Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces
respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”
Isaías 6:8 (RV1960)
William Booth, fundador del Ejército de Salvación, solía expresar lo siguiente: “No digas que no has sido
llamado. ‘No he oído el llamado’ debieras decir. Él te ha estado llamando desde el momento en que perdonó
tus pecados, rogándote que seas su embajador”. Otro evangelista llamado Dwight Moody fue desafiado por
un amigo, quien le dijo: “El mundo está listo para ver lo que Dios puede hacer a través de un hombre que se
ponga en sus manos”. Con gran humildad, Moody le respondió: “Yo seré ese hombre”. En el día de hoy, en un
panorama mundial aun más convulsionado, se precisa gente que se levante como Booth, Moody y el mismo
profeta Isaías, con corazones sensibles y entregados, que no deleguen a otros la responsabilidad que Dios les
ha conferido, y respondan diciendo: “Heme aquí, envíame a mí”. Dios nos ha puesto en este tiempo con un
propósito. ¿Serás de aquellos que respondan afirmativamente a su llamado?
Conclusión
Cristo viene pronto, y esperamos un gran avivamiento en las naciones, la manifestación de los hijos de Dios
(Leer Romanos 8:19,22). ¿Ha comenzado ya el avivamiento en tu corazón? Él quiere usarte, entrenarte como
un soldado en sus filas. Quiere equiparte y edificarte para la obra del ministerio. Los hijos de Dios somos la luz
de este mundo, la fuerza espiritual que impacta con el poder del evangelio en nuestras familias, en los lugares
de trabajo, en las escuelas y universidades, en las esferas públicas, en los medios de
comunicación y en las naciones. Hay un llamado de Dios sobre ti. Dile: “Heme aquí, ¡a tus
órdenes, Señor!”