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María Rosa Palazón Mayoral


María Rosa
NOTAS AL MARGEN

Palazón Mayoral

40c
José Joaquín Fernández de Lizardi, periodista y
autor de folletos por vocación, es conocido, no
obstante, por una novela: El Periquillo Sarniento,
sus cinco tomos retratan la corrupción de la que
nadie se salvaba a principios del siglo xix: víspe-
ras de la Independencia, ésta misma, el Imperio
de Agustín de Iturbide y los inicios de la Repúbli-
ca encabezada por Guadalupe Victoria.
La acción transcurre en la Ciudad de México
y sus alrededores, centro de pillos y pillajes. El
protagonista de esta novela es Don Pedro Sar-
miento, alias Periquillo Sarniento, una vez redimi-

¿SARNA PÍCARA O SARNA CULPOSA?


do, y habitando una hacienda como su propie-
tario. Aconseja a sus hijos, ejemplificándoles tal
corrupción “democrática”: de todas las clases,
las castas, la burocracia, y los comerciantes, me-

Periquillo
diante sus propias y divertidas aventuras.

Sarniento
PERIQUILLO SARNIENTO

¿sarna pícara o sarna culposa?


ISBN 978-607-02-4313-4

243134
786070

Universidad Nacional
Autónoma de México Universidad Nacional Autónoma de México
9

Notas al margen Periquillo.indd 1 27/05/13 05:24 p.m.


Periquillo Sarniento: ¿sarna pícara o sarna culposa?
notas al margen
4

Coordinadora
Adriana Sandoval

Comité editorial
Edith Negrín
Esther Martínez Luna

Instituto de investigaciones filológicas


Centro de Estudios Literarios
María Rosa Palazón Mayoral

Periquillo Sarniento:
¿sarna pícara
o sarna culposa?
Cronología
de
Alejandro Amaro Valencia

Universidad Nacional Autónoma de México


México, 2013
Primera edición: 2013
Fecha de término de edición: 30 de abril de 2013

D. R. © 2013, Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, México, D. F.
C. P. 04510

Instituto de Investigaciones Filológicas,


Circuito Mario de la Cueva, s. n.,
Ciudad Universitaria
http://www.filologicas.unam.mx

Departamento de publicaciones
Tel. 5622 7347, fax 5622 7349

ISBN: 978-607-02-4309-7 (Obra completa)


ISBN: 978-607-02-4313-4

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra —incluido el diseño


tipográfico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrónico o mecá-
nico, sin el consentimiento por escrito del titular de los derechos de esta
edición.

Impreso y hecho en México


Contenido

I. Datos biográficos de José Joaquín


Fernández de Lizardi ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 11
II. Fecha de edición ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 20
III. Estructura de la obra y contenidos éticos ... ... ... 23
1. La ética social ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 23
1.1 La misoginia y la rebelión ideológica de Lizardi ... 24
1.2 Pericos vergonzantes o ética y picaresca ... ... ... 26
1.3 Consejos y lecturas ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 27
IV. El mal, la imitación y el arrepentimiento.
Estructura moral ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 32
V. Las clases y la economía ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 36
1. El amo, las apariencias y la igualdad ... ... ... ... ... ... 36
VI. Patria ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 39
VII. Estilo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 39
1. Los aciertos y las fallas ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 39
2. El riesgo de las publicaciones ... ... ... ... ... ... ... ... 40

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3. El habla ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 40
4. Los destinatarios ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 42
5. Estructuración de El Periquillo ... ... ... ... ... ... ... ... 43
VIII. La trama y los personajes ... ... ... ... ... ... ... ... ... 44
1. La educación en familia y la escuela ... ... ... ... ... ... 44
2. Los oficios ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 49
3. La corrupción en personajes de clases bajas
y en los supuestos intelectuales ... ... ... ... ... ... ... 50
3.1 Los pillos ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 51
3.2 El contrabando ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 52
3.3 La rapiña en las agencias mortuorias ... ... ... ... 52
3.4 Subdelegados y la justicia ... ... ... ... ... ... ... ... 54
3.5 Los tahúres ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 57
3.6 El clero ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 58
3.7 La medicina ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 60
3.8 Boticarios ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 63
3.9 Boticarios-dentistas ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 63
IX. La redención ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 64
X. El Pensador como personaje ... ... ... ... ... ... ... ... 66
XI. Apéndice y preguntas
a un lector contemporáneo ... ... ... ... ... ... ... ... 66
Bibliografía ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 68
Bibliografía y hemerografía sobre El Periquillo
Sarniento, de José Joaquín Fernández de Lizardi ... ... 68
Cronología... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 75

8
Antes de comenzar, advierto sobre la distinción que realizo en-
tre quien llamo El Periquillo Sarniento, personaje absorbido por
la corrupción colonial, y el redimido Pedro Sarmiento, que es-
cribe la primera redacción de este libro instructivo sobre la ho-
nestidad y el bienestar social: las dos caras de la misma moneda
vistas en dos épocas de su vida. También aviso que no he segui-
do linealmente las tramas, las cuales se pueden consultar en El
Periquillo Sarniento. Este proceder tiene la finalidad de resaltar
el fondo ideológico de la novela en cuestión, su tesoro más pre-
ciado y actualizable. Bien dijo Agustín Yáñez que la voz de Fer-
nández de Lizardi puesta en solfa por el Periquillo Sarniento, su
protagonista, “clamó urgencias que subsisten sobre el desierto
de nuestra conciencia colectiva” (Yáñez 1954: VII).

María Rosa Palazón Mayoral


Instituto de Investigaciones Filológicas
Universidad Nacional Autónoma de México

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I. Datos biográficos
de José Joaquín Fernández de Lizardi

José Joaquín Eugenio Fernández de Lizardi Gutiérrez (1776-1827),


de clase media y “limpio de sangre” (Fernández de Lizardi 1990a:
45), es decir, sin mezclas con los negros y sus castas, que oficial-
mente fueron considerados humanos y obtuvieron su manumi-
sión hasta 1825, fue originario de la ciudad de México; hijo del
bachiller en medicina Manuel y de Bárbara, hija de unos libreros
de Puebla. Siendo pequeño falleció su ma-
dre, y su padre contrajo nupcias con María
Josefa Torres.
Lizardi fue miembro de las clases me-
dias, tirando a la pobreza. Su padre fue
asignado al Real Colegio de Tepotzotlán
que, después de la expulsión de los jesui-
tas, había caído en franca decadencia, de
manera que su personal era integrado por
los estudiantes que habían fracasado en
las escuelas religiosas de prestigio. Nues-
tro Lizardi pasó su infancia en aquel pue-

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blo, donde su padre ganaba una miseria. Debió recibir la primera
educación en colegios de indios, los cuales si bien eran ciudada-
nos desde la época de Isabel la Católica, eran segregados en su
educación.
Podemos intuir el carácter recto y duro de Manuel Fernán-
dez de Lizardi porque, siendo su hijo bastante joven, lo denunció
a la Inquisición por haber copiado unas cartas divinatorias, esto
es, una baraja donde las preguntas casaban con las respuestas
mediante albures que, bajo nuestra mirada, son por demás ino-
centes. La Inquisición era temida básicamente por sus prácticas
de tortura; fue una institución que reclamaba inculpaciones (en
gran número debidas a odios personales). ¿La intención paterna
fue salvarlo de infamaciones?
De 1792 a 1798 estudió gramática, retórica y filosofía en casa
de maestros particulares, uno de los cuales era su padrino. Se
inscribió en la Real y Pontificia Universidad. No se graduó de
bachiller porque en el momento del gra-
Con seguridad, José do, su padre enfermó y tuvo que asistirlo,
Joaquín Eugenio Fer- lo cual contradice, siguiendo la literatura
nández de Lizardi Gutié- picaresca, las canonizadotas biografías
rrez recibió la primera de “héroes” poderosos conocidas desde
educación en colegios
de indios, posterior- Grecia y Roma.
mente estudió gramá- Durante un periodo fue amanuense;
tica, retórica y filosofía siempre presumió de su buena letra. Esta
con maestros particu- novela sugiere que, por sus conocimien-
lares. Se inscribió en la
tos legales y por su caracterización de los
Real y Pontificia Univer-
sidad, pero no se pudo leguleyos rábulas (1990a: 148), sirvió a un
graduar de bachiller escribano, uno de tantos abogados su-
debido a que su padre cios que depuraban los expedientes an-
enfermó y tuvo que
tes de que llegaran al juez de tribunal, esto
ocuparse de él.
es, que, a cambio de prebendas moneta-

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rias o no, inculpaban a inocentes y exoneraban a culpables. El
juez, por lo tanto, sólo conocía tales expedientes alterados.
En 1810, Lizardi había sido juez interino de Taxco en sustitu-
ción de un español. Fue sustituto porque, según las disposicio-
nes borbónicas, sólo los nacidos en la Metrópoli podían ocupar
cargos burocrático-políticos. Es de suponer que el peninsular
huyó o simplemente le heredó el cargo a nuestro autor cuan-
do vislumbró a las tropas insurgentes en las cercanías de esta
ciudad de españoles. La Nueva España se dividía en ciudades
de indios y de españoles. Segregación que funcionó como una
manera de proteger las comunidades no-hispanohablantes de
los iniciales repartimientos de indios, esclavismo disfrazado de re-
dención cristiana.
En aquellos días, la Nueva España, llamada por José Joaquín
Fernández de Lizardi América Septentrional, se hallaba bajo el
gobierno de Francisco Javier Venegas. En Taxco, donde nuestro
periodista era intendente, escribió cartas a este virrey acerca de
los hipotéticos planes que los lugareños fraguaron en defensa
de su “república de españoles”. Explico. La Nueva España es-
taba organizada en dos, a saber, “repúblicas” o poblaciones de
españoles, y de “naturales” o pueblos originarios. Taxco, habita-
do por “gachupines”, fue rodeado por tropas de Hidalgo, com-
puestas de indios. Estaba, pues, en peligro a los ojos de los his-
panohablantes que la habitaban. Las cartas mencionadas nunca
llegaron a su destino. Fernández de Lizardi entregó sin presio-
nes las armas al general Hernández, quien comandaba una de
las tropas. Otro dato relevante. En El Pensador Mexicano número
9, Lizardi le felicita el aniversario a Venegas, el texto obedece la
censura: obligaba a escribir alabanzas sin límite a la autoridad, o
no se imprimían los escritos. Después de estos párrafos de ma-
rras, nuestro periodista espeta críticas muy fuertes a Venegas

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sobre su pésimo gobierno. Para colmo, defiende el fuero de los
curas en armas juzgados mediante el fuero de los militares. Lue-
go, la ideología inicial de Fernández de Lizardi no parece contra-
ria a la insurgencia armada.
Nuestro bocón autor vino como reo de Taxco a la capital,
sus bienes fueron embargados y la recientemente inaugurada
libertad de prensa fue suspendida por el déspota Venegas. Pasó
siete meses en la cárcel, donde es de suponer que además de
seguir con sus periódicos y folletos, ideó y posiblemente inició
El Periquillo Sarniento, donde su crítica directa de periodista se
escondía bajo los velos de un género fantasioso, o al menos ésta
fue su pretensión.
El Periquillo… se considera como la primera novela de His-
panoamérica, aunque pienso que ser vanguardia o epígono ca-
rece de importancia, lo que resalta en la novela es el contenido
que perfila una sociedad en plena decadencia y hundida desde
arriba hasta abajo en una corrupción casi inenarrable.
Antes de editar los tres volúmenes de El Pensador Mexicano
(fechados en 1816, aunque el texto orienta que lo componía en
1813), aseguró que si bien ninguna actividad honesta es estéril en
el reino (1990a: 148), dedicarse temerariamente en aquellos días
al arte de escribir de tiempo completo, es decir, a las Letras, que
indiscutiblemente deleitan a sus escuchas y a una minoría alfabe-
tizada, pero que no llenaban la bolsa ni del poeta más extraordi-
nario o magnífico. Él persistió en este oficio de malos presagios
porque, dice, la escritura suministra gusto, erudición, y difunde
las fuentes originales que la inspiraron. Si en otros lugares las ar-
tes y las ciencias daban de comer, añade nuestro autor en boca
del padre de Pedro Sarmiento, esto ocurría raramente en Améri-
ca, donde faltaban la “proporción”, los estímulos y los premios a
estas formas de dedicar la vida (1990a: 149).

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En 1813, Lizardi se casa con María Dolores Orendáin. Salió
temporalmente de la cárcel, donde estuvo por su número 9 de
El Pensador Mexicano, porque su hija iba a nacer sin que hubiera
cumplido con el sacramento de la boda, lo cual significaba que
sería una bastarda, estigma tan gigantesco en el siglo xix que sus
biógrafos, como González de Obregón, trataron de esconder.
A invitación expresa de Agustín de Iturbide fue jefe de pren-
sas en Tepotzotlán con el objetivo de tener influencia en un po-
sible giro liberal de la Rebelión de la Profesa, encabezada por
autoridades, altos cargos militares, económicos y eclesiásticos,
que eligieron al militar realista Iturbide como jefe de la insurrec-
ción armada. El giro de esta fase fue claramente reaccionario
o contrario a las ideas liberales y modernas, decretadas en la
Constitución de la Monarquía Española de 1812, sin que Lizardi
se percatara de que la conspiración trató de eliminar leyes tan
conspicuas y avanzadas: en su Conductor Eléctrico, nuestro pe-
riodista apasionado explicó que, según las nuevas leyes, la sobe-
ranía de la nación residía en el pueblo, garantizaba la igualdad
ante la ley y dividía el gobierno en Poder Ejecutivo y Legislativo o
diputados. Cuando los sublevados tomaron la ciudad de México,
escribió que aquel excelente soldado no quería ser presidente.
Después del nuevo golpe de estado que dio Pío Marcha, decla-
rando a Iturbide emperador (Agustín I), Fer-
nández de Lizardi dijo que Agustín sería rey
constitucional. Rompió todos los lazos con El Periquillo Sar-
niento, considerada
Agustín I a partir de que disolvió el Congreso la primera novela
y encarceló a los diputados rebeldes, espe- hispanoamericana,
cialmente defendió a su amigo fray Servan- retrata una sociedad
do Teresa de Mier. mexicana corrupta y
decadente en todos
Según hizo saber, le pareció aberrante
sus estratos sociales.
que el emperador dejara marchar a los es-

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pañoles con el circulante que acumularon, mientras sus tierras
quedaron en baldío, y que se diera a Iturbide una pensión con
la cual podría regresar con un ejército bien armado a retomar
el trono del imperio que hubo de abandonar debido al levanta-
miento republicano de Casa Mata.
Asimismo, criticó el fausto o lujo de un Imperio; Fernández
de Lizardi ahora era consciente de que la rebelión de La Profesa
había nacido para oponerse a la liberal y republicana Constitu-
ción de la Monarquía Española de 1812. Iturbide regresó el tiro:
denunció sus Cincuenta preguntas de El Pensador a quien quiera
responderlas.
El Pensador se dolió, aunque le pareció justo, que los llama-
dos Tamaulipas fusilaran a su amigo Agustín cuando regresó con
la esperanza de volver a ocupar el trono y conservar las políticas
coloniales bajo el disfraz de la liberación política. Esta fase de la
Independencia fue un golpe de estado para evitar los cambios
profundos o anticoloniales.
En sus inicios no confió en la rebelión de Casa Mata, encabe-
zada por Antonio López de Santa-Anna; pero se adhirió a la cau-
sa en el tiempo en que Guadalupe Victoria y otros insurgentes la
hicieron suya.
Nuevamente fue huésped de la cárcel cuando en 1821 argu-
mentó en su folleto Chamorro y Dominiquín. Diálogo jocoserio
sobre la independencia de la América que, cuando llegaran los
liberales al poder, gracias a la liberal Constitución de la Monar-
quía Española (en la cual intervinieron ilustres diputados ame-
ricanos), España nos daría motu proprio la independencia por
convenirle a esta Metrópoli, que estaba perdiendo sus colonias
europeas y sus colonias americanas porque era incapaz de con-
trolar un territorio tan vasto y que manifestaba ideales de libe-
ración.

16
En junio de 1823 fue a prisión por un fo-
En 1822 fue exco-
lleto donde fingió un sueño sobre un congre- mulgado por su
so de ladrones, simbolizando de esta mane- Defensa de los
ra la inseguridad que se vivía en la ciudad de francmasones.
Sufrió por varios
México. No se le permitió este símil imagina-
meses toda clase de
rio. Por añadidura, fue arrestado en el Hospi- ataques. Sólo des-
tal de San Andrés por escribir un verso en la pués de presentar
pared donde le decía “vieja” a su casera Jo- un “recurso de fuer-
sefa González, por entonces valorada como za” especie
de perdón, consigue
heroína de la Independencia. De seguro que
que se levante su
El Pensador no tenía el dinero para solventar excomunión.
el alquiler debido a que su capital lo reinver-
tía en la publicación de los que llamó sus “papeles”.
En 1822 fue excomulgado por su Defensa de los francmaso-
nes. Después de siglos de haberse decretado, se revivieron las
Bulas de Clemente XII y Benedicto XIV las cuales prohibían el tra-
to de los católicos con los masones. El folleto lizardiano es bas-
tante inocuo porque sólo argumenta que no era ningún delito
mantener en secreto las resoluciones de sus asambleas, todas
de corte liberal. Escribió cinco “ocursos” al Congreso, explican-
do los motivos de sus inocentes páginas. Lo ignoraron porque
aquel cúmulo de diputados parecía más un concilio reaccionario
que una institución política de avanzada, esto es, laica.
Una vez excomulgado, vivió un terrible ostracismo: la sole-
dad. Experimentó el desprecio de muchos, como el de una fa-
nática que se quejó a gritos porque Lizardi le rozó sus faldas.
Presentó un “recurso de fuerza”, especie de perdón, y a partir
de entonces, nuestro católico, que había leído a los padres de
la Iglesia como San Agustín y San Jerónimo, arremetió incluso
con argumentos teológicos y directamente bíblicos contra el
alto clero, entremetido en la educación y en la vida personal de

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los ciudadanos. Desde entonces atacó sin miramientos al alto
clero, guía de un pueblo fanatizado, y partidario de España o de
la monarquía.
Lizardi, antecedente de la Reforma, delgado y un tanto biz-
co, un poco “turnio” según sus palabras, pidió: la separación
de la Iglesia y el Estado, que se extinguieran los canónigos, que
los obispos cobraran un sueldo, que el voto de castidad no se
jurara antes de los veinticinco años, que no se enclaustrara a
las jóvenes sin vocación, que se expropiaran los bienes del cle-
ro (por entonces el mayor propietario de bienes muebles e in-
muebles del país, los cuales eran de manos muertas, es decir,
no vendibles ni enajenables), y hasta deshizo con ironía feroz el
Catecismo del padre Ripalda, las supersticiones que propiciaba
la religión y que ésta fuera un asunto mercantil. Incluso recla­
mó que no se cobraran los Sacramentos (en esto mostró su co­
nocimiento profundo de los jansenistas españoles como Pedro
Rodríguez, conde de Campomanes, quien fundó las Sociedades
Económicas de Amigos del País; este ilus-
El Pensador Mexica- trado propuso medidas agrarias y la extir-
no, antecesor de los pación de la mendicidad que agobiaba las
ideales de la Reforma, ciudades, entre otras medidas, y Gaspar
pidió, entre otras co-
Melchor de Jovellanos, que presidió la pri-
sas, la separación de
la Iglesia y el Estado, mera Junta Central en contra de José Bo-
que los obispos cobra- naparte; escribió monografías sobre cues-
ran un sueldo, que el tiones del campo y de justicia; además,
voto de castidad no
defendió la utopía de instaurar la pobla-
se jurara antes de los
veinticinco años, que ción en la clase media y, como Campoma-
no se enclaustrara a las nes, atacó las supersticiones religiosas y la
jóvenes sin vocación, mercantilización del clero; ambos prohibi-
que se expropiaran los dos en España por los Borbones y figuras
bienes del clero, etc.
revolucionarias cuando gobernaban los

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Austrias la Península Ibérica. ¿Los textos de estos teóricos hispa-
nos llegaron al actual México en la valija del gran Houdini, o sea,
el escapista padre Mier, para quien no hubo cárcel ni encierro,
nacional o extranjero, del que no se liberara? Si Lizardi conoció
a tales filósofos hispanos, ¿hubo en aquellos momentos álgidos
reuniones parecidas a las sociedades españolas, donde se leía lo
prohibido? ¿Lizardi, sin ser masón, asistió?).
Cuando los Estados Unidos Mexicanos ingresaron en un
mercado mundial ya repartido entre las potencias colonizadoras
(Inglaterra, Francia, Holanda, Portugal) y en lo interno seguían
pri­vando asonadas políticas variopintas —españolistas, monár-
quicos, incondicionales del vertical poder civil y del clerical, fede-
ralistas— El Pensador temió la reconquista de la Santa Alianza
(llamada localmente la Santa Liga). Los españoles aún tenían en
su poder San Juan de Ulúa, paso marítimo del comercio (imaginó
y propuso varias tácticas para derrotarlos). Éramos la debilidad
socialmente encarnada en lo social, económico, militar y en la
idiosincrasia. Nuestro autor tuvo la suerte de morir sin padecer
la invasión francesa y la pérdida de la mitad del territorio nacio-
nal: aunque equivocado sobre el enemigo, sus temores estaban
más que justificados.
Finalmente vivió parte de su utopía: una república federal y
la independencia política; empero siguieron existiendo las enor-
mes distancias entre clases sociales, el congreso estuvo lleno
de sacerdotes, Victoria instauró un fuerte presidencialismo que
opacaba las resoluciones de los diputados, institución que valo-
raba como la suprema autoridad política; el Ejecutivo sólo debía
ejecutar las resoluciones del Congreso, la agobiante corrupción
siguió privando, y, siguiendo el ejemplo de Don Quijote, José
Joaquín Fernández de Lizardi, El Pensador Mexicano (nombre

19
de su periódico y seudónimo que le atribuyeron) murió melancó-
lico, en la depresión, sin un centavo en la bolsa.
Se acepta que su cadáver fue expuesto para desmentir la
conseja de que murió endemoniado. Fue enterrado en el cemen-
terio de San Lázaro, pocilga que alimentaba cerdos y perros con
los cadáveres.

