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CULTURA
Cementerio
de palabras
Caducidad de la lengua
Una exposición en Madrid instala féretros para
2.793 palabras oficialmente extintas para la
RAE. Y, de paso, reactiva la polémica sobre su
obsolescencia: las seguimos hablando.
E
CZAR GUTIÉRREZ
ladmiradoescritorzue-
lo, después de colegiar-
se, extrajo astutamen-
te una esvástica y dijo:
“¡Este trapito triangu-
lado es catequizante!”. La cantinera,
de origen aimará, dirigiéndose a él
espetó: “¡Caracoles! ¡Eres cobarde-
mente ulcerante, atropelladamente
versificante!”. Entonces, abrumado y
aborrecido, el desdeñado escritorzue-
loterminódemocráticamenteacurru-
cado en el arroyuelo, asombrosamen-
te calcinado.
El pasaje que usted acaba de leer
está sembrado de cadáveres. En el
transcurso de los últimos 100 años,
24 palabras clave del párrafo anterior
han recibido cristiana sepultura por
la Real Academia Española, suprema
corte que oficialmente decretó esas
defunciones. Los “féretros” de aque-
llas palabras, junto a otros casi tres mil,
acaban de quedar perfectamente ali-
neadosenlaexposición“1914–2014”,
Se ha impreso un libro-objeto que reúne las palabras muertas.
organizada por el Instituto Cervantes
deMadrid:son2.793vocablosqueen-
tre 1914 y 2014 fueron retirados de las
ediciones del diccionario porque, sos-
tiene la academia, ya nadie las usaba.
Eran unidades de lengua fonética,
semántica y morfosintácticamen-
te unidas que nombraban un mun-
do. Sobre su gramática y eufonía se
construyeron verdaderos imperios
de significantes. Porque “la lengua
no es la envoltura del pensamien-
to sino el pensamiento mismo”, dijo
Unamuno. Y “el hombre es un ser que
se ha creado a sí mismo creando un
lenguaje; por la palabra el hombre es
una metáfora de sí mismo”, comple-
tó Octavio Paz. Por eso las palabras
cumplen el ciclo de la vida: nacen,
crecen, se reproducen y algunas des-
El dato
El foro en línea para cono-
cer el significado de las palabras
muertas y debatir su vigencia es:
http://19142014.es/foro
aparecen. Mueren. Fallecen. Y…
¿se olvidan?
—Lápidas de papel—
“Señores, si sacan la palabra ‘ai-
mará’, ¿cómo vamos a llamar a la
raza originaria de Bolivia?”. “Me
siento ‘abrumado’ al pensar que
dieron por muerta esta palabra”.
“‘Aborrecido’ se sigue utilizando
desde Lorca, ¡no la saquen!”. “Pa-
rece que no muy ‘astutamente’ de-
cidieron excluir esta palabra en
uso”. “Si te tengo ‘aborrecido’ es
porque te odio”. “Señores RAE,
¡me niego a dejar de ‘acurrucar-
me’!”. “¿En serio sacaron todas
estas palabras? Seguro que lo deci-
dieron ‘atropelladamente’ y sin te-
ner en cuenta a los miles de usua-
rios que las tenemos en nuestro
vocabulario cotidiano”.
Son algunos reclamos online de
los asistentes virtuales a la exposi-
ción “1914-2014”, propuesta léxi-
co-artística montada por la lingüis-
ta española Marta Pérez Campos
sobre tres plataformas: la muestra
misma, un libro-objeto en forma
de diccionario y el foro de Internet
donde aparecen todas las palabras
eliminadas y que los visitantes co-
mentan con no poco entusiasmo.
Para obtener la lista de palabras
muertas se procedió a comparar
las versiones digitalizadas de la de-
cimocuartaedicióndelDiccionario
de la Lengua Española, publicada
en 1914, con la vigésima tercera
edición publicada en el 2014.
