TEMA 4: LA DEPRESIÓN EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA
1. DIFERENCIAS ENTRE ESTADO DE ÁNIMO Y TRASTORNOS DEL ESTADO DE
ÁNIMO ESTADO DE ÁNIMO Es cualquier estado de ánimo emocional prolongado que influye en la personalidad y en el funcionamiento vital de la persona. Se trata de un tono emocional sostenido, perceptible a lo largo de un espectro continuo que va desde la tristeza a la felicidad. Es espectro continuo de respuestas emocionales iría desde respuestas adaptadas a respuestas inadaptadas. TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO Cuando los sentimientos interfieren en la vida normal se covierten en inadaptados, puede ocurrir, que se de: - Manía: estado emocional en el que se observa un ánimo exaltado, expansivo, irritable junto con pérdida de identidad, hiperactividad y pensamientos y actos de grandiosidad
- Depresión: estado emocional que se caracteriza por sentimientos de
tristeza, desilusión y desesperación.
2. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LOS TRASTORNOS
DEPRESIVOS Y BIPOLARES TRASTORNOS DEPRESIVOS - Trastorno de desregularización emocional disruptiva - Trastorno depresivo mayor - Trastorno depresivo persistente (distimia) - Trastorno disfórico premenstrual - Trastorno depresivo inducido por sustancias o medicación - Trastorno depresivo debido a otra condición médica - Trastorno depresivo especificados y no especificado. TRASTORNOS BIPOLARES
- Trastorno bipolar tipo I
- Trastorno bipolar tipo II - Ciclotimia - Trastorno bipolar debido a condición médica - Trastorno bipolar no especificado. Los trastornos bipolares se encuentran separados de los trastornos depresivos en el nuevo DSM-V, siendo un puente entre estos y los trastornos psiquiátricos.
Los criterios diagnósticos del síndrome depresivo según el DSM-IV, son:
- Se presentan cinco o más de los siguientes síntomas, los cuales han estado presentes durante un mismo periodo de dos semanas y representan un cambio de la conducta previa, y al menos presenta o estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de capacidad para el placer: Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, casi cada día. Disminución del placer o interés en todas o casi todas las actividades habituales la mayor parte del día Pérdida o aumento de peso significativo Insomnio o hipersomnia Agitación o enlentecimiento motor Sentimiento de inutilidad o culpa Fatiga o pérdida de energía Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida, tentativa o plan. - Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto. - Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o impedimento en el área social, ocupacional u otras áreas importantes. - Los síntomas no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o una condición médica. - Los síntomas no son explicados mejor por otra causa.
Las características clínicas que podemos señalar de ciertos trastornos son:
- Trastorno depresivo mayor: hay una alta tasa de mortalidad en este trastorno, dándose un 15% de suicidios. Además sabemos que es dos veces más frecuente en mujeres adolescentes/adultas. - Trastorno depresivo persistente (distimia): se trata de un estado de ánimo que persiste durante más de dos años, siendo de menor gravedad que el trastorno depresivo mayor. Por otra parte, en adolescentes y en niños el estado de ánimo que se presenta puede ser irritable y la duración puede ser de al menos un año. - Trastorno bipolar I: la característica es que presentan o han presentado algún episodio maníaco. Es la forma más grave e incapacitante de la enfermedad bipolar, no siendo raros los delirios y alucinaciones en la fase maníaca. este trastorno “desborda al individuo” haciéndole pasar desde una a dos semanas de somnolencia, aislamiento y melancolía intensa hasta varios días de ánimo elevado e irritable. - Trastorno bipolar II: se caracteriza por que habiendo padecido episodios depresivos o hipomaníacos no han padecido episodio completo de manía - Ciclotimia: tiene un patrón similar a los trastornos bipolares pero con sintomatología menos grave y más continuada en el tiempo. Suele evolucionar a trastorno bipolar I. En niños y adolescentes la duración es de al menos un año.