II. Fecha de edición

José Joaquín Fernández de Lizardi, el más común de los hom-


bres sabios y el más sabio de los hombres comunes, ha sido
identificado como el primer novelista de Latinoamérica, que no
el primer narrador. El advenimiento literario o la génesis de su
novela tuvo una bienvenida calurosa: se pagaron por los tres pri-
meros tomos de El Periquillo Sarniento desde dos pesos y cuatro
reales (en origen, cada entrega costaba cuatro pesos, y cuatro
pesos más cuatro reales en las provincias) hasta veinticinco y
sesenta pesos, cantidad exorbitante en aquellos días, lo que no
contrasta demasiado con el precio de su romántica Noches tris-
tes y día alegre. Posiblemente este sonado éxito se dio gracias
al perió­dico El Pensador Mexicano, que leyeron tirios y troyanos;
por este motivo, el título inicial de su obra, que luego tachó por
extenso y poco atinado, fue Vida que el Periquillo Sarniento es-
cribió para sus hijos, y publícala para los que la quieran leer don
J[osé] [Joaquín] F[ernández] de L[izardi], autor del periódico El
Pensador Mexicano. Lizardi dio la noticia de que su primera obra
narrativa se vendía en La Habana, Portugal y quizá la imprimirían
los ingleses, ¿realidad o fantasía?
Los tres primeros volúmenes de El Periquillo…se editaron
en 1816. En una nota del tomo V el autor asienta que los ameri-

20
canos mostraban su voluntad de liberarse de España, “pero es
muy peligroso escribir esto, año de 1813” (1990b: 391), es decir,
en la “época de horror, de crimen, sangre y desolación” (1990b:
391), es decir, cuando inicialmente estaba redactando su nove-
la. La novela consta de V volúmenes: doce capítulos del I, más
prólogo, dedicatoria y advertencia a los lectores y suscriptores;
doce capítulos del II más un prólogo; doce del tomo III; siete del
tomo IV más una advertencia del manuscrito que dejó inédito, y
el V lo integran nueve capítulos.
En los folletos ya más libres de la censura, con tintes me-
nos tiránicos (1820 en adelante), Fernández de Lizardi critica la
impericia militar de los curas insurgentes, cuya causa asumió, si
repasamos lo dicho líneas arriba. La impericia de los caudillos
facilitó su pronta derrota, las masacres, los robos y las violacio-
nes de una tropa desbocada y llena de odios larvados durante
los siglos de la Conquista y del Virreinato. En el folleto Chamorro
y Dominiquín sobre la independencia de América (1821), se nota
su auténtica, no de política obligada, separación de las tácticas
asumidas por los Hidalgo y Morelos: no una desviación, sino que
siempre coincidió con sus ideas antiescla-
vistas y modernizadoras.
El Periquillo Sarniento
No le costó demasiado al dominio rea­
consta de cinco volú-
lista hispano acabar con los Hidalgos, Mo- menes. Su título inicial
relos, Allendes y demás guerrilleros. Tras fue Vida que el Periqui-
sus muertes, la situación empeoró. Con- llo Sarniento escribió
para sus hijos, y pu-
tinuaron con fuerza avasalladora el caos,
blícala para los que la
los robos, los asesinatos, las violaciones… quieran leer don J[osé]
Por lo mismo, Lizardi pasó una temporada [Joaquín] F[ernández]
en San Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpan) de L[izardi], autor del
para reestablecerse de una hidropesía y periódico El Pensador
Mexicano.
evadir aquellos ratos de terror. Las bata-

21
llas mal conducidas habían desatado, por lo tanto, tal crueldad
y tal destrucción que empañaron la utopía de los primeros su-
blevados.
Como medida alterna, Lizardi abandonó su proclividad a
la lucha armada para imaginar una liberación pacífica gracias a la
Constitución de Cádiz (esta aclaración trata de evitar malas lec-
turas que sostienen que escribió a favor de que permaneciera la
colonización, obviando que siempre admiró los grandes ideales
de Hidalgo y Morelos, pero temió y hasta aborreció su falta de
habilidad táctico-militar).
Una vez que el actual México obtuvo la independencia, pro-
clamó a estos “héroes” como padres de la patria o nación. Eran
patriotas auténticamente mexicanos que nos otorgaban una per-
sonalidad comunitaria para negociar en la escena internacional
(“nación” deriva de natus nationis y de nascio¸ camada y nacido;
o sea que los pueblos se organizan como una familia de herma-
nos y, por lo mismo, requieren de padres o antecesores; la de-
magogia posterior no aplica en el momento de fraguar, al estilo
renacentista, una fratría).
El tomo IV de El Periquillo Sarniento fue censurado por el
Alcalde de Corte Felipe Martínez, quien puso rayas al margen
y subrayó la palabra “negros” cuando la trama revela, en Filipi-
nas, otra colonia española (entiéndase en México, porque a los
“morenos” no se les reconoció oficialmente como humanos
hasta 1825, cuando la apreciación lizardiana contra la discrimi-
nación que privó la escribió durante la Colonia). Martínez le or-
dena que las suprima por su carácter inoportuno, perjudicial y
no político, o contrario a un “comercio permitido por el rey”
(1990b: 208). La arbitrariedad de la Conquista y la Colonia en-
torpeció la publicación. Sin cambiar ni una palabra, Fernández
de Lizardi guardó a buen resguardo este tomo y el siguiente, los

22
cuales vieron la luz póstumamente, en 1830 y 1831, sin mayor
problema, entre otros motivos porque el presidente Guadalu-
pe Victoria decretó la manumisión de los “negros” y sus castas
el 15 de septiembre de 1825. La publicación abarca, pues, des-
de fines del virreinato hasta el México liberado, aunque simule
estar escrito en 1813 para respetar la continuidad cronológica y
los acontecimientos del virreinato, no de la republica.
Después de que se han leído los XIV tomos de las Obras de
José Joaquín Fernández de Lizardi, editados por la unam en la
colección Nueva Biblioteca Mexicana, es presumible suponer
que nuestro autor aprovechara algunos ratos libres para seguir
en su papel de novelista (escribió cuatro novelas: la que esta-
mos analizando, La educación de las mujeres o la Quijotita y su
prima, Noches Tristes y día alegre, y Vida y hechos del famoso ca-
ballero Don Catrín de la Fachenda), siendo por vocación, subrayo,
un periodista (nueve títulos) y autor de folletos (más de 300).
Si bien recursos como el diálogo, los versos entre la prosa y la
ejemplificación con anécdotas personales son una constante en
toda su producción de cualquier género.

III. Estructura de la obra


y contenidos éticos

1. La ética social
Desde la primera página hasta la última se declara que lo que
se ofrece son cuadernos de moral, consejos que don Pedro Sar-
miento lega a sus hijos para que manden a la nada el veneno de
los extravíos corruptos. Los instruye mediante la descripción
de los daños que llevan aparejados los vicios, contrarios, opina,

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a la paz interior y a la felicidad: “Cuando escribo mi vida es sólo
con la sana intención de que mis hijos se instruyan alguna cosita
en las materias sobre las que les hablo” (1990a: 34). Entrega,
pues, un recuento de los escollos donde se estampan los jóve-
nes que no escuchan los avisos de los “pilotos” experimentados
en los terrenos de la virtud cívico-moral.

1.1 La misoginia y la rebelión ideológica de Lizardi


Los personajes femeninos y demás de la novela aparecen como
fantasmas de un problema comunitario. Son más símbolos que
personalidades distinguibles.
No faltan algunos apuntamientos realistas y a veces misógi-
nos (que después pulirá hasta llegar a aceptar que las mujeres
pueden ser diputadas) o al tenor del patriarcado feroz que priva-
ba en la América Septentrional (continente y punto cardinal que
usaba Lizardi para evitar el nombre de Nueva España). Al citar
las aventuras de Ponciano y Martín, ambos personajes secunda-
rios y un tanto fantasmagóricos, dice que las mujeres pagan o
hacen lo que quieran sus explotadores con tal que se lo exijan.
En otras partes enfatiza la conducción inevitablemente sana de
los maridos y padres, hombres, por supuesto. Empero insiste en
los males que causan las madres consentidoras. E inversamen-
te, Perico mató a su madre por medio de las pesadumbres que
le vertió como un balde de agua sucia hasta que la hundió en
la miseria. Una vez fallecida, al casero le quedó como pago un
montón de trastos rotos, de muebles destripados llenos de chin-
ches, guitarras sordas y nueve tomos despostillados, truncos y
sin estampas de Don Quijote (1990a: 280).
Fernández de Lizardi insiste en la subordinación de las mu-
jeres al padre y al marido bondadosos, y descubre la misoginia
que mamaban las mujeres con los pleitos entre las recamareras

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(Clara), las nanas (Lorenza), aunque también éstas descubren el
velo de las trampas de Perico en casa del escribano.
Lizardi se detiene en los intentos del chino (que Perico trajo
de una isla, cuyo nombre queda en el misterio, donde naufra-
gó de regreso a su patria bajo el engaño de que él, Don Pedro
Sarmiento, era un noble de Guadalajara) por tener un affaire
forzado con Anita, esto es, por violarla, así como el duelo que se
desató. El Periquillo Sarniento paga los platos rotos porque el
capellán lo increpa llamándole desvergonzado, estafador, al-
cahuete (1990b: 296). Y no es nada despreciable que Periquillo
confiese que intentó violar a Luisa cuando ésta ya estaba bien
casada. Luisa, con quien había engañado al escribano Chanfai-
na y cohabitado. Perico recibe arañazos y estrujones que lo
desmechan.
Asimismo, Pedro Sarmiento opina que, para que funcio-
nen, los matrimonios deben ser la unión de mujeres jóvenes y
de hombres de mayor edad, y lo ejemplifica con su última boda.
Por otro lado, al final del último tomo, al frente de una tienda
para después mudarse como administrador de la hacienda que
termina heredando como propietario, asienta que los que viven
bajo un mismo techo deben casarse. A su casa había llegado Don
Antonio, el único preso, por razones injustas, que lo había tra-
tado con amistad. Viejo y a punto de morir llega a la tienda que
regentea Pedro, acompañado de su hija. Sarmiento la pide en
matrimonio, ella acepta; después se muda a la hacienda de San
Agustín de las Cuevas y pormenoriza su boda: el amo de aquella
tierra de cultivo y animales domésticos fue su padrino. Ofició la
misa su confesor y amigo, también redimido, Pelayo. Total, la fies-
ta se realizó en la casa modesta de una “pastora de la Arcadia”
(1990b: 384). Digresión que revela su animadversión al lujo festi-
vo en un país hundido en la miseria.

25
1.2 Pericos vergonzantes o ética y picaresca
Los pasajes de su vida no son, dice Sarmiento, raros, ni violen-
tan la realidad, ni son fabulosos (1990a: 14), sino las vivencias de
los “Pericos encubiertos y vergonzantes” (1990b: 141), como él
mismo. Su descendencia aprenderá a no exponerse a los malos
tratos si aprovechan los desengaños en cabeza ajena.
El displacer enseña que los “malos maestros” pueden dar
quiméricas buenas lecciones pragmáticas; educa sobre la infide-
lidad de un teórico amigo; educa sobre la perfidia de una mujer y
de cómo la  “trácala” del lisonjero acaba en la enfermedad y en los
excesos mórbidos de sus víctimas. En suma, estos discursos sobre
la justicia social y del individuo podrán servir a su descendencia
como frutillos dulces a partir de sus raíces amargas (1990b: 332).
Ésta es la médula, la espina dorsal que mantiene en pie el
resto de historias sobre la cizaña y la corrupción en grado sumo
que agobiaban al México a fines de la Colonia e inicios de la Re-
pública. El Periquillo llevó a cabo trapacerías antisociales para
cubrir sus necesidades básicas de supervivencia porque no qui-
so seguir las orientaciones de su padre de aprender un oficio.
El personaje Januario le advierte a Sarmiento que “consejos
y bigotes […] ya no se usan” (1990a: 208). Cierto, admite. No
obstante, Don Pedro está convencido de que por un mal conse-
jo se han perdido muchos, muchas ciudades, muchos reinos, el
mundo debe su perdición a los malos consejos y ejemplos.
El Pensador es consciente de que el tono de consejo, om-
bligo que estructura a El Periquillo…, se olvida fácilmente. Para
mostrar los estragos del vicio y pormenorizar laudablemente la
virtud es menester salpimentarlos con anécdotas instructivas,
es decir, con una diégesis o una trama que fije las lecciones.
En honor a la verdad, la base moral a toda prueba vuelve a
ratos los cinco tomos de esta obra una lectura cansina, lenta. Se

26
trata, por lo tanto, de una novela para leerla en partes, poco a
poco, respetando la mezcla, no mutilando ni la instrucción que
pretende ofrecer ni la historia que la ilustra. No basta con en-
fatizar las andanzas deleznables que obligan a Perico a que las
realice para sobrevivir.
Las expurgaciones que se han dado (versiones resumidas y
hasta ilustradas) mutilan las gracias estilísticas lizardianas y el sen-
tido del libro basado en la moral cristiana. Por ende, no es una lec-
tura para secundaria. Cuando me lo impusieron obligatoriamente
lo leí en diagonal, de manera impertinente a su sentido. Creo que
este camino torcido lo han seguido quienes no tuvieron la pa-
ciencia de Job para analizar la multitud de párrafos y la dirección
de los cinco volúmenes de la obra. La hermenéutica o interpre-
tación de El Periquillo… ha fallado o, en buena parte, ha sido
impertinente.
La insistencia en que se trata de una novela picaresca o de
pelados (en calificativo de Agustín Yáñez) obedece a que se ha
leído en diagonal, fijando la atención en los desvíos por malas
sendas del protagonista, no en la manera en que está elaborado
este texto con un foco de atención básico o contrapunto para
criticar la insociable sociablidad, en conocida expresión de Kant,
que agobiaba nuestro pasado y cuyas huellas
reaparecen en niveles aún más anómicos, El Periquillo... es una
esto es, tan enfermos que o nuestra socie- novela para leerse
dad cambia o está seriamente amenazada en partes, sin muti-
lar la historia de las
con su desaparición.
andanzas de Perico,
ni la instrucción que
1.3 Consejos y lecturas Lizardi pretende
La hermenéutica o interpretación posterior ofrecer. No es, por
al siglo xix ha estado más interesada en las lo tanto, una lectura
para secundaria.
descripciones humorísticas, cuando no sar-

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cásticas, de las aberraciones de toda clase que se experimen-
taron a fines del Virreinato e inicios de la República. Un lector
del siglo xxi verá las huellas degeneradas que persisten hasta
devenir un vacío hacia el que México dirige sus pasos, si no cam-
bia de rumbo.
Fernández de Lizardi introduce, pues, anécdotas ilustrati-
vas anotadas para que la lección se fije en la memoria como
digresiones oportunas. Con este proceder, el valor y la since-
ridad para escribir moralizando, Lizardi deseó salvar de los vi-
cios a los flojos y a los disipados, que padecen más situaciones
insoportables que los hombres “arreglados” en el “buen vivir”
(1990b: 315).
Este amplio texto ejemplifica dónde se estrella la juventud
incauta, alejada de la moral cristiana, que obliga a honrar y amar
a Dios y a observar sus preceptos orientados a ser útiles a sus
semejantes, a seguir la regla de oro de no hacer al otro lo que no
se desea que le ocurra a uno mismo, a no desobedecer las potes-
tades benéficas, a no realizar voluntariamente el mal y sí hacer
el bien. En unas cuantas palabras, a seguir los amores fraterno,
filial y caritativo.
Es innegable que existe un sinnúmero de los mal llamados
amigos, los hipotéticos próximos abundan, pero la amistad es-
casea (1990b: 400) y, por lo tanto, se incide en las manchas, en
los estigmas y en los pecados sociales, afirma en tono sentencio-
so Pedro Sarmiento.
Hay hombres de carácter tan venenoso que se salen de misa
para decir una mentira y desacreditar a su prójimo (1990a: 283).
Son tan poca cosa que sin duda hacen mucho mal aun creyen-
do que hacen el bien o que se comportan normalmente. Perico
los compara con el gato que lastima al tiempo de hacer cariños
(1990a: 187). En esta caracterización abarca no sólo a los pobres

28
como Januario, sino a los malvados o corruptos adinerados que
cometen ilegalidades y violencias, que hoy llamaríamos bandi-
dos de cuello blanco. Esta tendencia es la más destacada para la
supervivencia o actualizaciones de esta novela.
Nadie ha dejado de conocer al grosero por sus majaderías,
al inmoral por su pésima conducta, al embustero por sus histo-
rias y sus juramentos, al fullero por sus drogas, al ambicioso por
su codicia y al mezquino por sus cicaterías. La lección no debe
olvidarse.
Al anotar sus cuadernos, la intención de Don Pedro es lau-
dable, porque se orienta a enmendar vicios aborrecibles y a en-
salzar virtudes como la generosidad. Moraliza con el valor de
la sinceridad para enmienda de periquillos viciosos y disipados
cuya vida tiene efectos insoportables para la comunidad, es de-
cir, pondera a las personalidades arregladas en el “buen vivir”
(1990a: 315) en el hogar y en el terruño propios.
En forma declinada en vocativo —¡oh, hijos!, por ejemplo—,
Sarmiento les dice a sus hijos no afanarse en lograr bienes fu-
gitivos por reglas aciagas que los alejan de la felicidad interna
(noción propia de la cultura heredada de la Grecia clásica y del
cristianismo primitivo); por buscar los bienes, las mercancías y
los lujos sin valor social, Perico Sarniento la perdió durante mu-
cho tiempo. Su vida no fue ni la presenta como la de un santu-
cho, sino como desviada en un ambiente de rapiña mayoritaria,
porque lo mismo es el que roba en coche que el que roba a pie;
y tan dañoso a la sociedad, o más, es el salteador en las ciudades
que en los caminos despoblados (1990a: 328).
Roban el oficial, el soldado, el mercader, el escribano, el juez,
el abogado, el alto clero… El verbo “rapio se conjuga en todos
los modos y tiempos: se hurta por activa, por pasiva, por circun-
loquio y por participio” (1990a: 329).

