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Civilización incaica

Expansión histórica del imperio incaico


La civilización incaica, también llamada civilización inca o civilización quechua, fue la última de las
grandes civilizaciones precolombinas que conservó su Estado independiente (Imperio incaico) durante la conquista de
América, hasta la conquista del Perú (1532-1533). Con la extensión del imperio, esta fue absorbiendo nuevas
expresiones culturales de los pueblos incorporados, y se ubicó en los actuales territorios
del Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia.
Desde la ciudad sagrada del Cusco, los quechuas consolidaron un Estado que logró sintetizar los conocimientos
artísticos, científicos y tecnológicos de sus antecesores. Basados en un concepto de expansión del Estado,
el Tahuantinsuyo (Imperio inca) recogió aquellos conocimientos y los potenció. En la actualidad, algunas costumbres y
tradiciones de la desaparecida civilización inca prevalecen aún en Perú, Ecuador y Bolivia.
La conquista del Perú, realizada entre 1530 y 1540 por los españoles, encabezados por Francisco Pizarro, puso fin al
imperio. Sin embargo, focos de resistencia de los llamados Incas de Vilcabamba se mantuvieron hasta 1572.
La economía inca se basó en la agricultura que desarrollaron mediante técnicas avanzadas, como las terrazas de cultivo
llamados andenes para aprovechar las laderas de los cerros, así como sistemas de riego heredados de las culturas
preincas. Los incas cultivaron maíz, maní, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco y coca, entre otras. Las tierras eran
propiedad comunal y se trabajaban en forma colectiva. Desarrollaron también una ganadería de camélidos
sudamericanos (llama y alpaca). Por los excelentes caminos incas (Cápac Ñan) transitaban todo tipo de mercancías:
desde pescado y conchas spondylushasta sal y artesanías del interior.
Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización inca se hallan los templos
(Sacsayhuamán y Coricancha), los palacios y los complejos estratégicamente emplazados (Machu
Picchu, Ollantaytambo y Písac).
Si bien no puede hablarse de un imperio monárquico socialista, por la clara diferenciación económica, política y social, el
Imperio incaico estableció el sistema de reciprocidad y complementariedad económica.
Detalle de una galería de retratos de los soberanos incas que fue publicada en 1744 en la obra Relación del Viaje a a la
América Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron sus autores.
La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América precolombina. A decir de Luis E. Valcárcel, el
propósito del Estado inca era garantizar el bienestar de todos sus súbditos, a diferencia de otras monarquías históricas
que buscaban solo defender los privilegios de grupos reducidos. El imperio incaico «garantizó a la totalidad de seres
humanos, bajo su jurisdicción, el derecho a la vida mediante la satisfacción plena de las necesidades físicas primordiales
de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello se logró organizando de manera meticulosa a los pobladores,
considerados ante todo como actores del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las
hambrunas y estar siempre prevenidos ante los embates destructivos de la naturaleza. El Estado inca tuvo, pues, un alto
sentido de previsión social.1
La diarquía[editar]
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la historia inca, interpretaron al sistema político
de los incas según su concepción europeísta y occidental. Es por eso que describieron al gobierno inca como una
monarquía absolutista, a la cabeza del cual se hallaba un solo soberano absoluto, el Inca. Sin embargo, los modernos
estudios nos dejan entrever que existieron dos gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando. 23 Uno pertenecía
a la parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco (Cuzco bajo). Esta dualidad del Hanan y del
Hurin se daba también en los curacazgos, y se remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina. 4
Según Waldemar Espinoza Soriano, si bien en el Imperio había dos administradores o jefes máximos, ello no significa
que existiesen dos monarquías paralelas, sino que solo había una, debidamente unificada. Los dos gobernantes tenían
sus bienes y posesiones de manera equivalente, aunque era el de Hanan el que reunía más rango por ser el que
manejaba la vida cívica, política, económica, social y militar; por eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el de
Hurin, concentraba en su persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de menos rango, no por ello
dejaba de tener enorme influencia en las decisiones imperiales. 5
La jerarquía imperial[editar]
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era pues, el máximo gobernante, que compartía el poder con el sumo sacerdote
o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con sumisión sus órdenes. Símbolo de su poder era la mascapaicha,
una especie de borla de lana roja que ceñía en la cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno desde el palacio particular
que cada uno se hacía construir en el Cuzco. Allí concedía audiencia todo el día y administraba justicia. Pero también
viajaba con frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas sobre hombros de cargadores, para atender
personalmente las necesidades de su pueblo.6
Al Inca le seguían en jerarquía:
 El Auqui o príncipe heredero. En vida de su padre, ejercía el cogobierno, para ejercitarse en las funciones
imperiales. No necesariamente era el hijo mayor del Inca y de la coya, sino que se lo escogía de entre todos los
hijos del Inca, recayendo el honor sobre quien tuviera las mejores cualidades para desempeñar tan alta función. 78
 El Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, integrado por cuatro personajes o apus, que tenía a su cargo el
gobierno de cada uno de los suyos o regiones. Algunos autores lo denominan Suyuyuc Apu. A esos 4 apus
habría que agregar, según Guaman Poma de Ayala, a otros 12 consejeros: cuatro por cada uno de los suyos
grandes (Chinchaysuyo y Collasuyo) y dos por cada uno de los de menor tamaño (Antisuyo y Contisuyo). De
modo que el Consejo Imperial estaba representado por 16 consejeros: 4 principales y 12 secundarios.9
 Los gobernadores o Apunchic, con atribuciones político-militares. Su labor consistía en mantener en orden las
provincias. Residía en fortalezas ubicadas en puntos estratégicos y rendía cuentas directamente al Inca y a su
Consejo.9
 El Tucuirícuc o tocricoc, «el que todo lo ve», una especie de supervisor o veedor imperial, que controlaba a los
funcionarios de provincias, y en caso necesario, ejercía las funciones de gobierno. Se encargaba además de
recoger los tributos y remitirlos al Cuzco, de casar a las parejas y de ejercer la justicia. 10 Como símbolo del poder
que le otorgaba el Inca, llevaba siempre un hilo de la mascapaicha, que era inconfundible para la gente.
 El curaca, era el jefe del ayllu o comunidad. Equivalente a cacique. Solía ser el más anciano y sabio de su
pueblo, aunque a veces los incas imponían sus propios curacas en las poblaciones recalcitrantes a su dominio.
Vigilaba por el orden y aplicaba justicia; también se encargaba de recolectar el tributo para el Inca. Tenía como
privilegios el poder entrevistarse con el Inca, de tener como esposa principal a una aclla cusqueña, además de
numerosas esposas secundarias. Debía enviar a sus hijos al Cuzco, para ser educados junto con la elite inca;
con ello, el Estado inca buscaba quechuizar a la clase dirigencial de las provincias. 10
Organización administrativa[editar]
División territorial: Suyos o regiones[editar]
Artículo principal: Suyos del Imperio incaico
Mapa del imperio incaico: Chinchaysuyo (en rojo), Collasuyo (en azul), Antisuyo(en verde) y Contisuyo (en amarillo).
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro grandes distritos conocidos como suyos
(del quechua suyu, que significa surco): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el
propio Cuzco. Debido a ello, el imperio adoptó el nombre de Tahuantinsuyo, es decir, los cuatro suyos o regiones,
concordantes con los cuatro puntos cardinales. El concepto del suyo era más que nada demarcativo. No equivalía a una
denominación política ni étnica, tan así que nunca los pobladores del imperio se autodenominaron tahuantinsuyanos.
Los suyos se dividían a la vez en huamanis o grandes provincias, los cuales solían coincidir con las fronteras de los
territorios de los pueblos o etnias sometidas al imperio. Los huamanis se dividían a su vez en sayas o sectores, que eran
dos: Hanansaya o parte alta, y Hurinsaya o parte baja. En cada saya vivía un número variable de ayllus o grupos
familiares.11
Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio; sin embargo sabemos que
se trataba de una práctica mucho más antigua.
La base decimal de la administración[editar]
Para la mejor administración del imperio, era necesario asegurar que todos trabajaran y cumplieran lo que se les
imponía. Con esta finalidad, los incas crearon una organización decimal que consistía en una escuela de funcionarios,
cada uno de los cuales controlaba el trabajo de diez que estaban bajo su inmediata autoridad: 1213
 El Purec o jefe de familia (la base de la sociedad).
