EL PESO DEL EXISTIR EN AMERICA

Una aproximación a la obra de Rodolfo Kuschl

Pablo Cifelli*

En estos desapasionados tiempos que corren, signados por las

más variadas formas de escepticismo, no deja de ser estimulan-
te preguntarse por el significado que tuvo para nuestra cultura
la obra de un pensador que se caracterizó por dar una batalla
quijotesca en función de desentrañar lo más propio y originario
de nuestra cultura.
Rodolfo Kusch nació en Buenos Aires el 22 de junio de 1922
y falleció de cáncer en la misma ciudad, el 30 de septiembre de
1979. Los últimos años de su vida se radicó con su familia en
Maimará, Jujuy, dando pruebas de una coherencia vital poco
frecuente entre lo que se piensaldice y lo que se hace. Desarrolló
una intensa tarea como docente en institutos y universidadss
de nuestro país y del exterior; pero sin duda, sobresale a partir
de su producción que incursiona en los más variados géneros:
teatro, ensayos filosóficos, colaboraciones periodísticas, au-
diovisuales, lo que demuestra que no existen rutas privilegia-
das cuando se trata de andar nuevos caminos. Esto, a su vez,
desdibuja las posibles formas para abordarla, ~antropólogo?,
¿literato?, ¿filósofo? Los encasillamientos no sirven y ponen
estrechos límites a la mirada.
S u obra comparte el destino de aquellos que quisieron poner
de manifiesto aspectos relegados de nuestra realidad cultural y

* Profesor en FilocoBa y Ciencias de la Educaci6n. Docente y periodista, actual-

mente es director de una Escuela Media de la Municipalidad de la Ciudad de Bu<>rios
Aires.
1. El presente articulo se redactó sobre la base del trabajo "Rodolfo Kusch:c.1 pcLso
del existir en America" que obtuvo una mención honorífica e n el concurso orgnniiiiilo
por el Fondo Nacional de las Artes: 'Rodolfo Kusch en la cultura argcntinn, 1!)!)%".
 que, por lo mismo, fueron muchas veces marginados por los
administradores de la "cultura oficial". En su caso además,
despierta adhesiones casi "fanáticas" y rechazos del mismo
tono, sin que exista aún, a catorce años de su muerte, una visión
que dé cuenta de la complejidad y riqueza de la misma sin
apologías ni revanchismo.
El presente trabajo tiene por objeto, más que brindar una
introducción al pensamiento de Rodolfo Kusch, seleccionar
algunos de los tópicos de su obra que a nuestro entender son
fundamentales y que adquieren un especial relieve significati-
vo frente a la necesidad de pensar la encrucijada contemporá-
nea o mejor, como diría nuestro autor, frente a la exigencia de
"pensar el mundo de vuelta".
El trabajo se divide en tres partes. En la primera, se trata
de diferenciar distintas interpretaciones generales ("usos")de
la obra de R.K.. Nos centraremos, luego de contextualizar
históricamente la obra, en los siguientes temas: el sentido de la
"identidad", el especial tratamiento del concepto de cultura y
las interpretaciones que llamamos "antropológica" y "tradicio-
nalista", las que a nuestro entender se caracterizan por una
mirada unilateral, parcializadora del conjunto de la producción
kuscheana.
En la segunda parte se ensaya un diálogo entre la filosofía
y las ciencias sociales, en particular con algunos desarrollos
recientes de la teoría de la comunicación. Se trata de mostrar
que ese cruce epistemológico puede producir una potenciación
de la obra de Kusch, por lo que él realizó al respecto y por lo que
de programático tiene su ejemplo al romper los límites estre-
chos de la división occidental y positivista de las "disciplinas
científicas".
En la tercera parte, arriesgaremos una hipótesis de lectura
para el conjunto de la obra mostrando dos abordajes posibles de
la misma a partir de un ensayo de periodización y de la
resignificación de sus categorías fundamentales.
1. LOS USOS DE KUSCH
Después de los resultados alcanzados por la hermenéutica
contemporánea sabemos fundadamente que ninguna lectura es
desinteresada. Todo acto de lectura es ya, él mismo, una
interpretación. Un diálogo fecundo que se entabla entre el
lector y la obra, siempre "abierta" a múltiples significaciones,
en el juego que establece el "círculo hermenéutico de la com-
prensión", según la clásica expresión heideggeriana.
Valga esta aclaración para despejar la interpretación que
aquí exponemos, de las comunes pretensiones de "objetividad"
y neutralidad que caracterizan a muchas de nuestras produc-
ciones intelectuales. Y para afirmar que, si deslindamos nues-
tro camino de las interpretaciones más frecuentes que circulan
entre nosotros sobre el pensamiento de R.K. no es para desca-
lificarlas como menos "válidas", sino para ratificar una opción
entre otras; esto en definitiva no hace más que revelar la
riqueza de sentido disponible en su producción.
Todo auténtico pensar no puede escapar de los límites que le
impone el contexto de su época. Sin embargo, a pesar de esta
determinación, cuando el pensar esta fundado en el "esfuerzo
del concepto" o en el "coraje de la verdad, como quería Hegel,
supera su época en dos sentidos; por un lado revela sus límites
mediando el ejercicio de la crítica y, por otro, la consuma
trasvasando sus mejores posibilidades mediante la potenciali-
dad prospectiva.
Se trata en un primer momento de situar el pensamiento de
Kusch en el contexto histórico en el que se originó y al que trató
de responder. Conjuntamente, es necesario, presentar los
supuestos, el "desde dónde" se ensaya la interpretación y
apropiación del sentido.
Esta explicitación se torna imprescindible en el caso de la
producción de R.K. construída e n base a fuertes y obsesivas
intuiciones que, al modo de los símbolos mandálicos orientales,
se repiten circularmente y, lejos de constituirse en un "siste-
ma", despliega su sentido en forma asistemática. Lo demuestra
la variedad de "géneros" en los que incursionó, con mayor o
menor éxito: la creación teatral, el ensayo, los análisis filosófi-
cos o antropológicos y otras formas literarias que demuestran
que lo importante no son las formas ni los estilos, cuando se
trata de transitar por caminos no trillados.
a ) El contexto histórico
El pensamiento kuscheano se sitúa en un contexto histórico
e intelectual muy particular; sus producciones comienzan en la
década de los cincuenta y llegan hasta s u muerte ocurrida
69
 cuando finalizaba la conflictiva década del setenta. Nuestro
país atravesó en ese período histórico fuertes convulsiones y
transformaciones que, como no podía ser de otro modo, apare-
cen reflejadas en la obra.