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No, hijos, les aconseja Don Pedro, nun-
Los consejos a lo
largo de la obra no ca deben asumir las ideas y los actos que les
son meros añadidos, inspiren los inmiscuidos en la podredumbre,
sino el centro y base sino, dice con Aristóteles, deben ser pru-
de esta novela, Lizar-
dentes. Especifica que la gente feliz aplica
di los introduce en
anécdotas ilustrativas la frónesis, sabiduría práctica o prudencia,
para que permanez- es decir, lo contrario a quienes niegan lo
can en la memoria. que no comprenden, emiten afirmaciones
antes de un juicioso análisis de los hechos
y los discursos, y se comportan contra quienes practican la so-
ciabilidad y el espíritu comunitario con sus hermanos, a saber,
los habitantes de esta América del Norte, que después propuso
llamar Anáhuac y acabó por ser Estados Unidos Mexicanos.
Lizardi le hace decir a Sarmiento que se tome su letra como
la de Don Quijote, que sermoneaba con tal asiduidad que Sancho
Panza le dijo que podía tomar un púlpito y andar por la Tierra
predicando lindezas.
Los consejos no son, pues, un añadido, repito, sino el centro
y base de esta novela, escrita por un periodista que no espera
ser leído por los superiores ni los necios obstinados. Y senten-
cia: el grosero es majadero, el inmoral realiza malas conductas,
el embustero jura en falso, el ambicioso aplica su codicia y el
mezquino sus cicaterías. Todos son los pésimos forjadores de
la nación mexicana que oteaba en el horizonte de un futuro no
demasiado lejano.
Por estas páginas desfilan escribanos, mendigos, sacrista-
nes, boticarios, curas que inculcan las supersticiones, los malos
jueces criminalistas, los abogados embrolladores, los médicos
“desaplicados”, los padres indolentes… y los demás inmorales
que han hecho de la queja su práctica sin hacer nada para solu-
cionar las desviaciones sociales que llevan a término (tesis cuya

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fuente no cita porque los jansenistas estaban prohibidos, sino El
fruto de mis lecturas de Jamin, una serie de epítomes que pasa-
ron la censura inquisitorial; esto es, Fernández de Lizardi oculta,
en buena medida, sus fuentes porque su existencia se desen-
vuelve en la tiranía de la censura civil y eclesiástica).
Retrata a los preceptores ineptos, a los eclesiásticos rela-
jados, a las coquetas de vida galante o las del rodeo (las sexo-
servidoras ambulantes, diríamos actualmente), a los flojos, a los
ladrones, a los fulleros y a los hipócritas. Tales individuos ima-
ginarán, como dice Tomás de Iriarte en la fábula “El elefante y
otros animales”, que las advertencias que Sarmiento ha escrito
los aluden personalmente; pero el autor que habla de la culpa
o la mancha es inocente, por lo tanto, “que con su pan se lo
coman” (1990a: 224-225), porque no “destaza” los defectos ni
engrandece las ventajas de la patria que ama.
El amor a la patria debería ser principio de virtudes cívicas y
morales (1990b: 224), si faltan, la denuncia es necesaria. Luego,
se ama a alguien o algo por lo que es, con sus defectos y cuali-
dades. Como dato secundario es interesante saber en nuestros
días que incluso se refiere al San Lunes de los oficiales mecáni-
cos; o ausencia para curarse de la “tranca” con otra “tranca” (o
cruda) (1990a: 301).
Con el Arte poética de Horacio, Lizardi repite que desempe-
ña su quehacer divirtiendo; empero, precisa, que lo hace falto
de la saña que zahiere a las personas en lo individual, no al vi-
cio. Claro que cualquier escritor tiene en mente sujetos reales:
varios hechos se corresponden a la práctica de gente real en
parte, aunque en general no se refiere a ninguno en especial.
Esta amalgama de veracidad y ficción verosímil la aprovecha
para enfatizar la “instrucción” que le ministraron sus anécdo-
tas propias. En resumen, utiliza la fantasía como lo hace cual-

31
quier narrador. Su estilo sentencioso, moralista, se apartó de la
“malicia” sarcástica que señala a individuos con nombre propio
(claro que nadie está exento de alguna que otra salida a lo tri-
vial, confiesa).
Dicho de otra manera, El Periquillo Sarniento ofrece un mu-
ral de las secuelas corruptas que durante la Conquista y la Colo-
nia funcionaban como llaga purulenta, y que se agudizaron en
aquella época insurreccionada y de grandes masacres que se
emparejaron con ideales patrióticos sublimes.
Como un mural es menester observar este libro con mucho
tiempo y que lo analicen los amantes de las letras, la Historia,
la lingüística y la sociología. Es un enorme discurso de consulta
porque denuncia cómo reinaba un poder de dominio tremendo.
Como efecto, las prédicas de los opresores beneficiados habían
minado la autoestima de los habitantes de estas tierras, y la fra-
ternidad, por lo tanto, era una práctica hundida en el vacío. En
la elocuencia y retórica popular lizardianas nunca faltaron, a lo
Sancho Panza, los refranes.

IV. El mal, la imitación y el arrepentimiento.


Estructura moral

Fernández de Lizardi define el corazón del mal intencionado y


ególatra como un depósito de arcanos, enigmáticos al princi-
pio; y, sin embargo, vacíos de fondo social. Por lo mismo, se
esconden o disfrazan con los ropajes de la bondad. Esto es, los
sádicos y los que quieren todo lo económico, político o cultu-
ral sólo para sí o con exclusión de los demás, tienen recámaras
anímicas donde embodegan sus astucias y estrategias hasta
que sus conductas traslucen su iniquidad. Cuando se descubre

32
su corazón perverso, nace el recelo. En antítesis, el hombre de
bien no recela ni encubre sus intenciones. Es merecedor de con-
fianza.
Pedro Sarmiento declara que sus aventuras “pecaminosas”
tuvieron mal fin. Fue un individuo moldeado por circunstancias
nefastas en las que hubo de incurrir para obtener el pan. Es, em-
pero, la contraparte de Don Catrín de la Fachenda, un protago-
nista de cortas miras, quien aceptó que las situaciones no cam-
bian y es indispensable adaptarse, aprovecharlas. Don Catrín es
un amoral. Periquillo conoce las degeneraciones y desde muy
pronto explicita sus remordimientos, es alguien paradójicamen-
te inmoral obligado y moral en su interior. El Periquillo no es, pues,
una novela picaresca que se mueve entre lo moral e inmoral,
sino que versa sobre un personaje débil de carácter, al menos
en varias ocasiones de su existencia. Reconoce vicios que sigue
por necesidad, y moldeado por las situaciones degeneradas de
los colonizados y, pese a estas razones, es capaz de transformar
su conducta emulando las virtudes de las buenas personas que
conoció y que había conocido en su niñez.
Pedro Sarmiento confiesa que debía a Dios un corazón noble,
piadoso y dócil a la razón. La virtud le prendaba la vista con otros
benéficios potenciales. Los delitos atroces lo horrorizaban; la
culpa le impuso ciertos límites porque al final de alguna acción
ilegal su alma la evadía, lo atormentaba por su carácter por un
lado cruento y por otro anticomunitario. La sensibilidad excitaba
sus entrañas ante escenas escandalosas éticamente. Pero ¿qué
importan las buenas cualidades, las virtudes, si no se cultivan?
Se cuestionaba metafóricamente: ¿cuál es el beneficio de una
tierra fértil si la semilla que se siembra es de cizaña? Mi docilidad,
confiesa y se confiesa, me servía para seguir el ímpetu de mis
propias pasiones, es decir, el ejemplo de sus malos “amigos”;

33
pero cuando trataba con una buena perso-
Periquillo en el fondo
es un ser moral, pues na, “pocas veces dejaba de enamorarme la
reconoce sus faltas virtud” (1990a: 384).
y tiene remordi- El planteamiento ético y moral es, pues,
mientos de sus malas
asimétrico, oscilante: pone aquí y allá como
acciones, de este
modo no estamos la posta, o correo de entonces, sus buenas
frente a una novela y malas acciones; por ejemplo, no duda en
picaresca, como se mofarse y “periquearse” de la gente soez y
ha clasificado en grosera como los tahúres (1990a: 325), prac-
muchas ocasiones.
ticando la fullería.
Cuando entra al servicio de “amos”
con vocación socializante, Periquillo deja atrás los desvíos, se
corrige en dirección hacia los amores fraterno y filial. La razón
antropológica que aduce es que “no hay un hombre tan malo
que no tenga alguna partida buena, y en medio de mis extravíos
conservaba algunas semillas de sensibilidad, aunque embota-
das con mi soberbia, y tal cual respetillo y amor a mi religión”
(1990b: 285).
Lejos de ser un hipócrita perverso o un amoral, Pedro Sar-
miento muda de buen grado hacia las rutas comunitarias (que
hubo en aquella etapa de capitalismo mercantil y de incipiente
industrialización). En esas ocasiones, su personalidad influencia-
ble deja en el pasado los extravíos del libertinaje y de una exis-
tencia desarreglada (1990a: 7), porque “el hombre mientras me-
nos malicioso es más fácil de ser engañado” (1990a: 375).
Perico muestra un carisma que, según la hermenéutica de
lo literal, refleja un carácter inocente y bonachón. Desde la her-
menéutica de la sospecha, creo que en el fondo es un individuo
de personalidad endeble, un tanto de siervo o fuera de sí mis-
mo; una personalidad agobiada por las huellas y la actualidad
de la degeneración que privaba en aquella que llamaré una eta-

34
pa de crisis o punto crítico en que las opciones eran renovarse
o morir.
Las inclinaciones sociables o comunitarias de Pedro le na-
cen, en buena medida, de la educación que recibió de su padre,
un hombre que cualifica como excelente esposo, prudente,
amoroso, afable y juicioso (1990a: 206). Lo instruyó, de entra-
da, en el Decálogo para que llegara a la paz interior y a la felici-
dad eterna (1990a: 207). Al salir del ala familiar, que cobija para
obtener el pan, perdió el lustre de su nacimiento, su salud se
extravió y arruinó los bienes de fortuna heredados por simples
excesos no comunitarios.
Sarmiento les explica a sus hijos que es demasiado tarde para
que cambie de conducta, porque el ayer es lo ido; sin embar-
go, acepta que nunca es tarde para mudar de una pecadora vida
relajada. La justicia siempre tiene redención si hay fe y amor al
prójimo.
Haber traicionado a su padre es lo que Sarmiento más la­
menta: “¿no advertís mi depravado espíritu y condición? Porque
el hombre que se complace en afligir a otro [a su padre y madre]
no puede menos que tener un alma ruin y un corazón protervo”
(1990a: 94).
Harto de sus desviaciones, en un ataque de desesperación
debida a la pobreza, a la soledad y al aburrimiento de existir en
aquel entorno social, Pedro quiso ahorcarse: amarró la reata a
la rama de un árbol; ésta cedió. Después del “porrazo” desis-
tió de su intentona. Este episodio intercalado dice que cuando
fue amparado, después de su intento de suicidio, Perico entró
en una accesoria abierta donde había un velorio. Escribe que
detrás de su “estampa”: “Fui fraile, fui secretario/ y aunque aho-
ra tan pobre estoy, / fui comerciante en convoy, / estudiante y
bachiller. / Pero ¡ay de mí!/ esto fui ayer /y hoy ni petatero soy.”

35
(1990b: 313): la suerte de su nacimiento está opacada por los
extravíos, la salud está arruinada por los excesos y sus bienes
los ha disipado.
Don Pedro advierte a sus descendientes que no se abando-
nen al vicio ni tomen al pie de la letra su mal ejemplo con la espe-
ranza necia de enmendarse, ellos también, al final de sus años.
Les suplica que honren su memoria después de excusarlo, y esto
conlleva que sean útiles al país, humildes, atentos, afables, be-
néficos, corteses, honrados, veraces, sencillos, nada pedantes,
prudentes y racionales, o sea, con sabiduría práctica.

V. Las clases y la economía

Cuando su patrón hereda a Pedro Sarmiento su hacienda, éste


se casa con la hija de don Antonio, no sin antes matar de tristeza
y angustias a la hermosa Mariana, a quien sólo quiso para satis-
facer su líbido (después de haberla preferido a Luisa).

1. El amo, las apariencias y la igualdad


El amo hacendado envía a Perico a una misión a Manila. En esa
ocasión salta a la vista del Periquillo que el capital en haber de
los comerciantes es expansivo, no tiene patria, sino que entre
sus poseedores priva la avaricia y demás facetas contrarias a la
tendencia comunitaria y al amor a sus compatricios. Los capita-
listas burgueses (que Sarmiento llama “ricos”) se aman dema-
siado a sí mismos (ejercen lo que Aristóteles llamó pleonexía,
es decir, quieren todo para sí, en este caso lo económico, con
exclusión de los demás). No dudan en hacer el mal o agredir a

36
particulares y al mismo colectivo al que pertenecen o deberían
pertenecer.
La moraleja es que la abundancia de bienes es algo secun-
dario, fugaz y negativo en exceso comparada con la vida y la
nación. Por lo mismo, cuando naufraga el barco, los potenta-
dos no tienen más solución que tirar por la borda sus riquezas
para no ahogarse durante el hundimiento debido a la sobrecar­
ga del barco. Después Perico vuelve a naufragar y nuevamente
se salva; pierde su capital, y acaba presentándose en la ciudad
de México, repito, como un conde para estafar al “chino” (en
México se llamaban “chinos” a todos los que llegaban de los Ma-
res del Sur) que engañó.
Habitamos, se lee, en una sociedad de apariencias: aun cuan-
do estén llenos de pio­jos, los vivillos amorales, tal vez ladrones o
simplemente aprovechados de los afanes de riqueza en medio
de una población paupérrima, con las ganancias de sus pillerías
se compraban ropa de lujo y adminículos como la “cascarita del
reloj” (esto es, sin la máquina), que colgaban de una leontina.
Don Pedro asegura que la pobreza no hace a los malos, como se
juzga en principio (1990a: 385) ni el “color bajo”, o piel oscura, ni
los vestidos destrozados califican a los perversos.
La ocasión en que Perico visita a Manila, donde aprendió el ta-
galo, describe que un sujeto inglés se cree con el derecho de mal-
tratar a un comerciante negro por un involuntario encontronazo
(repito, en sentido inverso: la discriminación agobiaba a Manila:
no sólo era realidad en la Nueva España y demás colonias espa-
ñolas). El inglés ataca al “moreno” y lo reta a terminar el asunto
con pistolas. Por más que el negro repite que no trató de ofender-
lo ni quiere morir ni matarlo, el inglés no desiste de su necedad.
El día del duelo, el “moreno” le dice que una de las pistolas está
cargada y la otra vacía, porque no tiene motivo para perpetrar

37
un homicidio gratuito. Con pistola cargada
Fernández de Lizardi
condenaba que unos no la dispara. El inglés, conmovido, lo abraza
pocos tuvieran dema- y nace entre ambos un asomo de amistad.
siado mientras que La moraleja infaltable es que si todos pro-
muchísimos tuvieran
cedemos de un mis­mo ascendente  —“to-
tan poco. Si la distri-
bución de la riqueza dos somos hijos de un padre y componemos
fuera equitativa, los una misma familia” (1990b: 219)—, por qué
ciudadanos vivirían se comete la imbecilidad de la discriminación
con comodidad y esclavista: “es una estupidez despreciar al
ello repercutiría en el
bien de la nación.
negro por negro, una crueldad comprarlo y
venderlo y una tiranía matarlo” (1990b: 219).
¿Qué clase de libertad es la de obrar al an-
tojo propio sin respeto ni subordinación al primer precepto del
Decálogo?
Fernández de Lizardi aspiraba a que se instaurara una clase
media culta, bien alimentada, que no insultara el lustre que debe
tener la convivencia; con una alimentación fuera de medida y con
servicios de tal gala que enfermaran de vagancia a los pudientes.
Con una influencia inesperada de uno de los padres de la Eco-
nomía, Adam Smith (¿la obtuvo mediante los jansenistas?), califi-
ca de aberración social que una minoría de familias conserven su
fastuosidad a costa de infinitos sumergidos en la desdicha y oscu-
ridad. La mejor distribución de las riquezas podría lograr que los
ciudadanos, sin excepción, vivieran con desahogo y comodidad.
La minería no era una solución para el país, y esto porque no
sólo el enclave donde se encuentra un socavón padece cambios,
sino porque los metales no se comen. En los poblados cerca de
las minas de plata los precios de los bienes primarios y secunda-
rios crecen exponencialmente; enerva la industria y el “cabrío”
(1990b: 197). También despierta la codicia de los extranjeros.
Esta alusión insinúa, de paso, que los mares estaban infestados

38
de corsarios ingleses, piratas holandeses o de otros enclaves eu-
ropeos que se llevaban a manos llenas los metales preciosos, de
modo que España recibía una mínima parte, si es que la recibía
(por esta razón, ¿quién tuvo las posibilidades de una Revolución
Industrial?). Los ingleses se apropiaron de la plata y el oro, ade-
más de establecer el comercio en pequeña y gran escala, y tuvie-
ron esta Revolución.

VI. Patria

En el magín que dio a la luz esta novela nace y después se desa-


rrolla la pretensión de ser leal en la forja de la patria. El objetivo
lizardiano fue generar un sentimiento centrípeto, no chauvinista
ni xenófobo, esto es, impulsar la autoestima capaz de enmendar
las deformaciones del poder de dominio que se había padecido
y padecía. Sólo el que ama lo cercano, en un movimiento centrí-
peto, mira la injusticia, le salta a la vista, se enfada, y entonces
está preparado para extender centrífugamente su amor hacia
el mundo.

VII. Estilo

1. Los aciertos y las fallas


El lenguaje de Fernández de Lizardi es sumamente atractivo
y rico (no así la estructura de la novela). Sin embargo, confiesa y
vuelve a confesar, concediendo a la multitud de críticos elitistas
u oportunistas, que lo atacaron a mansalva, que su estilo tiene
mil y un defectos; y cómo no, alega, si escribir para oyentes con

39
una formación educativa mala requiere “atropellar las reglas
del arte” (1990a: 24). Esto es, un pueblo mayoritariamente no
hispanohablante, cuando intentaba expresarse, cometía faltas
gramaticales que el autor reproduce. Ello molestaba a los “ge-
nios” de la pluma que se atenían a la preceptiva y a la gramática
castellana.
En algunas ocasiones, cediendo en demasía, se disculpa a
sí mismo, diciendo con pena que si sus escritos tienen méritos
relevantes, los defectos son producto más bien de sus escasas
luces. A estas alturas de su carrera como escritor valora que sus
errores no son excusables, aunque se debían a que redactaba
entre las distracciones familiares y de los amigos que visitaban
su casa. Admite que hubiera debido enmendar despacio algunas
faltas del lenguaje, pero insistió en que carecía de paciencia y de
recursos. Sin embargo, también admite que como autor no pue-
de ni debe alabar su producción, ni abatirla hipócritamente.

2. El riesgo de las publicaciones


Cabe repetir una aclaración: Lizardi pagaba la publicación de sus
“papeles”, de manera que si no los vendía, pasaba algunos días
de penurias alimenticias y de salud, cuando no de habitación.
Murió de tuberculosis. Se describió como si fuera un gato “en-
lagartijado”, sin cien pesos para ir a curarse a San Agustín de
las Cuevas, hoy Tlalpan, porque no los tenía para solventar los
gastos familiares y de la imprenta.

3. El habla
Desde el punto de vista de su habla, en este mural de lo que fue
México, o sea El Periquillo…, no detectamos tantas erratas (han

40
de contarse las de los impresores), sino un lenguaje apropiado
para las clases que describe la diégesis o la trama: desde las más
humildes, los honrados llamados “canallas”, como “indios” y
“negros”, así como las clases potentadas en grado sumo.
La riqueza léxica que manejó ha desa­parecido en el inter-
cambio con los medios de comunicación masivos. Ahora bien,
quizá por motivo de la mejor redacción, al finalizar el tomo V nos
enteramos de que El Pensador Mexicano se ha comprometido a
retocar y anotar los cuadernos de Perico: “¡ojalá el éxito corres-
ponda a sus intenciones laudables!” (1990b: 415). Se encargó,
dice el autor homodiegético, o sea el narrador empírico o real,
José Joaquín Fernández de Lizardi, de la corrección, las notas y
de dar la forma última a los cuadernos del autor heterodiegético,
quien figura como narrador del texto, es decir, Pedro Sarmiento.
El Pensador Mexicano afirma que los cuadernos del difun-
to tienen la gracia que los hace dignos de leerse y publicarse, a
pesar de que los habían tachado de vulgares, entre otras razo-
nes, porque en la cárcel El Periquillo dice que los otros presos
le vaciaron encima bacinicas llenas de orines. Víctima de odios
larvados comprensiblemente en contra de alguien de otro nivel
social, aunque la venganza la ejercieran fuera de la justicia del
caso, recibió “unos jarritos de orines […] tantos y tan llenos y
con tan buen tino que al poco estaba hecho una sopa de mea-
dos, descalabrado y dado a Judas” (1990a: 367), acto propio de
aquellos desorientados que lo juzgaban un blanquito rico veni-
do a menos.
Si enjuiciaron por ladrones a tales vengativos, fue no por
violación de la ley, sino por falta de “valimiento”. Aún de viejo
Lizardi siente dolor cuando toca las llagas de aquellos agravios
que cicatrizaron tan mal como se aplicaba la ley. Frente a las crí-
ticas desaforadas por este episodio, pese a su moral encubierta,

41
contestó a quienes lo señalaron como un vulgar: ¿por qué no
opinaban lo mismo de cuando Don Quijote y Sancho vomitaron
el licor de Fierabrás? En el capítulo X de la primera parte, Don
Quijote se refiere al bálsamo de Fierabrás, medicina para la in-
mortalidad. Cuando Sancho ve a uno que, al parecer echaba san-
gre por la boca, percibe que era el bálsamo de fierabrás. Este
personaje lo vomitó sobre Don Quijote y Sancho.
Los que juzga El Pensador que eran aciertos, repite, no me-
recieron los aplausos de ciertos lectores (la mayoría eran escu-
chas); pero él no apetece los vítores de los doctores borlados ni
de la plebe ignorante y novelera respecto a sus obras porque,
como escribió Iriarte en “El oso y la mona”, cuando el sabio
aprueba sucede algo malo; pero si el necio aplaude, ha ocurrido
lo peor.