 El Chunca-camayoc, encargado de una Chunca, es decir, el conjunto de diez familias. Mandaba a diez purecs y
estaba encargado del censo de las personas correspondientes a su jurisdicción, distribuirles tierras y dirigirles en
el trabajo.
 El Pachaca-camayoc, funcionario al parecer equivalente al curaca, que controlaba una Pachaca o conjunto de
cien familias. Estaba encargado de vigilar a los chunca-camayocs en el cumplimiento de sus obligaciones y
revisar las decisiones que hubiesen tomado en asuntos de su jurisdicción.
 El Huaranga-camayoc, a cargo de una Huaranga o conjunto de mil familias. Supervigilaba a los pachaca-
camayocs; especialmente debía cuidar la exactitud de los registros censales y la equidad de la distribución de
tierras, para evitar que aquellos aprovechasen su autoridad en perjuicio del bienestar del pueblo.
 El Huno-camayoc, al mando de un Huno o conjunto de diez mil familias, amplitud que hace pensar en una
confederación tribal estabilizada por la autoridad del Inca. Supervigilaba a los huaranga-camayocs. Conservaba
los registros censales y de acuerdo con ellos dirigía la política agraria y los trabajos artesanales. Se hallaba
subordinado al Tucuirícuc y al Suyuyuc Apu.
El sistema vial y el transporte[editar]
Los Incas se preocuparon por tener buenas vías de comunicación y por ello se dedicaron a construir a lo largo y ancho
de sus dominios una vasta y compleja red de caminos. Estos tenían la función de integrar y unificar el Imperio. 14
Qhapaq Ñan o camino real[editar]
Sistema de caminos del imperio incaico.
El Qhapaq Ñan o Camino Real es, indudablemente, el más imponente ejemplo de la ingeniería civil incaica. Tiene una
longitud de 5.200 km y servía de enlace a una red articulada de caminos e infraestructuras de más de 20.000 km,
construidas a lo largo de dos milenios de culturas andinas precedentes a los incas. Todo este sistema de caminos
recorría, superando los potenciales obstáculos de los candentes desiertos, de la escabrosidad de las montañas, los
zigzag de las quebradas, las correntadas de los ríos, vinculando diversos núcleos productivos, administrativos y
ceremoniales: cuyo centro era la ciudad del Cuzco, donde, como en la Roma antigua, todos los caminos confluían. 15
El Qhapaq Ñan se dividía en dos ramales longitudinales: el camino de la costa y el camino de la sierra. Interconectaba
localidades tan distantes como Quito, al norte, y Tucumán, al sur. Los cronistas españoles alabaron no solo su extensión,
sino su trazado, anchura y calidad, sobre todo por el esfuerzo que significó su construcción en medios tan agrestes como
los Andes y los desiertos costeros; tanto así que lo compararon con la red vial del Imperio romano. 16 Es evidente que la
red vial incaica facilitó la conquista española, según lo aseveran los entendidos.
En el 2014, la Unesco proclamó al Qhapaq Ñan como Patrimonio de la Humanidad. 17
Los puentes[editar]
Puente colgante de Q'eswachaca construido según la antigua técnica inca.
Para cruzar ríos, salvar quebradas o desfiladeros, los incas construyeron ingeniosos puentes. Existieron tres clases de
estos:18
 Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco caudal o quebradas angostas.
 Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban el peso de hombres y
animales de carga.
 Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas con gruesas sogas, que se
extendían de una orilla a otra, donde los cabos se sujetaban a peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante
se subía a la balsa y tiraba de la soga, hasta llegar a la otra orilla.
Los tambos[editar]
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos, herramientas y armas, que los incas
hicieron construir a lo largo de los caminos que cruzaban el imperio, a fin de que allí pudiesen descansar y reparar sus
fuerzas los funcionarios, los ejércitos en campaña y aun el mismo Inca con su séquito. Los viajeros particulares no
podían participar de estos beneficios pues estos estaban obligados a llevar alimentos de su propia tierra. Había tambos
aún en los lugares desiertos y cuando estaban cerca de algún pueblo tenían por objeto evitar que el paso del ejército y
los funcionarios no aumentara la carga tributaria al mismo. Los españoles admiraron este sistema y lo aprovecharon. 1920
Los chasquis[editar]
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio en la menor brevedad posible, existió un
sistema de correo de postas denominado de los chasquis. Estos eran jóvenes corredores apostados en los caminos y
que se cobijaban en chozas. Cada puesto estaba a una distancia prudencial del otro, aproximadamente de 1.5 km, pues
decían que aquello era lo que un joven podía correr con ligereza, sin cansarse. Cuando el encargado de llevar el
mensaje llegaba al puesto en donde terminaba, anunciaba su llegada por medio de un pututo (trompeta hecha de concha
marina), saliendo a su encuentro otro mozo, que escuchaba el mensaje dos y tres veces, hasta memorizarlo
exactamente y, a su turno, salía a la carrera para transmitirlo al próximo puesto. Por ello el mensaje debía ser corto,
concreto y muy simple para evitar que se olvidasen. Otras noticias se transmitían por quipus o hilos con nudos, sistema
mnemotécnico cuyo significado solo lo podían descifrar las personas entendidas. De ese modo, se llevaba a cabo una
gigantesca carrera de postas que permitía que las órdenes, noticias, mercaderías, etc., llegara a su destino con bastante
rapidez. Se asegura que así se conocían en Cuzco las noticias de Chile o Quito sólo en el término de 15 días y aún
menos; y que el Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la costa.1920
Organización militar[editar]
Manco Inca fue el primer guerrero inca en adoptar la técnica militar de los hispanos (espadas, corazas de hierro y
caballos de guerra).
Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su Estado expansionista. Se dividía en grupos de
guerreros profesionales y soldados reclutados especialmente para cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de
hombres, la eficiente logística, la férrea disciplina y moral de combate, y la construcción de fortalezas militares. Las
acciones bélicas guardaban un carácter religioso.
El Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa del territorio propio. Su base fue un
ejército bien dotado, una red de caminos que facilitaban su desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que
cumplían como principal función la disuasión de posibles ataques y su contención, si se producían.
Instrucción premilitar[editar]
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los 10 y 18 años eran entrenados en el
manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Todo ello se complementaba con otras actividades físicas, como trepar
cerros y cruzar ríos. Aprendían también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los animales y enviar mensajes con
señales de humo y el sonido de un tambor.21
Toda esta instrucción la recibían los muchachos como parte de su educación tradicional; en períodos de conflicto, la
preparación se realizaba en las fortalezas militares.
El ejército[editar]
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en el ejército. Cada provincia del imperio debía
aportar una cuota de reclutas según su población, los que servían por riguroso turno e iban comandados por sus
respectivos jefes, no siendo mezclados sino que permanecían bajo el mismo comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante estaba compuesta por combatientes
de oficio, casi todos de origen noble).
El servicio de armas, uniforme y rancho, estaba admirablemente organizado. De trecho en trecho en los principales
caminos que recorrían, se aprovisionaban en los tambos que hacían las veces de verdaderos cuarteles de
abastecimiento y nada tenían que sacar de los pueblos ni exigir provisiones a sus habitantes.
La jerarquía[editar]
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas, cada una de las cuales estaban
mandada por el chuncacamayoc, el pachacacamayoc y el huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del
ejército era el Inca, pero el jefe ejecutivo era un pariente más cercano de su entera confianza, su príncipe heredero o
cualquier otro príncipe; era llamado el Apuquispay, cuyo nombre sugiere el modo de impartir órdenes mediante una
trompeta. También eran altos jefes los hermanos, tíos y otros parientes cercanos del Inca que tuviesen grandes
condiciones guerreras, incluidas la valentía y la habilidad. 22
Armas ofensivas y defensivas[editar]
 Armas ofensivas: Preferentemente utilizaron la maza o huactana, hecha de madera o metal de una sola pieza; y
la porra o champi, confeccionada con una piedra o metal en forma de estrella encajada en un palo. También
usaron el hacha o chictana, la lanza o chuqui, la honda o huaraca, la estólica, el arco y flecha, entre otras.
