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INTRODUCCION
Según los últimos estudios que se han realizado el cansancio es algo que puede
llegar a ser muy perjudicial para la salud de los seres humanos, pero tenemos que
especificar, no es el cansancio, sino el cansancio acumulado el que nos lleva a
tener grandes problemas en nuestra salud física y mental.
Pero por medio de la palabra de Dios nos damos cuenta de que el cansancio
acumulado también tiene efectos en nuestra vida espiritual.
El texto que hemos leído para comenzar nos habla de un momento en la historia
de la vida de Gedeón en el cual venia persiguiendo a los reyes de Madián, Zeba y
Zalmuna, y el texto nos menciona algo con lo cual muchos de nosotros podemos
identificarnos: Los hombres del ejército de Gedeón venían cansados, pero todavía
persiguiendo.
También hay muchos jóvenes cansados por tratar de agradar a sus padres,
pero nunca logran llenar sus expectativas, cansados de tratar de ser aceptados,
cansados de los pleitos con sus padres.
Hay muchas mujeres cansadas del maltrato, cansadas del abandono, cansadas
de la pobreza que hay en sus hogares, cansadas de la indiferencia de sus
esposos, cansadas de las irresponsabilidades de su pareja.
Muchos otros están cansados de su propia vida, de sus vicios, de sus
adicciones, de sus fracasos, etc.
Tenemos que reconocer que el único que nunca se cansa es Dios (Isaías
40:28) No podemos seguir con nuestra actitud “Cansados, pero ahí vamos…”
Tenemos que comprender que tarde o temprano en nuestra vida física y espiritual,
todo el cansancio acumulado de nuestra vida producirá efectos que puede ser
muy destructivos para nosotros, para nuestras familias, para nuestra relación con
Dios.
Veamos en la palabra de Dios cuales son esos efectos peligrosos del cansancio
en nuestra vida espiritual:
No es una casualidad que la palabra de Dios nos mencione en esta historia dos
veces el detalle del cansancio de Esaú, pues en realidad el cansancio de Esau
fue lo que hizo que menospreciara la bendición de su primogenitura y lo
cambiara por una comida, por un plato de guisado de lentejas.
Pero lo maravilloso es que no tenemos porque vivir con ese cansancio acumulado
en nuestra vida, no tenemos porque vivir esa vida llena de desánimo, llena de
frustración, llena de enojo, que muchos estamos viviendo y que nos hace
menospreciar y cambiar las bendiciones de nuestro Dios.
Tenemos que venir a Cristo, con nuestras cargas, con nuestras angustias,
con nuestras frustraciones, tenemos que venir a el con humildad y rendir
nuestra vida a el (Mateo 11:28)
Tenemos que recibir por la fe las fuerzas nuevas que nuestro Dios da a
todos aquellos que le buscan (Isaías 40:29)
¡YA NO ESPERES MAS, VEN HOY MISMO A CRISTO JESUS! Pero necesitas
entender que:
EL CAMBIO COMIENZA EN TI
Verdaderamente el salmo 91 es uno de los salmos preferidos por todos los cristianos, pues
nos da confianza y esperanza para nuestra vida.
El salmo 91 nos habla de cómo el Señor nos protegerá de muchas cosas de nuestro entorno,
pero para que esto se haga realidad en nuestro exterior la clave está en nuestro interior, en
nosotros mismos (vs 2) “Diré yo a Jehová, esperanza mía, mi Dios en quien confiare…”
Esto nos da una enseñanza muy importante en esta noche, pues muchos estamos esperando
que lo que cambie sea nuestro exterior, que las circunstancias de nuestra vida mejoren,
estamos esperando que nuestro entorno se transforme para bien, pero el Señor esta noche
nos dice a cada uno de nosotros: EL CAMBIO COMIENZA EN TI, EN TU
CORAZON!!
Es necesario comenzar hacer ese cambio en nuestro interior porque posiblemente en tu vida
te sientes que estas en UNA BANDA SINFÍN como una caminadora del gimnasio es decir
que te esfuerzas, haces muchas cosas, pero nada cambia, no vas a ningún lugar.
Esta noche aprenderemos por medio de la palabra de Dios de una manera sencilla el A, B,
C y D para comenzar el cambio en nosotros, para que podamos ver como Dios se encarga
de transformar nuestro exterior, es decir esas situaciones de nuestra vida que nosotros no
podemos cambiar.
Esto es algo muy importante porque posiblemente para tratar de arreglar las situaciones
que están complicadas en tu vida has estado dispuesto a sacrificar tu comunión con
Dios, tu asistencia a la iglesia, o tu ministerio.
Quizás algunos han estado dispuestos a cambiar al igual que Esaú su bendición por un
plato de lentejas, es decir por algo que no tiene verdadero valor, has estado dispuesta a
cambiar tu bendición, tu vida agradable a Dios por el apoyo económico de un hombre
casado, por un trabajo que no va conforme a la vida de un hijo de Dios.
Posiblemente has estado tentado a ya no honrar a Dios con tus diezmos y ofrendas, pues
sientes o piensas que ya no te alcanzara.
Pero el Señor nos llama esta noche a amarlo por sobre todas las cosas, a poner a Dios
primero antes que todo y que todos.
1. BUSCA A DIOS DE CORAZON (SALMO 69:32/ MATEO 6:33)
Tenemos que comprender que muchas veces Dios permite esas angustias en nuestra vida
para que lo busquemos, para que nos acerquemos a él con fe y adoración (Oseas 5:15)
Posiblemente en estos seis meses que han pasado de este año tu corazón ya se siente
defraudado, se siente frustrado por todas las mentiras y falsas promesas que te han dicho
y no te han cumplido.
Quizás esas personas que prometieron ayudarte cuando comenzó el año ahora ni te
llaman más, comenzaste el año con mucha ilusión y ahora te sientes totalmente
desilusionado, y es normal sentirse así cuando hemos creído palabras y promesas que
eran simples palabras de hombres tan débiles como nosotros.
Pero el Señor esta noche nos llama a confiar en SUS PROMESAS que son todas en el SI
y en el AMEN, es decir son totalmente confiables y verdaderas tal como lo dice ese
precioso himno “Todas Las promesas del Señor Jesús” : Grandes, fieles, las promesas
que el Señor Jesús ha dado, Grandes, fieles, en ellas para siempre confiaré.
1. DEJA DE LAMENTARTE Y SIGUE ADELANTE (1 SAMUEL 16:1)
Saúl representa lo que ya paso, lo que se perdió, lo que salió mal, lo que nos abandonó,
y el Señor no quiere que vivamos metidos en una caja de recuerdos, el vino a darnos
vida abundante.
Es tiempo ya de dejar de lamentarnos, de dejar ir, de cerrar ciclos, pero confiados que
nuestro Dios siempre tiene cosas nuevas y maravillosas para nuestra vida, sigamos
adelante en el nombre de nuestro Dios.
INTRODUCCION
II) QUE NUESTRA VIDA SEA FRUCTIFERA EN BUENAS OBRAS (VS 10b)
AQUEL QUE PIENSE O ENSEÑE QUE LAS BUENAS OBRAS NO TIENEN NADA
QUE VER CON EL CRISTIANO ESTA TOTALMENTE EQUIVOCADO, PUES LAS
BUENAS OBRAS NO NOS HACEN SALVOS PERO DEMUESTRAN QUE LO
SOMOS (SANTIAGO 3:17-20)