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INFORME DE LA SECRETARÍA DE LA COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN,


LEGISLACIÓN, JUSTICIA Y REGLAMENTO, SOBRE EL ALCANCE DE LA
EXPRESIÓN AUTONOMÍA PROGRESIVA EN EL PROYECTO REFUNDIDO
DE REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE GARANTÍAS Y
DERECHOS DEL NIÑO (BOLETINES 8167-07/ 11.700-07).

14.06.19

Resumen: el proyecto refundido de reforma constitucional en “Materia de Garantías y


Derechos del Niño” (boletines 8167-07/ 11.700-07) contempla en el numeral 1 de su artículo
único, un nuevo inciso final para el artículo 1° de la Carta Fundamental que contempla el
deber del Estado de resguardar el interés superior del niño, niña o adolescente y su
autonomía progresiva. El principio de la autonomía progresiva está consagrado en la
Convención Sobre los Derechos del Niño (artículos 5° y 12). Este tratado está ratificado por
Chile y se encuentra vigente, por tanto, por aplicación de lo dispuesto en el inciso segundo
del artículo 5° de la Carta Fundamental, es una norma vinculante para nuestro país. Luego
nuestro país ha recogido el mencionado principio en su legislación interna: Ley N°19.968
que crea los Juzgados de Familia en Chile; Ley N°21.057 que Regula entrevistas grabadas
en video y, otras medidas de resguardo a menores de edad, víctimas de delitos sexuales; Ley
20.084 sobre la responsabilidad penal adolescente. También se le he recogido en proyectos
de ley: Proyecto de ley (boletín N° 12.027-07) que Crea el Servicio de Protección a la Niñez
y modifica normas legales que indica; Proyecto de ley que establece Sistema de garantías de
los derechos de la niñez (boletín N° 10.315- 18); proyecto de ley sobre “Reforma integral al
sistema de adopción en Chile” (boletín N° 9119-18).

1.- ANTECEDENTES DEL PROYECTO.

a) Autores.

1.- Autores de moción N° 8167-07, Reforma Constitucional, en


materia de garantías y derechos del niño diputados (as): Marcelo Díaz Díaz y
Leopoldo Pérez Lahsen; y los ex diputados (as) Pedro Browne Urrejola;
Jorge Burgos Varela; Alfonso De Urresti Longton; Edmundo Eluchans
Urenda; Felipe Harboe Bascuñán; Claudia Nogueira Fernández y Ricardo
Rincón González.

2.- Autores de moción N° 11.700-07, que Modifica la Carta


Fundamental con el propósito de garantizar la protección de la infancia y
adolescencia diputados (as): Raúl Soto Mardones; Miguel Ángel Calisto
Águila; Cosme Mellado Pino; Luis Rocafull López; René Saffirio Espinoza;
Gustavo Sanhueza Dueñas, y Matías Walker Prieto.

b) Proyectos refundidos.

La fusión de ambos proyectos fue aprobada en sesión N° 21 de 10


de mayo de 2018.
2

c) Texto de los proyectos refundidos aprobado por la Comisión de


Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.

“Artículo único.- Introdúcense las siguientes modificaciones en la


Constitución Política de la República:

1.- Agrégase un nuevo inciso final al artículo 1º, del siguiente tenor:

“También es deber del Estado velar especialmente por la protección


de niños, niñas y adolescentes, reconociéndolos como sujetos de derecho,
resguardando su interés superior y autonomía progresiva.”.

2.- Intercálase el siguiente artículo 19 bis, nuevo, del siguiente tenor:

“Artículo 19 bis.- La Constitución asegura a todos los niños, niñas y


adolescentes el ejercicio y goce de sus derechos, particularmente los
reconocidos por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes.

El Estado fomentará la concurrencia de las familias y la sociedad en


la promoción, respeto y protección de los derechos de la infancia y la
adolescencia.

La Ley establecerá un sistema de protección integral de los derechos


de la niñez.”.

3.- Agrégase un nuevo inciso tercero al artículo 20 del siguiente


tenor:

“Cuando sea un niño, niña o adolescente quien sufra una


perturbación, privación o amenaza de cualquiera de los derechos
constitucionales resguardados por el recurso de protección, estos deberán
ser interpretados resguardando su especial condición y teniendo presente lo
dispuesto en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes.”.”.

d) Votación del proyecto en la Comisión.