Usaron también las galgas, que eran grandes piedras que colocaban en el borde de una ladera, y que echaban a
rodar para que causara estragos a los que pasaban por la parte baja.23
 Armas defensivas.- Los guerreros vestían túnicas de algodón reforzado y cascos de madera o de cañas
entretejidas con hilos de lana. También se cubrían la espalda con placas de madera, y llevaban escudos del
mismo material, a veces reforzados con piel de venado.24
Fortalezas[editar]
En sitios estratégicos, los incas hicieron construir grandes fortalezas. Dichas fortalezas eran de diversos tipos, pero por lo
general se alzaban sobre eminencias de terreno, salvando las gradientes por rampas y muros defensivos, siendo
coronadas por torreones. Casi siempre ocupaban lugares inexpugnables por sus tres lados, siendo el lado de acceso
defendido por muros y almenas.25
Métodos de lucha[editar]
Pese a contar con un ejército formidable, los incas intentaban primeramente el sometimiento voluntario y pacífico del
pueblo que querían conquistar. Previamente enviaban embajadas con ricos presentes, con lo que buscaban demostrar a
dicho pueblo todas las ventajas que sacarían si aceptaban la dominación inca. Si este ofrecimiento era rechazado,
entonces entraba en acción el ejército. Para tal efecto, aislaban al enemigo y luego procedían al ataque. Lo iniciaban
lanzando proyectiles con sus hondas, estólicas y arcos; luego venía el combate cuerpo a cuerpo, en el cual los incas
eran expertos. Estos entraban en batalla dando terribles alaridos y usaban con destreza sus mazas, hachas, lanzas y
porras.26
Organización social[editar]
El Ayllu[editar]
Artículo principal: Ayllu
La base de la organización social del Tahuantinsuyo estuvo en el Ayllu, palabra de origen quechua y aymara que
significa, entre otras cosas: comunidad, linaje, genealogía, casta, género, parentesco. Puede definirse al ayllu como el
conjunto de descendientes de un antepasado común, real o supuesto que trabajan la tierra en forma colectiva y con un
espíritu solidario.
En el Imperio todo se hacía por ayllus: el trabajo comunal de las tierras (tanto las del pueblo mismo como las del Estado);
las grandes obras públicas (caminos, puentes, templos); el servicio militar y otras actividades.
El jefe del ayllu o curaca era el anciano más recto y sabio, asesorado por un grupo de ancianos. Sin embargo, cuando el
peligro amenazaba, el mando militar lo ejercía un sinchi, guerrero aguerrido y prudente, elegido entre los más fuertes del
ayllu.
Clases sociales[editar]
El Inca Pachacútec y su hijo, el príncipe heredero Túpac Yupanqui (dibujo de Martín de Murúa).
La sociedad en el Incanato estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos clases muy diferenciadas: la
Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había diversos niveles. 27
 Nobleza:
o La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey), la Coya (esposa principal del
Inca) y los príncipes legítimos o auquis.28
o Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes integraban los ayllus
reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como funcionarios imperiales, gobernadores,
generales, sumos sacerdotes, etc.29
o Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real, sino que eran nacidos del
pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado (en las guerras, en el culto religioso, en
las obras públicas, etc.) habían alcanzado tal jerarquía. Tal era el caso de los jefes militares, los
sacerdotes y las acllas o escogidas.29
o Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus parentelas que conformaban la
aristocracia regional y local.30
 Pueblo:
o Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los orfebres, plateros, tejedores, olleros,
chicheros, carpinteros, ojoteros. Los más reputados eran los orfebres y plateros de la costa (como los
chimúes), así como los tejedores de tejidos finos de la región del Collao (cumbicamayocs).31
o Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones costeras, que se ocupaban del
trueque y del intercambio. Tal es el caso de los tratantes o comerciantes chinchanos y los del extremo
norte del imperio (costa del actual Ecuador), donde eran conocidos como mindalás. Fueron los
españoles quienes le dieron el nombre de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que
desconocía el uso de la moneda.32 Controlaban el comercio del spondylus, estaban exonerados de los
trabajos comunales y públicos, aunque tributaban en especie tanto a su curaca como al Estado
imperial.33
o Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la gran masa del pueblo que se
dedicaba a las labores agrícolas y pastoriles, aunque también prestaban su trabajo en las obras públicas.
Vivían agrupados formando parte de los ayllus. De entre ellos se elegían a los soldados, a los mitmas y a
los yanas. Eran los verdaderos sustentadores del imperio.34
o Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de las aldeas campesinas y sin
poseer tierras de cultivo, formando una clase social distinta. No solo pescaban, sino que cazaban aves y
cosechaban eneas que usaban como materia prima para sus embarcaciones y chozas. Salaban los
pescados y los intercambiaban con otros productos.35
o Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos pobladores quechuas enviados a
colonizar los nuevos territorios conquistados y formar así una barrera contra las poblaciones fronterizas
todavía no dominadas por los Incas. Había otro tipo de mitmas, los de las etnias sometidas, que como
castigo a su rebeldía, eran enviados a zonas distantes de su lugar de origen, para ser sometidos a
vigilancia. Este último tipo de mitimaes aumentó en los años inmediatamente anteriores a la conquista
española.3637
o Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos desarraigados de sus ayllus por
capricho del Inca o del curaca para ejercer como siervos, en tareas domésticas, agrarias y pastoriles. El
Inca solía donar yanacunas a los altos dignatarios, a los jefes guerreros y a los curacas. El estatus del
yanacuna era de por vida y lo transmitía a sus descendientes. De acuerdo a quien sirviera recibía
diversos nombres. Cuando lo hacían en beneficio de personas o familias, se los llamaba yanas o
yanacunas; cuando estaban al servicio del Inca y del Estados, se los denominaba yanayacos o
yanayacocunas.38
o Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran reclutadas de todo el imperio para
ser internadas en los acllahuasis. Allí se dedicaban a la fabricación de textiles, la preparación de bebidas
para los ritos, y otras labores; algunas eran seleccionadas para convertirse en las esposas secundarias
del Inca o para ser entregadas como premio a los curacas y jefes principales.39
o Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del Estado estaban obligadas a
ejercer la prostitución, pero fuera de las poblaciones, en el campo. Se trataba de mujeres prisioneras,
capturadas en las guerras. Así se pretendía evitar que hubieran violaciones u otro tipo de acoso de parte
de los jóvenes solteros hacia las muchachas o las mujeres casadas.40
o Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último escalón de la pirámide social del
Imperio. De acuerdo a Waldemar Espinoza, estaban sometidos a la esclavitud, pero solo al servicio del
Inca y del Estado imperial; no había piñas al servicio de particulares. Se los destinaba a las plantaciones
de coca (cocales) en la ceja de selva, donde el trabajo era muy extenuante. 33 Sin embargo, no se puede
considerar esclavista al Estado inca, pues el número de esos piñas era ínfimo en comparación con el
número total de la población.
Economía[editar]
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las etapas del proceso productivo. En el
Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control permanente y directo del Estado, que, haciendo suyas las experiencias
tecnológicas y culturales desarrolladas por las culturas preincas, organizó un aparato productivo, fundamentalmente
agrícola, que dio solución a los problemas de alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una población cada
vez más numerosa.1
No hay consenso en cuanto al cálculo sobre el número de pobladores que albergaba el imperio inca a la llegada de los
españoles. John Rowe lo calculó en seis millones; por su parte, Noble David Cook (1981) lo elevó a nueve millones.
Otros investigadores dan cifras menores.41
El trabajo[editar]
Existía una obligación entre la población circundante de dar mantenimiento a la infraestructura vial del imperio. En la foto,
pobladores en el ritual de renovación del Puente Q'eswachaca, ritual que se mantiene desde la época incaica hasta la
actualidad.
El trabajo era considerado como una función social de la que no podía eximirse ningún individuo; era pues obligatorio.
Todos los habitantes del Imperio, hombres y mujeres, debían trabajar, pero no era igual para todos sino que se asignaba
a cada individuo según sus capacidades. A nadie se le exigía más de lo que podía dar; así, el niño trabajaba mucho
menos que el joven y éste menos que el adulto, edad en la que se exigía el máximo esfuerzo, descendiendo después la
exigencia a medida que iba ascendiendo la edad.42
El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los miembros de la comunidad o ayllu, los
mismos que se ayudaban mutuamente unos a otros. Modalidades de trabajo comunitario eran la mita, el ayni y
la minca.43
 El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que componían el ayllu,
principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro del ayllu no podía labrar su parcela, venía otro a
ayudarle en esa labor; luego aquel devolvía el favor de similar manera.
 La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar las tierras del Inca y del Sol o
cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les proporcionaban todo lo necesario: herramientas, vestidos,
bebidas, etc.
