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La basílica de San Pedro de Roma

La construcción paleocristiana

La antigua Basílica de San Pedro estaba ubicada en el


actual emplazamiento de la actual.
En el Concilio de Nicea del 325 se sugirió la posibilidad de
honrar al fundador de la Iglesia con una basílica bajo su
advocación.
Se eligió como ubicación la sepultura del apóstol San Pedro
situada en una vasta necrópolis junto al antiguo circo de
Nerón, a los pies de una de las colinas de Roma.
La basílica, creada a instancias del propio Emperador
Constantino, adoptó la tipología típica de la época heredera
de las antiguas basílicas romanas.
Se conocen las características de la antigua edificación
gracias a las fuentes históricas, literarias y arqueológicas.
Junto a la basílica se construyeron dos templos circulares
usados como martyria
Planta de la antigua Basílica paleocristiana de San Pedro
Circo de Nerón
Planta de la antigua
Basílica paleocristiana
De San Pedro
Grabado de la antigua
Basílica paleocristiana
De San Pedro hacia 1450
Maqueta en madera de la
Basílica paleocristiana
De San Pedro
La nueva basílica de San Pedro
Primeras decisiones
El Papa Nicolás V(1447-1455) fue el primero que contempló la
idea de realizar una reconstrucción integral de San Pedro.
Mantuvo conversaciones sobre el tema con Leon Battista Alberti y
con el arquitecto Bernardino Rosellino.
Al segundo le fue encargado tanto la ampliación del ábside como la
del transepto pero la caida de Constantinopla y el fallecimiento del
Pontifice interrumpieron el proceso.
El Papa Julio II (1503-1513) diseñó un amplio programa de
reformas en el recinto perimetral del Vaticano para transformarla
en una ciudad moderna.
En el año 1506 el Papa convocó un concurso y aceptó los planes de
Bramante, uno de los arquitectos más famosos de su tiempo.
Para tal fin se inició la demolición de la antigua basílica y se
comenzó la construcción de una iglesia de plata de cruz griega con
cúpula, como símbolo del Cosmos e inspirada, según algunos, en el
Panteón de Roma.
Planta del proyecto
Del templo en forma de
cruz griega de Bramante
Reconstrucción
Hipotética de
San Pedro según
Bramante (1505)
Julio II no confiaba demasiado en las propuestas de Bramante y
decidió consultar a otro de los ingenieros y arquitectos más
reputados de la época: Giuliano da Sangallo.
Este ideólogo presentó un proyecto que Bramante revisó con
atención.
Una de las decisiones que tomó Bramante fue alterar su proyecto
inicial en 1506, tal y como aparece en la siguiente imagen.
En el año 1511 se completaron los cuatro arcos de la cúpula
gracias a la venta de indulgencias.
Reconstrucción
Hipotética de
San Pedro según
Bramante (1506)
Planta de San Pedro de El Vaticano
Bramante
Proyecto inicial
La primitiva basílica paleocristiana
fue construida en el año 330
sobre el antiguo circo de
Nerón
Julio II ordenó su demolición y la erección
De una construcción nueva
Tambor y linterna rodeadas
Para contrarrestar
de columnata
empujes coloca cúpulas
menores en las diagonales

En el crucero, sobre gruesos pilares


arrancan las pechinas que sostienen
estilizado tambor, el cual recibe el peso
de la cúpula semiesférica coronada de linterna
Los extremos de
los brazos se cierran Planta centralizada (cruz
con ábsides semicilíndricos griega inscrita en un cuadrado)

40 m.
con puertas orientadas a los
cuatro puntos cardinales
sin primar ninguna de las
cuatro entradas