El horizonte intelectual en el que ésta se inscribe está
signado por el surgimiento de lo que dio en llamarse, desde los
años '40 en adelante, el "pensamiento nacional". Exponentes
relevantes del mismo fueron Raúl Scalabrini Ortíz y Arturo
Jauretche, quienes se referenciaron primero en la creación de
FORJA a la caída del yrigoyenismo, y luego en el movimiento
político-social que encabezó Juan D. Perón a partir del '45.
La tésis fundamental de estos hombres consistía en afirmar
la necesidad de conquistar la independencia económica para
efectivizar la libertad política; al mismo tiempo, cuestionaban
las formas "democráticas" formales por entender ellos que no
sintonizaban con nuestra historia o con la "identidad nacional"
más propensas al surgimiento de líderes y caudillos.
En lo cultural el clima de la época lo marcaba Ezequiel
Martínez Es trada quien a partir de sus ensayos, especialmente,
"Radiografía de la Pampa" (1933) y "Muerte y transfiguración
de Martín Fierro" (1948),impresionó e influenció las primeras
obras de R.K. Es clara esta influencia e n "La seducción de la
barbarie" (1953). No faltan aquellos críticos para los cuales
Kusch fue el continuador más destacado de Martínez E ~ t r a d a . ~
Si bien la influencia es innegable debe ser situada e n sus
términos exactos. Así lo hace F.J. Solero en el prólogo a la
primera edición de l a mencionadaobra: "Martínez Estrada, que
perteneció a una generación feliz y ofreció como producto una
labor desdichada, no sospechó siquiera que una generación
desdichada carecería de fuerzas para crear una labor feliz.
(...) R.K. es de los primeros de la actual generación creadora
que partiendo de M.E. lo traspasa merced a ese coraje enorme
que alienta en todo su libro, en el que cada herejía cometida nos
hace pensar que necesitamos muchos herejes como él para
2. Ver al respecto la H i s b r i a de la Literarlura Argentina, CEAL, 1980/1986, Tomo
4, en especial el capftulo dedicado a Ezequiel Martínez Estrada, firmado por Alfredo
Rubionc, allf puede leerse: 'la naturaleza, esa presencia por momentos prohijante, s e
liga a u n a tradición hermeneútica dc lo americano, que en Rojas podta ser el espiritu
o fuerza de la argentinidad, (...) [en] Scalabrini Ortiz el esptritu de la tierra (...) este
principio e s fundante para u n a linea de interpretación de lo americano a u e remrrc - -
buena parte d e la ensaylstica nacional y que tiene a su continuador m á s destacado e n
Rodolfo Kusch". (PÁg.515).
asumir iiut:stro único rostro".:' I'or otra parte, cs necesario
aclarar que esta influencia se vio muy mi tigadacon el desarrollo
posterior de la obra de Kusch y el contacto con la generación de
pensadores más jóvenes.
Ese contacto se produjo con la emergencia de lo que hacia
fines de los '60 dio en llamarse la "Filosofía de la Liberación" o
"Filosofía Latinoamericana". Vale aclarar que si bien R.K.
formó parte de este movimiento no fue uno de sus principales
impulsores. Pertenecía, por su edad y formación, a una genera-
ción anterior a la que plasmó 1a"Filosofía de la Liberación" que,
dicho sea de paso, se constituyó en ese entonces en una verda-
dera alternativa para la renovación del pensar en estas tierras.
Tal vez por este mismo motivo es que, mediando la distancia
y el paso del tiempo, su obra no se ve tan "erosionada" por los
acontecimientos actuales como otras producciones que surgie-
ron de esa matríz ideológico-cultural. Ya desde sus primeras
producciones presentó elementos diferenciadores, por ejemplo,
una persistente resistencia a la politización del pensar, lo que
le valió ser blanco de graves acusaciones motivadas por el
resentimiento y la mera descalificación ide~lógica.~
Como afirma Prieto Castillo, "ningún debate, ningún espacio
de discusión pueden quedar cerrados cuando en la sociedad
están abiertos hasta la herida". Es cierto, pero no deja de ser
también cierto que la mayoría de las cuestiones planteadas por
la "Filosofía de la Liberación" han sufrido, por lo menos, un
fuerte impacto que las ha descontextualizado; por no decir,
como sostiene cierto pensamiento "oficial", que son cuestiones
que pertenecen a un pasado que es mejor olvidar. El debate está
abierto y en muchos aspectos sigue pendiente de resolución.
Como sigue también vacante la tarea de reelaborar esta histo-
ria e n sus mejores expresiones para proyectarla hacia el nuevo
horizonte en que se desenvuelve nuestra vida socio-~ultural.~
3. F.J.Solero, prólogo a La seduccidn de la Barbarie, Raigal, Bs.As., 1953, la cita
esta tomada de la pág 10 de la 2a. edición, Fundación Ross, Rosario, 1984
4. Consultar como ejemplo las referencias a la obra de R.K. en el "panfletnrio"
ensayo de Horacio Cerutti Guldberg, ID filosofla de l a liberacidn latinoamericana,
F.C.E., Mexico, 1984.
5. Los años del "proceson militar lo encuentran a Kusch trabajando e n la Univer-
-
sidad d e Salta; después de ser expulsado de la misma se radicó en Maimará, pucblito
de la Quebrada de Humahuaca. Quien quiera entender el itinerario existencia1 dc
nuestro autor puede ensayar el r e m m d o -como sugiere Carlos Cullcn en el segundo
 b) Identidad, libertad y fidelidad a lo popular
La primera tarea hermeneútica a realizar frente a un pensa-
miento que pretendió responder a la situación político-social
que le tocó enfrentar, consiste en diferenciar aquellos ele-
mentos que constituyeron una respuesta a la particular co-
yuntura en que se originaron, de los otros aportes que, más
allá del contexto histórico, encierran un potencial aún no
desplegado. Entre los primeros sobresale el debate típico de los
años '60 entre las expresiones del "pensamiento nacional" y el
desarrollismo en todas sus manifestaciones culturales; entre
los segundos pueden señalarse para ejemplificar, la distinción
metafísica entre SER y ESTAR, la renovada interpretación de
la función de los mitos o la profunda crítica que realiza del
pensamiento de Heidegger.
R.K. constituye, sin duda, un referente ineludible para
comprender la complejidad cultural y política de América Lati-
na. Trataremos de comenzar a deslindar el modo de apropiar-
nos de su obra al preguntarnos "desde dónde" es necesario
leerlo, estudiarlo, citarlo o "usarlo" sin tergiversar el ánimo o la
pasión que lo inspiró.
