a m -
b i é n un h a m b r e q u e d u r ó siete años, de 1064 á 1071. (1) Génesis, capít. i., 2, 3.
(3) Chabas, R e c h e r c h e s p o u r servir a l ' h i s t o i r e d e la XIX a (2) Véase m á s d e t a l l e s en Maspero: Lectures historiques,
d y n a s t i e , p á g . 75. p á g s . 133-139.
tajar al Patriarca: fué ceñido su cuerpo por gran José tenía cerca de cincuenta y seis años
cantidad de pequeñas cintas (1) y metido en cuando murió su padre: cincuenta y cuatro años
un doble ó triple ataúd. más tarde, falleció él, á la edad de ciento diez.
Después de los setenta días de luto fijados Su cuerpo fué embalsamado según la costumbre
por los rituales cuando se trataba de las exe- egipcíaca, y tres siglos después fué trasladado á
quias de un gran personaje, el cuerpo de Jacob Sichem en la tierra de promisión.
fué llevado á Palestina y sepultado en Hebrón
en la cueva doble del campo de Ephrón. Esta
cueva contenía seguramente los cuerpos de los Gracias á los descubrimientos egiptológicos,
patriarcas en el tiempo de Nuestro Señor Jesu- los enemigos de los Libros Sagrados no se atre-
cristo, y el historiador Josefo habla de sus fé- ven ya á impugnar la historia de José como lo
retros de mármol blanco (2), los cuales existen hicieron sus antecesores Bohlen, Tuch y sus dis-
aún, según varios sabios viajeros; mas los mu- cípulos: los adelantos de esta ciencia les han
sulmanes no han permitido nunca penetrar en dado los más rudos mentís, viéndose muchos de
esta cueva guardada cuidadosamente en la ciu- ellos obligados á acudir á hipótesis tan inacep-
dadela de El Kalil, el antiguo Hebrón (3). tables como el suponer que los autores (1) del
Pentateuco hubieron de ser arqueólogos y egáp-
tólog'os de tan g-ran sabiduría que no cometie-
(1) El egiptôlogo Mariette h a m e d r a d o la l a r g u r a de las
cintillas r e u n i d a s d e u n a s o l a m o m i a , y lia h a l l a d o q u e e s t a b a ron error alguno con respeto al Egipto, aunque,
r o d e a d a de cinco mil métros. según ellos, escribieron varios siglos después
(2) Josefo, Antig., 1, X I V . del Exodo (2). Todo hombre de buena fe ha de
(3) «Il est n o n - s e u l e m e n t possible, m a i s très p r o b a b l e , dit
M. P o r t e r (HandbookJ'or Syria and Palestine, 1875, p. 105, reconocer que nosotros los católicos estamos en
q u e les r e s t e s des p a t r i a r c h e s , s p é c i a l e m e n t l e c o r p s de J a c o b lo cierto atribuyendo á Moisés, con nuestras ve-
e m b a u m é à la m a n i è r e é g y p t i e n n e , sont e n c o r e d a n s l e u r s nerandas tradiciones, la composición del Penta-
t o m b e a u x . . . P e u t - ê t r e le j o u r n'est pas éloigné où le mystère
sera éclairci.» Voir aussi E. H. P a l m e r , (Tliedesert ofthe
teuco, con lo cual damos la explicación más
Exodus, 1871, T. II, p. 397). cumplida y más aceptable del carácter perfec-
Les c o r p s m o m i f i é s à la m a n i è r e é g y p t i e n n e s o n t si bien tamente egipcíaco de la historia de José.
c o n s e r v é s q u e si l'on en f a i t m a c é r e r u n e p a r t i e d a n s l ' e a u
c h a u d e , elle r e p r e n d l ' a p p a r e n c e n a t u r e l l e de l a c h a i r et se
p u t r é f i e ensuite q u a n d on l'expose à l'action de l'air. ( J . N.