 La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses al año los varones de 25 a 50
años de edad en las grandes obras públicas: caminos, puentes, templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las
minas, el cultivo de la coca, el servicio militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la guardianía
de los puentes.
División de las tierras[editar]
De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores: 44
 Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de los dioses y para el sustento
de la clase sacerdotal encargada del culto.
 Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia, la nobleza y los
funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la gente que trabajaba al servicio del Inca, para
los ejércitos en campaña y para ayudar a los pueblos que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos
alimentos se guardaban en los graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran trabajadas en
comunidad por el pueblo.
 Tierras del Pueblo, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para que obtuvieran su sustento. Cada año
se hacía el reparto de estas tierras entre los hombres y mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada
hombre casado recibía un tupu (o topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer. De acuerdo a
las informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada y media (2880 m²) y representaba una
extensión de tierra donde se podía sembrar un quintal de maíz (46 kg).45 En realidad, según la opinión de
Baudin, un tupu era el lote de terreno necesario para cultivar lo suficiente para una familia sin niños. Su extensión
debía variar según la clase de tierra.
Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Había también tierras que eran de propiedad
de los ayllus reales y de las panacas; otras que eran destinadas para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su
culto; otras que estaban en posesión de los curacas regionales o locales. 4647
Agricultura[editar]
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que constituyen el mayor aporte de los pueblos andinos a la
alimentación mundial.
Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes, camellones, hoyas, pozas secas), así
como usaron y ampliaron los sistemas de riego heredados de las culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello
se amplía en la sección de Tecnología agrícola.
Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas especies alimenticias como la papa,
el camote, el maíz, el olluco, la oca, la quinua, el ají, el tomate, el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de
destacar la papa, cuya domesticación ha sido el gran aporte de la civilización andina para la alimentación mundial.
Domesticaron más de 200 variedades de papa. Se las consumía sancochadas, con cáscara y todo, y también se las
sometía a procesos de conservación, obteniendo la papaseca y el chuño.48
El maíz, domesticado en el Antiguo Perú de manera independiente con respecto a México, fue también la base de la
alimentación y era comido en muy variadas formas: tostado (cancha), sancochado (mote) y en una especie de pan
llamado tanta. Sus hojas eran consumidas como legumbres y de sus granos hacían también la famosa chicha o acja, la
bebida preferida del Imperio.49
Cultivaron también plantas industriales como el algodón y el magüey. Del algodón hicieron tejidos. Del maguey
aprovecharon sus fibras para hacer sogas resistentes y calzados. Otras plantas cultivadas fueron la tabaco (sairi)
y coca (cuca) para uso ritual y medicinal.
Ganadería[editar]
Los camélidos fueron un recurso esencial del Tahuantinsuyu. El Estado inca se preocupó de abastecerse tanto de la
carne como de la fibra de estos animales.
La ganadería, a diferencia de la agricultura, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa faunaandina. Aun así,
constituyó la única ganadería existente en la América precolombina, constituida por los dos camélidos sudamericanos
domesticados: la llama y la alpaca, de los que aprovechaban tanto su carne para alimento, como su fibra o lana para sus
vestimentas. La llama también fue utilizada como medio de transporte de carga. Aprovecharon también la carne y la lana
de la vicuña y el guanaco (camélidos salvajes), para lo cual organizaban cacerías llamadas chacos o chakus.50 A los
camélidos sudamericanos se les llama también auquénidos, término erróneo que no debe usarse,
pues aucheniacorresponde científicamente a un grupo de insectos de la familia de los Curculiónidos (gorgojos).
Criaron también el cuy, roedor andino que hasta hoy es la base de muchos potajes de la gastronomía andina. Se los
alimentaba con las hojas de las mazorcas de maíz (panca) y hierbas. Se aprovechaba también una especie de cuy
silvestre, llamado cari.51 En la costa se criaba una especie de pato, hoy ya extinguido; también se consumía la carne de
perro, especialmente entre los huancas.52
La ganadería se relacionaba estrechamente con la agricultura. Los incas no concebían una sin la existencia de otra. Al
igual que la agricultura, la ganadería estaba distribuida entre el Sol, el Inca, la nobleza y el pueblo.
Pesca[editar]
Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se dedicaban a la pesca. De ella obtenían
alimento, material para fabricar objetos como peines, agujas y abono para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes,
canastas y arpones. En la costa usaban desde remotos tiempos el famoso caballito de totora, que era un haz de juncos
dispuestos en forma de cigarro, sobre el cual montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño remo. Se
dice que esta peculiar embarcación fue trasplantada por orden del inca Pachacútec a las orillas del lago Titicaca, donde a
partir de entonces se usan las ya tradicionales balsas de totora.
Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de fibra de algodón, con las que se
atrevían a incursionar más adentro del mar.
Comercio y navegación[editar]

La balsa Kon-tiki, expuesta en un museo. Es similar a las embarcaciones usadas por los incas.
Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas, se empleó el comercio de trueque y el intercambio, que
consiste en el cambio que hace un individuo de los productos que le sobran por otros que, a su vez, necesita. Así, por
ejemplo, los habitantes de la costa intercambiaban sus productos (pescado seco, conchas, etc.) con el de los habitantes
de la sierra (alimentos, lana, etc.).
Había en la costa una clase dedicada exclusivamente al trueque y el intercambio a larga distancia, a cuyos miembros los
españoles les dieron el nombre de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la
moneda. Se ha investigado el caso específico de los “mercaderes” o tratantes de Chincha: sabemos que la
administración inca, al conocer que el valle de Chincha se hallaba tan poblado al punto que no podía satisfacer la
alimentación de todos sus habitantes, decidió dividir a su población económicamente activa en tres grupos: agricultores,
pescadores y “comerciantes”. Estos últimos ascendían a seis mil. Otros tratantes o “mercaderes” de importancia eran los
de la costa del actual Ecuador. Uno de los productos más preciados del intercambio comercial era la concha spondylus.53
En sus viajes marítimos, dichos “mercaderes” llegaron a regiones costeras tan alejadas como Panamá y Costa Rica, y
posiblemente hasta las costas del sur de México.54 Para cubrir esas rutas usaban resistentes balsas de madera
impulsadas a vela; se afirma también que, hacia 1460, el entonces príncipe Túpac Yupanqui organizó una nutrida
expedición de balsas que descubrió unas misteriosas islas llamadas Auachumbi y Ninachumbi, que se ha querido
identificar con las islas Galápagos, la isla de Pascua e incluso con la lejana Polinesia.55
No existía la moneda; sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos hacían las veces de moneda, como por
ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la coca, plumas de aves y conchas marinas. Se mencionan también hachas
pequeñas o tumis. El que vendía recibía en pago cualquiera de estos productos. Cuando compraba, pagaba a su vez con
los referidos productos.
Artes[editar]
Arquitectura y urbanismo[editar]
Tres fueron las grandes características de la arquitectura inca: solidez, sencillez y simetría.56 Las construcciones del
pueblo fueron rústicas; en cambio, las realizadas por el Estado inca para las funciones de la administración, la defensa y
el culto fueron complejas y monumentales. Esta arquitectura pública tiene un estilo altamente funcional que se distingue
principalmente por sus técnicas avanzadas de planificación territorial, y el refinado uso de la piedra. En la costa el
material preferente era el adobe. Se mencionan tres momentos en esta arquitectura: el ciclópeo o el de las grandes
piedras; el poligonal o de las piedras de muchos ángulos; y el imperial, con sus piedras en forma de sillares rectangulares
o cuadrados. Hasta hoy causa asombro el tamaño de las piedras en algunos edificios, y el ensamblado de piedras de
diferente forma y tamaño (alguna de hasta de doce ángulos), sin usar argamasa y que encajan tan perfectamente que
entre sus junturas no pasa ni una hoja de papel.57 En cuanto al plano, los edificios son de base rectangular y de un solo
piso; característica netamente inca es la ventana de forma trapezoidal. 58
Los ejemplos más típicos de esta arquitectura se encuentran en la ciudad que fue la capital de los incas, Cuzco, donde
destacan Sacsayhuamán y el Coricancha. Otros complejos importantes fueron las de Písac, Ollantaytambo y Machu
Picchu.
