Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
IMPLEMENTACIÓN
DEL SISTEMA PENAL
ACUSATORIO ADVERSARIAL
ORAL Y LA SEGURIDAD PÚBLICA
EN MICHOACÁN
ANUARIO 2011
Índice
9 La práctica judicial en el análisis económico del Derecho
Edgardo Buscaglia
Anuario 2011
procesal acusatorio
Irma Nora Valencia Vargas
Anuario 2011
en el cual se violan los derechos humanos todos los días,
aunque las leyes establezcan garantías formales.
Eugenio Raúl Zaffaroni
1
Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo, con Especialidad en Derecho Penal y Maestría en la División de Estudios
de Posgrado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la misma universidad. Actualmente, es
Secretario Proyectista adscrito al Juzgado Primero de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Zamora de Hidalgo, Michoacán. Correo electrónico: ge_ma_ba9@hotmail.com
Abstract. The reform of the Criminal Justice System in Mexico is a reality.
Also the requirement of training of legal practitioners: the police (who
will now research) experts, prosecutors, judges and lawyers, who in a
new dynamic will be faced with a huge challenge in terms of preparation,
given the imminent arrival of the new Criminal Justice model, within a
time immediately be implemented in our state of Michoacan; system
itself requires specially trained actors for the deployment of the different
roles that accompany it (given the logic of this new reality). Thus, shortly
will develop, both the picture of the new state of things to implement,
as the scene where he intends to implement and deploy (run), giving
a prognosis for what I consider a current challenge to the table urged
introducing the challenges to overcome.
58
1. Presentación:
Anuario 2011
ucho se habla de que en México estamos viviendo un
proceso de transición en los campos del proceso penal.
Todo indica que la reforma constitucional del 18 de junio del
año 20082 pronto se materializará en territorio michoacano
como uno de los cambios más representativos que se hayan intentado
en el sistema de justicia penal en nuestro país en los últimos cien
años. Varios autores coinciden en que los procesos de transición
democrática, vividos desde comienzos de la década de los ochenta,
la mayor valorización de los derechos humanos y la expansión de la
actividad económica son factores que alentaron replanteamientos,
algunos bastantes radicales, de la estructura y funcionamiento de los
servicios judiciales en toda Latinoamérica.
59
También se diserta que estas reformas han tenido por finalidad hacer
que la oferta de medios racionales y justos para resolver conflictos,
que efectúa el Estado a sus ciudadanos, deje de ser algo abstracto y
distante para convertirse en una realidad concreta para todos ellos, a
la que efectivamente puedan echar mano en caso de necesidad.3 En
2
Mejor conocida como la Reforma Constitucional de Seguridad y Justicia Penal, generada mediante
el procedimiento especial previsto por el artículo 135 Constitucional. A través de la correspondiente
publicación en el Diario Oficial de la Federación, entró en vigor para todo el territorio nacional y
reformó, entre otros, los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
3
Binder, Alberto, et. al. Manual de Defensoría Penal Pública para América Latina y el Caribe, Santiago,
Chile, Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) y Programa de las Naciones Unidas para
ese sentido, Miguel Carbonell y Enrique Ochoa Reza identifican como
causas generales que justificaron e impulsaron las profundas reformas
al procedimiento penal: a) el proceso de democratización presente
en varios países de América Latina, luego de décadas de gobiernos
dictatoriales o autoritarios; b) la crítica a sistemas políticos obsoletos; c)
las presiones para modernizar al Estado en general; d) la reevaluación
del papel de los derechos humanos; e) la percepción negativa sobre el
sistema judicial y, en particular, sobre los juzgados penales.4
Anuario 2011
la criminalidad que exigen los tiempos actuales se ha venido gestando
desde esas perspectivas. El cambio elemental versa en que se deja atrás
la persecución inflexible del Estado y nos proyectamos a la idea de ver
el delito como un conflicto de intereses entre las partes; intereses que
esperan ser amparados por la justicia penal.9
61
7
Cfr. (prólogo) Blanco Suárez, Rafael, et al., Litigación Estratégica en el Nuevo Proceso Penal, Chile, Lexis
Nexis, 2005.
8
Pérez Sarmiento, Eric Lorenzo, Fundamentos del Sistema Acusatorio de Enjuiciamiento Penal, Bogotá,
Temis. S.A, 2005. p. 9.
9
Esta idea ya se encuentra recogida en legislaciones como las Morelos y Chihuahua, donde sus
artículos primero establecen, entre otras cosas, que el proceso penal tiene por objeto resolver el
conflicto surgido como consecuencia del delito.
10
Carbonell, Miguel y Ochoa Reza, Enrique, op. cit., nota 4, p. 2.
11
Algunas de ellas se pueden consultar en: Azaola, Elena y Bergman, Marcelo, Delincuencia,
Marginalidad y Desempeño Institucional. Resultados de la tercera encuesta a población en reclusión
en el Distrito Federal y el Estado de México, México, CIDE, 2003, http://es.scribd.com/doc/28582675/
Delincuencia-marginalidad-y-desempeno-institucional
a) no sirve para atrapar a los delincuentes más peligrosos; b) permite
la existencia de un altísimo nivel de impunidad y corrupción; c) no
asegura los derechos fundamentales ni de víctimas, ni de acusados; d)
no establece incentivos para una investigación profesional del delito y
e) es sumamente costoso si se toman en cuenta sus pobres resultados.12
12
Cfr. Binder, Alberto, et. al. op. cit., nota 3.
