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CAPÍTuLO 4­
Significado, expresión y expresivismo

En la primera parte he presentado argumentos


contra el viejo y el nuevo detectivismo, varias mo­
dalidades del constitutivismo yel 'sendero interme­
dio' de la conciencia interna. También he propues­
to que rechacemos lo que Crispin Wright dice sobre
la autoridad con que declaramos nuestros propios
anhelos, miedos e intenciones, así como lo que John
McDowell dice sobre nuestra conciencia de nuestros
propios dolores y otros Ítems internos ocurrentes. En
la segunda parte presentaré una propuesta que creo
que nos permite entender mejor las relaciones que
mantenemos con nuestros propios estados internos.
Estoy de acuerdo con Wright en dos cosas: la pri­
mera es que, en tanto que estamos interesados en en­
tender la autoridad de la primera persona, puede re­
sultamos beneficioso que nos tomemos en serio lo
que Wittgenstein piensa sobre la autoadscripcí6n de
estados mentales. La segunda es que, si queremos to­

[177 ]
17 8 SIGNIFICADO, EXPRESIÓN y EXPRESMSMO §4· SIGNIFICADO 179
'

marnos en serio 10 que Wittgenstein piensa sobre la cutar. En ese caso podría decirse que hay un abismo
autoadscripción de estados mentales, debemos aten­ entre la orden y su ejecución; un abismo que puede
der a sus observaciones sobre 10 que es seguir una re­ salvarse con la ayuda de una interpretación, que esa
gla. Wright ve que hay una conexión importante en­ persona consigue captar mediante «un acto de com­
tre esas dos líneas del pensamiento de Wittgenstein, a prensióm>. En el segundo capítulo puse el ejemplo
pesar de que, como argüiré, no las presenta correcta­ de una turista estadounidense en Roma que, quizá
mente. En este capítulo, discutiré tres puntos de vis­ con la ayuda de un diccionario inglés-italiano, se las
ta de Wittgenstein relacionados entre sí: [1] 10 que es ingenia para interpretar la orden que le da un policía
seguir una regla, [2] la expresión de estados mentales italiano. Esa interpretación la ayuda a salvar el abis­
y [3] su autoadscripción. mo que media entre la orden del policía y la ejecu­
ción de esa orden.
4.1. SIGNIFICADO Pero lo que el interlocutor de Investigaciones §431
Debo comenzar revisando brevemente algunas co­ defiende no es simplemente que dichos abismos se
sas que dijimos en el capítulo segundo respecto de abran a veces, sino, más bien, que siempre que se da
las observaciones de Wittgenstein sobre 10 que es se­ una orden, existe un abismo entre ella y su ejecución.
guir una regla. En Investigaciones § 431, el interlocu­ Esto resulta obvio en la continuación de esa misma
tor de Wittgenstein articula una idea que puede pa­ sección:
recer mocua:
«Sólo ante la comprensión se dice que tenemos que
«Entre la orden y la ejecución hay un abismo. Éste tiene hacer ESO. La orden -eso no son sino sonidos, man­
que ser superado mediante un acto de comprensióm>. chas de tinta».

En cierto sentido, 10 que ahí se dice es realmente ino­ Esa misma idea también puede expresarse así: "Cual­
cuo. A veces sucede que a una persona se le da una quier orden ( o instrucción, o enunciado, o regla) sólo
orden que no entiende y que por tanto no puede eje- es en sí misma una secuencia de sonidos o marcas,
SIGNIFlCADO ISI
180 SrGNIFICADO, EXPRESIÓN Y E){PRESlVTSMO §4· 1

y como tal puede entenderse de cualquier manera: nar ningún curso de acción porque todo curso de ac­
ninguna serie de ruidos, o de marcas que figuren en ción puede hacerse concordar con la regla», hunde
una página, tiene por sí misma un significado deter­ sus raíces en la idea de que en cada caso hay un abis­
minado. Pues para que una orden, cualquier orden, mo entre la enunciación de una regla y su aplicación.
requiera que se haga una cosa en vez de otra, debe Prima jade parece dificil que todo curso de acción
suplementarse con un acto de comprensión. Así que pueda hacerse concordar con cada regla. Imaginemos
en realidad siempre nos encontramos en una situa­ que a la entrada de una montaña rusa se coloca un
ción muy parecida a la de la turista estadounidense letrero con la siguiente orden: "Por favor, permanez­
en Roma: no podemos seguir una sencilla instrucción can sentados mientras la montaña rusa esté en mar­
en castellano, como 'Por favor, permanezca sentado', cha". Imaginemos también que, mientras la montaña
sin asociarle primero la interpretación correcta". rusa está en marcha, un pasajero se desabrocha el ar­
Una vez aceptamos que entre cada orden y su nés y se levanta de su asiento. ¿Cómo podría hacer­
ejecución media tal abismo, es dificil ver cómo po­ se concordar esta conducta con esa orden? La para­
dríamos salvarlo. Si "Por favor, permanezca senta­ doja de Investigaciones § 201 logra asentarse una vez
do" puede malentenderse, entonces también puede que hemos aceptado una idea'que podría exponerse
malentenderse cualquier interpretación que asocie­ así: "Las palabras 'Por favor, permanezcan sentados
mos a esas palabras, pues esa interpretación necesita­ mientras la montaña rusa esté en marcha' sólo son
rá de tanta interpretación como aquello que supues­ en sí mismas trazos de pintura seca en un trozo de
tamente interpreta. Si cada orden conlleva un abismo, madera que, sin interpretación, no instan a que se
entonces cada interpretación también lo conlleva. De lleve a cabo un curso de acción en lugar de a otro".
esta forma, cada interpretación parece requerir otra Argüiré que Wittgenstein evita la paradoja de § 201
interpretación respaldándola y el abismo entre orden poniendo en cuestión, y en última instancia recha­
y ejecución nunca se salva. zando, el impulso a decir ese tipo de cosas; el impul­
En el capitulo segundo dije que la 'paradoja' de so a decir, por ejemplo, «La orden -eso no son sino
Investigaciones § 201, «una regla no podía determi- sonidos, manchas de tinta». Obviamente, se puede
182 SIGNlFlCAOO, EXPRESIÓN Y EXPRliSlVlSMO §4· 1 SIGNlFlCADO 18 3

