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www.jananguita.es

Copyright © Jan Anguita, 2019

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Índice
El regalo del tapping ..................................................................... 4
Qué es el tapping ........................................................................ 13
El procedimiento básico de tapping ........................................... 38
Cómo hacer una sesión de tapping............................................. 62
Cómo detectar los cambios ........................................................ 80
Cómo funciona el tapping a nivel profundo ............................. 111
La relación entre el tapping y el pensamiento positivo............ 136
Cómo elegir las frases más adecuadas ..................................... 150
Cómo estructurar una sesión completa ................................... 176
Los diferentes tipos de soluciones que pueden aparecer ........ 196
Cómo tratar las raíces del problema......................................... 210

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Capítulo 1
El regalo del tapping
Recuerdo muy bien el día que oí hablar del tapping por primera
vez. Fue en una entrevista de un periódico, donde Cipriano
Toledo, a quien no conocía por aquel entonces, hablaba de una
técnica muy sencilla y muy efectiva con la que se podían sanar
una gran cantidad de situaciones dolorosas. Estaba tan
convencido de la efectividad de esta técnica, que había
reservado un recinto cerca de Barcelona, con capacidad para
más de 7.000 personas, con el objetivo de dar un taller de un día
a un precio simbólico –creo que eran seis euros– y darla a
conocer.

No lo dudé ni un momento: me apunté.

En ese momento, yo ya tenía formación en otras terapias –


acupuntura, Reiki y sanación reconectiva–, y hacía varios años
que las ejercía a nivel profesional. Pero, como la mayoría de
terapeutas, siempre estaba abierto a descubrir nuevas
herramientas, y más si costaba tan poco aprenderlas.
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El taller fue muy bien. Como ya apuntaba en la entrevista que leí,
Cipriano Toledo resultó ser un gran comunicador. Es una
persona con una gran capacidad de transmitir ideas de forma
clara, sencilla y muy amena. Más adelante fui a otros dos talleres
suyos, y en los dos casos fue un acierto.

Así que llegué a casa esa misma tarde con una terapia nueva
bajo el brazo que difícilmente podría ser más simple: solo tienes
que decir una frase que describa el problema a tratar, y luego
darte unos golpes muy suaves en unos determinados puntos del
cuerpo –siempre los mismos– mientras dices la frase en voz alta.
No hay que estudiar una gran cantidad de teoría, ni aprenderse
diferentes procedimientos para tratar casos distintos. El
tratamiento siempre es el mismo: buscar frases que describan el
problema y darte unos golpes en los puntos de tapping.

La pregunta que le surge a casi todo el mundo cuando oye esta


idea es la misma: ¿realmente funciona algo así?

Y la respuesta es que sí, funciona.

El tapping puede usarse para tratar cualquier tipo de problema,


ya sea un problema físico, un dolor emocional o una situación
complicada. Puedes usarlo para tratar enfermedades, miedos,
traumas, problemas económicos, conflictos o cualquier otra
circunstancia que te preocupe. Y su efectividad es muy alta.

Como veremos a lo largo del libro, no siempre es tan sencillo


como decir una única frase del problema y ya está, sino que hay
que analizarlo bien y tratarlo con frases diferentes. Pero aun así,

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la idea básica sigue siendo muy simple: buscar frases que
describan lo que queremos tratar y darnos unos golpes muy
suaves en unos puntos del cuerpo. Cada vez más personas están
comprobando por su propia experiencia lo poderoso que es. Esta
es la razón por la que la popularidad del tapping ha crecido tanto
en los últimos años. Es una terapia sencilla, asequible y muy
efectiva.

En mi caso concreto, el tapping es la herramienta que me ha


permitido dar un salto más grande en mi vida. Sería injusto decir
que es la única, porque hay muchas otras que también me han
sido, y me siguen siendo, de gran utilidad. Pero hay un antes y
un después muy claro respecto al tapping. Como la mayoría de
personas, he pasado por muchos momentos difíciles a lo largo
de mi vida. He tenido problemas de salud, he pasado por
dificultades económicas y he sufrido a nivel emocional. Durante
muchos años, hice un intenso trabajo personal para intentar
mejorar mi vida, y esto me sirvió para avanzar en muchos
aspectos. Pero no fue hasta que llegó el tapping que por fin pude
calmar el dolor. El tapping fue la herramienta que me permitió
empezar a dejar de sufrir de verdad.

Mi historia es principalmente la historia de alguien que buscaba


el sentido de la vida. Recuerdo que ya desde muy pequeño me
miraba al espejo y me preguntaba: ¿por qué soy así? ¿Por qué
tengo esta cara y no otra? ¿Por qué tengo este carácter? ¿Por
qué estoy en este planeta? Estas inquietudes me acompañaron
durante mucho tiempo y me marcaron profundamente. Al
principio eran simples compañeras de viaje, pero poco a poco se
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convirtieron en auténticas necesidades vitales. A medida que iba
creciendo, cada vez me daba más cuenta de que no entendía el
mundo en el que vivía. No entendía a las demás personas ni
tampoco a mí mismo. No entendía por qué estábamos tan
perdidos ni por qué sufríamos tanto. Siempre tuve la sensación
de que todo debía tener una explicación, pero no la veía en
ningún lugar.

Al llegar a la edad adulta, hubo un momento en que dar


respuesta a todo esto se convirtió en una prioridad. Durante la
adolescencia me olvidé un poco ello, pero a partir de la
universidad, las preguntas vitales que me había estado haciendo
desde niño adquirieron más fuerza que nunca. La obligación de
ganarme la vida y de afrontar las demás responsabilidades
adultas se me hacía muy difícil de asumir si no entendía el
porqué de la vida. Tenía un trabajo que no me gustaba y que me
ocupaba la mayor parte de mi tiempo, y también muchas
preocupaciones internas que me impedían vivir tranquilo. Y
necesitaba encontrarle un sentido más profundo a todo ello para
poderlo afrontar.

El camino que elegí fue el del crecimiento personal. Un día me


prestaron unas cintas de casete que contenían un curso grabado
de Antonio Blay, y con ellas se me abrió un mundo nuevo. Las
palabras de Antonio Blay me llegaron como una profunda fuente
de sabiduría que clarificó mucho de lo que hacía tiempo que
sentía. Entre sus muchas ideas, había una que resonó conmigo
por encima de las otras: la esencia de todo nuestro sufrimiento
viene del hecho de no conocer nuestra verdadera identidad.
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Debes descubrir quién eres realmente si quieres vivir con
plenitud.

Esa frase me golpeó como un rayo de luz. La idea de descubrir


quién era yo realmente me llenó de una ilusión y una alegría que
hacía mucho tiempo que no sentía. Y el hecho de oír a alguien
que había recorrido este camino me llenó de esperanza. Así que
tomé la decisión en ese mismo momento. Esto era lo que yo
tenía que hacer a partir de entonces: buscarme a mí mismo. En
parte lo había estado haciendo desde niño, pero de una forma
no del todo consciente. Ahora le pondría toda mi energía.

A partir de ese día, continué haciendo más cursos de crecimiento


personal, estudié diferentes terapias naturales y practiqué
mucha meditación. Cualquier cosa que me sirviera para
entenderme mejor, y entender mejor el universo donde vivía,
era bienvenida. Y me entregué a ello plenamente.

Y las respuestas llegaron. Se tomaron su tiempo, pero al final


llegaron.

No diré que son respuestas definitivas y válidas para todo el


mundo, pero sí son respuestas que a mí me sirvieron. Entendí
por qué estaba aquí y cuál era mi camino, y mi alma se quedó en
calma.

Durante un tiempo.

El hecho de descubrir mi camino me dio una cierta paz interna


pero, a medida que pasaba el tiempo, había muchas cosas que

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seguían sin encajar. Tenía bastante claro lo que quería, pero no
siempre encontraba la manera de hacerlo realidad, y esto me
sumía periódicamente en estados de tristeza, frustración,
cansancio y mal humor. Conocer el camino no es lo mismo que
recorrer el camino, y yo no lo estaba recorriendo.

Hasta que llegó el tapping. El tapping fue la guinda del pastel que
permitió que, por fin, todo empezara a fluir con armonía. Con
tapping empezaron a disolverse mis miedos, mis traumas y mis
dudas, y entonces fue cuando todo cambió de verdad.

Aún no puedo decir que lo tengo todo resuelto, ni mucho


menos, pero mis batallas actuales no tienen nada que ver con las
que tenía antes. Para empezar, son mucho más suaves, y esto
por sí solo ya es un gran avance. Pero lo más importante es que
ahora sé que tengo una herramienta realmente efectiva para
hacerles frente cuando aparecen. Y esto me da una gran
tranquilidad.

El objetivo de este libro es compartir contigo esta tranquilidad.


Sé perfectamente que tu camino no es igual que el mío. Quizás
no tienes las dudas existenciales que yo tenía. Quizás tus
preocupaciones son de otro tipo. Cada persona es única, y su
camino también lo es. Pero esto es totalmente indiferente de
cara al tapping. Al final, la esencia del dolor que todos sentimos
es la misma: tenemos miedos, tenemos bloqueos y tenemos
creencias internas que nos limitan. Y el tapping tiene la
capacidad de disolverlo todo de raíz. El tapping tiene la

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capacidad de llegar al centro de tu dolor, independientemente
de dónde esté, y transmutarlo en luz.

A lo largo del libro aprenderás a usar el tapping para tratar


cualquier problema que te preocupe, sea del tipo que sea.
Puedes usarlo para temas físicos, temas emocionales o
situaciones generales que sean dolorosas para ti: problemas
económicos, conflictos, problemas laborales, etc. Puedes usarlo
también para casos “grandes” o para las pequeñas dificultades
del día a día. Puedes usarlo para cualquier situación que para ti
sea un obstáculo: sea grande o pequeña, y sea de un tipo u otro.

Cuando vi que el tapping funcionaba tan bien, una de las


primeras cosas que hice fue escribir un artículo para compartirlo
en mi blog: www.jananguita.es. En ese momento, aún era un
blog relativamente pequeño, pero ya había bastantes personas
que lo leían, y creí que les podría interesar. El destino quiso que
ese artículo se posicionara muy bien en Google, y miles de
personas que buscaban información sobre tapping empezaron a
llegar a él. Y con ellas, llegaron las preguntas. Muchas preguntas.
Cada día recibía varios correos preguntándome dudas
relacionadas con el tapping. Así que viendo que había un gran
interés por el tema, y que el artículo no era suficiente, decidí
escribir un libro para profundizar un poco más. Este libro es “El
Poder del Tapping”, el cual se puede descargar gratuitamente en
mi blog.

Pero seguía sin ser suficiente. Me di cuenta de que yo mismo


aún no sabía todo lo necesario para sacarle todo el partido al

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tapping, así que decidí investigar más. En primer lugar, fui a la
fuente del tapping. Visité la página de su creador, Gary Craig, y
allí encontré mucha información sobre cómo aprovechar el
tapping al máximo. En uno de sus tutoriales, Gary Craig avisa de
que uno de los principales problemas del tapping es que, al ser
tan simple y efectivo, muchas personas se quedan en la
superficie y no profundizan, y se pierden mucho de lo que
podrían conseguir. Y tiene razón. El tapping es sorprendente de
entrada, pero lo es aún más si lo descubres en profundidad.

Y aparte de estudiar el material de Gary Craig, también hice lo


que se ha convertido en mi día a día en los últimos años:
conectar con la sabiduría interior que todos tenemos para
encontrar nuevas respuestas. Hace un momento te hablaba de
cómo encontré mi camino. Pues es este. Esto es lo que hago.
Busco respuestas que nos permitan entender y mejorar nuestra
vida, y todo lo que encuentro lo voy compartiendo con las
personas que quieran conocerlo.

Creo que es importante que sepas de dónde vienen estas


respuestas. No sería exacto decir que son mis respuestas. Pasan
por mí, pero no surgen de mí. Surgen de un lugar más profundo:
ese lugar que todos sabemos que existe, pero que cada uno
percibe e interpreta a su manera. A menudo me preguntan de
dónde sale toda la información que comparto, y mi respuesta
siempre es la misma: todo el universo es una unidad, y esto
significa que todos estamos conectados con todo. Podemos
acceder a cualquier información que queramos.

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Este libro es fruto de esta conexión. Es una guía del universo
sobre cómo aplicar el tapping y sacarle el máximo partido.

Es un verdadero tesoro, y espero que te sea de tanta utilidad


como me lo ha sido a mí.

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Capítulo 2
Qué es el tapping
El objetivo de este libro es que sea práctico, así que hablaremos
de muchos casos y ejemplos concretos para que tengas una idea
muy clara de cómo aplicar el tapping a tus preocupaciones. Pero
antes de entrar en los detalles de cómo utilizar el tapping, en
este capítulo hablaremos de su historia y de sus características
principales. Cada terapia tiene su propia energía y su propia
personalidad, y es importante captar esta energía y esta
personalidad para sacarle todo su provecho.

El tapping es una técnica que se basa en el sistema de


meridianos que utiliza la acupuntura china así que, para
encontrar sus primeros orígenes, tendríamos que retroceder
muchos siglos atrás. Sin embargo, el tapping como la técnica
moderna que conocemos hoy en día, empezó a gestarse un día
muy concreto: el día que Mary, una mujer que tenía miedo al
agua, decidió pedir ayuda profesional.

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El miedo de Mary era muy intenso. No podía acercarse a una
piscina sin sentir una gran ansiedad y tenía pesadillas por las
noches relacionadas con el agua. No podía bañar a sus hijos
pequeños, e incluso bañarse a sí misma era para ella un gran
suplicio. Había tenido este miedo durante mucho tiempo, pero
llegó un punto en que se le hacía muy difícil continuar viviendo
con él. Así que decidió visitar a un psicólogo: el Dr. Callahan.

Para el Dr. Callahan este caso fue muy frustrante durante mucho
tiempo. Pasaron más de dos años sin que consiguieran avanzar
lo más mínimo. En la planta baja del edificio donde estaba
situada la consulta había una piscina, y no habían conseguido
que Mary pudiera acercarse ni siquiera un poco sin sentir sus
habituales ataques de ansiedad. Y no era porque no lo hubieran
intentado; el Dr. Callahan había probado prácticamente todo lo
que sabía sobre psicoterapia tradicional. Pero nada había
funcionado.

Pero además de ser psicólogo, el Dr. Callahan era también una


persona con un gran interés por todo lo que tenía que ver con el
funcionamiento del cuerpo y la mente, y siempre estaba abierto
a aprender otras técnicas que pudieran ayudarle en su
profesión. Una de estas técnicas fue la acupuntura. Estudió el
sistema de meridianos y todo lo que pudo aprender sobre esta
tradición milenaria.

En sus estudios sobre acupuntura, pasó por sus manos el trabajo


del quiropráctico estadounidense George Goodheart, el cual se
había dado cuenta de que, en lugar de pinchar los puntos de

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acupuntura con agujas, también se podían golpear o masajear.
Esto tenía efectos similares, y era mucho más agradable para los
pacientes.

Pues bien, un día, durante una sesión con Mary, todo esto cobró
sentido para el Dr. Callahan. Por primera vez, Mary le explicó
que la sensación de miedo y angustia que le producía el agua la
sentía en el estómago. En ese momento, en un flash de
inspiración, el Dr. Callahan recordó que, según la medicina china,
el meridiano del estómago empieza debajo del ojo. Y le pidió a
Mary que se diera unos pequeños golpes en ese punto.

Para su sorpresa, después de unos cuantos golpes, Mary


exclamó: “ya no está, esa terrible sensación en el estómago ya
no está. ¡Ya no le tengo miedo al agua!” Y para demostrarlo,
bajó a la piscina y empezó a tocar el agua y a salpicarse la cara. El
Dr. Callahan incluso se asustó un poco y corrió a su lado, porque
Mary no sabía nadar.

A partir de ese momento, Mary dejó de tenerle miedo al agua.


Habían probado prácticamente todo lo conocido respecto a la
psicoterapia sin conseguir ningún avance, y resulta que la
solución era algo tan simple y fácil como darse unos pequeños
golpes debajo del ojo.

Después de este sorprendente resultado, el Dr. Callahan decidió


estudiarlo a fondo para aplicarlo en otros casos. De este estudio,
nació una técnica que llamó Thought Field Therapy, o TFT, que

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consistía en golpear una secuencia de puntos de acupuntura
según la dolencia a tratar.

Uno de los problemas del TFT es que hay que hacer un


reconocimiento previo del paciente para ver qué puntos hay que
golpear. Este reconocimiento es complejo, y es necesario que lo
haga un experto, de manera que el TFT no es una técnica que
pueda ser utilizada fácilmente por cualquier persona.

Uno de los discípulos del Dr. Callahan, un ingeniero llamado Gary


Craig, después de varios años experimentando con TFT, se
planteó si era realmente importante encontrar la secuencia
adecuada de puntos a golpear. Se preguntó qué pasaría si, en
lugar de buscar esta secuencia, escogía una serie de puntos fijos
y los golpeaba siempre en cualquier tratamiento. De esta
manera, no era necesario hacer ningún diagnóstico, ya que los
puntos a golpear eran siempre los mismos.

Tras varias pruebas, Gary Craig vio que su nueva versión


simplificada funcionaba igual de bien. Solo había que decir una
frase del problema a tratar, y entonces se podían usar siempre
los mismos puntos. A esta nueva técnica la llamó Emotional
Freedom Technique (EFT), también conocida como tapping.

Las ventajas del tapping


Hay dos momentos muy especiales en esta historia. El primero
es el momento en el que el Dr. Callahan tuvo la inspiración de
golpear un punto del cuerpo para sanar el miedo de Mary.

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¿Alguna vez te ha venido una idea a la mente, y de repente has
tenido la absoluta seguridad de que era cierta? Es muy posible
que sí. La mayoría de nosotros lo hemos experimentado en
algún momento. Es lo que llamamos intuición, y es una de las
herramientas más poderosas que tenemos los seres humanos. Es
una pena que no la usemos más. Todos tenemos una conexión
directa con la sabiduría del universo, y podemos acceder a ella
siempre que queramos. Y una de las principales puertas de
acceso a esta conexión es la intuición.

Estoy seguro de que esto es lo que sintió el Dr. Callahan en ese


instante: intuición pura. Seguro que fue un momento de
conexión, de luz y de absoluta certeza. Fue el momento en el
que el universo regaló a la humanidad la primera piedra de lo
que ahora conocemos como tapping.

La segunda piedra llegó a través de Gary Craig. No conozco los


detalles del momento, pero seguramente también fue un
instante de profunda inspiración. En algún momento, mientras
practicaba TFT, debió aparecer una pregunta en su mente:
¿podría ser que la terapia funcionara igual de bien para
cualquier tipo de problema, golpeando siempre los mismos
puntos? Esto simplificaría mucho el proceso, y abriría las puertas
a la posibilidad de que cualquier persona lo hiciera por su cuenta
sin demasiado entrenamiento.

Y sí, resultó que sí podía ser. Solo había que decir frases del tema
a tratar, y entonces se podían usar siempre los mismos puntos.