Sometidos a votación en general y particular la indicación sustitutiva de


los diputados Marcelo Díaz, Raúl Soto, Tomás Hirsch, René Saffirio, Hugo
Gutiérrez, Luciano Cruz- Coke, Gonzalo Fuenzalida, Jorge Alessandri, Matías
Walker, Gabriel Boric y Paulina Núñez, fueron aprobados por unanimidad. (11-0-0)

Votaron a favor las señoras y señores diputados Hugo Gutiérrez


(Presidente), Jorge Alessandri, Gabriel Boric, Luciano Cruz-Coke, Marcelo Díaz,
Camila Flores, Gonzalo Fuenzalida, Tomas Hirsch, Rene Saffirio, Leonardo Soto y
Matías Walker.

2.- DESARROLLO DEL CONCEPTO DE AUTONOMÍA PROGRESIVA.

AUTONOMÍA PROGRESIVA EN EL TEXTO APROBADO POR LA


COMISIÓN.

El numeral 1.- del artículo único del proyecto, contiene el concepto de


autonomía progresiva del menor:
3

“1.- Agrégase un nuevo inciso final al artículo 1º, del siguiente tenor:

“También es deber del Estado velar especialmente por la protección


de niños, niñas y adolescentes, reconociéndolos como sujetos de derecho,
resguardando su interés superior y autonomía progresiva.”.”.

De aprobarse esta norma el texto del artículo 1° de la Carta


Fundamental quedaría así:

“Artículo 1°. Las personas nacen libres e iguales en dignidad y


derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.

El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de


los cuales se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada
autonomía para cumplir sus propios fines específicos.

El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es


promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la
comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con
pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.

Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección


a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la
integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el
derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la
vida nacional.

También es deber del Estado velar especialmente por la


protección de niños, niñas y adolescentes, reconociéndolos como
sujetos de derecho, resguardando su interés superior y autonomía
progresiva.”.

AUTONOMÍA PROGRESIVA EN LA CONVENCIÓN SOBRE LOS


DERECHOS DEL NIÑO.

Con fecha 26 de enero de 1990 el Gobierno de Chile suscribió la


Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas el 20 de Noviembre de 1989.
Posteriormente, mediante decreto supremo N° 830 del Ministerio de
Relaciones Exteriores, publicado el 27 de septiembre de 1990, se terminó
con el proceso de promulgación de este tratado internacional.

El artículo 5° de la Convención sobre los Derechos del niño, en


adelante la Convención o CDN, contempla el principio de la autonomía
progresiva del niño.

“Artículo 5°.- Los Estados Partes respetarán las responsabilidades,


los derechos y los deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de
la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local,
de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño de impartirle,
en consonancia con la evolución de su facultades, dirección y
4

orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en


la presente Convención.”.

Esta norma contiene el principio de la autonomía progresiva al


señalar que los responsables del menor (entendiéndose por tales en los
términos que el artículo contempla) deben impartirle dirección y orientación
para que éstos ejerzan sus derechos “en consonancia con la evolución de
sus facultades”.

Cabe observar que la misma norma establece que los estados Partes
respetaran las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres
del menor, o personas que tengan la responsabilidad de su cuidado, según
la costumbre o ley locales. Son precisamente estos responsables del menor
los que son los encargados de dar la dirección y orientación apropiadas, en
consonancia con la evolución de las facultades del niño.

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, el término


“consonancia” significa “relación de conformidad o correspondencia que
tienen algunas cosas entre sí”. Por ello podemos entender que los padres (o
las demás personas a que se refiere la norma en comento) deben orientar y
direccionar al niño, para que éste ejerza los derechos que les reconoce la
Convención, conforme evolucionan sus facultades o en proporción a la
evolución sus facultades.

Por su parte el artículo 12, de la Convención está estrechamente


relacionado con el artículo 5°.

“Artículo 12.-

1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones


de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en
todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las
opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser


escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño,
ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano
apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley
nacional.”.

El referido artículo 12 consagra el derecho del niño a ser oído, el


derecho a que su opinión sea escuchada en todo procedimiento legal o
administrativo y se tendrá en cuenta su opinión en función de su edad y
madurez.

