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ENSAYO

DESAFIO MORAL DE LA GLOBALIZACION

ESTUDIANTE:
RONALD P. M

PROFESOR:
JERSON ESPITIA MERCADO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS


PROGRAMA ADMINISTRACION DE EMRESAS NOCTURNA
PRIMER SEMESTRE
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
CARTAGENA DE INDIAS D.T y C
2019
DESAFIO MORAL DE LA GLOBALIZACION

La globalización se podría definir como aquel proceso histórico de interacción,


intercomunicación e integración a nivel mundial de ámbitos económicos, políticos,
culturales, sociales y tecnológicos; que ha logrado convertir al mundo en un lugar
cada vez más interconectado, en una “aldea global”. Este fenómeno de
mundialización ha ido originando un crecimiento principalmente en los mercados,
economías y grandes industrias de manera exponencial a lo largo de todo el planeta,
provocando finalmente la consolidación del capitalismo, a partir de la creación de
nuevas tecnologías y la necesidad de expansión del flujo comercial.
Antes de entrar en materia debemos tener en cuenta una serie de aspectos en el
entorno económico y social de la época actual, de esta forma se tendrá una visión
más amplia y los retos que debe enfrentar la globalización ante una población en su
mayoría consumista y carente de valores morales.
Inicialmente se puede afirmar que todo en la naturaleza es homogéneo y sigue
estándares, es decir que la ley que rige a la naturaleza es la igualdad, podríamos
tomar como ejemplo a las abejas obreras que forman parte de una colmena, no
podemos distinguir unas de otras, o las hormigas soldado en un hormiguero, son
todas idénticas a sus compañeras; estos dos ejemplos evidencian claramente el
principio de homogeneidad por el cual está gobernada la naturaleza, caso contrario
ocurre con la ley que rige a la humanidad, la cual es la diferencia, todos los seres
humanos somos diferentes a los demás, quizás similares, pero no iguales. No
obstante, hay un par de características que comparten los humanos y las demás
especies de animales conocidos, y es el instinto de preservación de la vida y el de
la preservación de la especie a partir de la procreación.
Teniendo esto claro podremos hacer mención otro instinto inherente al ser humano
que está ausente en otras especies y es la superioridad, la cual logra manifestarse
en los seres humanos como el querer ser o intentar alcanzar estar sobre los demás
de su misma especie, es aquel instinto de sobresalir, ya sea intelectual, económica
o jerárquicamente sobre la población general; además de este se encuentra el
principio de autocomplacencia, el cual busca la satisfacción de necesidades o
deseos propios de la persona, es en este punto donde nace la pregunta, ¿Cómo la
autocomplacencia y la superioridad son obstáculos ante una globalización de la
moral?, la respuesta a esta pregunta es muy simple, gracias a la composición socio
vertical instaurada a nivel mundial, los que están en la famosa cima o las personas
con incalculables fortunas, (Gobernantes, dirigentes, presidentes, figuras públicas)
las cuales siempre buscan su propia autocomplacencia y poseen esa sed
interminable de agrandar sus riquezas, abusan y se aprovechan de la necesidad de
los más necesitados, por medio de trabajos con salarios miserables, violación de
derechos o simplemente mecanismos imposibilitantes para que los menos
favorecidos (pobres) no logren cierto estatus en la sociedad, los cuales se
encuentran en lo más bajo de la pirámide jerárquica que establece el orden de los
poderes de las naciones contemporáneas, es en esta repartición desigual de
riquezas donde podemos observar que muchos priorizan su bien personal sobre el
bien comunitario, la globalización en vez de ser un puente el cual minimice esta
brecha entre clases, se convierte en aquel terremoto que la dilata con cada vez más.
Además de esto se ha desarrollado una costumbre consumista, la cual se fortalece
con cada nueva invención o avance tecnológico, ya no existen limitantes ni fronteras
que impidan la compra del celular de último modelo o los zapatos que están de
moda, todo está al alcance de un clic, nace una carrera descabellada de adquisición
de bienes, de producción en masa, es una tarea titánica satisfacer las necesidades
de las personas. Cobra fuerza la frase “Dime cuanto tienes y te diré cuanto vales”,
las personas se apegan a los bienes materiales, miran el dinero como poder, tienen
como ídolos a los más poderosos, la espiritualidad la dejaron en el pasado, la moral
escasea, su única preocupación es llenar los bolsillos y ser los primeros en adquirir
lo último que lancen al mercado las marcas más reconocidas a nivel mundial; en
otras palabras, prima el capital sobre el valor del ser humano, los objetos son
puestos por encima del individuo y las personas son moldeadas por las grandes
empresas casi que su antojo, con el objetivo de establecer un proceso de compra y
venta eterno, ¿De qué manera?, creando bienes con algo llamado la “obsolencia
programada”, el cual consisten en la elaboración en masa de productos con fecha
de caducidad establecida, ¿para qué?, para generar una nueva necesidad ante la
ausencia del mismo, la industria se “reinventa”, pero no presenta cambios reales
solo prima el marketing.

Estamos capturados en medio de la industria y la globalización, las cuales han


forjado inherentemente el desarrollo de una cultura insostenible en este mundo, este
ritmo de vida solo podría ser mantenido a mediano plazo, ya que el planeta no
soportara la magnitud del crecimiento desmedido, aún no es posible evaluar los
efectos que un sistema económico globalizado como aquel en el que estamos
inmersos puede tener sobre el medio ambiente, la cultura, la política y la realización
de las personas como individuos y como actores sociales, lo que sí se puede
resaltar es que la identidad personal está casi en peligro de extinción, una de las
causas de esto puede ser que la sociedad prefiere comprar productos extranjeros
en vez de los artículos nacionales o tomar costumbres ajenas e ignorar las
tradiciones de sus propias culturas, además de esto hay otra serie de aspectos que
en vez de expandir las riquezas culturales y sociales de la nación, lo que logra es
cada vez ser menos autóctonos y perder el rumbo como sociedad.

La gran pregunta que podría surgir luego de haber expuesto algunos de los
aspectos negativos de la mundialización y su posible consecuencia es, ¿Cuál es la
solución ante la pérdida de los valores morales y como se podría restaurar la
identidad de las personas?, ciertamente para lograr el cambio socio-cultural, primero
se debería reinventar la forma en la que se llevan los modelos económicos,
fortaleciendo una cultura que tenga como principal objetivo reformar los espíritus,
donde prime el valor de las personas y no se ponga el bienestar económico ni el
interés propio por encima de los demás, la moralidad es un deber, compromiso y
obligación de cada una de las naciones.

De momento, la globalización suscita grandes discusiones, pues algunos plantean


que no ha hecho más que propiciar la explotación de los habitantes de los países
más pobres, produciéndoles escasos beneficios y sí grandes cambios en su forma
de vida y sus patrones socioculturales.

Otros, en cambio, consideran que de la mano de la economía globalizada ha crecido


el empleo y ha bajado la pobreza en países densamente poblados y con economías
tradicionales muy precarias, se presentan opiniones encontradas, muchas
preguntas sin respuestas y cientos de hipotesis de cuáles son las posibles causas
y consecuencias de un mundo globalizado, lo único que seguro en este fenómeno
sin precedentes es que no se puede detener pero si enfocar para lograr una
interdependencia mundial real.

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