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Y esto es el tapping: una terapia muy simple y efectiva que
cualquier persona puede usar. Solo tenemos que buscar frases
de los problemas que queramos tratar y darnos unos golpes muy
suaves en unos puntos del cuerpo, que siempre son los mismos.
Por ejemplo, si te duele la cabeza, puedes decir “me duele la
cabeza” mientras golpeas los puntos de tapping. O si tienes
miedo a las alturas, puedes decir “tengo miedo de caer cuando
estoy en un sitio alto” mientras te golpeas los mismos puntos.
Extremadamente simple.

Este procedimiento lo puedes usar para tratar cualquier


situación que consideres problemática para ti. El hecho de usar
frases para dirigir la terapia le da una gran flexibilidad. Puedes
tratar temas emocionales usando frases sobre lo que sientes:
“tengo miedo de estar solo”, “estoy muy nervioso por la
entrevista de mañana”, “me molesta que mi pareja haga tal
cosa”, etc. Puedes tratar problemas físicos diciendo frases sobre
los síntomas que tienes: “me duele la rodilla”, “me mareo a
menudo”, “me siento muy cansado”, “me pica tal parte del
cuerpo”, etc. Puedes tratar creencias limitantes diciendo frases
sobre lo que crees: “creo que tal cosa es imposible”, “creo que
tal persona es mala”, “creo que tengo poca personalidad”, “creo
que tal proyecto no funcionará”, etc. Las posibilidades son
totalmente ilimitadas.

En el siguiente capítulo hablaremos con detalle del


procedimiento exacto a seguir para hacer tapping, pero la base
es simplemente elegir frases sobre lo que quieres tratar y darte
unos golpes muy suaves en unos puntos del cuerpo mientras las
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dices en voz alta. Los puntos son solo nueve, y siempre son los
mismos. Están situados en la cabeza, la cara y el torso, y son muy
fáciles de localizar. Los golpes se dan muy suavemente con las
puntas de los dedos y no causan ningún tipo de molestia ni
dolor. Con cada frase que se elige, se golpean todos los puntos
diciendo la frase cada vez. Y podemos repetir el proceso tantas
veces como queramos con frases diferentes para tratar
problemas distintos, o para tratar distintos aspectos de un
mismo problema.

La única dificultad que tiene el tapping es elegir bien las frases.


Esta es la clave. Para tratar temas sencillos, a veces es suficiente
con una única frase simple, pero si queremos tratar temas
complejos, hay que profundizar más: hay que mirar qué raíces
hay debajo del problema –miedos, creencias y traumas– y
tratarlos también con tapping. Esto es un poco más laborioso,
porque hay que buscar frases más elaboradas, pero la esencia
del método no se complica en ningún momento. Siempre es lo
mismo: buscar frases de lo que quieras tratar y darte los golpes
en los puntos.

El hecho de que el tapping se base en buscar frases del problema


tiene muchas ventajas. La primera es que cualquier persona
puede hacerlo. La gran mayoría de terapias requieren un gran
entrenamiento, pero el tapping no. Es cierto que para ser un
buen terapeuta de tapping también hay que preparase bien,
pero incluso sin muchos conocimientos ya se pueden hacer
muchas cosas. Cualquier persona puede buscar frases que
describan sus problemas. Si tienes un problema de salud, si estás
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sufriendo a nivel emocional, si tienes problemas económicos o si
estás viviendo cualquier otra situación dolorosa, puedes buscar
frases que describan lo que te pasa y cómo te sientes al
respecto. No se necesita una gran preparación para hacerlo.

Aunque esta última afirmación es cierta, hay que puntualizarla


un poco para no crear confusión. Es verdad que para hacer
tapping no se necesita una gran preparación, pero esto no
significa que no se necesite ninguna preparación de ningún tipo,
ni que todos los problemas se puedan resolver fácilmente en un
día. Los problemas más sencillos, que son aquellos que son
relativamente recientes y superficiales, muchas veces sí pueden
resolverse de forma bastante rápida. Pero los casos más
complejos, que son los que tienen miedos, traumas y creencias
fuertes en su interior, suelen requerir más tiempo. Son
problemas que tienen aspectos ocultos que no se ven a primera
vista, y requieren una cierta dedicación para poder analizarlos
bien y hacer frases profundas.

Por ejemplo, si tienes problemas económicos y quieres


resolverlos con tapping, muy probablemente no será suficiente
hacer tapping con la frase “tengo poco dinero” y otras parecidas.
Lo que habrá que hacer es analizar bien el problema y abordar
todos sus aspectos. Por ejemplo: ¿qué creencias tienes sobre el
dinero? ¿Qué piensas de las personas que tienen más que tú?
¿Qué crees que te impide ganar más? ¿De qué tienes miedo? Al
responder estas preguntas, y otras similares, te saldrán muchas
frases sobre tus creencias, tus bloqueos internos y tus traumas

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relacionados con el dinero. Y todo esto es lo que hay que ir
sanando con tapping para resolverlo de raíz.

Así pues, un tratamiento completo de tapping no suele ser tan


simple como decir una única frase y ya está. En los casos
sencillos a veces sí, pero en los complejos el proceso es más
elaborado. Pero aun así, sigue siendo totalmente asequible para
cualquier persona. Tú puedes mirar en tu interior y buscar frases
sobre tus miedos, tus creencias y tus traumas. En algunos casos
te costará más que en otros, pero es algo que puedes hacer por
tu cuenta. Y en los casos que no consigas resolverlo todo tú solo,
seguro que puedes avanzar en muchas cosas. El tapping se basa
en buscar frases que describan lo que te pasa, y esto es algo que
cualquier persona puede hacer.

El tapping aporta un gran crecimiento interior


La facilidad de uso es, sin duda, una de las grandes ventajas del
tapping. Es su carta de presentación: “puedes aprender tapping
en muy poco tiempo, y empezar rápidamente a tratar cualquier
problema que te preocupe”. Pero esta no es su única ventaja, ni
mucho menos. Tiene muchas otras.

Una de ellas es su relación directa con el crecimiento interior:


practicar tapping no aporta únicamente soluciones a nuestros
problemas, sino también un gran crecimiento personal. Esto es
debido a que uno de los ingredientes básicos de una sesión de
tapping es el autodescubrimiento. La clave de la efectividad del
tapping está en las frases: tenemos que hacer frases que
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describan bien lo que nos pasa. Y para poder encontrar las frases
más adecuadas, tenemos que analizar y comprender bien lo que
sucede en nuestro interior.

Por esta razón, una sesión de tapping consiste principalmente en


un proceso de análisis y escucha interna para poder detectar qué
nos pasa y qué sentimos exactamente. De esta manera, además
de los beneficios directos de la terapia, también conseguimos
una mayor conexión con nosotros mismos. Al hacer tapping, por
el simple hecho de tener que buscar frases de lo que te pasa,
descubrirás muchas cosas de ti que quizás no sabías, y
conectarás mucho más con quien eres realmente.

El motivo principal por el que existe este libro es precisamente


este proceso de búsqueda interna. Ya verás que explicar el
procedimiento para hacer tapping es muy simple. No tiene
ningún misterio. Solo hay que aprenderse los puntos que hay
que golpear y poco más. Lo que sí tiene un poco más de
complejidad es buscar bien las frases. Hay que mirar en nuestro
interior y descubrir qué está limitando nuestra vida: ¿qué
dificulta que nuestra salud fluya bien? ¿Qué dificulta que la
abundancia llegue a nosotros? ¿Qué dificulta que tengamos
relaciones armoniosas con nuestro entorno? El tapping tiene la
capacidad de sanar todo esto, pero primero tenemos que
encontrarlo. Necesitamos la información para poder hacer las
frases.

Este es el único requisito que necesitas para hacer tapping:


tienes que estar dispuesto a mirar dentro de ti con ganas de

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descubrir. Tienes que asumir que, si tu vida no fluye como te
gustaría, es porque hay algo en ti que lo impide. Y tienes que
estar dispuesto a descubrirlo. Si lo haces, el tapping te permitirá
sanarlo. Pero si no, el tapping puede hacer muy poco. No puedes
hacer frases sobre algo que no ves.

A mí personalmente, esta es una de las características que más


me gustan del tapping: el tapping no te permite sanar nada si
antes no lo miras. Con tapping puedes cambiar completamente
tu sistema de creencias, disolver tus miedos y sanar tus traumas
más intensos. Y en muchos casos puedes hacerlo en muy poco
tiempo. Pero primero tienes que mirarlos. Tienes que mirar tus
creencias para poder hacer frases sobre ellas. Tienes que mirar
tus miedos para poder describirlos con palabras.

Esto significa que, cuando haces tapping, tus problemas no


desaparecen sin que te des cuenta. No es como si alguien viniera
y los resolviera por ti. Cuando haces tapping, ves perfectamente
lo que ha causado el problema, y eres plenamente consciente de
todo el proceso que lleva hasta su solución.

Imagínate que hay un muro delante de ti: ¿qué es mejor, que


alguien aparte el muro por ti, o que tú mismo aprendas a
saltarlo? Pues el tapping no derribará nunca el muro. El tapping
te impulsa para que lo saltes. Y esto hace que, a partir de ese
momento, los muros dejen de asustarte, porque ya sabes cómo
superarlos.

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Todo esto surge del hecho de tener que hacer frases sobre lo
que quieres sanar. Cuando haces una sesión de tapping, tienes
que dedicar un buen rato a escucharte bien a ti mismo para ver
qué te pasa exactamente: qué sientes, qué creencias tienes y
cómo vives la situación. Todo esto implica una gran toma de
conciencia, lo cual ya es sanador por sí mismo. Pero además de
esto, cuando te das los golpes en los puntos diciendo las frases
en voz alta, puedes sentir claramente cómo tu interior va
cambiado: puedes sentir cómo cambian tus emociones, tus
ideas, tus pensamientos e incluso tus recuerdos. Es un proceso
que puedes ver con tus propios ojos mientras se va produciendo,
y esto aporta un gran desarrollo interior.

Imagina que una persona tiene dolor de cabeza y que quiere


tratarlo con tapping. El primer paso es escucharse bien y buscar
una frase que describa el dolor con detalle, y luego irla diciendo
en voz alta mientras golpea suavemente los puntos de tapping.
Al hacerlo, resulta que nota que le viene un profundo mal
humor. Como explicaremos dentro de poco, en tapping es muy
importante estar atento a los cambios que se producen durante
la terapia, y hacer nuevas frases a partir de estos cambios. En
este caso, ha habido un cambio emocional, así que busca una
nueva frase que describe cómo se siente ahora. Por ejemplo:
“ahora estoy de muy mal humor”. Al hacer tapping con esta
nueva frase, nota que el dolor de cabeza baja de intensidad y,
además, toma conciencia de que está muy enfadada con su
pareja porque casi nunca está en casa. Esto en sí mismo no es
nuevo para ella, pero de repente se da cuenta de que está

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mucho más enfadada de lo que creía. Así que decide tratar este
enfado con la frase “estoy muy enfadado porque mi pareja casi
nunca está en casa”. Al hacer tapping con ella, el enfado se
disuelve y aparece una profunda tristeza y un recuerdo de la
infancia.

Llegados a este punto, el tratamiento continuaría tratando la


tristeza, pero lo que quería mostrarte aquí es cómo este
procedimiento va acompañado de una gran toma de conciencia.
A medida que va avanzando, se va dando cuenta de lo que
realmente le pasa: el dolor de cabeza, el enfado, la tristeza, el
recuerdo, etc. Lo que de entrada parecía un simple dolor de
cabeza aislado, en realidad es un síntoma de algo más profundo.
Y el tapping permite sanarlo todo con un gran nivel de
conciencia en todo momento. El dolor no desaparece sin que
nos demos cuenta. Primero tenemos que mirar y aprender. Y
esto nos hace crecer.

El gran viaje del tapping


Practicar tapping implica emprender un viaje de descubrimiento
y sanación. Muchas personas se acercan al tapping para tratar
sus problemas concretos: un dolor, una enfermedad, una
dificultad, etc. Y muchas veces esperan encontrar una solución a
ese problema concreto y nada más. Esperan que desaparezca
eso que les preocupa y que el resto de su vida siga más o menos
igual. Esta actitud es muy comprensible, pero no es la más
apropiada para avanzar de forma efectiva.

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Hay que tener en cuenta que, aunque nuestra vida tiene
diferentes vertientes, en el fondo somos una unidad. Todas las
partes de nuestra vida se relacionan entre ellas. No las podemos
separar completamente. No podemos separar el cuerpo de la
mente, por ejemplo, ni la mente de las emociones. Y tampoco
podemos separar las diferentes áreas de nuestra vida, como la
laboral y la personal. Todo está relacionado. Así que, si
queremos abordar nuestras preocupaciones con intenciones
reales de sanarlas, no podemos hacerlo de forma aislada, sino
considerando toda nuestra vida como un conjunto.

En tapping, esto implica no hacer frases únicamente sobre el


tema a tratar, sino también sobre los demás aspectos de la vida.
Si quieres sanar un problema físico con tapping, muy
probablemente tendrás que tratar tus emociones y tus
pensamientos. Y también es relativamente probable que tengas
que sanar algún trauma del pasado. Y con cualquier otro tipo de
problema sucede lo mismo. Si es muy sencillo, quizás no sea
necesario, pero a la mínima que quieras tratar algo de cierta
envergadura, es casi seguro que tendrás que profundizar un
poco y descubrir qué lo ha causado.

Este trabajo de autodescubrimiento no es nuevo. Hace mucho


tiempo que la humanidad es consciente de que es un paso
necesario en nuestro camino. Sabemos perfectamente que
tenemos que conocernos más: saber mejor quiénes somos, qué
sentimos, qué pensamos y qué queremos. Y hay muchas
personas muy comprometidas con esta búsqueda. La novedad
del tapping es que, una vez descubrimos qué hay en nuestro
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interior que nos limita el bienestar, nos permite sanarlo con
relativa facilidad. El tapping nos permite sanar aquello que
vamos viendo que no fluye con armonía en nuestra vida.

Esto es un gran avance, porque muchas de las personas que


hacemos algún tipo de trabajo a nivel personal somos
conscientes de muchos de nuestros bloqueos, pero no siempre
sabemos cómo sanarlos una vez los descubrimos. Nos damos
cuenta de que algunas cosas nos dan miedo, algunas cosas nos
molestan, algunas cosas nos enfadan. Nos damos cuenta de que
tenemos creencias que nos limitan y también traumas que nos
causan un gran dolor. Pero, después de descubrirlo, no siempre
sabemos qué hacer con ello. Pensamos: sí, me doy cuenta de que
esto me da miedo. Me doy cuenta de que tengo creencias que
me bloquean. Me doy cuenta de que tal problema físico tiene
una causa emocional. Pero, ¿y ahora qué? ¿Qué hago para
cambiarlo? ¿Qué hago para resolverlo? Descubrir algo no es
sinónimo de sanarlo, y muchas veces nos quedamos encallados
aquí.

El tapping nos ofrece la posibilidad de dar un paso más en este


camino. Una vez descubrimos nuestros bloqueos, solo tenemos
que ponerlos en forma de frases y darnos unos golpes en los
puntos de tapping mientras las decimos en voz alta. Tan sencillo
como esto.

Imagínate que te das cuenta de que tienes tendencia a estar de


mal humor en un determinado tipo de situaciones. O imagínate
que detectas que hay una creencia en ti que te limita conseguir

27
algo que quieres. Sin tapping, no es fácil gestionarlo. Puedes
intentarlo, por supuesto, pero no es nada sencillo. Controlar
nuestras emociones y nuestras creencias requiere mucha
práctica y dedicación, y no es fácil lograrlo solo. Con tapping, en
cambio, es mucho más asequible. Puedes analizar qué sientes
exactamente y por qué, y buscar frases que lo describan con
detalle. Y luego darte los golpes mientras las vas diciendo en voz
alta.

Solo hay un factor que hay que tener muy en cuenta para que
realmente funcione: las frases. El noventa por ciento de los
resultados que obtendrás con tapping dependerán de las frases
que elijas. Para que sea efectivo, tienes que encontrar frases que
describan con precisión lo que realmente te pasa. Y para ello, es
imprescindible que mires en tu interior de forma amplia y
profunda. Tienes que escucharte bien a ti mismo y observar con
detalle qué sientes, qué piensas y qué crees. De este proceso de
observación es de donde saldrán frases que realmente resuenan
con lo que te pasa. Y estas frases son las que, junto con los
golpes en los puntos, tienen un gran poder transformador.

La efectividad del tapping


Cuando elegimos las frases adecuadas, la efectividad del tapping
es muy alta. Es raro que, al hacer tapping, no pase
absolutamente nada. Y cuando no pasa nada, en la mayoría de
los casos es porque la frase no era suficientemente acertada.

28
Pero esta afirmación puede ser engañosa si no se explica bien:
que el tapping sea muy efectivo no significa que siempre que lo
hagamos vayamos a obtener la solución que esperamos. El rango
de soluciones posibles es mucho más amplio de lo que
habitualmente tenemos en cuenta. Si tratamos un dolor, por
ejemplo, normalmente esperamos que el dolor desaparezca; si
tratamos una situación externa, normalmente esperamos que la
situación cambie. Pero esto no es siempre lo que obtenemos. A
menudo, lo que pasa es que se produce algún tipo de
movimiento en nuestro interior que nos permite avanzar de
alguna manera. Y es importante reconocerlo. Un caso muy
habitual es que nos venga alguna idea o algún recuerdo que nos
permite entender mejor lo que nos pasa, y con ello refinar mejor
las frases. Y a medida que vamos refinando las frases, entonces
sí vamos obteniendo resultados más visibles.

De todo esto iremos hablando en detalle a lo largo del libro,


pero es importante tenerlo claro desde el principio. No esperes
que el tapping te dé siempre las soluciones que deseas al
momento. En algunos casos puede que sí lo haga, pero
probablemente no será siempre así. La mayoría de las veces, en
lugar de darte una solución completa de golpe, lo que hará el
tapping es ir dándote pequeños avances uno detrás de otro. Al
principio pueden parecer poca cosa, pero a medida que se van
sumando, te pueden llevar muy lejos.

Por ejemplo, imagina que una persona quiere tratar con tapping
un dolor de espalda. Elige la frase “me duele la espalda”, y hace
tapping con ella: la va diciendo en voz alta mientras golpea los
29
puntos de tapping. En un caso así, normalmente esperamos que
el dolor desaparezca, o que por lo menos baje de intensidad.
Ahora bien, imaginemos que no sucede esto. Después de hacer
tapping con esta frase, el dolor sigue igual. ¿Significa que no ha
funcionado? ¿Significa que no ha pasado nada? La respuesta es
que no. Que el dolor sigua igual no significa no que haya tenido
ningún efecto. Hay que mirar más cosas: ¿ha habido algún otro
cambio físico? ¿Ha habido algún movimiento a nivel emocional?
¿Le ha venido alguna idea nueva a la mente? Imaginemos que le
viene un recuerdo doloroso de la infancia. Quizás este recuerdo
es importante, y hay que sanarlo para sanar el dolor de espalda.
Si fuera así, entonces sí habría funcionado. Hacer tapping con la
frase “me duele la espalda” habría servido para desenterrar el
recuerdo y poder avanzar hacia la causa profunda del dolor.