13
El principio acusatorio significa que el órgano (estatal) habilitado para tomar la decisión de
controversias de carácter penal no puede intervenir en el caso, a menos que exista un pedido
concreto de un particular, cuya actuación se desempeña fuera de la de cualquier órgano público
o dependiente del Estado. Tanto en un sistema de acción privada como en un sistema de acción
62 popular, el órgano llamado a cumplir funciones decisorias necesita de la intervención de un particular
que cumpla las funciones de acusador, solicite su pronunciamiento y, a la vez, defina el objeto de
discusión. Cfr. Bovino, Alberto, Problemas del derecho procesal penal contemporáneo, Buenos Aires,
Argentina, Editores del Puerto S.R.L. 1998, p. 11.
14
En sus disposiciones principales, se abarcan temas como la seguridad pública (cuerpos policíacos
y prevención del delito), la procuración de justicia (el trabajo del Ministerio Público, el monopolio
de la acción penal que desaparece al menos en parte) y la administración de justicia (a través de la
incorporación de elementos del debido proceso legal y de los llamados juicios orales).
15
Este sistema todavía sigue vigente en gran parte del territorio nacional, a pesar de significativos
avances de reforma a nivel estatal. Si bien existe una aparente separación de funciones entre el
Ministerio Público (que hace funciones de investigar y acusar) y el juez (quien determina la
culpabilidad o inocencia de un individuo), hay una creciente participación del órgano investigador
en funciones que deben ser materia exclusiva del juez. Una muestra de ello es el valor probatorio
de las diligencias que realiza el Ministerio Público, en un fenómeno que se identifica en la literatura
penal como “la prueba tasada”. El legislador ha establecido que las pruebas presentadas por el
Ministerio Público en el expediente, siempre que se ajusten a los parámetros que establece la ley,
El sistema acusatorio a que nos referiremos a lo largo de este trabajo,
aunque existió en otras épocas, es propio del Estado moderno. En este
sistema, al imputado se le reconoce su calidad de sujeto de derechos y
le corresponden una serie de garantías penales de carácter sustantivo
y procesal, que constituyen límites infranqueables para el poder penal
del Estado. Pretende equilibrar los dos intereses en pugna en todo
proceso penal: compatibilizar la eficacia de la persecución penal y el
respeto de las garantías del imputado.16
Anuario 2011
Como bien lo señala Alberto Bovino, sólo a través de un
enjuiciamiento penal estructurado sobre estas bases es que resultará
posible organizar una política de persecución penal respetuosa de los
derechos humanos. Además, considera que hasta hoy no se ha logrado
consolidar el cumplimiento de dos garantías fundamentales que son
un requisito indispensable de este modelo procesal. Se refiere, por un
tendrán valor probatorio pleno. Es decir, valdrán más que una prueba en contrario presentada por el
acusado. Ante la presencia de ambas pruebas, el juez tendrá que valorarlas de manera distinta, con 63
lo cual el Ministerio Público está determinando la inocencia o culpabilidad del acusado, con base en
la fuerza legal preestablecida de su prueba y no en los meritos de la misma. Así, el Ministerio Público
desempeña dos funciones procesales distintas, una como investigador y otra, indirectamente, como
juez. El desigual valor probatorio de lo que ofrecen las partes ante el juez rompe el principio de
igualdad procesal y supone, de hecho, un grave riesgo para la presunción de inocencia. Cfr. Binder,
Alberto, et. al. op. cit., nota 3, pp. 31 y 32.
16
Lazcano, Erika Bardales, Guía para el Estudio del Sistema Acusatorio en México, 3a ed., México, D.F.,
Magíster, 2010, p. 20.
17
El Estado de derecho se caracteriza –al menos– por garantizar la seguridad de los ciudadanos,
mediante una vinculación de la actuación del Estado a normas y principios jurídicos de justicia
conocidos de tal manera que los mismos resulten en todo caso comprensibles. En lo demás, se
sostiene en la actualidad que el Estado de derecho es una “forma de racionalización de la vida
estatal” que permite un eficaz cumplimiento de los cometidos del Estado y a la vez, hacer calculable
la acción estatal mediante la seguridad jurídica. Bacigalupo, Enrique, Principios Constitucionales de
Derecho Penal, Buenos Aires, Argentina, Hammurabi S.R.L., 1999, p. 231.
lado, a la exigencia de imparcialidad y, por el otro, al respeto al principio
de inocencia.18 Asimismo, expone que quinientos años de cultura
inquisitiva generaron un sistema de justicia penal burocrático, rígido,
secreto, lento, ineficiente y extremadamente injusto que ha resultado
casi imposible de abandonar.
18
Bovino, Alberto, “El principio acusatorio como garantía de imparcialidad en el proceso de reforma
de la administración de justicia penal”, conferencia pronunciada en el Primer Congreso de la
Asociación de Ciencias Penales de Costa Rica, “Sistemas penales y derechos humanos”, en San José,
el 30 de mayo de 1997, p. 7, http://www.congresoson.gob.mx/docs_biblio/docBiblio_27.pdf
frente al comportamiento punible, constituyen una valla insuperable
para la realización de una política de persecución penal eficaz, racional
y respetuosa de los derechos humanos.19
Anuario 2011
preventivos y más condenados y absueltos).
19
Bovino, Alberto, op. cit., nota 18, pp. 1 y 2.
20
La mayor transparencia se ve reflejada en la absoluta publicidad de las audiencias, a las que pueden
acceder todos los ciudadanos para observar el modo en que trabajan y toman sus decisiones los
jueces, los razonamientos empleados por las partes, así como las solicitudes y planteamientos que
realizan fiscales, defensores y representantes de la parte agraviada u ofendida. Esta transparencia se
ve materializada también en la eliminación del secreto del sumario, con lo cual se permite a todos
los que tengan el carácter de intervinientes acceder a los elementos de la investigación.