Brazos cubiertos con


bóveda de cañón
Esquinas con torres
cuadradas de cuatro
pisos escalonados
El diseño arquitectónico de Bramante
Julio II decidió unir a la vieja nave paleocristiana los 3 brazos de un coro y un transepto
con el objetivo de colocar una cúpula y renovar la visión de la planta central.
En 1505 Bramante decidió integrar el coro en un cuerpo longitudinal, alargar el diámetro
de la cúpula y colocar justo en el centro de esta la tumba de San Pedro.
En un segundo momento Bramante ideó la construcción de una nueva planta de cruz
griega inscrita en un cuadrado cubierta con cinco cúpulas.
Se trataba de una planta centralizada, en consonancia con los nuevos tiempos, que
ocupaba el crucero, rodeada de pequeñas cúpulas dispuestas en los ángulos
Bramante adoptó como referente la planta arquetípica bizantina, en la que quiso destacar
los empujes laterales de la cúpula y la ligereza del complejo arquitectónico.
La cúpula, en este sentido, debe considerarse como el elemento clave de la construcción, y
en torno a ella se articulaban cuatro grandes pilares que comenzaron a edificarse todavía
en vida de Bramante.
Los expertos han señalado que el edificio ideado por el italiano debe adoptar la
denominación de “à quincunx”, puesto que había sido concebido a partir de una cruz
griega rodeada de otras cuatro cruces griegas más pequeñas dispuestas simétricamente
junto a una gran cúpula central.
A la muerte de Bramante en 1514 solo se habían realizado 4 grandes pilares centrales y
los arcos de sujeción, una construcción que condicionó el resto de las intervenciones
posteriores.
El proyecto después de la muerte de Bramante

Fra Giocondo da Verona (autor de una edición crítica de Vitrubio), Giuliano da


Sangallo y Rafael de Urbino se hicieron cargo de las obras a la muerte de
Bramante.
Rafael estaba decidido a modificar el diseño de la planta y convertirla en una
estructura de cruz latina, sin embargo, su temprana muerte en el año 1520
truncó sus ideas.
El continuador del proyecto designado por el pontífice fue Antonio da Sangallo,
sobrino de Giuliano, que trabajo codo con codo con Rafael desde 1516 a 1519.
Rafael presentó el proyecto con cruz latina que no gustó a su ayudante,
Antonio.
León X trató de mediar entre ambos artistas y promovió la aprobación de un
tercer proyecto que podríamos describir como una síntesis de las aportaciones
de Bramante, Rafael y Antonio da Sangallo.
Esta confrontación no influyó en el proceso de construcción dado que lo que se
buscaba era tomar una decisión respecto a la erección del cuerpo longitudinal
del templo.
A la muerte de Rafael, Antonio da Sangallo modifica ligeramente el proyecto
de concordia.
La intervención de Antonio da Sangallo

A la muerte de León X, Clemente VII le sucede como Papa en el año 1523. Por desgracia el saqueo de Roma
por parte de las tropas imperiales obliga a exiliarse al pontífice a su regreso decidió revisar el asunto.
Apoyó el nombramiento del arquitecto Baldassare Peruzzi como ayudante de Antonio da Sangallo, y la
decisión tomada por ambos de recuperar la cruz griega.
A la muerte de Clemente VII otro italiano, Pablo III le sucede en 1534.
Este Papa solicitó a Antonio da Sangallo el diseño de una maqueta en madera muy detallada del conjunto
eclesiástico valorada en 4000 escudos.
En ella el arquitecto trató de conjugar su idea de realizar una planta longitudinal con las pretensiones del
Papa de idear una central.
Antonio da Sangallo estableció que la nueva basílica debía ser el resultado de la yuxtaposición de tres
cuerpos: el primer cuerpo de planta central, el segundo cuerpo intermedio debía tener dos vestíbulos y otros
espacios no destinados al culto y el tercer cuerpo debía corresponder con la fachada.
Los tres cuerpos daban como resultado la ansiada planta longitudinal proyectada por Sangallo.
Algunos criticaron la excesiva verticalidad del modelo, muy medieval, de hecho tanto Miguel Ángel como
Giorgio Vasari definieron el proyecto como gótico.
Otros menospreciaron su escaso talento y creatividad frente a genios como Bramante o Rafael.
La muerte de Peruzzi en 1536 deja, de nuevo, a Antonio da Sangallo al frente de la magna obra.
Miguel Ángel, heredero del proyecto, señaló: “Quien se haya alejado del diseño ideado por Bramante, se ha
alejado de la verdad”, una frase que aludía veladamente al papel de Antonio da Sangallo en el proceso.
Proyecto para la
Construcción de
San Pedro
Antonio da Sangallo
Maqueta en madera
San Pedro
Antonio da Sangallo
Maqueta en madera
San Pedro
Antonio da Sangallo
La intervención de Miguel Ángel