El tapping es muy efectivo, pero hay que tener una visión muy
amplia de lo que significa ser efectivo. Tienes que tener la mente
muy abierta al hacer tapping. El tapping no siempre te dará lo
que esperas; te dará lo que necesitas. Y en muchos casos, lo que
necesitarás no será un cambio grande, sino un pequeño paso
adelante. Y luego otro, y luego otro, y luego otro. Y de esta
manera, podrás avanzar con seguridad.

Cuando tenemos una preocupación importante en nuestra vida,


normalmente deseamos que haya un cambio grande. Pensamos
en lo maravilloso que sería que llegara una solución rápida y que
desapareciera de golpe lo que nos preocupa. Pero los cambios
grandes no siempre son tan positivos como parece a primera
vista. Suelen ser difíciles de gestionar, y pueden acabar
30
generando más problemas que los que resuelven. Hay que estar
mentalmente preparado para recibir según qué cosas, y esta
preparación requiere un tiempo y un proceso.

Por esta razón, el tapping casi nunca nos da un cambio grande


de golpe, especialmente si el tema que estamos tratando es
complejo. Lo que hace el tapping generalmente es ir dándonos
pequeños cambios, uno detrás de otro: nos va haciendo tomar
conciencia de nuestras emociones y nuestras creencias, luego
nos permite suavizarlas, luego nos va dando avances más
visibles, etc. Y, de esta manera, nos va llevando paso a paso
hasta una solución más completa, siguiendo un proceso seguro,
estable y que podemos gestionar bien.

Tratamiento personalizado
Además de su facilidad de uso, su efectividad y su capacidad de
hacernos crecer internamente, otra de las grandes ventajas del
tapping es que ofrece la posibilidad de hacer un tratamiento
totalmente personalizado. Con tapping puedes hacer un
tratamiento justo a tu medida. No tienes que usar soluciones
genéricas pensadas para diferentes personas, sino que puedes
adaptar todo el procedimiento de la manera que más te
convenga a ti.

Esto es gracias a que, a la hora de hacer las frases, puedes ser


tan específico como quieras. Puedes describir con detalle lo que
sientes y ajustarte a lo que realmente te pasa. Si te duele una
parte del cuerpo, puedes observar atentamente el dolor y
31
describirlo con detalle en las frases. No es lo mismo que te duela
la parte interna de la rodilla que la externa, ni que te duela la
parte alta de la espalda que la parte baja. Tampoco es lo mismo
que el dolor sea intenso o suave, ni que sea constante o
esporádico. Cada dolor es diferente, y con tapping podemos
hacer un tratamiento totalmente adaptado a cada caso, usando
frases específicas para cada situación: “me duele la parte alta de
la espalda”, “me duele la parte baja”, “siento un dolor
punzante”, “siento una presión molesta”, etc.

Imagínate que una persona va al médico porque está pasando


una mala época a causa de una pérdida familiar. Es posible que,
si lo considera apropiado, el médico le recete algún tipo de
tranquilizante. Ahora imagínate que otra persona va al mismo
médico porque siente una profunda ansiedad cuando va a
trabajar. Es posible que le recete el mismo tranquilizante. Son
dos situaciones distintas, con causas distintas, pero el
tratamiento es el mismo.

Con tapping esto no pasa nunca. O, por lo menos, no debe pasar


si aprendemos a hacerlo bien. Cuando haces tapping, puedes
ajustar las frases a tu situación concreta. Si estás triste porque
has perdido a alguien a quien amas, puedes ponerlo en la frase;
si estás mal en tu trabajo por algún motivo concreto, puedes
ponerlo en la frase. Y de hecho, debes hacerlo para aprovecharlo
al máximo. Esta es una de las grandes cualidades del tapping: se
dirige con frases, y las frases tienen una gran flexibilidad. Puedes
adaptarlas a tu situación exacta con tanto detalle como quieras.

32
Si vas al médico, difícilmente se pondrá a investigar para crear
un medicamento específico para ti. Lo que hará será recetarte
un medicamento de los que existen en el mercado. Te dará una
solución genérica, que será la misma que les dará a otras
muchas personas. Y con otras terapias pasa lo mismo. El
tratamiento muchas veces es el mismo para diferentes personas.
Esto no es algo malo, ni mucho menos; es una cuestión práctica
y también funciona. Pero está bien conocer los límites y las
ventajas de cada terapia. El tapping es mucho más flexible en
este sentido. Puedes hacer un tratamiento adaptado a tus
necesidades exactas. Y vale la pena aprovecharlo.

A menudo me escriben personas para preguntarme qué frases


deben usar para tratar sus preocupaciones. Esta es una de las
dudas habituales en tapping: ¿qué frases debo usar para mejorar
mi situación económica? ¿Qué frases debo usar para perder
peso? ¿Qué frases debo usar para la ansiedad? Mi respuesta
siempre es la misma: no existen frases genéricas. Cada uno debe
buscar sus propias frases, porque solo uno mismo sabe lo que
realmente siente. Y es muy importante poner esta información
en las frases. Por supuesto, existen guías que nos pueden ser de
utilidad, pero es muy importante que las frases finales las elija
uno mismo. Tú eres una persona única, y siempre será mejor
que el tratamiento esté adaptado a lo que te pasa a ti. El tapping
te permite hacer exactamente esto.

33
El lugar del tapping en el mundo de las terapias
Para acabar este capítulo de presentación, hablaremos del lugar
que ocupa el tapping en el mundo de las terapias. El tapping
tiene una serie de características muy interesantes, pero no por
esto hay que pensar que es mejor que las otras. Cada terapia
tiene sus características, y todas pueden ser de utilidad en algún
momento.

No todas las personas necesitamos lo mismo. Lo que funciona


para una persona puede no funcionar para otra. Incluso lo que
funciona para una persona en un momento de su vida puede no
funcionarle a ella misma en otro momento. Cada persona es
única, y cada instante del tiempo también lo es. Y en cada caso
pueden ser apropiadas cosas diferentes. Por esta razón, no tiene
sentido preguntarse qué terapias son las mejores. Las terapias
no compiten entre ellas. No hay que elegir una y descartar todas
las demás. Las terapias son simplemente herramientas que nos
da la vida para mejorar, y en cada etapa de nuestro camino
pueden ser útiles unas u otras. Lo que sí tiene sentido es conocer
las características de cada terapia. Cada una tiene sus
características propias, y va bien conocerlas para elegir las que
resuenan más con nosotros en cada momento.

Si analizamos las terapias que existen, podemos clasificarlas en


dos grandes grupos: las terapias dirigidas y las no dirigidas. Las
terapias dirigidas son aquellas en las que el terapeuta hace algún
tipo de diagnóstico y decide conscientemente cómo actuar a
continuación. La medicina convencional, la acupuntura y la

34
homeopatía, por ejemplo, están dentro de este grupo. Un
médico estudia a sus pacientes y toma una decisión sobre el
medicamento que deben tomar. Un acupuntor también analiza
sus casos, y decide qué puntos pinchar.

En las terapias no dirigidas, en cambio, esto no es así. En este


tipo de terapias, el terapeuta no decide conscientemente qué
procedimiento seguir. Lo que hace es conectarse con la energía
del universo y dejar que sea esta energía la que decida cómo
proceder. Las terapias más conocidas de este tipo son el Reiki y
la Sanación Reconectiva. Un terapeuta de Reiki no decide a
donde tiene que ir la energía, simplemente se ofrece como canal
para que la energía del universo pase a través de su interior y
vaya hasta el paciente. Una vez allí, es la propia energía la que
decide qué hacer exactamente. El terapeuta no la dirige de
forma explícita.

Ninguno de los dos grupos es mejor que el otro. Cada uno tiene
sus propiedades. Las terapias no dirigidas tienen la ventaja de
que no hay que hacer ningún diagnóstico. El universo ya lo hace
casi todo por nosotros. Pero tienen la limitación de que no están
pensadas para que las dirijamos hacia donde nosotros
queremos. Quizás nos preocupa un tema concreto y la energía
de la terapia se va hacia otro lugar. Con las terapias dirigidas, en
cambio, podemos controlarlo más fácilmente, porque nosotros
decidimos qué pasos concretos damos. Pero tenemos que
implicarnos mucho más. Tenemos que participar más
activamente, y esto conlleva más responsabilidad.

35
Dentro de esta clasificación de las terapias, el tapping es una
terapia dirigida. Cuando hacemos tapping, no nos apartamos y
dejamos que el universo guie el proceso, sino que lo hacemos
nosotros directamente. Nosotros decidimos, a partir de las
frases que elegimos, a donde enviamos la energía de la terapia.
Esto nos da un gran control sobre el tratamiento, y nos ofrece la
capacidad de tratar lo que nosotros decidamos tratar. Pero, al
mismo tiempo, nos exige una participación activa. Tenemos que
mirar en nuestro interior y analizar qué nos pasa exactamente
para poder hacer las frases más adecuadas. Nadie lo hará por
nosotros.

Desde un punto de vista histórico, el tapping es una de las


primeras terapias dirigidas que se pueden aprender fácilmente.
Las demás terapias dirigidas –medicina, acupuntura,
homeopatía, etc.– son muy poderosas, pero requieren un gran
entrenamiento. Se necesitan varios años de estudio y de
práctica, y esto limita que las podamos usar sin una gran
preparación previa. El tapping es mucho más sencillo. Y esto ha
abierto la puerta a que muchas personas puedan abordar sus
preocupaciones sin tener que pedir ayuda externa.

La primera terapia sencilla que se extendió masivamente fue el


Reiki. Sin duda, hay un antes y un después del Reiki. Hasta ese
entonces, ser terapeuta estaba reservado a los pocos que tenían
el tiempo y la voluntad de hacer el trabajo necesario para
aprender una terapia. Pero el Reiki lo cambió todo. En un solo
día puedes iniciarte, y a partir de aquí ya puedes usarlo por tu
cuenta.
36
Pero el Reiki es una terapia no dirigida, con las ventajas y las
limitaciones que esto implica. El tapping llegó para completar lo
que el Reiki había empezado, y ofrecernos el mismo concepto de
terapia fácil de aprender y usar, pero en el grupo de las terapias
dirigidas. Y gracias a esto, ahora tenemos terapias sencillas de
los dos grupos, disponibles para cualquiera que quiera
aprenderlas. Personalmente, por lo poco que cuesta y lo mucho
que ofrecen, creo que vale la pena aprender como mínimo una
de cada.

Así que esto es el tapping: una terapia dirigida, con la que


puedes decidir activamente qué quieres tratar, y fácil de
aprender. Pero no olvides en ningún momento que no es ni
mejor ni peor que las demás terapias. Es simplemente una
herramienta más con unas determinadas características. Úsala
según tu criterio cuando creas que te puede ser de utilidad.

37
Capítulo 3
El procedimiento básico de tapping
Una vez ya hemos comentado la historia y las características
generales del tapping, en este capítulo explicaremos el
procedimiento básico para utilizarlo. De momento no
entraremos en los detalles de cómo funciona internamente ni
por qué –esto lo haremos en los capítulos posteriores–, sino que
nos centraremos en la descripción del procedimiento a seguir
para hacer tapping. De esta manera, siempre que tengas dudas
sobre algún paso, podrás venir a este capítulo y encontrarlo
fácilmente.

El tapping es una técnica que sirve para tratar cualquier tipo de


situación que para ti sea un problema: problemas físicos,
problemas emocionales o situaciones no deseadas. Al hablar de
problemas, vale la pena aclarar que no hay una definición
objetiva de lo que es un problema y lo que no lo es. No hay
situaciones que puedan considerarse siempre un problema, sino
que dependen de la persona que las vive. Hay situaciones que

38
para una persona pueden ser problemáticas, y para otra no; y
viceversa. Un problema es simplemente una situación que, para
una determinada persona, resulta dolorosa. En tu caso, un
problema es una situación que para ti es dolorosa. Es totalmente
subjetivo. Depende completamente de ti.

Es posible que la palabra “problema” no te parezca acertada.


Hay muchas personas que opinan que en realidad los problemas
no existen, y que incluso las situaciones más dolorosas son una
oportunidad para crecer. Personalmente, estoy de acuerdo con
esta visión. Todas las cosas que nos pasan, nos pasan por algo, y
siempre tienen un gran potencial de crecimiento y
transformación. Pero en este libro adoptaremos una mirada
práctica de la vida y, siendo prácticos, al final hay situaciones
que no nos gustan y que nos gustaría cambiar. Y tenemos todo el
derecho del mundo a intentar cambiarlas para vivir mejor –
siempre que no hagamos daño a nadie, claro–. De esto va el
tapping: de sanar aquellas situaciones que son dolorosas para
nosotros. A este tipo de situaciones, a lo largo del libro las
llamaremos “problemas”. Creo que es una manera sencilla de
entendernos. Pero si no te gusta esta palabra, puedes cambiarla
por cualquier otra que consideres más apropiada.

La premisa en la que se basa el tapping es que todas las


situaciones dolorosas, sean del tipo que sean, se deben a un
desequilibrio interno de la persona que las sufre. Es indiferente
si el problema es de tipo físico o emocional, o si es una situación
externa. La raíz siempre es la misma: un desequilibrio interno.

39
Esta visión encierra una gran profundidad. De entrada, implica
asumir la responsabilidad de nuestra vida. La mayoría de las
personas tenemos tendencia a culpar a los demás de nuestros
males, pero esto no tiene cabida en el tapping. Todo lo que sean
quejas y lamentos solo sirven para limitar el poder del tapping.
La mejor manera de aprovecharlo es asumir que nuestra vida
depende de nosotros, y que si sanamos por dentro, por fuera
todo funcionará mejor.

Además de esto, el tapping también se basa en la idea de que el


bienestar es nuestro estado natural. Es decir, el bienestar no es
algo que tenemos que buscar y conseguir con esfuerzo, sino que
se produce naturalmente en nosotros si nada se lo impide.
Todos los seres humanos tenemos una predisposición natural a
la felicidad, la salud, la alegría y el optimismo. Estamos
diseñados para ello. Lo que pasa es que la vida en este planeta
no es fácil, y esto nos produce desequilibrios internos. Estos
desequilibrios son principalmente miedos, creencias limitantes y
traumas, los cuales impiden que nuestra energía fluya
libremente y provocan que nuestro bienestar natural se
estanque. Así que, si queremos recuperar el bienestar, no hace
falta salir fuera a buscarlo. Solo tenemos que sanar nuestros
desequilibrios internos para que todo vuelva a fluir con
normalidad.

Este es el objetivo del tapping: sanar los desequilibrios que nos


alejan del bienestar. Y lo hace mediante dos pasos muy sencillos.
El primero es formular una frase que describa el problema. Por
ejemplo, “no tengo dinero”, “me duele la espalda”, “me siento
40
agobiado”, “tengo miedo”, etc. Y el segundo es pronunciar en
voz alta la frase que hemos elegido mientras golpeamos
suavemente una serie de puntos del cuerpo que enseguida te
indicaré.

Los puntos que hay que golpear son siempre los mismos, y esto
hace que el procedimiento sea muy sencillo. No hay que buscar
los puntos adecuados en función del caso. No se golpean unos
puntos para unas situaciones y otros puntos para otras; los
puntos siempre son los mismos. Lo único que hay que ir
cambiando son las frases, dependiendo de lo que queramos
tratar.

Los puntos de tapping


La finalidad del procedimiento de tapping es dirigir la energía de
la terapia hacia el desequilibrio que genera el problema y
disolverlo. El hecho de pronunciar la frase que lo describe es la
manera de apuntar al centro del problema, y los golpes son los
que lo disuelven. Más adelante en el libro explicaremos con más
detalle cómo funciona el tapping a nivel más profundo, pero de
momento quédate con esta idea: cuando decimos la frase del
problema dirigimos la energía de la terapia hacia el desequilibrio
que lo está generando, y al darnos los golpes lo disolvemos.

Así pues, los puntos de tapping son una parte vital de esta
técnica, porque son los que, al golpearlos suavemente, reajustan
nuestra energía interna y deshacen el desequilibrio que estaba

41
causando el problema. Estos puntos coinciden con puntos de
acupuntura, y son los siguientes:

- 0: El lateral de la mano, entre la base del dedo meñique y


la muñeca.
- 1: La parte superior de la cabeza.
- 2: El extremo interior de la ceja.
- 3: El lateral del ojo.
- 4: El hueso que hay debajo del ojo.
- 5: Entre la nariz y el labio superior.
- 6: La depresión que hay entre la barbilla y el labio
inferior.
- 7: La punta del extremo interior de la clavícula.
- 8: Unos cuatro dedos por debajo de la axila.

Ilustración 1: El punto 0 de tapping.

42
Ilustración 2: Los puntos del 1 al 7.

43
Ilustración 3: el punto 8.

En las ilustraciones anteriores puedes ver los diferentes puntos


dibujados. Estos puntos son los que hay que golpear al hacer
tapping. Como ya habrás observado, en varios casos los puntos
están duplicados: uno en cada lado del cuerpo. En principio solo
hay que golpear uno de los lados –el que prefieras–, aunque se
pueden golpear los dos. Si eliges golpear solo un lado, no hace
falta que sea siempre el mismo. Puedes ir alternándolo sin
problema si esto te resulta más cómodo.

La técnica básica para golpear los puntos consiste en utilizar las


puntas de los dedos índice y corazón. Relaja la muñeca y ves
44
golpeando suavemente cada punto con estos dos dedos. En el
caso de los puntos 0 y 8 es mejor utilizar cuatro dedos en lugar
de solo dos: índice, corazón, anular y meñique. Y en el punto 1
se suelen usar los cinco dedos de la mano. De esta manera se
cubre mejor la zona que hay que estimular.

Como guía orientativa, hay que golpear cada punto unas 8-10
veces, pero no hace falta contarlos. Lo recomendable es ir dando
golpes a un ritmo relajado y cómodo mientras se va
pronunciando la frase. Si la frase es larga, lógicamente se darán
más golpes que si es corta.

Y no te preocupes demasiado por le precisión de los puntos.


Simplemente golpea la zona del punto y ya está. El hecho de
usar varios dedos para dar los golpes hace que toda el área del
punto quede cubierta.

La ronda de tapping
Antes de empezar una sesión de tapping, debes decidir qué
problema quieres tratar y elegir una serie de frases que lo
describan tal y como tú lo vives.

Elegir bien las frases es la parte más importante del tapping. Más
que cualquier otro aspecto de la terapia, es lo que hará que sea
efectiva o no. Muchas personas, cuando empiezan a hacer
tapping, se preocupan por cosas como la precisión de los puntos,
el número de golpes que hay que dar en cada punto, o si hay
que golpear el lado derecho o el izquierdo. Pero todo esto no es

45
lo más importante. Como te decía hace un momento, puedes
golpear el lado que quieras, las veces que quieras y sin
preocuparte demasiado por la precisión exacta. Lo que marcará
que tengas buenos resultados son las frases que elijas.