Una característica formulación kuscheana abre el camino
para responder este interrogante. Suele aparecer con frecuen-
cia en los textos de Kusch la expresión que afirma la necesidad
de "tenerla libertad de asumircualquierfilosofiá". En tanto que
operemos situados desde el "estar", desde las viscisitudes del
auténtico sujeto cultural, pasan a un segundo plano las opcio-
nes sobre el Corpus académico o el instrumental filosófico que se
adopte. Son esta insistencia en la libertad de pensar y esta
fidelidad a lo popular las que definen la actitud básica
característica de la producción filosófica de R.K. Con este
mismo "stimmung" o temple de ánimo es necesario abordar su
obra.
Desde esa perspectiva pueden distinguirse diferentes "usos"
de Kusch. No es extraño en un pensador que llevó la libertad de
pensar hasta sus últimas consecuencias.
Un primer deslinde acerca de la utilización de la categoría de
"identidad". Kusch no se presenta como "el filósofo de la iden-
prúlogo a S.B.- que va del e s t a r acodado en la mesa de un caf6 en Buenos Aires a l vivir
e n Maimará.
tidad n;iciona17';basta para demostrarlo verificar las escasas
oportunidades en que se refiere a este concepto a lo largo de
todas sus producciones. Y no es porque le fuera indiferente.
Constituyó una de sus principales obsesiones. Pero al respecto,
el resultado de sus investigaciones parece indicar que no existe
tal "identidad" en el sentido sustancialista con que suele conno-
tarse este concepto. El trabajo al que invita reiteradamente es
a la creación de esta identidad por medio de un movimiento
esencialmente dinámico de producción cultural. Esta tarea se
alcanzará a través de un juego hermeneútico con los símbolos
propios de nuestra cultura para concretarlos en totalidades
abiertas, pensamiento u obras de arte, que aportan el sentido al
juego fundamental que es la vida misma. En sus símbolos
fundamentales el pueblo se reconoce y adquiere al cabo de este
proceso algo así como una "identidad". De este proceso y en ese
sentido debe leerse la rica interpretación que realiza del Martín
Fierro:
Todo lo que tenemos como motivación profunda para existir
es impuesto.(...) iPero cuál es el significado de no saber el qué
en nombre del cual se debe sacrificar uno? Quizá no podamos
decir nunca éste es el qué, y verlo concretado como un árbol o
una mesa. Estoestá planteado por el Martín Fierro cuando los
personajes se dispersan, al final del poema, a los cuatro
vientos.(...) si La dispersión es la negación del país como cosa,
será porque hay fe en lo que se tiene. Se tiene la posibilidad y
la fuerza de crear muchos nzás países, aunque éste fuera
destruido. Es lo que propone el Martín Fierro.
Con la misma intención utiliza Kusch en uno de sus últimos
escritos la oposición entre SER y ESTAR, a la que corresponde
el par conceptual ESTANCIA-ESENCIA, y el binomio HOGAR-
PATRIA. Sintomáticamente en el último período de su vida
Kusch se encontraba reflexionando sobre el problema de la
desconstitución originaria del sujeto americano y, en particu-
lar, analizaba el caso argentino. La conclusión sobre el tema de
la identidad nacional que esbozamos se patentiza ahora con
toda su fuerza y adquiere un valor premonitorio si se considera
que adelanta, en sus principales términos, la disputa que a
partir de los años '80 conocimos bajo el debate importado entre
6 . La rregacidn e n el pensarnienlo popular, CimarnSn, Bs.As.,1975, pp.95
"modernidad-posmodernidad". A partir de la diferencia entre el
ver, propio de la filosofía occidental desde los griegos en
adelante, y l a propuesta de sentir una esencia, se deduce la
necesidad de atender a los modos posibles de constitución del
sujeto cultural y de s u identidad.
En vez de hablar de una esencia nacional [identidad] cabe
hablar previamente de una estancia, que se instala en gran
parte fuera de la ciencia, en la mera subjetividad de sentir m i
esencia como proyecto desde m i puro estar a nivel de
nosotros .c.. )La estancia se refiere entonces a una experiencia
originadora de lo esencial y, por consiguiente también, a una
experiencia para ser.'
Podríamos sintetizar diciendo que, lejos de las interpretacio-
nes sustancialistas que proponen como tarea fundamental l a
restauración arqueológica de esencias o símbolos, l a propuesta
de R.K. indica un sentido inverso para l a construcción de una
subjetividad cultural propia. El gesto primario para fundar u n a
identidad no es el "rescate" se trata de asumir el riesgo de
exponerse a un juego donde no se conoce el resultado porque en
gran medida gobierna el azar.
Aquí s e establece u n a complicidad primaria entre el estar de
lo popular , la épica del operar constituyente y la posibilidad de
que acontezca algo que desde la filosofía pueda nombrarse como
"identidad". Utilizando heterodoxamente las categorías del
último Heidegger así presenta Kusch este proceso:
L a diferencia es u n operar según el cual se entra en lo
preóntico, en tanto es algo ya no visualizado en el campo de
la metafisica (...) lo americano habrá de ser un operar, corno
que América es épica, (...) la razón de ser de este operar es el
nuestro, o sea es constituyente. Y esto lo podemos afirmar por
detrás de la fachada de objetos, en donde redescubrimos lo
esencial del mito, la diferencia que es lo constituyente, y que
es también lo imprevisible, lo no dicho, lo que la ciencia no
puede d e t e r m i n ~ r . ~
7. Lo americano y lo argentino desde el ángulo simb6lico-filosdfico,e n Revista de
Filosofia Latinoamericana, No.718, Ediciones Castañeda, Bs.As., 1978
8. Geocultura del hombre americano, F e r n a n d o Garcfa Cambeiro editor,
Bs .As.,1976, pp.133-134
M;ís (111(: tic :iti.iiiclic:r;ii- una esencia, se truta de niovilizar
uiia "estancia".
C) La cultura entre el folcklorismo y la tradición
E n el mismo sentido deben despejarse las lecturas de Kusch
que ponen el acento en los aspectos folcklóricos, en los recursos
que utilizó para desarrolllar o fundamentar su pensamiento.
