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EN EL CODIGO CIVIL
Comentario
Guillermo Lohmann Luca de Tena
El precepto 664 bajo análisis señala que las pretensiones a que se refiere son
imprescriptibles. Es correcto el plural, porque, como hemos visto, el ancho
concepto de petición de herencia regulado por este artículo cobija tres
reclamos: (a) el genuino de petición de herencia, que es pura invocación de
derecho a heredar; (b) el del contenido de la herencia por quien ya es
heredero; y (c) el de impugnación de preterición testamentaria o judicial. Lo que
en cambio no me parece correcto, aunque admito que el tema es discutible, es
que las tres pretensiones deban tener el mismo tratamiento en lo que a
prescripción concierne.
Tal como veo las cosas, el único supuesto en el que verdaderamente cabe la
imprescriptibilidad es el referido bajo el literal (b) cuando se trate de bienes
sobre los cuales puede haber genuino derecho real de propiedad, porque el
reclamo lo formula quien ya tiene título jurídico firme sobre la herencia (y por lo
tanto sobre los elementos patrimoniales), siendo de aplicación supletoria la
regla de imprescriptibilidad entre copropietarios (artículo 985 C.C.).
Incluso en este caso en que se tenga título firme de heredero, hay que hacer
precisiones en función de cuál sea el contenido de la herencia, es decir, de
cuáles sean los elementos que la componen. Porque si la masa no está
constituida por bienes sobre los cuales pueda recaer derecho real de propiedad
y sobre los cuales, por tanto, no hay copropiedad en sentido estricto,
ciertamente no se aplica la regla del artículo 985, que es una excepción a la
general de prescripción, que no niega la posibilidad de que prescriban otros
derechos distintos a los de propiedad, aunque sea entre cotitulares. Asumamos
que la masa sucesoria esté mayoritariamente compuesta de derechos de
crédito que el causante tenía contra terceros y que los ha cobrado
íntegramente uno de los herederos, y no el otro. Supongamos que el heredero
que los cobró entregó al deudor los recibos, en cuyo caso el deudor hizo un
pago válido (artículos 1225 y 1226 C.C.), quedando extinguida la obligación.
Pues bien, es claro que el otro heredero no solo no tendrá derecho alguno
contra el ex deudor, sino que su reclamo contra el coheredero sí puede
prescribir.
JURISPRUDENCIA
La acción reivindicatoria procede contra el tercero que, sin buena fe, adquiere
los bienes hereditarios por efecto de contratos a título oneroso celebrados por
el heredero aparente que entró en posesión de ellos.
Si se trata de bienes registrados, la buena fe del adquirente se presume si,
antes de la celebración del contrato, hubiera estado debidamente inscrito, en el
registro respectivo, el título que amparaba al heredero aparente y la trasmisión
de dominio en su favor, y no hubiera anotada demanda ni medida precautoria
que afecte los derechos inscritos. En los demás casos, el heredero verdadero
tiene el derecho de reivindicar el bien hereditario contra quien lo posea a título
gratuito o sin título.
Comentario
Guillermo Lohmann Luca de Tena
A poco que se piense, estas normas 665 y 666 nada conciernen a la petición
de herencia porque no aluden al reclamo de posición sucesoria discutida y
consiguiente pretensión del caudal hereditario que se dirige contra quien, total
o parcialmente, lo tiene como sucesor. Antes bien, son normas que respectan
al reclamo de bienes concretos que el heredero formula contra un tercero
carente de título sucesorio que los ha adquirido de un sucesor aparente, o que
los tiene sin título. Por lo mismo, estos artículos regulan derechos que son
inherentes a todo propietario. Y el heredero no cabe duda que lo es, porque
mortis causa y por disposición testamentaria o declaración judicial ha adquirido
tal cualidad, y corolario de ello se le ha transferido el contenido de lo que
compone la herencia.
JURISPRUDENCIA
"La interpretación correcta del artículo 665 del Código Civil es que la acción de
reivindicación de herencia es imprescriptible, y participa de igual naturaleza que
la acción de reivindicación normada por el artículo 927 del mismo Código"
(Cas. N° 1967-T-96-Lima, El Peruano, 16103/98, p. 547).
Comentario
Guillermo Lohmann Luca de Tena
En uno y otro caso, como la recuperación del bien ya no procede por haberlo
adquirido un tercero de buen fe y a título oneroso, la ley impone al enajenante
la obligación de restituir al verdadero de heredero con un monto equivalente al
del enriquecimiento del primero, que no necesariamente equivale a
empobrecimiento del segundo, puesto que la norma habla de precio de
transferencia, no de valor del bien.
JURISPRUDENCIA
"Los bienes transferidos por el heredero aparente o por uno de los coherederos
a favor de terceros, en el caso de que no se puedan reivindicar, no son materia
de división y partición; sin embargo, el poseedor de esos bienes hereditarios,
dentro de los cuales debe incluirse al sucesor aparente o al coheredero, está
obligado a restituir la totalidad o parte del precio al heredero perjudicado, a
tener de lo dispuesto en el artículo 666 del Código Civil"
(Cas. N° 793-99, El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria, p.
240).