Algunas entidades federativas del país ya dieron inicio a la sustitución
del actual sistema inquisitivo, heredado desde la época colonial (mixto
moderno), por uno de raigambre acusatoria o de corte adversarial.21
Los aportes novedosos de este último consisten, esencialmente, en: a)
la separación de funciones entre la investigación y el juzgamiento, b)
la radicación de la investigación en un Ministerio Público, c) la creación
de tribunales de control22 de la investigación como cosa distinta de
los tribunales de juzgamiento; d) la instauración de juicios orales, y e)
la ejecución de las sanciones, de manera general. Cada uno de esos
aspectos y sus particularidades se señalarán de manera breve por no ser
un trabajo que pretenda exponer todo el sistema en su configuración.
21
Una de las consecuencias más importantes de la hegemonía global de los EEUU en el Derecho
y en la práctica legal, ha sido el avance inexorable del modelo adversarial de proceso penal en
todo el mundo. Desde el final de la segunda guerra mundial en 1945, esta doctrina innovadora
de la adversarialidad se difundió a un ritmo creciente en Europa occidental, derribando sistemas
“inquisitivos” en la persecución y enjuiciamiento de los delitos. Se ha expandido a regiones tan
66 diversas como China, Japón y América Latina, donde a lo largo de las últimas décadas cerca del 80
por ciento de países han adoptado nuevos códigos de tipo adversarial. Se ha convertido en uno
de los desarrollos culturales más profundos y ubicuos de nuestra generación en el ámbito de la
justicia penal. Vogler, Richard, “El Sistema Acusatorio en los Procesos Penales en Inglaterra y Europa
Continental”, en Bachmaier Winter, Lorena (coord.), Proceso Penal y Sistemas Acusatorios, Marcial Pons,
2008. p. 178.
22
En estos tribunales se controlará el cumplimiento de las garantías constitucionales y legales de
los participantes en el proceso, especialmente en lo que se refiere a los derechos del procesado y la
observancia del debido proceso en el desarrollo de la fase preparatoria o de investigación.
23
Este principio es importante en el proceso porque se convierte en un instrumento eficaz para la
comunicación, para la construcción de los hechos. También, actúa como un elemento facilitador
en el equilibrio de las partes. Su inherencia al sistema acusatorio se hace vital porque permite
al indiciado oponerse a los hechos base de la pretensión punitiva, a las pruebas o datos que la
sustentan y otorga la posibilidad de argumentar y contra argumentar sobre ello.
Conlleva los siguientes derechos y facultades para la defensa: a) derecho a oponerse a la
realización del juicio por no prestar suficiente mérito para que una persona sea juzgada, causa
probable; b) derecho a conocer la información, actuación, medios de investigación o de prueba que
tiene el acusador, así como a sus órganos de prueba; c) derecho a oponerse a la admisión de medios
de prueba por ilegales, inexistentes o que llaman al prejuicio (en el caso de jurados); d) derecho a
presentar sus órganos de prueba y a acceder a los del Estado; e) obligación de la carga de la prueba
cuando ejerza una defensa afirmativa (legitima defensa, estado de necesidad, etc.)
Derechos y facultades para la Fiscalía: a) derecho a que la determinación sobre la admisión
de la acusación se haga sólo con base en la probabilidad de la participación; b) derecho a
oponerse a la admisión de medios de prueba ilegales; c) derecho de oponerse a un determinado
medio de prueba.
Derechos y obligaciones comunes: a) derecho a oponerse a la admisión de un determinado
órgano de prueba; b) derecho a examinar sus testigos y contra examinar los testigos de la contraparte;
c) derecho de introducir actos informativos o declarativos y a argumentar según su teoría del caso;
d) obligación de introducir la acreditación de las calidades de sus respectivos expertos; e) obligación
de no argumentar sin haber probado. Cfr. Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal Colombiano,
República de Colombia, Bogotá, Programa para una cultura de la oralidad desde la universidad
colombiana y Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), 2003, pp. 32 y
ss., http://www.cal.org.pe/pdf/diplomados/juicio_oral1.pdf
Anuario 2011
24
Se trata de un principio relativo a la forma en que deben programarse, desarrollarse y,
excepcionalmente, suspenderse las audiencias de juzgamiento. La regla general es que deben
realizarse tantas audiencias continuas como sea necesario para garantizar que el juez concentre su
actuación en un solo asunto y de manera constante, evitando así la dilación de los procedimientos
y los fallos basados en práctica de pruebas y debates probatorios interrumpidos que conducen a
perder el hilo de la controversia y dificultan la determinación de un conocimiento o convicción
adecuado por parte del juez. Véase, Técnicas del Proceso Oral en el Sistema Penal Acusatorio Colombiano.
Manual general para operadores jurídicos, República de Colombia, Bogotá, Agencia de los Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), 2005 p. 44, http://litigacionoral.com/Publicaciones/
ARCHIVO%20DE%20PDF%201.pdf
25
Este principio indica que todas las pruebas deben ofrecerse o solicitarse, practicarse o introducirse
y controvertirse en el juicio ante el juez de conocimiento. La inmediación es el contacto directo
del juez con las demás personas que intervienen en el proceso, especialmente con los testigos.