4. Los destinatarios
En 1812, cuando se decretó la libertad de imprenta, Fernández
de Lizardi se hizo periodista y folletinista, es decir, escribió bá-
sicamente para el pueblo analfabeto, en el sentido estricto de
esta palabra. Su uso de los diálogos permitía al lector el cambio
de voz, y los escritos de este autor no suponen una lectura retro-
activa, sino que repite lo que dijo antes de los párrafos inciden-
tales aclaratorios; sobreabunda, también, en dichos y refranes
populares. En contraste, ocasionalmente utiliza alguna frase en
latín porque estos tropezones aún se escuchaban, según Mura-
tori citado por nuestro escritor, y porque era el medio para dar
a conocer los clásicos, acompañados de su traducción libre. La
versión lizardiana, un tanto maltrecha de citas latinas obedece
a que el latín aún no era letra muerta ni siquiera para los más
ignorantes.

42
5. Estructuración de El Periquillo El Pensador Mexicano
escribía sobre todo
Dentro de la trama de El Periquillo se en- para el pueblo, el cual
cuentran historias intercaladas a imitación era, en un gran por-
centaje, analfabeto.
del barroco cervantino (Isabel, Tadeo, Ro-
Hizo uso de diálogos,
salía, sirvientes, nobles…). En una discusión pues permitían al lec-
con un cura, el autor cita versos de esquina tor el cambio de voz,
del popular Negrito Poeta. No cita más ver- asimismo, las repeti-
sificadores populares de quienes deambu- ciones y los dichos o
refranes populares no
laban por las calles de la América Septen- eran gratuitos.
trional, sino que El Pensador las hizo suyas,
dando voz a los que no tenían acceso a los medios escritos; esto
significa que se alejó de los sabios eruditos a la violeta, los pedan-
tes que dicen conocer todo y no penetran en ningún asunto, pues
éstos, consideraba, no necesitaban sus lecciones (1990a: 34).
Si en ocasiones su estilo es menos risible que de costumbre
(se pensaba un tanto bufón), es porque en realidad sus textos
bordan en un fino e inteligente humor (muy a lo Miguel de Cer-
vantes, Francisco de Quevedo y Francisco de Isla), en el enten-
dido de que el humor se parece a las simbólicas máscaras del
teatro: una llora y la otra la consuela, diciéndole que es suficien-
temente adulto y libre para vislumbrar un asomo de esperanza
social y personal.
Joaquín Lizardi (a veces se llamaba de esta manera) expuso
las vivencias de los habitantes de una colonia, quienes habían
padecido la deformación y la negación, y fueron obligados a un
silencio por demás sospechoso o, si se prefiere, significativo de
su cultura y de sus cualidades. Durante los trescientos y pico
años de conquista y colonización, los dominantes no habían de-
jado de narrar, generalmente de manera deformada, el mundo
cultural de los dominados, porque cambiaron sus nociones geo-
43
gráficas, alimenticias y hasta algunas de sus costumbres. Ahora
que la derrota era evidente, que la independencia asomaba en
cualquier rincón, los dominantes optaron por silenciar los acon-
tecimientos de la Provincia Autónoma de la Nueva España.

VIII. La trama y los personajes

El texto clava una pica en Flandes, es decir, en la sociabilidad


degenerada, o lo que Kant llamó la “insociable sociabilidad”: so-
mos sociables por naturaleza y cultura; sin embargo, también al-
gunas conductas son contrarias al buen funcionamiento de una
vida fraternalmente comunitaria.

1. La educación en familia y la escuela


Nacido en la clase media, Pedro Sarmiento, apodado El Periqui-
llo Sarniento por un pantalón amarillo, una chaqueta verde que
llevó a la escuela en Tepotzotlán, y por haberse contagiado con
esta enfermedad, tuvo tías y familiares femeninos que de bebé
lo envolvieron como un “cohete” para que no fuera manilargo,
y contra el mal de ojo lo adornaron con manitas de azabache,
ojos de venado y un colmillo de caimán. En cuanto el padre ob-
servó a su hijo como un tamal adornado como fetiche, prohibió
este paganismo supersticioso, lo cual tiene otro fuerte regusto
jansenista.
De sus padrinos no hay palabra que valga, dice el protago-
nista, porque las obligaciones que contrajeron con su ahijado,
cuando murieron sus compadres las olvidaron más rápido de lo
que canta un gallo. Práctica generalizable hasta el fastidio. En
una historia intercalada acerca del Marqués de Baltimonte y la

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impía Clisterna, Pedro sentencia que los padrinos acreedores de
amor eran una franca minoría comparados con los “odiosos y
malignos” (1990b: 368).
En el colegio, donde asistió mal de su agrado, El Periquillo
aprendió lo que nunca debió haber aprendido e ignoró lo que
debía saber. Fernández de Lizardi aprovecha para darnos direc-
trices pedagógicas. Tuvo, dice, profesores sádicos que ejercían
un oficio tan digno y trascendente como la “última droga que
puede hacer el diablo” (1990a: 56). Aquella severidad le incul-
có tanto miedo, y el miedo, torpeza ante aquel “sátrapa infer-
nal” (1990a: 67). La sabiduría en ciencias del mentor, la deslucía
mediante su genio tétrico. Martirizaba a las criaturas con orejas
de burro, con azotes y con la infaltable palmeta. Enfrentado al
axioma de que la letra con sangre entra, ese profesor le generó
temor: su mano actuaba trémula, balbuciente y no articulaba pa-
labra adecuada.
En contraposición, fue alumno, asimismo, de un profesor
indulgente, consentidor, que mimaba sin poner límites a sus
alumnos. Era un ignorante que no distinguía estilos en la lectura;
aprendió a leer aprisa, hablando disparatadamente, o con afec-
tación, según la ortografía y no respetando el sentido. Cuando
fallaba, a la par de la mayoría de sus colegas, la sintaxis y la orto-
grafía no podían estar muy depuradas, porque sobre los cimien-
tos falsos de quienes nunca quisieron educar a sus oprimidos,
“no se levantan jamás fábricas firmes” (1990a: 58).
El Periquillo aprendió despropósitos que se enseñaban por
costumbre, dice el ya centrado Don Pedro, o quizá Lizardi, en una
anotación culta a los cuadernos. Esta pésima instrucción aquí y
allende del Atlántico, la puso a la vista Feijoo en sus discursos 10
a 12 del tomo VII de su Teatro crítico, en donde al parecer Jeffer-
son Rea Spell (profesor de la Universidad de Texas, especialista,

45
cuya tesis trata de la vida y obra de Fernández de Lizardi, 1931)
encuentra la hipótesis de que Lizardi fue el Feijoo americano,
que Yáñez considera una valoración exagerada y empobrecedo-
ra de El Periquillo… que nada tiene de copia.
Después de la educación primera, como nunca aprendió las
enseñanzas de la filosofía, “con más garbo que el mejor doctor de
la Academia de París” (1990a: 97), desatinaba en Bárbara y en Feri-
son. En medio de sus discursos huecos echaba mano de pedantes
excrecencias terminológicas mediante silogismos, entimemas,
sorites y dilemas, procedimientos todos ellos lógico-retóricos.
Conversando con su padre, le informa a Perico que las carre-
ras de leyes, medicina y letras eran las “ciencias más oportunas
para subsistir en nuestra patria” (1990a: 148). Cuando ya era ba-
chiller, sus padres le dieron la libertad para que seleccionara la
carrera que más le acomodase (1990a: 148).
Estando tan mal instruido, Juan Largo le pregunta sobre los
cometas. Responde con una estupidez enorme y tan fanfarrona
que el vicario lo rebatió, avergonzándolo. Desde el alma hones-
ta, Sarmiento reconoce que ha sido culpable de meterse en lo
que no entiende.
El buen corazón no basta para ser buenos padres, ayos ni
maestros, hace falta “ciencia, prudencia, virtud y disposición”
(1990a: 64), se lee. Aquel buen hombre, de vocación médica y
cumplidor, daba gusto a la madre consentidora por no disgus-
tarla: atropellando lo justo, se expuso a recoger los frutos de su
“imprudente cariño como me sucedió a mí” (1990a: 87).
Las esposas eran por regla general, dice, no sólo bastan-
te más jóvenes que su pareja, sino, por adición, cándidas y tan
obstinadas que hacían flaquear decisiones atinadas. Por el “chi-
queo” materno y las adulaciones de las parientas, sin faltar la
pésima compañía de muchachos “desarreglados” (1990a: 93),

46
acabó hundiéndose en lo más profundo de
Periquillo fue “cuida-
los malos senderos, “a costa de no pocas do” por chichiguas.
reprehensiones” debidas al buen ejemplo Lo amamantaron
de otros niños y adultos (1990a: 93). ebrias o sifilíticas, por
lo que mermaron su
Una constante en la extensa produc-
salud y lo llenaron de
ción lizardiana es el abandono materno en malos hábitos.
manos de la servidumbre que llenaban a En la obra de Lizardi
los bebés de enfermedades al amamantar- es una constante el
los y de temores supersticiosos, formando tema del abandono de
los bebés por parte
niños cobardes y aterrados por fantasmas de sus madres, quienes
provenientes de una tradición malsana lle- los dejan en manos de
gada de África (cita a una “etiopisa”) o, en la servidumbre que
menor escala, de las mujeres indias (la ma- malcría a los infantes.
yoría de servicios estuvieron entonces en
manos de esclavas, condición que no tenían los pueblos origina-
rios, legalmente españoles desde tiempos de Isabel la Católica,
aunque sí hubo indias expósitas debido a su pobreza), como el
muy local coco, los macacos, los brujos y los muertos apareci-
dos: “¡Qué concepto tan injurioso formé de la Divinidad y cuán
ventajosos y respetables hacía a los diablos!” (1990a: 52).
A Periquillo lo dejaron, pues, bajo los cuidados de chichiguas
(nanas que también los amamantaban) que lo llenaron de malos
hábitos y enfermedades; estropearon su salud porque lo ama-
mantaron borrachas, golosas, gálicas (sifilíticas) y, en general,
enfermas del cuerpo y del espíritu. Total, lo dejaron raquítico.
En tales manos de “genio maldito” se volvió mal intencio­
nado, “consentido y mal criado” (1990a: 53). Se levantaba a las
qui­nientas, se bañaba cada campanada de vacante, de tarde en
tar­de, se debilitó porque lo criaron “regalón y delicado”, “sin di-
rección ni tono” (1990a: 50), porque los chicos deben travesear
al aire fresco y bañarse frecuentemente con agua templada.

47
La madre violó los daños, que quiso evitar su marido, como
la llaga de un hijo borracho, jugador y tahúr, por no ahorrar los
consentimientos, es decir, por no establecer límites prudentes
recibió más agravios que consuelos de su hijo. Distaba de ser el
“hijo de gato que caza ratón” (1990a: 258), fue malcriado, co-
metió oprobios durante la confusión de aquella anarquía social
carente de los sentimientos de comunidad. Debido a una suer-
te de mayorazgo de pobre (injusticia hiperbólica que se explica
porque fue hijo único), derrochó, gastó en galanterías sin que
diera nada a su madre, sin favorecerla ni en casos extremos. Si
heredó poco, lo dilapidó, porque “el dinero en manos de un in-
moral semeja una espada en manos de un furioso” (1990a: 228).
En su autocrítica, piensa que cometió vilezas, ruindades, a la par
de sus falaces parientes que, fingiendo condolerse de la viuda,
nunca la socorrieron, sino que fueron ingratos, vanos e intere-
sables o pragmáticos. En suma, como el padre fue prudente, se
crió “bien y mal” (1990a: 50).
Pese a sus vaivenes por la ruta correcta e incorrecta, no
aceptó ejercer ningún oficio. La enseñanza tenía un nivel tan
desastroso que, en prueba, obtuvo el grado de bachiller que in-
crementó su petulancia porque todos “bachillereaban” a un ver-
dadero ignorante. En contraposición, su padre, viendo su holga-
zanería y poco brillo en las artes libres, lo incita al aprendizaje
de un oficio que le diera de comer, haciendo caso omiso de que
se despreciaban las prácticas manuales, porque todos, opina la
sabia figura de Perico, su padre las consideró igualmente dignas
(asunto que El Pensador Mexicano repetirá en sus folletos).
Así pues, como Pedro no daba el ancho en el estudio, siendo
inteligente, su padre supo que para dar oficio a las criaturas es
menester consultar su genio, su constitución física, sus fuerzas,
su agilidad y sus inclinaciones intelectuales. Si unos son buenos

48
para las Letras, otros para teólogo, médico, abogado, o zapa-
tero, o… Cada individuo es finito y limitado, acertado en unas
prácticas y fallido en otras. Su padre remata con que elija un ofi-
cio porque si no sirve para el estudio, y le faltan los medios para
sobrevivir, podría acabar en la “ganzúa” o la “horca” (1990a:
75); “no aproveché este conocimiento” (1990a: 153), dice él.
La madre insiste en que siga con una carrera universitaria,
que le aportaría más honor y pesetas. A pesar de las circunstan-
cias, el padre cede a los caprichos de su esposa, enajenada en la
vieja y grosera preocupación de que los oficios o manualidades
(banausía en griego) envilecen a quienes los ejecutan.
La lección de la obra es consultar el genio y la constitución
física para que el joven seleccione el oficio adecuado. El espíritu
dominante de la madre repitió que un hidalgo sin oficio es mejor
recibido que un sastre o un pintor. Lizardi escogió las letras y
murió como Cervantes, pidiendo limosna (1990a: 152).

2. Los oficios
El intelecto requiere que las manos se muevan. A partir del Re-
nacimiento, se trató sin éxito de desterrar la “vieja y grosera
preocupación de que los oficios convierten en ser-vil a quien los
ejercita” (1990a: 268). Como este prejuicio, proveniente de la
Grecia esclavista, significa sumir en la pobreza, se está hablando
de la tiranía y la altivez contra quien nos da comida, habitación y
vestido a las poblaciones.
Como la imitación de este añejo hábito es mera necedad,
los habitantes de Manila, adonde va a dar El Periquillo, no com-
prenden la nobleza de los amos, ni el desprecio de ciertas profe-
siones, ni la negación de valor a los oficios. No convencido aún
de este juicio, a partir de su segundo naufragio nuestro protago-

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nista se finge conde de Guadalajara: excusa así su falta de oficio
y su fobia al trabajo. Hasta aquí la caracterización del padre, la
madre y su hijo Pedro.
Repito. Mediante sus ínfulas de rico capaz de mantener a
terceros, se trae a México al “chino” (en México se llamó así a
todos los de ojos rasgados, aunque procedieran de los Mares del
Sur), que nada entiende la nobleza hereditaria: a esta palabra le
da el significado de virtud. Pero… “el mundo las más veces apre-
cia a los hombres y sus títulos reales”, por lo que tienen y no por
lo que dicen y hacen (1990b: 253). Pedro Sarmiento pormenori-
za algunas inclinaciones depravadas por el mal ejemplo de los
ricos (por ejemplo, las violaciones y el derecho de pernada), sus
disipaciones en general y su inutilidad. He aquí una aproxima-
ción al multiculturalismo en el radio de las colonias hispanas. El
Periquillo explota al habitante de Manila hasta que un mendigo
lo reconoce en presencia del chino. Obviamente Perico niega te-
ner parentela humilde. Esta figura incide en las diferencias cultu-
rales, sus valores e ideologías implícitas.
Sin oficio ni beneficio, el Periquillo sobrevive en medio de
la “cizaña” que hundía en el caos a su América Septentrional.
Por esta novela pasan Juan Largo o Januario, el Aguilucho y el
Pípilo, tres de los crápulas más pormenorizados en su carácter
y sus tretas.

3. La corrupción en personajes de clases bajas


y en los supuestos intelectuales
Perico se unió a los mendigos, no con los apuros del caso que
justifican mendigar, como ser casado y sin medios para sobre-
vivir, sino que en su mayoría eran solteros. El jefe de la cuadrilla
enseñaba a cada quien cómo imponerse en escena para conse-

50
guir limosnas. Unos fingían ser ciegos, otros cojos o baldados,
otros corcovados, otros leprosos. Otros, simulando ser desdi-
chados, lloriqueaban y afectaban el alma con sus ruegos y gritos
lastimeros. Y con estas actuaciones sacaban comida, bebida y
hasta mantenían algunas mancebas.

3.1 Los pillos


Sin manejar ninguna manualidad, en una venta cerca de Río Frío,
le dan posada porque “Dios castiga, pero no destruye a sus hijos
porque éstos le sean ingratos” (1990b: 316). En aquel caserío,
Periquillo, después de haber probado varios empleos, se hace
cofrade de unos ladrones, una “academia de pillos”, un complot
de borrachos, tahúres capaces de encontrar las cosas antes de
que su dueño las pierda. El motivo: “porque es peor morirse de
hambre” (1990b: 322). Por la falta de bienes para sobrevivir, se
une a una cuadrilla de ladrones o cazadores, no de conejos, sino
de gente (1990b: 317). Su teórico papel es el de vigía, o hacer la
guardia. Roban, hurtan, el sereno los descubre, llegan los guar-
dias, la víctima se desmaya. Don Antonio, con quien después
mantendrá una relación entrañable, lleva a la Cárcel de Corte a
Perico, a Januario y al Pípilo, donde conviven con presos sucios
y “empelotados”.
Januario lo había incitado a seguir sus Periquillo se unió pri-
mañas, e inocentemente Perico lo conside- mero a los mendigos,
ró un amigo útil, eficaz y pregonero de sus quienes fingían estar
ciegos, cojos o hasta
glorias. Empero, para ridiculizarlo en públi- leprosos, para obtener,
co, dio a conocer su mote: “conocí cuan a costa de los demás,
odioso era tener un mal nombre, y qué ca- comida y bebida. Des-
rácter tan vil es el de los rufianes” (1990a: pués se junta con unos
ladrones por los cuales
113). Januario o Juan Largo no se saciaba
lo meten a la cárcel.
con hacerle jugarretas, fingiendo amistad

51
sincera. Inclusive, lo mete entre las astas de un toro sin avisar-
le. Siempre le tiende redes de araña, por ejemplo revelando sus
secretos para burlarse a costa de su honor. En otra sección del li-
bro, ubicada en Calpulalpan, El Periquillo ve a Januario, teniente
de la gavilla, colgado de un árbol. Don Pedro entonces asegura
que le enseñó máximas de conducta erróneas, que él siguió por
desacierto, aunque debido al palo del que surgió (su padre) es
astilla que reconoce las posibilidades de enmendarse.
En la ciudad de México intima con el mulato Aguilita, ladrón
astuto y lisonjero, muy contrario a Don Antonio, quien le profesa
una amistad auténtica. Cuando las culpas agobian a nuestro per-
sonaje, siente en las entrañas una luz que le señala el sendero
correcto.

3.2 El contrabando
Perico se escapa de la cárcel, y después de varios tumbos, va
a radicarse a Zacatecas, donde vive con un amo benévolo. En
ese tiempo muere su padre. Después va con sus tías a Veracruz.
Dado el ambiente familiar sano, trabajó con tesón y fidelidad
como “cajero mayor y el árbitro de sus confianzas” (1990a: 345).
No obstante, el contrabando, costumbre usual y gananciosa en
el puerto, logra que pierda lo que ganó en dieciocho años de
trabajo. Las artimañas económicas de las potencias afectaban a
los trabajadores honestos nacionales.

