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192 DIAL OGOS

Sobre que, en realidad, es ta conversación se hubiera


p roducido es imposibl e decidir. Lo que parece menos
probabl e es que fu era el dfa antes de que regresara
el barco de Delos. Tan inquietos co mo Critó n estarían
Jos otros amigos que, como se nos dice en el Pedón, se
reunían en la prisión desde el a manecer. Pero 1m3 con-
versación semejante pu do haberla tenido Cri tón en cual- CRI:ró N
quiera de sus intentos de persuadir a Sócrates a que
huye ra. Critón hab ría hab lado con Platón de e sta con-
versación y és te. con su maravilloso estilo. habría com-
SócRATES y CRlTÓN
puesto esta pi eza bellísima.
El hecho de que, en el orden de la realidad cronoló-
gica, la co n tin u ación de este di á logo se halle en e l SócRATES. - ¿Por q ué vienes a es ta hora. Critón ? 43a
comienzo y el fina l del Feddn no implica la menor ¿ No es pronto todavía?
CRIT ÓN. - En efecto , es muy pronto.
relación de un diálogo con otro. E n época posterior,
cuando la t emáti ca apologética e staba cerrada, al me- S6c. - ¿Qué hora es exactamente?
n os formalmente, enc on tró Platón que era muy bello Can . - Com ienza a aman ecer.
encuadrar un diálogo sob re la inmortalidad del alma Sóc. - Me extraña que el guardián de la pri sión
entre las primeras luces del día de la muerte del maes- haya querido atenderte.
tro y las ú lt imas palabras que és te pronunció cuando . Carr. - Es ya anúgo mio, Sócrates. de tanto venir
ya el ven eno ponfa fin a s u vida . aqu f; además ha recib ido de mi al guna gratificación.
S6c. - ¿Has venido ahora o hace tiempo ?
CRIT. - Hace ya bastante tiempo.
NOTA SOBRE EL TEXTO
Sóc. - ¿Y có mo no me has despertado en seguida b
y te has quedado sentado ahí al lado , en silencio?
Para la versión espaftola se ha seguido el texto de BURNlrr. CaIT. - No . po r zeus, Sócrates. en esta si tuación
Ptatotlis Opera, vol. 1, Oxfcrd, 1900 (reim presión. 1973). tampoco habria querido yo mismo esta r en tal desvelo
y sufri m iento. pe ro hace rato que me ad miro viendo
qué suaveme n te duermes. y a intenci ón no te desperté
BIBLIOGRAFtA para que p asara s el ti em po 10 más agra da blemente.
Muchas veces, ya antes durante tod a tu vida, te consi-
Véase la bl bllogra ña para la Apología en este volumen. deré feli z por tu ca rácter, pero much o más en la pre-
p ág. 147. sente desgraci a, al ver qué fácil y apaciblemen te la
llevas.
Sdc. - Cie rtamente, Critón, no sería oportuno Irri-
ta rme a mi edad, si debo ya mori r.
37. - 13
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e CaIT. - También otros de tus año s, Sócrates. se en- Soc, - Me pareció que una m uj er bella, de buen
cuentran metidos en estas circunstancias, pero su edad aspecto, que llevaba blancos vestidos se acercó a mí,
no les libra e n nada de irritarse con su suerte presente . me llamó y me dijo: «Só crates, b
SOC. - Así es . Pero. ¿por qué has ven ido tan tem- al tercer día llegards a la fértil Plla»J.
prano ?
CRIT. - Para traerte, Sócrates. una noticia dolorosa CRIT.- Extraño es el s ueño, Sócra tes .
y agob iante. no para ti, según veo , pero ciertamente Sóc. - En todo ca so, muy claro, según yo creo,
dolorosa y agob ian te para mí y para todos tus amigos, Cri tón.
Y que para mí. segú n veo, va a ser muy difícil de so- CRrr. - Demasiad o claro, según parece. Pero, queri-
portar. do Sócrates , todavía en este momento hazme ca so y
S6c. - ¿Cuál es la noticia ? ¿Acaso ha llegado ya sálvate. Para mí, si tú mueres, no será u na so la des-
d desde Delos 1 el barco a cuya llegada debo yo morir? gracia, sino que, aparte de verme privado d e un amigo
CRIT. - No ha llega do aún, pero me parece que com o j amás en contraré otro, muchos que no nos co no-
estará aquf h oy, por lo que anuncian personas venidas cen bien a ti y a mi creerán que. habiendo podido yo
de Sunio 2 que han dejado el barco allL Según estos salvarte, si hubiera querido gastar dinero, te h e aban- e
m ensajeros, es seguro que esta rá aquí h oy, y será n ece- donado. Y. en verdad, ¿h ay re putación más vergonzo sa
sario, Sócrates. que mañana acabes tu vida. que la de parecer que se tiene en más a l dinero que a
S6c. - Pue s, ¡buena suertel , Crltón . Sea así, si así Jos amigos ? Porque la mayoría n o lle gará a convencer-
es agradab le a los dioses. Sin embargo. no creo que el se de que tú mismo no qui sis te salir de aq uí, au nque
barco es té aquí hoy. nosotros nos esfozábamos en ell o.