Por este motivo, el objetivo principal de este libro será aprender


a buscar las frases más adecuadas. Es a lo que le dedicaremos
más tiempo. Ya verás que es todo un arte. No hay que usar las
primeras frases que se nos ocurran, sino analizarlas bien e ir
refinándolas hasta encontrar las que realmente funcionan. Pero
de momento, mientras explicamos el procedimiento básico,
usaremos frases sencillas para ilustrar cómo se hace.

Por ejemplo, si no tienes trabajo y quieres tratarlo con tapping,


algunas posibles frases para empezar podrían ser: “no tengo
trabajo”, “creo que no encontraré nunca un nuevo empleo”,
“veo que la economía está muy mal”, “tengo miedo de estar
mucho tiempo así”, etc. O si te duele el brazo, algunas
posibilidades serían: “me duele el brazo”, “no puedo hacer tal
movimiento”, “me agobia ver que no mejora”, etc.

Después, para cada frase que hayas elegido, hay que hacer lo
siguiente:

1. En primer lugar, debes golpear continuamente el punto 0


mientras dices en voz alta la frase “aunque ________, me
acepto totalmente”, rellenando el espacio vacío con la
frase del problema que hayas elegido. Por ejemplo:
“aunque no tengo trabajo, me acepto totalmente”. Este

46
primer paso se conoce habitualmente como “la fase de
preparación”.
2. A partir de aquí se utiliza solo la frase del problema, sin el
“aunque” y sin el “me acepto totalmente”. Es decir, “no
tengo trabajo”, “me duele el brazo”, etc. Mientras
pronuncias la frase en voz alta una vez, golpea
suavemente el punto 1 con las puntas de los dedos. Es
igual el número de golpes y la velocidad. Golpea mientras
dices la frase a un ritmo con el que te sientas cómodo.
3. Repite el paso 2 con los puntos del 2 al 8, diciendo la
frase una vez en cada punto.
4. Y ya está.
Por ejemplo, imagina que quieres tratar un dolor de cabeza, y
que eliges la frase “me duele la cabeza”. En este caso, primero
harías la fase de preparación golpeando el punto 0 mientras
dices “aunque me duele la cabeza, me acepto totalmente”. Y
luego golpearías los puntos del 1 al 8 diciendo “me duele la
cabeza” cada vez.

A este proceso se le suele llamar “ronda de tapping”: elegir una


frase, hacer la fase de preparación golpeando el punto 0
mientras dices “aunque _______, me acepto totalmente”, y
luego golpear los puntos del 1 al 8 diciendo la frase del problema
en cada punto. Cada vez que hagas este proceso, habrás hecho
una ronda de tapping.

Una sesión de tapping normalmente consiste en varias rondas. A


no ser que sea un problema muy sencillo, en general no es

47
suficiente hacer una sola ronda para resolverlo. Lo más habitual
es hacer varias rondas con frases distintas para tratar los
diferentes aspectos del problema: cómo es el problema
exactamente, cómo nos sentimos a nivel emocional, qué
creencias tenemos al respecto, etc. Así que, la mayoría de veces
que hagas una sesión de tapping, harás varias rondas con frases
distintas sobre el problema.

Siguiendo con el ejemplo que hemos comentado hace un


momento sobre el trabajo, en una sesión podríamos hacer una
ronda con la frase “no tengo trabajo”, otra con “creo que no
encontraré nunca un nuevo empleo”, otra con “tengo miedo de
estar mucho tiempo así”, y de esta manera abordaríamos los
diferentes aspectos del problema.

Las diferentes versiones del tapping


Este procedimiento que te he explicado para hacer tapping es el
procedimiento principal que usa su creador, Gary Craig, y es el
que usaremos en este libro. Pero no es el único procedimiento
existente. El tapping es una terapia que se ha extendido mucho,
y cuando una idea se extiende, casi siempre empiezan a surgir
diferentes versiones.

Hay versiones de tapping que usan más puntos; hay versiones


que hacen dos vueltas en lugar de una, y entre vuelta y vuelta
hacen un cierto movimiento con los ojos; hay versiones que
primero golpean los puntos de un lado del cuerpo y luego los del
otro; hay versiones que empiezan con frases del problema y
48
terminan con frases de la solución, y hay versiones que cambian
otras cosas. De hecho, yo empecé a hacer tapping con una
versión diferente de la que uso ahora, y el propio Gary Craig
también.

Mi opinión al respecto es que todas las versiones son


interesantes. De la misma manera que no creo que haya terapias
mejores que otras para todo, tampoco creo que haya versiones
mejores para todos. Si conoces otras versiones, o si las
descubres más adelante y crees que pueden serte de utilidad,
puedes probarlas sin problema. Y si ves que te funcionan mejor
que la que yo te he explicado, úsalas. No hay nada como la
propia experiencia para ver qué es lo mejor para cada uno.

En mi caso concreto, he visto que, cuanto más simple es el


procedimiento, mejor me funciona. Cuando empecé, usaba una
versión más larga, con más puntos y haciendo más de una
vuelta. Y se me hacía un poco pesado. Pero luego descubrí esta
versión más corta, que me resulta mucho más cómoda. Y
funciona igual de bien. En general, no suele haber mucha
diferencia entre una versión u otra.

Lo que sí tiene un gran impacto en la terapia son las frases que


usamos. Para mí, este es el punto clave; mucho más que si
golpeamos un lado o el otro, o si hacemos una vuelta o dos. Uses
la versión que uses, lo que más determinará tus resultados son
las frases que elijas. Por esto yo uso la versión más cómoda que
conozco. Pero, en tu caso, siéntete libre de usar la versión que
más te resuene.

49
Los efectos secundarios del tapping
El tapping es una terapia que está pensada principalmente para
que cada uno se la haga a sí mismo. También puede utilizarse
para tratar a otras personas, pero su sencillez lo hace
especialmente indicado para que cada uno pueda hacerlo por su
cuenta. Y en concreto, este libro tiene este objetivo: explicar
cómo hacerte tapping a ti mismo.

Por esta razón, es importante conocer los efectos secundarios


que puede tener. Es bien sabido que todas las terapias pueden
tener efectos no deseados, y hay que tenerlos en cuenta a la
hora de decidir si quieres utilizarlas o no.

En general, suele decirse que el tapping no tiene efectos


secundarios graves. Y, personalmente, creo que es así. A primera
vista ya se ve que es una terapia muy suave, y que es muy difícil
que pueda pasar nada que tenga un gran impacto negativo. Yo
no conozco ningún caso en el que haya sucedido esto.

Aun así, hay que tener presente que el cuerpo humano todavía
es un gran desconocido para nosotros, tanto a nivel físico como
a nivel más sutil. Aún hay muchas cosas que no conocemos de
nuestro propio cuerpo, y por lo tanto no sería prudente afirmar
que algo es totalmente seguro. El tapping hasta hoy no suele
comportar complicaciones, y parece poco probable que algún
día lo haga –no hay que olvidar que solo se dan unos golpes muy
suaves–, pero también hay que reconocer que aún no sabemos
lo suficiente para afirmar que es seguro al cien por cien. Mi

50
opinión es que puedes usar el tapping sin preocupación, pero
asumiendo que todavía no lo sabemos todo.

Dejando de lado las complicaciones grandes, lo que sí puede


pasar a veces es que haya ligeras molestias, como cansancio,
somnolencia o algún pequeño dolor o malestar. No es muy
frecuente, pero sí hay personas que comentan que les ha
pasado. En general, son procesos naturales a través de los cuales
nuestro cuerpo y nuestra mente se van liberando de los
bloqueos internos que vamos sanando. Todos los casos que yo
conozco son molestias leves que desaparecen al cabo de poco
tiempo.

Además de esto, también puede producirse algún tipo de


reacción emocional intensa; sobre todo si tratamos miedos o
traumas fuertes. Si tratamos temas que tenemos muy
enterrados, lo cual es un paso necesario para sanar muchos
problemas de raíz, es posible que en algún momento se
produzcan emociones fuertes, y que incluso sintamos la
necesidad de llorar o de expresarlo de alguna manera.
Generalmente, este proceso no es desagradable, y el resultado
es positivo, porque implica la liberación de algo que teníamos
enquistado en nuestro interior. Pero esto es muy personal, y
cada uno debe decidir si está dispuesto a pasar por ello. Si una
persona prefiere no tocar nada de su interior por miedo a
enfrentarse a ello, entonces mi recomendación es que no haga
tapping.

51
El tapping tiene una gran capacidad de remover nuestro mundo
interno. Tus miedos, tus traumas y tus creencias limitantes irán
saliendo a medida que hagas tapping. Es un proceso muy
bonito, y la gran mayoría de personas que se interesan por el
tapping son conscientes de que es necesario para avanzar. Pero,
como todo, depende de cada persona, y cada uno debe tomar
esta decisión por sí mismo.

Cómo empezar bien a hacer tapping


Una vez ya conocemos el procedimiento básico de tapping, y
conocemos también los posibles efectos que puede tener, ya
estamos preparados para empezar a utilizarlo.

Como con todo, es importante empezar bien: dar los primeros


pasos de una manera que nos permita ir avanzando y mejorando
paso a paso en la práctica de esta técnica. Si no empezamos
correctamente, es muy posible que lo resultados no sean tan
positivos como podrían ser, o incluso que no tengamos ningún
tipo de resultado positivo. Así que vale la pena seguir un cierto
orden y empezar de una manera adecuada.

Esto es válido para cualquier tipo de aprendizaje, pero en el caso


del tapping es especialmente relevante, porque en general no
empezamos bien. Muchas de las personas que se inician en la
práctica del tapping no empiezan de la mejor manera posible, y
esto limita mucho su progreso.

52
Al ser una terapia tan sencilla, cuando una persona la descubre
por primera vez, casi siempre se lanza directamente a tratar los
problemas que más le preocupan. Si tiene problemas
económicos serios, por ejemplo, empieza a hacer tapping con la
frase “tengo muy poco dinero”, esperando que los problemas
desaparezcan. O si tiene una enfermedad de cierta gravedad,
hace tapping con la frase “tengo tal enfermedad”, esperando
también que se resuelva.

Esta actitud es totalmente lógica y comprensible. Si descubrimos


una terapia que nos dicen que es muy sencilla y eficaz, es normal
que, a la mínima que sepamos cómo funciona, intentemos usarla
para resolver los problemas que más nos preocupan. Pero no es
la actitud óptima. Es como si una persona decide empezar a
correr para ponerse en forma, y el primer día intenta correr una
maratón. Con mucha probabilidad, no lo conseguirá, porque su
cuerpo necesita un proceso para adaptarse. Pues con el tapping
pasa igual. Es verdad que es muy sencillo, pero también tiene sus
complejidades, y es necesario pasar por un proceso de
aprendizaje para dominarlas.

Cuando se dice que el tapping es muy sencillo, hay que tener en


cuenta que, en muchas otras terapias, llegar a ser terapeuta
requiere un proceso bastante largo. Ser un buen acupuntor, por
ejemplo, requiere unos cuatro o cinco años de estudio, y otros
tantos de práctica. Y en muchas otras terapias los periodos son
parecidos. En el caso del tapping, en cambio, en unos minutos ya
puedes conocer la técnica básica, y en unas semanas puedes

53
conocerlo con bastante detalle. Pero no hay que confundir esto
con hacerlo todo el primer día.

La mejor manera de empezar a practicar tapping es la mejor


manera de empezarlo casi todo: poco a poco. Empezar primero
con casos sencillos para dominar los aspectos más básicos de la
técnica y luego irlo complicando.

Y esto es lo que te recomiendo en tus primeras sesiones: que


trates casos sencillos. Busca algunos aspectos de tu vida que te
gustaría mejorar, pero que no sean los que más te preocupan.
Puede ser algún dolor o molestia leve, un enfado, una pequeña
preocupación, etc. Esto te servirá para practicar bien la técnica y
adquirir soltura, y facilitará que puedas tener tus primeros
resultados positivos.

Primer ejercicio
Para empezar a practicar e intentar obtener los primeros
resultados, te propongo el siguiente ejercicio: en primer lugar,
elije cuatro o cinco problemas no muy graves que tengas. Cómo
te decía hace un momento, es muy recomendable no empezar
por los temas que más te preocupen, sino por otros más
sencillos. Si eliges problemas muy complejos, será difícil que
obtengas resultados visibles enseguida. En los casos complejos
hay que profundizar en el problema, y esto aún no hemos
explicado cómo hacerlo. Ten presente que acabamos de
empezar.

54
Con cada tema sencillo que elijas, haz dos cosas: primero busca
una frase que describa el problema de forma más o menos
objetiva, y después busca algunas frases que describan cómo lo
vives a nivel emocional. Y con cada frase que encuentres, haz
una ronda de tapping.

Para que quede todo más claro y estructurado, te recomiendo


que uses una hoja de papel y que lo pongas por escrito. Así:

Problema Cómo vives el problema

Debajo del apartado “problema”, escribes una frase que


describa la situación que quieres tratar, y debajo del apartado
“cómo vives el problema”, escribes una o varias frases que
describan lo que sientes a nivel emocional.

Un posible ejemplo podría ser este:

55
Problema Cómo vives el problema

Me duele la cabeza. Estoy de mal humor.


Estoy cansado de que me
duela.
Tengo trabajo, y con este
dolor me cuesta pensar.

Este sería el caso de una persona a la que le duele la cabeza y


que quiere tratarlo con tapping. La frase del problema podría ser
“me duele la cabeza”. Pero aparte del dolor en sí mismo,
también hay una serie de emociones asociadas, y es muy
importante tratarlas. En este ejemplo son “estoy de mal humor”,
“estoy cansado de que me duela” y “tengo trabajo, y con este
dolor me cuesta pensar”. Fíjate que estas frases no describen
directamente la situación problemática, sino cómo se siente la
persona que la está viviendo. El mal humor, el cansancio y la
dificultad para pensar no son la situación objetiva, sino la
reacción interna que tiene la persona respecto a la situación.

Una vez tengas escritas las diferentes frases, el siguiente paso es


hacer una ronda de tapping con cada una de ellas. Primero una
ronda con “me duele la cabeza”, luego otra con “estoy de mal
humor”, y así con todas las frases. En cada ronda hay que
empezar diciendo la frase “aunque _______, me acepto
totalmente” golpeando el punto 0. Y luego golpear los puntos

56
del 1 al 8, diciendo la frase del problema cada vez. En el caso de
la primera frase, el primer paso de la ronda sería decir “aunque
me duele la cabeza, me acepto totalmente” mientras golpeamos
el punto 0, y luego golpearíamos los puntos del 1 al 8, diciendo
“me duele la cabeza” cada vez. Y lo mismo con las demás frases.

Para aplicarlo a un caso real tuyo, solo tienes que hacer lo


mismo: primero describir el problema, y luego fijarte en cómo lo
vives a nivel emocional. Todo lo que veas lo pones por escrito, y
haces una ronda de tapping con cada frase que encuentres.

Los objetivos de este ejercicio inicial son varios. El primero es


memorizar bien los puntos y adquirir soltura a la hora de hacer
las rondas. El procedimiento de tapping es muy simple, pero aun
así al principio va bien practicar un poco para dominarlo bien. El
segundo objetivo es dejar muy claro desde el comienzo que un
tratamiento de tapping no consiste únicamente en hacer rondas
con una sola frase. Si te duele algo, no tienes que hacer una
ronda con la frase “me duele tal cosa” y ya está. Y lo mismo con
cualquier otro tipo de problema. Un tratamiento completo es
bastante más elaborado. Lo que hay que hacer casi siempre es
analizar bien el problema desde todas sus vertientes. Y una de
las vertientes más importantes es la emocional: todo problema
tiene siempre una parte emocional.

Siempre que consideramos que tenemos un problema, es


porque nos sentimos mal a nivel emocional. Y es muy
recomendable abordarlo en cualquier tratamiento. Yo casi
siempre empiezo por aquí. Independientemente de lo que

57
quiero tratar, enseguida me pregunto: “¿cómo me siento a nivel
emocional por esto?” Y trato todas las emociones que descubro.
Por esto te propongo este ejercicio ya de entrada: para que te
acostumbres desde el principio a tener en cuenta las emociones.

Y por último, un tercer objetivo del ejercicio es que empieces a


ejercitar la habilidad de escucharte bien cuando haces tapping.
Cuando hagas las rondas con las frases que hayas elegido, fíjate
muy bien en cualquier cambio que se produzca en ti. Y,
especialmente, fíjate en si hay algún cambio emocional. Esto es
muy habitual. Cuando hacemos frases que reflejan
correctamente lo que sentimos a nivel emocional, prácticamente
siempre se produce algún tipo de cambio. Por el contrario, si no
se produce ningún movimiento, lo más probable es que las
frases que has elegido no concuerden con lo que realmente
sientes. Así que, si no notas nada, intenta escucharte con más
atención y busca frases que resuenen más con lo que sientes. Te
recomiendo mucho que le dediques tiempo a esta parte del
ejercicio y que aprendas a escucharte bien y a conectar con lo
que sientes. Esta es una de las habilidades clave en el tapping.

Aparte de todo esto, cuando hagas el ejercicio, ten muy


presente que acabamos de empezar el libro, así que no esperes
resultados milagrosos. Si se producen, mejor que mejor, pero no
es este el objetivo principal ahora mismo. El objetivo ahora es
que practiques bien la técnica básica y que veas los primeros
efectos, aunque sean moderados.

58
Una duda que surge habitualmente es cuántas rondas hay que
hacer con cada frase. Este es un tema del que hablaremos en
profundidad más adelante, pero ya te avanzo que, como norma
general, solo hay que hacer una ronda con cada frase. En tapping
no hay que repetir rondas con la misma frase. Cada frase se usa
una única vez. En el caso de que hagas una ronda con una frase y
no notes nada, en lugar de repetir la ronda otra vez, es mucho
mejor que te detengas un momento y que intentes buscar otra
frase que describa lo que sientes con más precisión. Esto es
mucho más efectivo que simplemente ir repitiendo rondas y
rondas con la misma frase.

Para que quede más claro el ejercicio que te propongo, te


muestro algunos ejemplos más:

Problema Cómo vives el problema

He discutido con mi Estoy muy enfadado por lo


pareja. que me ha dicho.
No tengo ganas de hablar
con él/ella.
Me cansa que discutamos
tanto.

Este sería el caso de una persona que ha discutido con su pareja


y que lo está pasando mal por este motivo. En la parte izquierda
de la hoja ha escrito la situación: “he discutido con mi pareja”. Y

59
en la derecha ha escrito lo que siente al respecto: enfado,
cansancio y falta de ganas de hablar. Al igual que antes, con cada
frase habría que hacer una ronda de tapping, prestando especial
atención a cualquier cambio a nivel emocional.

Y un tercer ejemplo podría ser este:

Problema Cómo vives el problema

Estoy mal en mi trabajo. Me aburro mucho en mi


trabajo.
No me motiva lo que hago.
No me gustan la mayoría de
mis tareas.

Aquí tenemos a una persona que está mal en su trabajo y que ha


escrito los factores que hacen que lo esté viviendo así:
aburrimiento, falta de motivación y desgana.