La ciudadela de Machu Picchu fue descubierta científicamente en 1911 por el estadounidense Hiram Bingham. Está
ubicada a casi 2400 metros de altura, en la provincia de Urubamba, departamento del Cusco, en pleno Andes
Amazónicos. Se trata de un conjunto de palacios, torreones militares (sunturhuasis) y miradores, que se elevan entre los
picachos Machu Pichu (cumbre vieja) y Huayna Pichu (cumbre joven). Es sin duda una de las realizaciones más
impresionantes de la ingeniería a nivel mundial. Pocas obras como esta muestran tanta armonía con el entorno natural.
Fue construido, según todas las probabilidades, en el reinado de Pachacútec, en el siglo XV. 59 Actualmente es uno de los
sitios arqueológicos más importantes del mundo y el principal destino turístico del Perú. En 1983, fue incluida por
la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad.60
Sacsayhuamán, es un extenso complejo arquitectónico situado a pocos kilómetros del Cuzco, conformado por tres
murallas en zig zag, levantadas con bloques ciclópeos de granito, que se conservan todavía en muy buen estado.
Actualmente parece un amontamiento de piedras enormes, pero en su momento de esplendor tenía torreones y otras
construcciones menores en su cima, que fueron destruidas por los españoles. Estos desconocían su verdadera función y
la llamaron “fortaleza”, es decir, le atribuyeron una función militar; sabemos ahora que lo más probable es que haya
tenido una función religiosa (templo del Sol) y científica (observatorio astronómico), y/o administrativa. 61
El Coricancha, que significa recinto de oro, era el principal templo del Sol situado en el Cuzco, que está construida con
mampostería de piedra encajada cuidadosamente sin argamasa (simulando una mazorca de maíz). Interiormente se
dividía en varias habitaciones con hornacinas destinadas a las ofrendas o las imágenes: la principal estaba dedicada al
Sol, con paredes recubiertas con planchas de oro; y la segunda, dedicada a la Luna, cubierta con planchas de plata; y
otras había para Huiracocha, el trueno y el relámpago, y los dioses de las provincias sometidas por los incas, aparte de
las habitaciones de los sacerdotes y las mamaconas.62 Sobre sus muros se eleva actualmente el Convento de Santo
Domingo.63
Entre otros templos importantes que se conservan, cabe citar la de la Casa del Sol en la isla del lago Titicaca; y el templo
de las Tres Ventanas en Machu Picchu. En cuanto a los palacios, se destaca el de las Ñustas, también localizado en
Machu Picchu; el Amarucanchay el Colcampata, en el Cuzco.
También es representativa de la arquitectura inca el complejo de Tambo Colorado en Pisco y el sector Inca de la Huaca
"La Centinela" centro administrativo de los chinchas en Chincha, ambas en departamento de Ica.
Es de destacar el sentido urbanista que dieron los incas a sus obras públicas. El plano de sus ciudades estaba basado
en un sistema de avenidas que convergían en una plaza abierta rodeada de edificios administrativos y religiosos.
Además, supieron convertir en habitables terrenos naturalmente inhóspitos, cuando en Europa no existía nada que se le
equiparara, pues la geografía europea es benigna para la habitabilidad del hombre (ni las montañas, ni los bosques, ni la
altitud de los terrenos alcanzan las dimensiones que el antiguo hombre peruano tuvo que vencer para realizar sus
proezas de arquitectura y urbanismo). El ordenamiento territorial y urbano obedecían a una planificación y a un
razonamiento lógico que hasta el día de hoy puede observarse en los restos arqueológicos. Mientras tanto en la España
de su apogeo mundial (siglo XVI) no era posible ver el final de una calle, sin que se atravesaran otras. El ordenamiento
urbano llamado "moderno" no llegaría a Europa sino varios siglos después.
Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a base de sogas (algunos de casi cien metros de
longitud), los extensos caminos empedrados que comunican la variada geografía andina, los canales de regadío y
acueductos.
Escultura[editar
Conopa incaica, con figura de camélido.
En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría fueron hechos en piedra, pero también
lo hicieron en metales como el oro y plata, así como en madera. Representaron figuras antropomorfas (humanas),
zoomorfas (animales) y fitomorfas (vegetales), de diversos tamaños, desde miniaturas hasta representaciones en tamaño
real. Existe también alguna representación monumental, como la del felino de Qenko.64
Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como en Machu Picchu) o sobre grandes
piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a las grandes construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven
representaciones de cerros, escalas y acueductos, de posible simbolismo ritual.65
En estatuaria, se mencionan estatuas de los incas de tamaño natural, llamadas guaoquis; así como una presumible
representación del dios Viracocha, hecha en piedra, que se hallaba en el templo de Cacha, de la cual se conserva su
cabeza en un museo de Madrid, mientras que el resto del cuerpo está en el Cuzco. 66 De hecho, no existen más estatuas
conservadas, pues sin duda fueron destruidas por los españoles al considerarlas ligadas a la idolatría.
Otras piezas escultóricas son de pequeño tamaño, de uso ritual:65
 Los ulltis, representaciones de camélidos, algunas de las cuales son figuras de alpacas lanudas con un
receptáculo para colocar sebo.
 Los illas o conopas, piezas que representan heredades, ganados y sementeras.
Cerámica[editar]
Aríbalo incaico. Museo de Arte Precolombino, Cuzco, Perú.
Quero escultórico, representando una cabeza felínica.
Se pueden distinguir dos tipos de cerámicas, la utilitaria y la ceremonial. La cerámica utilitaria era la de uso doméstico,
por lo general hecho de manera simple y tosca. La cerámica ceremonial, mucho más elaborada y decorada, era
enterrada con los difuntos, rebosantes de alimentos o bebidas que, de acuerdo a la creencia inca, debían servir a los
muertos en su camino hacia el otro mundo. Son estos ejemplares ceremoniales los que se conservan en los museos y
por eso lucen en perfecto estado.67
La cerámica inca se caracteriza por sus superficies pulidas, su fina decoración pictórica de tendencia geométrica y el uso
de los colores amarillo, negro, blanco, rojo y anaranjado. Solían pintar rombos, líneas, círculos, animales y frutos
estilizados, así como plantas y flores.68
Ejemplares típicos de la cerámica inca son el aríbalo o puyñun (cántaro), el pucu (plato de asa) y el quero (vaso).69 El
más conocido es el aríbalo, nombre que le dieron los españoles por su lejano parecido con las ánforas griegas. Era
usado para guardar chicha o agua. Su tamaño variaba; había algunos que medían metro y medio de altura, y otros
mucho más pequeños, para uso personal. Su superficie estaba decorada con motivos geométricos. 68
Especial mención requiere el quero o vaso ceremonial, que si bien los había de cerámica, por lo general eran de madera
de chonta. Se distinguen dos formas de quero: el de forma campanular (como la de un vaso típico, con la boca más
ancha que la base) y el de forma escultórica (que por lo general adopta la forma de una cabeza humana o la de un
felino).70 Existen queros que tienen decoraciones labradas, como aquel que representa una serpiente enroscada. Otros
queros están decorados con dibujos y diseños pintados con variedad de colores, pero por su estilo se considera que son
de la época colonial. Los propiamente de la época inca serían los queros escultóricos o labrados.71
El prestigio alcanzado por la cerámica inca hizo que en muchos lugares conquistados se copiara sus formas y
decoraciones. Generalmente se producía una mezcla de los estilos locales con el estilo inca, y se encuentran piezas
chimú-inca, chancay-inca, etc. Cuando llegaron los españoles, la alfarería inca perdió su función mágica y ceremonial y
se volvió utilitaria.
Pintura[editar]
Artículo principal: Pintura incaica
La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar los niveles de las culturas
preincaicas, como la nasca y la moche.
Esta expresión artística fue realizada principalmente sobre murales y mantos, de los cuales solo se conservan algunas
trazas.
 Los murales pintados.- Las decoraciones pictóricas se hacían sobre paredes enlucidas empleando pintura al
temple. Se daba especialmente en las edificaciones de adobe de la costa, como
en Paramonga, Pachacámac y Tambo Colorado. Hay que distinguir entre paredes pintadas de uno o varios
colores y los murales con diseños o motivos representando escenas diversas.72 El Inca Garcilaso de la
Vega menciona también una antigua pintura mural incaica que representaba a dos cóndores y que en sus días
todavía se podía ver en una peña altísima en las afueras del Cuzco. Según el mismo cronista, su ejecución
habría sido ordenada por el inca Viracocha, en conmemoración de su victoria sobre los chancas.73
 La mantos pintados.- Esta técnica aplicada sobre telas de algodón era propia de toda la costa, con mayor
énfasis en el norte. Todavía por los años de 1570 a 1577 existían artistas especializados en el arte de pintar
mantos que ejercían su oficio trasladándose de un lugar u otro; estos artesanos pedían licencia ante el oidor para
usar de su arte e ir libremente por los valles sin ser estorbados. En los museos y colecciones privadas se pueden
apreciar estos mantos, empleados quizá para cubrir paredes desnudas o servir de vestimenta a los señores
importantes.