En el año 1547 la dirección de los trabajos se adjudicó a Miguel Ángel el cual


retomó el proyecto de Bramante de una planta central en forma de cruz
griega a la que dotó de movimiento y juego de claroscuros en el alzado.
A la muerte del artista la construcción había alcanzado el tambor de la
cúpula.
La cúpula es quizá su intervención más importante puesto que la situó justo
sobre el altar mayor y la tumba de San Pedro, tomó la idea principal de
Bramante pero la construyó todavía más imponente.
La critica ha alabado la ligereza y armonía constructiva de la cúpula,
concluida por sus sucesores en el cargo tal y como él la proyectó.
La cúpula tiene un diámetro de 42m (casi como la de Brunelleschi en
Florencia) y una altura de 132 metros.
Tras Bramante, varios arquitectos ( Rafael, Peruzzi, Sangallo, etc) asumieron
la continuación del proyecto, aunque introduciendo significativas modificaciones. Al
final Miguel Ángel es encargado de concluir la obra, recuperando buena parte
del plano original aunque más simplificado (sin torres en esquinas)

Cúpulas secundarias
Todo el planteamiento del templo giraba en bisectrices contrarrestan
en torno a primar la contemplación de parte de empujes
la cúpula. La posterior transformación
en planta de cruz latina por Maderno
Gruesos pilares
aminoró el efecto que debía provocar
ochavados sostienen
una cúpula de mayores
42 m.
proporciones
Vuelve a la planta centralizada
fruto de la combinación de planta
cuadrada y cruz griega, primando Mientras en la idea de Bramante primaba la
el crucero y la cúpula. Pero ahora centralización de cada volumen en sí mismo
en lugar de cuatro fachadas iguales (concepción estática), en Miguel Ángel se
crea una fachada principal fusionan los espacios (concepción dinámica)
remarcando su carácter de zonas de tránsito
Pórtico de columnas
inspirado en el Panteón Se crea eje principal desde el
coro hasta fachada principal

Miguel Ángel.
Planta
Basílica de San Pedro.
Roma
Cuando Miguel Ángel recibió el encargo
de las obras en 1546, modificó de nuevo
la planta y volvió, con ligeras
variaciones, a la idea original de
Bramante de cruz griega, pero redujo las
cuatro esquinas del cuadrado para que
las áreas más pequeñas pudieran tener
luz directa. Le corresponde en particular
la modificación de la cúpula central
respecto al proyecto de Bramante:
suprimió el anillo con columnas y le dio
un perfil más elevado. Al suprimir las
torres, la cúpula se convirtió en el
elemento predominante. Obtuvo
permiso del papa, ante la vista de sus
maquetas, para demoler parte de la
construcción de Sangallo y, sin alterar de
forma sustancial el interior, consiguió
imponer su estilo personal y aportar una
gran unidad al conjunto. La mayor parte
de las obras se realizaron entre los años
1549 y 1558.
Giacomo della Porta y Domenico
Fontana concluyeron las obras
Vignola y Pirro Ligorio fueron convocados a culminar el proyecto y
siguieron fielmente las directrices del maestro Buonarroti.
En el año 1588 los arquitectos Giacomo della Porta y Domenico Fontana se
convirtieron en los responsables de la obra y finalizaron la cúpula en
dieciocho meses.
Pablo V (1605-1621) organizó un concurso en el año 1607 para modificar
nuevamente la forma del edificio de cruz griega a cruz latina.
El vendedor del concurso fue Carlo Maderno que trabajó en el conjunto
desde 1607 a 1612.
Maderno incorporó al edificio tres capillas a cada lado, y una reforma en la
planta, finalmente basilical. Además continuó la ejecución de las naves
hasta la fachada actual.
A la muerte de Maderno en 1629 le sucedió en el cargo uno de sus
discípulos: Gian Lorenzo Bernini, que concedió al edificio el perfil
barroquizante que hoy le caracteriza.
Gian Lorenzo Bernini también incorporó dos torres a la fachada, que no
estaban previstas en los proyectos anteriores.
Sección longitudinal
Basílica de San Pedro
Cúpula de San Pedro
(maqueta en madera ideada por Miguel
Ángel)
Museos Vaticanos
Vista aérea del actual San Pedro
Planta definitiva
Fachada

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