(1) T o d a la escuela r a c i o n a l i s t a a f i r m a q u e el P e n t a t e u c o
Hoare, Religion o f t h e a n c i e n t E g y p t i a n s , d a n s le Nine-
es o b r a de v a r i o s a u t o r e s .
teenth Century, D é c e m b r e 1878, p. 1119.» Vigouroux, ibid.
(2) Del siglo nono al quinto á n t e s de J e s u c r i s t o .
t. I , p a g . 516, n o t a .
ec?
tradición averiguada, y confirmada, aunque tími-
damente, por los sabios Brugsch, Bircli, Lenor-
ARTÍCULO II mant, Robiou, Mariette, etc.
Los reyes pastores Shalit, Bnón, Apachnas,
PERSECUCIÓN DE LOS HEBREOS Apapi I, Jannas y Assés (1), habían luchado su-
§ L cesivamente contra la dinastía XIVa, y Assés ha-
bía logrado relegarla á Tebas en la parte alta
del Egipto; mas los Faraones indígenas de Te-
Expulsión, por Ahmés, de la ú l t i m a dinastía bas, sometidos á los Hicksos durante tres siglos,
de los Hicksos ó Pastores. alcanzaron por fin venganza. Ahmés, rey tebano
de la dinastía XVIIa, logró ocupar á Tanis, ca-
Dejando aparte el Génesis, voy á proceder al pital de los Hicksos, y, habiendo rechazado á la
exámen de los quince primeros capítulos del dinastía usurpadora de los Pastores (dos siglos
Exodo, comenzando por el que nos refiere las quizás después de muerto José), pudo ceñir su
persecuciones que sufrieron los hijos de Jacob. frente con el pchent, la doble corona encarnada
El Génesis concluye con la muerte de José, y blanca de los monarcas egipcios (2).
dejando vislumbrar en sus últimas líneas la es- Preciso me era referir estos hechos históricos
peranza del regreso á la tierra de Canaán. El para explicar el versículo 8 del primer capítulo
día de la restauración se hizo esperar cuatro del Exodo, que hasta hoy día no había podido
siglos (1), durante los cuales las 70 personas que entenderse. Dice este verso: «Se elevó en Egip-
formaban la familia de Jacob (2) se habían con- to un nuevo rey que no conocía José.» La falta
vertido en una nación de 600,000 hombres, ca- de detalles sobre el cambio de dinastía impedía
paces de empuñar las armas. comprender cómo el Faraón había podido olvi-
¿Qué sucedió durante estos cuatro siglos? dar á los descendientes del Salvador de Egipto.
Recientes descubrimientos nos permiten ase- El rey Ramsés I había muerto sin posteridad.
gurar que Jacob fué recibido en Egipto por un Seti I, que fué su sucesor, aunque no era de san-
Faraón de la segunda dinastía de los Hicksos, gre real se había casado con una hija de R a m -
Apapi II, probablemente, según una antigua sés I, de cuyo matrimonio nació Ramsés II. Seti I
-
pa« Fa Habitation. grjjiáí
- i G S S H D
de ... "R^amsésft. Ra Sol Ra Sol
0
14
ousor dominus mes genuit
l
m ^ p - - : : m - ma vsritatis 1 1 1
V.s.f* <\ut ami ?» verini , Ljo lí potar elei ffentri ¿c los r sou eum ;
. o soiep electus
\i i i hr—n en a 1%
•ir meri avians
| 1 -JJ-Vi sole
ra
MA D JAiu , ¿frwu/ttx/ma/tv. ije^i amen Ammonem
III.
