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Lección 3
Género y derechos humanos
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Ana Carcedo, comunicación por correo electrónico del 9 de agosto de 2018.
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y formular acciones adecuadas para avanzar con efectividad en la búsqueda de
soluciones2.
También permite comprender que no son hechos aislados, personales, privados, sino,
por el contrario, constituyen un problema sistémico, en un contexto de distribución
desigual del poder y las oportunidades entre hombres y mujeres. Son problemas
sociales, de carácter cultural, político, jurídico, social y educativo, entre otras facetas,
cuya complejidad requiere de soluciones igualmente complejas e integrales, que
dimensionen sus impactos en toda su magnitud y que logren mejorar efectivamente la
vida de las mujeres mediante la puesta en marcha de acciones estatales.
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Este enfoque diferencial también se requiere para el análisis de los agravios contra las colectividades
discriminadas y vulnerabilizadas, como los pueblos indígenas, las personas diversas sexualmente, los niños/as
y adolescentes migrantes sin compañía y más.
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2. La discriminación y la desigualdad de las mujeres vistas desde el EBDH y
el enfoque de género
Esta discriminación que, desde el EBDH, lesiona e impide la realización del principio de
igualdad, se manifiesta de diferentes formas:
las leyes y las políticas prohíben a las mujeres el acceso a la tierra, la propiedad
y la vivienda, en términos de igualdad;
la violencia de género afecta por lo menos al 30% de las mujeres del mundo;
las defensoras de los derechos humanos son relegadas al ostracismo por sus
comunidades, que las consideran una amenaza a la religión, el honor o la cultura;
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la función esencial que las mujeres desempeñan en la paz y la seguridad suele
pasarse por alto, así como los peligros específicos que afrontan en las
situaciones de conflicto; y,
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Tomado de http://www.ohchr.org/SP/Issues/Women/WRGS/Pages/WRGSIndex.aspx
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3. Contra la discriminación y la desigualdad, la igualdad de género, un
objetivo común de ambos enfoques
Comprender que las mujeres son personas, seres humanos, iguales a los hombres y
encaminarse socialmente a la erradicación de la discriminación y desigualdad en su
contra, supone reconocer y respetar la igualdad en la diversidad humana y aportar a su
construcción. Abordar la problemática de las mujeres y visibilizar sus condiciones,
demanda asumir que lo masculino no es generalizable a lo humano, que se debe dejar
atrás el paradigma de que el hombre es sinónimo de humanidad e incluirlas plenamente
en diversos ámbitos, formales y de fondo.
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De manera que, si con el enfoque de género se evidencian las discriminaciones y
asimetrías que las relegan en el disfrute de sus derechos, con el EBDH se busca aplicar
correctivos en busca de la igualdad con los hombres.
Así, desde ambos enfoques, se concibe a las mujeres como parte de la diversidad
humana; diferentes biológicamente a los hombres –una diferencia que las ha colocado
históricamente en desventaja- pero esencialmente iguales a ellos por su calidad de
personas con dignidad y derechos.
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Tomado de http://www.ohchr.org/SP/Issues/Women/WRGS/Pages/WRGSIndex.aspx
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La igualdad resulta así configurada como el igual derecho de todas las
personas a la afirmación y tutela de la propia identidad en virtud del igual
valor asociado a todas las diferencias que hacen de cada persona un
individuo/a diverso/a de todos/as los/as otros/as y de cada individuo/a una
persona como todas las demás (Luigi Ferrajoli, citado en Monge, 2005, p.
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Desde el EBDH, tan discriminador es tratar diferente a lo igual como igual a lo diferente.
Ser iguales no quiere decir ser idénticos. Todos los seres humanos somos distintos,
aunque pertenezcamos a una misma etnia, hablemos un idioma común o tengamos
constitución y apariencia física similar. La diversidad es un distintivo del género
humano: sexo, orientación sexual, identidad de género, creencias religiosas,
adscripción política, color de la piel, nacionalidad, idioma, son algunas de las
características que nos distinguen y hacen que cada persona sea única.
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Al respecto, debe dejarse a un lado la neutralidad. No solo es necesario nombrar a las
mujeres como sujetos titulares de derechos, las instituciones titulares de obligaciones
también deben definir medidas adecuadas a su situación, necesidades y experiencias.
Las medidas a adoptar van desde la adecuación de la legislación interna (como la
supresión de artículos de los códigos civiles que sujetaban a las mujeres a la autoridad
del marido), hasta la creación de instituciones, planes y programas con enfoque de
género, que deben dar lugar a acciones y procesos específicos, con las asignaciones
presupuestarias correspondientes.
Esto quiere decir que, más allá de la igualdad ante la ley y el reconocimiento jurídico de
iguales derechos para todas las personas, para lograr resultados iguales -e
igualadores-, se debe poner en práctica disposiciones diferenciadas hacia las mujeres,
sensibles al género y teniendo en mente que a más discriminación y vulnerabilización,
más derechos mediante la garantía de acceso a oportunidades.
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En términos generales, su finalidad es ofrecer oportunidades económicas, sociales
culturales y políticas a las mujeres (y otras colectividades humanas5) que viven en
condición de vulnerabilidad para su desarrollo pleno como seres humanos
esencialmente iguales, con dignidad y derechos.
ambos buscan lograr el más alto nivel de igualdad entre las personas sin importar
sus diferencias de género ni de otra naturaleza;
son complementarios;
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Los pueblos indígenas y afrodescendientes, las personas migrantes, los niños y niñas en
pobreza, las personas con discapacidad, entre otras.
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al aplicarlos en el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas
públicas se incorpora un marco normativo de derechos y obligaciones, el
principio de no discriminación en razón del sexo y los análisis del Comité CEDAW
sobre el impacto diferenciado de la desigualdad y la discriminación en las
mujeres;
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