responder al regreso de interpretaciones y a esa pa­ Wright reconoce que hay ciertos textos que avala­
radoja de otras maneras. rían una forma bastante distinta de entender lo que
Una es el platonismo. Un platónico intenta blo­ Wittgenstein lleva entre manos. Según lo que él llama
quear el regreso y evitar la paradoja postulando unos el «wittgensteinianismo 'oficial'» (20ole, 189). debe­
íterns intrínsecamente significativos que permanecen ríamos aceptar que hay hechos sobre lo que quieren
ocultos tras nuestras palabras y detienen los regresos. decir nuestras palabras (sobre lo que requieren nues­
Esos ítems difieren de las meras emisiones, inscrip­ tras reglas, etcétera), a la vez que rechazarnos la ne­
ciones y gestos en que no requieren ni admiten in­ cesidad de una explicación constitutiva de qué es lo
terpretación. Vimos en el capítulo segundo que tanto que hace que nuestras palabras signifiquen lo que sig­
Wright como el Wittgenstein de Wright rechazan el nifican: «Si al wittgensteiniano' oficial' se le pregunta
platonismo y proponen otra respuesta más a la para­ qué constituye la verdad de un juicio que se confor­
doja: nuestros mejores juicios respecto a si determi­ ma a una regla de la clase que hemos acotado, contes­
nada conducta concuerda o no con una regla deter­ tará: "Mala pregunta, que conduce a mala filosofla;
minan, más que reflejan, si esa conducta realmente por ejemplo al platonismo o al escepticismo kripkea­
concuerda o no con esa regla. Si bien podría parecer no"» (Wright 200le, 2U). Wright cree que el proble­
que esos juicios siguen el rastro de hechos indepen­ ma que conlleva el adoptar esta posición es que re­
dientes, son más bien estipulativos yfijan si una con­ quiere que le demos la espalda a una cuestión que, en
ducta dada concuerda o no con una regla determi­ definitiva, podría aportarnos una respuesta filosófica­
nada. En el capítulo segundo, argüí que este tipo de mente esclarecedora. Para Wright, el wittgensteinianis­
respuesta a la paradoj'a o bien se ve sometida a una mo oficial' parece abocar a cierta renuncia a la filoso­
f

variante del problema del regreso infinito de las in­ fla. Según las lecturas 'oficiales', Wittgenstein rehúsa
terpretaciones o bien equivale a una forma de plato­ responder a preguntas constitutivas sobre el signifi­
nismo. Sirva todo esto de recordatorio. cado. Tal y corno Wright ve las cosas, el Wittgenstein
'oficial' no está a la altura del ~~reto planteado por su
propio pensamiento» (Wright 2ooIa, 169). Así, cuan­
J!¡'~ SIGNIFICADO, EXPRESIÓN Y EXPRESIVISMO §4· 1 SIGNIFICADO 18 5

