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(Mateo 7:13-14)
Fundamento Bíblico:
Mateo 7:13-14 RV60 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran por ella; (14) porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva
a la vida, y pocos son los que la hallan.
A tal punto que nos dice la misma Escritura que al Jesús terminar estas palabras, la gente se
admiraba de su doctrina.
Mateo 7:28-29 RV60 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; (29) porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
- La razón de quedar estupefactos se debía, nos dice el texto bíblico, a que Jesús enseñaba con
autoridad y no como los escribas.
Como nos dimos cuenta a lo largo del Sermón del Monte, Jesús confrontó la enseñanza amañada y
errónea de los escribas y fariseos.
Estos se detenían a explicar minucias, iban al detalle, a tal punto que olvidaban la enseñanza general
y beneficiosa. Por detenerse en minucias sin sentido quebrantaban el espíritu de la ley.
Aunque los escribas y fariseos tenían todo su sistema de interpretación bien constituido, ellos
interpretaban la Escritura de tal manera que finalmente su interpretación terminaba quebrantando la
misma.
Por el contrario, el Señor Jesús, siendo el mismo verbo encarnado, la Palabra hecho hombre, dio al
texto bíblico su sentido original y preciso.
Interpretó para el pueblo las Escrituras de tal manera que estas les quedaban claras.
Por primera vez alguien les exponía la Biblia de tal manera que la comprendían realmente y
quedaban con hambre y sed de Ella.
“Pero, pastor, la Biblia dice que la gente no entendía porque Él les hablaba por parábolas”.
Interpretándola dándole el sentido original que Dios quiso darle cuando la entregó en el Sinaí.
Jesús en el monte estaba interpretando lo que Dios en el monte había escrito en tablas de piedra.
- Los escribas y fariseos como hemos visto a lo largo de gran parte del Sermón del Monte,
cometían dos errores.
En esto fallaban porque nadie podrá ser justificado por Dios mediante las obras de la Ley.
Es decir, nadie podrá pararse delante de Dios y pretender que Dios lo acepte porque le ha obedecido.
Cuando el Señor Jesucristo empieza enseñando en su sermón las Bienaventuranzas, que son las
características de los ciudadanos del reino de los cielos, es decir, de los creyentes; una de las
características de los ciudadanos del reino de los cielos es que estos son pobres espiritualmente.
Un pobre espiritual es alguien que sabe que no puede justificarse delante de Dios por el cumplimiento
de la ley porque no puede cumplirla cabalmente. Siempre está quebrantándola en un punto o en
otro.
El pobre espiritual sabe que es incapaz de amar a Dios con todas sus fuerzas y amar al prójimo
como a sí mismo.
Por eso otra de las características que dio el Señor de los ciudadanos del reino de los cielos es que
lloran. Él Señor dijo: Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.
Lloran porque se saben impotentes. Lloran por la maldad que habita en ellos. No solo lloran por los
pecados que cometen, lloran y gimen por el pecado que mora en ellos.
Mientras que los escribas y fariseos estaban enseñando la justificación mediante las obras de la Ley,
el Señor estaba mostrando no solo la impotencia del hombre en poder cumplirla, sino que estaba
enseñando al mismo tiempo, la esperanza que tenían aquellos que se veían así mismos incapaces
de tan abrumadora tarea.
1. Así que, número uno, los escribas y fariseos pretendían justificarse delante de Dios por el cumplimiento
de la Ley, y esto era lo que enseñaban al pueblo.
2. Pero, número dos, al darse cuenta de su impotencia, caían en la hipocresía de mostrarse justos ante
los demás y se veían obligados a torcer la Ley para que esta se acomodara a su pecaminosidad.
Así, por ejemplo, ellos decían que estaba bien dar carta de repudio para abandonar a su mujer “legítimamente” y así
poder estar con otra mujer hasta que se cansaran de ella y dar a esta otra una carta de repudio y seguir así no solo
alimentando su lujuria sino quebrantando el mandamiento de no adulterar.
