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Mi Verdad Sobre Natali

Edi Álvarez (28 de Noviembre de 2012 – 3:40 pm)

No logro concentrarme con música Rock, prefiero la Balada, es mejor para la


inspiración y el aflorar del alma, el nacer de la verdad. Quisiera que en este
momento, mi celular reciba un mensaje de esa personita que tanto perturba mi
mente y corazón o quizá mejor, perder la memoria y no pensarla más, no sentirla
más; Es que me hice dependiente de ella? Ella es la causante de que yo esté en
una fuerte catarsis, de la que al parecer no podre salir bien y por situaciones del
destino, quedara marcada una espina suya en el corazón de este soñador…

Aquella tarde de abril solo quería admirar la belleza física de la mujer, pero por
cosas de Dios o quizás del Demonio, al día siguiente mis ojos ya habían trazado
sendero hacia ella. Amor a primera vista? Yo no creo en eso, es más, si aquellos
días se hubiese mostrado común, o quizá mejor: Hueca, tonta y superficial, mi
mente hubiera dicho: Es tan solo un hermosa muñeca sin cerebro y a los días me
olvidaba de mirarla, pero para mí buena suerte o quizá mala no se mostro como
una hueca tonta (Creer que por esa razón hasta ahora este tema me sigue
inquietando)

Pasaban los días y yo iba estudiándola más, interiorizando mi mirada en cada


mínimo detalle que ella mostraba: la beldad de su rostro, su cabello que
armonizaba con sus ojos de miel, sus hermosos labios tal cual tiernos capullos de
rosa roja, sus mejillas que se tornaban perfectas en esos dos lunares que lleva en
una de ellas, la singularidad de su nariz que la hace una belleza única ,ideal,
completa; su esbelta silueta curvilínea, que ha dejado atontado a todo aquel que
solo ve y busca diversión física de ella; pero yo buscaba mas allá de su físico, mi
mayor anhelo era verle al alma y descubrir si podía ser 21% más bella de corazón
(hasta ahora sigo buscando mas de ella…)
Empecé a sentarme al costado suyo en las clases; así que cuando paso la lista de
nombres, para firmar la asistencia, pude ver el nombre de esta personita que me
empezaba a inquietar tanto: Natali Úrsula, así se llamaba (creer que hasta el día de
hoy en lo primero que pienso al despertar por la mañana es en ese bello nombre:
Natali) De reojo la miraba, me encantaba su forma de vestir: sus zapatos rojos
siempre combinaban con sus jeans, sus chompitas de lana y ese hermoso chal que
le cubría , me transmitía armonía, paz; pero sobre todo me atraía la seriedad que
mostraba en clases, la atención completa a cada curso, la responsabilidad sobre su
vida, veía en sus ojos una gran determinación, confianza, seriedad (ahora siento
que de alguna manera confundí la seriedad con una tristeza muy bien maquillada)

Pasadas tres semanas tras el segundo día de contemplarla , se introdujo una fuerte
vehemencia en mi corazón, algo tan intenso, que recorría a más velocidad por las
venas de mi cuerpo que mi propia sangre, aquella noche de domingo di cuenta de
que pequeñas gotas de lluvia caían a mi alma, aquella tarde morir fue la primera
en la que me senté a mi escritorio, tome un lápiz, un cuaderno y empecé a
plasmar en poesía toda la efervescencia que mostraba mi corazón para Natali; al
parecer mi ilusión cobraba otro sentido.(creer que esas pequeñas gotas de lluvia
hoy se han convertido en una incontrolable tormenta)

Llego la última semana antes del primer examen para una vacante en la
universidad; recuerdo con gran claridad aquella tarde, las primeras dos horas
tocaron el curso de geografía, para ser exacto el tema de husos horarios, te miraba
de reojo preguntándome porque había escrito un poema pensando en ti, porque
me estaba ilusionando contigo; Fui vehemente y aprovechando un pequeño
lapso antes que terminara la clase de geografía, me arme de valor, estire mi mano
que temblaba de nervios hacia ti, te toque en el brazo y dije:
-¿Quieres un chicle?, giraste un poco hacia mí y dijiste:
-Gracias.
Hubiera podido entablar una conversación a más del chicle esa tarde con Natali,
pero había un detalle, ella siempre estaba acompañada de su amiga; todo el
tiempo las veía juntas, parecían entenderse muy bien, sonreían entre ellas;
además, otro detalle es que esa su amiga era su hermana; fue la razón por la que
no pase de invitarle un chicle esa tarde.(tenia pánico que alguien se enterase que
Natali me aceleraba el corazón)

llego el domingo, día del primer examen para una vacante en la Universidad, yo
había estudiado, pero el compartir mi tiempo con la universidad en las mañanas y
las clases en la pre donde veía cada tarde a Natali, hicieron que el primer examen
no llenara mis expectativas; vi mi nota esa tarde de domingo y no fue muy
alentadora para continuar mi camino por una vacante a la carrera de Psicología; la
curiosidad hizo que buscara la nota de Natali y la carrera a la que postulaba
(Desde la primera vez que vi su nombre en el registro yo ya sabía su código de
postulante, así que me fue fácil ver su nota) ;La sorpresa que me lleve esa tarde,
ella también postulaba a Psicología y ¡baya que le había ido bien¡ , me sentí
avergonzado conmigo mismo esa tarde de domingo por mi mala nota, pero la
idea que tenia sobre Natali hasta entonces se ponía cada vez más bonita.

Aquel domingo tome la decisión de dejar la carrera de Educación en la


universidad y avocarme por completo a lograr una vacante en Psicología. Al día
siguiente, el lunes, empecé a enfocarme más en los estudios de la Pre, claro que
siempre había un poco de tiempo para observar a Natali, tenía que conformarme
con contemplarla, porque con su hermana siempre cerca de ella me era imposible
iniciarle conversación.
Una tarde de aquellas, en la primera semana después del examen, el profesor de
Psicología me hizo pasar al frente y me dijo:
-escoge a una chica para que te acompañe aquí, yo dije:
-la segunda de esta fila,
con una sonrisa molesta te acercaste al frente y el profesor te pregunto:
-te gusta el chico?
Me miraste unos segundos y con gran seguridad dijiste:
-No,
ni siquiera me diste el beneficio de la duda, fuiste tajante y contundente; aquél
instante tu mirada llego como una daga al centro de mi corazón, empecé a morir
por dentro, la desesperación se apodero de mi alma aquella tarde, (Si tan solo me
hubiese olvidado de ti aquella tarde, quizás el dolor que casi llego a matarme
meses después, nunca se hubiese experimentado)

Esa misma tarde, cuando llegue a mi casa a las 6:13 pm, no salude a nadie de mi
familia, solo le dije a mi madre que cenaría más tarde, me dirigí a prisa hacia mi
habitación, cerré la puerta, deje la mochila en el sillón, tape con las cortinas la
ventana. Descubrí las frazadas de mi cama y me envolví en ellas, estuve así casi
cuarenta minutos, cerca a las siete de la noche me levante de la cama, me senté en
mi escritorio y empecé a desfogar en poesía él NO que recibí de Natali. Esa noche
al acostarme a dormir, sentí premonitorios escalofríos por todo el cuerpo; ya que
al día siguiente estaba con un fuerte resfriado, la gripe se agravo en mi, paso a los
delirios de fiebre, intenso dolores de cabeza que me tuvieron postrado en cama
por tres días y una tos que me duro por más de dos semanas; el NO de Natali en
las clases de Psicóloga había hecho efecto en mi salud.
La segunda semana después del primer examen, de la carpeta que estaba delante
de mí, volteo alguien a preguntarme algo sobre un curso y a los siguientes días
volvió a voltear y hablarme, fue así que empecé a entablar una bonita amistad con
esta persona; se llamaba Roxana, la hermana de Natali. (Si Roxana no me hubiera
hablado esas tardes quizás yo no hubiera podido acercarme a Natali)

Entre la segunda y tercera semana pasado el primer examen, note un quiebre en la


amistad que Natali y Roxana mostraban días antes, ya no las veía muy juntas, en
ocasiones el rostro de una para la otra reflejaba gélida indiferencia, no le tome
gran importancia a esto hasta que Natali dejo de asistir a mi clase, solo veía a
Roxana por las tardes; A pesar del NO de Natali, ella aun me tenía inquieto, con
una curiosidad desbordante y al ya no poderla ver, tenía que encontrar la manera
de conciliar a la ilusión que estaba huyendo de la razón.