do Wright está introduciendo su propia lectura, no o bien intentamos articular en qué consiste el querer
'oficial', de Wittgenstein, escribe: decir una cosa más bien que otra o, de acuerdo con el
Wittgenstein 'oficial', debemos optar por el «quietis­
Quisiera bosquejar una tercera posibilidad: una ex­ mo» (1985, 305) Y mantenernos al margen de lo que,
plicación de la intuición que articula la discusión de después de todo, es una cuestión de sumo interés. En
Wittgenstein sobre lo que es seguir una regla que no lo que queda de esta sección, argüiré que Wittgens­
es ni kripkeana ni 'oficial'. Podría ser que la perspec­ tein rechazaría ambos cuernos de este dilema.
tiva 'oficial' fuese exegéticamente correcta, y que 10
que propongo aquí se distancie de las intenciones del
Wittgenstein real e histórico, pero me parece que es La lectura de las Investigaciones que Kripke pro­
un importante principio metodológico el no desespe­ pone parece sugerir que el primer parágrafo de § 201,
rar antes de tiempo a la hora de responder a cuestio­ en el que la paradoja se define, articula la conclusión
nes constitutivas: si los logros del análisis en filosofia principal del libro. Algunos autores han respondi­
parecen a menudo magros, podría ser porque son ar­ do a esto señalando que el segundo parágrafo de esa
duos, no imposibles (Wright 20Ole, I91)' misma sección rechaza en realidad las ideas expresa­
das en el primero:'
En breve afirmaré que sin duda Wright se distancia
«de las intenciones del Wittgenstein real e histórico». Que hay aquí un malentendido se muestra ya en que en
Si bien el propio Wright reconoce que el Wittgens­ este curso de pensamientos damos interpretación tras
tein real e histórico podría haber rechazado abordar interpretación; como si cada una nos contentase al me­
cuestiones constitutivas sobre el significado, en nin­ nos por un momento, hasta que pensamos en una in­
gún momento tiene presente el rechazo característi­ terpretación que está aún detrás de ella. Con ello mos­
co que los textos de Wittgenstein ponen en juego. tramos que hay una captación de una regla que no es
Parece que, para Wright, si queremos evitar el plato­
nismo y el escepticismo sólo tenemos dos opciones: I Véase. por ejemplo, McDowell I998f y McGínn 1984.
186 SIGNIFrCAOO, EXPRESiÓN Y EXPRESMSMO §4.¡ SIGN1FlCWO 18 7

una interpretací6n, sino que se manifiesta, de caso en escribir "roo4" tras "rooo", e inferimos que la orden
caso de aplicación, en lo que llamamos «seguir la re­ sólo puede ser captada por alguien que le dé una ade­
gla» y en lo que llamamos «contravenida». cuada interpretación (o algo similar a una interpreta­
ción, quizá una estipulación).
El segundo parágrafo de § 20r indica que, para [2] En sí misma, cualquier regla tan sólo es una se­
Wittgenstein, la paradoja definida en el parágrafo cuencia de ruidos sin significado, o marcas de tinta,
que le precede refleja un malentendido. La parado­ o movimientos corporales. Si es que tales cosas han
ja depende de que pensemos que captar cada regla de requerir una actividad en lugar de otra, debe de
requiere que ésta sea previamente interpretada. En añadírseles algo, y entonces de nuevo nos vemos en
la lectura de Wittgenstein por la que Wright aboga, la necesidad de un «acto de comprensión» que sal­
uno capta una regla sin interpretarla, decidiendo 10 ve el abismo entre una regla, entendida como ruidos
que requiere. Yo considero, sin embargo, que Witt­ o marcas de tinta, y cualquier conjunto determina­
genstein nos instaría a evitar la paradoja no buscan­ do de requisit(!)s.
do algo distinto a la interpretación que logre salvar el Tal y como yo lo leo, Wittgenstein ataca ambos ar­
abismo entre una regla y su aplicación, sino poniendo gumentos. Comencemos con el primero. En Inves­
en cuestión la idea misma de que cada regla conlleva tigaciones § 85 Wittgenstein escribe: «Una regla está
tal abismo; una idea a la que nos vemos llevados por ahí como un indicador de caminos. -¿No deja éste
un par de argumentos relacionados: ninguna duda abierta sobre el camino que debo to­
[IJ Siempre que cabe la posibilidad de aplicar mal mar? ¿Muestra en qué dirección debo ir cuando paso
una regla (y siempre cabe esa posibilidad) resulta junto a él: si a 10 largo de la carretera o de la senda
necesario un «acto de comprensióm>, que requiere o campo traviesa? ¿Pero dónde se encuentra en qué
suplementar la regla, para garantizar que no habrá sentido tengo que seguirlo: si en la dirección en que
errores en su aplicación. Vimos, por ejemplo, que la señala la mano o (por ejemplo) en la opuesta?». Es
orden del maestro en Investigaciones § r85 podría ser posible que alguien que no tenga experiencia con las
interpretada como una indicación de que uno debe señales, al encontrarse con una señal en el camino,
188 SIGNIFICADO, EXPRESIÓN Y EXPRESlVlSMO §4,1 SIGNIFICADO 18 9