Circula también una imágen que lo torna un simple "antropb-
logo" estudiando "casos de vida". Si bien se valió de este método,
fue para ir más allá preguntándose por el pensar que sostenía
el decir de ese determinado informante y por el suelo cultural
que lo nutría con su horizonte ~ i m b ó l i c o . ~
El peligro consiste en confundir l a "forma" con el "fondo". La
utilizacióil de un métodonoloimposibilita a Kusch de mantener
esa libertad que mencioi~amosmás ariiba. Una de sus obras
m5s "filosóficas" y estructuradas surge del anjlisis del discurso
de dos informantes salleiias; referimos al "Esbozo de una
antropología filosófica americana" donde en su introducción
aclara Kusch:
...el pueblo rzo es urz sujeto que se cir-cunda técnicarizcrzte (..)
ta~r~poco pcrzs~jque fuerarz necesarios r~zrisin forrnurztcs para
abnr.car-unparzor.ar?zcr.rnnyor.. I'c~rala Lnbor. de r-eflexiólzsobr.c
el perzsanziento popular- bastan rn uy pocos casos. El ilzfor-
rnarzte es útil sólo cr~arzdosc convierte en sirrzbolo -que 111e
perdonen Los arztropólogos- porque la tarea no es de r-elcuar
si120 de pensar-"'
Un coniplemento de esta imagen "an tropológica" lo convierte
eil "defensoi- de la tradicióil". I'ara quicn fue un "secreto bus-
7
cadot- del secreto ' 110 es una justa calificación. En este sentido,
nada más alejado del pcrlsarniento kuscheailo que l a reivindi-
cación de una tradición forriial o de las costuml~iesfolklóricas.
No deja de ser actual la mancra en que 12.K. planteó estos temas.
La dinámica que describe a partir del estudio de los discursos
I).Vcr :i1 rcsl>tTclolos c:il~ílulos dc G.H.A. clcdicndos n In dcscripc:ióri del rn6Lodo
136-1.14)y, tLricspccinl, el cxcclcnlt~c~sludio
!J>I>. rcnlizntlo LI parlir dcl iriSormnnlc:Fclilic~
(:o13 (pp.123-155).
10.E.A.F..4., Cnsl:iñcdn, Bs.As., 197R, pp.10
populares se encuentra en el extremo opuesto de la postulacibn
conservadora que invita a reeditar "totalidades" perdidas al
modo indigenista. Los símbolos que dan que pensar y que
posibilitan la constitución del sujeto cultural no pueden ser
hipostasiados en ningún código de verdades. Por el contrario, el
análisis de nuestra historia -sobre todo de la organización
formal y legal de la Nación a partir de la generación del '80- y
de lagesta cuLturaL lo llevan a proponer e incitar a "la creación
del mundo de vuelta". Esta formulación adquiere sentido a
partir de la dinámica cultural que propone Kusch.
La pregunta fundamental que hay que realizar es ¿cómo se
origina y cuál es el sujeto de una auténtica cultura? E n primer
lugar es necesario reconocer la complejidad con que se presenta
el tema de la CULTURA. Kusch lo aborda desde múltiples
perspectivas que se enriquecen a lo largo de toda s u obra. El
punto de partida lo constituye "la antropología de la finitud". El
hombre es un ser que se encuentra en una indeterminación
básica y para vivir debe poder superarla. Occidente niega este
punto de partida por "inestable", porque todo lo insegiiro lo
atemoriza. Lo recubre con la creación de utensillos, y con el
mayor de todos, la ciudad."
A partir de esta indeterminación acontece el movimiento de
la gesta cultural que no es, como postula el iluminismo europeo,
una tarea individual. S e parte desde "mi puro estar a nivel de
nosotros7', desde ese lugar donde se vive "el codo a codo con la
comunidad". A partir de allí Kusch define a la cultura como
"decisión". E n el acto de creación cultural intervienen varios
factores. Ladecisiórz genera ungesto. Además señala Kusch los
límites de este gesto, "uno inferior que seria el suelo o hábitat,
y el otro superior, o sea, el horizonte simbólico. Entre anzbos
Límites el sujeto cultural logra su totalización en tanto integra
con su decisión a los mismos." l2
Lo importante es señalar que para K. este proceso no est5
mediado por ningún tipo de necesidad, ni biológica ni divina.
Puede darse o no, porque "todo lo que hace el hombre cae en el
azar". Esta dimensión del azar, que referimos antes a l problema
de la identidad, se torna esencial en el pensamiento kuscheano
y queda sistematizada e n la idea de que u n "acierto fun-
11.Ver para dcsarrollnr c s t r punto central del pensamiento de Kusch América
Profunda, cn cspccial el Libro 11 "Los objclos", Bonum, Bs.As., 2a.cdici611, 1975.
,12.G.H.A.,pp.123
dante" se encuentra en la base misma de la posibilidad dc
constituir un sujeto cultural con autonomía.
El "ganarse la vida" supone un acierto hacia la eficiencia,
simuLado en el 'saber vivir'. Se gana el acierto tomando
conciencia de lo lúdico del vivir. Peroganar el acierto implica
fundar. S e trata de Lograr un acierto fundante, o como si lo
fuera. Como si se buscara la determinación definitiva. l3
A partir de estos supuestos debe entenderse la deformación
de las imagenes "esencialistas 7' y "folckloristas" del pensamien-
to kuscheano. E n l a base de la cultura se encuentra u n sentido
dinámico. L a misma se recrea permanente porque s u función
consiste e n aportar el sustento vital de una comunidad. La
función del intelectual y del artista se inscribe en esta dirección.
El oficio del intelectual, cuando es auténtico,"expresa engrande
Lo que cada humilde y pobre dice en pequeño todos Los días". La
cultura adquiere así otra dimensión:
L a gestión aparece cuando se toma en cuenta el problema
existencia1 que subyace a la cultura. La vida esproyección que
me alienta a enfrentar un futuro, en cierto modo es adivinar
u n futuro. Y no vería concretado el futuro si no hubiera u n
horizonte de símbolos que facilitan m i proyecto. L a cultura
cumple entonces con La función existencial de concretar mis
proyectos, me hace ver el horizonte donde instalo m i exis-
tencia. Con ese horizonte concreto creo un mundo habitual,
sin el cual no podría sostener m i existencia. l4
11. EN DIALOGO CON LAS CIENCIAS SOCIALES
Este concepto d e cultura puede aportar a un fecundo diálogo
con las ciencias sociales, en particular con los últimos desarro-
llos que en América Latina experimentó la teoría d e la comu-
nicación.
Como describimos más arriba, a comienzos de la década del
'70 R.K. analizaba e n sus trabajos las posibilidades de constitu-
1 3 . P a r a ampliar esle t e m a ver E.A.F.A., cap.10; de allí es la cita, p.127
14. G.H.A., p.120
ción de nuestra subjetividad cultural, revalorizando la activi-
dad de los sujetos que por medio del juego mismo del acierto
fundante buscan "ganarse la vida". En esa misma época las
investigaciones de los teóricos de la comunicación se encontra-
ban mirando en otra dirección. En efecto, ponían el énfasis en
el movimiento contrario, centraban sus análisis en los medios
de comunicación y en su excesivo poder de manipulación.
Estudiaban el fenómeno exclusivamente desde el lugar del
emisor, analizaban el mensaje ideológico que reproducían los
medios de comunicación social al servicio de la estructura
económico-cultural del capitalismo dependiente. Ejemplifica
estos estudios el ya clásico "Para leer el Pato Donald", del
binomio Dorfman-Mattelart,15donde se desmenuza el mensaje
ideológico que transmite este dibujo animado encubierto en la
apariencia de un entretenimiento infantil.