Milagrosamente la tristeza y la rabia que había producido el NO de Natali en mí, a


los pocos días había desaparecido, quizás el no verla por una semana hizo que la
extrañara, por esto fui una tarde a las clases a las ella asistía en otro salón, esa
tarde me senté a gran distancia de ella, al parecer el efecto de la ilusión teñida con
amor tomaba venganza contra mi timidez, aun así el tan solo contemplarla a la
distancia hacia que me sienta feliz; aquel atardecer la profesora de Psicología le
pregunto a Natali que cantante o grupo de música romántica le gustaba:
Natali respondió: Antología
hasta ese día yo había escuchado muy poco de ese grupo, solo me acordaba de la
canción “aléjate” que yo había cantado en cuarto de secundaria en las clases de
educación artística.
Por esos días compre el Cd de Antología y empecé a escuchar un programa radial
de música latinoamericana (una noche con William Luna) pasaban una canción de
antología, cuando la escuchaba solo podía pensar en Natali, la canción se llamaba
“Vivir Sin Ti” (¡Dios! Hoy que aun escucho esa canción, la bella sonrisa de Natali
se viene a mi mente como si ella estuviese en frente mío, ella no se imagina cuanto
es que aun la amo)

La tercera semana, en las clases de literatura, intercambie unas palabras con


Roxana, como ya era habitual desde días atrás; pero la curiosidad por saber de
Natali, hizo que aquella tarde viera a los ojos a mis ganas de no entablar amistad.
Llego la salida, seis de la tarde, a unos metros fuera de la pre vi a Roxana, me
acerque a ella y empecé a intercambiar más que simples palabras por una bonita
amistad. Aquella tarde el tiempo se fue efímero, la primera impresión que recibí
de Roxana fue muy buena, veía en ella un ser muy diferente a mí, alguien que
había canalizado su vehemencia, que mostraba sensibilidad ante la vida y cierto
recelo trastocando la realidad con la fantasía.

Algo que me quedo calado en el alma y el corazón aquella tarde que moría ante la
noche, fue que mientras caminaba alado de Roxana, en un momento le llamaron
por teléfono, mientras ella contestaba, Una mujer que cargaba a su bebe en la
espalda se acerco a mi ofreciéndome caramelitos, de prisa busque en mi bolsillo
unas monedas las cuales di a aquella madre a cambio de unos cuantos caramelos,
cuando esta mujer se alejaba Roxana había terminado de hablar por teléfono,
corrió tras aquella madre y le compro mas caramelos de los que yo había
comprado; Roxana se acerco a mí y me dijo:
-Me enternece y me da pena ver a una madre soltera, las personas no deberían
tener más hijos de los que no puedan cuidar.
(De aquella tarde ya pasan más de seis meses y recién hoy puedo entender con
gran claridad lo que quiso decirme aquella noche Roxana)
Después de aquella tarde hubieron otras salidas con Roxana, me sentía bien
compartiendo tiempo con ella y creo que ella también se sentía bien charlando
conmigo; Yo intentaba poco a poco que me contase sobre su familia, sobre Natali,
siempre siendo cauto, porque no quería que se diera cuenta que me moría de amor
por su hermanita menor, fue así que me conto que a Natali le gustaba la música
de antes, que escuchaba radio Felicidad, que no se dejaba influenciar, mantenía
sus ideales y era tajante con lo que decía (después de un tiempo yo mismo pude
comprobar que Natali mantenía sus ideales)

Llego el segundo examen, el estudio y un poco de suerte dieron frutos para mí,
obtuve una muy buena calificación, Natali se mantuvo con la nota similar a la del
primer examen, aquella tarde de domingo me sentía muy bien, con grandes
expectativas sobre mi vida; las ansias huían de mi, tenía que hablar con Natali, era
la semana que venía o la curiosidad me iba a dejar sin aliento.

Una tarde de viernes, en que la luna menguaba lentamente por el transcurso de las
horas, al llegar las seis de la tarde, las ansias por escuchar palabras hacia mí de los
rojos labios de Natali crearon vehemencia en mi timidez; al salir de las clases de la
Pre, entre el gran cumulo de personas que salían, mis ojos como tardes atrás
buscaban a Natali, cuando la encontré, en cada paso que ella daba, veinte metros
atrás yo la seguía, mi alma me decía: Hoy es el día, hoy tienes que hablarle (hasta
esa tarde yo ya había hablado con Natali desde que Roxana nos presento, claro
que no pasaba a más de un saludo), pero hoy tenía que ser diferente , lentamente
me acercaba mas, al estar a un metro de distancia de ella sentía como el corazón
desenfrenadamente latía rompiendo el record que hasta entonces tenía, te toque el
hombro y dije:
-Hola, hiendo para tu casa? Me miraste y dijiste
-Si, entonces te pregunte.
–Crees que podría acompañarte hasta el paradero donde tomas el bus hacia tu
casa? Con cierta duda me dijiste.
–Sí, está bien.
Te pregunte como te había ido en el segundo examen y a qué carrera postulabas
(claro que yo ya sabía tu nota y la carrera a la que postulabas, pero tú no sabias
eso) me dijiste:
-saque quince, postulo a Psicología, no estabas muy contenta con la nota que
habías obtenido, me preguntaste lo mismo a mí, y yo te dije:
-Saque buena nota, también postulo a psicología.
Aquella tarde conocí un poco mas de ti Natali, aquella tarde me enamore un poco
mas de ti , en cierta forma no me había equivocado en la responsabilidad que daba
a su vida, al llegar al paradero del bus que te llevaría, solo atine a mirar tus ojos
por unos segundos y me di cuenta que son los más bellos que Dios me ha
permitido ver y que cada noche que miro a la luna es como verte a ti; me acerque
a Natali, le di un beso en la mejilla y dije:
-nos vemos, cuídate ; tú me dijiste:
-claro, nos vemos mañana.

Después de verte partir en aquel bus emprendí camino hacia mi casa, me sentía
feliz había conseguido vencer la barrera de mi inseguridad, pero algo me tenia
inquieto aun, yo esperaba sentirme con una felicidad desbordante que me llenase
los ojos de colores en primavera, que mi alma irradiara alegría de niño pequeño,
que mi corazón palpitara tan fuerte llenándome del éxtasis de sentirse enamorado,
pero solo me sentía feliz, quizás aquello fue algo premonitorio, algo que me decía
ten cuidado, pero yo preferí no hacer caso.