No habiéndose encontrado en estas ruinas líos. es notorio que fundó las dos ciudades de
ningún monumento anterior al reinado de Ram- que habla Moisés.
sés II, y hallándose en ellas mil veces su nom- Los descubrimientos egiptológicos, confir-
bre, así en los monumentos como en los ladri- mando los más pequeños detalles del texto bí-
blico, fijan, pues, la fecha de la persecución de
d a n s le Delta et d a n s la vieille t e r r e de Gessen. L ' O r i e n t g a r -
los hebreos, el lugar en donde moraron y el
de t o u j o u r s ses m a g n i f i c e n c e s ; le ciel, de l ' a z u r le plus p u r , nombre del Faraón que les persiguió.
est b r i l l a n t et r a d i e u x , l'air est d'une t r a n s p a r e n c e p a r f a i t e , Después de esto, pintan con vivos colores, como
et les j e u x de la l u m i è r e p e i g n e n t t o u r à t o u r le p a y s a g e de
t e i n t e s d'or et de n u a n c e s roses ou violacées. L e s a r b r e s de
* vamos á verlo, á la nación hebraica, bajo el yu-
cette h e u r e u s e c o n t r é e s o n t t o u j o u r s verdoyants; la p l u p a r t go insoportable de los tiranos que, según la ex-
fleurissent e t p o r t e n t des f r u i t s p l u s i e u r s fois p a r a n ; seuls, le presión de Moisés, «los hacían pasar una vida
figuier et le m û r i e r p e r d e n t quelque t e m p s l e u r feuillage p o u r
muy amarga con las duras fatigas de hacer ba-
r e v e r d i r en février. 11 e s t vrai que les a r b r e s s o n t en petit
n o m b r e , m a i s p a s u n village qui ne soit c o m m e p e r d u au m i - rro ó argamasa, y ladrillo, y con toda suerte de
lieu d'un b o s q u e t de p a l m i e r s , qui n ' o f f r e à l'œil ravi des aca- servidumbre con que los oprimían en las labo-
cias, des t a m a r i s , des o r a n g e r s , des g r e n a d i e r s , des c i t r o n -
res del campo (1).»
niers, q u e l q u e m a g n i f i q u e s y c o m o r e , le m i m o s a a u x fleurs
j a u n e d'or ou le b a n a n i e r a u x feuilles g i g a n t e s q u e s . Des oi-
s e a u x au b r i l l a n t p l u m a g e , l'ibis sacré, le flamant rose et d'au-
§ iv.
tres espèces e n c o r e a n i m e n t les bords d u fleuve e t les p r a i -
ries. L e lotus couvre les c a n a u x m ê m e s et les é t a n g s de son Situación de los hebreos en la tierra
l a r g e feuillage et de ses fleurs b l a n c h e s et bleues, en f o r m e
de c o u p e s g r a c i e u s e s . Q u a n d le Nil e s t r e n t r é d a n s son lit,
de Ghesen.
«
rante cuarenta años, el testigo de aquellas cruel- más notables descubrimientos de la egiptología.
dades. He dicho ya algo de la momificación de los
Criado por su propia madre, ocultando en su cadáveres y de su conservación, por decirlo así,
ardiente corazón vivos sentimientos de amor pa- ilimitada: gracias á este sistema de embalsa-
ra con sus hermanos, mató á un egipcio que les mamiento de una perfección completa, poseemos
insultaba, y, á la edad de cuarenta años (1), se
vió precisado por ese crimen á huir á Madián
para librarse de la ira de Ramsés. Aquel rey po-
día tener entonces cerca de sesenta años, y mu-
rió unos 26 años después de haber desterrado á
Moisés.
Durante los cuarenta años que pasó Moisés en
el desierto, las persecuciones aumentaron de día
en día de tal manera que los israelitas, según
dice la Biblia (2), no podían soportar el yugo
cruel que pesaba sobre ellos desde el principio
del reinado de Seti I (3), yugo aún hecho más
pesado por su hijo Ramsés II y su nieto Mneph-
tali I.
§ VII.
Descubrimiento de las momias de Seti I y de
R a m s é s II.