Pero esta concepción excesiva y unilateralmente "mediática"
desnudó pronto sus limitaciones. Sobre todo cuando tuvo que
dar cuenta de experiencias que, si bien no eran nuevas ni
desconocidas, fueron sistemáticamente subestimadas hasta
entonces. Esto no resulta extraño si se piensaque hegemoniza-
ban estas ciencias una matríz de pensamiento que centraba sus
análisis en las relaciones económicas y veía en la cultura la
"superestructura" que reviste lo que s e consideraba "verdadera
realidad".
Esa subestimación se aplicaba a todas las experiencias de
resistencia. No se podían comprender las formas y recursos,
de lo más variados y originales que desarrollaron los sectores
populares para organizar su modo de subsistir durante los
regímenes militares. Allí debieron enfrentar no sólo la repre-
sión física e ideológica, sino también la represión simbólica y el
intento de manipulación de la memoria colectiva, como quedó
expuesto en la experiencia "Malvinasn.
La "teoría de la manipulación" se quebraba internamente
porque dejaba ya de responder a l a realidad. Esto quedó
patentizado en la siguiente cuestión que sintetiza la crisis que
advenía: "Sabíamos que quieren hacer los medios con la gente
pero, ¿qué hace realmente la gente con ellos?".
La obra de R.K. responde, en gran medida, a estas cuestiones;
por lo mismo, no resulta difícil, a partir de los desarrollos
15.Editorial Siglo XXI, hlexico-Bs.As., varias ediciones.
:ictu;ilcxs <l(>las ci(>n<.i¿is
soci;ilc>sque I ) U S C ~ I Iotr;is ~ ) c I ~ s ~ c ) c ~ ~ v ; I s ,
eiisayar un dirilogo q u e abra otro horizonte para problem a t.izar
los mismos interrogantes desde otro lugar.
Nos referimos en especial a la t e o r í a d e la resignificación
que, inspirada en la corriente literaria de la hermeneútica
alemana, realizó una profunda revalorización de las poten-
cialidades d e los receptores a partir de su experiencia cul-
tural. Así lo expresa uno de los autores que abrió este camino en
la Argentina: "Aunque esto tenga su historia ysus antecedentes
es un fenómeno que está creciendo fuertemente hoy. Me refíero
a la valoración del receptor en el proceso de comunicación, n la
reivindicación de sus posibilidades de creación, de selección, de
reformulación o de negación sobre lo que recibe (...) estoy
negando la posibilidad de 'lavarle el cerebro'".l6
Es exactamente lo mismo que Kusch propuso para la filosofía
lo que hace fecundas las prácticas de la comunicación popular
en América Latina. El cambio del lugar de las preguntas y la
búsqueda de nuevos marcos epistemológicos para re-contex-
tualizar el planteo de los problemas culturales que nos afectan.
Se trata, ese sena su mensaje, de abrirse a esa experiencia
"otra" que desde los que fueron considerados oprimidos nos
plantea y pone frente a un estilo diferente y distintivo: el mundo
de la cultura popular, que se resiste también a los encasilla-
mientos teóricos. Este ya no puede ser visualizado unilateral-
mente como un campo presa fácil de las manipulaciones.
El intercambio de la filosofía de R.K. con estas prácticas
puede ayudar a entender fenómenos de difícil explicación. La
"110 exterioridad de lo masivo a lo popular", pensar cómo lo
popular se constituye a partir incluso de lo masivo y encuentra
allí uno de sus ambiguos modos de ser. Sabemos que lo populai-
110 habla únicamente desde las culturas indígenas o campesi-
nas. Esto que Kusch intuyó lo llevó a rastrear la continuidad dc
lo popular en la ciudad. Producto de esos estudios son sus libi-os
"Indios, porteños y dioses" y "De la mala vida porteña"; allí sc
suma la capacidad del análisis filosófico a la exploración -cii-
sayo literario mediante- de la vida cotidiana en la ciudad, d ~ l
lenguaje porteño y el uso del espacio y el tiempo, encontraildo
asombrosas similitudes con los estudios realizados en la Pun;i
lñ.Ford, Aníbal "La utopía dc la nianipulnci6iin, cn Medios de C o r n r r ~ i i < ~ r r ry~ i < i ~ ~
ci11l11ropopi~lnr,A. Ford, E. Romano y J. Ribcrn, Lcgnsn, Bs.As., 1985, pp.2!)1) :{U:!

Los porteños son mucho más parecidos de lo que suponen a los
habitantes de esas tierras norteñas; una misma búsqueda vital
alienta y moviliza a unos y otros desde s u "estar a nivel de
nosotros". Lo expresa el lenguaje común cuando afirma que "le
salió el indio":
... no sólo nos sale el irzdio, sino que también hacemos conzo él.
Porque qué manera de tirar trozos de la propia humanidad
afuera, de babosear el duro mundo con todo lo viviente que
uno es, y hasta con ciertasganus, bastante sospechosas, de ver
afuera también - c o n l o lo veía el i n d i e un imperio de cuatro
cosas Y. un centro sienrpre nccesible, aunque sólo se llnrlze
barrio norte y barrio sur y un Centro poblado de cines y
nzujeres bien vestidas.(...) nunca nos saldrcí un imperio de
cuatro zonas, sino apenas u n indio que no somos, y al cual en
el forzdo terzcrrlos nriedo y asco, pero con el cual, querrnnzt~so
no, estamos corizpro?~zetidos.'~
Actualmente, el principal exponentes de estas teoiias, Jesús
Martín Barbero, transita un camino semejante en el intento de
comprender la realidad de lo popular en conexión con los nuevos
fenómenos comunicacionales.'~escatandoen las rupturas las
líneas de continuidad, iiidagaiido en las brechas, pensando "lo
mismo" pero desde otro lugar, se pregunta por la conformación
de lo popular y realiza una despiada crítica a los viejos para-
17.M.V.P..A. Peña Lillocdilor, Bs.As., 1966, pp.63-54. Estaobra, q u e d c t ~ cs e r Icída
en paralclo con I.P.D., constituye u n inlcnlo inddito d e inlcrprctación d e la vida
ciudadana a partir de la constitución de lo populrir que alienta en el í¿)ndode la misma.