3. LOS TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR Debemos tener en cuenta que hay ciertos criterios que son comunes a todas las clasificaciones o trastornos depresivos, como son la disforia, las alteraciones del apetito, alteraciones relativas al peso, alteraciones del sueño, culpabilidad o retraimiento social. Los síntomas más consensuados de la depresión infantil son: baja autoestima (73%), trastorno del sueño (71%), disminución de la socialización (65%), trastornos del apetito (63%), agitación motora (60%), disforia (57%), ideación suicida (57%), llantos inmotivados (50%), astenia o falta de energía (50%), ralentización motora (50%). Por otro lado, la depresión se caracteriza debido a que afecta a distintas áreas de la persona que lo sufre, como son: - Percepción: tienen una distorsión perceptiva hacia los acontecimientos negativos. - Cognición: visión negativa de sí mismo, excesiva culpa, ideación suicidada, distorsiones cognitivas e incapacidad de concentración - Afecto: ánimo deprimido, incapacidad para el placer, estado de ánimo irritable, ansiedad y depresión, dolor y frustración - Comportamental: retardo o agitación psicomotora, estupor depresivo (extrema inhibición conductual y emocional), rendimiento escolar malo. - Estado somático: fatiga, trastorno del sueño, pérdida del apetito o sobrealimentación, cambio de peso, pérdida de interés en el sexo. - Adaptación interpersonal: deterioro de las relaciones familiares y retraimiento de las relaciones con los iguales. Para que podamos diagnosticar de trastorno depresivo mayor ese necesario la presencia de al menos uno de dos síntomas definitorios: - Un estado de ánimo deprimido (en niños puede ser irritables o considerar la no ganancia de peso) - Anhedonia (una disminución del placer o la satisfacción en actividades que antes agradaban) Por otro lado, según el DSM, los síntomas esenciales del TDM son los mismos en niños, adolescentes y adultos. Pero, no obstante, los síntomas pueden variar con la edad: - En niños hay quejas somáticas, irritabilidad y aislamiento social - En preadolescentes hay problemas somáticos, agitación e inquietud y alucinaciones congruentes con el estado de ánimo - En adolescentes se dan problemas de comportamiento disocial, consumo de sustancias, trastornos de la alimentación y disminución del rendimiento y logros escolares. Por todo esto, podemos concluir que hay dificultades diagnósticas debido a que hay distintas manifestaciones, son los adultos los que demandan los problemas, hay un humor cambiante, falta formación de los profesionales y no existen criterios específicos. TRASTORNO DISTÍMICO Este trastorno se caracteriza porque suele ser el primero en aparecer en edades más tempranas (preescolar). Hay que tener claro que cuanto antes se inicie el trastorno distímico mayor habrá más posibilidad de que se produzca comorbilidad, ya que el 70% de los casos de trastorno distímico temprano termina en TDM. El trastorno distímico podemos clasificando dependiendo de: - La naturaleza, puede ser primaria o secundaria - La complejidad puede ser unipolar o bipolar - La severidad puede ser depresión mayor o distimia - El origen puede ser endógeno o exógeno. Sabemos que este trastorno se presenta de forma igualitaria en hombres que en mujeres hasta la adolescencia. Por otra parte, sabemos que en preescolar se da en un 0’3%, en escolar se da en un 1’9% y en la adolescencia se da en un 4’7%. Un dato interesante y que hay que tener presente es que hay alrededor de unos 100 suicidios al año en España (60 hombres- 40 mujeres). Este trastorno suele tener comorbilidad con trastornos de ansiedad, externalizados y déficit de atención. LOS TRASTORNOS BIPOLARES EN LA INFANCIA Es un trastorno que puede ser difícil de diagnosticar porque los síntomas infantiles pueden diferir de los adultos en que: - Hay ausencia de ciclos claros - Raramente se caracteriza el trastorno por un ánimo eufórico - La alteración del ánimo más común es la irritabilidad, asociada con llanto y agitación psicomotora. - La irritabilidad severa en