Las semanas se fueron como el viento en otoño, lunas atrás quedo la tarde que
vencí a mi inseguridad, pasado eso solo logre intercambiar unas cuantas palabras
de cortesía contigo, llego el tercer examen, las cosas aun marchaban bien para mi,
el tercer examen colmo mis expectativas, a Natali le fue mejor que a mí y eso me
confortaba.

Una tarde sin más ni más me acerque a ti, te pregunte porque la relación entre
Roxana y tu se había deteriorado tanto, me diste razones para creerte y en algunos
puntos te di la razón, pero me dejo frio unas palabras que dieron a relucir esa
tarde de tus labios, dijiste:
-Roxana ya tiene su familia, me hablaste de su bebe y la situación que en aquel
entonces vivía con su pareja.
Mi mente me decía: Porque Roxana no nos dijo la verdad? Porque no nos dijo que
tenía una hija? es que yo confundí la manera tan tierna y amable con la que me
trataba?, pensé que ella se estaba enamorando de mi? Es que me equivoque?
(Pasaron meses hasta que volví a ver a Roxana, esa última tarde que hable con ella,
me dijo la verdad, el porqué no me había dicho que tenía una hija, me conto el
sufrir que en ese tiempo la vida le daba, yo le conté del amor y el sufrimiento que
me producía amar a Natali; me despedí con un abrazo sincero de Roxana esa
tarde que moría ante la noche deseándole lo mejor, desde eso no he vuelto a
hablar con ella)

Esa tarde que Natali me conto sobre Roxana, cerca a terminar las clases me dije a
mi mismo: es ahora o nunca, me acerque a ella y le dije:
-crees que a la salida me permitas un poco de tu tiempo? Tú me dijiste:
-claro, si está bien

Al llegar la salida te conté que no sabía que Roxana tenía una bebe y pareja, Natali
me dijo que creía que yo me estaba enamorando de su hermana, yo le dije la
verdad, no, al contrario yo creí que tu hermana se estaba enamorando de mi
(aquel instante quería decirte que desde hace meses me moría de amor por ti, que
vivía enamorado de ti Natali, pero no era el momento adecuado) empezamos a
caminar sin rumbo fijo, dejamos a un lado el tema de Roxana ,yo me moría por
preguntarte mil cosas, me sentía feliz de caminar junto a ti, mi corazón estaba
palpitando a más no poder, mi alma producía éxtasis de felicidad; me contaste
sobre tus enamorados ,yo te hable sobre mis amigos y experiencias en el colegio,
llegamos hasta la plaza de armas ,nos sentamos, charlamos y charlamos, aquella
noche me di cuenta de tu sentido del humor que me irrita tanto Natali (hoy se que
ese sentido de humor es un agridulce que me encanta ti)
Al día siguiente, a casi finiquitar las clases de la pre, Salí a prisa de mi clase y a las
5:45pm ya estaba sentado en la última carpeta de tu clase, tan solo esperando que
el profesor de turno diera por terminada la clase y yo pudiese acercarme a tí y sin
decir nada más que un hola pudiese empezar a caminar junto a ti, aquella tarde
como la mayoría de veces yo traía una casaca por el gélido frio que producía el
viento de cada crepúsculo morir, empezamos a caminar; el tan solo saber que
estabas junto a mí, el contemplar tus bellos ojos por la noche, y aquella irradiante
sonrisa que guardo en mi memoria podían hacer que mis demonios dejaran el
control de mi alma a los ángeles; aquella tarde me dijiste que tenias que
encontrarte con tu hermana Ingrid, la llamaste de un teléfono público y mientras
hablabas con ella yo hacia alguna bobería mía por llamar tu atención y hacer
relucir una hermosa sonrisa que extendiese tus dulces labios, terminaste la
conversación telefónica con tu hermana y me dijiste que ella te esperaría en la casa
de tu Papá, entonces empezamos a caminar hacia allá; a los pocos pasos una
simple conversación empezaba a transformarse en un hecho de mi vida que ni el
tiempo, ni el olvido borrara de entre mis recuerdos.

Caminábamos y la conversación tomo vertientes insospechadas, me contaste que


una vez te habían asaltado al salir de trabajar cuando enrumbabas camino hacia tu
casa, yo me preocupe en demasía, temía que aquellos malditos te hubiesen hecho
daño, pero me dijiste que solo te habían robando tu celular. También me dijiste
que una ocasión, saliste a una discoteca y tuviste problemas con el que en ese
tiempo era tu enamorado, discutieron y tú con unas copas de más saliste sola de
aquel lugar (ahora entiendo que hiciste eso por la vehemencia que te caracteriza)
me pareció imprudente hacer algo así: salir sola de una discoteca y estar picadita
como tu dijiste, ¡Dios! la sociedad esta tan sucia que mil cosas te hubieran podido
suceder aquella noche, pero gracias a Dios no te paso nada, pensé en esto y te dije
en tono enérgico y de preocupación:

-pero como hiciste eso, imagínate las cosas que te hubieran podido pasar (creo que
mi reacción fue natural, cualquiera que te ame te hubiera dicho lo mismo)
tuviste una reacción inesperada hacia mí, no recuerdo bien esas palabras porque
siempre he intentando olvidarlas, pero dijiste algo así:

-odio que me reprochen, que me den consejos; además yo ya aprendí de eso y no


necesito que nadie me este regañando.

Aquellas palabras hicieron que mi sangre se helara por un instante, me llene de


temor y angustia, creo que presentía lo que se venía venir y no estaba preparado
para eso.

Yo te dije: que si reproché tu conducta es porque me importas, te di el ejemplo de


que si alguien te reprocha por algo malo que hiciste no es porque quiera
avergonzarte o hacerte sentir mal, muy al contrario es porque esa persona te ama.

Pero no me entendiste o quizás yo no te entendí.


La discusión se torno muy acalorada yo imponía mi punto de vista y tu el tuyo,
ninguno de los dos quiso ceder; cada vez que te respondía, la amargura, el dolor y
la impotencia de no entenderte o que tu no me entendieses hicieron que la cólera
se expandiese por todo mi cuerpo. Fue la discusión más fuerte y dolorosa que he
tenido en toda mi vida y no era solo por mí, me sentía triste por lo que sucedía.

Llegamos discutiendo a la casa de tu Papá, en la puerta ya estaba tu hermana


Ingrid esperando que llegase tu Papá; me presentaste a tu hermana, hable unas
cuantas palabras más contigo tratando de aquietar mi vehemencia por la
discusión, a los pocos minutos llego tu Papá, la verdad es que ni nervioso estaba
por conocerlo, ya que la discusión hizo que yo estuviera en éxtasis, me presentaste
a tu Papá y al instante después de eso me despedí de ti con un beso en la mejilla.
Empecé a caminar hacia mi casa, sin aun darme cuenta que aquella discusión hizo
que una catarsis tan profunda cambiara drásticamente el rumbo de mi vida.

Empecé a caminar rumbo a mi casa, la fría noche y el intenso viento se hicieron


cómplices de lo que me estaba sucediendo, a cada paso que daba me sentía solo en
el mundo, como un cuerpo muerto al cual su alma había dejado; al instante me
dije a mi mismo:
Natali y yo no congeniamos, nuestras almas no se tienen respeto ni consideración,
yo no puedo entenderla a ella y ella no quiere entenderme a mí, vivimos en
mundos distintos; ¡ qué pena me da saber que no nos entendemos !, y yo que estoy
empezando amarla tanto, porque la vida tiene que ser así?