Antes de ocuparme de como aquellos infelices MOMIA DEL FARAON SETI I
alcanzaron su libertad, hablaré de uno de los p a d r e de Ramsés II y p r i m e r perseguidor de los hebreos,
tal como se conserva en Bulaq, cerca del Cairo
(SEGÚN UN G R A B A D O D E MASPERO)
(1) Actos, VII, 23.
(2) Exodo, II, 23.
(3) Los s e n t i m i e n t o s y la c o n d u c t a de R a m s é s II p a r a con todavía los cadáveres de Seti I y de su hijo
os hebreos, c u a n d o e r a a ú n m u y joven, d e m u e s t r a n h a s t a la Ramsés II, que fueron los dos primeros Faraones
evidencia q u e su p a d r e Seti I f u é t a m b i é n u n cruel_ p e r s e g u i -
d o r de los pobres h a b i t a n t e s de l a t i e r r a de G h e s e n .
que persiguieron á los hebreos.
Ramsés II fué sepultado en la tumba que él presenciaron la operación (1), cuando, después
mismo se había hecho construir en el Valle de de haber desatado con gran paciencia muchas
los Reyes (1) (Biban-el-moluk); más adelante, cintillas, encontraron sobre el pecho de una de
para salvar sus restos de manos rapaces, los
trasladaron al sepulcro de Amenhotpu I, donde (1) Hé a q u í un e x t r a c t o de la relación oficial que hizo el
S r . Maspero d e s p u é s del r e c o n o c i m i e n t o de la m o m i a del
permanecieron durante más de dos siglos con los Faraón R a m s é s II:
Faraones de las dinastías precedentes: Amhosu I, «La m o m i e n.° 5233, e x t r a i t e la p r e m i è r e de sa cage en ver-
Thutmosu I, Ramsés I, Seti 1(2) y las princesas re, est celle de R a m s é s II Sésostris, c o m m e en font foi les
procès-verbaux des a n n é e s VI e t XVI du g r a n d prêtre H r i h o r
de su familia. S i a m o u n , X et X V I d u g r a n d prêtre P i n o t m o u 1 e r . L a présence
Después de la caida de Tebas, un rey de la de cette d e r n i è r e inscription une fois c o n s t a t é e p a r Son Al-
tesse le K h é d i v e et p a r les h a u t s p e r s o n n a g e s r é u n i s d a n s
XXII a dinastía quiso desembarazarse de todos
la salle, la p r e m i è r e enveloppe f u t enlevée et l'on d é c o u v r i t
aquellos cadáveres momificados, y los enterró en successivement u n e b a n d e d'étoffe large d'environ vingt c e n -
confusa mezcla en un rincón de la montaña, timètres e n r o u l é e a u t o u r du c o r p s , puis un second linceul
cousu et m a i n t e n u d'espace en espace p a r des bandes étroites,
(cerca del templo de Deir-el-Bahari) escondidos puis d e u x é p a i s s e u r s de b a n d e l e t t e s et u n e pièce de toile fine
tan cuidadosamente, que permanecieron igno- tendue de la tête a u x pieds. Une i m a g e de la déesse Mouit,
rados allí por espacio de veinte y ocho siglos. d'environ 1 m è t r e , y est dessinée en c o u l e u r r o u g e et noire,
ainsi que le p r e s c r i v a i t le rituel; le profil d e l à déesse r a p p e l l e
Todas estas momias fueron descubiertas por à s'y m é p r e n d r e le profil p u r et délicat de Séti I e r , tel que nous
algunos Felahs que vendían poco á poco las le font c o n n a î t r e les bas-reliefs de Thèbes et d A b v d o s . Une
b a n d e nouvelle é t a i t placée sous cette a m u l e t t e , puis u n e
joyas que sacaban de los féretros reales, cuando c o u c h e de pièces de toile pliées en c a r r é et m a c u l é e s p a r la
en 1871, un sabio egiptólogo francés, el señor matière b i t u m i n e u s e d o n t les e m b a u m e u r s s'étaient servis.