niños con trastorno bipolar ha sido descrita por algunos como “tormentas afectivas”, debido a las explosiones de mal genio prolongadas y agresivas. - El curso tiende a ser crónico y continuo, más que episódico y agudo como en los adultos. - Otro aspecto único del trastorno bipolar en la infancia es el solapamiento con el TDAH. Aquí puede estar la explicación de por qué algunos negaron la existencia del trastorno bipolar en la infancia - También aparece un importante solapamiento o comorbilidad con el TND. - Los niños con trastorno bipolar tienen un funcionamiento psicosocial altamente deteriorado (con frecuencia requieren ser ubicados en clases especiales y hospitalización psiquiátrica) - El estado de ánimo predominante es la irritabilidad, más que la euforia. - La irritabilidad y las rabietas son comunes en TDAH, pero las del trastorno bipolar son muy graves, persistentes, e incapacitantes, asociadas con frecuencia a violencia. Se describe a los niños como violentos o atacantes físicamente cuando están irritables. El trastorno bipolar podemos diferenciarlo según las características que presenta en niños como en adolescentes, siendo: - Trastorno bipolar en niños: presencia en sujetos menores de 13 años, sobretodo varones, con antecedentes familiares. Se presenta como sintomatología la irritabilidad, estados afectivos mixtos y rápida ciclación. Hay elevada comorbilidad, un curso más crónico, resistencia al tratamiento y un mal pronóstico. - Trastorno bipolar en adolescentes: presencia en sujetos de entre 13 y 18 años, tanto en hombres como mujeres. Se producen episodios completos, con una mayor prevalencia de síntomas psicóticos, un curso episódico y similar al del adulto. El diagnóstico diferencial que podemos poner con respecto al trastorno bipolar es la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el TEPT, el trastorno de personalidad inespecífico, los trastornos de comportamiento, el TDAH, la patología orgánica, el trastorno adaptativo y las condiciones médicas.
4. FACTORES DE PREDISPOSICIÓN, PRECIPITACIÓN Y MANTENIMIENTO
FACTORES DE PREDISPOSICIÓN - Vulnerabilidad genética - Trastornos del estado de ánimo en la familia - Experiencias de perdida de salud, muerte de familiares cercanos, separaciones, institucionalizaciones, desventajas sociales, abuso o perdida de relaciones próximas y confidentes. - Estilos educativos paternos con depresión paterna, abuso de alcohol o desestructuración familiar. - Las características personales son: Baja inteligencia (CI, inteligencia emocional), asociado a malos rendimientos escolares Escasa competencia social Temperamento difícil o inhibido, lo cual dificulta la capacidad para regular el estado de ánimo e interfiere en relaciones sociales Baja autoestima y lugar de control externo. Las autoevaluaciones negativas son consecuencia de la propia conducta fuera de control FACTORES PRECIPITANTES - Interrupción de relaciones significativas bien por enfermedad, separación, divorcio, cambio de residencia, cambio de colegio o maltrato por los compañeros. - Experiencias asociadas con el fracaso para alcanzar metas valiosas, como suspensos, lesiones, enfermedades… que impiden el éxito en varias actividades. - Factores biológicos como la alteración de las aminas que rigen los procesos de recompensa y refuerzo, alteración del sistema endocrino y sistema autoinmune, y alteraciones del ciclo vigilia-sueño. FACTORES DE MANTENIMIENTO - Factores cognitivos como pensamientos negativos automáticos, distorsiones cognitivas, estilo atributivo (atribuciones internas y estables para los fracasos y atribuciones externas e inestables para los éxitos), elevada autocrítica y bajas creencias en autoeficacia, atención selectiva negativa, autocrítica y autocastigo. - Factores personales como el déficit en habilidades sociales que implica tener conversaciones depresivas que lleva a los demás a evitarle en el futuro, estrategias de afrontamiento disfuncionales como abuso de sustancias o daño personal, y mecanismos de defensa para manejar las amenazas percibidas como la negación.