Otras muestras de este arte serían las tablas y telas pintadas con escenas históricas y guardadas en Puquincancha
(Cuzco), según testimonio del cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, pero de las que ya no quedan ningún ejemplo
conservado.72
También es de destacar la pintura como complemento ornamental de las piezas de cerámica y de otras artesanías, como
la realizada sobre los aríbalos (cántaros) y los queros (vasos ceremoniales). En un segundo plano estarían la decoración
de los escudos militares, a manera de figuras heráldicas, según la información de algunos cronistas. 74
Otro renglón dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas pintados que representaban un lugar o
una región. El cronista Juan de Betanzos cuenta que después de la victoria sobre los chancas obtenida por el
príncipe Cusi Yupanqui, los dignatarios cusqueños fueron al encuentro de éste para ofrecerle la borla y lo encontraron
pintando los cambios que pensaba introducir en el Cuzco. Esta práctica estaría confirmada por una afirmación en un
juicio sostenido por las etnias de Canta y de Chaclla en 1558-1570. Uno de los litigantes presentó ante la Real Audiencia
de Lima los dibujos de su valle indicando sus reclamos territoriales, mientras los segundos exhibieron una maqueta de
barro de todo el valle. Pedro Sarmiento de Gamboa decía que al conquistar un valle se hacía una maqueta y se le
presentaba al Inca.
Orfebrería y platería[editar]
Estatuillas de oro y plata.
Los incas utilizaron los metales preciosos (oro y plata) para labrar bellos objetos de orfebrería y platería. En realidad,
quienes realizaban estas obras artísticas eran los pueblos sometidos, como los chimúes y los ichmas, cuyos orfebres
fueron trasladados al Cuzco para ejercitar su arte al servicio del Inca. Producían aretes, orejeras, brazaletes, ajorcas,
collares, sortijas, prendedores, tumis rituales, placas, planchas, efigies de plantas, animales y seres humanos para
adornar los templos y palacios del Cuzco y otras ciudades importantes. 75
Los orfebres y plateros formaban una casta especial y tenían ciertos privilegios. El orfebre era llamado cori camayoc; el
platero, collque camayoc.76
Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de objetos artísticos labrados en oro y plata,
como aquellos que fueron ofrecidos para el rescate del inca Atahualpa y los hallados en el Coricancha; en este último se
hizo famoso un gigantesco disco de oro que era imagen del dios Sol o Inti (punchau). Sin embargo, todos esos objetos
fueron fundidos y transformados en lingotes para ser repartido entre los captores del Inca y la Corona española. 74
Textilería[editar]
Arte textil inca con tocapus. Túnica.
La textilería estuvo muy desarrollada, aunque sin llegar a la belleza desplegada por algunas culturas preincas costeñas,
como la nazca y la paracas.
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon variados tejidos de lana y algodón. Los
tejidos finos que se han conservado son motivo de admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido,
llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar calidad especial o aspecto vistoso, se
le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana y murciélago, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban con
cuentas. Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales (tocapus). Los elementos decorativos y el color
realzaban la fineza y suavidad del tejido.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se conservan bastantes muestras en el ajuar
de sus momias.
Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron destinados al Inca y a la nobleza,
mientras que las gentes del pueblo vestían trajes simples y burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los
mejores vestidos de la América precolombina.
Música y danza[editar]
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en diversas variedades, como
las quenas, antaras y otras, así como los pututos (trompetas hechas de conchas marinas). También instrumentos de
percusión como las tinyas o tambores. La música incaica era de cinco notas fundamentales, es decir, era pentatónica, en
vez de la música de siete notas que hoy usamos.
Las labores agrícolas se hacían generalmente al son de la música y canto para darles ritmo y compás. La danza era
ejecutada por grandes masas humanas y tenía preferentemente un carácter religioso. Había danzas totémicas
destinadas a dar culto a los tótems u antepasados epónimos; danzas solemnes como las realizadas en las grandes
fiestas religiosas como el Inti Raymi; danzas dedicadas a los muertos; danzas en conmemoración de hechos históricos;
danzas guerreras y danzas de alegría (Kashua).
Momificación[editar]
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la belleza de los reyes incas y de los nobles
fallecidos, ya que los incas consideraban necesaria la conservación de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su
linaje.77
Cuando el Inca moría, su cuerpo era embalsamado de acuerdo a determinados ritos. Se usaba una sustancia llamada
isura, que se extraía de una planta de la selva. El cadáver momificado, llamado mallqui, permanecía sentado en el mismo
trono en el que había gobernado, conservando todos los atributos de su dignidad y recibiendo el homenaje conmovido de
sus súbditos, que los consideraban “vivos”. Cada panaca se encargaba de cuidar a su momia respectiva, dándole los
honores y servicios que habían recibido en vida, y perpetuando su historia. Los mallquis, trasladados en literas,
concurrían a todas las ceremonias que se celebraban en la plaza del Cuzco y recibían la reverencia del pueblo. 78
Cuando llegaron los españoles, todas esas momias reales fueron escondidas. Según el Inca Garcilaso, Juan Polo de
Ondegardodescubrió cinco de ellas, “tres de reyes y dos de reinas.” Algunas se hallaban en buen estado de
conservación.79
Literatura[editar]
Artículo principal: Literatura incaica
Véase también: Poesía incaica
Los cronistas de la conquista y de la colonia han dado fe de la existencia de una literatura quechua o incaica, que se
transmitió de manera oral, siendo su principal vehículo de transmisión el idioma quechua o runa simi, que los incas
impusieron como lengua oficial en todo el imperio. Se suele dividir en literatura cortesana y literatura popular.
Literatura cortesana[editar]
Llamada así por haberse realizado en la corte de los Incas, era la literatura oficial y su ejecución estaba encargada a
los amautas o profesores y a los quipucamayocs o bibliotecarios, que usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o
cordones anudados. Tres fueron los géneros principales que cultivaron: el épico, el didáctico y el dramático.
 El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología del mundo andino (mitos de la
creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban el origen de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de
Manco Cápac y Mama Ocllo, etc.).
 El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de los cuales han sido
recogidos modernamente por diversos estudiosos.
 El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias, buscando similes con la
cultura occidental.80 En realidad, se trataban de representaciones teatrales en donde se mezclaban danza, canto
y liturgia. Se afirma que el famoso drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial, tendría un
núcleo fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones posteriores enderezadas a amoldarla al
teatro hispano.
Literatura popular[editar]
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente el género lírico, es decir,
composiciones poéticas que estaban unidas a la música y la danza, y que por lo general eran entonadas en grandes
masas corales, alternándose hombres y mujeres. Estas manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano.
Funerales, fiestas, nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcados en una ritualización expresada a través del arte.
Son dos sus manifestaciones principales:
 El harawi, canción de diversos tipos (de amor, de arrepentimiento, de alegría, etc.). Tenía un carácter intimista y
estaba a cargo de un aedo, denominado harawec o haravicu. En la época colonial derivó en el huayno y en
el yaraví.
 El haylli, himno de alegría, se entonaba en las fiestas religiosas o en celebraciones de triunfos.
Muchas de estas creaciones han llegado a nuestros días de forma diferida, plasmadas en los trabajos de los primeros
cronistas: por ejemplo, el Inca Garcilaso de la Vega recupera poesía quechua,81 mientras que Felipe Guaman Poma de
Ayala relata el mito de las cinco edades del mundo.