Francisco Muñoz Conde señala que si no se cumple con esta exigencia, antes de proceder a la
valoración de la prueba, realmente hay una carencia total de actividad probatoria y por tanto, una 67
vulneración de la presunción de inocencia, por infracción grave de una de las garantías básicas
del proceso penal. Muñoz Conde, Francisco, La búsqueda de la verdad en el proceso penal, 2da. ed.,
Hammurabi, 2003, p. 57. Citado en el libro Módulo IV para Defensores Públicos, La prueba en el
sistema penal acusatorio colombiano, Bogotá, Programa de Fortalecimiento y Acceso a la Justicia de
Colombia (PFYAJ) y Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), http://
www.cal.org.pe/pdf/diplomados/prueba_sistema.pdf
26
La publicidad del enjuiciamiento penal permite que los particulares ejerzan un control sobre
el poder judicial consistente en la verificación de las condiciones, requisitos y presupuestos que
se desarrollan en la administración de justicia por parte de aquellos que tienen a su cargo la
representación del Estado en este segmento. Cfr. Daza Gómez, et. al. Principios Generales del Juicio
Oral Penal, México, Flores Editor y Distribuidor, 2006. p. 40
27
Se refiere a la exigencia de que el debate no sea interrumpido, es decir, la audiencia se desarrolla en
forma continua, pudiendo prolongarse en sesiones sucesivas hasta su conclusión. Levene, Ricardo,
III. ¿De dónde surge la reforma y hacia dónde nos
perfilamos?
Acudiendo precisamente al actual contenido de los artículos 16, 17,
18, 19, 20, 21 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se puede constatar que se rehízo la lógica del proceso
penal mexicano a través de las reformas efectuadas a esos apartados.
Se pretende que el proceso penal ahora sirva a la sociedad en muchas
maneras. Se establecieron reglas que van desde la protección a la
víctima del delito para que forme parte activa en el proceso, así como
reglas pensadas en función de establecer los derechos del imputado.
No perdamos de vista que el proceso penal en un Estado de derecho
constitucional aparece como una justificación de la sanción, tan es así
que, al día de hoy, la sanción o la pena no la puede imponer más que
el Estado.
Manual de Derecho Procesal Penal Argentino, 2da. ed., Buenos Aires, Desalma, 1993, Tomo I, p.112.
Citado por Pastrana Berdejo, Juan David, et al., El Juicio Oral Penal. Técnica y Estrategias de Litigación
Oral, México, Flores Editor y Distribuidor, 2009, p. 70
28
La oralidad, como forma de los actos procesales, ofrece economía, seguridad, rapidez,
dinamismo, lenguaje gestual y coherencia. Tiene dos formas: el aspecto escénico y el contenido
contradictorio. Es predicable tanto en la recolección de pruebas como en las intervenciones de
las partes. En la búsqueda de la verdad, es el medio ideal para reproducir el hecho histórico,
porque permite la verificación directa, revela las actitudes falsarias y propicia la comunicación
entre todos los sujetos procesales.
El nuevo proceso penal –se insiste– está pensado en construir
el proceso penal desde otra lógica, teniendo en consideración su
utilidad, tanto para implementar una política pública, como para
resolver conflictos. Sobre esto último, se debe mencionar que la
reforma constitucional introduce, en su artículo 17, la resolución de
conflictos como una de las finalidades del proceso penal, tal es el caso
de los acuerdos reparatorios,29 los medios alternos de solución de
conflictos,30 la facultad del Ministerio Público para no ejercitar la acción
penal, como actualmente es su obligación en aquellos casos que en
términos vigentes esté justificado el cuerpo del delito y la probable
responsabilidad de un individuo en su comisión, y pueda hacer uso
del principio de oportunidad31. Incluso, ya en la etapa intermedia32, se
29
Es una salida alterna en donde el imputado y la víctima u ofendido convienen una forma de
reparación satisfactoria de las consecuencias dañosas del hecho punible. Una vez que el juez de
garantías la aprueba, se produce como consecuencia la extinción de la acción penal. Obregón
Anuario 2011
González, Cristal, op. cit., nota 6. pp. 63 y ss.
30
Aunque el texto constitucional no lo señala, los mecanismos que menciona el nuevo párrafo
tercero del artículo 17 constitucional son alternativos al proceso judicial. Lo que se trata de evitar es
que los particulares tengan que recorrer la ruta, a veces tortuosa y no muy barata, de los procesos
ante las autoridades judiciales. Se pretende que los mecanismos alternativos –como la mediación
y la conciliación– sean el eje toral del sistema de justicia penal, cuando se trate de delitos leves,
a efectos de que la capacidad del Estado se vea fortalecida al concentrarse en la investigación,
persecución y sanción de los delitos graves.
31
Este principio enuncia que el Ministerio Público, ante la noticia de un hecho punible o, inclusive,
ante la existencia de prueba completa de la perpetración de un delito, está autorizado para no iniciar,
suspender, interrumpir o hacer cesar el curso de de la persecución penal cuando así lo aconsejan los
motivos de utilidad social o razones político criminales. Véase, Horvitz Lennon, María Inés y López
Masle, Julián, Derecho Procesal Penal Chileno. Principios, sujetos procesales, medidas cautelares y etapa
de investigación, Editorial Jurídica de Chile, Tomo I, 2003. Cítese el caso donde dada la cuantía de 69
un robo, no amerite que se active la maquinaria procesal. El principio de oportunidad permite,
entonces, racionalizar la selectividad intrínseca del sistema penal, dejando fuera de éste, aquellos
hechos en donde aparezca como innecesaria la aplicación del poder punitivo del Estado. Con ello
se contribuye, significativamente, a la eficiencia real del sistema. Mediante la exclusión de los hechos
de menor entidad, se posibilita el adecuado tratamiento de aquellos casos que indudablemente
requieren la efectiva intervención de la justicia penal.