Conclusión: Los escribas y fariseos no solo enseñaban una justificación por las obras, sino que
descaradamente torcían la Ley de Dios llevando al pueblo a quebrantarla.
Por eso las personas estaban admiradas, atónitas, estupefactas, perplejas, maravilladas con su
enseñanza.
He mencionado esto no solo como un breve y parcial resumen de lo visto en el famoso Sermón
de la Montaña, sino porque si desligamos lo que viene a continuación, la conclusión del
Sermón, si la desligamos de esto que acabo de decir, probablemente caigamos en el error de
ver la salvación y la entrada al reino de Dios como un asunto de esfuerzo personal y de una
determinación de la voluntad.
Lo cual es una herejía.
- El Señor Jesucristo ya ha confrontado a sus oyentes con las enseñanzas torcidas de los
maestros que tenían, ahora ellos debían tomar una determinación,
Debían escoger entre la justicia imperfecta de los fariseos o la justicia perfecta expuesta por Jesús.
Mateo 7:13-14 RV60 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a
la perdición, y muchos son los que entran por ella; (14) porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que
lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
La forma griega en la que está escrita la palabra entrad, sugiere una acción urgente. A esta invitación
a entrar no se le puede dar larga.
Es como si el Señor dijera: “Entren, pero háganlo rápido, sin demorarse un instante más. No le den
más larga al asunto, ¡entren ya!”.
Pero no le señala ninguna puerta, usted no ve ninguna puerta cerca o ve muchas puertas.
La pregunta que usted le haría es: “¿Y cuál es la puerta?”, esa sería la pregunta más sensata.
- En el texto que tenemos, aparentemente Jesús no dice cuál es esa puerta, simplemente dice a
sus oyentes: “Entren por la puerta”.
Pero es un error pensar que Jesús les está invitando a entrar por una puerta que los oyentes no
saben cuál es.
Para ellos estaba completamente claro a qué tipo de puerta se refería Jesús, es por eso que ante la
invitación Él no entra en detalles.
Tendrán que elegir entre entrar por la puerta de la justicia de los fariseos o la puerta de la
justicia que Él les acaba de exponer.
La puerta de la justicia de los fariseos es amplia, tan amplia como el conjunto de todas las religiones
presentes, tan amplia como todas las cosmovisiones existentes.
Esta puerta es amplia, su camino es ancho, y muchos entran por ella. La multitud entra por ella
porque es una puerta hecha al antojo y gusto de cada quien.
A menos que sea alguien que dice no creer en el cielo o en el infierno, te responderán:
“Para el cielo”,
“¿Por qué?”,
Les dices tú.
Las respuestas serán tan amplias como lo son las opiniones que ellos mismos u otros les han
formado.
Por lo general estas opiniones están formadas por el tipo de justicia que tienen en mente.
- Los fariseos se inventaron su propia justicia pensando que así Dios los aceptaría.
Las personas allá afuera e incluso muchas que están aquí el día de hoy también se han formado en
su cabeza el tipo de justicia que a Dios le agrada.
Las personas practican todo tipo de religión porque creen que eso agradará a Dios.
Esta puerta de la justicia propia, llámese como se llame, es amplia, adquiere muchos nombres,
muchos matices, es incluyente no excluyente, por eso muchos entran por esta puerta y transitan por
este camino, pero su final es un camino de muerte, de destrucción, de desdicha, de desesperanza,
de castigo eterno.
Proverbios 14:12 RV60 Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.
“Con tal de que yo no sea tan malo como otros Dios me acepta”,
+ Este es un concepto propio muy común que tienen las personas de la justicia que Dios exige.
+ Para ellos, esta es la puerta que les conducirá al cielo.
+ Pero su fin es, realmente, camino de muerte.
Los fariseos impusieron su propia justicia, esta era la puerta de ellos, lo cual los conducía por un
camino muy amplio, un camino que no les dificultaba su manera de vivir.
Este tipo de justicia, esta puerta, les permitía a ellos quebrantar la Ley de Dios aplacando sus
conciencias.
