¿Cómo utilizó la información derivada de la estrategia de evaluación para
retroalimentar el desempeño escolar de sus alumnos?
Para que los alumnos conocieran sus fortalezas y áreas de oportunidad se
realizaron diferentes acciones como la retroalimentación. Según el enfoque formativo de la evaluación, la retroalimentación facilita el aprendizaje; sin ésta es probable que el alumno siga cometiendo los mismos errores. Por lo tanto, uno de los mecanismos que puede establecerse como andamiaje de la enseñanza es la retroalimentación. La retroalimentación juega un papel importante en el proceso educativo, ya que ayuda a los alumnos a explorar sus aciertos, errores, fortalezas y debilidades que se van presentando. De acuerdo a Salt (2009) la retroalimentación debe acompañar al proceso enseñanza-aprendizaje a lo largo de toda su extensión, con la intención de dar inmediata y oportuna información al alumno acerca de la calidad de su desempeño para que realice las correcciones necesarias con el objeto de mejorar su competencia. La retroalimentación no está restringida sólo a corregir los errores y omisiones que cometa el aprendiz para que se haga cada vez más competente (retroalimentación negativa), si no, también, para que se dé cuenta de sus aciertos (retroalimentación positiva), como una forma de estimularlo para hacer las cosas cada vez mejor. Para desarrollar la retroalimentación, se favoreció antes un clima de confianza, sin exponer a los alumnos cualidades negativas que detengan el aprendizaje o el esfuerzo de mejorar. Por ello, se propició con críticas constructivas y opiniones fundamentadas. La retroalimentación se realizó durante el proceso de aprendizaje y al finalizar cada una de las sesiones. En una puesta en común se retroalimentaba la actividad realizada por medio de participaciones en las que compartían sus resultados. El papel del docente en ese momento, fue el de analizar el trabajo y argumentos de los alumnos y detectar el patrón de errores. Al realizar la retroalimentación, los alumnos comprendían mejor que estaban haciendo de manera errónea. Se generaba confianza en ellos y se iban demostrando los avances. Asimismo, la información recabada de los instrumentos y de la retroalimentación sirvió como una acción proactiva. Es decir, para hacer adaptaciones con respecto a lo que se aprenderá en un futuro cercano. Haciendo actividades para ampliar lo que aprendieron. En las evidencias expuestas, se observa la socialización de los resultados y estrategias, las cuales fueron registradas en el pizarrón. Esto se llevaba a cabo al término de las actividades de desarrollo realizadas en equipos o de manera individual. Los educandos compartían sus procedimientos con el resto del grupo, exponiéndolas de manera oral y escrita. Para guiar a los educandos se les realizaban preguntas para que reflexionen y validen sus argumentos. ¿Qué estrategias usaron para hallar la regularidad en la sucesión?, ¿Qué otras estrategias se pudieron haber implementado?, ¿Qué se les dificultó en la realización del ejercicio? Y ¿Cómo lograron enfrentar ese desafío? Por participaciones los educandos compartían sus respuestas y entre todos se analizaba cada una de ellas. Las estrategias se anotaban en el pizarrón para seleccionar aquellas que resultaron más funcionales en la realización de los ejercicios. Estas acciones dieron cabida a la retroalimentación, en la cual los alumnos identificaban que todos los compañeros habían recurrido a estrategias similares o diferentes. O si identificaban alguna otra, la comentaban y se escribían. También fue una oportunidad para que ellos analizaran su desempeño sobre que les salió mal y por qué, cómo se resolvía correctamente y en que debían mejorar más. Detectaron sus áreas de oportunidad y reflexionaron en grupo, ya que entre ellos mismos daban los resultados y los validaban. De acuerdo a las consideraciones didácticas para la asignatura, cuando el alumno expone un procedimiento, en el cual confía, pero que es erróneo, solo en ese momento está en condiciones de aprender. Los educandos que exponían su respuesta aun siendo errónea realizaban preguntas como las siguientes: ¿Por qué están mal dibujadas mis figuras?, ¿Cómo se hacían correctamente? y ¿Cómo puedo hallar la que falta sin dibujar todas las figuras? Al escuchar las preguntas se generaba un análisis de los obstáculos que estaban interfiriendo en el aprendizaje de los alumnos. Cabe señalar, que la retroalimentación no solo se realizó de manera grupal, sino individual como se muestra en la evidencia. Ya que al término de las tareas asignadas en el cuaderno o libro de texto, se realizaban anotaciones sobre lo que les hace falta mejorar o sobre su desempeño. Las críticas expuestas fueron constructivas con el objetivo de motivar al alumno e incentivar su aprendizaje. Para la retroalimentación de cada sesión, se hacía énfasis en que los alumnos compartieran sus dudas para que entre todos pudiéramos encontrar las soluciones. La retroalimentación benefició a los educandos en los siguientes aspectos: Reconocieron las áreas de oportunidad que deben de mejorar. Valoraron los procesos y estrategias empleadas por sus compañeros. Despejaron dudas y reflexionaron sobre su desempeño. De igual manera, la retroalimentación que se dio por equipos, facilitó en los alumnos el entendimiento del tema. Al destinar tiempo en la revisión por equipos, se les iba preguntando ¿Cómo van?, ¿Qué estrategias están usando?, ¿Qué se les está dificultando?, ¿Cómo obtuvieron los resultados? Y asi con base a sus respuestas, obtener información sobre el avance que están teniendo. Se les apoyaba y guiaba para que corrigieran sus áreas de oportunidad. También como evidencia de la retroalimentación, está la coevaluación que los equipos realizaron a sus compañeros. Después de evaluar el trabajo, escribieron en la parte de abajo que les pareció el trabajo y desempeño de sus compañeros. Al intercambiar las coevaluaciones, los equipos leyeron lo que escribieron y sobre lo que tienen que mejorar. Esta acción sirvió para que los alumnos valoraran el trabajo elaborado, las estrategias usadas y el desempeño de sus compañeros. Que reconocieran en qué están fallando y cómo pueden mejorarlo.