3.3 La rapiña en las agencias mortuorias


Cuando sana de una cuchillada que le clavó el esposo de Luisa la
ocasión en que intentó violarla, entra de sacristán. Esconde las
chorreaduras de las velas y los cabos para venderlos y saca pro-
pinas en bodas y bautizos. A una que estaba en el ataúd le roba
su rosario, sus joyas y su ropa. Cerraron el cajón y la ocasión de

52
este abuso dio sus frutos una sola vez, porque tales hazañas no
son repetibles y se descubren fácilmente.
Ha de buscar otro trabajo. Don Pedro aprovecha para de-
tallar el asunto. A quien muere pobre se le disipan los amigos
y deudos como mosquitos incomodados por el humo, dice. El
fausto de los ricos se prolonga mucho debido a la aberración
del mayorazgo o herencia para el hijo mayor, quien suple la per-
sonalidad del padre (el resto de los hijos con frecuencia iban a
dar al convento o a la milicia). Los que contaban con recursos
notorios eran enterrados en los conventos; a su funeral se invi-
taba a los pobres del Hospicio, mientras que los ricos ni siquiera
se asomaban a los funerales de los pobres. La capilla de los “sin
blanca” o dinero (de plata) se llenaba de viejos, contrahechos
y despilfarrados que se llamaron los “hermanos del Santísimo”
(1990a: 237; en cursivas en el original).
El orgullo con que eran tratados los miserables, criados in-
cluidos, la altanería y actitud despreciativa eran redundantes,
es decir, se repetían hasta el aburrimiento. Otros conocidos del
difunto “mandamás” se encajaban, como lo hacía Januario, ves-
tidos con el “lujo” del color negro. Eran atraídos por el repique
de las campanas y el olor del guajolote y del pulque. Tal repique
recuerda no tanto que alguien murió, sino que mañana todos
moriremos, señala Don Pedro a su descendencia. Estas carac-
terizaciones atañen a cuanto rico se asoma en la escritura lizar-
diana.
Un “canalla” lo invita a ser soldado: tendría fueros para co-
meter abusos, comida, ropa, cama, libertad para ir a bailes y no
estar encerrado. Cuidarle la espalda a una monarquía tan lejana
era una praxis muy fácil y redituable. Perico denuncia la leva.
El sino lo ayuda. Durante ocho años se comporta de manera
honrada. Llega a ser asistente de un coronel honesto, afable,

53
instruido en las legislaciones, por cuyo mandato se embarcó
rumbo a Manila.

3.4 Subdelegados y la justicia


En las intendencias, el subdelegado tuvo a su cargo la justicia
o ejercerla, entre otros cargos. La otra práctica que ejerció El
Periquillo después de su primer matrimonio, capítulo en el cual
se muestran los amplios conocimientos lizardianos sobre la justi-
cia, a la sazón llena de ejecutores fraudulentos, situación que no
lo sorprende porque mediante su relación con el tuno de Aguilu-
cho había aprendido que la justicia se compra igual que una sim-
ple mercancía. En la ciudad de México se pone bajo las órdenes
de un escribano, quien tomaba las declaraciones preparatorias
anteriores a la confesión de cargo. La corrupción facilitó que los
escribanos engañaran con facilidad a los jueces, abusando de su
confianza.
Una de las partes sustanciales de El Periquillo... es que des-
pués de mendigo, Perico acepta ser escribiente del subdelegado
de Tixtla, un ladrón que sacaba su “principalillo” (1990b: 159) en
cinco años. Además era comerciante. Vendía forzadamente a los
indios lo que hacía pasar por semillas. Instruido doctor en cánones
y nada escandaloso, obligaba a comprar fiado y a pagar con semi-
llas buenas. Los indios le trabajaban por jornal (azotaba y encarce-
laba a quienes no lo obedecían). Cobraba multas en grande. Por
quinientos pesos liberó a un asesino. Era jugador, estafaba a los
habitantes de ese pueblo no hablante del español, no pagaba a
sus criados. Compraba en el tianguis (mercado de un solo día) a
precios ridículos, y en sus tiendas revendía a precios elevados. Sus
propios hijos le reconvinieron que trabajara para tal malandrín.
La historia toma un giro inesperado. El Periquillo había caído
en la prisión. En tal privación de libertad fue objeto de burlas pe-

54
sadas por parte de los indios, los negros, los lobos, los mulatos,
porque era un “cucharero” blanco (en aquel entonces los aman-
tes de lo ajeno robaban los cubiertos, en especial las cucharas
porque tenían mayor cantidad de plata). No fue sentenciado.
Entre rejas conoció a un usual escribano, Chanfaina, quien, vien-
do la buena letra de Perico, lo emplea como su amanuense.
Tareas que cumple con “puntualidad, tesón y eficacia” (1990a:
411), esto dice que gracias a sus habilidades, sale de la cárcel.
El Coronel predica al escribano Periquillo que en los proce-
sos jurídicos debe privar la verdad para que el juicio sea justo.
Le muestra la sabiduría ordenadora de las leyes contra la jus-
ticia de compadres. Por ejemplo, a su ahijado lo recrimina con
estas palabras: No señor, le dijo el Coronel, la obligación de un
defensor es examinar si el cuerpo del delito está correctamen-
te justificado. Un pelo en la sopa es que El Periquillo le pone los
cuernos con su esposa Luisa. Posteriormente, se encuentra con
esta esposa de Chanfaina, casada con otro. Ella se mofa de que
su anterior marido lo hubiera sacado de su casa a bofetadas. In-
tenta violarla, pero Sancho Martín, su nuevo esposo, le clava un
puñal en las costillas y Perico es internado por enésima vez en
el hospital.
Pese al ejemplo excepcional citado, el
Después de mendigo,
texto detalla que las acciones y las pala- Periquillo trabaja como
bras de los escribanos no coinciden, como escribiente del subde-
en el caso del licenciado Casalla, uno entre legado de Tixtla, quien
muchos fraudulentos de la justicia. Perico también era un hombre
corrupto y ladrón.
se enteró de que un “amigo”, preso por
En general, los escriba-
ocho meses en el Morro de La Habana, te- nos hacían caso omiso
nía una hermana de no malos bigotes (Lui- de las leyes o las mani-
sa). El escribano deshonesto la favoreció, pulaban a su antojo por
unas cuantas monedas.
soltándole de la cuerda con más facilidad

55
que Don Quijote a Ginés de Pasamonte, según Don Pedro. En su
lugar, amarró a un indio tirado en la calle que estaba borracho y
dormido. La víctima ni siquiera entendió las acusaciones. Fernán-
dez Lizardi acude a otro episodio similar, el del Payo y Lorenza
(historias dentro de la historia principal al modo de Don Quijote).
Los escribanos que cumplían honestamente con sus debe-
res, sufrieron indirectamente los vejámenes que atañían al resto,
efectos de la inculpación en falso, sentencia Pedro Sarmiento.
En general los escribanos atropellaban las leyes, recurrían a tes-
timonios falsos. Por unas onzas invocaban cédulas y órdenes
reales interpretándolas a voluntad, porque del arte por medio
de la “cábala con la pluma se aprende mañas” (1990a: 415). Con
tal ejemplo del “cagatinta perverso” (1990a: 415), Perico Sar-
niento aprendió a acriminar y defender reos, formar sumarias
y a conducir procesos. Por ejemplo, a don Severo, un pobre, lo
trataron con soberbia, utilizaron “testigos instrumentales” o ci-
taron nombres de supuestos culpables (1990a: 419), y le enreda-
ron con latinajos ajenos a su comprensión.
De nuevo, por su tendencia al delito, fue encarcelado en la
Cárcel de Corte (ya con el subdelegado Chanfaina muerto). Har-
to de su condición de mal viviente decide suicidarse. Entonces
la bondad aparece: una india lo lleva a su jacal y le da un frugal
tentempié.
La cuadriga buena del alma de Periquillo, opuesta a la parte
mala (en metáfora de El Fedro de Platón), le dice que hubo tantos
escribanos y represores “tan pelotas” o faltos de entendimiento
y honestidad, tan maliciosos, que habían logrado que el vulgo los
mirara con un enorme desafecto, que el pueblo detestara una
profesión que, por definición, debería ser noble, ordenadora y
ética. Nada extrañaba que la población confundiera sus deberes
con los actos de los criminales trapaceros. Casalla replica, en di-

56
rección contraria del lado bueno (o Sarmiento) de Perico, que le
enseñaron tales principios cantándole la verdad sobre la hones-
tidad por simple envidia. Sarmiento persiste en sus llamadas de
la conciencia. Sin las leyes y sin ordenamiento ético, se estaba lle-
nando el país de tiranos, así como desgraciadamente en Europa,
América y cualquier otro lugar, los abogados se manejaban por
la fuerza, el orgullo y hasta la grosería contra los desgraciados.
Lizardi aprovecha esta pudrición legal para calificar, además,
la “fiesta” de los suplicios y las ejecuciones como un espectácu-
lo horrendo, funesto y vengativo: falla notable del aspecto legal
de la justicia. Aunque es una verdad inobjetable que si la humani-
dad se sujetara a la equidad y a la recta razón, se desconocerían
los castigos.
Desgraciadamente, el origen de las leyes penales se debe a
que es necesario que se sometan los ímpetus desordenados me-
diante el temor de perder los bienes, la libertad, la reputación o
la vida, escribe Sarmiento citando a un jurista.

3.5 Los tahúres


En los inicios de la trama o diégesis, cuando era huérfano, “sin
casa ni hogaza” (1990a: 282), bajo la influencia de Juan Largo,
entra a la pillería del juego en condición de cócora. Sin dinero
y con ingenio obtiene ganancias mediante la vigilancia del que
lleva el monte: advierte las trampas, ve la primera carta y des-
pués las dos que componen el albur. Aprende a fabricar barajas
marcadas y otros arbitrios que son robos declarados y latroci-
nio (1990a: 291): el juego quita al enganchado mucho más de lo
que le aporta, aclara Sarmiento. Como cócora come, no paga y
duerme donde cae: Perico lo hace en la mesa de billar, tapán-
dose con frazadas repletas de piojos, que comparte con mula-
tos, ratas, un gallo y aromatizado con “estornudos traseros”

57
(1990a: 299). Fernández de Lizardi detalla el lenguaje de los ta-
húres, las trampas, prácticas definitorias de los garitos y escucha
la abundancia de juramentos, las blasfemias y las obscenidades
a que eran propensos los desdichados negros y sus mezclas. Pe-
riquillo trampea al mulato Aguilucho de manera tan obvia que
se desata la trifulca y el mulato le deja los dientes flojos y las
narices rotas. Otro ejemplo: en los garitos quitan a un payo su
dinero, que le dan a Periquillo Sarniento, después de una “tarea
de trancazos” (1990a: 315), de costillas rotas y de partirle la ca-
beza a la víctima.
Don Pedro Sarmiento escribe que únicamente sobreviven
en y del juego los tramposos y ladrones. De los últimos la gente
se previene; del jugador, no, aunque también merece cárcel. El
juego engancha o aliena el alma. Por ejemplo, en un episodio,
tras las rejas conoció a Aguilita, quien incluso empeña sus panta-
lones por jugar al monte.

3.6 El clero
Al clero le toca otra reprimenda, la cual abrió el agujero del
ostracismo y de la discriminación, en donde El Pensador fue a
caer en 1822 con motivo de su excomunión. Lizardi, el jansenista
mexicano, narra que bajo la influencia de un
En El Periquillo tal Martín, “un bicho menos maleta que Juan
Sarniento también Largo” (1990a: 153), más enamorado que Cu-
se critica al clero. pido, más jugador que Birján, bailador, tonto
Lizardi sentencia
y zángano de colmena, entra a estudiar para
a través de Don
Pedro que para el sacerdote. Martín no tenía la más mínima vo-
sacerdocio se nece- cación, pero sus padres lo encajonaron en el
sita vocación, capa- seminario. Con temple acomodaticio, Martín
cidad de celibato,
aconsejó al Periquillo que cerrara los ojos y
sabiduría y virtud.
emprendiera su misma profesión, la mejor

58
carrera, porque sería bien recibido en cualquier parte, venerado,
respetado y se le disimularían sus defectos, aunque sólo leyera
los peores libros de moralina seudo-religiosa: nadie lo motejaría
ni le llevaría la contra. Asistiría, además, a los mejores bailes, jue-
gos y estrados.
Martín le asegura que a los curas jamás les falta un peso,
aunque sea por una misa mal dicha (1990a: 154). Con que estudie
tres o cuatro autores archisabidos, sería loado como un consu-
mado teólogo y moralista, un “Séneca para el confesionario y
un Cicerón para el púlpito” (1990a: 155): “ordénate y quítate de
ruidos, que después tú me darás las gracias por el buen consejo”
(1990a: 156).
Perico emprende la carrera del sacerdocio creyendo que no
se necesita más ciencia que estudiar cuatro distinciones y los
cuatro casos más comunes de la moral. Se encaja, pues, en el
sínodo, enterado que si en éste acierta por casualidad, sería ele-
vado a presbítero, y aumentaría el número de los idiotas, con
descrédito de todo el estado clerical (1990a: 158). Se percata de
que los ricos mantienen al capellán. Gracias a su padre, pronto
se entera de que él era inepto (le faltaba capellanía) para des-
tinarse a vicario y administrar los sacramentos, y esto porque
desconocía las lenguas de los indios (1990a: 156), la mayoría de
habitantes de la Nueva España. Don Pedro concluye que para
entrar a esta carrera hace falta tener vocación y capacidad de
celibato: “siempre he deseado que los ministros del altar estén
plenamente dotados de ciencia y virtud” (1990a: 159), porque
“un sacerdote es un sabio en la ley, doctor de la fe, sal de la Tie-
rra y la luz del mundo” (1990a: 160).
Si en vida de su padre, nuestro vividor moralista tomó el há-
bito religioso, a la primera ocasión, abandona el seminario, de-
jando atrás el encierro nocivo y el estómago debilitado. Deser-

59
ta porque ¿qué hará el secular más escandaloso en tales lances
cuando ve que un religioso que ha profesado la virtud, que ha
jurado separarse del mundo y refrenar sus pasiones, escandaliza
con su “perverso ejemplo” (1990b: 119). Por ejemplo, el confesor
cumplía con sus funciones “de priesa” (1990a: 241), en oposición
a sus largas visitas en las casas de los pudientes. Éstos los invi-
taban por lujo y por vanidad, no por devoción. Este clero servía
más para adular que corregir a los amos o patrones y demás feli-
greses; incluso percibe sus dobleces el chino. El Pensador atenúa
lo malo de los curas de alcurnia con ejemplos notorios: en aquel
espacio históricamente lúgubre para la religión auténtica, cono-
ce al converso Martín Pelayo, sacerdote con vocación contraria
al mercantilismo, con quien se confesó desde entonces hasta su
muerte y de quien recibió el Viático. Se confesaba viniendo a la
ciudad de México desde San Agustín de las Cuevas. Otro párrafo
lleva la misma orientación en el caso de Don Roque.
Después de fungir como vigía de la gavilla de ladrones a la
que se había incorporado, Periquillo regresa a la capital. Entra a
los ejercicios de la Profesa, donde conoce a Don Roque, confe-
sor que lo acomoda en una tienda. Es un sacerdote sabio, ejem-
plar, que le enseña cómo se disfrazan los vicios como virtudes
(1990b: 347): los lisonjeros y oportunistas llenan de incienso al
ídolo que los favorece por criminal que sea; con la mayor desver-
güenza alaban sus maldades como acciones heroicas.

3.7 La medicina
Quizá por la veneración a su figura paterna insiste en la pésima
atención que hubo en la Nueva España en asuntos de salud. No
falta en la novela el matasanos Dr. Purgante. Los médicos charla-
tanes engañaban con terminajos generalmente desatinados, con
títulos retumbantes de enfermedades que se sacaban de su ma-

60
gín como verdaderos enigmas. Se presentaban como dueños de
los arcanos divinos de la naturaleza, siendo “punches”, es decir,
sapos de talla mediana que se inflan en los charcos y, empujan-
do el aire, acaban por confundirse con becerros.
Un médico, por lo común, se atribuía títulos pomposos en
sus presentaciones en carátulas, y lanzaban al aire promesas. El
resultado final era el parto de los montes. Como los abogados,
los médicos son indispensables y, en principio, positivos social-
mente; pero viendo a la mayoría que profesaba como sanador, lo
cierto es que abundaron los médicos farsantes que con mil tram-
pas ocultaban su ignorancia. En resumen, asoman con asiduidad
en las páginas de El Periquillo Sarniento las farsas en que estuvo
sumido el sector salud, como las del Dr. Purgante.
La medicina fue un negocio teatral con actores duchos en
poses o pantomimas, como mover la cabeza de un lado al otro
y morderse los labios mientras tomaban el pulso. Su juramento
hipocrático de asistir por caridad y con la eficacia que les era po-
sible, los mediquillos lo metieron en el fondo de una caja fuerte,
porque lo valoraron como simple quimera. La charlatanería es
enemiga de la salud, y en ocasiones aliada de la corrupción. Por
ejemplo, un payo, herido en un garito, va a convalecer al hospi-
tal. El escribano entra donde yace y lo amenaza para que confie-
se sus pecados. El miedo del payo es tal que dice lo que quiere
al dominante abogado ayudado por el capellán. El médico le da
una consulta fugaz, receta sangrías, lavativas y cataplasmas, y lo
remite a la sala de recuperación, no de cirugía, para curarle una
herida. El payo huye más lastimado que nunca.
El Pensador Mexicano explica estas desviaciones homicidas.
Periquillo había entrado al servicio del doctor Purgante, quien
hablaba en latín y mataba con sus recetas de eméticos (purgas)
porque ignoraba qué drogas son nocivas según la enfermedad.

61
La pregunta es: ¿cómo el Protomedicato (institución examina-
dora de los médicos) lo había examinado y aprobado? En un san-
tiamén, nuestro personaje aprendió la pedantería de su maestro
y su afición a las purgas.
Un chiquillo en plena adolescencia, originario de Tula, le pi-
dió que fuera a auxiliar a los enfermos de su región, donde no
había ni un consultorio para asistir a los enfermos. Se marcha-
ron. Por urbanidad, Perico envía a los principales su “recado”
ofreciendo sus servicios. De hecho sus pacientes son los indios,
con quienes usaba los latines y recetaba evacuaciones a mansal-
va. Fernández de Lizardi ilustra:

¡Ay, señor, […] se muere mi padre! Yo afirmé, afectando mucha


serenidad de espíritu, y con la confianza de un profeta le respondí:
— Callen ustedes niñas, ¿qué se ha de morir?; éstas son eferves-
cencias de humor sanguíneo que oprimiendo los ventrículos del
corazón, embargan el cerebro porque cargan con el pondos de
la sangre sobre la espina medular y la traschiatería; pero todo se
quitará en un instante, pues si evaquatio fit recetur pletora [con la
evacuación liberaremos la plétora] (1990b: 41).

Los miembros de ese pueblo originario le pagaban con galli-


nas, frutas, huevos, queso… Si sanaban, crecía su fama de ducho
en su carrera; si morían, pues “ya estaba de Dios” (1990b: 40).
Se hace de un buen capital. Nadie lo acusaba de homicidio. Sin
embargo, el cura lo reta: “tatita hablemos en [la] lengua [con]
que nos entendamos como la gente!”. Perico le responde con
lecciones mal citadas de Galeno, amasadas con otras de Hipó-
crates y Avicena (1990b: 44). La farsa dura poco. Una peste mata
a la población de Tula. Los tártaros eméticos son contrarios a la
basca, la fiebre y los delirios. En la cuarentena los afectados ex-

62
piran. Perico sale corriendo de Tula, bajo una lluvia de pedradas
y maldiciones en lengua náhuatl: la sangre se le bajó hasta los
talones (1990b: 76). Regresa a la ciudad de México.