Maspero, hizo detener á los ladrones y trasla-
Cette d e r n i è r e enveloppe é c a r t é e , R a m s é s II a p p a r u t . La tête
dar aquellas momias al museo de Bulaq, cerca est allongée, petite p a r r a p p o r t a u corps. Le s o m m e t d u c r â n e
del Cairo, donde se las sometió á un minucioso est e n t i è r e m e n t d é n u d é . Les cheveux, r a r e s s u r les tempes,
s'épaississent à la n u q u e et f o r m e n t d e véritables m è c h e s
reconocimiento. lisses et d r o i t e s d'environ 5 c e n t i m è t r e s de l o n g u e u r : b l a n c s
Calcúlese la impresión que sintieron el Jetive, au m o m e n t de l a m o r t , ils o n t été teints en j a u n e clair p a r les
p a r f u m s . Le f r o n t est bas, étroit, l ' a r c a d e sourcilière s a i l l a n -
el señor Maspero y los numerosos sabios que te, le sourcil b l a n c et f o u r n i , l'œil petit et r a p p r o c h é du nez, le
nez long, m i n c e , b u s q u é c o m m e le nez des B o u r b o n s , légère-
m e n t é c r a s é a u b o u t p a r la pression du maillot, la t e m p e
(1) E s t e valle está s i t u a d o al E s t e de T e b a s y d i s t a n t e unos creuse, la p o m m e t t e p r o é m i n e n t e , l'oreille ronde, é c a r t é e de
seis k i l ó m e t r o s d e la m i s m a . la tète, percée d ' u n t r o u c o m m e celle d ' u n e f e m m e , p o u r v
(2) Véase el g r a b a d o (pág. 71) según u n a f o t o g r a f í a s a c a d a a c c r o c h e r des p e n d a n t s , la m â c h o i r e f o r t e et p u i s s a n t e , le
p o r Maspero del m i s m o c a d á v e r . menton très h a u t . L a boucne, assez peu f e n d u e , est bordée de
aquellas momias un precioso pectoral de oro
puro ostentando el óvalo real de Ramsés II.
Luego apareció á los ojos asombrados de los
testigos de aquella escena el rostro del terrible
Faraón que tanto persiguió á los hebreos. Aquel
moüarca volvía á parecer á la luz del sol des-
pués de más de 3,300 años, y sus facciones
fueron fijadas por la fotografía, que nos ha ser-
vido para sacar las dos reproducciones adjun-
tas (1).
(1) E x o d o , xi, 5.
§ ni. (2) A t e n d i e n d o á las e x p r e s i o n e s de la Biblia, parece pro-
bable q u e pereció M n e p h t a h en el m a r Rojo (Exodo xtv, 17,
Décima plaga 18, 23, 28,—xv, 1, í , 5, 10, 2 1 - S a l m o cxxxv, 15). Es b u e n o
sin e m b a r g o r e c o r d a r el trozo siguiente de F. Chabas: «Acant
y m u e r t e del hijo del Faraón Mnephtah I.
la neuvième année de son règne il íMnephtah I) avait designe
p o u r héritier du trône son fils Séti II M n e p h t a h , qui lui succé-
Con esta última plaga Dios hirió de muerte á d a en effet. On ne sait s'il r é g n a b e a u c o u p plus l o n g t e m p s ,
todos los primogénitos de Egipto «desde el pri- m a i s il e u t le t e m p s d ' a c h e v e r s a tombe d a n s l a vallee de Bi-
b a n - e l - M o l o u k , à T h é b e s . Son hypogée, auquel W i l k i n s o n a
(1) El q u e haya l e i d o / . Ebers ( E G I P T O , 2 tomos en 8 . ° ma- d o n n é le n.° 8, c o m m e n c e p a r un passage ouvert d'environ 13
yor, E S P A S . \ Y C. a Barcelona) t e n d r á u n a idea m u y e x a c t a de mètres de l o n g e u r ; les c o r r i d o r s n ' o n t été déblayés que j u s q u a
aquel país. E s la ú n i c a o b r a de c o n s i d e r a c i ó n s o b r e este la p r e m i è r e salle s u r u n e longeur de 55 mètres;... (Recher-
a s u n t o p u b l i c a d u en c a s t e l l a n o h a s t a la fecha. ches, etc. p. 115). Véase m á s a r r i b a (§ I), la n o t a que e m p i e z a
por Se puede afirmar...