44a CRIT. - ¿De dónde conjeturas eso? Sóc. - Pero ¿po r qué damos ta nta importancia, m i
Sóc. - Vay a decírtelo. Yo debo morir al día siguien- b uen Cri tón, a la opinión de la mayoría? Pues 10s más
te de que el barco llegu e. capaces, de los que sí vale la pena preocuparse, consi -
CRIT. - Así d icen los encargados de es tos asuntos. derarán que es to ha sucedido como en realidad suceda.
Sóc.- Entonces, no creo que llegue el día q ue es tá Carr. - Pero ves, Sócrates, que es nece sario también d
empezando sino el sigui ente. Me fundo en cierto sueño tener en cuenta la opinión de la mayo ría. Es to mismo
que he tenido hace poco, es ta noche. Probablemente que ahora es tá sucediendo deja ver, claramente, que
ha sido muy oportuno que no me de sp ertaras. la mayoría es ea.paz de producir no Jos males más
CRIT. - ¿Cu ál era el sueñ o? pequeñ os, sino precisamente los mayo res, si algu ien ha
incurrido en su odio.
I I odos los aftas se enviaba una procesión a Delos en recuer- Soc. - ]Ojalá, Critón, que los m ás fueran capaces
do de la victoria de Teseo sobre el Minotauro, victoria que de hacer los males m ayore s para que fu eran también
liberó a Aten as del tributo humano que debfa pa gar a Minos . capaces de hacer los mayores bi enes ! Eso sería bueno.
Desde que la nave salfa has ta su regreso, no se podfa ejecutar
ninguna sentencia de muerte. 3 Es el verso 363 de lUada IX, en el. que Platón ha cambiado
2 El cabo Sunio se halla en el vértice sur del Ática. A partir la primera persona por la segunda. Para Ptfa, véase pág. 385,
de ahí los barcos navegaban sin perder de vista la costa. nota 9.
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La realid ad es que no son capaces ni de lo una ni de lo a esto no vaciles en salvarte; y que tampoco sea para
otro ; pues, n o sie nd o tampoco capaces de hacer a ti dificultad lo que dijiste en el t ri bunal 6. que si salfas
algu ien sensato ni insen sato , h acen lo que la casualidad de Ate na s, no sabrías cómo valerte . E n muchas partes,
les ofrece. adonde quiera que tú llegu es, te acogerán con cariño. e
e CRn. - Bien, aceptemos qu e es así. ¿Acaso no te Si quiere s ir a Tesalia. tengo allí h uéspedes que te ten-
es tá s tú preocupando de q ue a mí y a los otros amigos . drán en gran est imación y que te ofrecerán seguridad,
si ro sales de aquí, no DOS creen dificultades los sico- de manera que nadie te mol este en Tesalia .
fantes f al decir qu e te hemos sacado de la cárcel. y nos Además. Sócra tes. tampoco me parece justo que ÍD-
veamos obliga dos a perder toda nuestra fortuna o mu- rentes traicionarte a ti mismo. cuando t e es posible
cho dinero 0 , incl uso , a su fri r algún otro daño además salvarte. Te es fuerzas porque te suceda aque llo por lo
4Sa de éstos? Si, en efec to. temes algo así, déjalo en paz. que trabajarían con afán y. de hecho. han t rabajado
Pu es es j usto que nosotro s co rramos este riesgo p ara tus enemigos de seando destruirte. Además , me parece
salva rte y. si es preciso. otro aún mayor. Pero h azme a m í que traicionas también a tus hijos; cuando te es
caso y no obres de otro modo. posib le criarlos y educarlos, los abandonas y te vas, y, d
Sóc. - Me p reocupa eso, Críton, y ot ras muchas po r tu parte, tendrán la suerte que el destino les dep a-
cosas. re, que se rá, como es probab le, la habitual de los huér-
CRIT. - Pues bien. no temas por ésta. Ciertamente, fanos durante la orfandad . Pues, o no se debe t ener
tampoco es mucho el dinero que quiere n recibir algu- hi jos, o hay que fatigarse para criarlos y educarlos.