La originalidad pucdc medirse si se la compara con los tfpicos ensayos de la epoca, de
c o n c dcsarrollista o basados e n la sociología marxisla. Un buen ejemplo para cornpariir
loque clstnmos dicicndocs cl estudio dcdunn Jos6 Schrclli,DuenosAires, vida colidinnri
,y nlienaci6n, Siglo XX, Bs.As., 16*ed.,1980. E s l c autor encvcnlra cn el csqucnintisrnti
del ariAlisis niarxista la clave p a r a comprc~ndcrla vida en Buenos Aircs y rcducc a este
esquema teórico todo aquello q u e por original o atípico no encuadrccn s u s límites. Las
Sucntcs son aprovcchadac c n la medida en que s u s conclusiones no contradigan al
marxismo; esto pasa para Scbrclli con GilbcrtoFrcyrc, pero seencarga dc aclarar q u c
"no e s Cstc el mismo caso de cierto sociologismo intuilivisla, muy divulgado cn nu<!sLro
país, a irav6.; dcMartincz Eslrnda, Mallca y s u s c~pígonosMurcna,Kusch o Mrilud. q u e
prescinden de los datos objctivoc d e la hisloria, las ciencias sociales y la economía
polilica" (p.22 de la edición citada).
18.Vcr s u s inlcrcsanles estudios: De los medios a l a s mediaciones, cdicioncs
Gustavo Gilli, Mbxico, 1986. Procesos de comi~nicnciónymatrices de clrllura (Ilinernrio
p a r a snlir de In razón dualislc~),FEL.4FACS-Gustavo Gilli, M6xicn. 1988
digrnas, hoy inútiles al momento de ciar cuenta de procesos
originales e inéditos. La crisis de las representaciones, el
predominio de la imagen en todos los campos y la "política
espectáculo", son u n buen ejemplo...
Llama la atención si11 embargo, que en el momento de
fundamentar teóricamente se recurre alos representantes de la
escuela histórica francesa, como Le Goll; y a la corriente
reproductivista francesa de Bourdie y Passeron Sin desmere-
cer los aportes de estas producciones, su elección evideiicia
muchas veces un desconocimiento de lo que aportaron pcnsudo-
res latinoamericanos -las opciones superan a ICusch, obvia-
mente- al esfuerzo de comprender e interpretar nuestras
peculiaiidades. Constituye, además, otro ejemplo de la limi-
tación y compar-timcntación que exhiben, en la mayoría de los
casos, nuestras producciones teóricas, incluso las más origi-
nales.
Crcenios que la pi-ogección del pensamiento de R.K. y su
"entrecruzaniiento" con otros campos del saber, como las cien-
cias sociales eii este caso, otorga l a posibilidad de tener una
corripreiisió~imás amplia del aporte que significó su pi-oducción
en tanto que referente para lograr una mejor compi-eiisióii de
nuestra peculiaridad cultural.'"
111. LA CLAVE DE INTEItPItETACION
E s nuestra iiitencióii cii esta última parte del trabajo pre-
sentar una interpretacióii general de la obra de 1t.K. pi.opoliieli-
do una clave de lectura a partir de las dos cattsgorias que
enhebran todo el desarrollo de su pensamiento. Sosteilemos, en
efecto, que el edificio conceptual de la obra de Kusch se
construye a partir de la distinci6n entre estas dos categorías:
SER-ESTAR."'
No resulta fácil caracterizar lo que estos térmiilos sig~lificaii
para R.K. y e n qué sentido los utiliza. Encierrail uil seiitido
19.Aunqiic en olra dirccckin, BC c ~ r n p ~ c testo
> a 1nisr110con l i ~ npropiacioncs
s dc In
rcflcxihn kuschcnna q u e cst5 rcriliziindo una corriente del pcnsaniicnto Lcolhgico
argentino. Vcr Politi, Sct>asli,in,"La nueva (.v:ingclizacitjn como servicio dc I:i Iglesia
a l a constitución d c u n sujeto popul;ir"cnPro,yeclo. CSE, Bs.As., N0718,cnclro-junio 1991.
20. Si bien dcsdc las primcrasobrasy artículos ap:irccc la n1cncion;ida distincióri en
1'orni;i iriiplícita, e s n partir dcAnz6rico Profirncin, cuya primera edición e s dc 1Yti2.
clondc. Kusch la cxplicita, sistematiza y comienza a fundanienlarla liloshlicariicritc.
polivalente que se despliega en distintos niveles de análisis.
Señalamos algunos de los que aparecen más frecuentemente: existencia. El conflicto fundamental a resolver s e da en el
enfrentamiento con las fuerzas cósmicas en un mundo que se
a ) lingüístico: es el punto de partida. La distinción es propia concibe como desgarrado entre dos polos frente a los cuales el
del idioma castellano y permite expresar las características hombre debe lograr su instalación o al menos el símbolo que lo
originales de la cultura americana. Kusch lo traduce del tér- ayude a conjugarlos. En el ideal del ser-alguien por el contrario,
el hombre se debate con las fuerzas del mercado y apela a su
mino quechua CAY. Así lo explica:
voluntad y destreza para dominarlas. En este nivel, el ser
E n e1 qucchua el verbo copulativo CAYesel equivalente de los marca para lo humano el tiempo del rendimiento, mientras que
verbos castellanos s s t i Y ESTAR, pero con una marcada signifi- el estar señala el tiempo del ~ a c r i f i c o . ~
cación de ESTAR. Cuy, es lo mismo que el denzostrativo ho-
c)lógico-metafísico:indican "dimensiones" diferentes de la
nióninio en quechua. I'oreso, esta lengua no tieneconjugación
propianzente dicha, conzo abstracción del nzovinziento, sino realidad. El "ser" concreta la tradición teórica que se elaboró a
partir del pensamiento griego y constituyó el origen - e n el
que esta se hace adjudicando cualidades a un sustantivo.
sentido que Jaspers utiliza el términ-de la reflexión filosófica
Estaes la clavc de Ia nzentalidad indígena, porque en todos los
occidental. Indica aquel ámbito de la realidad que se presta a la
órdenes sc ndviel-teesa colzjugnción con20 sinzple adosanz iento
de desi~zenczasCL nzodo de delnostrati~os.~' connotación y al dominio de la razón humana. El ser parcializa
la realidad. Delimita lo que Kusch denomina "el patio de los
b) antropológico-cxistencial:es el sentido con que se objetos" y está sometido a la "ira del hombre" en el ámbito de
la ciudad.
preserita por primera vez en América Profunda. En este nivel
El "estar" tiene relación con el ámbito de lo no-visualizable,
los términos quieren caracterizar u n modo de ser cultural, una
se relaciona más con el sentir que con el ver. Se refiere a lo que
actitud brísica para enfi.entar el mundo y la vida. El SER
acontece en el plano de la pre-ontología." Se opera desde él no
caractei-iza lo propio del ideal existencial europeo, tiene como
con la razón y los conceptos, sino con los aspectos de "entrancia"
antecedente la figura del MERCADER, y se realiza en lo que
de la conciencia que conectan al individuo con la energía de los
Kusch dci1omi1ll-iel "af¿in de ser alguien" como ideal u horizonte
arquetipos inconcie~it.es.~~Indica el ámbito del misterio donde
existenci;il de esa cultura. Provoca la tensión propia de la vida
cui-opea nloderila.
