Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1
Lacan, J., El Seminario, Libro 4, La Relación de objeto, Paidós Buenos Aires., op. Cit., pp. 30
Esta idea de análisis me hace pensar mucho en la experiencia que tenemos con un colega en una
investigación que estamos haciendo en un grupo de rehabilitación del consumo de drogas, son
personas que se han hecho nuestros amigos, nos estiman, nosotros participamos de sus reuniones
abiertas, también tenemos entrevistas.
La idea de nuestra investigación es poder ubicar cuales han sido los elementos subjetivos para la
rehabilitación de sujetos ex toxicómanos.
Resulta interesante que en la mayoría de casos en primer lugar se produce un encuentro con el
grupo, y un consentimiento a la identificación, todo lo que se juega allí, es identificación, todo en
el plano a – a’, el objeto como constituyente, es identificación al padrino, al coordinador, al
compañero que sí pudo dejar la droga, en este eje imaginario, uno opera desde el yo, los grandes
manuales de rehabilitación, tienen el subtítulo “solo por hoy”, y las conversaciones giran en torno
a lo que sí hizo hoy, cuando uno toma la palabra dice ¡Doy gracias a Dios, porque estoy limpio
hoy!, todos toman la palabra, todos se abrazan, se produce un lazo, y se sirven de eso, -está para
investigar qué más hay en juego, en ese lazo, en depositar algo de objeto en el otro al hablar, al
darle un lugar simbólico, todo esto ya es mucho para tratar de hacer con el goce del objeto droga,
que como dice Lacan, esa relación llega incluso a romper las bodas con el falo, es decir es un
goce tan real que arrasa con el fantasma, con lo simbólico, con el falo.
Entonces estos sujetos están ahí en el grupo, operando desde el yo, lo que resulta sumamente
curioso es que aunque muchos hayan dejado de consumir la droga, la pulsión se mueve a otro
lado, hace unos días uno de nuestros amigos nos decía que está preocupado porque siente que
puede comer mucho, y que lo que les pasa a muchos es que dejan la droga y empiezan a comer,
comen tanto que se mueren, hay otros más o menos insertados en un trabajo, pero son adictos al
gimnasio, a hacer algo con el cuerpo, y por las tardes no dejan de ir, van y hablan y se escuchan,
algunos dicen que si no tuvieran ese espacio volverían a consumir drogas, vemos entonces el
punto de fragilidad del Yo, de esa relación imaginaria.
Al eje imaginario, en el Esquema Lamba, Lacan le opone el eje simbólico, y ahí se da una nueva
dimensión del tratamiento, es la otra perspectiva de la cura, la que refunda Lacan, retornando a
Freud, el eje simbólico, el eje inconsciente – es donde se juega propiamente el psicoanálisis: A--
-S. Éste es el eje del significante, del significante del Otro que determina la historia, el flujo
libidinal, su cariz, su tinte, los sentidos que rigen la vida, lo estrictamente singular del síntoma,
del goce.
Es algo a lo cual nuestros amigos que con su identificación comunitarizante, no logran, no logran
capturar el síntoma en tanto que singular para cada sujeto.
Es importante que un tratamiento psicoanalítico es muy importante separarse de ese eje yo – otro,
sino lo analizaríamos no solo desde el sentido común, sino desde los dichos del propio análisis.
Quiero agregar también algunas puntuaciones sobre el eje simbólico, había dicho que es el eje
donde se da cuenta del goce, es por eso que estamos estudiando el objeto.
Goce, y pulsión, no hemos hablado mucho de la pulsión pero sabemos que hay pulsión porque
hay objeto perdido, un objeto perdido que se busca recuperar, la pulsión es la huella de lo que
había y no que no hay, pero la exigencia de que vuelva a haber.
De ahí se desprende –creo yo- que no se trata de la relación de objeto, sino de la falta de objeto,
y las tres formas de falta de objeto son la frustración, la castración, la privación.