- La puerta a la que Jesús les invitaba a entrar era la justicia que Él les venía exponiendo a lo largo
del Sermón del Monte.
Aquella justicia perfecta, sin defecto. Una justicia que se conformaba externamente a la Ley de Dios,
pero que, además, procedía de unas motivaciones correctas.
En ningún momento Jesús pretendió que sus discípulos cumplieran la justicia perfectamente para
ser aceptados y admitidos por Dios a su reino, pues Él mismo dijo que son los pobres en espíritu
quienes son admitidos.
Aquellos que saben que no tienen justicia propia y que tampoco se la pueden labrar por ellos mismos.
Sino que necesitan que Dios se compadezca de ellos, les muestre su gracia y su misericordia, de lo
contrario estarían perdidos.
+ Esta puerta es angosta porque solo se admite la justicia de uno solo: de Jesucristo.
+ No hay lugar para la justicia de otro,
+ Porque toda justicia del hombre es chueca y está manchada por el pecado.
- En este Sermón del Monte, si bien es cierto que Jesús no habló explícitamente de la necesidad
de su sacrifico en la cruz y de su vida perfecta como sustitución y representación por el pecador
perdido, cuando Él les señaló a ellos las demandas de Dios y volvió a poner a la Ley en su lugar,
en un lugar muy alto, de donde los fariseos pretendieron bajarla, les estaba recordando a ellos
el propósito por el que fue dada la Ley y el porqué de la necesidad de los sacrificios de los
corderos, pues estos hablaban al pueblo de su incapacidad, de la paga del pecado, de la
perfección, justicia y santidad de Dios, y del Mesías prometido para la salvación del pueblo.
Juan 10:9 RV60 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Pero no dijo solamente que era la puerta, también dijo que era el camino:
Juan 14:5-6 RV60 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? (6)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Esta puerta y este camino que es Jesús es angosto porque no hay otro. Solo Él es la puerta y el
camino al Padre.
La justicia perfecta que exige el Padre solo fue obedecida externa e internamente por Jesús.
Y solo Él pudo cargar con las demandas del castigo de infringir la santa Ley.
- Esa puerta y ese camino es angosto porque allí no se acepta a nadie en masa, se entra de uno
en uno, y no se puede entrar ni transitar por él con justicias propias, no hay espacio para estas.
Esta puerta y este camino es angosto porque no hay espacio para opiniones ni creencias personales.
- Cuando en el evangelio de Juan vemos enfáticamente que Jesús se muestra como la puerta,
vemos que ahí dice claramente que entregará su vida, es decir, que morirá.
- Pero es en el evangelio de Juan donde entendemos lo dicho en el Monte respecto a que son
pocos los que hallan esta puerta y entran por ella y transitan por este camino.
Cuando Jesús declaró su muerte en sacrificio por sus ovejas, para la mayoría del pueblo fue
inaceptable, y al día de hoy para la multitud resulta inaceptable también o bien que un Dios bueno
envíe a su Hijo a morir, o que Dios hecho hombre tenga que morir para pagar los pecados de otros,
entre otras ideas humanas y erradas.
Juan 10:9-11,14,15,17,18 RV60 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará
pastos. (10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que
la tengan en abundancia. (11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. (14) Yo soy el buen
pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, (15) así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre;
y pongo mi vida por las ovejas. (17) Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. (18)
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a
tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
- Quizá muchos piensen que esta enseñanza fue aceptada fácilmente por el pueblo. Pero Jesús
dijo que pocos hallan y entran por esta puerta.
Para el pueblo era inconcebible que el Mesías muriera, ellos tenían otro concepto del Mesías.
Lo trágico es que las mismas Escrituras hablaban del Siervo sufriente, del Mesías herido por los
pecados de su pueblo.
Juan 10:19-20 RV60 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. (20) Muchos de ellos decían:
Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?
Si estaba escrito, y Jesús expresó lo dicho ya en el Antiguo Testamento, ¿por qué lo consideraron
como un endemoniado y lunático?
