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Abstract
Los sedimentos del Eoceno al Oligoceno de la Cuenca del Oriente ecuatoriano registran
dos tipos de respuesta estratigráfica de segundo orden a la evolución tectónica. El
Eoceno Inferior muestra evidencias de depósitos sintectónicos a escala local. Esta
actividad tectónica puede relacionarse con los movimientos convergentes laterales
derechos que invierten estructuras extensionales pre cretácicas . Los sedimentos del
Eoceno superior y el Oligoceno se integran como la expresión de un rebote isostático
que caracteriza una deposición sintectónico a escala de la cuenca. Esta respuesta se
evidencia por una arquitectura recíproca de las secuencias de depósito identificadas en
las formaciones sedimentarias. Estos datos nos han permitido proponer un nuevo
modelo geodinámico para la evolución del Paleógeno de la Cuenca de Oriente. D 2002
Elsevier Science B.V.
1. Introducción
La Cuenca del Oriente de Ecuador (Fig. 1) (Dashwood y Abbots, 1990) forma parte del
sistema de cuencas de tierras retro arco, subandinas (Marksteiner y Aleman, 1997), que
consiste en la zona real (Cuenca de Oriente) y la Zona Subandina. (Levantamientos de
Napo y Cutucu) entre la cuenca del Putumayo de Colombia y la cuenca de Maran en
Perú.
2. Marco geológico.
2.1. Ajustes estructurales
Las principales zonas de falla de desgarre orientada a NNE-SSW (Baby et al., 1998,
1999) (Fig. 1), que corresponden a sistemas extensos invertidos del Triásico y Jurásico,
se pueden rastrear a través de la Cuenca de Oriente. Las características estructurales
principales corresponden a estructuras de flores positivas (Harding, 1985) que se
desarrollaron a lo largo de tres zonas transpresivas del lado derecho NNE-SSW. (1) En
la parte occidental, la Zona Subandina, que actualmente está activa de forma sísmica y
volcánica (en el Levantamiento de Napo) activa, alberga dos estructuras positivas NNW-
SSE en el escalón (Napo Uplift y Cutucu ´ Uplift) (Fig. 1). (2) En el centro de la cuenca,
el Corredor SachaShushufindi invierte una tendencia NNE-SSW de Triásico Superior a
grabens Jurásico Inferior (Christophoul, 1999). (3) En la parte oriental de la cuenca, el
Sistema Invertido Capiro ´n-Tiputini se generó mediante la inversión de semi-grabens
del Jurásico Superior. Desde el Jurásico superior al basal, los sedimentos volcánicos y
cretáceos, o la Formación de Hollin Albiano Hollin-Aptiano sellaron los restos de las
estructuras extensionales del Corredor Sacha-Shushufindi y el Sistema Invertido de
Capiro ´n-Tiputini.
Los datos de reflexión sísmica revelan una sedimentación sintectónica, que registra tres
períodos de inversión (Turonian-Maastrichtiano; Eoceno temprano; Plioceno-
Cuaternario) en un contexto convergente lateral derecho (Baby et al., 1998, 1999). La
zona de falla de la llave de Sacha-Shushufindi se formó principalmente entre el Turonian
y el Maastrichtiano, mientras que el Sistema Invertido Capiro ´n-Tiputini es
principalmente de edad Eocena. La Zona Subandina se desarrolló durante el Plioceno
y el Cuaternario (Babyetal., 1999). La inversión Turonio-Maastrichtiana es
contemporánea con un evento volcánico bajo la Cuenca de Oriente, que generó cuerpos
magmáticos dentro de una zona de llave lateral derecha en el Corredor Sacha
Shushufindi (Barraga ny Baby, 1999).