Llegue a mi casa con el rostro desdibujado, cargando una inmensa pena, subí
hasta el tercer piso de mi casa, me lave las manos y entre en mi habitación deje mi
mochila y algunas otras prendas en el sillón, respire profundamente y me dirigí
hacia el comedor, mi familia había empezado a cenar, salude a todos tratando de
disimular la pena que me agobiaba , mi madre me sirvió el café con la leche, tome
un pan con mantequilla y les pedí que me dejaran cenar viendo televisión , me
dijeron que si ; trate de olvidarme de la pena con la cena y la televisión , pero era
imposible, el saber que Natali y yo no congeniábamos me producía un inmenso
dolor en el alma y un hondo vacio en el corazón, el cual se vio reflejado en la
amargura que guarde y que no dudo en mostrar estragos en mi, ya que a los pocos
minutos de terminar el café con leche sentía que me faltaba la respiración, no
soporte mas y el vomito expulso la leche junto con la amargura, pero no pudo
expulsar la onda pena que calaba a mi alma.

Cerca a las diez de la noche cada quien de mi familia estaba ya en su habitación,


yo intentaba guardar al olvido el triste altercado con Natali, pero no podía, el
dolor desbordaba los confines del alma (es increíble pero sentía morir, quizás si la
discusión hubiese sido con otra persona no hubiese me afectado tanto, pero era
Natali, la chica que encontraba más que ilusiones en mi corazón) tenía que
contarle a alguien lo que me estaba sucediendo, de lo contario la desesperación iba
a matarme; me acerque a la habitación de mi hermana, con cierta duda le toque la
puerta, a los pocos segundo ella abrió. Puedo pasar? pregunte
- Si, me dijo ella
Empecé a charlar con mi hermana de distintos temas, hasta que ya no soporte más
y le conté sobre la discusión que tuve con Natali, no sé si fue el frio de aquella
noche, o quizás la luna llena que alteraba mis sentidos, pero todo eso y más hizo
me quebrara en llanto, las lagrimas emergían desde mi corazón, mi hermana solo
atino a abrazarme y me decía al oído:

-ya hermanito, es normal lo que te está pasando, no siempre vas a escuchar lo que
deseas que te digan las personas, lo importante es que tu también seas tolerante
con ella y no siempre esperes que sean tolerante contigo.
Aquellas palabras de mi hermana y los muchos consejos que me había dado
hicieron que me diese cuenta que había muchas cosas en mi que debía cambiar no
solo para con Natali, sino también para con mi familia, para conmigo mismo.

Esa noche me di cuenta, que era la primera vez que experimentada el


inconmensurable éxtasis del amor, el dolor que llega hasta el último confín del
alma, aquel que marca a las personas para todo la vida, aquel inmenso primer
amor que nunca se olvida y se cree que será para siempre, ese amor que Natali
despertaba cada día más en mi.

A la mañana siguiente, al abrir los ojos en los primeros rayos de sol, me senté en
mi cama por unos minutos con la mente en blanco, al fin me daba cuenta lo que
en verdad estaba pasando, esa mañana rebusque en cada rincón de mi alma y me
di una gran sorpresa, había ordenado y limpiado la esencia del alma le di otro
aspecto uno más humano, más acorde a Dios y todo gracias a Natali, a ese amor
efervescente que ella colmaba en mi; esa mañana abrí los ojos a una realidad, la
realidad que solo se puede ver una vez en la vida, el cambio que ese día
empezaba en mi tenía una razón fundada y era el nacer del amor verdadero, el
amor que tan solo se siente una vez en la vida, el amor que no pasara mas por uno,
el amor que todo mi ser desprendía por la presencia de Natali en mi vida.
(Desde esa mañana ya no volví a ser el mismo, y entendí que uno puede cambiar
por amor a alguien, siempre que ames de verdad como me sucedía con Natali)

Al medio día, al terminar de almorzar estaba listo para ir a la Pre, sentía que debía
hablar con Natali, los consejos de mi hermana y el cambio que estaba
experimentando debían ser puestos en práctica; a la salida de La pre vi a Natali,
los latidos que exaltaban mi corazón eran distintos; a prisa saque de mi mochila la
casaca que traía conmigo por el gélido frio de las tardes, me ofrecí a ponérsela, a lo
que Natali consintió con un gracias ( es increíble, pero el perfume que emanaba
Natali hechizaba mis sentidos, me atraía mas a ella y no solo era el perfume que
usaba, el propio olor de su cuerpo me tenia preso de ella en una celda del cielo,
tanto así que cuando ella me devolvía mi casaca yo sentía su perfume en ella y
abrazaba con todas mis fuerzas la casaca)
Natali y yo empezamos a caminar juntos, charlamos de manera calmada yo
pensaba mucho en las palabras que le decía, escuchaba con mucha atención lo que
ella me decía, fue una charla amena, fluida, que emanaba paz; llegamos hasta la
plaza de armas, nos sentamos en una banca cerca a la pileta central, el viento traía
consigo un frio intenso, quizás ese frio hizo aflorar la verdad de mis labios, le dije
a Natali lo que me hizo sentir la discusión que tuvimos el día anterior, los
consejos que me había dado mi hermana, lo egoísta que yo ha beses solía ser y el
no saber escuchar a las personas, que en ella encontraba la horma de mis zapatos;
fue increíble pero Natali me dijo algo similar, que los dos nos habíamos
equivocado en la discusión del día anterior ; aquel momento fue hermoso, me di
cuenta que el cambio en mi era para bien , que había tomado una de las mejores
decisiones de mi vida, que quizás Natali y yo si podríamos entrelazar caracteres.
Pasada aquella hermosa charla la acompañe a la estación donde ella tomaba el
bus. (Aquella fue una de las noches más felices que pude experimentar con
Natali)

Pasada aquella bella noche, hubo muchas más caminatas y charlas entre Natali y
yo, salíamos juntos de La pre y empezábamos a caminar casi siempre con rumbo
hacia la plaza de armas, hasta cierto punto se hizo habitual y hermoso para mi
(tantos bellos y tristes momentos viví con Natali, hoy me doy cuenta que son
parte de mi vida que nunca he de olvidar porque fueron demasiado importante
para mí)

Como olvidarme de aquella mañana, al salir de clases extra de geografía, le pedí a


Natali caminar una cuadra mas, ella me decía que estaba cansada por que no había
dormido lo suficiente, entonces de manera innata y nada planificada , yo le dije:
-Si quieres te cargo y así llegamos hasta la siguiente cuadra.
y tu dijiste con tono de burla:
-Seguro vas a poder.
Tenías miedo a que nos caigamos juntos.

Entre juego y juego, palabras que decían si voy a poder y otras que no lo intentes:
tome decisión y me acerque a ti, entrelace mis manos en tu cintura y con mas amor
que fuerza pude cargante de costado; de inmediato por la impresión y sorpresa tus
manos se hicieron juntas a través de mi cuello; fueron unos diez pasos los que
pude dar con Natali en mis brazos, pero fueron momentos tan bellos, que tatúan el
alma para toda la vida.
Como olvidarme aquella tarde en clases, entre risas y jugueteos, recuerdo muy
bien tu chompa negra la cual aun no había terminado de secar, yo bromeaba por
eso confundiendo la humedad de la chompa con la relajación de los esfínteres;
pero como era de esperarse tu respuesta no tardo en llegar, me restregaste toda lo
chompa en la cara y me decías :
-Seguro es orín verdad
Yo ante eso solo atinaba a reírme en mi mismo y tratar de quitarme la chompa de
la cara.