De acuerdo con Sabrina Viola, Consultora en Protección de


Derechos de UNICEF, “la interpretación de estos artículos revela que los
derechos de los niños no son derechos en expectativa hasta que éstos
alcancen la madurez adulta y puedan ejercerlos. Por el contrario, son
derechos completos que serán ejercidos por los niños de acuerdo a la etapa
de evolución y desarrollo en la que se encuentren.”. 1

1Sabrina Viola “Autonomía progresiva de niños, niñas y adolescentes en el Código Civil,


una deuda pendiente”. Cuestión de Derechos, revista electrónica N° 3, segundo semestre
2012 www.cuestiondederechos.org.ar
5

De acuerdo con Miguel Cillero “actualmente se entiende que “ser


niño, no es ser menos adulto, la niñez no es una etapa de preparación para
la vida adulta. La infancia y la adolescencia son formas de ser persona y que
tienen igual valor que cualquier otra etapa de la vida. En este sentido,
podemos sostener que la infancia es concebida como una época de
desarrollo efectivo y progresivo de la autonomía, personal, social y jurídica”.2

Por su parte Paula Venegas Sepúlveda3 sostiene que del análisis


conjunto de los artículos 5° y 12° de la Convención, se desprenden tres
dimensiones importantes:

“A nuestro juicio, el análisis conjunto de ambos artículos posee tres


dimensiones importantes:

a) En principio, debemos destacar que es al Estado a quien


corresponde respetar las responsabilidades, los derechos y los deberes de
los padres, asumiendo el principio de no injerencia arbitraria en la vida
familiar ya reconocido en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, artículo 12, y reafirmada por el artículo 16 de la Convención.

b) Por otro lado, a los padres o demás responsables en su caso, les


corresponde impartir orientación y dirección apropiadas para que el niño
ejerza los derechos reconocidos en la presente convención.

c) Finalmente, y no por ello lo menos significativo, se señala que el


ejercicio de los derechos del niño es progresivo en virtud de la evolución de
sus facultades.”.

Por su parte la academia tiene claro que un niño pequeño tiene muy
poca autonomía, pero el rango de edades de un menor de edad va desde
cero años hasta 18 años. Es por ello que Gabriela Paula Salomone sostiene
lo siguiente:

“El hecho de que la autonomía vaya adquiriéndose gradualmente


implica necesariamente una serie de distinciones previas, ya que “los
derechos establecidos en la CDN, al igual que las necesidades de una
persona, se ejercen completamente según la fase de desarrollo en que está
inmerso”. Por tanto, será necesario distinguir las diferencias que, sin duda,
tendrán que ver con la “evolución de sus facultades”. Ciertamente, “la
contrastación con la realidad psíquica, afectiva y social de un niño pequeño
nos confronta a una capacidad de autonomía mínima. No obstante, el rango
etario que abarca la minoría de edad va desde el nacimiento hasta los 18
años. Por lo tanto, no sería posible –ni sería debido- sostener un modo único
de pensar esa capacidad”4

2 CILLERO BRUÑOL, MIGUEL. “Infancia, justicia y derecho”, Ob cit., p.19

3Venegas Sepúlveda, Paula Andrea; “Autonomía progresiva: el niño como sujeto de


derechos”. Biblioteca Digital de la Universidad de Chile.

4SALOMONE, GABRIELA PAULA. “Niño como Sujeto Autónomo al Sujeto de la


Responsabilidad en el Campo de la Infancia y la Adolescencia”.
6

Por su parte Milena Grillo sostiene en relación a la supuesta tensión


que pareciera existir entre la potestad paterna y la autonomía progresiva que
“se producen tensiones difíciles de resolver en la práctica, ya que todo lo
dicho no obsta, a que los padres aconsejen, enseñen, o establezcan normas.
Pues bien, concebir el derecho de los padres como contrario u opuesto a la
autonomía de los hijos e hijas supone no comprender de qué se trata la
obligación de educar. En este sentido, podemos sostener que el enfoque de
los derechos de la niñez y la adolescencia no busca trasladar hacia las
personas menores de edad la responsabilidad de tomar decisiones sobre su
vida, ni llama al mundo adulto a quedarse cruzado de manos”5

Al respecto Gabriela Paula Magistris afirma: “En consecuencia, la


misión de los padres es “contribuir al desarrollo de esa autonomía
progresiva, a través de acciones dirigidas por un lado, a escuchar a los niños
para descifrar sus necesidades y representarlo lo más fielmente posible, y
por el otro, intentando que cada niño sea su propio portavoz, tratando de que
éste decida con la mayor libertad posible, sin querer sustituirlo en su
voluntad”.6

EL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA PROGRESIVA DEL NIÑO EN EL


DERECHO CHILENO.