2.2. Estratigrafía Eoceno-Oligoceno
El análisis secuencial del registro de pozos (Guillocheau, 1995; Serra, 1986) sugiere
que la Orteguaza Fm. se compone de dos ciclos de regresión-regresión (fig. 6). Los
sistemas de depósito se identifican por el patrón cambiante de las curvas Gamma Ray
y Sonic. Debido a sus propiedades, estas herramientas indican depósitos shaly y no
sanos (rayos gamma) y depósitos porosos y no porosos (Sonic). La primera tendencia
transgresora (Fig. 6) comienza en la parte superior de Upper Tiyuyacu Mb. (controlado
por litología) donde ubicamos una Superficie de Transgresión. Esta tendencia termina
en el punto de mayor convergencia de las curvas (lo que indica sedimentos de baja
porosidad y de poca altura). Este punto corresponde a la Superficie de Inundación
Máxima. Hasta este punto identificamos una tendencia regresiva. Desde el punto de
convergencia de las curvas hasta la parte superior, las curvas son divergentes. La
divergencia es primero lenta y se vuelve más aguda en la parte superior. Este cambio
en la intensidad de la divergencia se interpreta como una aceleración de la progradación
y se interpreta como un límite de secuencia (Guillocheau, 1995; Vail et al., 1991). Más
arriba, las curvas cambian y se vuelven convergentes. El punto de inflexión corresponde
al punto más alto de regresión. Corresponde a una superficie de Transgresión. Sobre
esta superficie de transgresión, las curvas convergen a una Superficie de Inundación
Máxima, correspondiente al máximo de transgresión del segundo ciclo. Ligeramente
arriba, un giro hacia la izquierda de la curva de rayos gamma indica el límite de
secuencia y la emersión final en la cuenca. Estos dos ciclos de transgresión-regresión
se pueden considerar como secuencias de depósito de tercer orden (Vail et al., 1991).
Sin embargo, la falta de edades de depósito precisas impide que se atribuyan a una
secuencia particular de tercer orden de Hardenbol et al. (1998) escala de tiempo.
La base de la Chalcana Fm. corresponde a una discordancia (superficie de progradación
de una secuencia de tercer orden) y consiste en depósitos fluviales de grano fino (Fig.
7). Los sedimentos son bioturbados y exhiben lodos enraizados, sedimentos y areniscas
fangosas laminadas, yeso y características pedogénicas. Corresponden a las litofacies
de Fl, Fsm, Fm, Fr y P (Miall, 1996) y representan depósitos en la parte superior de un
banco y de inundación en un entorno de llanura aluvial. Fueron depositados en la llanura
de inundación relacionada con canales asimétricos de un kilómetro de ancho y su relleno
se ha identificado en secciones sísmicas (Rosero Revelo, 1999).
Las isopacas (Fig. 8) revelan un grosor de secuencia que varía entre 20 y 450 m. Se
pueden reconocer dos zonas de bajo espesor sedimentario en la Zona Subandina
(determinada por datos de afloramiento) y en la parte oriental de la Cuenca de Oriente.
Un depoaxis de 10 huelgas al norte se ve claramente entre estas dos zonas. Se pueden
identificar dos depocentros dentro de este depoaxis: un depocentro en el norte
corresponde a la parte norte del corredor Sacha-Shushufindi, y un depocentro también
se ve en el centro sur de la cuenca. La relación de sedimento grueso / fino para el
Tiyuyacu inferior Mb. (Fig. 9) muestra el reparto de la acumulación de sedimento grueso
en la cuenca. Se observan las dos trincheras de sedimentos gruesos con una huelga
N135: una trinchera se extiende desde la Cuenca del Putumayo, y una segunda
trinchera se encuentra más al sur, paralela a la primera. Estas huelgas son diferentes
de las principales huelgas estructurales regionales (N20), y por lo tanto, el Bajo Tiyuyacu
Mb. el sistema sedimentario probablemente no esté relacionado con la erosión
identificada entre los Tiyuyacu Mb inferior y superior. Es importante tener en cuenta que
el proceso de interpolación ha generado contornos en toda la región suroeste de la
cuenca donde se encuentra el Mb inferior de Tiyuyacu. Ha sido completamente
erosionado. Por lo tanto, se han generado artefactos de interpolación y los isópacos en
el suroeste deben ser tratados con precaución. Isopach mapa sobre el Alto Tiyuyacu
Mb. y Orteguaza Fm. (Fig. 10) muestra un depocentro ubicado más en el sureste y un