nos para salvarte y sacarte de aquí. Además . ¿no ves Me parece que tú eliges lo más cómodo. Se debe elegir
qué baratos es tán estos sicofantes y que no seria nece, lo que elegirla un ho mbre bueno y decidi do. sobre t od o
b sario gastar en eltos mucho di nero? E s tá a tu dísposí- cuando se ha dich o durant e toda la vida qu e se ocupa
ci ón mi fortuna que será suficien te. según creo. Además. uno de la virtud.. Así que yo si en to vergüenza. p or ti y e
si te preocupas por mí y crees que no debes gastar lo por n osotros tus amigos, de que p arezca que todo est e
mío. están aquí algu nos extranj eros dispuestos a gastar as unto tuyo se ha producido por cierta cobardía nues-
su dinero. Uno ha traído. Incluso. el suficien te para tra: la instrucción del proceso para el tribunal, sie ndo
ello , Simias s de Tebas . Es tán dispuestos también Cebes posible evitar el proceso. el mismo d esarrollo del juicio
y otro s muchos. De manera que. como digo, por temor tal como sucedió, y fin almente esto . como desenlace
ri d ículo d el as unto , y que parezca que nosotros nos
4 Los sicofa ntes eran den uncia ntes profesionales. General- hemos quedado al margen de la cuestión por íncepací-
men te cobraban del interesado en denunciar. que no deseaba
hacerlo por si mi smo . Eran conocidos y temidos por las perso- d ad y coba rdfa, así como que no te h emos salvado ni 400
na s honradas que siempre podía n verse envuelta s en una denun- tú t e has salvado a ti mismo, cu an do era realiza ble y
cia falsa, El pri mer elemento s íco- es la palabra higo (gr. s)ikon). posible. p or pequeña que fuera nuestra ayuda. Pero
~ Simias y Cebes eran tebanos. En su ciudad habían sido to ma una decisión; por más que ni siquiera es ésta la
discípulos del pi ta górico Filolao . Después, en Atenas. fue ron hora de decidir , sino la de tenerlo decidido. No hay
ambos discípulos de SÓCrates. A los dos les hace Platón inter-
locu tores de Sócra tes en el Fedón, si bien el primer dia logante
con Sócrates es Simi as. 6 Véase la Introducción. pá g. 190, nota 2.
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más que una decisión; en efecto, la próxima noche se mucho alg unas y otras no. Por los dioses, Critón, ¿no
tiene que estar todo realizado. Si esperamos más, ya te parece que esto está bien dicho? E n efecto, tú, en la
no es posible ni realizable. En to do caso, déjate per- me dida de la previs ión hum an a, estás libre de ir a
suadir y no obres de otro modo . morir mañana, y la presente desgracia no va a extraviar 47a
b SOc. - Querido Critón, tu buena volun tad sería muy tu juicio. Examínalo. ¿No te parece que es tá bien decir
de estimar, si le acompañara algo de rectitud; si no, que no se deben estimar todas las opiniones de los
cuanto m ás intensa, tanto m ás penosa. Así pues, es ne- hombres, sino unas sí y otras no, y las de u nos h om-
cesario que reflexionemos si es to debe hacerse o no. bres sí y las de otros no? ¿Qué dices tú ? ¿No es tá bien
Porque yo, no sólo ahora sino siemp re, soy de condí- decir esto?
ción de no prestar atención a n inguna otra cosa que al CRIT. - Está bien.
raz onamiento que, al reflexionar, me parece el me jor. Soc. - ¿Se de be n estimar las valiosas y no estimar
Los argumentos que yo he dicho en t iempo anterior no las malas?
los puedo desmentir ahora po rque me ha tocado esta CRIT. - Sí.
suerte, más bien me parecen ahora, en con junto, de igual Soc. - ¿Son valiosas las opmrones de los hombres
e valor y respeto, y doy mucha importancia a los mis- juiciosos, y malas las de los homb re s de poco juicio?
mos argumentos de antes. Si no somos capaces de CRIT. - ¿Cómo no?
decir nada mejo r en el m omento presente, sabe bien Séc. - Veamos en qué sentido decíamos ta les cosas.
que no vaya estar de acuerdo contigo, ni aunque la Un hombre que se dedica a la gimnasia, al ejercitarla
fuerza de la mayoría nos asuste como a n iños con más ¿tiene en cuenta la alabanza, la censura y la op inión b
espantajos que los de ahora en que nos envía prisiones, de cu alquier persona, o la de una sola persona, la del
muertes y privaciones de bienes. ¿Cómo podríamos exa- médico o el entrenador?
minar eso más adecuadame nte? Veamos, por lo pronto, CRIT. - La de una sola persona.
si recogemos la idea que tú expresabas acerca de las Soc. - Lu ego debe temer las censuras y recibir con
opiniones de los hombres, a saber, si he mos tenido agrado los elogios de aquella sola persona, no los de la
d razón o no al d ecir sie mpre que deb en tenerse en cue n- mayoría.
ta unas opi nio nes y otras no . ¿ O es que antes de que yo CRIT. - Es evidente.
deb iera morir estaba bien dicho, y en cambio ahora es SÓc. - Así pues , ha de obrar, ejercitarse, comer y
evidente que lo decíamos sin f undamento, por necesi- beber según la opi nión de ése solo, del que está a su
dad de la exp resión, pero sólo era un juego infantil y cargo y enti ende, y no según la de todas los otros
pura charlatanería? Yo deseo, Critón, examinar conti- juntos.
go si esta idea m e parece diferente en algo, cuando me CRIT. - Así es.
encuentro en esta situación, o me parece la mi sm a, y, Soc. - Bien . Pero si no hace caso a ese solo homb re e
según el caso, si la vamos a abandonar o la va mos a y desp recia su opini ón y sus elogios, y, en cambio,
seguir. Según creo, los hombres cuyo jui cio tiene inte- esti ma las palabras de la mayoría, que nada entiende,
rés dicen siem p re , como yo decía ahora, que entre las ¿es que no sufrirá algún daño?
e opiniones que los hombres manifiestan deben estimar- CRIT. - ¿Cómo no?