Agridulce tarde aquella; ya que al salir de clases todo congeniaba para que fuese
una bella noche que vivía ante la tarde, por la confianza que se afianzaba entre
juegos y carcajadas, pero las situaciones del bendito destino hicieron que no fuese
así; salimos juntos entre el gran cumulo de personas, tu chompa negra colgaba en
tu bolso; estábamos cerca al exterior de la Universidad, todos salían apresurados
ya que esa noche los universitarios estaban tomando la Universidad, de un
momento a otro Natali se percato que su chompa ya no colgaba de su bolso, me
dijo que me fijase; de prisa regrese hasta la puerta de La pre para ver si la chompa
se había caído, en ese tramo del camino, mientras corría mi mente me mandaba
imágenes, yo ha había visto hace unos minutos algo tirado en el suelo, tenía la
clara sensación de que era la chompa, pero no la encontré, había tanta gente que
no pude hallar la chompa. Regrese Hacia donde Natali estaba, le dije que no
encontré la chompa, la gélida impresión que fluía de sus bellos ojos me llenaron de
escalofríos y en un instante las palabras de sus rojos labios se tiñeron en sangre
hirviente que decía:
-Por tu culpa

aquellas tres palabras fueron en demasía dagas que no cabían ya en mi corazón


destrozado por la primera, aquellas palabras mandaron a una aparente noche de
luna en beldad a convertirse en tinieblas que me alejaban de Natali; en si la culpa
por la pérdida de la chompa creo que no recayó en mi ni en Natali fue algo
fortuito algo que puede suceder, pero era entendible hasta cierto punto que Natali
creyese que yo tenía la culpa de la pérdida de su chompa, yo tan solo atinaba a
pedirle perdón por la pérdida de la chompa, sentía que la relación amical que con
tanto cuidado trataba de construir se iba al tacho por una situación fortuita,
aquello me dejaba el alma vacía y el corazón tímido de dolor.
Natali no quiso que la acompañase, me decía:
-Edi por favor vete, será mejor que te vayas
le dije que por favor me dejase acompañarla hasta el paradero donde tenía que
esperar el bus hacia su casa, a pesar de la amargura y la frustración por la pérdida
de la chompa ella acepto y me dejo acompañarla; por unos largos minutos
mientras caminábamos juntos el silencio se hacía sepulcral, ambos íbamos sin
intercambiar palabra alguna, como dos extraños que no se conocían pero que
caminaban juntos, quería decirle algo, algo que hiciera reconfortarla, me sentía
triste porque Natali no se sentía bien; entonces trate de decirle palabras bellas,
palabras que emergieran del alma sin intensión de buscar enamorarla tan solo con
el fin de que se sintiese mejor, entonces le dije:
-seguramente muchas veces te han dicho que tienes unos hermosos ojos, pero
estoy seguro que nunca te han dicho algo como esto: mira la luna llena, tan
inmensa y bella, cada vez que la miro me acuerdo de ti, porque tus ojos son tan
bellos como la luna, quizás las palabras no fluyeron como hubiera querido pero
una sonrisa se desprendió del bello rostro de Natali me sentí mejor por un instante
porque sentía que ella estaba mejor; llegamos al paradero, Natali estaba un poco
más calmada, llego el bus en el que tenía que irse , me despedí de ella y le dije:
perdóname por lo de la chompa, prometo comprarte otra.

Mientras regresaba a casa fue tal el sentimiento de culpa, que pensaba seriamente
en comprarle una chompa a Natali, pero a la vez las ideas me decían que sería
como tratar de comprar el cariño de Natali y era lo que menos buscaba, yo no
quería comprar cariño yo quería que naciera cariño, que naciera amor (en este
presente me doy cuenta que di lo mejor de mí, corregí mis defectos y enaltecí mis
virtudes por buscar ser una mejor persona para Natali)

Un impulso me llevo a pensar que quizás, solo quizás había una ínfima esperanza
de encontrar la chompa de Natali, eran como las 6:51pm, a prisa fui hacia la
Universidad, los universitarios ya estaban cerrando las instalaciones, me escabullí
entre las últimas personas que entraban a la universidad, camine a prisa hacia la
salida de la pre, que era el lugar donde yo creí que la chompa se había caído,
empecé a buscar con desesperación cada lugar donde podría estar la chompa, no
halle nada, pregunte a unas cuantas personas que aun estaban por allí si habían
visto una chompa pero nadie me dio razón de la chompa, hasta que una inmensa
casualidad teñida en ínfimos ápices de destino hicieron que encontrase la chompa.
Estaba cerca a las tribunas de una de las canchas de básquet, amontonada
esperando que yo la encontrase, estaba toda sucia por las tantas pisadas que le
habían dado, hasta que seguramente alguien se vio con la virtud de levantarla y
ponerla a un costado para que su dueña o yo la encontrase; tome la chompa, la
mire y de inmediato sentí aun en ella el perfume de Natali, abrace la chompa con
todas mis fuerzas pensando en Natali, empecé a caminar a prisa hacia la salida
porque estaban a punto de cerrar la puerta de la universidad, una gran felicidad
me invadía el corazón, había encontrado la chompa de Natali y me sentía feliz.

Al día siguiente, al terminar las clases de la pre me acerque a Natali y le di la


chompa; esperaba que se alegrase, que me preguntase como había encontrado la
chompa o al menos un gracias teñido con un poco de emoción pero no fue así,
muy al contario Natali creyó que yo le había escondido la chompa; ¡como dolió
eso!, en el alma, una cachetada en el corazón (hoy me doy cuenta que ese día
aquellas palabras de Natali fueron un aliciente para que yo empezara a creer que
recorría un camino que no conducía a nada más que a sufrir)

Como olvidarme de aquella tarde que moría al entrelazarse con la noche, aquella
en la que caminamos juntos hasta la plaza del centro de la ciudad, conversando de
distintos temas, el amor, los estudios, la amistad, la vida y yo buscando conocer
cada vez mas de ti, cada pequeño detalle que emergía de tu alma y mostraban tus
labios, recuerdo que aquella noche hablamos de música, de cuanto te gustaba
bailar, ya cerca de la estación donde tenias que tomar el bus hacia tu casa,
escuchábamos música de tu mp3, un auricular para ti y uno para mí, paso una
canción movida, cumbia argentina, me preguntaste si sabia bailar ese ritmo, yo te
dije que si sabía, y al instante te propuse algo que nunca imagine hacer, te dije:
- bailemos para que te des cuenta que si sé.
Y tú me dijiste:
- aquí?, en la calle?, frente a todas las personas.
Yo te dije:
- si, total nadie que nos conozca nos va a ver
fue increíble pero aceptaste bailar conmigo frente a todas esas personas; con
mucho cuidado y un tanto de miedo te tome de la cintura, pusiste una de tus
manos en mi hombro, y nuestras otras manos se entrelazaron; bailamos juntos por
un par de minutos frente a las miradas de algunas personas que estaban cerca a
nosotros. Que singular y hermoso momento aquel.
Era feliz junto contigo Natali.
El tiempo paso efímero por nuestros ojos, llego viernes, último día de clases,
Natali y yo estábamos cerca a nuestro objetivo de lograr una vacante en la
Universidad, dependía todo del último examen; el sábado un día antes del
examen, hubo clases extras de geografía, ese día vi a Natali de lejos, estaba junto a
su hermana, se les veía bien juntas, como antes.