Los tres ejemplos que te he mostrado se corresponden a


situaciones de la vida que generalmente nos hacen sufrir, pero
que no son de mucha gravedad. Un dolor de cabeza, una
discusión puntual o un problema laboral moderado pueden
causar malestar, pero en la mayoría de casos no son el fin del
mundo. Cuando hagas este primer ejercicio, te recomiendo que
empieces por este tipo de problemas. No te lances aún a tratar
tus preocupaciones más grandes. Sé que probablemente tendrás

60
muchas ganas, y lo entiendo perfectamente, pero es mucho
mejor que tengas un poco de paciencia y que vayas avanzando
paso a paso.

61
Capítulo 4
Cómo hacer una sesión de tapping
En el capítulo anterior hemos explicado las bases para empezar a
utilizar el tapping: hemos explicado que, para hacer una ronda
de tapping, hay que describir con frases lo que queremos tratar
y luego golpearnos unos puntos del cuerpo mientras las decimos
en voz alta; hemos explicado cuáles son los puntos de tapping –
siempre los mismos para cualquier tratamiento–, y hemos
explicado también que la mayoría de tratamientos no consisten
en usar una sola frase que describa el problema de forma
genérica, sino en buscar varias frases que aborden sus diferentes
vertientes –una de las vertientes más importantes es la
emocional–. Lo que no hemos hecho aún es explicar cómo ir
encadenando rondas una detrás de otra para hacer una sesión
completa e ir avanzando hacia la solución del problema. Esto
empezaremos a hacerlo ahora.

Una idea muy importante, que ya hemos comentado


brevemente hace un momento, es que, como norma general,

62
solo hay que hacer una única ronda con cada frase. Es decir, una
sesión de tapping no consiste en elegir una o varias frases e ir
haciendo rondas con ellas hasta que obtengamos el resultado
esperado. Cada frase se usa una sola vez.

Este planteamiento puede sorprender de entrada, porque es lo


contrario de lo que hacemos a menudo con otras terapias.
Cuando vamos al médico, por ejemplo, lo más habitual es que
nos recete un medicamento que debemos tomar de forma
periódica durante un tiempo. Y en otras terapias sucede algo
parecido. Es algo tan común que, cuando descubrimos el
tapping, pensamos que será igual. Así que elegimos una frase
que describa el problema y empezamos a hacer rondas y rondas
con la misma frase, pensando que el efecto de cada ronda se irá
acumulando y que al final funcionará. Pero no es así. El tapping
no se basa en repetir, sino en avanzar. Y para avanzar, cada
ronda debe ser distinta de la anterior.

La idea de no repetir frases es muy importante para captar bien


la esencia del tapping. Si queremos mejorar algo, tenemos que ir
hacia adelante. Y la manera de ir hacia adelante no es repetir lo
mismo que ya hemos hecho una y otra vez, sino hacer cosas
distintas. Por supuesto, hacer algo diferente no implica
necesariamente que vayamos hacia adelante; también podemos
ir hacia atrás. Pero es una condición mínima. No puede haber
avances sin cambios.

Para ilustrar esta idea, imagínate que un día estás paseando por
la calle y que, de repente, ves a una persona que está moviendo

63
los pies como si estuviera andando, pero sin avanzar demasiado.
La mayoría del tiempo está alzando los pies uno detrás de otro,
pero al bajarlos los pone siempre en el mismo lugar donde los
tenía antes. Solo de vez en cuando, después de varias
repeticiones, da un paso adelante. Y luego vuelve a repetir todo
el proceso, moviéndose sin avanzar durante un rato más.

Por curiosidad, le preguntas por qué lo está haciendo, y te


responde que así es cómo funcionan las cosas: hay que repetirlas
varias veces para que al final funcionen. Hay que mover los pies
durante un tiempo para conseguir dar un paso adelante. ¿Qué
pensarías ante esta respuesta? Con mucha probabilidad, te
sorprenderías bastante, y pensarías que está haciendo más
esfuerzo del que realmente necesita. Está desaprovechando su
energía sin ningún sentido aparente. Si quisiera, podría hacer
que cada paso fuera un paso hacia adelante. Avanzaría más
rápido y se cansaría mucho menos.

Pues esta manera tan extraña y poco eficiente de andar es muy


parecida a lo que hacemos con muchas terapias: las repetimos
una y otra vez, pensando que esta repetición es necesaria para
avanzar. Pero, en la mayoría de los casos, no lo es. Hay muchas
terapias que no necesitan ningún tipo de repetición para
funcionar. Y el tapping es una de ellas. Podemos hacer que cada
paso sirva directamente para ir hacia adelante, sin tener que
repetirlo varias veces antes.

Es posible que, al leer esta afirmación, algunas personas no


estén de acuerdo. Alguien podría decir: esto no es cierto Jan. Yo

64
he visto en mi propia experiencia que en algunos casos sí es
importante repetir los tratamientos durante un tiempo. En una
ocasión hice un tratamiento de tal terapia, y al principio no hubo
ningún efecto. Pero al repetirlo unas cuantas veces, sí funcionó. Y
puede perfectamente que sea verdad. Quizás a ti te ha pasado.
Pero no es una verdad absoluta, sino una creencia. Fíjate que
esta es la misma respuesta que te daría la persona del ejemplo
que movía los pies sin avanzar. Si le dijeras que lo que hace no es
necesario, seguramente te diría: claro que es necesario. Lo he
comprobado muchas veces. Muevo los pies durante un rato, y al
principio no avanzo, pero esto me sirve para luego dar un paso
adelante. Incluso podría hacerlo delante de ti para mostrártelo.
Podría mover los pies varias veces en el mismo sitio y luego dar
un paso adelante: ¿lo ves? ¿Ves cómo funciona? Las creencias
que hay en nuestra mente tienen un gran poder sobre nuestra
vida, porque la moldean completamente. Si creemos que algo es
necesario, lo convertimos en necesario. Si creemos que hay que
dar varios pasos en el mismo sitio antes de dar uno hacia
adelante, esta se convertirá en nuestra manera habitual de
andar. Si creemos que hay que repetir los tratamientos para que
una terapia funcione, lo haremos siempre así. Y estaremos
totalmente convencidos de que no se puede hacer de otra
manera.

Afortunadamente, las creencias se pueden superar. Podemos ir


más allá de nuestras barreras mentales y descubrir nuevas
maneras de hacer las cosas. Y una de las barreras mentales más
comunes en el mundo de las terapias es creer que hay que

65
repetir los tratamientos periódicamente. Si dejamos esta
creencia atrás, daremos un gran salto adelante. Será como
descubrir que no hace falta repetir pasos en el mismo sitio para
andar: de repente, veremos que podemos caminar mucho más
ágilmente y cansándonos mucho menos.

Un tratamiento de tapping que se base en repetir rondas con la


misma frase implica un gran desgaste de energía: primero
elegimos una frase, luego hacemos varias rondas con ella y luego
repetimos el proceso al cabo de unos días. Y así durante un
tiempo, siempre con la misma frase. Al cabo de unas semanas,
evaluamos cómo va el tratamiento y, en función de esto,
decidimos si continuamos más tiempo con la misma frase o si la
cambiamos. Y luego seguimos de la misma manera: repitiendo
rondas y rondas con la misma frase durante unos días más. Es lo
mismo que caminar repitiendo pasos en el mismo sitio:
gastamos mucha energía sin movernos, solo para dar un
pequeño paso adelante muy de vez en cuando.

En cambio, si no repetimos frases, todo el proceso se vuelve


mucho más ágil, cómodo y agradable. Podemos elegir una frase
para empezar, hacer una única ronda con ella y evaluar
directamente los efectos que ha tenido. No hace falta esperar un
tiempo para ver si ha funcionado, podemos hacerlo en el mismo
momento. Si vemos que ha habido algún cambio, buscamos una
nueva frase que se adapte a la nueva situación que tenemos
ahora. Y si no vemos ningún cambio, buscamos otra frase que
creamos que pueda ser mejor. No repetimos otra ronda con la
misma frase esperando que, a base de repetirla, al final
66
funcione. Si no ha funcionado a la primera, lo más probable es
que la frase no fuera suficientemente acertada.

Siguiendo este procedimiento, no repetimos casi nunca rondas


con la misma frase. El paso siguiente después de una ronda
siempre es buscar una frase nueva, tanto si hemos visto algún
cambio como si no. Si hemos notado algún cambio, buscamos
una nueva frase que se adapte a la nueva situación. Y si no
hemos notado nada, buscamos una nueva frase que creamos
que puede ser mejor. De esta manera, no nos quedamos mucho
tiempo dando pasos en el mismo lugar una y otra vez. Lo que
hacemos es dar un paso y mirar si nos ha servido para avanzar. Si
vemos que hemos avanzado, nos preparamos para dar otro paso
que nos lleve un poco más lejos. Y si vemos que seguimos en el
mismo sitio, buscamos alternativas que sí nos puedan servir para
ir hacia adelante. Pero en ningún caso repetimos solo por
repetir. Siempre buscamos la manera de avanzar.

Para aprovechar el tapping al máximo, hay que tener la


mentalidad de avanzar. Esto no significa que haya que correr ni
ir con prisa, pero sí tenemos que estar decididos a ir hacia
adelante sin repetir pasos innecesariamente. Hay veces que el
tratamiento requiere su tiempo. Hay veces que hay que ir poco a
poco y tener paciencia. Pero no tiene sentido repetir frases y
alargar el proceso solo por inercia. La energía y el tiempo son
bienes muy valiosos, y hay que saber usarlos sabiamente. El
tapping nos permite hacer exactamente esto.

67
En algunos casos sí puede ser útil repetir frases
Como norma general, no debes repetir rondas con la misma
frase. Esta es una regla básica del tapping. Ahora bien, esto no
significa que repetir frases sea totalmente erróneo, ni que no
haya que hacerlo nunca bajo ningún concepto. Hay algunos
casos en los que sí puede tener cierta utilidad.

El primero de ellos es cuando nos despistamos durante la ronda.


Como explicaremos más adelante, el tapping es más efectivo si
lo hacemos bien centrados. Los resultados que obtendrás
siempre serán mejores si haces las rondas prestando atención a
lo que dices, que si las haces mecánicamente mientras piensas
en otras cosas. Lo que pasa es que mantenerse centrado a veces
cuesta, y es relativamente fácil perder la concentración. Si
alguna vez te sucede, y al terminar una ronda te das cuenta de
que te has despistado, entonces sí puedes hacerla otra vez e
intentar estar más atento. Pero fíjate que no se trata de repetir
por repetir, sino de intentar hacer mejor algo que no has hecho
del todo bien la primera vez. Y tampoco hay que hacerlo
indefinidamente. La idea es hacerlo una sola vez más, y esta vez
estar más centrado.

Además de esto, también hay ocasiones en los que repetir


rondas nos puede servir como calmante. Si tenemos un dolor
físico o emocional, hacer tapping repetidamente con unas
determinadas frases puede servir para hacerlo más llevadero.
Podemos buscar una frase que describa el dolor y, cuando
aparezca, hacer tapping con esta frase para calmarlo. Esta es una

68
aplicación muy válida del tapping, y puedes usarla siempre que
lo consideres apropiado. Pero ten en cuenta que un calmante no
deja de ser un parche. Tiene un cierto valor, pero no es una
solución definitiva.

Recuerdo un caso concreto que ilustra muy bien esta idea. Era
una persona que tenía una sensación de angustia constante:
sentía una presión en el pecho que la acompañaba todo el día.
Cuando descubrió el tapping, decidió utilizarlo para tratar la
angustia, y lo hizo usando la frase “tengo una sensación de
angustia en el pecho”. Cada mañana, cuando se levantaba, hacía
unas cuantas rondas con esta frase, y esto la ayudaba a calmar la
angustia y a llevar mejor el día. Pero no le servía para avanzar.
No conseguía resolver la angustia de forma definitiva, y cada día
se levantaba igual que el anterior.

Este caso nos muestra que repetir rondas con la misma frase
puede tener un cierto efecto. A esta persona le servía para
suavizar la angustia. Mejor esto que nada. Pero el tapping es una
terapia que puede hacer mucho más. No es solo un parche para
ir tirando. Con tapping podemos sanar una gran cantidad de
problemas de raíz. Pero, para lograrlo, no es suficiente con
quedarnos en la superficie del problema y tratarlo siempre con
una sola frase genérica; tenemos que profundizar en él y
abordarlo desde todos sus ángulos. Y esto no se consigue
repitiendo frases, sino buscando frases distintas que resuenen
cada vez más con lo que realmente nos pasa.

69
La estructura básica de una sesión de tapping
Así pues, una sesión de tapping no consiste simplemente en
elegir una sola frase e ir haciendo rondas con ella una y otra vez.
En algunos casos, como los que acabamos de comentar, puede
tener una cierta utilidad repetir algunas rondas con la misma
frase, pero son una excepción. Lo habitual es no usar las frases
más de una vez.

A partir de esta idea, la estructura general de una sesión de


tapping es la siguiente: en primer lugar, analiza bien el problema
y busca frases que lo describan de forma completa. Este paso
implica buscar frases que describan el problema directamente y
frases que describan cómo te sientes a nivel emocional –tal y
como hemos explicado en el capítulo anterior–. Y además de
esto, en muchos casos hay que profundizar más y buscar frases
sobre las creencias y los traumas que puede haber detrás del
problema. En esto último consiste el tapping más avanzado, y
hablaremos de ello al final del libro.

En cualquier caso, quédate con la idea de que el primer paso de


una sesión de tapping no es buscar una única frase que describa
el problema, sino buscar varias frases que describan tanto el
problema en sí mismo como sus aspectos asociados: las
emociones y, en los casos más complejos, las creencias y los
traumas.

Por ejemplo, una persona que quiera tratar su situación


económica, debería empezar analizando cómo es la situación

70
exactamente y cómo se siente a nivel emocional respecto a ella
–y si tiene más experiencia con tapping, como tendrás tú al
finalizar el libro, analizar también las creencias y los traumas
relacionados con el dinero–. De este primer análisis, podrían salir
frases como estas:

- Gano el dinero justo para pagar mis gastos.


- Me preocupa mucho arruinarme.
- Me gustaría poder viajar más, pero no puedo pagarlo.
- Me da mucha rabia ver que otras personas tienen más
que yo.
- Me agobia mucho estar siempre pendiente del dinero.
Como ves, no es una única frase que describe el problema de
forma general, sino varias frases que lo describen de forma más
amplia y detallada.

Una vez tengas unas cuantas frases, el siguiente paso es elegir


una para empezar. En general, es recomendable empezar por la
que resuene más contigo: la que te remueva más por dentro. Y
haces una ronda de tapping con ella. Solo una.

Puede ser que algunas veces te cueste dar este primer paso de
elegir una frase para empezar. Quizás en algunas ocasiones
encuentras muchas frases y no sabes cuál es la que te resuena
más. Si te pasa esto, no te agobies. Si hay varias frases que te
parecen apropiadas, probablemente tendrás que hacer tapping
con todas ellas. Pero el orden no es crítico. Al final tienes que
empezar por una, y no cambia mucho si eliges una u otra. Así
que si te cuesta elegir la mejor frase para empezar, no te
71
encalles aquí. Elige una de la lista y empieza. Luego ya harás las
otras.

Mientras estés haciendo la ronda, y también cuando hayas


acabado, fíjate muy bien en cualquier cambio que se produzca
en ti; sea del tipo que sea, y sea de la intensidad que sea. Las
principales posibilidades son que veas un cambio a nivel físico,
un cambio emocional o un cambio mental. Y hay que saber
detectarlos, porque cualquiera de ellos puede ser un cambio
importante que te permita avanzar. Estos cambios son los
mensajes que tu cuerpo y tu mente te darán como respuesta a lo
que estás haciendo.

Un cambio físico es un cambio en las sensaciones que percibes


en tu cuerpo. Un cambio emocional es un cambio respecto a
cómo te sentías emocionalmente antes de la ronda. Y un cambio
mental es una idea o recuerdo nuevo que aparece en tu mente.
En cualquiera de estos casos, pueden ser cambios muy
significativos o cambios muy sutiles. Puede haber un
movimiento bastante marcado, o un movimiento muy ligero.
Pero pase lo que pase, si hay algún cambio, es muy importante
detectarlo. Esta es una de las claves del tapping: ser capaz de
detectar cualquier cambio que se produzca en ti al hacer una
ronda, por muy pequeño que sea. Estos cambios son avances y,
si no los detectamos, perdemos la oportunidad de
aprovecharlos.

En caso de que veas algún cambio, el siguiente paso es buscar


una nueva frase que describa la nueva situación. Si ha habido un

72
cambio, significa que la frase inicial ya no se ajusta a la situación
actual, porque ahora es distinta. Y lo que hay que hacer es
buscar una nueva frase que se adapte a la nueva situación.

Por otro lado, si no ves ningún cambio, puedes hacer varias


cosas. En primer lugar, asegurarte muy bien de que realmente
nada ha cambiado: ni a nivel físico, ni a nivel emocional, ni a
nivel mental. Muchas veces, cuando creemos que no ha
cambiado nada, lo que pasa en realidad es que no nos hemos
fijado bien, así que vale la pena asegurase. Si después de
escucharte muy bien realmente crees que todo sigue igual en
todos los aspectos, entonces el siguiente paso es buscar otra
frase mejor. De este paso iremos hablando en detalle en los
siguientes capítulos, pero algunas de las posibilidades son elegir
otra frase de la lista inicial que tenías, intentar buscar frases que
describan mejor lo que te pasa, o profundizar más en el
problema buscando sus raíces más escondidas.

En resumen, la estructura de una sesión de tapping es la


siguiente:

1. Buscar frases que describan el problema y frases que


describan lo que sientes a nivel emocional –y, en
tratamientos avanzados, buscar también frases sobre tus
creencias y sobre posibles traumas asociados al
problema–.
2. Elegir una de las frases para empezar y hacer con ella una
ronda de tapping.

73
3. Mirar muy bien si ha habido algún cambio de algún tipo:
físico, mental o emocional.
4. Si ha habido algún cambio, por pequeño que sea, buscar
una nueva frase que refleje la nueva situación y hacer
una nueva ronda con ella.
5. Si no ha habido ningún cambio, buscar otra frase que
pueda ser mejor. Puede ser otra de las frases de la lista
inicial, o una frase nueva que describa algún aspecto del
problema con más precisión.
Esta idea se puede representar gráficamente de la siguiente
manera:

Buscar frases y elegir


una para empezar

¿Ha habido algún


cambio después de la
ronda?
Sí No
Buscar una nueva frase Buscar otra
que describa la nueva
frase mejor.
situación.

Ilustración 4: La estructura de una sesión de tapping

74
Al seguir este procedimiento, no te quedarás estancado
haciendo rondas y más rondas siempre con la misma frase, sino
que irás avanzando, adaptándote a los cambios que se vayan
produciendo y entrando cada vez más en la esencia del
problema.

Cómo aplicarlo en casos concretos


Para poner algunos ejemplos concretos de este procedimiento,
podemos retomar algunos de los casos que hemos utilizado en el
capítulo anterior. Como recordarás, comentamos que una de las
mejores maneras de empezar a practicar tapping es tratar casos
sencillos, y tener en cuenta tanto el problema directamente
como su aspecto emocional. Y uno de los ejemplos que pusimos
es este sobre un dolor de cabeza:

Problema Cómo vives el problema

Me duele la cabeza. Estoy de mal humor.