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soc.- ¿Qué daño es es te, hacia dó nde tiende y a qué verdad misma diga. Así que, en primer término, no fue
parte del que no hace caso? acer tada tu propuesta de que debemos preocuparnos
CRIT. - Es evidente qu e al cue rpo; en efecto, lo de la opinión de la mayoría acerca de lo justo, lo b ello
arruina. y 10 bueno y sus contrarios. Pero podría de cir alguien
Sóc. - Está bien. Lo mismo p asa con las ot ras cos as, que los más son capaces de condenarnos a muerte.
Critón, a fin de no repasarlas todas. También respect o CRIT. - Es evidente que podría decirlo, Sócrates. b
a lo justo y lo inju sto, lo feo y lo b ello, lo bueno y lo S6c. - Tienes razón. Pero, mi 'b ue n ami go, este razo-
malo, sobre l o que ahora trata nuestra deliberación, n amient o que h emos recorrido de cab o a cab o me Pe-
¿acaso debemos nosotros seguir la opinión de la mayo- rece a mí que es aún el mi smo de siemp re . E xamina,
d ría y temerla, o la de uno solo qu e en tien da , si lo hay, además, si también permanece fir me aún, p ara nosotros,
al cual hay que respetar y temer más que a todos los o no permanece el r azonamient o de que no hay que
ot ros juntos? Si no seguimos a ést e, dañaremos y mal- considerar 10 más importante el vivir, sino el vivir bien.
trataremos aquello que se m ejora con 10 ju sto y se des- CRIT. - Sí p ermanece.
truye con 10 in ju sto. ¿No es así est o ? Soc. - ¿La idea de que vivir bien, vivir honrada-
CRIT. - Así 10 pienso, Só crates. mente y vivir justamente son el mismo concepto, p er·
Sóc. - Bien, si 10 que se hace me jor por medio de manece, o no pennanece ?
lo sano y se daña por medio de lo enferme, lo arrui- CRIT. - Permanece.
n amos por hacer caso a la opinión de los que no en rien- Sóc. - En tonces , a partir de lo acordad o hay que
den, ¿acaso p odríamos vivir al estar eso arruinado? examinar si es justo, o no lo es , el que yo intente
e Se trata del cuerpo, ¿no es así? sal ir de equ í sin soltarme los atenienses. Y si n os pa- e
CRIT. -Sí. rece ju sto. íntent émoslo, pero si no, dej émos lo. En
11 Sóc. - ¿Acaso podemos vivir con un cuerpo m ise. cuanto a las consideracion es de que hablas sobre el
rabIe y arruinado? gasto de dinero, la reputación y la crianza de los hijos,
CRIT. - De ningún modo. es de tem er , Crit6n, que és tas, en realida d, sean reflexío-
Soc. - Pero ¿p ode mos vivir, acaso, estando dañado nes ade cuadas a és tos que condenan a muerte y h arían
aquello con lo que se arruina lo in justo y se ayuda a lo resuci tar, si pudieran, sin el m en or sent ido, es deci r,
justo? ¿Consideramos que es de menos valor qu e el a la mayoría. Puesto que el r azon amiento lo exige
48a cuerpo la parte de nosotros, sea la que fuere, en cuyo aSÍ, nosotros no t enemos otra cos a que hacer, sino
en torno están la injusticia y la justicia? examinar, como antes de cía, s i no sotros, unos sacando
CRIT. - De ningún m odo. de la cárcel y otro saliendo, vamos a ac tua r ju stamente
soc, - ¿Cier tamen te es m ás estimab le ? pagando dinero y fa vores a los que me saquen, o bien d
CRIT. -Mucho más. vamos a obrar injustamente haciendo todas estas co-
Sóc. - Luego, querido am igo, no debemos preocu- sas. Y si result a que vamos a reaIizaxllet~stos,
p arnos mu cho de lo qu e no s vaya a decir la mayoría, no es necesario considerar si, al quedl~ó\~ aquíts,l \ em-
sino de lo que diga el que entiende sobre las cos as ju s- pr en der a cción alguna, tenemos que F:grir o sufri:f¿: al-
t as e injustas , au nque sea uno sólo, y de lo que la qui er otro daño, antes qu e obr ar inN stamente. :!