Llego el domingo, día del último examen, al terminar la prueba sentía que me
había ido bien; por la tarde entre a la página web de la pre para ver mi resultado
del examen, quede dentro del ranking, estaba casi seguro que había ingresado,
solo tenía que esperar los resultados oficiales en tres días; vi la nota de Natali, no
le había ido muy bien, eso me puso muy triste aquel domingo, pensaba en ella
más que en mi mismo, me preguntaba que había pasado con Natali? ella
estudiaba, sus tres notas anteriores demostraban responsabilidad, ella debería
tener una mejor nota que yo.

Al día siguiente, el lunes, me desperté tarde y de inmediato puse a cargar mi


celular que estaba apagado por falta de batería, subí al cuarto piso de mi casa, me
dirigí hacia la ducha a darme un baño de agua tibia, al terminar de bañarme
regrese a mi habitación, me vestí, encendí mi celular que aun continuaba
cargando, ya era cerca a las diez de la mañana y aproximadamente dos horas
antes, cuando aun dormía, había llegado un mensaje de texto de Natali, lo leí a
prisa y al fin entendí el porqué a Natali no le había ido bien en el último examen;
su tía, alguien que ella considera como una segunda madre, había fallecido el
sábado por la mañana.

A los segundos de terminar de leer aquel desgarrador mensaje de Natali, se me


partió el alma de dolor, mi corazón estaba por los suelos, el ángel a quien yo tanto
amaba estaba sufriendo: el perder a un ser querido es el desfallecer del alma que
solo las desgarradoras palabras de las lagrimas pueden expresar.
Lo primero que hice fue llamarle por teléfono, me contesto su hermana quien le
paso el teléfono a Natali, trate de usar las palabras adecuadas para aquel momento
y expresarle mi apoyo en todo lo que necesitara; note en su voz un gran vacío,
como si su alma estuviera inerte en un trance que aun no asimilaba la muerte de
alguien que tanto se ama.
Aquel lunes no había otra cosa en mí que no fuese Natali, tenía que hacer algo
para que ella se sintiese mejor.
Aquella noche de lunes antes de irme a dormir como es habitual en mí, agradecía
A Dios por mi familia, por todo lo que me brinda y le pedía que me ayude a ser
mejor persona cada día, pero más importante aún, le pedí a Dios con todo el
corazón que cuidase a Natali, que no la dejara sola, que le ayudase a recuperarse
de la inmensa pena que tenia. (Creer que desde ese lunes durante mucho
tiempo, en cada noche antes de irme a dormir siempre le pedía a Dios que cuidara
a Natali)

Los siguientes días le enviaba mensajes a Natali, trataba de reconfortarla con mis
palabras, de decirle que no estaba sola, que yo siempre estaría para ella.

Llego el miércoles, día en que salieron los resultados oficiales de las vacantes para
la universidad, amarga sorpresa para mí, me había quedado fuera de la
universidad por un puesto, me dolió, pero el ser resiliente te enseña a no rendirse
con facilidad, le pedí a mis padres que me dieran la oportunidad de volver a
intentarlo, ellos me entendieron y me dieron la oportunidad.

Casi a diario me comunicaba con Natali, con el único afán de decirle palabras que
le ayudasen a reconfortarse en el difícil proceso que estaba viviendo.
Los días pasaron como la brisa de otoño; Natali por todo lo que estaba pasando no
quiso intentarlo de nuevo, el inicio de las clases en la pre estaba cerca y ella no
contaba con los medios necesarios para volver a inscribirse en la pre; yo tenía un
dinero guardado que estaba predispuesto para comprarme un teléfono celular, era
casi la mitad de lo que costaba la matricula al centro estudios pre universitario; no
lo pensé dos veces y en un mensaje de texto le dije que le podía prestar ese dinero
para que se matriculase, le implore que no se rindiese.

A tanta insistencia mía, ella acepto otorgarme una salida, recuerdo muy bien
aquella tarde quedamos en vernos en la plaza san Francisco, llegue cinco ó diez
minutos tarde y me quede esperando a que Natali llegase, cada minuto se hacia
una eternidad, miraba mi reloj a cada instante, hasta que ella apareció más de
media hora después, se acercaba a mí y yo no podía contener la inconmensurable
emoción que me transmitía el volver a verla; cuando la tuve frente a mis ojos trate
de tranquilizarme y solo atine a esbozar una tímida sonrisa.
Con ánimo de molestarla mas no incomodarla me puse a mirar mi reloj y le dije:
-recién, por que tan tarde
ella me dijo:
-eso no pregunta un caballero
Natali sabia como maniatar mis bromas y era experta haciéndome exasperar, era
algo que en un principio me molestaba pero que al final fue un aliciente para que
yo me enamorase cada día más de ella.

Empezamos a caminar juntos aquella tarde, fui muy cuidadoso y con mucho tino
le pregunte sobre la triste partida de su tía, ella me conto todo lo que había
sucedido, lo increíble fue que la note serena e incluso con ánimos de creer que ya
paso y que ya no le lastimaba la partida de su tía; como veces anteriores la
reacción de Natali me dejo frio, con todo el cuerpo crispado,( ha pasado casi un
año desde aquella salida y hoy que escribo estas líneas creo que Natali siempre me
ponía una barrera, me impedía ver la esencia de lo que en verdad pasaba en su
corazón)

Llegamos hasta la plaza de armas después comprar un paquete de pañales para su


sobrinita, ya estando allí como en lunas anteriores nos sentamos el uno junto al
otro en una banqueta frente al centro de la plaza.
Ella saco de su bolso dos mandarinas, me dio una de ellas pero antes hizo que me
lavara las manos en la pileta de la plaza; para muchos algo pequeño e
insignificante pero para mí un hermoso detalle el de la mandarina.
Salimos del centro de la plaza y continuamos caminando por la periferia, le dije
que si quería un café pero ella quería vino (que difícil era para mí que soy
abstemio, nunca me había llamado la atención las bebidas que contenían alcohol,
es más les tengo rechazo) Natali y yo estábamos en ese dilema, yo quería
invitarle un café pero ella quería vino, llegamos hasta un local que ella conocía aun
con la disyuntiva de si café o vino, ya estando en aquel local me dirigí a los
servicios higiénicos, cuando regrese a la mesa me di con la sorpresa que Natali ya
había pedido una jarra de vino y estaba comprando un par de cigarrillo, la mire
fijamente a los ojos y le dije en frente de la mecerá:
-Yo no voy a pagar eso, haciendo alusión a los cigarrillos

Aquellos minutos la sangre empezó a hervirme de rabia, veía fijamente a Natali y


me decía a mi mismo que egoísta y cruel puede ser, sabe que no tomo ni vino y
aun así no le importo pedir una jarra de vino; ella fumaba de costado evitando mi
mirada que expresaba indignación y cólera.