BIBLIA Y EGIPTOLOGIA
BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
»los primogénitos en la tierra de Egipto, desde ción acababan de salir de Egipto después de
»el primogénito de Faraón que le sucedía en el una larga permanencia en aquel país (1).
»trono, hasta el primogénito de la esclava.» Is- Queriendo, ante todo, conservar pura en su
rael es, colectivamente, el primogénito de Ia- nación la idea del monoteísmo, prohibió en ab-
veh. soluto la representación de divinidades múltiples,
Es importante observar que en la Biblia y en siendo de notar que de estas algunas fueron
el monumento de Berlín el hijo del Faraón tiene adoradas en el Egipto exclusivamente en aquel
el mismo título. El monumento le da el de Re- tiempo, como sucede, por ejemplo, con los rep-
pa-seps, ó sea de «asociado al Imperio,» y la Bi- tiles. Además, todas las divinidades egipcía-
blia dice «que está sentado en su trono (1),» cas que había visto el pueblo, durante su mora-
1NDD-S? vi da en Egipto, se hallan claramente designadas
en los capítulos IV y V del Deuteronomio.
Moisés había conocido la alta sociedad faraó-
nica, constituida en gran parte por la clase sa-
cerdotal. Bajo la inspiración de Dios establece
Lo que ha sacado de Egipto el autor un sacerdocio análogo al que había visto en los
del Pentateuco. templos de Egipto. La tribu de Leví es escogida
milagrosamente, y de ella saldrán los sacerdo-
tes que tendrán que practicar ritos misteriosos,
Moisés afirma que él mismo ha escrito el Li- según reglas minuciosamente fijadas por escrito.
bro de la Ley (2), y, en efecto, del exámen de su Estos sacerdotes guardarán, como los de Egipto,
narración se desprende fácilmente que presenció los Libros Sagrados; serán singularmente privi-
el autor los sucesos del Exodo, pues en ella el legiados entre sus hermanos; llevarán traje par-
recuerdo de Egipto es muy reciente. ticular y tendrán entre sí un orden jerárquico;
Prescindiendo de otras particularidades, de- los considerarán como los doctores déla nación.
mostraré que Moisés tomó mucho del culto exte- No contentándose aún el autor del Pentateuco
rior y de la lengua de los egipcios: lo cual se con haber sacado de Egipto la concepción de
explica perfectamente, puesto que él y su n a - una tribu sacerdotal, buscará en aquel mismo
decir en la ribera del rio, se dice en él labio del estado del país, de las principales ciudades, de
río; el nombre de los oiamn en singular nuin 1¿ frontera y de la composición del ejército, se
con que se designa (en el capítulo XLI del Gé- refiere á aquella misma época de los Ramsés,
nesis) á los adivinos del Egipto, deriva proba- y no á la de los Faraones contemporáneos de
blemente de JAR, decir, indicar, y de TOM, cosa Salomón y de sus sucesores. Si los documentos
escondida, de modo que main significa el que hebreos de que se trata perteneciesen, como di-
indica las cosas escondidas, etc., etc. (1). cen los racionalistas, al final del período de los
reinos de Judá, ¿cómo podría explicarse que re-
presentasen el estado del Egipto antiguo y no
aquel en que se encontraba en tiempo de dichos
§V.
reyes? ¿Por qué el Pentateuco nos describe el
Eo-ipto como un reino único sin hacer alusión
Recapitulación.