Estoy cansado de que me
duela.
Tengo trabajo, y con este
dolor me cuesta pensar.

75
En este caso, tenemos cuatro frases: una sobre el dolor
directamente y tres sobre la parte emocional. A partir de aquí,
ya podemos empezar a hacer tapping.

El primer paso es elegir una frase para empezar. Tenemos cuatro


frases, y no podemos hacerlas todas a la vez; hay que elegir una.
Una manera de hacerlo es mirarlas todas y observar cuál es la
que nos remueve más por dentro cuando pensamos en ella. En
este caso, ¿qué es más intenso o preocupante, el dolor
directamente, el mal humor o el cansancio? Y, en función de
esto, elegimos.

Este paso no es crítico. Si no ves claro qué frase elegir, no te


bloquees; elige una y empieza. Luego puedes hacer las otras si es
necesario. Pero si consigues hacer este primer análisis y ver cuál
te afecta más, mejor.

Una vez tenemos la primera frase, hacemos la ronda: primero


nos golpeamos el punto cero diciendo “aunque _______, me
acepto totalmente”, rellenando el espacio vacío con la frase que
hayamos elegido, y luego nos golpeamos los puntos del uno al
ocho diciendo la frase una vez en cada punto. Imaginemos que
en este ejemplo elegimos la frase del dolor: “me duele la
cabeza”. Entonces diríamos “aunque me duele la cabeza, me
acepto totalmente”, golpeando el punto cero, y luego nos
golpearíamos los demás puntos diciendo “me duele la cabeza”
cada vez.

76
Una vez terminemos la ronda, debemos fijamos muy bien en
cualquier cambio que se produzca en nosotros; sea del tipo que
sea, y sea de la intensidad que sea. Este punto sí es crucial para
hacer un buen tratamiento. Hay que prestar mucha atención. Si
no, nos pueden pasar muchos detalles por alto.

Los cambios pueden ser de muchos tipos diferentes. Los más


habituales son cambios físicos, cambios emocionales, cambios
mentales y cambios externos. Si detectamos algún cambio de
cualquiera de estos tipos, incluso aunque sea muy sutil, el
siguiente paso es buscar una nueva frase que describa la nueva
situación. No repetimos otra ronda con la frase antigua, sino que
buscamos una frase nueva que se adapte al cambio que ha
habido.

Por ejemplo, si después de la ronda vemos que el dolor se ha


reducido, podemos hacer la siguiente ronda con la frase “me
duele la cabeza, pero menos que antes”. En cambio, si vemos
que el dolor ha cambiado de lugar –al principio estaba en la
frente y luego se desplaza hacia las sienes, por ejemplo–,
podemos hacer la siguiente ronda con “ahora me duelen las
sienes”. O si el dolor se reduce pero se intensifica el mal humor,
podemos hacer una ronda con “estoy de muy mal humor”. Y así
con cualquier cambio que veamos. En el próximo capítulo,
hablaremos en detalle de los diferentes cambios que puede
haber, pero la idea general es observar muy bien cualquier
cambio que se produzca y adaptar las frases en función de ellos.

77
En el caso de que no veamos ningún cambio, hay que hacer dos
cosas. La primera es asegurarnos muy bien de que realmente no
ha cambiado nada. Muchas veces sí ha cambiado algo, lo que
pasa es que no nos hemos dado cuenta. Así que no hay que
precipitarse. Vale la pena dedicarle un rato y escucharse bien. Si
aun así no vemos nada, no hay que repetir otra vez la ronda a
ver si a la segunda funciona, sino buscar otra frase mejor.
Podemos utilizar otra de las frases iniciales, o volver a analizar lo
que nos pasa para describirlo con más detalle. La idea es ir
siempre hacia adelante. Tanto si vemos un cambio después de la
ronda como si no, el siguiente paso no es hacer otra ronda igual
con la misma frase, sino buscar una frase nueva.

Otro ejemplo del capítulo pasado era el de una persona que ha


discutido con su pareja:

Problema Cómo vives el problema

He discutido con mi Estoy muy enfadado por lo


pareja. que me ha dicho.
No tengo ganas de hablar
con él/ella.
Me cansa que discutamos
tanto.

En este caso también tenemos una frase sobre la situación y tres


sobre las emociones, y también hay que elegir una para
78
empezar. Esta vez podemos imaginar que el enfado es muy
fuerte y que decidimos empezar por la frase “estoy muy
enfadado por lo que me ha dicho”. Hacemos una ronda con ella
y luego miramos si hay algún cambio.

Si detectamos algún cambio, el siguiente paso es hacer una


ronda con una nueva frase que describa la nueva situación. Por
ejemplo, si el enfado se reduce y empezamos a sentirnos tristes,
podemos hacer una ronda con “ya no estoy tan enfadado, pero
me siento triste”. O si nos viene un recuerdo doloroso de la
infancia, podemos hacer una frase sobre el recuerdo. Y lo mismo
con cualquier otro cambio que percibamos.

Por otro lado, si después de observarnos bien no detectamos


ningún cambio, el siguiente paso es buscar otra frase mejor.
Podemos usar otra de las frases iniciales que teníamos o buscar
otra nueva que describa mejor el enfado. De esta manera, no
nos quedamos encallados haciendo tapping siempre en el mismo
sitio, sino que vamos avanzando y adaptándonos cada vez mejor
a lo que nos pasa. Esta es la esencia del tapping: escucharnos
muy bien e irnos adaptando a los cambios que se vayan
produciendo en cada momento.

79
Capítulo 5
Cómo detectar los cambios
Si analizamos la estructura básica de una sesión de tapping que
te acabo de proponer, veremos que hay dos puntos clave: en
primer lugar, ser capaces de analizarnos muy bien y buscar
frases que describan lo que nos pasa. Y en segundo lugar, ser
capaces de observarnos atentamente cuando hacemos tapping y
detectar cualquier cambio que se produzca durante o después
de la ronda.

Estos dos puntos dependen de una sola habilidad, que es la


habilidad más importante en el tapping: la habilidad de
escucharse a uno mismo. El tapping tiene la capacidad de
disolver cualquier bloqueo interno que identifiquemos con
frases, pero para poder descubrir nuestros bloqueos y
describirlos con frases precisas, tenemos que ser capaces de
escucharnos muy bien. Así pues, siempre que te dispongas a
hacer una sesión de tapping, sé muy consciente de que tu
principal objetivo es escucharte muy bien a ti mismo: para ver

80
qué hay en tu interior que ha causado el problema y describirlo
con frases detalladas, y para ver qué cambios se van
produciendo en ti a medida que hagas las rondas. Esto es a lo
que tienes que dedicarle más tiempo.

Una pregunta habitual entre las personas que empiezan a hacer


tapping es: ¿cuánto tiempo tienen que durar las sesiones? Yo
normalmente respondo que depende de cada caso, pero que
entre 30 y 45 minutos ya da tiempo a hacer bastante trabajo. Al
oír esta respuesta, mucha gente piensa que esto significa que
hay que estar 30-45 minutos haciendo rondas de tapping una
detrás de otra. Pero no es así. La mayor parte del tiempo hay
que dedicarlo a analizarse bien a uno mismo, a buscar las frases
más adecuadas y a observar los cambios. El momento de darnos
los golpes es el más breve de todos. El grueso de una sesión de
tapping es el proceso de escucha y análisis.

En este capítulo hablaremos en detalle de cómo evaluar bien


una ronda de tapping, que es el proceso a través del cual
detectamos y analizamos los cambios que se producen después
de cada ronda. Como hemos explicado en el capítulo anterior,
una sesión de tapping no se basa en elegir una única frase e ir
haciendo rondas con ella, sino en ir adaptando las frases en
función de los cambios que se van produciendo. Y para poder
aplicar este método, es imprescindible saber detectar los
cambios.

Para ver la importancia de esto, te pongo un ejemplo que ilustra


la diferencia entre estar atento a los cambios y no estarlo.

81
Imagínate el caso de una persona a la que le da pánico hablar en
público. Le da tanto miedo, que solo con pensar en la idea de
acercarse a un escenario ya siente un gran nerviosismo. Decide
tratarlo con tapping y, para empezar, elige la frase “tengo
mucho miedo de hablar en público”. Hace una ronda con esta
frase y después mira si sigue teniendo miedo. Y resulta que sí, le
sigue dando mucho miedo la idea de hablar en público. Así que
piensa: esto no funciona. Y lo deja.

Quizás puede parecer un ejemplo un poco simple, pero les pasa


a muchas personas cuando prueban el tapping por primera vez:
hacen tapping con una frase genérica del problema y miran a ver
si se ha resuelto del todo, o si por lo menos se ha reducido en
gran medida. No se fijan en si ha habido cambios más sutiles y, al
no ver nada que parezca significativo, lo dejan. Y esto hace que
pierdan una gran oportunidad de avanzar.

Ahora bien, imaginemos que, en el mismo ejemplo, después de


hacer la primera ronda, en lugar de mirar si el problema se ha
resuelto del todo, se fija en si ha habido algún cambio más
pequeño. En lugar de preguntarse si sigue teniendo miedo a
hablar en público, se pregunta si ha habido algún movimiento,
aunque sea leve. ¿Ha cambiado algo, aunque sea poco? Y resulta
que sí: antes le daba mucho miedo la idea de acercarse a un
escenario, y ahora ya no. Le sigue dando miedo la idea de subir
al escenario y hablar; ni siquiera se atreve a poner un pie en el
escenario. Pero ahora se atreve a acercarse más. Es un cambio
pequeño, pero es un cambio. Así que decide hacer una nueva

82
ronda con una frase que refleje la nueva situación: “tengo miedo
a poner un pie en el escenario”.

Esta nueva frase tiene dos grandes ventajas. En primer lugar, es


una frase muy específica, y en tapping las frases específicas
funcionan mejor. No es una frase genérica como la primera –
“tengo mucho miedo de hablar en público”–, sino que contiene
información más detallada. Para hablar en público, hay que subir
al escenario, y el primer paso para subir a un escenario es poner
un pie en él. Si este primer paso ya le da miedo, hay que
abordarlo con tapping. Una vez este miedo esté superado, ya
abordaremos lo que viene después. De esta manera vamos
avanzado poco a poco, sanando todo lo que vamos viendo por el
camino.

Y además de esto, la frase “tengo miedo a poner un pie en el


escenario” contiene implícitamente un avance. Al hacer la
primera ronda con “tengo mucho miedo de hablar en público”,
la actitud mental era de “tengo mucho miedo y no me quiero ni
acercar al escenario”. Ahora, en cambio, sí está dispuesto a
acercarse. Lo que le da miedo es poner un pie encima. Sigue
teniendo miedo, pero menos que antes, y la frase refleja este
progreso.

Con esta actitud de avance, hace la nueva ronda, fijándose muy


bien en todo momento en cómo se siente. Y se da cuenta de
que, al terminarla, sigue teniendo miedo, pero no tanto. Ahora
ya se atreve a poner un pie en el escenario. Los dos no, pero uno

83
sí. Así que busca una nueva frase que se adapte a este cambio:
“me da miedo poner los dos pies en el escenario”.

Al igual que antes, hace la ronda y vuelve a fijarse muy bien en


cómo se siente. Y resulta que el miedo se ha suavizado un poco
otra vez: ahora ya se atreve a poner los dos pies en el escenario.
No se atreve a decir nada en voz alta, pero se atreve a subir. Así
que busca una nueva frase para continuar: “no me atrevo a decir
nada en voz alta desde el escenario”.

Esta manera de proceder es muy distinta a la que hemos


comentado en primer lugar. En el primer caso, al fijarse
únicamente en si el problema se había resuelto del todo, pensó
que la terapia no había funcionado. En cambio, en el segundo
caso, prestó atención a los cambios más sutiles, y se dio cuenta
de que sí había cambiado algo. Hizo una nueva ronda
adaptándose al cambio, y a partir de aquí fue mejorando poco a
poco.

Si quieres aprovechar todo el poder del tapping, es muy


importante adoptar esta actitud. No esperes que se resuelva
todo en una sola ronda, ni te fijes solo en los grandes cambios.
Cada vez que hagas una ronda de tapping, presta mucha
atención a cualquier pequeño movimiento que se produzca en ti.
En ellos está la clave de la solución.

84
Los diferentes tipos de cambios
La idea básica para evaluar una ronda de tapping es muy simple:
tienes que estar muy atento para detectar cualquier cambio que
se produzca en ti cuando haces tapping. En esencia, no tiene
más misterio que esto.

Pero por muy simple que sea, no siempre es fácil llevarlo a cabo.
En general, nos cuesta bastante escucharnos a nosotros mismos.
No tenemos la costumbre de hacerlo, y nos cuesta ver lo que va
pasando en nuestro interior. Por esta razón, hablaremos de los
diferentes tipos de cambios que pueden aparecer cuando
hacemos tapping. De esta manera te será más fácil observarlos e
identificarlos. Son cuatro:

- Cambios físicos: que haya algún cambio en tu cuerpo.


- Cambios emocionales: que cambien las emociones que
estás sintiendo.
- Cambios mentales: que te venga alguna idea o
pensamiento nuevo.
- Cambios de situación: que cambie algún factor externo a
ti.
Cualquiera de estos cuatro cambios pueden producirse al hacer
una ronda de tapping, independientemente de lo que estés
tratando. Esto significa que no tienes que fijarte únicamente en
si hay un cambio del mismo tipo que el tema que estás tratando.
Si estás tratando un tema emocional, no te fijes únicamente en
cambios emocionales. O si estás tratando un tema físico, no te

85
fijes solamente en cambios físicos. Fíjate siempre en cualquier
tipo de cambio.

En este punto hay que estar muy atento, porque normalmente


prestamos más atención a los cambios que son del mismo tipo
que el tema que estamos tratando: si estamos tratando un tema
físico, nos fijamos en si cambia nuestro cuerpo; si estamos
tratando un tema emocional, nos fijamos en si cambia nuestro
estado anímico, y con los demás tipos de situaciones hacemos lo
mismo. Al hacer esto, estamos limitando nuestras posibilidades
de avanzar, porque nos estamos centrando en una única área de
nuestra vida. Y los problemas rara vez son de un único tipo. Hay
muy pocos problemas puramente físicos, puramente mentales o
puramente emocionales. La gran mayoría tienen varias
componentes. Detrás de un dolor físico, puede haber emociones
enterradas. Detrás de un problema de dinero, puede haber
miedos de la infancia. Y si queremos resolverlos de raíz, tenemos
que tratar todas las componentes.

Si estamos tratando un problema de nuestro cuerpo, por


ejemplo, puede ser perfectamente que, al hacer una ronda de
tapping, no haya ningún cambio físico, pero que sí haya algún
cambio emocional. Esto sería un indicador de que tenemos que
tratar esas emociones para sanar el problema original. Si
estamos atentos a cualquier tipo de cambio, veremos que ha
aparecido una emoción nueva y podremos actuar en
consecuencia. Pero si estamos observando solo los cambios
físicos, no nos daremos cuenta y perderemos una oportunidad
de comprender mejor la raíz del problema y de poderla sanar.
86
Lo mismo puede pasar con cualquier tipo de problema: puede
ser que estés tratando un problema económico, y que se
produzca un cambio en tus emociones; puede ser que estés
tratando un tema emocional, y que notes algo a nivel físico;
puede ser que estés tratando un dolor, y que te venga una idea
nueva a la mente. Y tienes que estar atento a cualquiera de
estos cambios para poderlos aprovechar.

En el capítulo anterior, hemos hablado de la estructura de una


sesión de tapping. Los primeros pasos de esta estructura son
buscar las frases para empezar y hacer una ronda con una de
ellas. Y después viene el paso de mirar si ha habido algún
cambio. En este paso, siempre debes hacerte cuatro preguntas:
¿ha habido algún cambio en tu cuerpo? ¿Ha habido algún
cambio en tus emociones? ¿Ha habido algún cambio en lo que
estás pensando? ¿Ha habido algún cambio en algún factor
externo? No te hagas solo una de estas preguntas en función de
lo que estés tratando; hazte las cuatro preguntas siempre.

Las tres primeras preguntas las puedes responder justo después


de hacer la ronda. Justo después de acabar, puedes mirar si ha
cambiado algo a nivel físico, a nivel emocional o a nivel mental.
También es interesante mirar cómo evolucionan estas facetas de
tu vida a lo largo de los días siguientes, pero justo después de la
ronda ya puedes hacer una primera valoración. La cuarta
pregunta, en cambio, raramente puede responderse en el
mismo momento. Los factores externos no suelen cambiar en
unos segundos, así que hay que esperar un tiempo e ir
observando. Pero en cualquiera de los casos, tanto si se
87
producen en el mismo momento como si se producen más
adelante, estate muy atento a los cambios y tenlos en cuenta a
la hora de continuar.

Cambios físicos
Durante el resto del capítulo, hablaremos detalladamente de los
cuatro tipos de cambios que hemos comentado. Explicaremos
qué son exactamente y daremos ejemplos concretos de cada
uno de ellos para que te sea más fácil identificarlos.

Empezaremos por los cambios físicos, que son los que


normalmente nos cuesta menos detectar. Un cambio físico
implica que, al hacer una ronda de tapping, ya sea mientras la
estás haciendo o al terminarla, notas que algo ha cambiado en
tu cuerpo. Estos cambios pueden ser de diferentes tipos, pero la
mayoría pertenecen a uno de los siguientes cuatro grupos: un
cambio de intensidad de una sensación física, un cambio del
lugar donde tenemos una sensación, un cambio del tipo de
sensación, o la aparición de una nueva sensación que no
teníamos.

El primero de estos cambios, y al que normalmente prestamos


más atención, es un cambio de intensidad: antes de hacer la
ronda teníamos una determinada sensación en alguna parte del
cuerpo –dolor, frío, calor, presión, picor, etc.–, y después la
seguimos teniendo pero con una intensidad distinta: o bien ha
aumentado, o bien se ha reducido.

88
En la mayoría de casos, lo deseable es que la intensidad baje, y
muchas veces pasa: al hacer la ronda de tapping, la sensación
física que teníamos se reduce. Pero no siempre es así, y no hay
que interpretarlo como un fallo de la terapia. Un aumento
momentáneo de un síntoma puede ser parte del proceso para
sanarlo. Desde el punto de vista del tapping, cualquier cambio es
positivo, porque significa que algo se está moviendo en nuestro
interior. Y el procedimiento a seguir siempre es el mismo. Tanto
si una sensación disminuye de intensidad como si aumenta, el
siguiente paso es hacer una nueva ronda con otra frase que
describa la nueva situación. La única excepción sería que el
cambio fuese muy intenso o preocupante, ante lo cual lo más
recomendable es interrumpir el tratamiento y acudir a un
profesional. Pero en general no hay que alarmarse. Te lo
comento solo por precaución. Yo no conozco ningún caso donde
haya pasado algo así.

