¿EL HOMBRE SER RELIGIOSO O MITICO?

Ensayo ¿El Hombre ser Religioso o Mítico?

Miguel Antonio Ortega Vergara

Cod 095100032019

Universidad Tolima

Notas del autor:

Miguel Antonio Ortega Vergara, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad

Tolima

La información concerniente a este documento deberá ser enviada a Jorge Palomino,

Facultad de Ciencias de la Educación, Especialización en Pedagogía, Universidad Tolima Cl. 42

##1b-1, Ibagué, Tolima. Email: miguelantoniortega@hotmail.es

¿EL HOMBRE SER RELIGIOSO O MITICO?

Quiero empezar por realizar una diferenciación entre lo mítico y lo racional, para luego

finalmente, plasmar una reflexión somera sobre estas corrientes en Colombia. El primero,

apoyado en una larga trayectoria humana, alimentado del inconsciente y lo colectivo, nos ha

servido como guía hasta donde el conocimiento no nos puede llevar, nos promete metas

inalcanzables si actuamos de acuerdo a las reglas de su naturaleza. Nos alienta a pasar por alto

nuestro raciocinio en busca de una recompensa azarosa. Nos brinda de poder si lo sabemos

encausar. El mito, se basa en la adoración de la naturaleza y la explicación de sus fenómenos

físicos, algunas veces romántico otras veces apocalíptico. En la base de todo mito siempre hay

según Casserer (1968)”como núcleo o realidad ultima, algún fenómeno natural, entretejido en

una fábula que casi lo cubre o disimula por completo”

El segundo, La religión, mal tomada como algo mítico, está emparentada con este, se

desarrolla a partir de su trama, se deslinda para crear algo más universal, un sentimiento

holístico, un todo. Nace a partir de ceremonias, de ritos primitivos, creados en celebraciones

míticas, adaptadas a diferentes culturas pero con la misma finalidad. Comienza con un noble

origen, el de no olvidar a los seres queridos, de perpetuar su historia, en otras palabras, como lo

menciona (Cassirer, 1968)“nace como complemento de la sociedad primitiva y como la

explicación del fenómeno de la muerte o el dogma”. Esta se transforma, ya que el hombre

primitivo veía a la naturaleza como su igual, esta se zoólatriza, de ahí el totemismo y el

antropomorfismo.

Podríamos pensar que los dos se complementan, se unen y crean algo enriquecedor, tal

vez una forma de cultura, idea, o dogma, separado de toda racionalidad científica, que promueve
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lo espiritual del hombre, su relación con la naturaleza y la explicación de fenómenos naturales.

Tal vez, el último refugio de un hombre agobiado por tener en sus hombros el peso de explicar

su propio origen, de justificar su existencia. Por el contrario, han tomado rumbos opuestos,

demarcados por bases culturales y económicas. La modernización y la evolución de estas dos

corrientes se han visto en contraposición, enfrentadas y estigmatizadas, principalmente el mito,

que se ve como algo pagano, chamanico y hasta demoniaco, cuando trata de dar explicación del

origen del hombre y su propósito en la vida. Pero el mito es más “es la representación

generalizada de hechos que se repiten uniformemente a lo largo de la vida del ser humano, sobre

hechos como la vida y la muerte, la lucha contra las fuerzas de la naturaleza, la relación entre

sexos” Páez (2017)

El mito se retoma como forma ideológica para construcción de sociedades, se depura y se

acopla a estas nuevas culturas, gracias a antropólogos, etnólogos, filósofos y pedagogos entre

otros. Se valora la importancia de este dentro de las bases de desarrollo de toda sociedad, se

retoma e integra, caso contrario con la religión que cada vez pierde más adeptos, cuestionada por

su involución, por sus posturas poco claras sobre aspectos fundamentales de la vida del hombre,

esa indecisión ha mellado en la fe de las personas que han buscado respuestas en lo pagano.

“Actualmente, el paganismo es relacionado con los rituales que estén por fuera del

islamismo, cristianismo y judaísmo. A esta expresión se afilian seguidores de los celtas,

chamanes, adivinadores del destino y quienes practican la wicca (considerada el renacimiento de

la antigua brujería)” (El Espectador, 2009)

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En Colombia, país de estado laico, estas prácticas son mal vistas por el modelo religioso

actual, ya que perpetúan una forma de conocimiento poco ortodoxo, aislado de las ceremonias

litúrgicas, encaminadas más al rito y a lo profano. Pero cuál es la realidad de Colombia, país de

origen mítico, colonizado por religiones extranjeras, y es que mientras “unos visitan

monumentos, con cientos de réplicas del Divino Niño como un sustituto eficaz del hijo de Dios

en la tierra...otros cuantos, probablemente llamados ‘paganos’ por la Iglesia Católica, buscan la

reflexión espiritual en otros templos. Se hacen leer las cartas, se aplican pócimas y toman

hierbas.” (El Espectador, 2009)

En conclusión, el mito ha metamorfoseado, ha ganado adeptos a la religión, actualmente

está moldeando las mentes de la sociedad, del mundo. Retomamos los antiguos rituales, las

practicas chamanicas, el encuentro del ser con la naturaleza, dándole sentido al hombre y a su

existencia.

Referencias Bibliografía

o Cassirer Ernest, Antropología filosófica, Madrid, FCE, 1983. [Fecha de consulta: 17 de

mayo de 2019] Disponible
en:http://www.raularagon.com.ar/biblioteca/libros/Cassirer/Ernst%20Cassirer%20%20Antr
opologia%20Filosofica.pdf

o El Espectador. (7 de 4 de 2009). La semana de los ‘paganos’. Recuperado el 25 de 5 de

2019, de https://www.elespectador.com/impreso/bogota/articuloimpreso134946-semana-
de-los-paganos

o McCabe Joseph, El origen de la religión. Biblioteca Virtual Omegalfa 2010 (en línea)
[Fecha de consulta: 25 de mayo de 2019. Disponible en:
https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/el-origen-de-la-religion.pdf

o Páez Martínez, Ruth Milena, Lo mítico en la formación de los niños, Primera edición,
agosto de 2017. Disponible en http://biblioteca.clacso.edu.ar/Colombia/fce-
unisalle/20181009103254/lomiticoenlafor.pdf