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CaIT. - Me parece acertado lo que dices, Sócrates, ría, puesto que de ningún modo se debe cometer in-
mira qué debemos hacer. justicia.
Soc,- Examinémoslo en común, amigo, y si tienes CRIT. - Es evidente. e
algo que objetar mientras yo hablo, objétalo y yo te S6c.- ¿Se debe hacer mal, Critón, o no?
e haré caso. Pero si no, mi buen Critón, deja ya de decir- CRlT. - De ningún modo se debe, Sócrates.
me una y otra vez la misma frase, que tengo que salir Soc. - ¿Y responder con el mal cuando se recibe
de aquí contra la voluntad de los atenienses, porque mal es justo, como afirma la mayoría, o es injusto?
yo doy mucha importancia a tomar esta decisión tras Cmr. - De ningún modo es justo.
haberte persuadido y DO contra tu voluntad; mira si te Soc. - Luego no se debe responder con la injusticia
parece que está bien planteada la base del razonamíen- ni hacer mal a ningún hombre, cualquiera que sea el
49a to e intenta responder, a lo que yo pregunte, lo que daño que se reciba de él. Procura, Critón, no aceptar
tú creas más exactamente. esto contra tu opinión, si lo aceptas; yo sé, dertamen- d
CRIT. - Lo intentaré. te, que esto lo admiten y lo admitirán unas pocas per-
sonas. No es posible una determinación común para los
Soc. - ¿Afirmamos que en ningún caso hay que
que han formado su opinión de esta manera y para los
hacer el mal voluntariamente, o que en unos casos sí y
que mantienen lo contrario, sino que es necesario que
en otros no, o bien que de ningún modo es bueno y
se desprecien unos a otros, cuando ven la determina-
honrado hacer el mal, tal como hemos convenido mu-
ci ón de la otra parte. Examina muy bien, pues, tam-
chas veces anteriormente? Eso es también lo que aca-
bién tú si estás de acuerdo y te parece bien, y si
bamos de decir. ¿Acaso todas nuestras ideas comunes
I, de antes se han desvanecido en estos pocos días y,
debemos iniciar nuestra deliberación a partir de este
principio, de que jamás es bueno ni cometer injustí-
desde hace tiempo, Critón, hombres ya viejos, dialoga-
11 cía. ni responder a la injusticia con la injusticia, ni
mos uno con otro, seriamente sin darnos cuenta de que
responder haciendo mal cuando se recibe el mal. ¿O
b en nada nos distinguimos de los niños? 0, más bien,
bien te apartas y no participas de este principio? En e
es totalmente como nosotros decíamos entonces, lo afir-
cuanto a mí, así me parecía antes y me lo sigue pare·
me o lo niegue la mayoría; y, aunque tengamos que
1\ ciendo ahora, pero si a ti te parece de otro modo, dilo
sufrir cosas aún más penosas que las presentes, o bien
y explícalo. Pero si te mantienes en lo anterior, escucha
más agradables, ¿cometer injusticia no es, en todo
lo que sigue.
caso, malo y vergonzoso para el que la comete? ¿Lo
CRlT. - Me mantengo y también me parece a mí.
afirmamos o no? Cont inú a.
CRIT. - Lo afirmamos. Soc. - Digo lo siguiente, más bien pregunto: ¿las
Sóc. - Luego de ningún modo se debe cometer in- cosas que se ha convenido con alguien que son justas
justicia. hay que hacerlas o hay que darles una salida falsa?
CRIT.-Sin duda. CRIT. - Hay que hacerlas.