Ciencia y tecnología[editar]
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron grandes aportes a las ciencias y
tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y aprovechar todo el legado cultural de civilización andina, que se remonta
a Caral, es decir al 3000 a.C. Al momento de fundarse el imperio inca, las diversas ramas de las ciencias como la
astronomía, las matemáticas y la medicina, así como las variadas tecnologías aplicadas en la agricultura, la hidráulica y
la arquitectura, ya estaban inventadas, experimentadas y desarrolladas hasta su máxima perfección. El mérito de los
incas fue aprovechar costumbres, conocimientos y técnicas milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y luego,
con ese sustento, crear un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo andino, pero cuya consolidación
definitiva se vio truncada por la invasión española.82
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú antiguo corresponden en realidad a
una etapa precientífica, por la que también pasaron otras grandes civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes
empíricos, que se consolidaron a través de milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter eminentemente práctico.
No hay evidencia que alguna vez el hombre del Perú prehispánico haya hecho reflexiones teóricas ni formulaciones
matemáticas. Es de destacar también que en todos los dominios de la ciencia y técnica se inmiscuía la magia y la
religión. Es solo con la revolución científica ocurrida en Europa a partir del siglo XVII que se puede hablar con propiedad
de un desarrollo científico en el mundo.83
Medicina[editar
Cráneos incas con señales evidentes de trepanación. Obsérvese el crecimiento del tejido óseo alrededor del corte, lo que
indica que el paciente sobrevivió a la operación.
La medicina que se practicó en el incanato, estaba íntimamente ligada a la religión. El doctor Hermilio Valdizán ha
determinado una serie de enfermedades que conocieron los incas y los tratamientos que aplicaron a cada una de ellas.
Los curanderos o médicos incaicos se llamaban hampi camayocs.84
Los incas llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones, con el propósito de eliminar fragmentos de
huesos o armas, que quedaban incrustadas en el cráneo, luego de accidentes o enfrentamientos bélicos. Algo que ya
hacían, siglos atrás, los paracas. Uno de los instrumentos utilizados en la cirugía incaica, fue el tumi o cuchillo de metal
en forma de "T". Se desconoce que es lo que utilizaban como anestesia, aunque algunos suponen que se usaba la coca.
También usaron gasas y vendas.
El Inca Garcilaso de la Vega asegura que efectuaban la sangría para curar diversas dolencias, así como que usaban
purgantes y vomitivos para la expulsión de parásitos y otros humores. 85
Su farmacopea contaba con numerosas hierbas medicinales y plantas alucinógenas, de la costa, sierra y selva. 86
Particularmente muy estimadas fueron las hojas de la coca y el tabaco. También usaron medicinas de origen animal
(como el sebo) y mineral.
En muchos lugares del Perú todavía existe la figura del curandero y el hierbero, que siguen utilizando los tratamientos
heredados de la época prehispánica, a base de hierbas y otros productos, lo que constituye la llamada medicina
folklórica. Lamentablemente, en la mayoría de los casos se trata de una herencia ya borrosa y lejana de los grandes
conocimientos del pasado, atenuados y mermados por la Conquista española, la llamada "extirpación de idolatrías"
católica. Las épocas colonial y republicana continuaron este desarrollo de la destrucción cultural y progresiva eliminación
de los conocimientos ancestrales.
Matemáticas[editar]
Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a la organización. También tuvieron
grandes conocimientos de agrimensura, es decir, la medición de tierras. En el arte de construir debieron también
aplicarse conocimientos científicos, si se tiene en cuenta los imponentes y bien ensamblados que son algunos edificios,
como Sacsayhuamán y Machu Picchu, que indudablemente requirieron de una cuidadosa programación y cálculos físicos
y matemáticos.
Astronomía[editar]
Intihuatana en Machu Picchu.
La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores agrícolas y su división se marcaba con
una fiesta especial. Observaron pacientemente al Sol y determinaron los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto
utilizaron columnas de piedra levantadas en las partes altas del Cuzco. Al observatorio solar
llamaron Intihuatana (quechua: inti watana, “donde se amarra al Sol”), que consistía en una columna de piedra levantada
sobre un círculo de este material, que se hallaba en algunos lugares destacados, tales como los patios de los templos o
edificios religiosos, y siempre expuestos a la proyección de la luz solar.
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días complementarios. A cada luna o mes le
correspondían festividades religiosas acompañadas de ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala,
el calendario de ceremonias y festividades se dividía de la siguiente manera:
 Enero: Cápac Raymi
 Febrero: Paucar Varay
 Marzo: Pachapucuy
 Abril: Inca Raymi Quilla
 Mayo: Amoray Quilla
 Junio: Inti Raymi
 Julio: Chacraconacuy
 Agosto: Chacrayapuy Quilla
 Septiembre: Coya Raymi
 Octubre: Uma Raymi Quilla
 Noviembre: Aya Marcay Quilla
 Diciembre: Cápac Inti Raymi
Geografía[editar]
Tuvieron amplios conocimientos de geografía y a base de ellos dividieron el Imperio en cuatro suyos.87 Sabían
perfectamente cuál era la naturaleza física del territorio que dominaban y lo plasmaron en mapas en relieve, elaborados
de arcilla, marcando todos los accidentes geográficos.88
Diferenciaron las diversas regiones naturales y la clasificaron según la altitud. A la costa la llamaron Yunga. A la sierra la
dividieron en cuatro altitudes: Quechua, Suni, Puna y Jalca. A la selva Rupa rupa y Omagua. Todos estos conceptos los
aprovechó el geógrafo Javier Pulgar Vidal para hacer su célebre clasificación de las regiones naturales del Perú. 88
Historia[editar]
El que hacía de historiador entre los incas era el amauta, un funcionario adscrito a la corte del Inca, cuyo papel era
equivalente al de un maestro y cronista. Este amauta conservaba la memoria de los hechos gloriosos del Inca y de sus
antepasados (que figuraban en la lista del Cápac cuna). Todo lo registraba, tanto las ordenanzas y prohibiciones
imperiales, como las guerras y victorias de los reyes incas. Al no contar los incas con escritura, estas tradiciones se
trasmitían de manera oral. Pero algunos cronistas afirman que esta memoria se guardaba también a través del sistema
de los quipus, cuerdas de algodón de colores diversos y con nudos desplegados a intervalos, de los que si se tiene
certeza que se usaban en la contabilidad. El experto en estos quipus se llamaba quipucamayoc.88
Metalurgia[editar]
Bases de huayras u hornos metalúrgicos en viña del Cerro, Copiapó.
En el campo de la metalurgia, los incas se colocaron a la cabeza de los pueblos precolombinos, perfeccionando las
técnicas heredadas de las culturas preincas. Conocieron y trabajaron el oro, la plata y el cobre, y aún obtuvieron la
aleación del bronce (cobre y estaño). No conocieron el hierro.
Los metales los obtenían de los botines de las conquistas y de las explotaciones mineras organizadas, que pertenecían
tanto al Inca como a las comunidades, obteniéndolas sin cavar muy profundamente la tierra. El oro lo sacaban
mayormente de las arenas de los ríos.
Los minerales los fundían en huayras o crisoles de tierra cocida, que colocaban en las altas cumbres y cuyo fuego se
avivaba con los vientos, o bien lo atizaban soplando con canutos de cobre.
Los metales de mayor dureza lo utilizaban en las puntas de sus instrumentos de labranza, en sus armas, y en
instrumentos para tallar piedras durísimas como el granito.
Tecnología agrícola[editar]
Andenes en el Valle Sagrado de los Incas (Písac).
Camellón o waru warumoderno.