3.8 Boticarios
Otro empleo de Perico es el de boticario. Lo consigue provocando
mil lástimas y contando treinta mil mentiras. Lo acepta el botica-
rio y lo viste con “decencia”. Perico asciende a aprendiz por sus
relativos conocimientos del latín. Por simple vanidad prevaricó.
Don Pedro Sarmiento dice que a pesar de ser la mano dere-
cha del médico, un boticario sigue sus caprichos pragmáticamen-
te, a saber, Perico era obligado a llenar con agua las redomas.
En contraposición a los médicos, el boticario no pone magnesia
sino polvos de arsénico a sus menjurjes. Como los médicos no
eran duchos en el nombre de las medicinas, la “droga va segura”
(1990b: 22) si se conserva su color original del jarabe.
El enfermo está persuadido de que el remedio lo sanará por-
que ignora que los boticarios son inexorablemente tramposos
comerciantes que encarecen las drogas que faltan en las boticas
y no en la suya.
El boticario nunca estaba en su droguería, sino que se mar-
chaba con sus amigos a jugar. Periquillo decide robarlo; empero
se salva porque la conducta de su amo no es precisamente hon-
rada, y más le vale que sus artimañas no se divulguen: sólo lo
multan y Perico sale del apuro porque tan sólo es aprendiz y no
el responsable.

3.9 Boticarios-dentistas
Dando un brinco analicemos el asunto del Barbero y de cuán
“increíble” es el terreno que avanza el cobarde en su carrera,
escribe Don Pedro. Durante una temporada teme que Chanfaina

63
lo busque para vengarse de la infidelidad
Otro empleo que
consigue Periquillo que cometió con Luisa. Encuentra al bar-
es el de boticario. bero Agustín Rapamentas, amigo de sus
Aprende las malas padres, y a quien conoció siendo niño. Lo
mañas que los botica-
conmueve con “llanto de viudas” (1990b:
rios tenían. Después
ejerce el oficio de 7), refiriéndole la muerte de su padre y un
barbero-dentista altero de malas vivencias como embargos
en el cual también y la pérdida de múl­tiples empleos. En su
hizo de las suyas. entusiasmo discursivo va apropiándose de
personajes literarios como el mariscal Bi-
rón, que le rompió un plato en la cabeza y lo persiguió con un
cuchillo porque, siendo su mayordomo, le sirvió la sopa fría. El
Barbero sonríe: ha invocado como reales a personajes nobles de
comedia que Periquillo suponía olvidados, como les estaba su-
cediendo a los nobles: la herencia por motivos de sangre era ya
un anacronismo.
Cuando acepta aprender el oficio de barbero y dentista, que
a la sazón se ejercían juntos, rapa inicialmente a un perro, el cual
gemía lastimosamente debido a las cuchilladas que le infringía.
Hubo de sacarle la muela a una vieja. Le cortó una cantidad de
trozos de mandíbula que sirvieron de almuerzo para el gato del
lugar (1990b: 11 y ss.). La vieja le regresa las ofensas bañándolo y
chamuscándolo. Los barberos raramente eran buenos en su
oficio de odontólogos, pero una minoría exageró su impericia,
como Periquillo.

IX. La redención

Más adelante, al finalizar la diégesis, Perico se casa con la hija


de Don Antonio, de catorce años (1990b: 376), quien lo había

64
protegido cuando Perico había estado en prisión. Está acongo-
jado por la culpa. Se cuestiona qué puede hacer un secular de
existencia escandalosa como la suya cuando observa que un re-
ligioso, que ha profesado la virtud, que ha jurado separarse del
mundo y de refrenar sus pasiones, escandaliza con su “perverso
ejemplo” (1990a: 119).
Don Antonio muere siendo dueño de la hacienda que había
administrado, siendo el patrón más solidario, generoso y justo
de una hacienda. Un protector que lo convierte en heredero uni-
versal de sus bienes y de su bonhomía. Sus últimos días los vive
en la bonanza, como dueño de la hacienda que le hereda don
Antonio. Y la pasa divertido porque la virtud jamás ha estado
reñida con la alegría y la honestidad (1990b: 351): Dios no nos
quiere mustios ni zonzos (1990b: 351).
En la parte última de la novela le toca el turno a Tánatos. En
aquellos sus últimos momentos declara que no existen los dia-
blos (tema que repite en su Pastorela) porque Dios no necesita
valerse de títeres aéreos para castigar y aterrorizar al pecador.
La mala conciencia, los remordimientos son demonios y espan-
tajos alojados en el alma.
Como disposición testamentaria, prohíbe que en sus mi-
nutos postreros las devotas empiecen a “jesusearlo”, obligán-
dolo a marcharse con ese sonsonete y con un altero de que-
jas desaforadas. Tampoco en su cabecera debe escucharse la
cantinela de “Jesús te ayude, Jesús te ampare y te favorezca”
(1990a: 401), porque su constricción deposita su confianza en
la misericordia que ha despertado en su corazón la fe, la espe-
ranza y la caridad. Demanda que lo dejen bien morir sin que
le pongan caldo en la boca, sino que se la humedezcan con
algodones mojados.

65
X. El Pensador como personaje

Para terminar el texto se informa que por sus aprendizajes en el


arte de componer y por su letra magnífica, Don Pedro Sarmiento
(El Periquillo), delega a El Pensador Mexicano, autor constan-
te y desgraciado, conocido por el mote de El Pensador Mexica-
no (como Pedro Sarmiento carga con el apodo de El Periquillo
Sarniento) amén de un dinero para los pobres (en el novenario
se distribuyeron para los pobres dos mil pesos de limosna que
devolverían cuando hubieran hecho negocio y ya no lo necesi-
taran), la tarea de pulir los cuadernos que escribió, reconocién-
dose como hombre inculto que hereda a sus hijos unos cuantos
consejos. En alabanza del narrador inventado, o sea, Don Pedro
Sarmiento, El Pensador Mexicano, el autor real, escribe que
consideró al Periquillo su amigo verdadero y tanto “nos hemos
amado que puedo decir que soy uno mismo con El Pensador y él
conmigo” (1990b: 396).

XI. Apéndice
y preguntas a un lector contemporáneo

Estas páginas que traslucen fe nos indican que después de nues-


tro paso por tantos vericuetos de acciones desviadas, que colo-
caron al actual México al borde del precipicio, entre los horro-
res de la historia se asoma la redención nacional porque somos
compensados con las buenas acciones que abren la puerta a la
felicidad personal y del país.
Don Pedro Sarmiento ordena a su progenie que no pres-
ten sus cuadernos a hipócritas, a curas que negocian con sus
feligreses vivos y muertos, ni a los abogados u oficiales fanfa-

66
rrones ni a médicos farsantes e inhumanos, ni a escribanos o
relatores de mala calaña, ni a procuradores del mismo jaez, ni
a ladrones y comerciantes usureros, ni albaceas que roban las
pertenencias de sus teóricos protegidos o ladrones de heren-
cias, ni a padres indolentes, ni a beatas necias y supersticiosas,
tampoco a ricos avaros, ni a mozos que no saben servir y que es
necesario correrlos del servicio, ni a… ¿Mantiene este libro su
actualidad? ¿Cuáles de las corrupciones se han eliminado? ¿Por
qué Fernández de Lizardi habrá tenido una influencia mayúscu-
la en el siglo xix mexicano y hasta hispanoamericano?

67
Bibliografía

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llo Sarniento (tomos I y II), prólogo, edición y notas de Felipe
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Bibliografía y hemerografía sobre


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73
Cronología
Alejandro Amaro Valencia

Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1776 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: • 22 de agosto. Por • 15 de noviembre.
• E. Gibbon publica • Enero. Thomas Paine Real Orden, se crea la Nace, en la ciudad de
la primera parte de proclama su panfleto Comandancia General México, José Joaquín
su obra: Decadencia Common sense a favor de las Provincias Eugenio Fernández de
y caída el Imperio de la independencia y Internas en la zona Lizardi Gutiérrez, hijo
romano. la forma de gobierno septentrional del de Manuel Fernández
• Adam Smith publica: republicana. virreinato de Nueva de Lizardi y de Bárbara
Ensayo sobre la • 12 de junio. La España, con capital Gutiérrez Malpartida,
naturaleza y las causas Declaración de en Arizpe y bajo es bautizado como
de la riqueza de las Derechos de George jurisdicción de la español en la parroquia
naciones Mason es aprobada Real Audiencia de de Santa Cruz y
por la Convención de Guadalajara. Soledad.
- España: Virginia. • Primer mapa general
• 10 de noviembre. Real • 4 de julio. El Congreso de la Nueva España
Cédula que manda aprueba un documento realizado por Alzate y
realizar un censo redactado por Ramírez.
general de la población Thomas Jefferson que
en América. finalmente se convierte
en la Declaración de
Independencia.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1776 - Hispanoamérica:
• 22 de agosto. Por
orden de Carlos III, y a
propuesta del entonces
Ministro de Indias José
de Gálvez y Gallardo, se
crea el Virreinato del Río
de la Plata.

1777 - España: - Estados Unidos: • Mayo. Creación del


• 19 de febrero. José • 17 de octubre. George Tribunal de Minería
Moñino, conde Washington logra su sobre el modelo
de Floridablanca, primera victoria en la de los Consulados
toma posesión Batalla de Saratoga. de Comerciantes.
como Secretario del • Se redactan los artículos Permite a los mineros
Despacho de Estado. de la Confederación. hacer uso de su
Ocupará el cargo hasta propio fuero.
el 27 de febrero de
1792.
Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
Año
y España Hispanoamérica de Lizardi
1777 • 20 de febrero. Real - Hispanoamérica:
Cédula que prohíbe • 8 de septiembre: Se ex-
los empalados y otros pide la Real Cédula de
espectáculos en las creación de la Capitanía
iglesias de todo el General de Venezuela.
imperio.

1778 - Francia: - Estados Unidos: • En la capital, fuerte • 27 de octubre. Su padre,


• 30 de mayo. Muere • Comienzo de la Guerra epidemia de viruela Manuel Fernández de
Voltaire. de Independencia que será controlada Lizardi, aprueba su
• 2 de julio. Muere Jean- americana. hasta 1780. examen de Bachiller
Jacques Rousseau. • El capitán James Cook en Medicina. Por ello,
descubre Hawái. es probable que en
este año comience su
práctica como médico
en el Hospital de
Naturales de la ciudad
de México.
Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
Año
y España Hispanoamérica de Lizardi
1778 - España:
• 12 de octubre. Carlos III
firma el Reglamento para
el comercio libre. Se per-
mite a doce puertos es-
pañoles el libre comercio
con el imperio americano
(con excepción de Nueva
España).
1779 - Francia: - Hispanoamérica: • Siendo todavía vir-
• El conde de Buffon • Rebelión de esclavos en rey Antonio María
publica: Las épocas de la la Hacienda de San José, de Bucareli y Urzúa,
naturaleza. en la costa de Perú. cargo que tomó el 23
de septiembre de 1771,
- Gran Bretaña: se pone en práctica la
• Samuel Compton inventa política de libre comer-
la mule Jenny, máquina cio entre España y las
de hilar movida por Indias.
energía hidráulica. • 23 de agosto. Martín
de Mayorga es nom-
brado virrey.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1780 - España: - Estados Unidos: • Su padre obtiene la
• 12 de abril. Se firma el • Abolición de la licencia del Protomedi-
Tratado de Aranjuez esclavitud en cato o Tribunal Médico.
entre Francia y España, Pennsylvania. Posiblemente, en éste
por el cual la segunda año sea nombrado mé-
interviene en la Guerra - Hispanoamérica: dico del Real Colegio de
de Independencia de los • En Perú, comienza la San Francisco Javier en
Estados Unidos. rebelión indígena en- Tepotzotlán. Así, José
cabezada por Túpac Joaquín pasa su niñez
Amaru II. en esta población.

1781 - Estados Unidos: • Se funda la Academia


• Agosto. George de San Carlos.
Washington derrota
definitivamente a los
ingleses en Yorktown,
Virginia. Proclamación
de los Articles of
Confederation.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1781 - Hispanoamérica:
• Marzo. En Nueva
Granada, surge
la “rebelión los
comuneros”.
Movimiento opuesto a
las disposiciones fiscales
de la Corona española.
• 18 de mayo. Túpac
Amaru II es ejecutado
en la Plaza de Armas del
Cusco, Perú.
1782 • Por orden del virrey
Martín de Mayorga, la
ciudad de México se
divide en 8 cuarteles.
El objetivo es contar
con un sistema de
seguridad y vigi­lancia
más eficiente.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1783 - Estados Unidos: • 29 de abril. Matías de
• 3 de septiembre. Se Gálvez es nombrado
firma el Tratado de París virrey.
-o Tratado de Versalles- • Se publican las
entre Gran Bretaña y Ordenanzas de
Estados Unidos que Minería, destinadas
pone fin a la Guerra de a formalizar y
Independencia de los sistematizar las
Estados Unidos. nuevas políticas
económicas de la
Corona.
1784 • Se edita, nuevamente,
la Gaceta de México.
• Se funda la Academia
de Bellas Artes.
1785 - Hispanoamérica: • 17 de junio. Bernardo
• Se extingue la Compañía de Gálvez sustituye a
Guipuzcoana de Cara- su padre como virrey.
cas, Venezuela.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1786 - Estados Unidos: • Se promulga la Real • Habiendo enviudado su
• Se lleva a cabo la Ordenanza para el padre, contrae nuevas
“Rebelión de Shays” en establecimiento nupcias con María Jose-
la ciudad de Concord, e Instrucción de fa Torres en la ciudad de
Massachusetts. Intendentes de México.
Granjeros dirigidos Exérsito y Provincia en
por Daniel Shays se el Reino de la Nueva
manifiestan en contra España. El documento
de una ley que los da carácter legal
enviaba a prisión por no al sistema de
pagar sus deudas. intendencias; además,
fija las funciones de
- Hispanoamérica: corregidor y alcalde
• En Perú, se proclama mayor.
la Instrucción sobre • Una crisis agrícola
la educación, trato y provoca la “Gran
ocupaciones de los hambre”.
esclavos. • Se funda el Jardín
Botánico.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1787 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: • 8 de mayo. Es
• E. Cartwright inventa el • La Convención de Fila- nombrado virrey
telar mecánico. delfia proclama la Cons- Alonso Núñez de Haro
titución de EE.UU. y Pe­ralta.
• 17 de agosto. Manuel
Antonio Flores, nuevo
virrey.
1788 - España: - Estados Unidos:
• 14 de diciembre. Muere • 13 de septiembre. El
Carlos III, rey desde Congreso ratifica la
1759. Lo sustituye su hijo Constitución Federal.
Carlos IV. • George Washington es
electo primer presidente
de los Estados Unidos.

- Hispanoamérica:
• Con la disolución de la
Compañía Guipuzcoana
de Caracas, Venezuela
es integrada a la política
de libre comercio.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1789 - Francia: - Estados Unidos: • 29 de febrero. La
• 5 de mayo. Se inaugura • 30 de abril. George política de libre
la Asamblea de los Washington toma comercio se amplía
Estados Generales en posesión como primer a Nueva España. Se
Versalles. presidente electo. sustituye el sistema
• 17 de junio. El tercer de flotas por uno
Estado se separa y crea de registros; así, se
la Asamblea Nacional. intenta romper con
• 9 de julio. La Asamblea los monopolios y con
Nacional se nombra el corporativismo.
a sí misma Asamblea Se crean los
Nacional Constituyente. nuevos Consulados
• 14 de julio. Toma de la de Guadalajara,
Bastilla, símbolo del Veracruz y Puebla
inicio de la Revolución para contrarrestar el
francesa. monopolio del de la
ciudad de México.
• 16 de octubre. Juan
Vicente de Güemes,
segundo conde
Revillagigedo, es
nombrado virrey.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1789 • 4 de agosto. En la
llamada “noche de la
locura”, la Asamblea
Nacional Constituyente
acuerda la supresión del
feudalismo, eliminando
las prebendas que
recibía el clero y los
derechos señoriales de
los nobles.
• 27 de agosto. La
Asamblea Nacional
Constituyente publica
la Declaración de los
Derechos del Hombre y
del Ciudadano.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1790 - Francia: - Estados Unidos: • El virrey Revillagigedo
• 13 de febrero. Un • Primer censo revela ordena el
decreto prohíbe los que los Estados Unidos levantamiento de un
votos monásticos, es tienen una población de censo.
decir, se suprimen las casi cuatro millones de
órdenes regulares. personas.
• 26 de febrero. División • La capital es trasladada
administrativa temporalmente a
de Francia en 83 Filadelfia.
departamentos.
- Hispanoamérica:
• 28-29 de octubre. Re-
vuelta de esclavos y
negros libres en la co-
lonia francesa de Santo
Domingo (actual Haití).
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1791 - Francia: - Estados Unidos:
• 14 de junio. Se promulga • El Congreso autoriza
la ley Le Chapelier. la creación del primer
Instaura la libertad de Banco.
empresa y proscribe • Se ratifica la Ley de
las asociaciones y Derechos o Bill of Rights.
corporaciones gremiales
de todo tipo.
• 3 de septiembre.
En acto solemne, la
Asamblea Nacional
Constituyente promulga
la nueva Constitución.
• 1 de octubre. La
Asamblea Nacional
Constituyente se
convierte en Asamblea
Legislativa.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1792 - Francia: • 1 de enero. Se funda • Habiéndose trasladado
• 20 de abril. La Asamblea el Real Seminario de a la ciudad de México,
Legislativa declara la Minería. José Joaquín Fernández
guerra a Austria y a de Lizardi se inscribe a
Prusia. los cursos de gramática
• 30 de julio. La latina impartidos por
Marsellesa se canta en Manuel Enríquez de
París por primera vez. Agreda.
• 10 de agosto. Las
fuerzas populares,
sans-culottes, asaltan el
Palacio de las Tullerías
provocando la huída de
Luis XVI de Borbón.
• 20-21 de septiembre.
En su primera sesión,
la Convención Nacional
instituye la República
Francesa.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1792 - España:
• 28 de febrero. Carlos
IV sustituye al conde
Floridablanca como
primer secretario de
Estado. Su lugar lo
ocupa el conde de
Aranda. Se pretende
mejorar las relaciones
con Francia.
• 15 de noviembre.
Manuel Godoy es
nombrado primer
secretario de Estado.
Sustituye al conde de
Aranda.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1793 - Francia: - Estados Unidos: • Se concreta el censo • Ingresa al Colegio de
• 21 de enero. Después de • Eli Whitney inventa poblacional. La San Ildefonso a los cur-
ser sometido a juicio, la despepitadora de población supera los sos de filosofía bajo la
el otrora Luis XVI de algodón. Con ello, se cuatro millones. dirección de Manuel An-
Borbón -convertido acelera el crecimiento • Se descubre en tonio de San Cristóbal y
en el ciudadano industrial de esta Guadalajara una Garay.
Luis Capeto por la cosecha y se propicia la conspiración
Convención Nacional– institucionalización de de 200 criollos
es guillotinado la esclavitud en el sur acaudillados por el
• 24 de junio. Se promulga del país. padre Juan Antonio
y adopta la Constitución de Montenegro,
del año I del calendario vicerrector del colegio
republicano. tapatío de San Juan
• 5 de septiembre. Bautista.
Comienza “El
Terror” cuando la
Convención vota a
favor de instrumentar
medidas para
reprimir la actividad
contrarrevolucionaria.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1793 • 16 de octubre. María
Antonieta, otrora
reina, es guillotinada y
su cabeza expuesta al
pueblo parisino como
triunfo de la Revolución.
• 31 de octubre. Los
líderes girondinos son
guillotinados.
1794 - Francia: - Estados Unidos: • 12 de julio. Es • Después de ser denun-
• 10 de junio. El Tribunal • Los granjeros de nombrado virrey ciado por su propio
Revolucionario Pennsylvania dan Miguel de la Grúa padre, el Tribunal del
proclama la Ley del 22 origen a la “Rebelión Talamanca y Santo Oficio y la Santa
de Pradial. Comienza el del whisky”. Es Branciforte, marqués Inquisición le abre un
“Gran Terror”. una respuesta a los de Branciforte. expediente bajo la
• 27 de julio (9 Termidor). impuestos sobre el • 2 de diciembre. sospecha de “practicar
Derrocamiento de alcohol. Polémico discurso de suertes divinatorias,
Robespierre. • La Batalla de Fallen fray Servando Teresa amatorias y obscenas”.
• 28 de julio. Ejecución de Timbers acaba con el de Mier sobre la Aunque comparece,
Robespierre, Saint-Just poder indio en Ohio. virgen de Guadalupe. el episodio no pasa a
y otros jacobinos. mayores.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1794 • 12 de noviembre. La • En la capital, se
Convención Nacional produce la conjura
clausura el Club de los hecha por el contador
Jacobinos. Juan Guerrero.