32
La etapa intermedia consta de dos fases: una escrita y una oral. La fase escrita está compuesta por
la acusación y la fase oral por la audiencia intermedia, o también conocida como la audiencia de
preparación de juicio oral. La importancia de esta etapa versa no sólo en la depuración que se hace
de los medios de prueba y de los hechos controvertidos que serán materia del juicio oral, sino que
es la última oportunidad para poder poner fin al conflicto penal por medio de las salidas alternas;
toda vez que dictado el auto de apertura de juicio oral ya no se podrá utilizar ninguna de las salidas
alternas. Para una explicación más extensa de esta etapa véase, Obregón González, Cristal, op. cit.,
nota 6, pp. 94 y ss.
puede suspender el proceso a prueba sin necesidad de esperar una
sentencia33, estableciéndose las condiciones pertinentes a cada caso, o
los casos en que se pudiera generar un juicio abreviado34.
33
Este instrumento procesal detiene el ejercicio de la acción penal en favor del imputado por la
comisión de un delito, quien se somete durante un plazo a una prueba que deberá cumplir
satisfactoriamente con ciertas y determinadas obligaciones legales e instrucciones que le
impondrá el juez para el caso en concreto, a cuyo término se declara extinguida la acción penal sin
70 consecuencias jurídico-penales posteriores. Tal es el caso de los asuntos de violencia familiar, lo más
conveniente sería brindar apoyo emocional a los protagonistas en lugar de hacer el drama familiar
más intenso.
34
El procedimiento abreviado consiste en la salida alterna que permite dictar sentencia de forma
más rápida y de cuantía menor que el procedimiento ordinario en los casos en que, previa solicitud
del representante social, el imputado admita el hecho que le atribuyera el Ministerio Público en
su escrito de acusación, acepte la aplicación de este procedimiento y no haya oposición fundada
de la víctima u ofendido constituido como acusador coadyuvante. En este juicio abreviado, el
imputado renuncia al derecho de tener un juicio oral y reconoce los hechos de la acusación. Es un
procedimiento especial que excluye la generalidad constituida por el juicio oral.
35
En una conferencia impartida en la ciudad de Zamora de Hidalgo, Michoacán, Isabel Maldonado
Sánchez, capacitadora certificada por la SETEC, mencionó que Guanajuato, desde su punto de
vista, era uno de los estados de la república mexicana que había puesto especial enfoque en la
capacitación de sus policías (en la que dicho sea de paso, ella participó).
se conoce como una defensa adecuada, generada por un abogado
capacitado (técnico en el ramo, que sepa de Derecho), capaz de armar
una teoría del caso36 y defenderla públicamente de ser necesario. No
ganará menos que las percepciones económicas de un agente del
Ministerio Público (en caso de los defensores públicos) y contará con
una carga de trabajo razonable.
Anuario 2011
Todo aquel que se ha inquietado en conocer lo relativo al nuevo
sistema de justicia penal acusatorio, y ha acudido a la amplia gama de
bibliografía que brinda el ejercicio del derecho comparado38, sabe que,
al margen de las reformas que necesariamente tendrán que efectuarse,
se trata de un profundo cambio cultural. Resulta delicado que no se
esté publicitando de manera efectiva, ni se explique en qué consiste,
36
La teoría del caso es el relato de cómo sucedieron los hechos, observados desde nuestro punto
de vista. Para autores como Andrés Baytelman Aronowsky y Mauricio Duce Jaime, “la teoría del caso
es la idea básica y subyacente a toda nuestra presentación en juicio, que no sólo explica la teoría 71
legal y los hechos de la causa, sino que vincula la evidencia tanto como es posible dentro de un
todo coherente y creíble. Sea que se trate de una idea simple y sin adornos o de una compleja y
sofisticada, la teoría del caso es un producto del trabajo del abogado. Es el concepto básico alrededor
del cual gira todo lo demás.” Véase Baytelman Aronowsky, Andrés y Duce Jaime, Mauricio, Litigación
Penal. Juicio Oral y Prueba, Santiago de Chile, Editado por la Universidad Diego Portales, 2004, http://
es.scribd.com/doc/21133542/Litigacion-Penal-y-Juicio-Oral-Baytelman-Andres-y-Duce-Mauricio
37
Véase, (introducción) Barragán Benítez, Víctor, Bases Constitucionales del Nuevo Sistema de Justicia
Penal. El Proceso Penal de las manos limpias: revolucionario y democrático, Popocatépetl editores,
volumen I, 2008.
38
La comparación jurídica, en términos generales, es un elemento de gran importancia en el
desarrollo de los sistemas jurídicos contemporáneos, tanto por lo que hace a la tarea legislativa,
como por lo que se refiere al quehacer judicial. Observando las experiencias de otros países, se
pueden allegar elementos útiles para el mejor desempeño de los distintos roles.
real y exactamente, ese cambio cultural y cómo se podría influir en
él. La mayoría de los autores advierten que el problema de fondo
en muchos países latinoamericanos se centra en lo cultural, lo que
consideran sumamente serio. Es complejo tratar de desarraigar una
cultura de autoridad, enquistada en el subconsciente colectivo, de la
que lamentablemente se ha perdido la conciencia. Ya se percibe como
si fuera parte de la vida real, común, normal y saludable, cuando no
debería ser así.
Una explicación más detallada de esa realidad se encuentra en Torres Bodet, Jorge, El Juicio Oral.
39
Anuario 2011
cual requiere de un desempeño profesional distinto al que se necesita
para trabajar en un proceso inquisitivo (mixto) escrito.
41
Véase, MacLean, Roberto G, “Reformar la justicia: ¿de qué se trata?”en Pásara, Luis (comp.), En
busca de una justica distinta. Experiencias de reforma en América Latina, México, UNAM, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, 2004, pp. 85-23, http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1509/4.pdf
42
Con excepción de aquellos que en los últimos años han surgido de los diversos cursos que
ha implementado el Instituto de la Judicatura Local y que no me ocuparé de cuestionar en este
momento.