Porque ver la puerta, ver que esta puerta es solo Jesucristo y nada ni nadie más, entender que solo
por su vida y muerte tenemos acceso al Padre, es algo que la naturaleza caída no puede aceptar,
no puede percibir.
- El hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios.
- Esta puerta y este camino, que es Cristo, es angosto porque allí la vida se rige no por las
opiniones ni los deseos propios, sino que la vida del que entra y transita está guiada y dirigida
por el Espíritu de Dios a través de su Palabra, no de los pareceres ni sentires y sentimientos o
pálpitos del peregrino.
Aquí no es el peregrino el que decide que está bien o que está mal; cómo debe vivir y actuar,
Sino que el peregrino se rige por las demandas de su Rey.
Este camino es estrecho y no existe espacio en Él para desviarse a la izquierda o a la derecha, o
para vivir al antojo propio.
Esta puerta y este camino es angosto y pocos transitan por Él, pero esta puerta y este camino es el
único que conduce a la vida, a la verdadera vida.
Quienes han entrado y transitan por este camino saben que aparte de Él solo existe muerte.
En cambio, en este camino angosto, aunque en muchos momentos existen lágrimas,
Estas lágrimas están teñidas de consuelo.
Dos caminos y dos destinos, y todos nosotros hemos entrado por una de estas dos puertas,
Estamos en uno de estos dos caminos y nos dirigimos para uno de estos dos destinos.
Por ambas puertas no se puede entrar al mismo tiempo,
Si se entra por una se desecha la otra, y nos encaminamos por un solo camino con un solo destino.
- Permíteme decirte que es IMPOSIBLE entrar por la puerta estrecha y andar por el camino amplio.
Hoy en día muchos se engañan pensando que pueden descansar en la justicia de Cristo, decir que
tienen fe en Él, pero vivir sus vidas alejados de un caminar justo conforme a la Ley de Dios.
Como si esta fe sirviera de algo.
La misma Biblia llama a esta fe, en la carta de Santiago, una fe muerte que no sirve para nada, no
sirve para salvar a nadie.
Santiago 2:17-20 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. (18) Pero alguno dirá: Tú tienes fe,
y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. (19) Tú crees que Dios es
uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. (20) ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin
obras es muerta?
- Esto NO SIGNIFICA que entremos por la puerta que es la justicia de Cristo y que de ahí en
adelante para mantenernos en el camino que conduce a la vida dependamos de nuestras
justicias y de nuestro comportamiento.
Esto sería un peligro inmenso afirmarlo porque es una mentira del diablo.
Aquel que entra por la puerta que es Jesús no puede salir de esa puerta para perderse,
Aquel que entra por la puerta que es Cristo está seguro para siempre en las manos del Redentor.
Pero aquel que realmente entra por esta puerta se identificará con una caminar como el de Jesús,
el cual obedecía a su Padre.
Si hemos entrado por la puerta de la justicia de Cristo, a medida que caminamos este camino, más
nos parecemos a Jesús.
Nuestro carácter, se va asemejando al de Él; nuestras acciones, se van conformando a las suyas.
Si decimos que hemos entrado por esta puerta, nuestro caminar nos lo confirmará o nos
desmentirá.
Eso se llama arrepentimiento. Y has de entrar por fe y seguir el camino por fe, y si esa fe es real, es
una fe que se someterá de corazón al camino impuesto por Dios.
Creyente nominal que llevas muchos años sentado en las bancas de las iglesias,
Te engañas.
+ ¿El destino al cual te diriges no te hace temer y buscar el perdón y la misericordia de Dios en
Cristo?
Vayamos a diario a las Escrituras para conocer cuál es la voluntad de Dios y luego, en nuestro diario
caminar comprobar que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.
No el mal uso que le daban los escribas y fariseos, sino el uso legítimo de esta: mostrarnos cuán
pecadores somos, cuán necesitado de la gracia de Dios estamos, ver la necesidad de nuestro
Redentor y una vez conociendo esto saber que esa Ley nos traza el camino que hemos de caminar.