pueda entender que señala en la dirección opuesta a explicación sirve para apartar o prevenir un malentendi­
la que señala la mano. Pero eso no quiere decir que do ---esto es, uno que sobrevendría sin la explicación,
los demás necesitemos que las señales sean suplemen­ pero no: cualquiera que pueda imaginarse.
tadas con una interpretación o una explicación para Puede fácilmente parecer como si toda duda mos­
poder entenderlas. Para la mayoría de nosotros, una trase sólo un hueco existente en los fundamentos; de
señal está lo s1'!ficíentemente dara: modo que una comprensión segura sólo es entonces
posible si primero dudanlos de todo aquello de 10 que
Supón que explico: «Por 'Moisés' entiendo el hombre, pueda dudarse y luego removemos todas las dudas.
si hubo tal, que sacó a los israelitas de Egipto, como­ El indicador de caminos está en orden en cir­
quiera que se llamara y sea lo que fuere lo que pudo ha­ cunstancias normales, cumple su finalidad (Investiga­
ber hecho o no hecho además». -Pero sobre las pala­ ciones § 87).
bras de esta explicación son posibles dudas similares a
las que hay sobre el nombre «Moisés» (¿a qué llamamos Una interpretación es un tipo de explicación. y tiene
«Egipto», a quiénes «los israelitas», etc.?). Y no alcan­ sentido proporcionar una interpretación de una ora­
zarán un término estas preguntas cuando llegamos a pa­ ción o de una señal cuando alguien ya la ha malen­
labras como «rojo, «oscuro», «dulce» --(<Pero entonces tendido o corre ese riesgo: ese es el hábitat propio
cómo me ayuda una explicación a entender, si después de la interpretación, por así decirlo. Cuando hace­
de todo no es ella la última? ¡La explicación entonces mos filosofla, sin embargo, nos sorprendemos insis­
nunca termina; así que después de todo no entiendo, tiendo en que es necesario apelar a la interpretación
y nunca entenderé, lo que él quiere decir!» --Como si en cualquier circunstancia en que podamos imaginar
una explicación colgara, por así decirlo, en el aire si no un malentendido, y pensando que una interpretación
se apoyara en otra. Mientras que una explicación puede adecuada es aquella que eliminaría cualquier posibili­
ciertamente descansar en otra que se ha dado, pero nin­ dad de error al aplicar una oración o una regla. Esta
guna necesita de otra - a no ser que nosotros la necesi­ actitud refleja que no hemos entendido el propósito
temos para evitar un malentendido. Podría decirse: Una de la interpretación y, seducidos por esa mala com­
19° SIGNlF1CADO, ¡¡¡(PRESiÓN Y ¡¡¡(PRSSMSMO §.p SIGNIFICADO
19 1

prensión, la interpretación deja de tener sentido para Wittgenstein no está de acuerdo en que los signos
nosotros: nos parece inútil. estén muertos hasta que los interpretemos o esti­
Un niño puede entender mal una instrucción pulemos lo que quieren decir: un signo sólo pare­
como "Bate seis daras hasta que queden a punto ce muerto si lo consideramos por sí solo, desgajado
de nieve" (podría no tener ni idea de que los huevos del uso que hacemos de él. Un signo vive en su uso.
pueden separarse o pensar que "a punto de nieve" El siguiente pasaje rezuma una enseñanza semejante:
quiere decir" a punto de helarse"). Pero de ahí no
se sigue que yo necesite una interpretación para en­ ¿Cómo es que la flecha »>-> señala? ". La fle­
tender esas palabras cuando me las encuentro en un cha señala sólo en la aplicación que de ella hace el ser
libro de cocina. Para mí no hay abismo alguno en­ vivo (Investigaciones §454).
tre una instrucción así y lo que requiere: yo entien­
do 10 que requiere sin necesidad de interpretación o Si vemos la flecha como si estuviese desgajada de las
explicación. actividades de los seres humanos, nos parecerá que
Alguien podría sacar a relucir ahora una versión sólo una interpretación o una estipulación podrían
del segundo argumento, recién considerado: "¿No insuflarle vida y conseguir que apunte hacia algo.
es en realidad la instrucción de tu libro de cocina Pero, como ya hemos visto, no podemos explicar
tan sólo una serie de marcas de tinta inertes? ¿Aca­ cómo adquieren los signos su significado apelando a
so no necesitas interpretar las marcas para insuflar­ la interpretación o a la estipulación. La conclusión
les vida? 0, si no es la interpretación lo que insufla que Wittgenstein extrae de ello no es que debamos
vida a un signo, ¿no será entonces la estipulación la sucumbir al escepticismo sobre el significado y pen­
que lo hace?".
sar que los signos están de hecho muertos. Wittgens­
En Investigaciones § 432. Wittgenstein escribe: tein querría, más bien, que nos diésemos cuenta de
que no tenemos por qué ver la flecha como algo que
Todo signo parece por sí solo muerto. ¿Qué es lo que está desgajado de las actividades de los seres vivos:
le da vida? -Víve en el uso. « VIve en el uso».
19 2 SIGNifiCADO. EXPRESIÓN Y EXPRESMSMO §4· 1 SIGNIFICADO 193