depoaxis con una huelga N10 ubicada en la parte central oriental de la cuenca
La base del Oligoceno (Orteguaza Fm. Base) corresponde a una reducción de la exhumación en
la Cordillera Real (Spikings et al., 2000). Según Delfaud et al. (1999), quienes reconocieron la
asociación de arcilla característica de una etapa climática de baja altitud en las cuencas del
antebrazo, la Cordillera Real estaba por debajo de los 1000 m de altura y, en su mayoría, estaba
erosionada. Esta reducción de la exhumación y la reducción del volumen de roca potencialmente
erosionable corresponde, al final de Fm de Tiyuyacu. y durante la sedimentación de Orteguaza
en la Cuenca del Oriente, a la reducción progresiva de la granulometría media de los depósitos
fluviales. La reducción de las tasas de sedimentación y la flexión de la placa en la parte occidental
de la Cuenca de Oriente proporcionó suficiente espacio de alojamiento para que se produjera
una transgresión marina desde el norte (Cuenca del Putumayo) y el Sur (Cuenca Maran ˜on), lo
que se refleja en la plataforma marina y Depósitos costeros de la Fm Orteguaza. Rocas de
orteguaza fm. están organizados en dos secuencias de tercer orden, cuyo origen no puede
relacionarse con un evento tectónico particular o un cambio en el nivel del mar. El final del
reajuste isostático (Oligoceno superior) corresponde a la emersión de la cuenca expresada por
los depósitos fluviales finos progresivos de Chalmana Fm. Corresponde a un período de
inactividad tectónica consistente con una tasa de exhumación muy baja en la Cordillera Real
(Spikings et al., 2000).
6. Conclusiones
Los sedimentos de la Cuenca de Oriente desde el Eoceno hasta el Oligoceno registran
dos tipos de respuesta a un evento tectónico importante. La respuesta inicial ocurrió
durante el Eoceno temprano y corresponde a la deposición del Mb inferior de Tiyuyacu.
Los análisis de seguimiento de fisión muestran que la Cordillera Proto-Andina estaba
siendo exhumada a una tasa alta durante el Eoceno Inferior (Spikings et al., 2000).
Además, las líneas sísmicas revelan el desarrollo de estructuras de deslizamiento de
impacto del Eoceno Inferior en la Cuenca de Oriente. Los estratos de crecimiento
relacionados con estas estructuras florales crearon depocentros locales de segundo
orden. Las variaciones topográficas entre bloques limitados por fallas causaron que el
espacio de alojamiento aumentara en ambos lados de las estructuras florales en
desarrollo durante estos eventos transpresivos locales. Sin embargo, el espacio de
alojamiento no aumentó por la respuesta de flexión de la placa continental a la carga
orogénica creciente. Considerando el rango de tiempo involucrado en estos estratos de
crecimiento, las secuencias de deposición correspondientes son secuencias de
segundo orden impulsadas tectónicamente (Vail et al., 1991; Guillocheau, 1995). El
segundo tipo de respuesta corresponde a la parte superior de Tiyuyacu Mb. – Orteguaza
Fm. – Chalcana Fm. ciclo, que implica la respuesta de los sedimentos a un fenómeno a
escala de cuenca. La arquitectura recíproca (Catuneanu et al., 1997) del registro
estratigráfico en las secuencias de depósito de segundo orden sugiere que la flexión
litosférica, seguida por un reajuste isostático, es causada por un cambio geográfico
pequeño pero significativo de depocentros sucesivos. Esta interpretación está
respaldada por la historia de la exhumación en la Cordillera (Spikings et al., 2000) y la
cuantificación del levantamiento (Delfaud et al., 1999). Proporciona una explicación para
el inicio de un centro de segundo orden regional. Estos dos tipos de respuestas generan
dos etapas distintas en la evolución de la Cordillera Real y la Cuenca de Oriente. La
respuesta local corresponde a los vectores de tensión cambiantes en la zona de
convergencia debido a la acumulación de Pin ˜ Fm. La cepa se distribuye en la Cordillera
Real o en la Cuenca de Oriente. La respuesta estratigráfica regional se caracteriza por
una quiescencia tectónica después del evento tectónico durante el Eoceno temprano.
La sedimentación en la Cuenca de Oriente está registrando el reajuste isostático, que
es la consecuencia de las variaciones en la carga orogénica en desarrollo.