Sei sulla pagina 1di 8

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

CARRERA DE MEDICINA

MATERIA: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA II

PORTAFOLIO DE LA ASIGNATURA

PERTENECIENTE A:

PLAZA ALVARADO KATHERINE STEFANÍA

GRUPO:

4 - 13

HORARIO:

MATUTINO

INVESTIGACIÓN:

MÉDICOS Y DOCENTES MEMORABLES DE LA UNIVERSIDAD DE


GUAYAQUIL

FACILITADORA:

MÁSTER KATUSHKA VALLEJO.

CICLO I

2019 - 2020
DR. JOSÉ ANTONIO FALCONÍ VILLAGOMEZ

Nació en Guayaquil el 26 de mayo de 1894. Hijo legítimo del Dr.


Antonio Falconí, Riobambeño, médico anatomista, profesor
universitario y notable oftalmólogo y de Carmen Villagómez Loor,
natural de Vinces.

Estudió la primaria en el Colegio San Luis Gonzaga y asistía a las


reuniones literarias que se celebraban en su casa, donde concurrían
poetas y escritores (José Gabriel y Rafael Pino Roca, Luis Felipe Borja
hijo, Darío Rogelio Astudillo y Juan Ignacio Gálvez).

"En aquellos tiempos éramos unos cachiflos de calzón corto pero con
temprana vocación lírica y feliz memoria que hemos conservado hasta
ahora."

De catorce años viajó a Quito a estudiar en el Instituto Mejía y obtuvo


un Primer Premio de parte del Profesor de Literatura Alejandro Andrade
Coello por una fábula escrita al estilo de Iriarte. Entonces "se dejaban
oír aisladamente voces nuevas que traducían nuevos ritmos. Eran de
corifeos independientes que desertaban de la batuta clásica.
Generación que no tuvo órganos propios de expresión en Guayaquil,
salvo algunos números de la revista Patria que circuló entre 1905 y el
7 y los famosos Lunes Literarios de El Guante fundado en 1910, donde
colaboraban poetas de la calidad de Wenceslao Pareja, Miguel E. Neira,
César Borja Cordero y Eleodoro Avilés Minuche".
En esa misma página de El Guante inicia su producción poética con la
composición "Veneciana" el 20 de mayo de 1912. Se vivía la Bell
Epoque, período anterior a la Gran Guerra, que daba ganas de vivir.
Casi enseguida salieron otras composiciones suyas, "En el lago", "Hacia
ti", "Flor de Blasón" que no constan en la selección antológica publicada
en 1956.

Comenzó los estudios de Medicina en la Universidad de Guayaquil,


figurando como Vicepresidente de la Federación de Estudiantes que
recién se había fundado También empezó a colaborar en la revista
quiteña "Letras" de Isaac J. Barrera.

En 1913 escribió para los Jueves Literarios de El Telégrafo poemas


como "Epopina" y "Amo las flores raras" que asustaban a los buenos
burgueses que leían esas columnas y no esperaban encontrarse con
tan atrevidas y absurdas composiciones, chocantes al "buen gusto
imperante en el medio". Cuando publicó "El Poema de las Ranas",
dedicado a su amigo y maestro el poeta Francisco J Falques Ampuero
y "que hizo sonreír a los cretinos", recibió de éste una epístola
encomiástica en que lo comparaba con el Conde de Lautremont porque
Falconí "desde sus primeros poemas reveló una aguda sensibilidad.
Más allá de lo sardónico del tratamiento de los asuntos, sentíase en
sus mejores poemas algo extraño, casi desasosegante".

Los Jueves Literarios dejaron de aparecer pronto porque comercial


mente hablando no eran rentables Sin embargo habíase dado a
conocer como poeta y hasta dirigido por poco tiempo esa sección,
reemplazando a su Director fundador Manuel Eduardo Castillo, que no
siendo poeta, habíase cansado de ese trabajo.

Falconí participaba de una generación de valores nuevos entre los


cuales sobresalían José María Egas y Miguel Ángel Granado y Guarnizo
y díjose de él que evocaba a los poetas de terror y alucinaciones por
su Canto a las Ranas, a la misa negra de Eponina o los símiles
extraordinarios donde las flores asumían posturas raras, eran carne de
Hospital, y se hablaba de las orquídeas como orejas de elefanciacos,
etc Ya usaba su pseudónimo anagramático "Nicol Fasejo"
escondiéndose de posibles escándalos sociales.