Ejemplo 1
Una persona tiene dolor de cabeza, y hace una ronda de
tapping con la frase “me duele la cabeza”. Al terminar la
ronda, nota que el dolor se ha hecho un poco más intenso
y punzante. En un caso así, el siguiente paso sería hacer
una nueva ronda con la frase: “el dolor ahora es un poco
más intenso y punzante”.

89
Ejemplo 2
Una persona siente un intenso picor en la piel, y hace una
ronda con la frase “me pica mucho todo el cuerpo”. Al
terminar la ronda, nota que el picor ha bajado de
intensidad, y decide hacer una nueva ronda con la frase:
“me sigue picando el cuerpo, pero menos que antes”.

Otro tipo de cambio físico que puede surgir es un cambio de


lugar: teníamos una sensación en una zona del cuerpo y después
de la ronda tenemos la misma sensación pero en una zona
distinta. Cuando pasa esto, normalmente pensamos que la
sensación se ha movido, pero no es del todo así. La explicación
que da el tapping es que las dos sensaciones existían desde el
primer momento, lo que pasa es que la segunda estaba
enterrada. Al hacer tapping, la primera sensación se ha disuelto
y la segunda ha salido a la superficie. Y lo que hay que hacer para
continuar es realizar una nueva ronda con una frase que
describa la nueva sensación.

Ejemplo 3
Una persona siente un dolor en el hombro y hace una
ronda de tapping con la frase “me duele el hombro”. Al
terminar la ronda, el dolor del hombro ha desaparecido,
pero ahora le duele el brazo. El siguiente paso es hacer
una nueva ronda con “me duele el brazo”.

90
Un tercer tipo de cambio físico es un cambio de sensación: antes
de la ronda teníamos una determinada sensación, y después
tenemos otra. Y la manera de proceder es la misma que en el
caso anterior: hacer una nueva ronda con una frase que describa
la nueva sensación.

Ejemplo 4
Una persona siente un dolor punzante en la zona lumbar
de la espalda, y hace una ronda de tapping con la frase
“siento un pinchazo en la zona lumbar”. Después de la
ronda, el pinchazo ha desaparecido, pero ahora siente
una presión en el mismo lugar. El siguiente paso es hacer
una nueva ronda con “siento una presión en la zona
lumbar”.

Y por último, la cuarta posibilidad sería que aparezca una nueva


sensación que antes de la ronda no teníamos.

Ejemplo 5
Una persona está muy agobiada en su trabajo y decide
hacer tapping para abordar este tema. Empieza con la
frase “estoy muy agobiado en mi trabajo” y, al terminar,
le viene un fuerte dolor de cabeza. El siguiente paso es
hacer una nueva ronda con “de golpe me duele mucho la
cabeza”.

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Ejemplo 6
Una persona ha tenido una fuerte discusión con su pareja
y está muy enfadada. Decide hacer tapping con la frase
“estoy muy enfadado con mi pareja”. Mientras está
haciendo la ronda, nota que le viene un ardor en el
estómago. El siguiente paso es hacer una nueva ronda
con “siento un ardor en el estómago”.

A modo de resumen, la siguiente tabla muestra los diferentes


cambios de sensaciones físicas que puede haber al hacer una
ronda de tapping:

Cambio de Antes de hacer la ronda teníamos una


intensidad determinada sensación, y después la
seguimos teniendo pero con una intensidad
distinta.

Cambio Antes de la ronda teníamos una sensación en


de lugar una zona del cuerpo, y después la tenemos
en otro lugar.

Cambio de Antes teníamos una determinada sensación,


sensación y luego tenemos otra.

Nueva Aparece una nueva sensación que no


sensación teníamos.

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Recuerda que estos cambios pueden producirse también cuando
estés tratando temas no físicos. Así que, independientemente de
lo que estés tratando, escucha bien a tu cuerpo y presta mucha
atención a cualquier movimiento que pueda haber.

Cambios emocionales
El segundo tipo de cambio que puede haber al hacer tapping es
un cambio emocional: antes de la ronda nos sentíamos de una
determinada manera a nivel emocional y después nos sentimos
de otra. Este es uno de los cambios más habituales, y también de
los más importantes, así que hay que prestarle especial
atención.

Las emociones tienen un papel muy importante en cualquier


tratamiento de tapping porque, en el fondo, todos los problemas
tienen una base emocional. El origen de todo dolor es siempre
emocional. Piénsalo bien: ¿qué hace que consideres que una
determinada situación sea un problema para ti? Muchas veces
pensamos que hay situaciones que son objetivamente un
problema, como tener poco dinero o tener alguna enfermedad,
pero en realidad no es así. Los problemas son totalmente
subjetivos: lo que para mí es un problema, puede no serlo para
ti, y viceversa. Y son subjetivos porque dependen de nuestras
emociones. Un problema es una situación que vivimos mal a
nivel emocional. Si no hay dolor emocional, no hay problema.

Este es el motivo por el que el primer ejercicio que te propuse


para empezar a practicar tapping estaba relacionado con las
93
emociones. Siempre hay que prestar mucha atención a las
emociones y tratarlas, porque todos los problemas tienen una
componente emocional. Y siempre que hay un cambio
emocional, significa que el problema ha cambiado.

Al igual que en el caso de los cambios físicos, también puede


haber diferentes tipos de cambios emocionales. En este caso son
tres: cambios de intensidad de una emoción que estamos
sintiendo, cambio del tipo de emoción que sentimos, y aparición
de una nueva emoción que antes no sentíamos. Y la manera de
proceder es exactamente la misma que en el caso físico: buscar
una nueva frase que describa el nuevo estado emocional y hacer
una ronda con ella.

Para poder detectar los cambios emocionales, es imprescindible


desarrollar una cierta sensibilidad hacia nuestras emociones. En
teoría, esto debería ser fácil, pues se trata simplemente de mirar
cómo nos sentimos. Pero a la práctica no lo es tanto. No estamos
acostumbrados a prestar atención a nuestras emociones, y nos
cuesta conectar con ellas. A menudo no somos capaces de ver
cómo nos sentimos exactamente ni por qué, y esto dificulta
detectar los cambios emocionales.

Esta sensibilidad se desarrolla como cualquier otra habilidad:


practicando. Antes de hacer una ronda de tapping, dedica unos
instantes a observar atentamente tus emociones. Pregúntate
cómo te sientes y ponle palabras a tu respuesta: triste,
preocupado, enfadado, alegre, aburrido, deprimido, nervioso,
etc. Y si puedes, intenta descubrir el motivo que hay detrás de

94
tus emociones, y descríbelo también con palabras: “estoy
nervioso por la entrevista de mañana”, “estoy aburrido porque
no tengo a nadie con quien hablar”, “estoy preocupado porque
mi hijo no encuentra trabajo”. Esto te servirá para conectar
mejor con tus emociones y conocerlas cada vez mejor. Y, a su
vez, conocer mejor tus emociones te permitirá detectar los
cambios que se produzcan.

Así que observa muy bien tus emociones antes de hacer una
ronda, y después estate muy atento a cualquier posible cambio.
Y cualquier cambio que veas, por pequeño que sea, anótalo y
continua trabajando con una nueva frase que lo describa.

Ejemplo 1: cambio de intensidad


Una persona se siente muy triste por la pérdida de su
mascota, y hace una ronda de tapping con “estoy muy
triste porque echo de menos a mi mascota”. Al terminar
está más tranquila, pero aún está bastante triste, así que
hace otra ronda con “estoy un poco mejor, pero aún
estoy triste”.

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Ejemplo 2: cambio de emoción
Una persona está muy enfadada con su jefe porque
considera que no la trata bien, y hace una ronda de
tapping con la frase “estoy muy enfadado con mi jefe
porque creo que no me trata bien”. Al terminar la ronda,
se da cuenta de que el enfado se ha reducido, y que
ahora está frustrada consigo misma por no saber
defenderse mejor. Para continuar, decide hacer una
nueva ronda con “estoy frustrado conmigo mismo por no
saber defenderme mejor”.

Ejemplo 3: nueva emoción


Una persona está preocupada porque cree que la
comunicación con su pareja no es tan buena como le
gustaría, y hace una ronda de tapping con “creo que la
comunicación con mi pareja no es buena”. Antes de hacer
la ronda estaba más o menos tranquila, pero al terminar
le sobreviene una gran pena, así que hace una nueva
ronda con “de golpe me siento muy triste”.

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Cambios mentales
El tercer tipo de cambio que nos podemos encontrar al hacer
tapping es un cambio mental. Junto con los cambios
emocionales, son los más habituales en una sesión de tapping, y
los que nos dan más información para poder profundizar en la
esencia del problema.

De forma genérica, un cambio mental es un cambio en las ideas


de nuestra mente. Antes de hacer la ronda pensábamos unas
determinadas cosas y después pensamos otras. Puede ser que
aparezcan ideas nuevas, o que algunas ideas que teníamos se
vean substituidas por otras.

Al igual que los cambios emocionales, los cambios mentales


pueden ser muy sutiles, así que hay que estar muy atento para
verlos. Presta mucha atención a los pensamientos que te vengan
a la mente, y cualquier idea nueva que veas, anótala y utilízala
para comprenderte mejor y avanzar.

Uno de los casos más habituales es que te venga información


nueva sobre el tema que estás tratando. Quizás estás tratando
una determinada emoción, por ejemplo, y te viene información
del origen de esta emoción. Es estos casos, si observas
únicamente la emoción, seguramente pensarás que no ha
pasado nada, porque te sigues sintiendo igual que antes. Pero en
realidad sí ha pasado algo, porque ahora comprendes mejor de
dónde viene, y esto te permite hacer una frase más ajustada y
específica.

97
Nueva información
Una persona está de mal humor, pero no sabe
exactamente por qué. Hace una ronda con la frase “estoy
de muy mal humor”, y al acabar se da cuenta de que le ha
dolido mucho un comentario que le ha hecho un
compañero de trabajo. Usando esta nueva información,
hace otra ronda con una frase más específica: “me ha
molestado mucho el comentario que me ha hecho Juan”.

Dentro de este grupo de cambios mentales que ofrecen nueva


información, un caso muy especial son los recuerdos de la
infancia. Es muy posible que más de una vez estés tratando algo,
y que te venga un recuerdo de tu pasado. Puede ser que veas
alguna relación entre el recuerdo y el tema que estás tratando, o
que aparentemente no tengan nada que ver, pero
independientemente de esto, el siguiente paso es tratar con
tapping ese recuerdo. Más adelante explicaremos cómo hacerlo.

Nuevo recuerdo
Una persona está tratando un dolor de espalda con la
frase “siento un peso constante en la zona lumbar”.
Cuando acaba, el dolor sigue igual, pero le viene un
recuerdo doloroso de la infancia. El siguiente paso es
tratar ese recuerdo (hablaremos más adelante de cómo
hacerlo).

98
Por último, otro tipo de cambio mental que puede aparecer es
un cambio de enfoque o de creencias: antes de la ronda
teníamos una determinada visión de una situación, y al terminar
tenemos otra. Este es un cambio muy poderoso. A primera vista
puede parecer poca cosa, pero es uno de los cambios más
importantes, porque cuando cambia nuestra manera de mirar el
mundo, cambia completamente nuestra vida. Así que siempre
que se produzca, celébralo. Es un gran paso adelante.

Cambio de enfoque
Una persona cree que su situación económica es muy
mala y decide hacer tapping para mejorarla. Para
empezar, hace una ronda de tapping con “creo que tengo
muy poco dinero”. Al terminar, se da cuenta de que su
punto de vista ha cambiado: en realidad no tiene tan
poco dinero, lo que pasa es que le gustaría tener más
para poder viajar. A partir de este cambio, decide hacer
una ronda con: “creo que no tengo suficiente dinero para
viajar”.

Como habrás notado en estos ejemplos, el procedimiento a


seguir con los cambios mentales es el mismo que con los
cambios físicos y los emocionales: buscar una nueva frase que
describa la nueva situación y hacer una nueva ronda. La idea
básica siempre es la misma independientemente del cambio.

99
Cambios de situación
Por último, el cuarto cambio que puede suceder después de una
ronda de tapping es un cambio de situación: que cambie algún
factor externo a ti.

Cuando estamos tratando algún problema relacionado con el


exterior –problemas laborales, problemas económicos,
conflictos, problemas de pareja, etc.–, esto es lo que
generalmente esperamos que suceda: que cambie la situación
externa que estamos viviendo y que sea como nosotros
deseamos. Pero los cambios externos dependen directamente
de los cambios internos, así que si queremos mejorar nuestra
vida externa, primer tenemos que fijarnos en nuestro interior.

Es muy normal que quieras que tu situación externa cambie si


hay algo externo que te preocupa. Pero si decides hacer tapping
para trabajarlo, tu primer objetivo tiene que ser sanar tu
interior. Primero tienes que sanar tus miedos, tus creencias
limitantes y tus traumas para que los factores externos de tu
vida puedan fluir. Nada puede estar bien por fuera si no estás
bien por dentro.

Por esta razón, los cambios externos los he dejado para el final, y
no profundizaremos en ellos. Este tipo de cambios son a los que
tienes que prestarle menos atención, sobre todo al principio.
Aprende primero a escucharte bien y a trabajar con tapping
sobre tu cuerpo, tus emociones y tus pensamientos. A medida

100
que lo hagas, verás cómo las circunstancias externas que te
rodean se van adaptando a tus cambios internos.

Dicho esto, al igual que con los otros tipos de cambios, cualquier
cambio externo que veas al hacer tapping, anótalo y tenlo en
cuenta para adaptar el tratamiento con nuevas frases.

Ejemplo de una sesión completa


Ahora que ya tenemos una estructura clara de cómo hacer una
sesión de tapping y hemos hablado en detalle de cómo detectar
los cambios, ya podemos poner un ejemplo concreto de cómo
sería una sesión real. Aún nos quedan muchas cosas por ver,
pero con lo que hemos explicado hasta ahora ya tenemos
suficiente información para hacer una primera sesión completa.

Para ello, te propongo un diálogo imaginario entre un terapeuta


y un paciente que acude a su consulta. Es un ejemplo bastante
simple, pero te servirá para hacerte una idea del procedimiento
general a seguir. El paciente de este ejemplo se llama Juan, y la
terapeuta de tapping a la que acude se llama Marta. Juan entra
en la consulta, y a partir de aquí tiene lugar la siguiente
conversación:

–Buenos días Juan. ¿Qué tema quieres que tratemos?

–Buenos días Marta. El motivo de mi visita es un dolor en


la rodilla izquierda que hace días que arrastro. Al principio era
una leve molestia, pero ha ido a más y ahora me duele bastante.

101
–De acuerdo. En primer lugar, empezaremos con una
frase sencilla sobre el dolor, y a partir de aquí ya iremos viendo
cómo evoluciona. ¿Te parece bien hacer una primera ronda con
la frase “me duele la rodilla izquierda”?

–Sí, muy bien.

En esta primera parte de la sesión hay dos aspectos que vale la


pena comentar. El primero es remarcar que la frase elegida para
la primera ronda es bastante sencilla. Como iremos viendo a
medida que avancemos, esto no es lo más habitual. En general,
es recomendable refinar las frases un poco más. Pero en este
primer ejemplo lo simplificaremos todo un poco. Además, por lo
poco que cuesta hacer una ronda, tampoco pasa nada por
empezar con frases sencillas. Si vemos que no avanzamos,
siempre podemos profundizar más.

Y el segundo aspecto es notar que el terapeuta no le impone la


frase al paciente, sino que lo propone una opción: “¿te parece
bien hacer una ronda con esta frase?” Si alguna vez decides
hacerle tapping a otra persona, este punto es importante. La
última palabra sobre qué frase usar para una ronda siempre
debe tenerla la persona afectada, porque solo ella sabe lo que
realmente le pasa.

Una vez han decidido la primera frase, hacen la ronda: Juan


golpea primero el punto cero diciendo la frase “aunque me
duele la rodilla izquierda, me acepto totalmente”, y luego golpea

102
el resto de puntos diciendo “me duele la rodilla izquierda” cada
vez. Cuando termina, observan qué ha sucedido:

–¿Cómo estás Juan? ¿Notas algún cambio? –pregunta


Marta.

–La verdad es que no –le responde Juan mientras mueve


la rodilla–. Me sigue doliendo igual.

–¿Y notas algún cambio a nivel emocional o mental?


¿Alguna idea nueva que te haya venido?

–Pues no. Todo sigue igual.

–Está bien. No te preocupes, es normal que con frases


sencillas no haya mucho efecto. Pero por lo poco que cuesta, va
bien probarlo. Ahora analizaremos con más detalle lo que
sientes. Cuéntame, ¿en qué zona exacta de la rodilla te duele?

Fíjate que el primer paso después de la primera ronda ha sido


mirar si ha habido algún cambio, tanto físico como mental o
emocional. Al ver que no había cambiado nada, no siguen
haciendo más rondas con la misma frase, a ver si al final
funciona. En lugar de esto, enseguida empiezan a analizar mejor
el dolor para encontrar otra frase nueva que lo describa con más
precisión.

–Aquí –responde Juan tocándose la parte inferior de la


rótula.

103
–¿Y te duele todo el rato o solo en determinadas
circunstancias?

–Siento como una presión molesta todo el rato. Y, al


moverla, a veces noto un pinchazo fuerte.

–Así pues, hay dos sensaciones –comenta Marta–: una


presión constante y un dolor punzante al moverte.

–Sí.

–Empecemos por la primera sensación: la que tienes todo


el rato. Podemos hacer una ronda con la frase “siento una
presión molesta en la parte inferior de la rótula izquierda”.
¿Resuena esta frase con lo que realmente sientes?

–Sí, es esto.

Para poder describir mejor el dolor, Marta ha hecho varias


preguntas. Y, a partir de las respuestas, ha visto que hay dos
sensaciones diferenciadas: una presión constante y un pinchazo
puntual. A partir de aquí, para poder centrarse mejor en cada
sensación, decide tratarlas por separado. En tapping, cuanto más
nos centremos en algo concreto en cada ronda, y cuanto más
específicas sean las frases que usemos, mejor funciona.

Una vez elegida la frase, hacen la siguiente ronda: primero


golpeando el punto cero diciendo “aunque siento una presión
molesta en la parte inferior de la rótula izquierda, me acepto
totalmente” y después golpeando el resto de puntos diciendo

104
“siento una presión molesta en la parte inferior de la rótula
izquierda”. Al terminar, vuelven a mirar si ha cambiado algo:

–¿Y ahora, cómo te sientes? –pregunta Marta.

Juan se toca la rodilla y responde con cierta sorpresa:

–Pues la verdad es que mucho mejor. Ahora mismo no


noto nada. Ya no siento esa presión constante.

–¿Y si mueves la rodilla, notas algo?

Juan mueve la rodilla.

–Sí, al moverla noto el pinchazo igual que antes.

–Bien, hemos avanzado. Una de las dos molestias ya no


está. Pasemos a tratar la otra. ¿Qué te parece la frase “siento un
pinchazo debajo de la rótula izquierda cuando la muevo”?

–Muy bien.

Hacen una ronda con esta nueva frase, y vuelven a comprobar


los posibles avances.