El Estado de Chile ratificó y aprobó la Convención el año 1990 ,


siendo vinculante desde entonces para nuestro país, en especial, por
aplicación del artículo 5°, inciso 2° de la Constitución Política de la
República, la cual señala: “El ejercicio de la soberanía reconoce como
limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana. Es deber de los órganos del estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como también por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”.

La Convención reconoce a los niños, niñas y adolescentes un


conjunto de derechos, que han de ser aplicados conforme a los principios
que la misma convención establece, como el de autonomía progresiva del
menor y el interés superior del niño, que lo reconocen como un sujeto de
derechos. La Convención, en su artículo primero señala: “Para los efectos de
la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de
dieciocho años”.

De esta manera la legislación nacional ha ido recogiendo los


principios de la Convención.

Ley N°19.968 que crea los Juzgados de Familia en Chile.

El artículo 12 de la Convención señala que se dará al niño la


oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo

5GRILLO, MILENA. “Los retos en la defensa de los derechos de la niñez en la construcción


del Desarrollo”.

6MAGISTRIS, GABRIELA PAULA. “Responsabilidad Parental y Concepción del Niño como


Sujeto de Derecho: Tensiones y compatibilidades
7

que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o


de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento
de la ley nacional. Esta disposición está estrechamente relacionada con el
artículo 5° de la misma Convención, que consagra el principio de la
autonomía progresiva del menor, porque es de la esencia de dicha
autonomía el derecho del niño a ser oído.

La Ley que “Crea los Tribunales de Familia” recoge en su artículo 16,


el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído, lo cual es una
manifestación fundamental del principio de autonomía progresiva.

“Artículo 16.- Interés superior del niño, niña o adolescente y


derecho a ser oído. Esta ley tiene por objetivo garantizar a todos los niños,
niñas y adolescentes que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y
goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías.

El interés superior del niño, niña o adolescente, y su derecho a ser


oído, son principios rectores que el juez de familia debe tener siempre como
consideración principal en la resolución del asunto sometido a su
conocimiento.

Para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser
humano que no ha cumplido los catorce años y, adolescente, desde los
catorce años hasta que cumpla los dieciocho años de edad.”.

Por otra parte el artículo 19 complementa este derecho a ser oído del
niño, niña o adolescente, con el derecho a ser representado, en especial en
sus tres primeros incisos.

“Artículo 19.- Representación. En todos los asuntos de


competencia de los juzgados de familia en que aparezcan involucrados
intereses de niños, niñas, adolescentes, o incapaces, el juez deberá velar
porque éstos se encuentren debidamente representados.

El juez designará a un abogado perteneciente a la respectiva


Corporación de Asistencia Judicial o a cualquier institución pública o privada
que se dedique a la defensa, promoción o protección de sus derechos, en los
casos en que carezcan de representante legal o cuando, por motivos
fundados, el juez estime que sus intereses son independientes o
contradictorios con los de aquél a quien corresponda legalmente su
representación.

La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña,


adolescente o incapaz, por el solo ministerio de la ley, y su representación se
extenderá a todas las actuaciones judiciales, incluyendo el ejercicio de la
acción penal prevista como un derecho de la víctima en el artículo 109 letra
b) del Código Procesal Penal.”.

Finalmente, el artículo 79 de la ley de Tribunales de Familia


establece el derecho de audiencia con el juez, señalando: “Los niños, niñas y
adolescentes respecto de los cuales se encuentre vigente una medida de
protección judicial, tendrán derecho a que el juez los reciba personalmente,
8

cuando lo soliciten por sí mismos o a través de las personas señaladas en el


artículo siguiente”.

Ley N°21.057 que regula entrevistas grabadas en video y, otras


medidas de resguardo a menores de edad, víctimas de delitos sexuales.

Como se señala en la página web del Ministerio de Justicia y


Derechos Humanos, en relación con esta ley, “La protección de la ley se
extiende a las etapas de denuncia, investigación y juzgamiento, quedando
sometidos estas instancias a los principios de Interés superior, autonomía
progresiva, participación voluntaria, prevención de la victimización
secundaria, asistencia oportuna y tramitación preferente, y por último, el
resguardo de su dignidad. Para una adecuada implementación, la Ley prevé
que el Ministerio Público, Policía de Investigaciones, Carabineros de Chile,
Ministerio del Interior y Seguridad Pública, Poder Judicial y nuestro Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos, deben coordinarse y actuar en conjunto
para dar cumplimiento a cada una de las funciones que se señalan en la
propia ley.”. 7

En efecto, el artículo 3° de esta ley desarrolla los principios en que


se basa la misma, señalando expresamente entre esos principios, en su
literal b) el de la autonomía progresiva.

