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INTRODUCCIÓN.
En la primera mitad del siglo XX, los efectos psicológicos y sociales de los
conflictos bélicos mundiales motivaron la aparición de estudios empíricos que
postulaban una teoría de consecuencias psicopatológicas casi incuestionables para
los afectados por una emergencia, concretándose en la entonces llamada neurosis
de guerra. Este enfoque convivía, a su vez, con el mito del pánico y de la
irracionalidad de la masa ante cualquier situación catastrófica. En la segunda
mitad del siglo XX, el planteamiento gira hacia una teoría centrada en la
catástrofe, que sitúa al individuo en un segundo plano para resaltar el fenómeno
de la catástrofe en sí como catalizador de conflictos o dinámicas sociológicas de
otro orden; pero, además, comienzan a cuestionarse los mitos imperantes sobre la
actitud de la población cuando se producen eventos extraordinarios.
Resumiendo, parece que es una relación espuria la que antaño se estableció entre
catástrofe y comportamiento pánico e irracional de los ciudadanos. Esta reflexión
no se queda en una cuestión de teoría básica académica, sino que repercute en el
modelo de organización y gestión de situaciones catastróficas. La teoría del
pánico sustentó un modelo de gestión excluyente de la colaboración ciudadana
que tomaba, tanto en Europa como fuera de ella, el nombre de Defensa Civil; En
la actualidad las teorías del comportamiento racional y solidario de la población
son la base del modelo de Protección Civil en sociedades avanzadas, conocido
como el de las tres "ces":
• Comunicación e información a los ciudadanos.
• Coordinación entre las distintas instituciones y organismos.
• Cooperación entre sociedad e instituciones
1 Importante España fue uno de los primeros países en incorporar este modelo
de lucha contra las catástrofes, y, además, jugó y juega un importante papel en el
desarrollo del mismo, así como en la expansión y modernización de la gestión
institucional de riesgos tanto en el contexto Europeo como en el Iberoamaericano.
Y que debemos hacer cuando la emergencia y el desastre se nos echa encima con
todas sus connotaciones y la catástrofe nos hace impotentes, se debe entonces
activar el plan de emergencias que ya se había planificado y actuar según nuestros
conocimientos en medio de la evacuación, de la búsqueda, del rescate, etc., con el
fin de restaurar un sistema mínimo vital con una atención psicológica y acogida
temporal para que a más largo plazo se restaure la vida normal y se facilite la
vuelta a ella.
Estas reacciones no suelen tener una gran duración temporal, pero pueden dar
lugar a sentimientos de culpabilidad. Sin embargo, existen otras reacciones más
graves en los que ya eran propensos, como la neurosis traumática, la de angustia,
la fóbica, la histérica que necesitan evacuación inmediata, vigilancia y tratamiento
eventual, caso de que no necesiten un tratamiento más durable, y entretanto,
controlar también cualquier comportamiento que pudiera provocar la
desintegración del grupo social que socorre en tales situaciones de forma que no
se cambien o pierdan los roles de cada actuante bajo la presión del fuerte shock
emocional que provoca la llamada procesión de los fantasmas o el peligro de
descontrol a través de reacciones primitivas colectivas.
• Seguridad para la víctima y para los demás, sintiéndonos todos que estamos
razonablemente protegidos de nosotros mismos, de otros y/ del ambiente.
• Confianza en nosotros mismos y en los demás en relación a seguir nuestro
propio criterio y el de los demás dentro del orden y plan organizado.
• Control de nosotros mismos y con los demás haciéndonos responsables de
nuestras propias acciones y de la influencia que podemos ejercer sobre los
demás con el debido respeto a sus valores humanos.
• Estima de nosotros mismos y de los demás valorando lo que sentimos,
pensamos y creemos, al mismo tiempo que sabemos valorar y no juzgar a los
otros.
• Intimidad con nosotros mismos y con los demás al sabernos conocer y
aceptarnos en nuestros propios sentimientos y pensamientos y sabernos
aceptados también, por los demás.
• ¿qué me ha sucedido?
• ¿qué va a ser de mí?
• ¿qué pasará si no mejoro?
• ¿estoy a salvo?
En una primera atención bajo dos variables de escucha y atención que nos
da lugar a seis pasos como:
• Definir y evaluar la situación
• Garantizar la seguridad
• Proporcionar apoyo psicológico dentro de la escucha
• La acción, examinar alternativas
• Construir planes
• Conseguir un compromiso involucrándose en la situación como
colaborador responsable.
Las grandes concentraciones de personas con motivos del ejercicio del derecho de
reunión, o bien con ocasión de la celebración de diversos espectáculos, o
acontecimientos que puedan derivar en situaciones que rebasen los límites de la
normalidad.