Durante la revolución de Concha en 1914 se enroló como Ayudante de


la Cruz Roja Militar y fue enviado al frente. Su amigo Falques le dijo -
José Antonio, tú no has nacido para estas aventuras bélicas Te voy a
dar una carta de recomendación para mi compadre. Carlos Concha por
si acaso caes prisionero.. "Felizmente no llegó a dárnosla ni nosotros
la hubiéramos llevado nunca."

En 1916 fundó con José Maria Egas la revista "Renacimiento" que se


publicó hasta el 17, donde reiteró su asimilación de la esencia poética
de Francia con el poema de armónicos pareados "Ruth adora a los
Cisnes". Su joven amigo Medardo Ángel Silva, que acababa de
integrarse al grupo, le solicitó un prólogo para "El árbol del bien y del
mal" pero Falconi se excusó por su notoria cortedad. Silva, que le
admiraba, escribió en su columna de El Telégrafo. J. A. Falconi "como
un iluminado que viniera de tenebrosa Scene Dans L' enferme, sábelo
aquel divino demoníaco que se llamara Arthur Rimbaud, inicióse Nicol
Fasejo componiendo extraños versos de acre sabor de frutos, donde se
perciben sabáticos rumores y resonancias de cabalísticas fórmulas.

Era como si un monje malo, en ratos de emponzoñado humor diabólico,


se hubiera puesto a recitar invirtiendo las advocaciones litúrgicas,
secuencias, salmos y prosas al Bajísimo y su cohorte de brujas,
íncubos, trasgos y toda la fauna horrenda del luciferino imperio. Como
en las páginas saturadas de horrores y tinieblas del Conde de
Lautremont, una pesada atmósfera de maleficio, exhalada de
sulfurosos zahumerios, nos ahogaba; como hembras en celo se oían a
la luna ceniza, el croar de las ranas que se lamentaban como viudas
histéricas en las lagunas cubiertas por el peluche verde de la flora de
los pantanos. Eponina, la virgen maldita, poseída por Nuestro Señor el
Diablo, pasaba con su rostro de cera, exangüe, del color de los cirios,
mascullando incomprensibles preces al maligno..."

Esto, dicho en el mayor periódico de la ciudad, conmovió a la pobre


gente lectora y empezaron a mirar al joven y tímido estudiante de
medicina como si fuera un ser de peligrosos misterios. Meses después
ocurrió el suicido de Silva y se cumplió el vaticinio de los buenos
vecinos sobre "los Poetas diabólicos". Falconi era considerado
indiscutiblemente como el Jefe de grupo por ser el más activo y
cronológicamente el mayor.

En 1919 colaboró en la revista "Juventud estudiosa" de Teodoro


Alvarado Olea y José de la Cuadra y fue, como lo dijera José Joaquín
Pino de Ycaza, sino el creador, el condicionador en nuestra tierra
tropical y beocia, de la más auténtica y original literatura modernista.
En 1920 triunfó en los Juegos Florales Universitarios convocados para
celebrar el Centenario de la Independencia de Guayaquil y ganó por
merecimientos el Internado en el Hospital de Niños "Alejandro Mann".

En 1921 publicó versos dadaístas en El Telégrafo, para probarle a un


poeta misterioso que escribía como Hugo Mayo, que también podía
versificar así y por eso los firmó Julio Marzo y Victorio Abril. Hernán
Rodríguez Castelo ha dicho que solo fueron un ensayo de adaptación,
una muestra de posibilidades y Hugo Mayo, años después, calificó a
Falconí de culto, inquieto a las solicitaciones que recorrían América. Por
eso se ha dicho de Falconí que se entregó a las últimas novedades de
la Vanguardia por los años 20, codo a codo con Hugo Mayo y colaboró
con sentido del humor en el plano dadaista, publicó una composición
titulada "Arte Poético No.2" que bien podría considerarse corno el
Manifiesto Dadaista para los poetas del Ecuador, como la Biblia
minúscula del Tzaraismo ecuatoriano.

También escribió una tesis doctoral "Inyecciones de leche materna y


su aplicación en pediatría" que llamó la atención en Francia y logró su
Doctorado en Medicina, retirándose para siempre de la poesía por
creerla incompatible con la ciencia y por darle gusto a sus padres y
excelentes hermanas que temían por él (pensaban que se iba a suicidar
como Silva o a intoxicarse de morfina como tantos otros de su
generación) "Pudo haber sido el mayor Postmodernista ecuatoriano
pero no lo quiso y renegó de sus audacias líricas de mocedad."