¿Son en realidad las palabras escritas tan sólo mar­ tación? ¿Mediante la estipulación? Si alguien simple­
cas de tinta inertes, garabatos en una página? He lle­ mente estipulase lo que quiere decir un garabato, por
gado a pensar que, si miramos las palabras escritas ejemplo "Corta tres cebollas medianas en daditos",
durante mucho tiempo, comienzan a parecer garaba­ entonces no estaría comprendiendo una receta, estaría
tos (ayuda el bizquear un poco). Pero para mí eso elaborándola (y, si esas palabras tan sólo son ruidos,
tiene sentido gracias a la distinción entre garabatos ni tan siq.uiera eso). Cuando abro un libro de cocina y
y palabras. Mi copia de El placer de cocinar contiene veo "Bate seis claras de huevo", no me encuentro con
marcas de tinta, pero las marcas de tinta de esa cla­ un garabato: en el contexto de nuestra forma de vida,
se figuran en nuestras vidas en multitud de maneras, rodeados de palabras, recetas, comida, cocinas y cosas
mientras que los garabatos sin sentido no. Si un li­ por el estilo, esa frase requiere una actividad bastante
bro contuviese meras marcas de tinta, garabatos ca­ concreta.' Despójala del contexto, sin embargo, y no
prichosos, seria muy extraño sugerir que alguien de­ podrás dar sentido a la idea de que las marcas de tin­
bería intentar seguir algún libro. ta que quedan requieren que haga algo en particular.
Wittgenstein está recordándonos continuamente La idea de que, en realidad, las palabras no son
que los fenómenos que a él le interesan (dar interpre­ más que garabatos ha llegado a parecerle inocua a
taciones, definir ostensivamente, leer, hacer una juga­ muchos filósofos contemporáneos. Pero esa idea no
da en el ajedrez, esperar una explosión, sentir dolor) es inocua: hace que se nos vayan de las manos dis­
sólo tienen sentido cuando se encuentran «rodea­ tinciones muy importantes, como la que hay en­
dos de ciertas manifestaciones normales de la vida» tre instrucciones vagas y poco perspicuas, como la
(Zettel §534). Mientras intentemos' desvestir' las pa­ que pide a los estudiantes una conducta 'ordenada',
labras, despojarlas de su contexto y verlas como ga­ , Esto no supone negar que la psicología cognitiva pueda contar
rabatos, nunca llegaremos a entender la sugerencia de una historia subpersonal sobre cómo mi sistema visual procesa patrones
que "hay una forma de captar una regla que no es una de luz y oscuridad cuando leo un libro. Pero cuando leo atentamente
El placer de cocinar, no interpreto patrones de luz y oscuridad. Yeo ins­
interpretación". ¿Cómo puede entender alguien un ga­ trucciones. (Que yo vea instrucciones resulta posible, entre otras cosas,
rabato sin haberle asociado primero alguna interpre- gracias a que mi sistema visual procesa patrones de luz y oscuridad.)
'94 SIGNIFlCADO, EXPRESlÓN y EXPRESlVlSMO §4.¡
SIGNIFICADO
195

e instrucciones cIaras y precisas, corno las que figu­


rección se concibe, al modo platónico, corno si estuvie­
ran en la mayoría de libros de cocina. Mientras que
ra detenninada autónomamente ... (Wright 20ma, 161).
las primeras necesitan ser suplementadas mediante
la interpretación o la estipulación, las segundas por
Estos pasajes expresan una mala comprensión del pa­
lo general no 10 necesitan, Podríamos decir que las
pel que desempeña el platónico en la dialéctica de
instrucciones de un libro de cocina requieren por sí
Wittgenste~. El 'platónico', en tanto que se supone
mismas actividades bastante específicas en la cocina.
que este término denomina a alguien que figura como
un objetivo en la dialéctica de Wittgenstein, no es al­
guien que se permite decir que una regla requiere por
El Wittgenstein de Wright ve cada alusión a una
sí misma esto o aquello. El platónico de Wittgenstein
regla que requiere por sí misma una actividad en lu­
es alguien que, primero, está de acuerdo en que hay
gar de otra, como una expresión de platonismo:
un abismo entre cualquier regla y su aplicación y, des­
pués, imagina ítems que poseen el misterioso poder
El platonismo consiste, precisamente, en el punto de
de salvar ese abismo. (Igualmente, el platónico piensa
vista de que la corrección de un juicio que se confor­
que explica algo diciendo que ciertos ítems tienen este
ma a una regla es en buena medida una cuestión inde­
poder, y afirma que explica la conexión entre una re­
pendiente de cualquiera de nuestras opiniones, tanto si
gIa y su aplicación diciendo de hecho: "Ciertos ítems
los estados de cosas que confieren corrección se conci­
tienen el poder de alcanzar a todas sus aplicaciones".
ben como resultado de la mano del hombre, constitui­
El problema que se plantea al decir esto no es que no
dos por actividades explicativas y lingüísticas ya zan­
haya ítems de los que pueda decirse, inocentemente,
jadas, o, en el más puro espíritu platónico, de manos
que alcanzan a sus aplicaciones, ya que las reglas son
celestiales (Wright 2001e, 210).
esa clase de ítems, sino que el platónico no hace otra
cosa que describir lo que prometía explicar, añadien­
[NJo tenemos modelo alguno de qué constituye la direc­
do de un modo engañoso que lo que está pasando es
ción en que una regla se encamina ... una vez que la di-
misterioso.)
SIGNIPICADO 197
19 6 SIGNIFICADO. EXPRESIÓN Y EXPRESIVISMO §4·'
estados mentales, aparentemente desconectados de
Consideremos de nuevo, con un poco más de de­
cualquier otra cosa. Lo que Wittgenstein llama «la
tenimiento, la sección sobre la dirección de la flecha,
trama de la vida»l llega a parecer rala y deshilachada
Investígaciones § 454:
y sus filamentos, estén en una página o en la men­
te, parecen incapaces de significar algo. El platóni­
¿Cómo es que la flecha »>--> señala? ¿Acaso no
co mantiene que, incluso así, las palabras y los pen­
parece llevar ya consigo algo fuera de sí misma? ---{<No,
samientosconsiguen ingeniárselas de algún modo
no es la raya muerta; sólo lo psíquico, el significado, pue­
para tener contenido, aunque a él mismo le resul­
de hacerlQ». -Esto es verdadero y falso. La flecha señala
te asombroso.
sólo en la aplicación que de ella hace el ser vivo.
Según Wittgenstein, el platónico no yerra al pen­
Este señalar no es un arte de birlibirloque que sólo
sar que nuestras palabras y pensamientos tengan con­
puede realizar el alma.
tenido, sino al considerar que es asombroso que lo
tengan. Pensemos en la siguiente observación en In­
Como vimos, la cuestión sobre cómo la flecha consi­
vestígadones § 195:
gue señalar se plantea porque tendemos a verla como
una marca inerte en un papel. y olvidamos que mar­
«Pero no quiero decir que lo que hago ahora (al cap­
cas como ésa viven en las actividades de los seres
tar un sentido) determine causal y empíricamente
humanos. El platónico es alguien que, al ver la
el empleo futuro, sino que, de una extraña manera,
cha como algo inerte, supone que consigue señalar
este mismo empleo en algún sentido, presente.»
gracías a alguna'cosa psíquica' asociada con ella.
-¡Pero lo está 'en a{gún sentido'! Realmente en lo
forma de explicar cómo la flecha señala le pa­
que dices sólo es incorrecta la expresión «de una ex­
rece extravagante incluso al propio platónico. Al ver
traña manera».
nuestras palabras como ruidos y marcas muertas, el
platónico las imagina disociadas de las prácticas de l La frase es de Investigaciones II§ i: «'Pena' nos describe un modelo