Trajeron la jarra de vino junto con dos vasos, me pidió que le sirviera, yo intente
canalizar mi ira y le serví poco menos de un vaso, no lograba controlarme, estaba
ahí sentado como un tonto sin saber qué hacer, me pare abruptamente de la meza,
Natali creyó que me iba y me tomo del brazo, le dije que no me iría que tan solo
iba a comprarme una gaseosa, compre la gaseosa y regrese a la mesa donde Natali
estaba, me senté, mientras tanto ella bebía con una mano el vaso de vino y con la
otra aspiraba el cigarrillo, me dolía el egoísmo por parte de ella, trate de aquietar
la rabia que recorría junto con la sangre por las venas de mi cuerpo, pero ya era
demasiado tarde y explote; no era el momento ni el lugar adecuando pero aun así
empecé a contarle a Natali sobre mi hermano mayor, sobre la decepción amorosa
que él había sufrido y como tras aquel penoso capitulo en su vida tomo una
actitud diferente hacia el amor, le dije a Natali que yo no tomaría la misma actitud
que mi hermano ante una decepción amorosa; con el alma y el corazón dolidos le
dije que había escrito poemas pensando en ella, que me estaba enamorando de
ella. (Si hoy en día hay algo de lo que me arrepiento, es haberle dicho a Natali
aquella noche que la amaba, porque no se lo dije con amor como debí habérselo
dicho mucho tiempo después, se lo dije con el corazón dolido por el egoísmo que
me mostro aquella noche)

Natali me miro sorprendida y hasta cierto punto asustada tras aquella vacía
declaratoria de amor que le hice y con la voz entrecortada me dijo algo que yo
inevitablemente veía venir y tenía que oír:
-Edi, yo te veo como un amigo,
fue así como Natali empezó a contarme un capítulo de su vida que yo desconocía
totalmente, me dijo que a ella le habían jugado en el amor pero que ella no había
asumido una actitud similar a la que yo le conté sobre mi hermano, me conto que
incluso tenía planes de matrimonio con este hombre que le llevaba casi diez años
de vida y que todo había muerto en quimeras que la maldita mentira enalteció
pero que al final solo la pura verdad se encargo de no atarla a una vida infeliz.

La única forma de reacción que me causo aquel espinoso detalle de la vida de


Natali fue el de afianzar mi corazón con destino al suyo, de aquietar mis demonios
y darme cuenta que ella había pasado por situaciones difíciles y que hoy aun las
vivía con la partida de su tía a la cual tanto ama.
Natali y yo salimos juntos de aquel bar no solo dejando la jarra de vino casi llena
sino también dejando atrás una espina que aun hasta ese momento le sangraba en
el corazón.
Caminamos y hablamos de la razón de aquella salida que era el préstamo de
dinero que yo le había ofrecido para que pagara gran parte de la primera cuota del
centro pre universitario. Quedamos en volver a vernos dentro de dos días por
mañana en la plaza Túpac Amaru para que yo le pudiese facilitar el dinero; le di
un beso en la mejilla y fue así que me despedí de Natali aquella noche.

Llegue a mi casa con una gran incertidumbre, que debería hacer ahora?
Natali sabia explícitamente por mis labios que la amaba, pero no sabía cómo es
que mi corazón, mi alma y mis más puros sentimientos se entrelazaban para
amarla solo a ella.
Al día siguiente no sabía qué hacer, me encontraba muy confundido, por la tarde
me dirigí hacia la habitación de mis padres, ellos descansaban juntos en su cama,
era tal mi fragilidad por la absurda declaración de amor que le había hecho a
Natali el día anterior y el no saber qué hacer en adelante; que opte por quitarme
los zapatos y echarme en la cama junto a mis papas, me acurrucaba junto a los
brazos de mi mamá como cuando era su bebé y le hacía recordar a mi papá todos
los bellos momentos que vivimos en familia cuando yo era muy niño.

Fue casi una hora en la que olvide que tenia dieciocho años y volví a ser el niño
tranquilo y curioso que tanto amaban mis padres y que aquel día necesitaba más
amor y cariño para afrontar de una mejor manera el amor real que Natali despertó
en mi.

Aquella tarde que moría ante la noche, tras cenar con mis padres y mis hermanos,
me dirigí hacia mi habitación, mientas me cepillaba los dientes antes de dormir me
llego un mensaje al teléfono celular, era Natali que me hacia recordar que nos
teníamos que ver al día siguiente para lo del préstamo y además me dijo que
quería ver los poemas que yo había escrito para ella.
En un principio me emocione ya que Natali quería leer los poemas que yo había
escrito para ella, pero también pensé que ella solo quería saber si le mentía o no
mas a ella no le emocionaba el amor que yo sentía por ella; fue así que le respondí
el mensaje y le dije que no me había olvidado que al día siguiente nos veríamos en
la mañana para lo del préstamo y también le dije que le llevaría dos poemas.

Esa noche busque el cuadernito en el que solía escribir para Natali (hasta ese
entonces ya había escrito cinco poemas para ella, pero me parecía muy apresurado
dárselos todos), así que solo transcribí el primer poema que escribí para ella a
otra hoja y trate de hacerle algún adorno, aparte de ese poema esa misma noche
escribí otras líneas, que más que un poema eran palabras que ese día sentía.

Como a las diez de la mañana del día siguiente me encontré con Natali, fuimos al
banco y pagamos respectivamente la primera cuota del centro pre universitario,
salimos del banco y a los pocos minutos mientras caminábamos le di los dos
poemas, lamentablemente no me creyó, me dijo que le mentía, que la fecha del
primer poema era falsa, que seguro lo había escrito hace poco.
(Creíste que te mentí, no te diste cuenta que siempre fui sincero con mis
sentimientos hacia ti)

leíste uno de los poemas y los guardaste e tu bolso; llegamos caminando hasta la
plaza de armas aquella mañana, nos sentamos juntos como en ocasiones anteriores
cerca a la pileta de la plaza; yo no sabía que decirte, no sabía de qué hablarte, me
encontraba temeroso y vulnerable, fue así como te conté como habían sido los
últimos días y la muerte de mi hermano Raúl, aquella mañana casi me quiebro en
llanto frente a ti al recordar a mi hermanito, tuve que contener la pena y las
lagrimas para que no dudaras de mi.( sanar heridas por la muerte de un familiar al
cual tanto se ama es muy difícil, siempre queda una herida en el corazón que cala
en lo profundo del alma y quizás esa herida nos acompañe toda la vida, hasta que
algún día en un nuevo despertar Dios nos permita volver a ver a esa persona)

Natali me miro y me dijo que ella no podía escuchar la pena de los demás ya que
quizás no tendría las palabras adecuadas para ayudar, que era muy sensible ante
la pena de los demás; pero Natali me escucho a mí, aquello significo bastante para
mi, además me conto realmente como había tenido el ojo morado semanas atrás.
(Aquella mañana pude adentrarme un poquito más en el corazón de Natali,
aquella mañana me di cuenta que mi amor por ella llegaría a romper barreras en el
tiempo)
La charla fue una purificación para mí en la cual Natali me ayudo bastante con su
presencia, pasado esto fuimos por unos helados, caminamos unos minutos, la deje
en la estación del bus hacia su casa y me despedí de ella.

Se inicio el ciclo del centro de estudios, yo tome la decisión de matricularme en el


turno de la mañana y ya no en la tarde como el ciclo pasado; mis razones fueron
que deseaba que Natali se concentrara en estudiar y yo hiciera lo mismo.
Pero las cosas no fueron de mejor manera, los días pasaban y yo la extrañaba
mucho, era terrible porque mientras yo me iba de la Pre ella recién llegaba.
Pasaron las semanas, Natali y yo solo nos comunicábamos por masajes de texto,
ya no nos veíamos como antes; empecé a notar que le faltaban las ganas para
continuar estudiando, parecía que Natali quería desistir, me empecé a preocupar
por ella y en muchas ocasiones me quedaba de largo, terminaban mis clases y me
quedaba toda la tarde para acompañar a Natali.

Una tarde de aquellas mientras estudiaba en mi casa, se me vino a la mente


escribir algo distinto para Natali, fue así que hice un acróstico con las siguientes
palabras “NATALI MI AMOR REAL”
Esa noche le escribí un mensaje de texto a Natali y le dije que si al día siguiente
podía esperarle a la salida de la pre en la tarde, en un principio Natali dudo, pero
al final me dijo que sí.