- España:
• Por iniciativa de Jovel-
lanos, se crea el Real
Instituto Asturiano de
Náutica y Mineralogía,
en Gijón. Se pretende
aplicar las ideas de la
Ilustración en la ense-
ñanza.
1795 - Francia: - Estados Unidos:
• 1 de abril. Se firma • Se firma el Tratado de
el primer Tratado de Pinckney. Con él, se abre
Basilea con Prusia. el Mississippi al comer-
Concluye el conflicto cio estadounidense; a su
armado. vez, se elimina a España
como posible rival en el
Oeste.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1795 • 22 de julio. Un segundo
Tratado de Basilea
pone fin a la Guerra del
Rosellón con España.
• 22 de agosto.
Constitución del año
III del calendario
republicano.
• 5 de octubre. El “golpe
de los señoritos” es
aplastado por Napoleón
Bonaparte.
• 26 de octubre.
Disolución de la
Convención Nacional.
• 3 de noviembre. Se
constituye El Directorio.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1795 - España:
• La Sociedad Económica
de Madrid publica el
Informe en el expediente
de ley agraria, escrito
por Jovellanos.
Recomienda poner fin a
las restricciones al libre
cambio de propiedad
y critica el régimen
de amortización
eclesiástica.
• Septiembre. Carlos
IV otorga el título de
“Príncipe de la Paz”
a Manuel Godoy por
su participación en el
Tratado de Basilea.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1796 - Francia: - Estados Unidos:
• 2 de marzo. Napoleón • John Quincy Adams es
Bonaparte es nombrado electo presidente.
General en Jefe del
ejército francés en Italia.
• 10 de mayo. Al ser
descubierta la
“Conspiración de los
Iguales”, que pretendía
derrocar al Directorio y
aplicar la Constitución
de 1793, Babeuf y
otros conjurados son
arrestados.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1797 - Francia: • Brota una epidemia • Obtiene matricula en
• 4 de septiembre (18 de sarampión que la Universidad, en la
de Fructidor). Golpe será controlada hasta cátedra de retórica de
de Estado de Paul el año siguiente. Francisco Zambrano
Barras contra los
constitucionalistas.
• 17 de octubre.
Concluyen, de manera
victoriosa, las campañas
de Napoleón en Italia.

- Gran Bretaña:
• Thomas Malthus
publica: Ensayo sobre el
principio de la población.

-España:
• Abril. La flota inglesa
bloquea el puerto de
Cádiz.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1798 - Francia: - Estados Unidos: • 31 de mayo. Miguel • Su padre muere en
• 1 de julio. Comienza la • Se crea el Ministerio José de Azanza es Tepotzotlán. Por ello, se
campaña de Napoleón para asuntos de Marina nombrado virrey. ve forzado a abandonar
en Egipto. (Navy Department). sus estudios sin recibir
el título de Bachiller en
- España: Artes.
• 19 y 25 de septiembre. • Por su buena caligrafía
Reales Decreto y Cédula se convierte en
de Consolidación amanuense público,
de Vales Reales probablemente en
ordenan la venta la misma ciudad de
de propiedades de México. Ésta será su
fundaciones religiosas e principal actividad hasta
instituciones caritativas. prácticamente 1808.
Es el comienzo de la
desamortización de las
propiedades de la iglesia
española.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1799 - Francia: - Estados Unidos: • En la capital, Pedro de
• 9 de octubre. Napoleón • Abolición de la la Portilla encabeza la
Bonaparte regresa a esclavitud en Nueva “conspiración de los
Francia. York. machetes”.
• 9 de noviembre (18
Brumario). Napoleón
Bonaparte da un golpe
de Estado que acaba
con el Directorio, última
forma de gobierno
de la Revolución
francesa. Inicia el
periodo conocido como
Consulado.
• 13 de diciembre. Se
aprueba la Constitución
del Año VIII que otorga
el poder ejecutivo y
legislativo al Primer
Cónsul, Napoleón
Bonaparte.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1799
- Gran Bretaña:
• En Londres, aparece
el panfleto del jesu-
ita, peruano exiliado,
Juan Pablo Vizcardo y
Guzmán: Carta dirigida
a los españoles ameri-
canos. Por primera vez,
un latinoamericano
no-indígena exhorta a
sus compatriotas a re-
belarse contra la Corona
española.

- España:
• 5 de junio. El barón Al-
exander Von Humboldt
parte del puerto de La
Coruña, con rumbo a la
América española.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1800 - Francia: - Estados Unidos: • 29 de abril. Félix
• 13 de febrero. Creación • Rebelión fallida del líder de Berenguer de
del Banco de Francia. esclavo Gabriel Prosser, Marquina toma
en Richmond, Virginia. posesión como virrey.
- Gran Bretaña: • La capital se traslada,
• 5 de mayo. Gran Bretaña de manera definitiva, a
proclama la Act of Union Washington D.C.
para unir a Gran Bretaña
e Irlanda en el Reino
Unido.
1801 - Francia: - Estados Unidos: • Rebelión indígena en
• 9 de febrero. El • Thomas Jefferson la sierra de Nayarit.
Tratado de Lunéville toma posesión como La encabeza el indio
entre Francia y Austria presidente. Mariano.
establece la paz. • Comienzo del “Segundo
Gran Despertar”.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1801 - España:
• 13 de febrero. Se firma
el Convenio de Aranjuez
entre Francia y España.
Establece las condi-
ciones en las que se
unirán los ejércitos y flo-
tas de España, Francia y
Batavia, para combatir a
Gran Bretaña.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1802 - Francia: • Rebelión del indio
• 25 de marzo. Se pacta la Pedro Martín en
Paz de Amiens con Gran Teocelo, cerca de
Bretaña. Jalapa.
• A iniciativa de
Napoleón, se promulga
la Constitución del año
X. Este documento
le otorga el título de
Cónsul único y vitalicio.
• 20 de mayo. Comienza
la “Guerra de las
Naranjas”. Conflicto
militar que enfrenta a
Francia y España con
Portugal, por negarse
a romper su alianza
tradicional con Gran
Bretaña. Concluye el 29
de septiembre con la
firma del Tratado de
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
Madrid, mismo que fija
la obligación de cerrar
los puertos portugueses
a sus aliados británicos
y permitir el paso libre a
Francia.
1803 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: • Enero. José de
• 18 de mayo. Se rompe la • 30 de abril. Se obtiene Iturrigaray toma
Paz de Amiens al decla- la Luisiana, vendida por posesión como virrey.
rar la guerra a Francia. Napoleón en 15 millones • 22 de marzo.
de dólares. Humboldt llega al
puerto de Acapulco.
1804 - Francia: - Hispanoamérica: • Se expide la
• 2 de diciembre. • 1 de enero. Jean-Jacques Real Cédula de
Napoleón Bonaparte Dessalines hace oficial la Consolidación de Vales
se corona a sí mismo independencia de Reales.
en la Catedral de Notre la nueva República de • Humboldt realiza el
Dame, ante la presencia Haití. Se convierte en su primer mapa útil de
del Papa Pío VII. Se primer gobernante. Nueva España.
convierte en Napoleón I.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1804 - España:
• 14 de diciembre. Se
declara la guerra a Gran
Bretaña.
• 28 de diciembre.
Debido a la guerra con
Gran Bretaña, el rey
decreta la Real Cédula de
Consolidación de Vales
Reales.
1805 - España: • 1 de abril. Primer
• 21 de octubre. Se libra número del Diario de
la Batalla de Trafalgar, México.
cerca de Cádiz. La
armada británica, al
mando del Almirante
Nelson, destruye las
flotas conjuntas de
Francia y España.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1806 - Francia:
• 9 de octubre. Prusia
declara la guerra a
Francia.
• 14 de octubre. Napo-
león I derrota al ejército
prusiano en la Batalla de
Jena.
• 1 de noviembre. En
Berlín, Napoleón I
decreta el “Bloqueo
Continental” contra
Inglaterra.
- España:
• 24 de enero. Se estrena
en Madrid El sí de las ni-
ñas de Leandro Fernán-
dez de Moratín.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1807 - Francia: - Estados Unidos:
• 7 de julio. Con la Paz de • Robert Fulton realiza el
Tilsit, el Zar Alejandro I primer viaje en un barco
de Rusia pone fin a las a vapor, desde Nueva
hostilidades con Francia. York hasta Albany.
• 18 de octubre. Con el
pretexto de atacar
Portugal, el ejército
napoleónico inicia la
invasión de la Península
Ibérica.
• 30 de noviembre. Un
ejército franco-español
entra en Lisboa. La
familia real portuguesa
se ve obligada a huir a
Brasil.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1808 - Francia: - Estados Unidos: • 8 de junio. Llega la • Escribe el primer texto
• 2 de febrero. El ejército • 1 de enero. Se prohíbe la noticia de la caída que de él se tiene no-
napoleónico ocupa los importación de esclavos de Manuel Godoy y ticia: el poema Polaca,
Estados Pontificios. en Estados Unidos, no la de la ascensión de en honor de Fernando
esclavitud. Fernando VII al trono VII. Se publica al año
- España:
de España. siguiente en la ciudad de
• 18-19 de marzo. El Motín
• 14 de julio. Se conocen México en un volumen
de Aranjuez en Madrid
las abdicaciones de de composiciones.
provoca la destitución
Bayona de Carlos IV y
de Manuel Godoy, así
Fernando VII.
como la abdicación del
• 29 de julio. Llega
rey Carlos IV en favor de
la noticia del
su hijo Fernando VII.
levantamiento del
• 23 de marzo. El ejército
pueblo español contra
napoleónico ocupa
los franceses.
Madrid.
• 9 de agosto-9 de
• 2 de mayo. Comienzan
septiembre. Juntas
los levantamientos de
celebradas en la
los patriotas españoles
capital por el virrey
contra la ocupación
José de Iturrigaray
francesa.
con la Real Audiencia,
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1808 • 5 de mayo. Se firma el el Ayuntamiento
acuerdo de Bayona. de México y demás
Fernando VII abdica autoridades para
en favor de su padre, resolver la situación
Carlos IV, este último política del virreinato.
en favor de Napoleón, • 15-16 de septiembre.
quien a su vez, proclama El hacendado español
a su hermano José Gabriel de Yermo
Bonaparte como rey de aprehende por la
España. noche al virrey José
• Septiembre. En de Iturrigaray. La
Aranjuez, se crea la Audiencia nombra
Junta Suprema Central virrey al mariscal
que gobernará en de campo Pedro
nombre de Fernando Garibay. También son
VII. aprehendidos los
licenciados Francisco
Primo de Verdad y Ra-
mos y Juan Francisco
de Azcárate, regidores
del Ayuntamiento de
México, entre otros.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1809 - Francia: - Estados Unidos: • 19 de julio. Francisco
• 13 de mayo. Napoleón I • James Madison Javier de Lizana y
entra en Viena. toma posesión como Beaumont asume el
presidente. cargo de virrey.
1810 - Francia: - Estados Unidos: • 13 de septiembre. • Siendo teniente de jus-
• 2 de abril. Napoleón • El presidente James Francisco Xavier ticia o juez temporal en
contrae matrimonio Madison anexa la parte Venegas asume el Taxco, en sustitución de
con María Luisa, hija del occidental de la Florida. cargo de virrey. un europeo que huye
emperador de Austria, • 15-16 de septiembre. por la cercanía de las
Francisco I. - Hispanoamérica: Se inicia en Dolores, tropas de Hidalgo, escri-
• 19 de abril. Inicia Guanajuato, el be dos cartas al virrey
- Gran Bretaña: en Venezuela levantamiento Venegas para proponer
• En Londres, aparece la el movimiento dirigido por Miguel un plan defensivo de
publicación mensual independentista. Hidalgo. Taxco. Las cartas nunca
El Español. Su director • 25 de mayo. Tiene lugar, • 23 de septiembre. llegan a su destinatario.
es José María Blanco y en Buenos Aires, la Proclama de Francisco
Crespo, mejor conocido Revolución de Mayo. Xavier Venegas
como Joseph Blanco Se expulsa al virrey contra la insurrección
White. Baltasar Hidalgo de de encabezada por
Cisneros y se nombra Miguel Hidalgo.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1810 - España: en su lugar a la Primera • 28 de septiembre. Las
• 24 de septiembre. Junta. Este hecho tropas insurgentes
Comienzan a sesionar marca el inicio de la toman Guanajuato.
las Cortes en Cádiz con independencia. Comienza el asalto
la participación de • 20 de julio. En a la Alhóndiga de
diputados americanos. Santa Fe, capital Granaditas.
• 10 de noviembre. de Nueva Granada, • 20 de octubre. En
Decreto de las Cortes inicia el proceso de su entrevista de
que establece la libertad independencia. Charo, Morelos es
de imprenta. • 18 de septiembre. En comisionado por
Santiago de Chile, se Hidalgo para sublevar
realiza la Primera Junta la costa del Sur.
Nacional de Gobierno. • 29 de noviembre. En
Inicia el primer período Guadalajara, Hidalgo
de la independencia decreta el Bando que
llamado Patria Vieja. abolía la esclavitud y
los tributos.
• 20 de diciembre.
Comienza la
publicación de
El Despertador
Americano.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1811 - Estados Unidos: • 17 de enero. Félix • A principios de año,
• 2 de marzo. El María Calleja entrega las armas y
presidente Madison vence a las fuerzas municiones a las tropas
aplica el embargo insurgentes en la de Miguel Hidalgo.
comercial a Inglaterra. batalla de Puente de • Apresado por el realista
• Sangrienta revuelta de Calderón. Nicolás Cosío, viaja
esclavos en Luisiana. • 25 de enero. Hidalgo como reo a la capital.
es despojado del Sus bienes le son
- Hispanoamérica: mando insurgente. embargados.
• 14-15 de mayo. Proclama • 21 de marzo. Miguel
de la independencia Hidalgo, Ignacio - Publica:
de Paraguay por José Allende, Ignacio • 19 versos, algunos de
Gaspar Rodríguez de Aldama, Mariano ellos: Aviso patriótico
Francia. Jiménez, Mariano a los insurgentes a la
• 5 de julio. En Venezuela, Abasolo y otros sordina; Diálogos críticos
se firma el Acta de insurgentes, son sobre diferentes asuntos;
Independencia. aprehendidos en La gloría de México
27 de noviembre. Se Acatita de Baján en María Santísima de
fundan las Provincias y conducidos a Guadalupe; La muralla
Unidas de la Nueva Monclova. de México y La verdad
Granada. pelada.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
• 21-26 de junio. Ignacio • 7 folletos, destacan tres
Aldama, Ignacio Diálogos críticos.
Allende, Juan Aldama • En polémica entablada
y Mariano Jiménez, con Juan María Lacunza,
son fusilados en le ofrece 6 respues­tas
Monclova. Sus en el Diario de México.
cabezas son cortadas
y remitidas a
Guanajuato.
• 31 de julio. Miguel
Hidalgo es fusilado en
el patio del Hospital
Real de Chihuahua. Le
es cortada la cabeza
para remitirla a
Guanajuato.
• 19 de agosto. Es
creada, en Zitácuaro,
la Suprema Junta
Gubernativa de
América encabezada
por I. López Rayón.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1812 - Francia: - Estados Unidos: • 2 de enero. Calleja - Publica:
• 7 de septiembre. En la • Reelección de James toma Zitácuaro. • En el Diario de México,
Batalla de Borodino, Madison con apoyo del • 2 de mayo. Morelos su fábula “La abeja y el
Napoleón I vence al Sur y el Oeste. rompe el sitio de zángano”, así como sus
ejército ruso. • 1 de junio. El presidente Cuautla. poesías “Buscapié” y el
Madison declara, con • 27 de mayo. Se publica “Envite”.
- España: la aprobación del el primer número del • 9 de octubre. Aparece
• 19 de marzo. Las Cortes Congreso dominado periódico insurgente el primer número de su
de Cádiz promulgan la por los republicanos, el El Ilustrador periódico El Pensa­dor
Constitución liberal. estado de guerra con Americano. Mexicano. Se publicará
• 11 de Agosto. José I Gran Bretaña. • 19 de julio. Se publica en tres tomos, hasta el 8
abandona Madrid el primer número del de noviembre de 1814.
temporalmente. En - Hispanoamérica: Semanario Patriótico • 24 versos, entre ellos: El
mayo de 1813 lo hará de • 2 de noviembre. Americano, dirigido glorioso protomártir san
manera definitiva. Simón Bolívar publica por Andrés Quintana Felipe de y Si la envidia
• 9 de noviembre. el Manifiesto de Roo. fuera tiña.
Decreto de las Cortes Cartagena. Documento • 30 de Septiembre.
que abolía las mitas y los político, por el cual, el Lectura de la
servicios personales de libertador analiza el Constitución de Cádiz
los indios. proyecto emancipador y su jura, en la ciudad
de Venezuela y de México, por
Colombia.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1812 • 15 de noviembre. Real Francisco Xavier • 11 folletos, entre ellos:
orden de las Cortes de Venegas, la Audiencia, Aviso importante sobre
Cádiz sobre el reparto el Ayuntamiento y las juntas parroquiales
de tierras a los indios. demás autoridades. citadas para el domingo
• 5 de octubre. El 29 del corriente
virrey Francisco [diciembre] y La
Xavier Venegas se igualdad en los oficios.
ve obligado a hacer • 7 de diciembre. Es
público el decreto detenido por el receptor
sobre la libertad de Roldán. Pasa en prisión
imprenta. siete meses por pedir,
• Carlos María de el 3 de diciembre, en el
Bustamante publica número 9 de El Pensador
El Juguetillo, Mexicano, que el virrey
aprovechando la Venegas revocara
recién concedida li­ el bando que daba
bertad de imprenta. injerencia a los militares
• 25 de noviembre. en el enjuiciamiento de
Asalto y toma de los curas rebeldes.
Oaxaca por Morelos.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1812 • 5 de diciembre. Bando
de Francisco Xavier
Venegas suspende la
libertad de imprenta.

1813 - Francia: • 25 de febrero. Se • Sale temporalmente de


• 14 de septiembre. publica, en Oaxaca, prisión para contraer
Napoleón fracasa en su el primer número del matrimonio con María
campaña de Moscú. Correo Americano del Dolores Orendáin
• 16 de octubre. Derrota Sur. Hurtado antes del
del ejército napoleónico • 4 de marzo. Félix nacimiento de su hija
ante una coalición de María Calleja toma que llevará por nombre
ejércitos europeos en la posesión como virrey. María Dolores.
Batalla de Leipzig. • 12 de abril. Morelos • Aún preso, envía
toma Acapulco. algunas cartas a los
- España • 14 de septiembre. Se virreyes Venegas y
• 22 de febrero. Las instala el Supremo Calleja pidiendo piedad
Cortes de Cádiz Congreso Nacional, y sosteniendo su
decretan la abolición de en Chilpancingo. El inocencia.
la Inquisición. mismo día, Morelos • 7 de julio. Sale de
da a conocer a la prisión.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1813 • 21 de junio. Fuerzas Asamblea un - Publica:
francesas a las órdenes programa llamado • Cierra el primer tomo
del rey José I Sentimientos de la de El Pensador Mexicano
son derrotadas en Nación. con un Soneto en que
Vitoria por las fuerzas • 5 de octubre. Morelos renuncia al oficio de
conjuntas españolas y decreta abolida la escritor.
británicas al mando del esclavitud. • 10 folletos, entre ellos:
duque de Wellington. • 6 de noviembre. Se Proclama de El Pensador
• 11 de diciembre. Con expide el Acta solemne a los habitantes de
la firma del Tratado de la declaración de México en obsequio del
de Valençay, se pone independencia de la excelentísimo señor don
fin a las hostilidades América Septentrional. Félix María Calleja del Rey
entre Francia y España. y Reflexión patriótica
Además, se reconoce a sobre la próxima
Fernando VII como rey elección.
de España. • La obra de teatro Auto
mariano para recordar la
milagrosa aparición de
nuestra madre y señora
de Guadalupe.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1814 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: • 10 de Agosto. El virrey - Publica:
• George Stephenson • 24 de diciembre. Se Calleja da a conocer el • Tres fábulas, entre
construye la primera firma el Tratado de real decreto que anula ellas: El oso, la mona y el
locomotora de vapor. Gante entre Estados la Constitución liberal cerdo.
• Comienza la iluminación Unidos y Gran Bretaña. de Cádiz. • Tres folletos, destaca:
con gas en las calles de Queda establecida una • 22 de octubre. En Elogio de nuestro
Londres. “paz perpetua” y se Apatzingán, es augusto soberano el
pone fin a la Guerra de promulgado el señor don Fernando VII.
- Francia: 1812. documento que lleva • En marzo, en El
• 6 de abril. Napoleón I por nombre Decreto Pensador Mexicano,
abdica al trono imperial - Hispanoamérica: constitucional para la presenta su Proyecto
y es desterrado a la Isla • 2 de enero. La Asamblea libertad de la América fácil y utilísimo a nuestra
de Elba. Nacional de Venezuela mexicana. A este sociedad.
• 1 de octubre. Comienza otorga a Simón Bolívar documento se le • En noviembre, el último
a sesionar el Congreso los poderes absolutos. considera la primera número de El Pen­sador
de Viena. El objeto de • Reconquista española Constitución política Mexicano.
su convocatoria es de Venezuela. en la que se declara
restablecer las fronteras • 2 de agosto. En Perú, a México como un
de Europa tras la levantamiento de Mateo pueblo libre.
derrota de Napoleón, Pumacahua, prócer de
así como restaurar las. la independencia.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
ideologías políticas
previas al inicio de la
Revolución Francesa.