Los incas fueron un pueblo esencialmente agrícola; sin embargo, tuvo su asiento en un territorio falto de tierras
cultivables. Para superar tal deficiencia aplicaron técnicas agrícolas, las principales de las cuales fueron las siguientes:89
 Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros. Estaban constituidos por
plataformas con superficies cultivables, reforzadas con muros de contención de piedras, que iban escalando las
laderas, adaptándose a las sinuosidades del terreno. Viéndolas de lejos simulan enormes escalinatas. 90
 Acueductos o canales, en los valles costeños, herencia de las culturas preincaicas, aunque otros fueron
ejecutados bajo administración inca. También en la sierra se construyeron canales.91
 Waru waru o camellones, técnica heredada de las poblaciones del altiplano. Se trataba de montículos artificiales
de tierra, hechos para elevar las zonas de cultivo por encima de la superficie natural del terreno; en torno a ellos
circulaban canales de agua. La idea era permitir un mejor drenaje en lugares donde la tierra era poco permeable
y estaba sujeta a frecuentes inundaciones, como en la región del lago Titicaca. Los camellones hacían posible
aprovechar mejor el agua, evitando su rápida circulación.92
 Huachaques u hoyas, realizadas en la costa, que consistían en excavaciones hondas y muy anchas en zonas
totalmente áridas, hasta alcanzar las capas húmedas del subsuelo, donde se sembraba.93
 Cochas o pozas secas que se llenaban en época de lluvias y que luego se usaban en el riego. Eran muy
empleadas en las tierras altas vecinas al lago Titicaca. 94
También utilizaron abonos o fertilizantes, que consistían en excrementos de camélidos y de cuyes, el pescado y,
especialmente, el afamado guano de islas. Como instrumentos agrícolas se usaron la chaquitaclla o arado de pie, y las
azadas.93
Se debe resaltar además la técnica de mejoramiento de especies, como al parecer lo atestigua el sitio de Moray,
conformado por una serie de andenes circulares, que simula un anfiteatro, sitio que posiblemente fue un centro de
investigación agrícola, donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de sus
andenes produce un gradiente de microclimas teniendo el centro de los andenes circulares concéntricos una temperatura
más alta y reduciéndose gradualmente hacia el exterior a temperaturas más bajas, pudiendo de esta forma simular hasta
20 diferentes tipos de microclimas.95
Tecnología de la conservación de alimentos[editar]
Los incas conocieron la técnica de la conservación de alimentos, lo que les permitía evitar su deterioro durante mucho
tiempo. Uno de los alimentos mejor conservados fue la papa, pero no cualquier papa, sino la amarga, y solo en casos de
faltar esta se tomaba la negra o la blanca. A dichos tubérculos se les sometía a un proceso para que eliminara el agua; al
efecto tendían en el suelo las papas y durante algunos días se las dejaba bajo los rayos solares y la helada nocturna;
luego se le sometía a presión para que expulsara la poca humedad que aún conservaba, y ya secas, perdían los dos
tercios de su peso original. Luego la molían hasta convertirla en harina de chuño, que lo guardaban en los depósitos.
Otro tubérculo empleado para hacer chuño era la oca; más no lo hacían con el olluco, por ser demasiado pequeño. 96
También supieron conservar la carne, deshidratándola y convirtiéndola en charqui (chalonas o cecinas). Para tal fin, solo
bastaba colgar la carne cortada en pedazos, hasta que perdiese toda su humedad que tuviese, y no le echaban sal ni
otro preservativo. Una vez seca podía durar por mucho tiempo. Las carnes preferidas eran la de llama, y de vez en
cuando, la del venado.97
En el litoral marítimo y en las riberas de los lagos, los pueblos pescadores secaban y salaban el pescado, tanto para el
consumo propio como para el intercambio.
Trabajo de la piedra[editar]
La piedra de los doce ángulos.
En la sección de arquitectura ya mencionamos la impresionante técnica del trabajo de la piedra para las edificaciones.
Contrasta los resultados soberbios con la humildad de los instrumentos usados. En esta técnica lítica se puede distinguir
tres momentos: la extracción de la piedra, el traslado y su asentamiento. En el trabajo en las canteras usaban las mismas
técnicas que han usado otras grandes civilizaciones: se introducían cuñas de madera en incisiones hechas en la roca,
que luego mojaban, de modo que cuando se dilataba la madera se quebrantaba la roca. Luego se cortaba y labraba la
piedra por sus cuatro lados. Otro problema complicado era el traslado del bloque. Se debieron usar rodillos de madera y
sogas, bajo exclusiva tracción humana, pues no contaban con animales de tiro. Pudieron así mover bloques de hasta 100
toneladas. Un vestigio del esfuerzo realizado es la célebre piedra cansada, que se quedó a medio camino. Finalmente,
venía la colocación de las piedras en la edificación, para lo cual debieron usar planos inclinados y terraplenes. Los
instrumentos usados eran palancas de madera resistente (como de chonta) y sogas de magüey. Lo asombroso es que
lograban que las piedras talladas encajaran a la perfección unas con otras, pese a que eran de distintos tamaños y con
varios ángulos.98
Los quipus y otras formas de comunicación[editar]
Quipu incaico
Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos llamado quipus. Los nudos indicaban
los números, del uno al diez, y el color del cordón u otros detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay
que destacar que esto último no era una regla común sino que tendía a variar. El encargado de elaborar e interpretar el
quipu era el quipucamayoc. El quipu es una herencia cultural milenaria, pues en Caral se descubrieron quipus de 5000
años de antigüedad.99
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y los quillcas:
 Los tocapus o tocapos son recuadros en sucesión, cada uno de los cuales tienen un diseño particular, a manera
de figuras heráldicas. Suelen aparecer pintados en los vasos o queros y en los tejidos incas. Se ha postulado
que se traten de signos de una escritura fonética, aunque otros consideran que son de la época colonial, y por
tanto, serían solo diseños artísticos influenciados por la cultura occidental. 100
 Quillca es una palabra quechua que indicaría un diseño pintado. Los españoles lo tradujeron como escritura,
aunque en realidad se tratarían de diseños pictográficos realizados sobre peñas (petroglifos), pero no de
símbolos fonéticos.100
Religión[editar]
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos naturales.
La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes vivieron gran cantidad de creencias,
cada cual con un componente étnico. Se creía en la existencia de tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay
Pacha) e inferior (Uku Pacha); y en un dios creador Viracocha.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por los siguientes personajes:
 El Sumo sacerdote inca, llamado Willaq-Uma o Huíllac-Uma (en quechua: «cabeza de los presagiadores o
adivinos»), tenía entre sus funciones: presidir las ceremonias religiosas, velar por la ortodoxia del culto,
aconsejar al Inca, etc.
 Las acllas: fueron mujeres separadas de sus familias y dadas como tributo por las diversas regiones del
Tahuantisuyo. Por lo general realizaban labores al servicio del Estado y la religión. Vivían en los Acllahuasis,
edificios ubicados en diferentes regiones del Perú. Destacan los acllahuasis del Cuzco y Pachacámac.
Divinidades[editar]
Cabeza inca de piedra con llauto y mascapaicha. Representa probablemente al dios Viracocha.
 Wiracocha: fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por la nobleza cusqueña.
 El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec.
 La Luna (Mama Killa). Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres (coyas y acllas) y esposa del dios
Inti.
 Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central.
 Illapa: dios del rayo.
 Pachamama: madre tierra.
 Mama Cocha: madre de los lagos.
 Coyllur: diosa de las estrellas.
 Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.
Festividades[editar]
Fiesta del Inti Raymi en la actualidad, en la explanada del Sacsaihuaman.
 Inti Raymi (en quechua, fiesta del Sol), la fiesta más solemne, que se efectuaba durante el solsticio de invierno,
en homenaje al Sol, dios y padre de los fundadores del imperio. A ella acudían los dignatarios de todo el país,
ataviados con el mayor lujo que le fuera posible. El Inca presidía la ceremonia en una explanada de la plaza del
Cuzco, esperando la aparición del Sol. El inca elevaba dos grandes vasos de oro con chicha, y mientras invitaba
al Sol con el de la mano derecha, del otro vertía pequeñas cantidades en los vasos de sus parientes. 101
 Cápac Raymi, la fiesta principal del Sol, que se realizaba en el mes de diciembre. Se sacaban en procesión las
imágenes del Sol guardadas en el Coricancha, así como a las momias de los incas. Se hacían muchas ofrendas
de oro, plata y spondylus, así como sacrificios de niños y de camélidos. Se realizaba también la ceremonia
del Warachikuy.102
 Capac cocha, que podría traducirse como «obligación real», se realizaba entre abril y julio, en honor al
dios Viracocha. La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de reconocimiento y de gratitud. Desde las cuatro
direcciones del Tahuantisuyo los poblados enviaban uno o más niños al Cusco, para, luego de las ceremonias
allí oficiadas, regresar y ser ofrendados a huacas o santuarios locales.
 Citua, era la fiesta solemne celebrada el primer día de la luna después del equinoccio. Era considerada como un
sacrificio de expiación general. El pueblo se preparaba con un ayuno de 24 horas y con una continencia
escrupulosa. Hacían una especie de pasta mezclada con sangre, sacada de entre la nariz y las cejas de los
niños con la que se frotaban el cuerpo, previamente lavado, operación con la cual creían precaverse de toda
clase de enfermedades. Frotaban igualmente con la misma pasta los umbrales de las casas. El sumo sacerdote
hacía la misma operación en el Coricancha y en los palacios

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