l'or el coiltraiici el ESTARresume y señala lo propio del modo
de ser o ethos cultui-al amei-icano. Se resume en el 111el-o-estar 22. Consultar paradesarrollar este tema laN.P.P., en especial el cap.10 donde puede
leerse: "porque historia e s el tiempo del rendimiento, y no lo e s el tiempo del
que indica la supremacía de lo comunitario. Piivilegia la ins- sacrificio. El sacrificio trasciende siempre a la historia, hace al hombre en su
tcllcrcicin eil un suelo e indica un sentido dis-tendido de la totalidad, ya fuera del tiempo. Hay historia para los colonizados, pero no hay
historia para el que se sacrifica, porque no puede haberla para el hombre que
s e da e n plenitud, porque éste no necesita de los hechos para justificarla,
siempre roza el mundo d e los dioses, y estos simulan la eternidad", p.97
21. Est.3 es ln prinicrti postul:icitjn quc corresporiclc a X.P. <ledondc~cstútonlada la
23.En esto radica la principal crítica que Kusch realiza del pensamiento heidegge-
cita, p.<)fi; cri su obra post(1rior I'c.nsnrn,ieiilo inrlífir(,~/n
,y por~illnrcr~AmPrico, ( l a cdic.
riano. P a r a R.K., Heidegger habria intuído el Ambito del 'estar n como previo al 'sern,
I'ucl)ln. RICxico, l<)iO cori el titulo "El pclns:lniicnto indígena cri :\rní.rica"; :l. <,d.H a -
a parlir de l a caracterización del dasein realizada en 'Ser y Tiempo n . Sin embargo
ch<:ttc,Bucnos Aires, 11)77)Kiiscli pr<~iicrc.cl tfirrnino UTCATHA, qiic nsiniiln nlscdcr(!
escamotea csta realidad cuando confronta u n a existencia inauténtica con otra autén-
latino indicarido cl sentido dccslnr-en-pic.Ver cspccialnicnte los capitulas X y XVIII,
tica, para terminar privilegiando esta última. Ver'El <(estar-siendo.como estructura
en éste iiltinio puodc I(.clrsc, "en e1 verbo estar se da una inusitada riqiieza.
existencial y como decisión cultural americana", en G.H.A, pp.153-158, el texto es del
Sabemos que estar proviene del s.r.4icF:latino, estar e n pie, lo cual implica una
año '73.
inquietud. El SKI{ e n cambio, en cuanto provierie del SF:I>EI~I.;, estar sentado,
24.En lo que se refiere a los supuestos psicoló@cos, Kusch opta por el esquema
connota un apoyo que conduce a la posihilidad d e definir", p.252. En csta di-
jungniano del inconsciente colectivo; como con el resto de s u s fuentes, realiza una
í¿,rcncia clc accntos, qiic irciduccn CAY, por u n lado y UTC:ATIIA, por el otn,, s c
lectura totalmcntc hetemdoxa de las mismas. E n uno de sus últimos trabajos, un
advicrtcn ya los dos caminos c ~ u propondrcnios
<~ rn5s adclantc.
vcrdadcro "tcstanicnto lilosólico", R.K. repasa sus fuentes, espcxialmente Heidcggcr,
se rozan las realidades que no pueden dominarse sino que hay
necesariamente que conjurar. Al estar, considerado en este
nivel, corresponde un saber de "salvación" y no de "solución"
como el que caracteriza a la ciencia. Un saber que no busca el
remedo de la realidad sino la comprensión, el acierto que funda
y, originariamente, concreta el domicilio existencial. Utilizan-
do las categorías de Kusch que evocamos más arriba, diríamos
que se corresponde con el plano de la "estancia" originadora de
"esencias". 25
A MODO DE CONCLUSION: LA MEDIACION
iFAGOCITACION O ESTAR-SIENDO?
A partir de la caracterización de ambos términos se abre para
nosotros el problema fundamental que consiste en la RELA-
CION o, dicho más precisamente, la MEDIACION que se
establece entre ellos. Para este problema, planteado permanen-
temente a lo largo de toda su obra, R.K. presenta alternativa-
mente dos respuestas: una es la que llamamos el modelo de la
fagocitación, la otra, el modelo del estar-siendo. Cada uno
de ellos representa una "salida" que determina la interpreta-
ción del conjunto de la obra y, por ende, su sentido global. Los
explicamos brevemente.
El modelo de la fagocitación se presenta intuitivamente
desde los primeros escritos, puede rastrearse en "La seducción
de la barbarie" y "Anotaciones para una estética de lo america-
no", pero es sistematizado y fundamentado por Kusch en
Uvi-Strauss, Eliade, J u n g y Lacan, tomando posición frente a ellas. Nos referimos al
~ r t t c u l o"El pensamiento popular desde el punto de vista filosófico, consideraciones
sobre el método, los supuestos y los contenidos posiblesn, en Stromata, San Miguel, 31
4, jul.-dic., 1978.
25. Sin pretender agotar la rica caracterización semántica de los términos a que nos
referimos, y para iluminar laconclusión de nuestro trabajo presentamos acontinuacidn
los pares de conceptos con los cuales Kusch intenta definir el SER y el ESTAR. Los
mismos se corresponden en ese orden: pensable-impensable; palabra-silencio; conocer-
saber; filosofar-pensar; concepto-símbolo; discurso-intuición; determinación-indeter-
minación; afirmación-negación; tensión-distensión; activo-pasivo; transitorio-peren-
ne; dinámico-estático; individuo-comunidad; patria-hogar; hedor-pulcritud; ontológi-
co-preontológico; esencia-estancia; pequeña historia-gran historia; rendimiento-sacri-
ficio; p ~ l a b r acomún-gran palabra.
América Profunda. Al mismo tiempo esta obra, sin duda una dc
las más sugestivas, representa la culminación de lo que llama-
ríamos el primer período de la producción kuscheana. En el
mismo, además de las mencionadas sobresalen las obras de
producción teatral.26
Lo propio de esta respuesta es la acentuación de la inconl-
patibilidad de los términos en cuestión. Es lo que aparece
claramente en la S.B.; allí Kusch describe una América que se
encuentra dividida en forma absoluta e irreconciliable entre la
"verdad de ficción de sus ciudades" y la "verdad de fondo de su
naturaleza demoníaca". Dentro de este modelo se privilegia una
comprensión que gira sobre lo estático-pasivo-resistente.
