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"...Ciertamente hay una fisonomía esencial del sacerdote que no cambia: en efecto, el
sacerdote de mañana, no menos que el de hoy, deberá asemejarse a Cristo. Cuando vivía en
la tierra, Jesús reflejó en sí mismo el rostro definitivo del presbítero, realizando un sacerdocio
ministerial del que los apóstoles fueron los primeros investidos y que está destinado a durar, a
continuarse incesantemente en todos los períodos de la historia..."
(PDV 5)
Valor e importancia de esta materia (en el orden objetivo y subjetivo). No se puede vivir lo
que no “genera ilusión”
"... Dios llama siempre a sus sacerdotes desde determinados contextos humanos y
eclesiales, que inevitablemente los caracterizan y a los cuales son enviados para el servicio
del Evangelio de Cristo..." (PDV 5)
positivos:
negativos:
- vigencia del racionalismo cientificista;
- defensa exacerbada de la subjetividad que encierra al hombre en el individualismo;
- ateísmo práctico y existencial, coincidente con una visión secularizada de la vida y
del destino del hombre;
- disgregación de la realidad familiar y el oscurecimiento o tergiversación del
verdadero significado de la sexualidad humana;
- capitalismo salvaje, caracterizado por crecientes injusticias sociales y concentración
de las riquezas en manos de unos pocos;
- "turbulencias" en el campo eclesial: ignorancia religiosa, mal entendido pluralismo
teológico, reduccionismos de la riqueza del evangelio y desconfianza ante el
magisterio jerárquico, concepción subjetiva de la fe y escasa presencia y
disponibilidad de sacerdotes;
También nosotros, sin ánimo exhaustivo, queremos ubicar la reflexión dentro de un triple
marco (cultural, "psicológico", eclesiológico) que nos permita comprender más
acabadamente lo que nos enseña la fe. Límites y ventajas de toda esquematización.
Según los estudiosos de la historia de las religiones y nuestra propia experiencia personal,
cuando hablamos de "sacerdocio", consciente o inconscientemente, hacemos referencia a:
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Orden Sagrado – Unidad 1
Sin embargo esta figura sacerdotal entra en crisis con el mundo secularizado.
Particularmente en las últimas décadas (ya no somos más "padre", somos "señor"), al
menos en la sociedad urbano industrial. Aunque hay algunos resabios, ya no va más el
sacerdote asimilado al caudillo político, al asistente social, al psicólogo, al erudito, al
gerente. Estos roles son asumidos hoy por laicos más competentes. Con mucha más
frecuencia el cura es un personaje "expuesto":
Paradójicamente esta escasa relevancia social nos acerca a los predilectos del Señor y -de
algún modo- nos permite vislumbrar una nueva presencia en medio de la comunidad. El
sacerdote es -en muchos ambientes- reconocido como alguien cercano, sencillo y capaz de
entender las situaciones por las que pasa la gente común.
Con esta expresión (por cierto inadecuada) hacemos referencia a la percepción del
sacerdocio que todos tenemos ligada inevitablemente a la experiencia personal de los
sacerdotes que han pasado por nuestra vida. Se trata de la mirada subjetiva del ministerio
ordenado. Conviene "dibujarla".
Dicha experiencia puede ser positiva o negativa pero ciertamente incompleta, ya que
ningún sacerdote por sí solo expresa totalmente el Sacerdocio de Cristo.
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Orden Sagrado – Unidad 1
También recordamos que de esta concepción eclesiológica se sigue una nueva "ubicación"
del ministerio ordenado dentro de la comunidad cristiana. Hay que reconocer que esta
nueva ubicación no termina de clarificarse teórica y prácticamente en ciertos ambientes
eclesiales. Por citar ejemplos: "clericalismo arraigado" del que hablan las LPNE,
ministerio "al frente" o "en" la Iglesia, relación con los fieles en general y con la mujer en
particular, espiritualidad propia del ministerio ordenado (seguimos pidiendo “prestada” la
espiritualidad a diversas escuelas), valoración del celibato sacerdotal, diaconado
permanente y nuevos ministerios eclesiales, etc. Se ha dicho que el Vaticano II “se olvidó”
de los presbíteros, ya que desarrolló ampliamente el episcopado y el laicado. Más que de
un “olvido” creo que se trata de una opción teológica, según veremos más adelante,
aunque es cierto que hace falta desarrollar más la teología del presbiterado.
La búsqueda de esta nueva ubicación -entre otras cosas- es lo que ha dado origen a la crisis
de identidad de los ministros ordenados y por ello recordamos otra expresión de Juan
Pablo II:
Hoy, como siempre, es necesario buscar y asumir (con espíritu de fe, pasión y humildad) la
identidad sacerdotal, tal como la propone la Iglesia. Ella, guiada por el Espíritu, ha
recibido del Señor la misión de organizar y configurar el ministerio de la Nueva Alianza.
Lo hacemos sabiendo que anunciamos y tratamos de vivir un Evangelio que sigue siendo
"locura y estupidez".
BALTHASAR, Hans Urs von; Ensayos Teológicos, Tomo II: Sponsa Verbi, Cristiandad,
Madrid 1964; La condición sacerdotal ayer y hoy, págs. 491-501.
DIANICH, Severino; Teología del ministerio ordenado, Paulinas, Madrid 1988; Cap. 1: El
marco cultural, págs.15-39.
GALOT, Jean; Teologia del sacerdozio, Libreria Editrice Fiorentina, Firenze 1981; Cap. 1: Il
fondamento della definizione del sacerdozio. a) Critteri insufficienti, págs. 1-9.
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Orden Sagrado – Unidad 1
NICOLAU, Miguel; Ministros de Cristo - Sacerdocio y sacramento del orden, B.A.C., Madrid
1971; Preliminares, págs.3-12 y Cap. XVI: El sacerdocio en la Iglesia de hoy y en un mundo
que cambia, págs. 438-453.
GRESHAKE, Gisbert; Ser sacerdote, Sígueme, Salamanca 1996 (3ª edición); El ministerio
sacerdotal en crisis, págs. 17-34.
PABLO VI; La figura del sacerdote en la época actual, Discurso cuaresmal al clero de Roma,
17/2/1969; AAS 61 (1969), págs.190ss, también en Siervos del pueblo, Ediciones Sígueme,
Salamanca 1971, págs.120-130.