que se con diversas variaciones en la trama de la vida». Volveré a


las que forman parte y de los estados mentales que
esra observación en el tercer apartado del capítulo quinto.
expresan. Eso deja, tanto a las palabras como a los
19 8 SIGNIFICADO. EXPIUlSIÓN Y EXPRESIVISMO §4-¡ SIGNIFlCADO 199

La respuesta típica de Wittgenstein al platonismo alcancen a la infinitud de aplicaciones: está instán­


no es "Lo que estás diciendo es falso" sino, más bien, donos a que nosotros mismos nos liberemos de una
"Lo que estás diciendo es correcto, pero no hay nada concepción de lo que las reglas son en sí mismas,
de asombroso o de mágico en ello". Wittgenstein no según la cual el que una regla'alcance a todas sus
niega que, cuando capto el sentido de una regla, los aplicaciones' sólo puede entenderse como un 'salva­
pasos que se supone que voy a dar ya estén en algún abisrr-¡os mágico'. 4
sentido presentes en mi mente. (Él no piensa, como Las respuestas al platonismo que encontramos en
Wright supone, que la cuestión de qué pasos se su­ los textos de Wright y Kripke no consiguen abor­
pone que voy a dar vaya a determinarse mediante darlo a la profundidad adecuada. El error capital
una decisión.) El problema del platónico no consis­ del platónico es un error que comparte tanto con el
te en que quiera decir que los pasos están ya presen­ escéptico de Kripke como con Wright, y que consis­
tes, sino en que imagina que, diciendo eso, está desta­ te en imaginarse que hay un abismo entre cada regla
cando un hecho asombroso. y su aplicación. Sólo evitamos el impulso hacia el
La mayoría de 10 que el platónico dice también platonismo cuando llegamos a reconocer este error.
puede decirlo inocentemente alguien que no intenta
ver los signos aparte de las aplicaciones que los se­ • McDowell sugiere que «siempre podemos urdir las amenazas de
res vivos hacen de ellos, es decir, aparte de «la tra­ la mitologla platónica, tal y como figuran en el paisaje de Wittgens­
ma de la vida». En Investigaciones § 2I9, un inter­ tein inspirado en el modelo de lnwstigaciones § 195», y continúa: «Lo
siguiente no es un intercambio wittgensteiniano, aunque según la lec­
locutor dice: «La regla, una vez estampada con un tura de Wright debería serIo: "Una intención determina lo que cuenta
determinado significado, traza las líneas de su pro­ Coma lo que se conforma a ella autónoma e independientemente de
secución a través de todo el espacio». Si bien decir cualquier juicio que su autor pueda hacer después"_ -"¡Platonismo!
¡Anatema!" Lo siguiente es: "Una intención en cierto sentido deter­
eso podría ser una expresión de platonismo, sería en mina, de una forma extraña, lo que cuenta como lo que se confor­
todo caso un ejemplo inocente de lo que Wittgens­ ma a ella autónoma e independientemente de cualquier juicio que su
tein llama una «observación gramatical» sobre las autor pueda hacer después". -"Pero por supuesto que lo hace, 'en
algún sentido'! Realmente, lo único erróneo en lo que dices es la ex­
reglas. Wittgenstein no está negando que las reglas presión 'de una forma extraña'» (McDowelI1998e, 54).
200 S,GNIFICADO, EXPRSS'ÓN Y EXPIlESMSMO §4·' SIGNIFICADO 201