alguna á la multitud de principados de que nos
habla Isaías? ¿Por qué los nombres propios per-
Después de lo expuesto, bien podemos decir tenecen á la época de los Ramsés y á tiempos
con un sabio egiptólogo «que es, hoy día, noto- anteriores sin que se pueda encontrar uno solo
rio que las narraciones de la historia de José, de estos nombres semíticos que prevalecieron
de la morada de los israelitas en el Egipto, y del con la dinastía bubastida de los tiempos de Sa-
fin de su cautiverio, han sido escritas durante lomón? Los egiptólogos han tomado las dos se-
el recuerdo de acontecimientos todavía recien- ries de documentos, hebreos y egipciacos, ios
tes. La minuciosa exactitud del texto no podría han puesto una al lado de otra, y han hecho
explicarse si el Pentateuco hubiese sido escrito constar su exactitud recíproca; mas, semejan e
en una fecha más distante de aquellos aconteci- exactitud no puede ser evidentemente el resul-
mientos. Esta misma exactitud no solamente tado de una tradición transmitida a través de
demuestra el conocimiento del Egipto, sino del varios siglos (1),» y es claro que el autoi del
Egipto tal como era durante el reinado de los
Ramsés y en épocas anteriores. Lo que dice del
(1) C I T A D O P O R V ^ U R 0 U , , ^ n ^ B i ^ I ; ^ ;
ción) págs. 379-380. E s t a s e esté P u -
(1) Vigouroux, Bible e t D é c o u v . m o d . (t. II, p s g s . 619-
t e x t o e n los Seminarios ^ 1 0 ) p o r D. Vicente
625, de la 4. a edición).
blicando a c t u a l m e n t e en que sea a d o p t a d a
—Rudolphus Cornely, H i s t ó r i c a et c r i t i c a i n t r o d . in V. T.
Calatayud y B o n m a t i . H a c e m o s votos p a r a | Esctí.
Libros S a c r o s , Vol. II, i, p a g . 61.
también como o b r a de texto p a r a el curso
BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
Pentateuco ha sido contemporáneo de los hechos tación ó por el ansia de saber: nada más legíti-
que nos cuenta en su narración (1). mo; mas, para nosotros, los resultados que se
obtienen por los estudios egiptológicos alcanzan
un objeto mucho más elevado: la defensa del Li-
Conclusión práctica. bro Santo inspirado por Dios, contra los porfia-
dos ataques de la impiedad. No tememos los des-
¿Cuál es la conclusión que de lo dicho resulta cubrimientos de esta índole, al contrario los de-
y se impone á nosotros los católicos, particular-
seamos; porque, si por acaso contradicen, como
mente á nosotros los que vivimos solamente pa-
ha sucedido ya, á varios de los comentadores de
ra Dios y su Iglesia? ¿No será, acaso, la de esti-
las Sagradas Escrituras, estas mismas Escrituras
mar en alto grado los interesantes descubrimien-
aparecen más claras y más luminosas al compás
tos que se hacen en Oriente á impulsos de los
de los adelantos de la verdadera ciencia.
gobiernos de varios países?
Este nombre de ciencia en los tiempos que
Muchos son los sabios que estudian con per-
atravesamos, tiene algo de mágico y de aluci-
severancia y ahinco, aspirando á adquirir repu-
nador; y, lanzado por los impíos como un grito
de guerra en su lucha contra la religión, ora en
t a r a en los S e m i n a r i a s Conciliares de E s p a ñ a . E s t á al co- revistas sabias, ora en periódicos populares, lia
m e n t e de t o d a s las dificultades que se h a c e n a c t u a l m e n t e con-
t r a la B i b l i a .
dado á menudo aparentes victorias á los enemi-
gos de la divina Revelación.