Al día siguiente llegue a la Pre faltando pocos minutos para las cinco de la tarde;
Natali salía de la pre, le salude con un beso en la mejilla; comenzamos a caminar y
me preguntaste cual era la razón por la que quería conversar contigo, te dije que al
menos me permitieras llegar juntos hasta el centro de la cuidad como en ocasiones
pasadas y ahí te diría la razón por la cual te había pedido que salieras conmigo; a
duras penas aceptaste, caminamos hasta el centro de la ciudad, estabas algo
molesta y muy poco tolerante; nos sentamos en una banquita, de una plaza
cercana a la catedral de la cuidad; ya era de noche y ahí si te pude decir y
demostrar la razón de aquella salida, tu no tenias ni idea de lo que tenía preparado
para ti aquella noche:
Busque en mi mochila el acróstico que había escrito el día anterior, te lo mostré y
te dije que quería leértelo, me arrodille ante ti con el acróstico en las manos,
recuerdo bien que te pusiste muy nerviosa, hasta hiciste parecer que yo tenía una
basurita en el ojito y que era la razón por la que estaba arrodillado ante ti para que
la gente no creyera que quizás podía estar declarándote amor, te leía el acróstico y
te miraba con la emoción del momento a los ojos, parecía que hubo un complot
para mi forma de expresarte amor aquella noche ya que mientras te leía el
acróstico arrodillado empezó a oler a comida ,quien habrá querido sabotear aquel
momento romántico, al terminar de leerte el acróstico deje de arrodillarme y me
senté a tu lado, te entregue el acróstico y empecé a cantarte dos canciones una de
ellas era “Corre de Jesse y Joy”, me acuerdo que esa canción te gustaba mucho, y
la otra canción era ”Por ti podría morir de Luis Fonsi”. Una canción que ese
momento expresaba perfectamente lo que sentía por ti; al terminar de cantarte
busque en mi mochila dos rosas una amarilla y otra roja, te dije que la primera
significaba el amor que nacía de mi para ti, y la segunda el gran amor que algún
día debía consolidarse en tu imagen.

Fueron pequeños pero significativos detalles de amor los de aquella noche, el


problema fue que mi intención no era declararte mi amor y pedirte que estuvieras
conmigo yo solo quería demostrarte con hechos y palabras cuanto te amaba, es
mas ni se me habría ocurrido pedirte que estuvieras conmigo aquella noche; pero
me malinterpretaste y creíste que yo quería que esa noche empezaras a ser mi
enamorada. Me dijiste que no me hiciera ilusiones, te pusiste nerviosa y hasta ya
no querías verme, aquello me desespero mucho, te dije que no te hablaría de amor
por los siguientes tres meses pero que por favor no me dijeras que ya no querías
verme, cualquier cosa menos eso, si yo no tendría tu presencia me moriría de
pena, aceptaste aquello que te dije; te deje en la estación del bus que te llevaría a
casa y me despedí de ti aquella noche con la promesa de no hablarte de amor por
tres meses.

Esa noche mientras regresaba a mi casa, me di cuenta que tenía muy pocas
oportunidades de que algún día me llegaras a amar, pero mi amor se mantendría
porque te había encontrado, Dios me había bendecido con tu presencia en mi vida
aquella primera tarde que te vi y mi mayor felicidad era amarte aun quizás sin que
tú me llegues a amar (Aquella noche me di cuenta que lo que siento por ti
Natita es AMOR REAL, amor que sueña y desfallece, amor que sonríe y llora ,
amor que tu despiertas cada mañana en mi, amor que ha de vivir toda la
eternidad, amor que solo encuentro en ti mi damisela de los ojos de luna, en ti mi
amada Natita)
A los pocos días me enviaste un mensaje de texto en el que me agradecías por los
detalles que había tenido contigo, que esa noche te habías sentido muy feliz, que
me apreciabas mucho, me pediste disculpas ya que no podías corresponderme y
no querías arruinar algo tan bonito como nuestra amistad.
Respire muy profundo y solo atine mostrarme fuerte conmigo mismo; te respondí
que me alegraba mucho que te hayas sentido feliz, que el tiempo te demostraría
que lo que sentía por ti no era una mentira, además en tres meses prometí no
hablarte de amor.
Tenía que ser fuerte, serian tres meses difíciles y la verdad era que oportunidades
de que en Natali naciera amor hacia mi eran muy escasas. Lo que más dolió fue
que ni siquiera le había pedido que sea mi enamorada, pera ella ya había cerrado
las puertas de su corazón hacia mí.

Los días en adelante fueron difíciles, cada vez que me acordaba de Natali y de la
negativa de su amor hacia mí; me empezaba a faltar el aire, a temblar el pecho y el
miedo se apoderaba de mi; aquello que experimentaba se parecía mucho a lo que
me pasaba cuando tenía un año y medio, mi hermana mayor me conto que
cuando papá se iba de viaje yo me percataba muy rápido de ello, me ponía muy
triste, estiraba el labio inferior y las lagrimas salían de mis ojos y repetía llorando
papá, papá; aquella pena se parecía mucho a lo que Natali me hacía sentir.

Esos días te extrañaba mucho Natali, te sentía lejos de mí y era porque el amor no
había nacido en ti para mí; fue tal la pena que experimente que a los tres días de
haber recibido el mensaje de Natali en el que me decía que no me amaba la pena y
el dolor se magnificaron en mi, recuerdo muy bien aquel sábado quince de
setiembre toda la mañana me tembló el pecho, suspiraba profundamente porque
el aire me faltaba y sentía que en cualquier momento las lagrimas huirían de mis
ojos, termine de almorzar como a las dos de la tarde, me retire del comedor y me
fui a mi habitación, caminaba de un lado a otro en mi cuarto, miraba por la
ventana y repetía constantemente con la voz entrecortada, Natita.

La tristeza y el dolor se apoderaron de mí, ya no pude controlarme, puse a tocar


el Cd de Antología, me recosté en mi cama y rompí en lagrimas, a cada canción mi
llanto se incrementaba, mi voz llorosa y quebrada decía Natita, porque Natita? ,
Porque no puedes amarme Natita?; mi almohada empezó a llenarse de lagrimas,
quedo totalmente empapada de llanto que expresaba amor no correspondido,
nunca había llorado así por amor, nadie antes había hecho que tantas lagrimas
huyeran de mi; Natali había llegado a lugares que nunca nadie había encontrado
en mi corazón.

Los días siguieron su curso inexorable, ya no podía concentrarme en la pre; el no


haber ingresado por tan solo una posición el ciclo pasado y el tener al corazón por
los suelos, calaron en mis buenas intenciones.

Yo aun asistía a las clases extra de geografía de los sábados por la mañana,
entorno al que Natali ya no iba; un sábado que fui a dichas clases, al salir de ellas
como a las diez de la mañana se me ocurrió llamar a Natali, la llame y le pregunte
como estaba, porque ya no iba a las clases de geografía, al final le dije que le podía
prestar un resumen de aquel curso y si podía entregárselo ese mismo día sería
mejor ; ella acepto que le prestara aquel resumen pero no estaba segura si podría
aquel día, así que me dijo que me confirmaría en unas horas, al final me mando un
mensaje y me dijo que si podía ese sábado y que nos veríamos como a las seis de
la tarde en la plaza San Francisco.

Había pasado más de un mes desde la última vez que había visto a Natali, llegue
unos minutos más allá de las seis de la tarde, ella estaba esperándome, me acerque
a ella, estaba tan hermosa como aquella última vez que la había visto, le salude

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