Sóc. -Por tanto, tampoco si se recibe injusticia se Soc. - A partir de esto, reflexiona. Si nosotros nos
debe responder con la injusticia, como cree la mayo- vamos de aquí sin haber persuadido a la ciudad,
204 D1A.L OGOS CRI TÓN 205

SOa ¿h acem os daño a alguien y. precisamente, a quien me- referentes al matrimonio les censuras algo que no esté
D OS se debe. o no? ¿Nos ma ntenemos en 10 que hemos bien?» ..No las censuro» . diría yo . ..Entonces. ¿a las
acordado que es justo. o no? que se refieren a la crianza del nacido y a la educación
CluT.- No puedo responder a 10 que preguntas , en la que te has educado? ¿Acaso las que de nosotras
Sócrates; no lo entie ndo.' estab an establecidas para ello no disponían bien orde-
S6c. - Co nsidéralo de es te modo. Si cuan d o no s- nando a tu padre que te educara en la música y e n la
ot ros estem os a punto de escapar de aq uí, o como haya gímn as ía ?» ..Sí disponían bien », di ría yo . • Después que e
qu e llamar a es to, vinieran las leyes y el común de la hubis te nacido y hubist e sido criado y educado. ¿po-
ciudad y, colocándose delante, no s dijeran: «Dime, drí as decir. en principio, que no e ras resultado de
Sócrates, ¿qué tie ne s intención de hacer? ¿No es cie rto nosotras y nues tro esclavo, tú y tu s ascendientes ? Si
b que, por m edio de esta acción que int entas, ti enes el es to es así. ¿acas o crees que los derechos son los m is-
propósito. e n 10 q ue de ti depende, de destruirnos a DOS- mos para ti y pa ra nosotras. y es justo para ti respon-
otras y a toda la ci udad ? ¿Te parece a ti que puede aún de r haciéndon os, a tu vez, lo q ue nosotras intentemos
existir sin arruinarse la ciudad en la que los j uicios hacerte? Ciertamente no se rían iguales tus de rechos
qu e se p roducen no tienen efec to alguno, sino que son respect o a t u padre y respecto a tu dueño, si lo t uvie-
invalidados por particulares y quedan anulados j s ras. como para que respondieras haciéndol~ lo que
¿Qué vamos a responder, Crlt én , a estas preguntas y ellos t e hicieran , in sultando a tu vez al se r insultado,
a otras semejantes? Cualquiera. especialmente UD ora- o golpean do al se r golpeado. y así sucesivamente. ¿Te Sta
da r, p odrfa dar m uchas razones en defensa de la ley, se ría posible, en cambio. hacerlo con la patria y las
que intentamos destruir, que ord ena que los j uicios leyes, de mod o que si nos p ro po nemos ma tarte. po r-
que han sid o senten ciados sean firmes . ¿Acaso les di- que lo consideramos justo. po r t u parte intentes, en la
e remos: «La ciudad ha ob rad o injus ta men te con nos- medida de t u s fuerzas, de struirnos a nosotras, la s le yes.
otros y no h a llevado el juicio rec tamen te»? ¿Les vamos y a la patria. y afirmes que al h acer lo obras ju stamen te ,
a decir eso ? tú, el que en verdad s e preocupa de la virtud? ¿ Aca~o
CRIT.- Sí, p or Zeus, Sócrates. eres tan sab io qu e te pasa inadvertido que la patna
Sóc.-Quízá di jeran las leyes: ..¿Es esto, Sócra tes, merece más hon or que la m ad re. que el padre y que
lo que he mos convenido tú y nosotras, o b ien que hay todos los ante pasado s. que es más vene rable y más
qu e permanecer fiel a las sentencias que dicte la ciu- santa y que es digna de la mayor es ti mación e ntre los b
dad? Si nos extrañáramos de sus p alabras, quizá dije- dioses y ent re los ho mbres de juici o? ¿Te pasa ina d-
ran: ..Sócrat es no te extrañes de lo que deci mos, sino vertido qu e hay que respetarla y ceder ante la p atria
respón denos, puesto que tienes la costumbre de servirte y halagarla. si está irritada, más aún que al padre;
de preguntas y respuestas. Veamos, ¿qué acusación que h ay que convencer la u obedecer la haciendo 10 que
tien es contra nosotras y contra la ciudad para intentar ella disponga; que hay que padecer sin op on erse a
d de s truimos ? En primer lug a r, ¿no te hemos dado nos- ello , si ordena pad ecer al go ; que s i ordena recib ir
otras la vida y, po r medio de noso t ras, desp osó tu p adre golp es. sufrir pri sión. o llevarte a la guerra para se r
a tu madre y te eng en dró? Dínos, enton ces . ¿a las leyes heri do o para m orir. hay que hace r esto porque es lo
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just o. y no hay que se r débil ni retroceder ni abandonar una opción entre dos, persuadimos u obedecernos; y
el puesto, sino que en la guerra. en el tribunal y en el que no obedece no cumple ninguna de 1as dos. De-
todas partes hay que hacer Jo que la ci uda d y la patria cimas, Sócrates, que tú vas a quedar s ujeto a estas
e ordene, o p ersuadirla de ]0 que es jus to; y que es im- inculpaciones y no e ntre los que menos de los ate-
pío h acer violencia a la madre y al padre, pero lo es nienses, sino entre los que más, si haces lo que ple-
mucho más aún a la pat ria ? l Qué vamos a d ecir a neas.e
es to, Critón? ¿Dicen la verdad las leyes o no? Si entonces yo dijera: c l Por qué, exactementez»,
CJuT. - Me parece que sí. quizá me respondieran con justicia di ci endo que preci-
Sóc.- Tal vez dirían aún las leyes: «Ex amina, ade- samente yo he acep tado este com promiso como muy
más, Sócrates, si es verdad Jo que nosotras de cimos, pocos atenienses . Dirfan: e'Iene mos grandes p ruebas, b
que no es justo que trates de hacernos lo que ahora Sócrates, de que nosotras y la ciudad te pa recemos bien.