- España:
• 4 de mayo. En Valencia,
Fernando VII firma un
decreto que declara
ilegal la reunión de
las Cortes de Cádiz,
incluida la Constitución.
El absolutismo queda
restablecido.
• 21 de julio. En Madrid, un
decreto de Fernando VII
restablece la Inquisición
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1815 - Francia: - Estados Unidos: • 5 de noviembre. - Publica:
• 1-20 de marzo. Napoleón • 8 de enero. Victoria Morelos es capturado • El Prospecto de El
Bonaparte abandona del general Andrew por las tropas Periquillo Sar­niento.
su exilio en Elba y Jackson, en la Batalla de realistas en Texmalaca • Los periódicos Alacena
establece “el gobierno Nueva Orleans, contra (Guerrero). de Frioleras y Cajoncitos
de los cien días”. los ingleses. La batalla • 22 de diciembre. de la Alacena (hasta
• 18 de junio. Napoleón se libra después de Morelos es fusilado en 1816), así como Las
es derrotado por las firmarse la paz, pero Ecatepec. Som­bras de Heráclito y
fuerzas anglo-prusianas antes de que se Demócrito.
en la Batalla de conociera la noticia en • El verso El mentado
Waterloo. los Estados Unidos. Chicharrón.
• 22 de junio. Napoleón
es desterrado, de forma - Hispanoamérica:
definitiva, a la Isla de • 6 de diciembre. Después
Santa Elena. de tres meses de sitio, la
• 26 de septiembre. ciudad de Cartagena de
Declaración en París Indias es ocupada por
que constituye la Santa Pablo Morillo. Inicia la
Alianza. Reconquista española
de Nueva Granada.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1816 - Estados Unidos: • 15 de mayo. Fray - Publica:
• El Congreso autoriza la Servando Teresa de • Tres tomos de El Periqui-
creación del segundo Mier zarpa, junto llo Sarniento. Empero, se
Banco de los Estados a Francisco Xavier prohíbe la publicación
Unidos. Mina, del puerto de de los otros dos tomos.
Liverpool, Inglaterra.
- Hispanoamérica: Su destino es la Nueva
• 9 de julio. Proclama de España
la independencia de • 18 de septiembre.
Argentina por Manuel Juan Ruiz de Apodaca
Belgrano. toma posesión como
virrey.
1817 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: • 22 de abril. Después - Publica:
• David Ricardo publica: • 4 de marzo. James de haber hecho • El volumen de Fábulas
Principios de economía Monroe toma posesión escala en Estados de El Pensador Mexicano,
política y tributación. como presidente. Unidos, fray Servando así como el verso El
• 8 de marzo. Creación de y Francisco Xavier anuncio de la paz.
la Bolsa de Nueva York. Mina llegan al puerto • Circula su Pastorela en
• 20 de noviembre. de Soto la Marina dos actos.
Comienza la Primera (Tamaulipas).
Guerra Seminola en
Florida.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1817 • 27 de octubre. Mina
es capturado en el
rancho El Venadito.
• 11 de noviembre.
Fusilamiento de Mina.
1818 - Estados Unidos: - Publica:
• Fin de la Guerra • El primer volumen de la
Seminola. novela La Quijotita y su
prima.
- Hispanoamérica: • El folleto Anatomía
• 12 de febrero. o disección moral de
Chile proclama su algunas calaveras.
independencia de
España, la encabezan
José de San Martín y
Bernardo O´Higgins.
• 23 de octubre. Bernardo
O’Higgins promulga la
Constitución Provisoria
de Chile.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1819 - Gran Bretaña: - Estados Unidos: - Publica:
• 16 de agosto. Masacre • 22 de febrero. Por el • La novela Noches tristes
de Peterloo contra Tratado Adams-Onís, y día alegre.
la población civil, en España cede a Estados • El segundo volumen de
Manchester. Unidos los territorios La Quijotita y su prima
de Oregón y Florida; a • En dos volúmenes,
cambio, obtiene Texas. Ratos entretenidos
• El verso El voto de
- Hispanoamérica: México en la muerte de
• 17 de diciembre. En la la reina nuestra señora.
ciudad de Angostura, • Es probable que en
Simón Bolívar funda la este año haya escrito su
República de Colombia drama Todos contra el
con la Unión del Virrei- Payo y el Payo
nato de la Nueva Grana- contra todos.
da y la Capitanía General
de Venezuela.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1820 - España: - Estados Unidos: • 20 de abril. Llega - Publica:
• 1 de enero. El joven • 6 de marzo. James la noticia de que • 25 folletos que tienen
coronel Rafael del Riego Monroe firma el Fernando VII juró la como eje temático
se subleva y obliga al rey Compromiso de Constitución de Cádiz. la Constitución, por
Fernando VII a aceptar Missouri. En él, este • Mayo. Algunos ejemplo: La catástrofe
y a jurar la Constitución estado es admitido en la simpatizantes del de Cádiz; La palinodia de
liberal de 1812. Lo último Unión como esclavista, régimen absolutista El Pensado y Respuesta
ocurre el 7 de marzo. mientras que se prohíba preparan la de El Pensador a la
• 9 de marzo. Abolición la esclavitud al Norte del Conspiración de la Cómica Constitucional.
de la Inquisición. paralelo 36º 30´. Profesa. • El verso El indio y la india
• 31 de mayo. El virrey del pueblo de Actopan.
Apodaca jura la
Constitución.
• 9 de junio. Abolición
de la Inquisición.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1821 - Francia: - Estados Unidos: • 10 de febrero. • Nuevamente es
• 5 de mayo. Muere • 4 de marzo. James Agustín de Iturbide llevado a prisión por lo
Napoleón en el exilio, en Monroe inicia su y Vicente Guerrero expuesto en su folleto
la Isla de Santa Elena. segundo periodo se entrevistan en Chamorro y Dominiquín.
presidencial. Acatempan. Diálogo jocoserio sobre
• 24 de febrero. Iturbide la independencia de la
- Hispanoamérica: firma el Plan de Iguala. América
• 28 de julio. Perú • 5 de julio. • Atendiendo a la
proclama su Derrocamiento del invitación de Iturbide,
independencia de virrey Apodaca. A se incorpora al Ejército
España. fin de mes, Juan Trigarante como jefe de
• 30 de agosto. Con O’Donojú llega al prensas en Tepotzotlán.
la proclamación de puerto de Veracruz.
la Constitución, el • Agosto. Chiapas, - Publica:
Congreso de Cúcuta hasta entonces • 37 folletos, entre ellos:
establece la República una intendencia de A las valientes tropas
de la Gran Colombia. Guatemala, decide del Ejército Imperial
• 15 de septiembre. Se suscribirse al Plan de Mexicano de las Tres
firma el Acta de Iguala. Garantías; Defensa de
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1821 Independencia de • 24 de agosto. Iturbide la libertad de imprenta;
Guatemala; con ello, se y O’Donojú firman el El Pensador Mexicano
logra la Independencia Tratado de Córdoba. al excelentísimo señor
de Centroamérica. • 27 de septiembre. general del Ejército
• 3 de octubre. En Entrada triunfal del Imperial Americano don
Cúcuta, Simón Bolívar Ejército Trigarante a la Agustín de Iturbide e
y Francisco de Paula ciudad de México. Ideas políticas y liberales
Santander juran • 28 de septiembre. [1 y 2].
como presidente Firma del Acta de
y vicepresidente, Independencia.
respectivamente, de
la República de la Gran
Colombia.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Imperio España
NuevaMexicano José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1822 - España: - Estados Unidos: • 9 de enero. • Es excomulgado por
• 7 de febrero. La • Denmark Vesey, Gabino Gaínza, su Defensa de los
Santa Alianza decide un negro libre de Capitán General de francmasones.
intervenir en España Charleston, Carolina Guatemala, anuncia
para restablecer el del Sur, encabeza una la unión de toda - Publica:
absolutismo. revuelta de esclavos Centroamérica a • 57 folletos en los
• 12 de febrero. Las Cortes severamente sofocada. México. que trata diversos
españolas declaran nulo • 28 de marzo. La temas, desde Agustín
- Hispanoamérica:
el Tratado de Córdoba. Gaceta Imperial de de Iturbide hasta
• 24 de mayo.
México publica la su excomunión,
Ecuador alcanza su
circular española que destacan: Ausente del
independencia de
rechaza el Tratado de emperador, México
España tras la victoria
Córdoba. queda mejor; Defensa
de Antonio de Sucre en
• 23 de mayo. Se de los francmasones;
la Batalla de Pichincha.
dispone que Iturbide Cartas [1 a 4] al Papista;
• 7 de septiembre.
sea Emperador Defensa de los diputados
Don Pedro, rey de
Constitucional de presos y demás presos
Brasil, proclama la
México. que no son diputados, en
independencia de
• 21 de julio. Agustín de especial el padre Mier;
Portugal. El 1 de
Iturbide es coronado Segunda defensa de los
diciembre es coronado
emperador con el francmasones; Maldita
emperador con el título
título de Agustín I. sea la libertad de
de Pedro I.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Imperio España
Nueva Mexicano José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1822 • 31 de octubre. imprenta y
Agustín I disuelve el Desvergüenzas y
Congreso. En su lugar, excomuniones no
instala una Junta destruyen las sólidas
Nacional Instituyente razones.
el 2 de noviembre. • El verso La nueva tonada
• 2 de diciembre. En de trágala, trágala.
Veracruz, Antonio • El drama El uniperso­nal
López de Santa Anna del arcabuceado de hoy
se levanta en armas 26 de octubre de 1822
contra Iturbide. • El periódico El Amigo de
• 6 de diciembre. Santa la Paz y de la Patria.
Anna proclama el Plan
de Veracruz.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Imperio
Nueva Mexicano
España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1823 - España: - Estados Unidos: • 1 de febrero. Se firma • 24 de octubre. Después
• 7 de abril. Con la • 2 de diciembre. En el Plan de Casa Mata. de presentar un recurso
bendición de la Santa el mensaje anual del • 19 de marzo. de fuerza y pedir perdón
Alianza, Luis XVIII envía presidente al Congreso, Abdicación de a la Audiencia, consigue
a España al ejército se promulga la famosa Agustín I al trono y su que se levante su
francés, de los “cien mil Doctrina Monroe ulterior exilio. excomu­nión.
hijos de San Luis”, para (que empezó a ser • 1 de julio. En
devolver a Fernando VII llamada de esta forma Guatemala, - Publica:
su autoridad legítima. Se sólo desde 1852). La el Congreso • 48 folletos, entre ellos:
restaura la monarquía Doctrina advierte a Constituyente de las Fuera reyes absolutos,
absolutista. las naciones europeas Provincias Unidas del que el pueblo quiere
• 1 de octubre. Fernando que se abstengan de Centro de América Congreso; La defensa
VII declara nulos, y de intervenir en los asuntos aprueba un decreto de los gachupines de
ningún valor, todos los hemisféricos. que establece la Juanita la Curtidora y La
actos realizados por el independencia; resurrección de Hidalgo y
régimen constitucional. - Hispanoamérica: con ello, se separa Morelos.
• Francia reconoce la definitivamente de • El drama El unipersonal
independencia de Haití México. de Agustín de Iturbide,
proclamada en 1804. emperador que fue de
México.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Imperio España
NuevaMexicano José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica de Lizardi
1823 • El verso El sueño de la
anarquía.
• Los periódicos El Payaso
de los Periódicos y El
Hermano del Perico que
cantaba la Victoria
1824 - Francia: - Estados Unidos: • 23 de enero. Estalla • Se enrola en la
• 16 de septiembre. • Es electo presidente el primer movimiento conspiración
Muere Luis XVIII, le John Quincy Adams. importante contra los antiespañola en
sucede su hermano empleados españoles Cuernavaca que tiene
Carlos X. - Hispanoamérica: dirigido por el general por jefe al brigadier
• 28 de julio. Proclama José María Lobato. Francisco Hernández.
- Gran Bretaña: de la independencia de • 31 de enero. Es
• Legalización de las Perú por José de San aprobada la primer - Publica:
trade-unions inglesas. Martín y Simón Bolívar. Acta Constitutiva de • 23 folletos, los temas
• 7 de diciembre. Simón la Nación Mexicana principales refieren
Bolívar convoca al que adopta la los problemas de la
Congreso de Panamá. forma de república recién creada República
• 9 de diciembre. Derrota representativa, Mexicana, por ejemplo:
definitiva de las tropas popular y federal. Disputa de los congresos;
realistas en Ayacucho. impugnación que los
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España
Estados Unidos José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica Mexicanos (México) de Lizardi
1824 • 11 de mayo. Iturbide gatos Barbilucio y
zarpa, desde Machucho hicieron
Southampton, del papel titulado Si
Inglaterra, rumbo a los liberales no dejan
México. la lenidad, perece la
• 17 de Julio. Iturbide República o cuatro
desembarca en el palabras a El Pensador
pueblo de Soto la Mexicano; Pésame
Marina, en la costa de El Pensador por la
de Nuevo Santander muer­te de Iturbide
(Tamaulipas). a sus apasionados y
• 19 de julio. Iturbide es Pronóstico po­lítico de El
fusilado. Pensador Mexicano.
• 5 de octubre. Se • Una breve obra lla­mada
publica la Constitución La tragedia de los gatos.
Federal de los Estados • El periódi­co
Unidos Mexicanos. Conversaciones del Payo
• 10 de octubre. y el Sacristán (en dos
Guadalupe Victoria tomos, hasta 1825).
inaugura el primer • Participa, además, en
periodo presidencial algunos comunicados
de la República en El Sol y El Águila
Mexicana. Mexicana.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Estados Unidos
Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica Mexicanos (México) de Lizardi
1825 - Francia: - Hispanoamérica: • Es nombrado editor de
• 28 de mayo. Coronación • 6 de agosto. Se la Gaceta de México.
de Carlos X en la proclama el Acta de • Después de casi dos
Catedral de Reims. Independencia de años de trámites,
Ésta será la última Bolivia. consigue la asignación,
coronación de un rey en • 25 de agosto. como premio a
Francia. Uruguay declara su sus servicios a la
independencia de Brasil. Independencia, de
- Gran Bretaña: • 29 de agosto. sesenta y cinco pesos
• Primera línea ferroviaria Portugal reconoce la de sueldo mensual de
del mundo entre independencia de Brasil. Capitán Segundo de
Stockton- Darlington. • 10 de diciembre. El Infantería.
Imperio del Brasil - Publica:
declara la guerra a • 23 folletos, algunos
las Provincias Unidas títulos son: Defensa de
del Río de la Plata un gachupín que quieren
(Argentina). El conflicto arcabucear y 2 Diálogos
llegará a su fin hasta de los muertos. Hidalgo e
1828. Iturbide.
• La segunda parte de la
obra teatral de comedia
El negro sensible.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España
Estados Unidos José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica Mexicanos (México) de Lizardi
1825 • El verso El grito de
libertad en el pueblo de
Dolores.
En breve artículo del
Águila Mexicana, propo-
ne la amortización de la
moneda.
1826 - Hispanoamérica: • 10 de Julio. Firma - Publica:
• 22 de junio. Se instala el del Tratado de • 28 folletos, algunos de
Congreso de Panamá. Amistad, Comercio ellos: A los sordos se les
y Navegación entre grita y al gobierno se
México y los Estados le incita, o sea nuevas
Unidos de América. medidas de precaución
• 26 de diciembre. contra la maldita Liga;
Tratado de Amistad, Anita la Tamalera ha
Comercio y dado en ser diputada y
Navegación entre De aquí a noviembre no
la Gran Bretaña y hay patria yendo como
México. va la danza.
• Guadalupe Victoria • El periódico Correo
declara abolida la Semanario de México
esclavitud. (hasta 1827).
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Nueva España
Estados Unidos José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica Mexicanos (México) de Lizardi
1826 • Levantamiento de • Escribe una carta a
indios yaquis y mayos Guadalupe Victoria
en el norte de México. dedicándole su novela El
Periquillo Sarniento.
1827 - España: - Estados Unidos: • Enero. Se descubre la - Publica:
• Marzo-septiembre. En • Se traza el ferrocarril supuesta conspiración • 12 folletos, entre ellos:
la región de Cataluña se Baltimore-Ohio. encabezada por el Testamento y despedida
lleva a cabo “La revuelta padre Joaquín Arenas. de El Pensador Mexicano
de los agraviados”. Pretendía restablecer [en dos partes]; Diálogo
Es considerado un el dominio español en por El Pensador entre
movimiento precursor México. el Fiscal y el Defensor
del Carlismo. • Mayo. Decreto que del padre Arenas; y su
prohíbe a todos los último escrito: Hasta en
españoles ocupar el teatro hacen da­ño los
puesto alguno en la gachupines con mando.
administración pública • El drama El grito de
o militar, hasta que liber­tad en el pueblo de
España reconozca la Dolores y La tragedia del
independencia. padre Arenas.
Año Francia, Gran Bretaña Estados Unidos e Estados Unidos
Nueva España José Joaquín Fernández
y España Hispanoamérica Mexicanos (México) de Lizardi
1827 • 20 de diciembre. Se • Escribe una carta al
aprueba la primera coronel Manuel Reyes
ley de expulsión de Veramendi.
españoles. • 21 de junio. Muere en la
Ciudad de México. Al día
siguiente, es sepultado
en el cementerio de San
Lázaro
1832 • Se publica la novela
Vida y hechos del famoso
caballero Don Catrín de
la Fachenda. Obra pós-
tuma.
Periquillo Sarniento: ¿sarna pícara o sarna culposa?

Editado por: Instituto de Investigaciones Fi­lo­lógicas
Jefe del Departamento
de Publi­caciones: Sergio Reyes Coria
Fecha de impresión: 22 de julio de 2013
Impreso en los talleres: Desarrollo Gráfico Editorial, S. A. de C. V., ubicados en
Municipio Libre 175-A, col. Portales, del. Benito Juárez,
C. P. 03300, México, D. F.
Lectura en originales: Iván Cerón Olvera
Cuidado de la edición: Américo Luna Rosales
Diseño de portada: Omar Reyes Solorzano
Diseño de interiores y
composición tipográfica: María Guadalupe Martínez Gil
Tipos: Candara 10.5:15, 9.5:14, 8.5:12
Número de ejemplares: 500
Papel: Cultural 90 g
Proceso: impresión Offset
4

María Rosa Palazón Mayoral


María Rosa
NOTAS AL MARGEN

Palazón Mayoral

40c
José Joaquín Fernández de Lizardi, periodista y
autor de folletos por vocación, es conocido, no
obstante, por una novela: El Periquillo Sarniento,
sus cinco tomos retratan la corrupción de la que
nadie se salvaba a principios del siglo xix: víspe-
ras de la Independencia, ésta misma, el Imperio
de Agustín de Iturbide y los inicios de la Repúbli-
ca encabezada por Guadalupe Victoria.
La acción transcurre en la Ciudad de México
y sus alrededores, centro de pillos y pillajes. El
protagonista de esta novela es Don Pedro Sar-
miento, alias Periquillo Sarniento, una vez redimi-

¿SARNA PÍCARA O SARNA CULPOSA?


do, y habitando una hacienda como su propie-
tario. Aconseja a sus hijos, ejemplificándoles tal
corrupción “democrática”: de todas las clases,
las castas, la burocracia, y los comerciantes, me-

Periquillo
diante sus propias y divertidas aventuras.

Sarniento
PERIQUILLO SARNIENTO

¿sarna pícara o sarna culposa?


ISBN 978-607-02-4313-4

243134
786070

Universidad Nacional
Autónoma de México Universidad Nacional Autónoma de México
9

Notas al margen Periquillo.indd 1 27/05/13 05:24 p.m.

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