“Artículo 3°.- Principios de aplicación. Las interacciones con niños,


niñas o adolescentes en las etapas de denuncia, investigación y juzgamiento
estarán sometidas a los siguientes principios de aplicación:

…………………..

b) Autonomía progresiva. Los niños, niñas y adolescentes son


sujetos dotados de autonomía progresiva, por lo que en las etapas de
denuncia, investigación y juzgamiento tendrán derecho a ser oídos y
participar en los asuntos que les afecten, atendiendo a su edad y el grado de
madurez que manifiesten.”.

La ley 20.084 sobre la responsabilidad penal adolescente.

Fue puesta en vigencia el año 2007. “Uno de sus primeros efectos


fue la modificación en el rango de edad para los y las adolescentes que
serán procesados bajo estos mandatos, pasando de los 16 años como
mínimo a los 14 años. Se puede inferir a partir de esta ley que los y las
adolescentes desde los 14 años han alcanzado la capacidad de
discernimiento necesario para decidir el curso que tomarán sus acciones,
evaluando sus efectos y consecuencias. Desde aquí es que aparece el
concepto de responsabilidad como el acto de hacerse cargo de sus propias

7 http://www.minjusticia.gob.cl/entrevistas-videograbadas/
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acciones. Sin embargo, hay espacios en la sociedad en los cuales esta


lógica no opera, y aquella capacidad de discernimiento, que en términos
penales existe desde los 14 años, queda invisibilizada, por ejemplo en las
instancias de participación, especialmente en lo que refiere al ámbito político
y al ejercicio ciudadano de emitir un voto para la elección de las autoridades
políticas a nivel nacional, regional o local”.8

El artículo 2° de esta ley establece en forma expresa que las


autoridades tendrán en consideración, en la aplicación del cuerpo legal,
todos los derechos y garantías que les son reconocidos en la Constitución,
en las leyes, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en los demás
instrumentos internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes. Esto incluye sin duda el principio de la autonomía progresiva.

Por su parte el artículo 3° establece la responsabilidad penal a partir


de los 14 años.

“Artículo 3º.- Límites de edad a la responsabilidad. La presente ley


se aplicará a quienes al momento en que se hubiere dado principio de
ejecución del delito sean mayores de catorce y menores de dieciocho años,
los que, para los efectos de esta ley, se consideran adolescentes.
En el caso que el delito tenga su inicio entre los catorce y los
dieciocho años del imputado y su consumación se prolongue en el tiempo
más allá de los dieciocho años de edad, la legislación aplicable será la que
rija para los imputados mayores de edad.
La edad del imputado deberá ser determinada por el juez competente
en cualquiera de las formas establecidas en el Título XVII del Libro I del
Código Civil. “.

Ley N°20.680, que introduce modificaciones al Código Civil y a


otros cuerpos legales, con el objeto de proteger la integridad del menor
en caso de que sus padres vivan separados.

Esta ley, en su artículo 1° numeral 8) reemplaza el artículo 229 del


Código Civil,

Este artículo 229 regula el cuidado personal del menor y en inciso


tercero establece lo siguiente:

“Para la determinación de este régimen, los padres, o el juez en su


caso, fomentarán una relación sana y cercana entre el padre o madre que no
ejerce el cuidado personal y su hijo, velando por el interés superior de este
último, su derecho a ser oído y la evolución de sus facultades, y
considerando especialmente:

a) La edad del hijo.

b) La vinculación afectiva entre el hijo y su padre o madre, según


corresponda, y la relación con sus parientes cercanos.

c) El régimen de cuidado personal del hijo que se haya acordado o


determinado.

8 Boletín Observatorio Niñez y Adolescencia. Nº3 • Abril de 2015


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d) Cualquier otro elemento de relevancia en consideración al interés


superior del hijo.”.

Como se puede apreciar, esta norma establece que para efectos de


fijar un régimen de cuidado personal, sea por los padres o por el tribunal, se
ha de considerar, entre otros aspectos, la evolución de sus facultades,

De manera que el principio de la autonomía progresiva también es


recogido en esta ley.