intentas. En efecto. nosotra s te hemos engendrado, En efecto, de ningún modo hubieras perman ecido en la
criad o, educado y te hemos hecho partícipe. como a ciu dad más destacadamente que todos los otros ciuda-
todos los demás ciudadanos, de todos los bienes de danos 7, si ésta no te hubiera agradado especialmente,
d que éramos capaces; a pesar de esto proclamamos la sin que hayas salido nunca de ella p ara una fiesta,
libertad, para el ateniense que lo quiera, una vez que excepto una vez al Istmo, ni a ningún otro territorio a
haya hecho la prueba legal para adquirir los derechos no ser como soldado; tampoco hiciste nunca. como ha-
ciudadanos y, haya conocido los asuntos públicos y a cen los demás, ningún viaje al extranjero, ni tuviste
nosotras, la s leyes, de que, si no le parecemos bien, deseo de conocer otra ciudad y otras leyes, sino que nos-
t om e lo suyo y se vaya adonde quiera. Ninguna de ot ras y la ciudad éramos satisfact orias para ti. Tan e
nosotras, las leyes, Jo impide. ni prohibe que, si alguno plenamente nos elegiste y acordaste vivir como ciuda-
de vo sotros quiere trasladarse a una colonia, si no le dano según nuestras normas, que incluso t uvis te hijos
agradamos nosotras y la ciudad, o si quiere ir a otra en esta ciudad. s in duda porque te encontrab as bien
parte y vivir en el extranjero, que se marche adonde en ella. A6n má s. t e hubiera sido posible, durante el
quiera llevándose lo suyo. proceso mismo, proponer para ti el destierro, si lo hu-
e. _El que de vosotros se quede aquí vie ndo de qué bieras querido, y hacer entonces, con el consentimiento
modo celeb ramos los juicios y administramos la cíu- de la ciu dad, lo que ahora in t entas h acer contra su
dad e n los demás aspectos, afirmamos que éste, d e voluntad. Enton ces tú te jactabas de que no te irrita-
hecho, ya e stá d e acue rdo con no sotras en que va a rías. si tenías que morir. y elegías , según decías, la
hacer lo que nosotras ordenamos, y decimos que el que muerte antes que el destierro. En cambio, ahora, ni
no obedezca es tres veces culpable, porque le hemos respetas aquellas palabras ni te cuidas de nosotras, las
dado la vida, y no nos obedece, porque lo hemos criado leyes, intentando destruirnos; obras como obraría el
y se ha comprometido a obedecemos, y no nos obedece
ni procura persuadimos si no hacemos bien alguna 7 Sócrates no había salido de Atenas, más que en cumpli-
miento de SU! deberes militares. La fiest a en el Istmo no supo.
cosa . Nosotras proponemos hacer lo que ordenamos ne contradicción. a l mismo cita, en Apologfa 28c, los lugares
52a y no 10 imponemos violentamente, sino que permitimos de las cempañes.
208 DI ÁLOGOS CRnóN 209

d más vil es clavo intentando escaparte en contra de los Tebas o M égera", pues ambas tienen buenas leyes ,
pact os y acuerdos con arreglo a los cuales convini ste llegarás como enemigo de su sistema político y todos
con nosotras q ue vivirlas co mo ciudadano. En primer los que se preocupan de sus ciudades te mirarán con
lugar, respón denos si decimos verdad al insistir en que suspicacia considerándote destructor de las leyes ; con-
tú has converúdo vivir como ciu dadano según nuestras firmarás para tu s jueces la opinión de que se ha sen-
nonnas co n ac tos y no con palabras. o bien si no es tenciado re ctamen te el proceso. En efecto. el que es des- e
verdad.e ¿Q ué va mos a decir a es to, Critó n? ¿No es tructor de las leyes , parecería fácilmente que es tam-
cierto que e stamos de acuerdo? b ién corrup tor de jóvenes y de gentes de poco es píritu.
CRIT. - Necesariamente, Sócrates. ¿Acaso vas a evitar las ciudades con buenas leyes y los
SOc. - «No es cierto -c-dirían ellas- que violas los hombres más honrados? ¿Y si haces eso, te valdrá la
e pactos y los acuerdos con noso tras, sin que los ha yas pe na vivir? O bien si te diriges a ellos y tienes la des-
convenido b ajo coacci ón o engaño y sin estar obligado vergüenza de conversar, ¿con qué pensamientos lo ha-
a tomar Wl3 decis ión en poco tiempo, sino durante rás. Sócrates? ¿Acaso co n los mismos que aquí, a
setenta años s, en los que te fue posible ir a otra parte, saber. que lo más importante para los hombres es la
si n o te agradábamos o te parecía que los acuerdos no virtud y la justicia. y también la legalidad y las leyes?