Si bien el desuso ha sido el prin-
cipal motivo por el que estas pa-
labras han perdido su entrada en
el diccionario, las ‘data visualisa-
tion’, o visualizaciones de infor-
mación, las reactivan. Las que em-
piezan por la letra A han sufrido
más pérdidas (628), seguidas por
la C (378), D (268), E (240) y F
(138), mientras que la K, la Ñ y la
W no han tenido ninguna. En cual-
quier caso, si el idioma contiene el
árbol genealógico de una nación,
hasta en las palabras muertas, ob-
soletas o sobrantes seguirá vivien-
do el alma de quien lo habló.
Domingo 16 de junio del 2019
ENTREVISTA
MARCO MARTOS
Presidente de la Academia Peruana de la Lengua
“Nadie puede decretar la
desaparición de una palabra”
—¿Cómo es posible que palabras
con tanta vigencia sean suprimidas
por la academia?
Hay tres tipos de diccionario en la
lengua española. El general, Diccio-
nario de la Lengua Española [DLE],
de responsabilidad compartida por
todas las academias; el DA, Diccio-
nario de Americanismos; y el dic-
cionario de cada país, el peruano
es Diperú. Nadie puede decretar la
desaparición de una palabra mien-
tras se use. Puede, sí, sacarla de un
diccionario, pero ese vocablo suele
reaparecer en otro. ‘Calcinado’, ‘acu-
rrucado’, ‘abrumado’ y todas las que
siguen, existen en pleno uso, por lo
menos en América, aunque las colo-
quen en un desván.
—¿Y cuál es el estatus de estas pala-
bras suprimidas en el Diccionario
de Americanismos?
En cada hablante del español se dan
al mismo tiempo estas característi-
cas: morfosintaxis común, noventa
por ciento de vocabulario compar-
tido y solo diez por ciento regional
o nacional. Además las palabras
viajan en todas direcciones: ahora
los futbolistas españoles entran a
la ‘cancha’. Que salga o que entre
una palabra a un diccionario no es
un hecho muy relevante, aunque sí
noticia curiosa.
— ¿Cómo compatibilizan criterios
entre lengua y habla?
Lengua y habla son conceptos que
vienen de Saussure. La ‘lengua’ es
para él todo el lenguaje potencial,
y el ‘habla’ la realización en cada
individuo. Ahora se prefiere usar
las categorías de Coșeriu: ‘sistema’,
‘norma’ y ‘habla’. En el caso del es-
JHAFET RUIZ PIANCHACHI
DANTE PIAGGIO
pañol: ‘Sistema’: todo el lenguaje
español. ‘Norma’: la manera social
de realizarlo en una región; la norma
argentina, la norma peruana, la nor-
ma mexicana. ‘Habla’: la realización
en cada individuo.
—¿Cuál es la relación entre la Acade-
mia Peruana de la Lengua y la RAE?
La Academia Peruana de la Lengua
tiene una larga tradición de inde-
pendencia con respecto a otras aca-
demias. Recuérdese que Palma en
1892 tuvo un conflicto directo con la
Academia Española. Ahora su retra-
to preside el despacho del secretario
general de la Asociación de Acade-
mias. La fundación de la Asociación
de Academias en 1951, en México,
bajo la iniciativa del presidente Mi-
guel Alemán, es el hecho más impor-
tante en materia de lenguaje en el
español contemporáneo. La mayor
parte de hablantes del español está
en América y no puede hacerse nada
sustancial que contraríe sus usos y
costumbres.
—¿Cómo gravitan los peruanismos
en el DLE?
Los peruanismos, si se difunden en
todo el continente, pasan a ser ame-
ricanismos, y si llegan a la lengua ge-
neral, son de ese apartado, como la
palabra ‘mazamorra’ que desde el
siglo XVIII está en la lengua general.
Todo está con el uso. Enfrentarse al
uso es descabellado. Todas las res-
puestas ofrecidas son generales, no
se detienen en unas pocas palabras.
Cada vocablo merece particular aten-
ción y no hay decisión que no pueda
cambiarse en materia de lenguaje,
siempre atendiendo a lo que piensa y
dice cada comunidad.