En 1922 su amigo el poeta César Borja Cordero, designado Cónsul del


Ecuador de Hamburgo, le consiguió el consulado adjunto en dicho
puerto Alemán. Allí perfeccionó sus conocimientos en ese idioma, que
llegó a dominar a la perfección, así como el inglés y francés que
hablaba desde Guayaquil. Siguió varios cursos de especialización en
las Universidades de Hamburgo y Berlín y en los Hospitales de
Eppendorf y París, asistió a distintos seminarios de tuberculosis, sífilis,
clínica infantil, parasitología tropical, etc. Al mismo tiempo, tentaba
algunos poemas, artículos y ensayos que mostraban un talento de
erudición poco común, pero la Ciencia había ganado la partida a la
Poesía; sin embargo, en Amberes, escribió su poema "El Astado", que
quizá es la última producción de esa, su primera y mejor época, pues
dé allí en adelante se diluyó en juegos musicales, elegantes por
exóticos.

En 1925, libre del Consulado adjunto, trabajó en el Hospital "Enfants


Malades" de Paris y preparaba un libro de poesía que debía llamarse
"El Polígono de Musagetes" que nunca salió. (1) En 1926 volvió a
Guayaquil tras cuatro años de ausencia, entró de Médico auxiliar del
Hospital General donde permaneció hasta 1.931 que

(1) En "El Surtidor Armónico" recogería años después todo lo dadaísta


suyo. pasó a dirigir el Hospital Militar (después llamado Territorial) con
el grado de Teniente Coronel de Sanidad Militar, donde trabajó hasta
su renuncia en Diciembre de 1936. Después se especializaría en
Pediatría en el Hospital Alejandro Mann, desempeñando su profesión
desde 1937 con notorio éxito.

En 1932 escribió unos deliciosos "Hai Kais" imitando a su amigo Jorge


Carrera Andrade, que fue quien primero los hizo conocer en el Ecuador.

En 1936 inició sus clases de Literatura y Castellano en el Colegio de


Señoritas Guayaquil y el 38 editó como texto sus apuntes de clases
tomados en versión taquigráfica por una alumna y corregidos por él en
111 págs. Se puede considerar la aceptación de esta cátedra como un
tímido reecuentro con las bellas letras, de las que siempre fue un
apasionado cultor, aunque a veces se avergonzaba de ellas tratando
de ocultarlas, pues prefería que sólo le creyeran médico.

Mientras tanto colaboraba asiduamente en las revistas "Gaceta Médica"


y "Revista de Pediatría" con artículos científicos y humanísticos. En lo
personal era un solterón que vivía en una amplia casa de madera
situada en Víctor Manuel Rendón y Malecón con sus hermanas Carmela
y Ana Luisa, famosas reposteras en Guayaquil por sus famosas tortas
de caramelos y frutas, quienes lo atendían con dedicación y cariño. En
sus ratos de ocio leía a sus amados poetas franceses, que los traducía
y jugaba al bridge sin apostar dinero.

Al iniciarse la II Guerra Mundial sus simpatías estaban con el eje por


su estadía en Alemania y debido a que sus estructuras mentales
siempre habían sido conservadoras y amaba el orden y la disciplina,
sinónimos del régimen nazi.

En 1939 apareció en los Anales de la Sociedad Médico Quirúrgica del


Guayas su ensayo sobre "Psicología del Infante". El 40 publicó "El Perfil
de Esculapio", crónicas y apuntes de la vida médica, con portada de
Mario Kirby en 504 pags. cuya segunda edición vería la luz en 1961.

En 1946 salieron sus "Páginas Médicas" con estudios científicos en 453


pags. y como pasaba por germanófilo el 49 rehusó aceptar la
presidencia del Instituto de Cultura Hispánica en Guayaquil.
En 1952 dio al público un magnifico ensayo titulado "El Movimiento
modernista en la poesía guayaquileña", impreso en Quito en 26 pags.
y colaboró con Carlos Zevallos Menéndez en el Núcleo del Guayas a
través de la revista semanal titulada "Cuadernos del Guayas" con una
hermosa columna de traducciones y crítica. Ese año publicó el primer
tomo de "El Jardín de Lutecia" con traducciones de poetas franceses en
75 pags. situándose al lado de los grandes traductores ecuatorianos de
todos los tiempos: Francisco J Falques Ampuero y César Borja Lavayen
y al ver el éxito alcanzado, en 1.956 editó "El Surtidor Armónico"
antología de su poesía aunque no completa como reconoció después.