(alguna especialidad o maestría) no establecía una gran diferencia en
la vida práctica. El atreverse a estudiar un grado profesional superior
no era lo suficientemente rentable como para que el esfuerzo extra
valiera la pena. En ese entorno profesional, se increpa la ausencia de
desarrollo de aptitudes propias para un mejor desempeño del encargo,
no hay distinciones. Los operadores jurídicos que optan por acceder a
un estudio de posgrado no obtienen mayores ingresos, ni un ascenso
o prestigio. Por el contrario, el actual sistema inquisitivo se caracteriza
por ser sobrecogedoramente indulgente con la incompetencia, el
oscurantismo y la falta de destreza de los actores del juego procesal
(todos los que se imaginen, con sus evidentes salvedades).
Anuario 2011
tendremos que adaptarnos a los cambios de manera paulatina
y sobre la marcha.44 Ahora bien, a pesar de las dificultades que
pudieran presentarse, entre las que la fuerza conservadora de la
tradición sea quizá la mayor, el establecimiento y la consolidación
del sistema acusatorio son absolutamente necesarios como vía para
el perfeccionamiento de su régimen democrático y en aras de la
celeridad procesal y la seguridad jurídica.
43
Baytelman Aronowsky, Andrés y Duce Jaime, Mauricio, op. cit., nota 36.
44
Baytelman Aronowsky, Andrés, “Capacitación como en el fútbol”, Revista Sistemas Judiciales, Núm.
1, 2002, http://sistemasjudiciales.org/content/jud/archivos/notaarchivo/570.pdf
45
Tal como lo fueron los recientes cursos regionales de capacitación del nuevo sistema acusatorio,
impartido a los distintos distritos judiciales participantes, por parte del Supremo Tribunal de Justicia
del Estado.
46
Su nueva redacción trae consigo el reconocimiento de un abundante cuerpo jurídico de origen
internacional y, principalmente, una forma de concebir la relación entre el Estado y las personas y
grupos, orientada a ampliar su ámbito de protección. En particular, el artículo 1 diseña un orden
obligación de efectuar esa especie de “control de convencionalidad”47,
en esa promoción, respeto, protección y garantía a los derechos
humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Se debe aplicar e
interpretar el contenido de los tratados internacionales, velando que
las disposiciones de los instrumentos interamericanos no se vean
mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin. Por
eso, es necesario analizar la compatibilidad entre las leyes internas con
dichos instrumentos.
Anuario 2011
la forma normal de ser las cosas. Se califica de legal la detención de
un inculpado tomando como referencia las razones (muchas veces sin
fundamento ni motivación) que tradicionalmente usa para esos casos
la autoridad investigadora en la privación de la libertad a un indiciado
(prisión preventiva).
78 48
El adecuado manejo de las objeciones será una de las cuestiones más complejas de controlar,
desde el punto de vista de las destrezas de litigación.
49
Recuérdese que el artículo 17 constitucional refiere que las sentencias que pongan fin a los
procedimientos orales deberán ser explicadas en audiencia pública previa citación de las partes.
50
Ejercicio que está destinado a corroborar que los instrumentos de prueba que el Ministerio
Público glosa a su indagatoria, efectivamente aportan datos claros de su génesis que repercutan
en su veracidad, para que el juez esté en condiciones de analizar esas circunstancias y someterlas
a un juicio con la realidad o la experiencia en hechos similares y determinar si es creíble o no la
información que contienen. En ocasiones se le brinda más valor a una jurisprudencia (formula
preestablecida) que sostiene que el Ministerio Público es una institución de buena fe que a hechos
concretos, deducidos de un juicio donde se constata que dicho órgano no hizo su labor apegándose
a los principios jurídicos elementales ni de respeto a los derechos fundamentales de todo imputado.
51
Blanco Suárez, Rafael, et al., op. cit., nota 7
A través de la libre valoración de la prueba, el juez puede dar a
cada una de las pruebas presentadas a su consideración el peso que
considere conveniente en la formación de su convencimiento, pero
con la condición de que explique esas consideraciones en su decisión.52
Cuando hoy se defiende la valoración de la prueba conforme a la sana
crítica o las reglas del criterio humano, lo que se está propiciando es
la valoración de la prueba realizada por el juez, no por reglas legales
apriorísticas, sino expresando siempre en la sentencia la relación
existente entre cada uno de los hechos que se estiman probados y el
medio de prueba del que se ha desprendido la convicción judicial.53 A
esto tenemos que añadirle la importancia de tener en consideración las
máximas de la experiencia,54 las reglas de la lógica y los conocimientos
científicos como núcleo esencial de la libre valoración de la prueba. La
idoneidad55 y la pertinencia56 son los límites a esa libertad probatoria.
Anuario 2011
del combate a la delincuencia, como la de procuración y administración
de justicia operan el proceso penal con una liviandad preocupante. Se
incumple el objetivo principal que justifica la existencia de cada uno de
esos entes, en términos de utilidad y funcionabilidad. La experiencia
52
Así, por ejemplo, el juez tiene absoluta libertad para estimar que un testigo le aporta mucha más
convicción que varias peritaciones o documentos. Pero, está obligado a explicar en qué estriba la
cualidad convincente de ese testimonio y qué le hace superior a aquellos otros medios de prueba.
53
Véase, Montero Aroca, Juan, Principios del Proceso Penal, Valencia, Tirant lo Blanch, 1997, pp. 79
161-162.