eran justos. Pero tú no has preferido a Lacedemonia ¿No crees que parecerá vergonzoso el comportamiento
ni a Creta. cuyas leyes afirmas continuamente que son de Sócrates? Ha y que creer que sí. Pero ta l vez vas a d
buenas, ni a ningu na otra ciudad griega ni bárbara; apartarte de estos lugares; te irás a Tesalia co n los
53a al contrario. te h as ausenta do de Ate nas men os que los huéspedes de Critón. En efecto, alH hay la m ayor indis-
cojos, los ciegos y otros lisiados. Hasta tal punto a ti ci plina y libertinaje. y quizá les guste oírte de qué
más especialmente que a los demás atenienses, te manera tan graciosa te escap astes de la cárcel ponién-
agradaba la ciudad y evidentemente nosotras, las leyes . dote un disfraz o echándote encima una pi el o u sando
¿Pues a quién le agradaría una ciuda d sin leyes? cualq uier otro medio habitual para los fu gitivos , des-
¿Ahora n o vas a pe rmanecer fiel a los acuerdos? Si figurando tu propio aspecto. ¿No habrá nadie que diga
permanecerás. si nos haces caso, Sócrates, y no caerás que, siendo un hombre al que p resumiblem ente le
en ridfculo saliendo de la ciudad. queda poco tie mpo de vida, tienes el descaro de desear e
. Si tú viol as estos acuerdos y faltas en algo, examí- vivir tan afanosamen te, violando las leyes más impor-
na qué b ene ficio te harás a ti mismo y a tus amigos. tantes? Quizá no lo haya. si DO molestas a n adie ; en
b Que tamb ién t us amigos co rren peligro de ser deste- caso con trari o, tendrás que oír muchas cosas indignas .
rrados, de ser privados de los derechos ciudadanos o de ¿ Vas a vivir adulando y sírvíendo a todos? ¿Qué vas
pe rder sus b ienes es casi evide nte. Tú mismo, en pri- a hacer en Tesalia sino darte buena vida como si hu-
mer lugar, si vas a una de las ciudades próximas, bi eras hecho el viaje allí para ir a un banquete? ¿Dón-
de se n os habrán ido aquellos dis cursos sobre la [ustí-
8 Es la edad de Sócrates, y las leyes suponen que durante
toda su vida ha podido reflexionar si le gustaban o no las leyes , Estas ciudades están citadas también , en es te mismo sen-
qu e regían la ciudad. tldo, en Fedán 99a.
37, -14
210 DIÁLOGOS CRIroN 211

54a cia y las otras formas de virtud? ¿Sin duda quieres creen oír las flautas, y el eco mismo de estas palabras
vivir por tus hijos, para criarlos y educarlos? ¿Pero. re tumba en mí y hace que no pueda oír otras. Sabe que
cómo? ¿Llevándolos contigo a Tesalia los vas a criar es to es lo que yo pienso ahora y que, si hablas en con-
y educar haciéndolos extranjeros para que reciban tra de esto, hablarás en vano . Sin embargo, si crees que
también de ti ese beneficio? lO bien no es esto, sino puedes conseguir algo, habla.
que educándose aquí se criarán y educarán mej or, si CRlT. - No tengo nada que decir, Sócrates.
tú estás vivo, aunque tú no estés a su lado? Ciertamente S6c. - Ea pues, Crltón, obremos en ese sentido,
tus amigos se ocuparán de ellos. ¿Es que se cuidarán puesto que por ahí nos guia el dios.
de ellos, si te vas a Tesalia, y no lo harán, si vas al
Hades, si en efecto hay una ayuda de Jos que afirman
b ser tus amigos? Hay que pensar que sí se ocuparán.
»Más bien, Sócrates, danos crédito a nosotras,
que te hemos formado, y no tengas en más ni a tus
hijos ni a tu vida ni a ninguna otra cosa que a 10
justo, para que, cuando llegues al Hades, expongas en
tu favor todas estas razones ante los que gobiernan
allí. En efecto, ni aquf te parece a ti, ni a ninguno de
los tuyos, que el hacer esto sea me jor ni más justo ni
más pío, ni tampoco será mejor cuando llegues allí.
e Pues bien, si te vas ahora, te vas condenado injusta-
mente no por nosotras, las leyes, sino por los hom-
bres. Pero si te marchas tan torpemente, devolviendo
injusticia por injusticia y daiio por daño, violando
los acuerdos y los pactos con nosotras y haciendo
daño a los que menos conviene, a ti mismo, a tus ami-
gas, a la patria y a nosotras, nos irritaremos contigo
mientras vivas, y allí, en el Hades, nuestras hermanas
las leyes no te recibirán de buen ánimo, sabiendo que,
en la medida de tus fuerzas has intentado destruirnos.
d Procura que Critón no te persuada más que nosotras
a hacer lo que díce.»
Sabe bien, mi querido amigo Critón, que es esto lo
que yo creo oír, del mismo modo que los coribantes 10
10 Los corlbantes eran los seguidores de la diosa Cíbele, pro-
cedente de Asia Menor. Con sus danzas rituales y el sonido de
sus flautas producían el éxtasis en los iniciados.

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