Según Wright y el Wittgenstein de Wright, decir "¿Lo que estás diciendo entonces es que, mientras
que una regla requiere por sí misma una u otra activi­ el Wittgenstein de Wright piensa que 10 que conecta
dad es comprometerse con el platonismo_ He estado
argumentando que el punto de vista de Wittgenstein otra ha de llamársele 'platónico' y entonces decir que para Wittgenstein
hay u,? sentido obvio, no metaflsico, de platonismo que no le compro­
no es ése: el plat6nico que aparece en los textos de
mete a uno a ver las reglas (o sus significados) como algo asombro­
Wittgenstein es alguien que primero imagina que hay so. McDowell habla así sobre Wittgenstein y el platonismo en Mente
un abismo entre cada regla y su aplicación, y después y mU/ldo, y distingue entre lo que él llama 'platonismo naturalizado',
una posici6n que él mismo suscribe y que piensa que Wittgenstein re­
piensa que, de alguna forma misteriosa, la regla (o
comienda, de otra clase de platonismo más problemática, que él deno­
su significado o alguna otra cosa) se las apaña por sí mina 'platonismo rampante'. «Para el platonismo rampante, la estruc­
misma para requerir que se lleve a cabo una actividad tura racional en la que el significado cobra forma es independiente de
cualquier cuestión meramente humana, de modo que la capacidad de
en lugar de otra. Una vez que dejamos de pensar en
nuestras mentes para hacerse eco de ello parece recóndita y mágica. El
las palabras como algo aislado de las vidas humanas platonismo naturalizado es platonismo en tanto que la estructura dd
en que están inmersas, una vez que dejamos de ima­ espacio de las razones tiene cierta dase de alltonomÍa, que ni deriva ni
re1leja verdades sobre los seres humanos que puedan captarse indepen­
ginar que media un abismo entre cada regla y su apli­
dientemente de la presencia de esa estructura. Pero este platonismo no
cación, podemos decir, inocentemente, que una re­ es rampante: la estructura del espacio de las razones no está constituida
gla particular requiere por sí misma esto o aquello. 5 de manera majestuosamente aislada de cualquier cuestión meramente
humana» (McDoweIl1996, 92). Si entiendo bien a McDowelI, su 'pla­
tonismo rampante' es a lo que yo he estado refiriéndome como 'plato­
nismo', y lo que él llama 'platonismo naturalizado' está muy próximo al
, No debenamos dejar que los diferentes modos en que puede em­ acercamiento a estos temas que he estado atribuyéndole a Wittgenstein.
plearse el término 'platonismo' nos impidan ver cuál es aquí la cues­ McDowelI no es el único comentarista que caracteriza a Wittgens­
ti6n crucial: según Wittgenstein, alguien podna decir la mayoría de lo tein como un plat6nico inocente. Al tratar sobre el platonismo en ma­
que dice el platónico sin caer en una concepción de las reglas como temáticas, W. W. Tait (1986) distingue entre una dase 'ininteligible' de
algo asombroso. Si bien yo no me siento inclinado a hablar en esos tér­ platonismo, de acuerdo con la cual existe una realidad matemática que
minos, no me plantearía excesivo problema el decir que lo que Witt­ es completamente «independiente de nuestras prácticas y que determina
genstein está recomendando es un género inocente de platonismo. Con su corrección» (,61) y otra dase de platonismo que aparece «no como
otras palabras, podríamos concederle a Wright que a cualquiera que una filosofla sustantiva o una fundamentación de las matemáticas, sino
afirme que una regla puede requerir por sí misma una cosa en vez de como una trivialidad" (H2). Según Tait, lo que Wittgenstein ataca es
202 S!GN1FICADO, EXPRESIÓN Y EXPRESIVlSMO 94. 1 SlGNlFlCADO 20)