54
Son reglas generales extraídas de la experiencia cotidiana como producto de la observación
continua de la conducta humana y de los fenómenos naturales que nos permiten predecir cuáles
hechos conocidos y comprobados pueden ser la causa o la consecuencia de otros desconocidos
pero que pudieran ser sus antecedentes lógicos y probabilísticas (juicio de hecho). Se trata de una
regla promedio de la razón humana ante un estado general de las cosas que, empero, cada juzgador
viene obligado a interpretar para cada caso concreto.
55
La idoneidad o conducencia de la prueba es su cualidad de ser apropiada para demostrar los
hechos del proceso.
56
Puede definirse como la relación que existe entre un medio probatorio admisible y los hechos del
proceso. De tal manera, una prueba será pertinente si está dirigida a acreditar hechos que tienen
relevancia para un proceso concreto.
como operador jurídico es fuente inagotable de esa extensa colección
de situaciones inadmisibles. De ninguna manera me vanaglorio de
haber descubierto el hilo negro de la perversidad que encierra nuestra
realidad judicial, dado que ya se han escrito ríos de tinta revelando el
escenario propio de los sistemas inquisitivos en vía de transformación.
57
Barragán Benítez, Víctor, op. cit., nota 37.
58
Resulta oportuno citar la leyenda de la mitología griega de Procusto quien vivía en una posada
en la ciudad de Eulesis de la antigua Grecia. Procusto obligaba a sus huéspedes a acostarse en
una cama de hierro, si la persona no cabía en el lecho, le cortaba las extremidades sobrantes. Si el
huésped era más pequeño que la cama, le estiraba las piernas. De una u otra forma lograba que
la persona se adecuara exactamente al catre. Finalmente, como en todo mito, Procusto recibió su
merecido a manos de Teseo.
Esta es la atmósfera idónea para que el proceso penal haya dejado
de ser práctico, instrumental y utilitarista. Se convirtió en un obstáculo
para el conocimiento de los hechos y centro de discusiones inútiles.
Hombres calamitosos, laberintos inaccesibles e historias de penumbras
esperan ser encerrados, a modo de cónclave, para que sean un prototipo
de experiencias de lo que nunca debió ser.
Anuario 2011
ocasiones suelen ser abandonados por otros, en apariencia más claros
o justos, que a fin de cuentas son causa de incertidumbre jurídica.
59
Tomado de su artículo que nombró “Sistema procesal penal mixto versus acusatorio (El sistema
acusatorio “puro” e inquisitivo)”.
Como salta a la vista, este nuevo contexto ofrece menos misericordia
a quienes muestren escasa preparación. Las distintas etapas
(audiencias de control de detención, de formulación de imputación,
de vinculación a proceso, audiencia para solicitar medidas cautelares,
entre otras) deberán desarrollarse de forma expedita. No habrá espacio
para aquellos que no sepan exactamente sus roles y cómo hacerlo
con efectividad; las decisiones se jugarán realmente en el trabajo
efectivo con la prueba y la argumentación jurídica. Para quienes ya
han venido aventajando su preparación en esos terrenos, esto será
algo profesionalmente atractivo y estimulante, principalmente, porque
el buen desempeño de los intervinientes en un proceso penal, en esa
atmósfera de nuevas lógicas y destrezas, será la clave para el éxito en la
implementación de la reforma.
60
Este modelo, en definitiva, está orientado a consolidar nuestro estado actual de cosas, con el único
fin de acrecentar la legitimidad del sistema de justicia, brindar un mejor servicio a quien pueda ser
tocado por el engranaje judicial y, en suma, consolidar la convicción en el sistema democrático
como forma de gobierno y como escenario en el que se modela el accionar de todas nuestras
instituciones, entre las que, por cierto, aparece en un sitial de primer orden la justicia.
venido trabajando durante años o décadas. Para lograr que ese proceso
de cambio se realice es necesario que todos los actores involucrados
asuman como propio el compromiso de administrar un sistema nuevo,
el cual les presentará retos y desafíos hasta ahora desconocidos.
Anuario 2011
sí misma y era incontrolable; a pesar de que aparecía a su rescate el
irrelevante silogismo formal judicial de rigurosidad teórica. 61
61
Véase, Vigo, Rodolfo Luis, “Razonamiento justificatorio judicial”, en Cuadernos de Filosofía del
Derecho. Actas del XVIII Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Filosofía Jurídica y Social
(Buenos Aires, 1977), Alicante, Doxa, Núm. 21, vol. II, 1998 pp. 483-499, disponible en:
http://www.lluisvives.com/servlet/SirveObras/doxa/23582844322570740087891/cuaderno21/volII/
DOXA21Vo.II_33.pdf
62
Tuve el privilegio de conocerlo a principios del 2011 en un breve profesorado que se denominó
Segunda Edición del Diplomado en Argumentación e Interpretaciones Jurídicas, ofrecido por el
Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, a través de su Instituto de la Judicatura, a una privilegiada
parte de los operadores jurídicos (pues la asignatura lo ameritaba).
exigencias que conforman a la ética judicial, estando entre ellos: la
conciencia funcional, independencia, imparcialidad, capacitación
permanente, prudencia, justicia, diligencia, decoro, honestidad,
secreto profesional, afabilidad, responsabilidad institucional,
fortaleza y austeridad republicana.63
63
Para más información al respecto véase Vigo, Rodolfo Luis, Ética y Responsabilidad Judicial, Buenos
Aires Argentina, Rubinzal-Culzoni Editores, 2007
64
Cano Jaramillo, Carlos Arturo, Oralidad, debate y argumentación, Bogotá, Grupo Editorial Ibáñez,
2006, pp. 44 y ss.