Centrada en lo receptivo-espontáneo-contemplativo. Así lo
expresa en un pasaje de la mencionada obra:
El mestizaje se perpetúa porque la escisión entre lo perfecto, lo
armonioso, lo invasor, por un lado, lo demoníaco, la amenaza
de la destrucción agazapada en la tierra que espera sienzprc>
el momento de destruir la veracidad de lo afirmado, por c.1
otro, toman con la invasión europea una oposición similar (1
la que existe entre lo negro y lo blanco, lo conciente y lo
inconciente, lo social y lo insocial, lo luminoso y lo
oscuro.(p.34)
La limitación de esta respuesta es la que presenta tocio
planteo dualista. Sirve para entender, describir y explicar una
realidad, pero no aporta demasiado a la hora de fijar las
estrategias de transformación de la misma. No caben dentro
ella fenómenos que tienen que ver con la complicidad y la
mixtura, con los entrecruzamientos. Creemos que por c?sl;i
razón Kusch fue abandonando progresivamente este tipo dv
planteo para adoptar el segundo modelo con el cual se al~rc?;i
otras perspectivas.
El modelo del estar-siendo es elaborado a partir dc los
resultados de América Profunda. Esta se constituye en u i i ; i
obra "bisagra", marca una culminación y al mismo tiempo iiii
punto de inflexión en el pensamiento de Kusch. Las primei.;is
26.Recordarnos sus ttlulos: "La leyenda de J u a n Moreira"; "La muerte del Cliirclii~".
'Tango y Credo Ranle";"TangoMishia n; éstas, como otras obras deR.K., son imposil~lc,i
de encontrar e n las librcrtas. Sigue pendiente -y no se sabe qué intereses eri ju(,go I ~ I
impiden- la publicación de las obras completas.
manifestaciones de esta salida aparecen en "Indios,porteños y
dioses" y en "De la mala vida porteña" donde R.K. trata de
aplicar las categorias analizadas en otras obras a la realidad de
la ciudad. Allídescubre, como decíamos antes, un fuerte proceso
de continuidad, en medio de las rupturas que imponen la
inmigración y el colonialismo, entre la realidad del estar indí-
gena puro y la realidad de la ciudad, el tango y sus suburbios.
El análisis se centra ahora en la capacidad operativa de lo
popular. Esto resulta determinante. En este modelo se privi-
legia lo dinámico y activo dentro de la capacidad creadora de
la cultura popular que puede ir más allá de la contemplación
resistente de una realidad ajena. A este modelo pertenece la
definición de la cultura como gesto y gesta de la comunidad; el
acento es puesto en la realización o efectivización cultural
del sujeto, en la capacidad de proyectarse en su horizonte
simbólico. 27 El siguiente texto representa bien lo que estamos
diciendo:
Y he aquí nuestra paradoja existencial. Nuestra autenticidad
no radica en lo que Occidente considera auténtico, sino en
desenvolver la estructura inversa a dicha autenticidad, en la
fórmula del «estar-siendo))como única posibilidad. S e trata
de otra forma de esencialización, a partir de u n horizonte
propio. Sólo el reconocimiento de esto último dará nuestra
autenticidad.
No nos engañamos; creemos que estos resultados se apoyan
en gran medida sobre los supuestos anteriores, pero sin duda
los superan y abren otro horizonte.
No es nuestra intención concluir con la postulación de "dos"
autores, ni siquiera sostener la existencia de un "primer Kusch"
y un "segundo Kusch", para ordenar su producción. Lejos de
esta conclusión, la obra representa un todo en permanente
cambio y evolución, entretejidaeso sí, por profundas intuiciones
27. Las obras que mejor reflejan este modelo son "Pensamiento indtgena y popular
en América n, la cual debe leerse en continuidad con A.P., "La negación e n e1 pensa-
miento popular n y "Esbozo de u n a antropología filosófica americana". "Geocultura del
hombre americano" es u n a recopilación de arttculos redactados en momentos distintos,
donde pueden reconocerse expresiones de los dos modelos propuestos.
28. G.H.A., p.158. Consultar para ampliar el arttculo mencionado en la nota 22.
que se mantienen del comienzo al fin y que ganan progresiva
fundamentación.
Lo que remarcamos es la posibilidad de realizar dos abor-
d a j e ~diferentes del conjunto de la obra señalados en los
modelos descriptos.
Nuestra conclusión se relaciona con las hipótesis de lectura
planteadas. El modelo de l a fagocitación nos proporciona
una imagen de R.K. donde su aporte a la cultura argentina, sin
duda valioso, lo emparenta con lo realizado por los llamados
"pensadores nacionales"; se equipararia a los trabajos que
realizó Arturo Jauretche, por ejemplo, en el terreno del debate
político. Se nos aparece como una obra de resistencia.
El modelo del estar-siendo abre las mejores posibilidades.
Aquí nos topamos con los aportes sin duda más originales,
muchos de los cuales aun no han sido debidamente explorados.
Esta última formulación presenta a la obra de R.K. como una
posibilidad de abordar desde América la problemática filosófica
de la cultura contemporánea; se plantean desde allí los temas
centrales que enhebran el debate contemporáneo: la planeta-
rización de la cultura científico-técnica; la crisis de la razón
moderna; el fin de la historia y de las ideologías; la crisis de la
idea de sujeto, entre otros. Entrecruzar sus conclusiones con los
problemas de la crisis actual es ya una tarea de quienes se
animen a pensar en la misma dirección que él señaló, sin
dogmas ni prejuicios.
¿Cómo redefinir la idea de un sujeto cultural autónomo en un
mundo cada vez más interdependiente? ¿Cómo afirmar su
alteridad y su potencialidad propia? ~Cómoenfrentarla concen-
tración escandalosa del poder mundial revestida con el ropaje
del respeto a las diferencias y del privilegio de las pluralidades?
¿Cómo rescatar creativamente nuestra tradición sin caer en el
folcklorismo que la vueve funcional al sistema? ¿Cómo pro-
yectar nuestra identidad cultural más allá de la versión sus-
tancial pero más acá de la disolución? ¿Cómo recrear nuestros
relatos en los tiempos de la "huelga de los acontecimien-
tos"? ¿Cómo recuperar nuestra capacidad de narrar cuando
vivimos en la simultaneidad del presente? ¿Cómo construir
poder cuando efectivamente estamos enfrentando la posibili-
dad cierta de la borradura de lo humano sobre la tierra?
Estos cuestionamientos y las crisis que acarreanque, en gran
parte definen el clima de época de este complejo fin de siglo que
nos toca vivir, pueden encontrar en el pensamiento kuscheano
'a, k
o
* G-
a, a, cd
Z J u r