una regla con sus aplicaciones correctas es una esti­ tente que los abismos son excepcionales. En general,
pulaci6n, tu Wittgenstein piensa que 10 que la conec­ nada salva el abismo entre una regla y su aplicaci6n,
ta es «la trama de la vida»?". porque no se abre abismo alguno. 5610 tiene sentido
La cuesti6n no es que «la trama de la vida», o las hablar de tal abismo sobre un transfondo de casos
costumbres o las instituciones, 6 en vez de la estipu­ en los que no hay dificultades respecto a lo que quie­
laci6n o la interpretaci6n, sea 10 que salva el abismo re" decir una regla. A veces me encuentro con alguna
entre la enunciaci6n de una regla y aquello que la sa­ instrucci6n que no entiendo. En esa situaci6n bien
tisfaría. Sería más adecuado decir que cuando las re­ podría ser que lo que necesitase fuese una interpre­
glas se ven enmarcadas en nuestras vidas resulta pa­ taci6n, pero en general no necesito nada por el estilo.
Un fi16sofo que pregunta "¿C6mo está conectada la
«una imagen particular del platonismo» (384), y lo que denende es una enunciaci6n de la regla con su significado?" ya ha su­
«versión del platonismo» (H8) que puede ser equiparada con <mues­
tra concepción ordinaria de las matemáticas» (m).
cumbido, antes de ofrecer una respuesta, a la idea de
Mi razón para no querer decir que Wittgenstein suscribe cierta que es necesario algún vínculo de este tipo si nuestras
clase inocente de platonismo es que esta forma de describir lo que se palabras han de tener significaci6n, pues ya presupo­
lleva entre manos puede dar la impresión de que está jugando al mis­
mo juego que su interlocutor. que él también está intentando explicar
ne que siempre hay un abismo entre las palabras y sus
qué es lo que conecta una regla con sus aplicaciones. Como veremos significados. Wittgenstein no está ofreciendo otra ex­
en unos momentos. considero que ésta es una manera profundamente plicación más de la conexión entre las palabras y sus
equivocada de entender a Wittgenstein.
• En Investigaciones §199. Wittgenstein dice: «Seguir una regla. ha­
significados: está instándonos a que nos cuestione­
cer un informe. dar una orden. jugar una partida de ajedrez son cos­ mos nuestra tendencia a buscar explicaciones de ese
tumbres (usos. instituciones)>>. Uno malinterpretaría a Wittgenstein tipo. «Si preguntamos "¿C6mo consigue la oración
si entiende que pasajes como ése ofrecen una respuesta a una pregun­
ta como"¿Qué salva el abismo entre una regla y lo que ésta requie­
representar ?" - 1a respuesta pod ' "¿Acaso no
na ser;
re?" (pata una lectura en esta línea. véase Bloor 1983). Wittgenstein lo sabes? Sin duda lo ves cuando la usas". Pues no
habla de las costumbres e instituciones en que nuestras palabras co­ hay nada oculto» (Investígacíones §435).
bran vida por la misma razón por la que habla de la trama de la vida:
no para responder a esas cuestiones. sino para mostrar lo que hay de
equivocado en ellas.
2°4 SIGNIf1CADO. EXPRESIÓN Y EXPREStvlSMO §4· Z EXPRESIÓN 2°5

En la presentación que Kripke hace de la proble­ que «constituye la verdad de los juicios que se con­
mática en torno al seguimiento de reglas, un escép­ forman a reglas» (Wright 200Ie, 2U). Pero entender
tico reta a su interlocutor a aducir hechos sobre su a Wittgenstein consiste en ver que él no piensa que
vida anterior que justifiquen su presente inclinación haya un problema real ahí.
a usar la palabra 'más' de una forma particular, esto El problema aquí no es que 10 que Wright dice ex­
es, a aducir algún hecho en el que hubiese consistido prese una cuestión que Wittgenstein piensa que debe­
que con 'más' quería decir más. Wright mantiene que mos evitar 'quietísticamente'. Según Wittgenstein, la
la mejor respuesta al escéptico de Kripke es la 'res­ cuestión sobre cómo pueden ser verdaderos en gene­
puesta obvia', una respuesta que dice: el hecho sobre rallos juicios que se conforman a reglas, como por
mi anterior uso de (más) que fija que lo que ahora es­ ejemplo el juicio de que una receta particular requie­
toy haciendo concuerda con lo que entonces quería decir re batir claras de huevo, sólo se plantea cuando con­
r J,lo
con (mas} es so que con (mas,) quenar d· 'Esta
ear mas. cebimos las palabras como desgajadas de cómo las
respuesta tiene sus virtudes: representa un rechazo a aplicamos los seres vivos. Una vez nos liberamos de
aceptar la soterrada insistencia del escéptico en que esa imagen de las palabras, podemos afrontar una in­
debe haber algo que vincule las palabras de una per­ quietud como "¿Qué constituye la verdad de tu jui­
sona con lo que quiere decir con ellas. Sin embargo, cio de que la receta requiere batir daras de huevo, en
Wright no le hace justicia a esa 'respuesta obvia'; pues lugar de yemas o nata?", con una respuesta genuina­
por mucho que diga que es la correcta, cuando trata mente 'obvia': "Dice batir claras de huevo: puedes
de explicar cómo y por qué puede ser correcta, acaba verlo por ti mismo".
recomendando una respuesta que es cualquier cosa
menos 'obvia': lo que fija que en el pasado con 'más' 4.2. EXPRESIÓN
quería decir más, es que ahora juzgo que con 'más' He estado discutiendo cómo entiende Wittgens­
quería decir más. Según Wright, la 'respuesta obvia' tein la relación entre las palabras, por ejemplo en
al escéptico de Kripke parece evitar por sí misma que una orden o en una receta, y su significado. En esta
se plantee una cuestión genuina respecto a qué es lo sección, voy a pasar a 10 que Wittgenstein dice sobre

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