La naturaleza ha sido utilizada e interpretada de diferentes maneras a
través de la historia, esto se refleja en diferentes obras de arte que nos ilustran de qué manera van mostrándonos la naturaleza y el simbolismo detrás de ella. Por ejemplo, nos remontamos a la época del romanticismo en el siglo XVIII con la pintura de “el caminante sobre el mar de nubes” por Caspar David Friedrich en donde vemos una naturaleza con símbolo de terror, esto pues representa el miedo del hombre hacia una oscuridad o una nevada solitaria.
En contraste tenemos que también se ha considerado a la naturaleza
como algo sublime en donde los artistas han tenido que estudiar la naturaleza para así plasmarlo en sus pinturas y ya formar un paisaje; por ejemplo la pintura de “La caída de Ícaro” por Pieter Brueghel el Viejo donde podemos apreciar mejor el protagonismo de la naturaleza y lo sublime de su paisaje, así bien Ícaro se tiene que buscar detalladamente puesto que la pintura refleja varios puntos que llaman la atención a la vista como la estética de la naturaleza.
Estos artistas comenzaron a estudiar la naturaleza y empezaron a
encontrar simbologías y metáforas que les dieron a las pinturas significados profundos y reflexivos como el caso de los ríos, en donde se toma como metáfora del tiempo, puesto que según su propiedad de fluidez va cambiando, así como el ser humano a través del tiempo. Este efecto nos da características del autor, lo que lo inspiró, la época en la que realizó la obra, sus sentimientos y lo que quiere transmitir. Así pues, surgió la necesidad de construir cuerpos que generan poder para desafiar a la naturaleza, como por ejemplo la sombrilla que fue una forma de estar por debajo del agua “Las vacaciones de Hegel” por René Magritte y se empezó a dar la domesticación de la naturaleza por medio de puentes, acueductos, fuentes, piscinas. Esto dio lugar la fabricación de paisajes, pero de forma no natural.
Asi mismo se empezó a destruir la naturaleza; construyendo grandes
edificaciones, contaminación y trajo como consecuencia la aparición de epidemias y pestes que acabaron con gran parte de la población.
Este pensamiento fue incrementando a través del tiempo, según
Spinoza creemos que “los dientes están hechos para mascar, las hiervas y animales para servir de alimento y el sol está hecho para alumbrar” ya no se consideraba a la naturaleza como algo que debía ser idolatrado y respetado, sino que estaba a utilidad del hombre, se ve reflejado entonces el antropocentrismo del hombre y su afán por sacarle provecho a todo sin importar su real esencia.
El hombre todo lo va acomodando a su conveniencia cuando según
Spinoza “el hombre hace parte del mundo natural y no tiene ninguna prerrogativa para establecer un “imperio” independiente” dando a entender que el ser humano todo lo quiere conocer, poseer y dominar cuando también somos simples mortales que hacen parte de lo natural.
Pero no todos los seres humanos presentan este pensamiento; hay
quienes si disfrutan de lo natural que les resulta erróneo ocupar todo el tiempo del presente en vivir ajetreados con cosas que no le aportan a su tranquilidad en donde eventualmente si miran al pasado llegan a arrepentirse de lo que vivieron. Este concepto aparece en “Sobre la brevedad de la vida” de Seneca. Según este texto los que viven ajetreados con el afán de cumplir con sus ambiciones no deberían ser criticados sino instruidos, para que tengan una nueva oportunidad de dedicar el tiempo que pasa muy rápido en recorrer todas las etapas de su propia vida.
Lo que debería definir al hombre es la razón y no las pasiones. Cuando
nos dejamos llevar por las pasiones estamos predispuestos a cometer errores que nos llevan a arrepentimientos, como por ejemplo la ambición por tener poder, el simbolismo de las cosas materiales que representan éxito cuando este concepto trasciende a algo más significativo y espiritual. Esto hace que el hombre crea que puede formar “un imperio sobre otro imperio”
Poco a poco fueron surgiendo ideas como “pensamiento ambiental” que
se acercaron a conceptos que hoy en día están presentes en ciencias como la Ecología. Esto se da en pensadores y filosófos que consideran que la naturaleza debe ser respetada y no clasificada según su utilidad para el hombre que no tiene ningún poder, ni es superior a lo que el hombre llamó “cosas”.
Cabe resaltar las obras de arte que resultan asombrosas en donde
representan a la naturaleza en forma de paisajes, animales y otros elementos que hicieron que ésta cobrara fuerza y recuperase admiración y respeto a pesar de pensamientos humanos como los ambiciosos, los atareados, los adictos a las pasiones y demás que llevaron a la naturaleza a considerarse como un “recurso de cosas” que puede ser utilizada y deshechada en cualquier circunstancia.