Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
3 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3
pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis,
4
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
5
sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
6
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
7
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces
1 La muerte física
La muerte física es la separación del espíritu y el cuerpo mortal. La caída de Adán introdujo la muerte física en
el mundo (véase Moisés 6:48). Gracias a la expiación y a la resurrección de Jesucristo, toda la humanidad
resucitará y será redimida de la muerte física.
Información adicional
La muerte es una parte esencial del plan de salvación del Padre Celestial (véase 2 Nefi 9:6). Para
llegar a ser como nuestro Padre Eterno, tenemos que experimentar la muerte para después
obtener un cuerpo perfecto y resucitado.
La muerte espiritual consiste en estar separados de Dios. Las Escrituras enseñan en cuanto a dos causas de
la muerte espiritual: la primera es la Caíday la segunda es nuestra propia desobediencia. La muerte espiritual
puede superarse por medio de la expiación de Jesucristo y la obediencia a Su evangelio.
Información adicional
El profeta Samuel del Libro de Mormón enseñó que “hallándose separados de la presencia del Señor por la
caída de Adán, todos los hombres son considerados como si estuvieran muertos, tanto en lo que respecta a
cosas temporales como a cosas espirituales” (Helamán 14:16). Durante nuestra vida en la tierra, estamos
separados de la presencia de Dios. Mediante la Expiación, Jesucristo redime a todos de esa muerte espiritual.
Samuel testificó que la resurrección del Salvador “redime a todo el género humano de la primera muerte, esa
muerte espiritual. . . . Pero he aquí, la resurrección de Cristo redime al género humano, sí, a toda la
humanidad, y la trae de vuelta a la presencia del Señor” (Helamán 14:16–17). El profeta Lehi enseñó que por
causa de la Expiación “todos los hombres vienen a Dios; de modo que comparecen ante su presencia para
que él los juzgue de acuerdo con la verdad y santidad que hay en él” (2 Nefi 2:10).
2 MIEDO
escondí.
3 ENFERMEDAD
Dios colocó a Adán y Eva en un ambiente perfecto en el Huerto del Edén. “Tomó, pues, Jehová Dios al
hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre,
diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:15-17). Adán y Eva tenían un trabajo que
hacer, un huerto que disfrutar y solamente una restricción. Ellos tenían todo lo necesario para una buena
salud, pero cuando pecaron, la corrupción, incluyendo la enfermedad, entró al mundo.
Dios dijo a Eva, “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los
hijos”,
Adán y Eva, nuestros antepasados, tuvieron salud perfecta hasta su caída, pero desde entonces la humanidad
ha estado sujeta a toda clase de enfermedad y dolencia. Cuando ellos perdieron su acceso al árbol de la vida
que estaba en el Huerto, murieron espiritualmente, y sus cuerpos comenzaron a debilitarse. El pecado trajo al
mundo todas estas consecuencias.
Sin embargo, esto no significa que todos los que hoy se enferman o experimentan un mal están pagando las
consecuencias de sus pecados personales. Ciertamente algunos escogen estilos de vida que abren las puertas a
enfermedades y males, pero existen muchas enfermedades que nos afligen independientemente de nuestros
mejores esfuerzos por vivir saludablemente y fielmente delante de Dios.
a) Daño a la imagen divina.- Aunque la imagen divina en el hombre ha sido dañada, sin
embargo el hombre conserva todavía rasgos de esa imagen. En su condición caída se le considera
como “una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios”. El Señor Jesucristo vino a restaurar
completamente esa imagen al ser recreado conforme a la imagen de Dios. (Col. 3:10; Efe. 2:10 y
15; 4:12-13; 4:24)
En esta cita se describe la determinación de Lucifer de borrar la imagen de Diosen el hombre, apenas este
había salido de las manos de Dios. Por otro lado, Elena G. deWhite también comentó que el hombre llegó a
estar bajo una constante influencia, debidoal control de Satanás. Además, ella mencionó que Lucifer llega
heredada a causa de la caída. (Salmo 51:5). Los pecados posteriores que cometemos y como
consecuencia de la caída, se llaman pecados actuales. Cristo, al vivir, morir y resucitar nos libró
ROOMANOS 5:18:
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a
todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los