Con motivo de esta publicación le sucedió el siguiente chasco. Había


entregado a la secretaria del Núcleo del Guayas los originales de sus
traducciones sin dejarse copia, pues, como era perfeccionista, las había
corregido varias veces. A las pocas semanas, cuando ya estuvo todo
listo para la Impresión, por más que el Presidente del Núcleo hizo
buscar dichos valiosos originales, no aparecieron. Informado Falconí
del asunto, fue como loco a la secretaria, hizo revolver todo y nada.
Entonces, en un rapto de inspiración, preguntó: No estarán archivados
bajo mi pseudónimo Nicol Fasejo? - Esos han sido? preguntó extrañada
una de las señoritas de la secretaría, agregando: Haberlo dicho antes,
aquí están y los sacó de una gaveta. El pobre poeta respiró de alivio y
al mismo tiempo comprendió una gran verdad, que ya nadie recordaba
su antes célebre pseudónimo. Se había convertido en un poeta
anacrónico y recién lo sabía.

De estos poemas se ha dicho que rutilan como el diamante azul del


Transvaal y el mágico ópalo de Golconda y que si hubieran sido
recogidos a tiempo habrían motivado, influido, pesado, sobre la opinión
nacional y el gusto literario, pero nada de eso ocurrió; solo fueron un
testimonio a desatiempo.

En 1958 sostuvo una ruda polémica defendiendo la autoría de Ernesto


Noboa y Caamaño sobre un soneto erróneamente atribuido al
argentino Berisso. Al efecto, a medias con el Dr. Abel Romero Castillo
compuso "Historia de un Soneto" en 63 págs.

En 1959 editó el ensayo "Sueño y Ensueño" en los Anales de la


Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas. El 60, en la Biblioteca Mínima
Ecuatoriana, "Precursores Modernista, crítica literaria" entre las págs.
137 y 238, que el Núcleo del Guayas republicó al año siguiente en
folleto aparte.
En 1961 salió el segundo tomo de "El Jardín de Lutecia" en 123 págs.
y "Asclepio y Cronos" con páginas de historia médica y paramédica en
556 págs. que constituye su mayor recopilación en prosa y al
reorganizarse el Núcleo del Guayas dejó de ser Miembro de Número de
la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

En 1964 fue condecorado con la Orden Nacional al Mérito y en el 65


editó en Quito su ensayo "Los Precursores del Modernismo en el
Ecuador: César Borja y Falques Ampuero" en 89 págs. Eruditísmo
trabajo con páginas autobiográficas y testimonio de los poetas de su
generación. La Municipalidad de Guayaquil le confirió la Medalla de Oro
al Mérito Literario, ya no produjo más.

Miope y atildado en su modo de ser, con aquella caballerosidad europea


que él conoció y vivió, pasaba por la vida como científico y literato y
por consiguiente Humanista. Era miembro del Grupo Cultural "Oasis"
con cuya Directora la poetisa María Eugenia Puig se le ligaba
platónicamente y concurría los domingos de tarde a las veladas
literarias de "Vida Porteña" en radiodifusora Cénit.

Su consultorio pediátrico, ubicado al lado de su departamento, estaba


siempre concurrido. La numerosa clientela lo quería y respetaba.
Amable y discreto por naturaleza, tratando de no resentirse con nadie,
caminaba parsimoniosamente y hablaba bajito.

Blanco, grueso, ojos claros, pelo negro y peinado atrás que luego fue
canoso. Hernán Rodríguez Castelo ha dicho que fue un poeta que
renegó de sus orígenes más hondos y más originales por los caminos
fáciles (música y color) nada más. Excelente traductor de Moreas,
Regnier, Samain, etc. en "El Jardín de Lutecia".

Sus últimos tiempos fueron atormentados por un cáncer de estómago


que le mortificó casi dos años y falleció lúcido y hasta conversando,
siempre asistido por sus solícitas hermanas, de 73 años de edad, en
1967.

En 1964 fue condecorado con la Orden Nacional Al Mérito, y un año


después la Municipalidad de Guayaquil le confirió la Medalla de Oro al
Mérito Literario.

Potrebbero piacerti anche