4) del juez que “sabe” a aquel al que se exige una capacitación
permanente, 5) del juez preocupado por el tiempo a la
exigencia de la diligencia y la eficacia del servicio, 6) de la
irrelevancia de la administración del poder a su trascendencia
y complejidad, 7) de pasar de estructuras judiciales estáticas
a estructuras judiciales flexibles, 8) del acceso limitado a la
justicia a la sunción de las pequeñas causas, 9) de la justicia
beligerante a la justicia consensuada, 10) de una justicia
soportada en “papel” a una canalizada informáticamente,
11) de una justicia despreocupada por los saberes no
jurídicos a otra conscientes de las importancia de conseguir
conocimientos confiables sobre los hechos que serán
juzgados, 12) de una justicia reducida a los jueces a una
comprensible y atenta al campo de sus auxiliares, 13) de
una justicia sólo preocupada por lo que ocurrió a una
justicia abierta al futuro, 14) de un poder judicial carente
de capacidad jurídica a otro que en su ámbito cuente con
Anuario 2011
capacidad normativa, 15) de un poder judicial sin o con
escasa participación en su presupuesto a otro implicado en
su formulación, y finalmente, 16) de una débil a una fuerte
eficaz preocupación por la difusión de la jurisprudencia.65
65
Para el desarrollo de cada uno de esos tópicos véase Vigo, Rodolfo Luis, “Exigencias actuales para
el mejor juez”, Conferencia magistral impartida el 7 de marzo de 2011, en el Gran Salón Tabasco del
Hotel Hillton (Villa Hermosa, Tabasco), con motivo de la celebración del Día del Juzgador Mexicano,
disponible en línea.
66
Véase Ferrajoli, Luigi Garantismo y Derecho Penal. Un diálogo con Ferrajoli, México, Ubijus, 2010, p. 21.
la jurisdicción y de la independencia del poder judicial de los demás
poderes, legislativo y ejecutivo; aunque sean –o precisamente porque
son– poderes de mayoría. Lo sostiene así, precisamente porque los
derechos fundamentales sobre los que se asienta la democracia
sustancial están garantizados a todos y a cada uno de manera
incondicionada, incluso contra la mayoría, sirven para fundar, mejor
que el viejo dogma positivista de la sujeción a la ley, la independencia
del poder judicial, que está específicamente concebido para garantía de
los mismos.67 Por ello, es importante la labor de los jueces y el grado de
compromiso institucional y personal que sean capaces de desarrollar.
Por esta razón, queda claro que la dinámica que se avecina exige
que el nuevo operador jurídico incursione en un nuevo proyecto
paradigmático que modificará las lógicas escritas por lógicas y prácticas
que descansan en la oralidad como el motor del sistema. Además,
86 interpretará el Derecho no sólo como conjunto de normas jurídicas, sino
que al mismo tiempo lo hará parte activa de esa nueva obra colectiva de
principios, valores y reglas, que lo eleva por encima de la atávica creencia
de que la ley es la única, suprema y racional fuente del Derecho. De
subsistir estas deficiencias, provocarían daños concretos a los derechos
fundamentales de las personas imputadas y a la configuración del
sistema adversarial en su conjunto, cuyo desarrollo reclama que cada
actor cumpla su papel con profesionalismo y dedicación.
67
Véase una extensa explicación al respecto en Ferrajoli, Luigi, Derechos y garantías. La ley del más
débil, 4ª ed., Madrid, Trota, 2004.
68
MacLean, Roberto G., op. cit., nota. 41.
VIII. Consideraciones finales.
Como se pudo apreciar, la reforma del procedimiento penal en
Michoacán será un esfuerzo de largo plazo que requerirá del apoyo y
del compromiso de los actores del sistema e incluso de los usuarios.
Como todo cambio, la reforma afectará intereses creados, pero también
ofrecerá nuevas oportunidades para quienes decidan sumarse al
fascinante reto de mejorar nuestra justicia penal. La ruta no será fácil
y tendrán que enfrentarse obstáculos de considerable magnitud, los
cuales van desde la falta de recursos económicos hasta la persistencia
de una cultura jurídica sumamente tradicionalista y conservadora,
alérgica a cualquier cambio que suponga un esfuerzo de actualización
y de aprendizaje de nuevas rutinas profesionales.
Anuario 2011
penal es el único horizonte aceptable. Por lo tanto, hay que ser capaces
de elevar por un momento la mirada y tratar de vislumbrar el objetivo
al que debemos dirigirnos. Una vez que lo tengamos claro basta con
que miremos nuestra realidad actual. Esto deberá suministrarnos la
energía y el impulso necesarios para comenzar a andar lo antes posible.
Anuario 2011
BAYTELMAN ARONOWSKY, Andrés y Duce Jaime, Mauricio Litigación
Penal. Juicio Oral y Prueba, Santiago de Chile, Editado por la Universidad
Diego Portales, 2004, http://es.scribd.com/doc/21133542/Litigacion-
Penal-y-Juicio-Oral-Baytelman-Andres-y-Duce-Mauricio
BINDER, Alberto, et. al. Manual de Defensoría Penal Pública para América
Latina y el Caribe, Santiago, Chile, Centro de Estudios de Justicia de las
Américas (CEJA) y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), http://www.cejamericas.org/portal/index.php/es/biblioteca/
biblioteca-virtual/doc_details/3313-manual-de-defensoria-penal-
publica-para-america-latina-y-el-caribe
CARBONELL, Miguel y OCHOA Reza, Enrique, ¿Qué son y para qué sirven
los Juicios Orales?, 3ra ed., México, Porrúa, 2008.
DAZA GÓMEZ, et. al. Principios Generales del Juicio Oral Penal, México,
Flores Editor, 2006.
Anuario 2011
volII/DOXA21Vo.II_33.pdf