J t l «El P e n t a t e u c o , dice H e n g s t e n b e r g , q u e en diferentes
s t u s d i s t a n t e s u n o s de otros, nos p r o p o r c i o n a , sobre la posi- A nosotros nos toca evidenciar que son enga-
ción y la n a t u r a l e z a del país de Ghesen i n d i c a c i o n e s eviden- ñosos estos triunfos, y que no tienen nada de
e x p d a s s á , c u , y
r": r r ° sin intenc¡ón- pe™«»«* serio.
I Z T ,6 a C U 6 r d 0 C ° n S Í g ° m i s m 0 " T o d a s ^ indicacio-
Es preciso demostrarlo á los sabios católicos,
Sa I T r U r . 7 ° / C Í Ó n 7 n a t U r a ' e z a d e i P a í s ' s o n confirma-
n r l S r e a l i d a d g e o g r á f i c a ; en n i n g u n a p a r t e se e n c u e n t r a entregados á estudios de diferente índole, á los
p r e t e x t o p a r a s o s p e c h a r q u e se t r a t e de u n a utopia; h a y he-
6n
estudiantes de los Seminarios Conciliares que se
- r l e T d " d s e r í a n ¡ " e x p l i c a b l e s , si el a u t o r de este li-
d e l p u e b r T T d ° S U S , r e l a t 0 S e n , a s vacilantes tradiciones
preparan para el cargo de defensores de la reli-
del p u e b l o r o d o , p o r el c o n t r a r i o , c o n d u c e n c r e e r ¡y éste, en gión en todas las esferas, á la juventud que fre-
seT'itt CaS
° 60 q U e 86 e n C u e n t r a
' V I o í s é s > 9«® él escribió cuenta las Universidades del Estado, en las cua-
c a v c n n r r r q u e l
! P r o P o r c i o » ^ s u propia experien-
les se encuentran (aunque afortunadamente por
los o l i e t n ' : , C O m ° d , d a d P r ° P Í a d e ' <*Ue h i l v i s t 0 v ' o c a d o
positivo , {ManU JUe l sin h a b e r l o s e s t u d i a d o con un fin excepción) algunos profesores que han renegado
ZVoZ í J«
q u e o l o g í a , p a g s . 706-707).
la P e ñ a
y Fernández, M a n u a l de ar- la fe de su bautismo, y que, con el ligero bar-
ii
m W BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
Artículo X.
m W BIBLIA Y EGIPTOLOGÍA
A r t í c u l o X.
(I) E t s i e n i m fides sit s u p r a r a t i o n e m , nulla t a m e n vera H i s t o r i a de J o s é .
dissensio n u l l u m q u e dissidium i n t e r ipsas inveniri u n q u a m 41
potest, c u m a m l x e a b uno e o d e m q u e i m m u t a b i l i s ieternieque § I José es vendido á P ^ ; . • • g " ¿ q por" gu
ver.tatis f o n t e D. 0 . M. o r i a n t u r . (Pio IX, Enciclica del 9 de § II José, i n t e n d e n t e de P u t i t a r , es ie r ^ 43
Artículo II.
Persecución de los israelitas.
§ I Expulsión, por Ahmés, de la última dinastía de
los Hicksos
§ II Moisés a r r o j a d o al Nilo bajo el reinado de Ram-
sésII
§ III El F a r a ó n f u n d a d o r de las c i u d a d e s de P i - T o m
y Rhamsés
§ IV Situación de los hebreos en la tierra de Ghesen.
§ V Una huelga de albañiles en el siglo xv a n t e s de
Jesucristo
§ VI Crueldad de R a m s é s 11
VII Descubrimiento de las m o m i a s de Seti 1 y de
R a m s é s II
Articulo III.
Fin del cautiverio.
§ I El Génesis fué un l l a m a m i e n t o á la libertad.. .
§ II L a s p l a g a s de Egipto
§ III Décima p l a g a y m u e r t e del hijo del F a r a ó n
Mnephtah I
§ IV Lo que ha s a c a d o del Egipto el a u t o r del P e n -
tateuco
§ V Recapitulación
Conclusión práctica