Proyecto de ley (boletín N° 12.027-07) que Crea el Servicio de


Protección a la Niñez y modifica normas legales que indica.

El mensaje en virtud del cual se presentó este proyecto de ley, ya


aprobado en primer trámite constitucional en esta Cámara de Diputados,
establece los principios en base a los cuales se estructura el mencionado
proyecto de ley, señalando lo siguiente:

“Serán principios rectores del nuevo Servicio el interés superior del


niño, su derecho a ser oído, la autonomía progresiva, el derecho y deber
preferente de los padres a educar a sus hijos, el fortalecimiento del rol
protector de la familia y el derecho de los niños y niñas a su vida familiar.”.

Por su parte el artículo 4° del proyecto aprobado, reconoce a los


niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho y luego reconoce el
principio de autonomía progresiva de los mismos: (tres primeros incisos)

“Artículo 4.- Principios rectores. Son principios rectores del Servicio la


consideración a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, y
es deber y responsabilidad obligatoria e indelegable del Servicio, en el
ámbito de sus competencias, adoptar todas las medidas necesarias para dar
efectividad a los derechos que le son reconocidos a los niños, niñas y
adolescentes en la Constitución Política de la República, en la Convención
de los derechos del Niño, y en los demás tratados internacionales ratificados
por Chile y que se encuentren vigentes, en el Sistema de Garantías de los
Derechos de la Niñez y en las demás leyes.

Corresponde al Servicio, en el ámbito de sus atribuciones, otorgar la


debida prioridad a los niños, niñas y adolescentes en la formulación y
ejecución de las políticas públicas y en el acceso y atención de los servicios
sociales.

Son también principios rectores la autonomía progresiva; la


protección social de la infancia; el derecho de los niños, niñas y
adolescentes a una vida familiar; el fortalecimiento del rol protector de la
familia; el derecho y deber preferente de las familias a orientar y cuidar a los
niños, niñas y adolescentes que estén bajo su cuidado; la igualdad y no
discriminación arbitraria; el interés superior del niño, niña o adolescente; el
derecho de los niños, niñas y adolescentes a una participación efectiva, que
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se manifestará entre otras formas, a través del derecho a ser oídos, de


reunión, asociación, libertad de expresión, e información.

Proyecto de ley que establece Sistema de garantías de los


derechos de la niñez (boletín N° 10.315- 18).

El texto del proyecto aprobado por esta Cámara, actualmente en


segundo trámite constitucional en el Senado, considera asimismo el principio
de autonomía progresiva en su artículo 7°.

“Artículo 7.- Autonomía progresiva. Todo niño, en conformidad a la


ley, podrá ejercer sus derechos por sí mismo, en consonancia con la
evolución de sus facultades, su edad y madurez.

Los padres y/o madres, representantes legales o las personas que


los tengan legalmente a su cuidado deberán prestarles orientación y
dirección en el ejercicio de sus derechos.”.

Reforma integral al sistema de adopción en Chile (boletín N°


9119-18).

Este proyecto, también aprobado por esta Cámara y en segundo


trámite constitucional en el Senado, contempla el principio de autonomía
progresiva del menor, en su artículo 11.

“Artículo 11.- Autonomía progresiva y derecho del niño, niña o


adolescente a ser oído. Todo niño, niña o adolescente está dotado de
autonomía progresiva, por lo que en cualquier etapa de los procedimientos
establecidos en esta ley, tendrán derecho a que sus opiniones sean oídas y
debidamente consideradas, atendiendo a su edad y grado de madurez.

Durante el procedimiento de adoptabilidad serán oídos los niños,


niñas o adolescentes, en conformidad y con los efectos que dispone el
artículo 21.

Asimismo, durante el procedimiento de adopción, el niño, niña o


adolescente podrá expresar su conformidad o disconformidad con la solicitud
presentada por el o los interesados.

El juez deberá asegurarse de que el niño, niña o adolescente que


hubiese manifestado su voluntad según lo expresado en los incisos
anteriores lo haya hecho de forma libre y voluntaria, y procurará establecer
las medidas necesarias para proteger su integridad física y psíquica, y su
privacidad.

Si el niño, niña o adolescente manifiesta su voluntad de tener un


padre y una madre, el juez deberá considerarlo en forma preferente.”.

********************
12

PATRICIO VELÁSQUEZ WEISSE


Abogado secretario de la Comisión

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