–¿Qué sientes ahora al mover la rodilla? –pregunta


Marta.

Juan mueve la rodilla y responde:

–Lo mismo que antes. Me sigue doliendo.

105
–De acuerdo. Cuéntame un poco cómo te sientes a nivel
emocional respecto a esta situación. ¿Estás triste, frustrado,
cansado…? ¿Y cómo sientes que afecta este dolor a tu vida
diaria?

–Pues ahora que lo dices, me siento un poco enfadado.


Estoy enfadado con mi cuerpo por no ser más fuerte. Me gusta
mucho salir a correr y ahora, con este dolor, no puedo hacerlo. Y
me molesta estar así.

–¿Qué te parece hacer una ronda con la frase “estoy


enfadado con mi cuerpo por no ser más fuerte”?

–Sí, muy bien.

Aquí ha habido un cambio en el tipo de frases. Las primeras


frases eran sobre el dolor físico, y ahora sobre lo que siente
emocionalmente. Esta es una estrategia habitual: primero tratar
los síntomas más superficiales, que son más fáciles de ver, y
cuando vemos que por aquí ya no avanzamos más, pasar a otros
aspectos más sutiles, como las emociones y las creencias.

Hacen una ronda con la frase sobre el enfado, y miran si ha


cambiado algo:

–¿Cómo te sientes ahora?

–Pues ha cambiado bastante lo que siento. Ya no estoy


enfadado, y ahora me sabe mal haberlo estado. Mi cuerpo no
tiene la culpa de nada. Quizás lo he forzado demasiado. Pero es

106
que me gusta mucho correr. Es de lo que más me llena en la
vida.

–¿Cuál es la emoción que sientes más intensamente


ahora mismo? –pregunta Marta.

–Tristeza. Ya no culpo a mi cuerpo, pero me da mucha


pena no poder correr.

–Y el dolor, ¿sigue igual?

–Sí, sigue igual.

–Bien, ahora podemos hacer una ronda con “me da


mucha pena no poder correr”. ¿Te parece?

–Sí, muy bien.

Empiezan a hacer una ronda con esta frase y, cuando van por la
mitad, algunas lágrimas caen por las mejillas de Juan. Al no ser
muy intenso, siguen haciendo la ronda hasta el final. Al acabar,
Juan sigue llorando levemente un poco más, mientras Marta
espera pacientemente. Al cabo de unos segundos, Juan decide a
hablar:

–Acabo de darme cuenta de que quizás le estoy dando


demasiada importancia al deporte. Tengo una familia, y no les
dedico todo el tiempo que se merecen. Siempre estoy pensando
en salir a correr; cada día, fines de semanas incluíos. En el fondo
no es lo que quiero. Quiero estar más con ellos. Me gusta correr,
pero le he estado dedicando demasiado tiempo.

107
–¿Qué emoción sientes ahora principalmente?

–Me siento muy tranquilo, como si me hubiera quitado


un peso de encima. No me importa tanto el deporte. Si lo puedo
hacer, bien; y si no, también. Tengo una familia maravillosa. Esto
sí es importante.

–¿Y la rodilla?

–Me sigue doliendo, pero no me importa tanto. Ojalá


pueda resolverse, pero ahora no lo veo tan traumático.

–Ahora que ha habido un cambio importante a nivel


emocional –propone Marta–, podemos volver a probar la frase
de antes sobre el dolor: “siento un pinchazo debajo de la rótula
izquierda cuando la muevo”.

–De acuerdo –contesta Juan, mientras se dispone a hacer


la ronda.

Es posible que te sorprenda el hecho de usar dos veces la misma


frase. En el capítulo anterior hemos comentado que, como
norma general, esto es algo que no hay que hacer. ¿Por qué lo
hacen aquí? El motivo es que, en este ejemplo, en realidad no
están repitiendo una ronda igual. La frase es la misma, pero el
momento es distinto, porque ha habido un cambio emocional
muy significativo. Lo que no es recomendable es repetir rondas
iguales una detrás de otra por inercia, pero si la situación ha
cambiado, una frase que antes no era apropiada, ahora puede
serlo. Quizás antes la frase no era adecuada porque Juan aún no

108
estaba preparado para soltar el dolor, pero ahora ha habido un
profundo cambio interno. Quizás ahora sí es el momento…

–¿Cómo tienes la rodilla ahora? –pregunta Marta al


terminar.

–Muy bien –responde Juan, mientras mueve la rodilla


para comprobarlo–. Mucho mejor que antes. Ya no me duele
casi nada.

–¿Aún te duele un poco?

–Sí, un poco sí, pero mucho menos.

–Podemos hacer una ronda con “aún me duele un poco,


pero mucho menos que antes”.

–Muy bien.

Hacen la ronda y vuelven a comprobar:

–¿Qué tal ahora?

–Muy bien. Perfecto. Ya no me duele nada.

***

En este caso, por cómo ha ido la sesión, podemos interpretar


que había una emoción enterrada detrás del dolor de rodilla:
Juan estaba dedicando mucho tiempo al deporte, pero en el
fondo quería pasar más tiempo con su familia. A nivel
inconsciente, no estaba bien con esta situación, y de aquí surgió

109
el dolor. Al principio, al trabajar directamente sobre el dolor, se
avanzó un poco, pero no del todo. Pero cuando se liberó la
emoción estancada, entonces sí pudo soltar el dolor
completamente.

Por este motivo es tan importante trabajar sobre las emociones,


y también sobre las creencias y los traumas como veremos más
adelante. Detrás de síntomas tan aparentemente simples como
un dolor de rodilla, puede haber otros factores más sutiles. Y hay
que sanarlos de raíz para poder avanzar.

Como te he comendo al principio, este es un caso simple, donde


todo ha salido bien casi a la primera. No siempre es así, por
supuesto, pero es un ejemplo de cómo suelen ir muchas
sesiones reales. Muchas veces hay que buscar y profundizar más,
pero la esencia de muchas sesiones es parecida a esta.

Lógicamente, si haces tapping tú solo, no tendrás a un terapeuta


con quien conversar, pero la idea principal es la misma. En lugar
de esperar que un profesional te guíe, debes ser tú quien vaya
planteando las preguntas y quien las vaya respondiendo para ir
descubriendo lo que está pasando.

110
Capítulo 6
Cómo funciona el tapping a nivel profundo
Una de las características que más sorprenden del tapping al
principio es su simplicidad: ¿cómo puede ser que se obtengan
resultados con una herramienta tan sencilla? Si solo son unos
golpes y unas frases… ¿Qué está pasando exactamente cuando
hacemos una ronda? ¿Qué es lo que hace que funcione? Hasta
ahora hemos explicado cómo utilizar el tapping desde un punto
de vista práctico, pero no hemos abordado estas cuestiones más
profundas. El objetivo de este capítulo es entrar en ellas y darles
respuesta.

El tapping se basa en una premisa muy simple y potente a la vez:


todos los problemas que tenemos son consecuencia de un
bloqueo energético. Si sentimos dolor o malestar de algún tipo,
sea físico o emocional, significa que hay alguna zona de nuestra
vida donde la energía no está circulando correctamente. Esto es
lo que provoca el dolor. Y lo que hace el tapping es disolver el
bloqueo para que la energía vuelva a fluir libremente.

111
Aunque el concepto de “energía” puede sonar un poco
abstracto, todos sabemos que existe. Todos somos conscientes
de que hay un flujo de energía que regula el funcionamiento de
nuestra vida. En primer lugar, tenemos un flujo de energía
interna: nuestra sangre circula, nuestros órganos hacen sus
funciones, nuestro sistema nervioso transmite señales por todo
el cuerpo, nuestros pensamientos generan ideas, etc. Hay un
movimiento energético interno que es el responsable de todo lo
que pasa dentro de nosotros. Y además de esto, también hay un
flujo de energía externo: cuando realizamos acciones y nos
relacionamos con nuestro entorno, nuestra energía se proyecta
hacia el exterior e interacciona con él.

Toda esta energía está circulando constantemente. Cuando la


circulación es suave y fluida, nos sentimos bien en todos los
niveles: nuestro cuerpo está bien, nos sentimos bien a nivel
emocional, nuestra mente tiene pensamientos constructivos y
tenemos una buena relación con nuestro entorno. En cambio,
cuando la circulación se obstaculiza en algún punto, aparecen las
experiencias dolorosas, que pueden ser de diferente naturaleza
en función de dónde está el obstáculo.

La siguiente imagen representa la circulación de energía que


impulsa nuestra vida:

112
Flujo
energético
interno

Flujo energético
externo

Ilustración 5: los flujos de energía que rigen nuestra vida.

Partiendo de esta idea, el objetivo del tapping es disolver los


bloqueos que están causando que la circulación de la energía no
sea fluida. Y lo hace con los dos pasos del procedimiento que
hemos explicado: buscando frases que describan el problema y
dándonos los golpes en los puntos de tapping. El hecho de decir
la frase del problema dirige la energía hacia el bloqueo que lo
está causando, y los golpes lo disuelven.

Este procedimiento es muy parecido a lo que hace un masajista


cuando trata una zona de nuestro cuerpo que está tensa.
Cuando tenemos una contractura u otro problema muscular, los
masajistas buscan cuáles son los músculos afectados y trabajan
sobre ellos para devolverles la elasticidad y la fluidez. Pues el
tapping funciona de la misma manera: se centra en la zona
donde hay dolor, físico o emocional, y trabaja sobre ella para
devolverle la armonía.

113
Una de las maneras de potenciar el tapping es tener esta idea
bien presente: si estás viviendo una situación que para ti es
problemática, significa que hay algún bloqueo energético en ti. Y
el objetivo del tapping es disolver este bloqueo. Cuando dices las
frases que has elegido, estás dirigiendo la energía de la terapia
hacia la zona bloqueada. Y cuando te das los golpes, estás
deshaciendo el bloqueo.

Si quieres, puedes usar el ejemplo del masajista como una


imagen mental para recordarlo. Imagínate que eres un masajista
energético que se dispone a devolver la armonía a tus flujos de
energía. Cuando dices las frases, te estás dirigiendo hacía la zona
bloqueada. Y cuando te das los golpes en los puntos, la
“masajeas” para devolverle la fluidez. Así es como funciona el
tapping.

En última instancia, todos los problemas son


internos
La diferenciación entre el flujo de energía interno y el flujo
externo que acabamos de hacer es útil de cara a un análisis
general de cómo funciona nuestra vida. Todos tenemos la
sensación de tener una parte interna y una parte externa que
están bastante diferenciadas. Pero de cara a una comprensión
más profunda, hay que dejar claro que en realidad esta
diferencia no existe como algo absoluto. No hay una frontera
bien definida entre lo externo y lo interno, sino que estas dos
partes de la vida se funden hasta formar una unidad indivisible.

114
Así que, en el fondo, los dos flujos de energía, el interno y el
externo, son solo uno, como muestra la siguiente ilustración:

Flujo
energético
interno

Flujo energético
externo

Ilustración 6: el flujo interno de energía y el externo en realidad


son uno.

Este hecho tan profundo tiene grandes consecuencias a nivel


práctico. Y una de las más importantes es que podemos sanar
cualquier situación sanando nuestro interior. Al estar todo
unido, incluso las situaciones aparentemente externas pueden
ser sanadas si cambiamos nosotros por dentro.

Este es el planteamiento que adopta el tapping a la hora de


abordar cualquier problema. Tanto si es un problema interno
como si es un problema aparentemente externo, la manera de
tratarlo con tapping es tratar la parte interna. Al estar unidos los
dos flujos de energía, el hecho de actuar sobre el flujo interno
acaba repercutiendo sobre el flujo externo, y de esta manera
podemos sanar desde dentro cualquier situación dolorosa de
cualquier tipo.

115
Así pues, independientemente de lo que quieras sanar, tanto si
parece algo interno como si parece externo, trátate siempre a ti
mismo. Si quieres sanar un problema de salud, trátate a ti
mismo; si quieres sanar un conflicto con alguien, trátate a ti
mismo; si quieres mejorar tu situación económica, trátate a ti
mismo. Tanto el flujo de energía interno como el flujo externo –
que en el fondo son dos tramos de un único flujo– pasan por ti,
así que tienes la capacidad de modificarlos desde tu interior y
sanar cualquier bloqueo que haya en ellos.

Es posible que, según la visión que tengas de la vida, te cueste


asumir plenamente este hecho. A muchos nos pasa. Nos cuesta
asumir que tenemos este nivel de poder y de responsabilidad.
Pero es muy importante hacerlo, porque es aquí donde se
encuentra la puerta que lleva a una sanación profunda y
definitiva. Es cierto que hay muchas cosas en este mundo que no
podemos controlar de forma directa, pero sí podemos influir
sobre ellas de forma indirecta. En especial, siempre podemos
cambiar nuestra manera de mirar las situaciones y de reaccionar
ante ellas, y esto tiene un enorme poder; mucho más grande de
lo que parece a primera vista. Porque cuando cambia la manera
como miramos el mundo, cambia el mundo en sí mismo.

Para ver la importancia de esta idea, imagínate el caso de dos


personas muy distintas. La primera de ellas es muy positiva.
Tiene una buena imagen de sí misma y de los demás. Cuando
alguien comete algún error, tanto si es ella misma como si es
otra persona, reacciona de manera comprensiva e intenta poner
de su parte para enmendarlo. Nunca critica a nadie. Siempre
116
intenta ser amable y respetuosa. No se deja pisar, pero tampoco
pisa a los demás. Cree en sus capacidades e intenta sacarles el
máximo provecho. Si cree que algo no es posible, no pierde
tiempo lamentándose; no lo hace, y ya está. Si cree que algo es
posible, y para ella es importante, se pone en marcha sin
excusas.

La segunda persona, en cambio, tiene una actitud totalmente


opuesta. Cree que la mayoría de las personas no son buenas y
que el mundo es un lugar hostil. Cuando alguien hace algo que
no le gusta, lo critica duramente, tanto en público como en sus
pensamientos. Cree que la mayoría de las cosas buenas de la
vida son muy difíciles de conseguir, casi siempre por culpa de los
demás. No suele ser amable, ni consigo misma ni con su
entorno. La vida es dura, y no hay demasiado espacio para
sonrisas.

Fíjate bien que en ningún momento he hablado de las


condiciones externas de estas personas: no he hablado de su
familia, de sus amistades, de su empleo, de su situación
económica ni de su salud. Lo único que he mencionado es su
actitud interna. Aun así, si tuvieras que elegir entre una de las
dos, ¿tendrías alguna duda sobre a cuál te gustaría parecerte?
Estoy seguro de que no.

Pero esto no es todo: la actitud interna también influye


enormemente en lo que vivimos a nivel externo. Las personas
que tienen una actitud positiva se sienten mucho mejor a nivel
interno, pero también tienen una vida mucho más luminosa a

117
nivel externo: sus relaciones son más armoniosas y agradables,
su cuerpo está más equilibrado, su situación económica es más
tranquila, etc. Es verdad que la actitud interna y los resultados
externos a veces pueden divergir durante un tiempo, pero a la
larga siempre acaban uniéndose. Así que, desarrollar y mantener
una buena actitud interna no es solo una cuestión de ponerle
buena cara al mal tiempo, es una manera de conseguir que salga
el sol.

La manera de usar esta idea de forma práctica es muy simple:


siempre que estés viviendo una situación que para ti sea
problemática, sé consciente de que hay algo en ti que puedes
sanar para mejorarla. Puedes sanar tus miedos respecto a ella,
puedes sanar las creencias que hacen que la mires como la
miras, y puedes sanar los pensamientos que no dejas de
repetirte. Puedes hacer un profundo cambio en tu interior. A
corto plazo, esto cambiará tu manera de sentirte. Y a medio y
largo plazo, influirá también en la situación en sí misma.

Uno de los casos más típicos relacionados con este tema son los
conflictos con otras personas. Si una determinada persona te
trata de una manera que no te gusta, lo más probable es que
desees que cambie su actitud hacia ti. Pero, ¿puedes conseguirlo
directamente? La respuesta es que no. No puedes entrar en la
mente de esa persona y forzarla a modificar su comportamiento.
Todas las personas tenemos libre albedrío, y nadie puede
forzarnos a tomar decisiones concretas. Ahora bien, lo que sí
puedes hacer es cambiar tu manera de tratarla: puedes cambiar
la manera de mirarla, la manera de pensar sobre ella, la manera
118
de hablar de ella y la manera de dirigirte a ella. Y si das este
paso, la actitud de la otra persona hacia ti cambiará con total
seguridad.

Esta misma idea la puedes aplicar en cualquier situación


aparentemente externa. Tanto si te preocupa tu economía, la
situación política del país, el comportamiento de las demás
personas, o cualquier otra situación que parezca fuera de tus
manos, puedes actuar sobre ti mismo y sanar tu mirada. Si estás
enfadado porque no encuentras trabajo, puedes sanar este
enfado; si te sientes frustrado por el estado general de la
sociedad donde vives, puedes sanar esta frustración; si crees que
no puedes hacer nada ante una determinada situación, puedes
sanar esta creencia. En el fondo, no hay nada en tu vida que sea
externo, porque tú formas parte de todas las experiencias que
vives. Y siempre puedes sanar la parte que depende
directamente de ti.

En este punto se encuentra el poder máximo del tapping, porque


con tapping puedes sanar cualquier bloqueo interno que tengas.
Y sanando tus bloqueos internos, puedes sanar cualquier cosa.

El poder sanador del tapping


Si unimos lo que hemos explicado en los dos últimos apartados,
podemos resumirlo diciendo que tenemos un flujo de energía
que rige nuestra vida. Este flujo tiene una parte interna y una
parte externa. La parte interna controla nuestro funcionamiento

119
interno –físico, emocional y mental–, y la parte externa controla
nuestras acciones y nuestra relación con el entorno.

Desde un punto de vista superficial, estos dos flujos parecen


estar separados. A primera vista, da la impresión que nuestro
mundo interno –lo que pensamos y sentimos– no tiene una
relación directa con lo que nos pasa a nivel externo –las
situaciones que vivimos–. Pero no es así. En realidad, los dos
flujos están totalmente unidos. Forman un solo flujo.

Este hecho tiene una gran ventaja: podemos actuar sobre ellos
en su totalidad. Al estar los dos flujos unidos, podemos hacernos
tapping a nosotros y abordar tanto temas internos como
externos. Pero hay una diferencia importante. Si tratamos un
tema interno, podemos hacerlo directamente. En cambio, si
tratamos un tema externo, tenemos que hacerlo de forma
indirecta.

Siempre que realizamos alguna terapia, actuamos sobre la parte


interna del flujo. Y en el caso del tapping, esto también se
cumple: siempre que haces tapping, te haces tapping a ti, y es en
ti donde se produce el efecto directo. Si estás tratando un tema
interno –un dolor físico, una emoción, una creencia, etc.–, la
energía de la terapia irá directamente hacia el lugar donde está
el bloqueo interno que lo ha causado, como muestra la
Ilustración 7. Al hacer tapping sobre un tema interno, la energía
de la terapia va directamente hacia el bloqueo que lo ha
generado.

120
Tapping

Bloqueo
“interno”

Ilustración 7: el tapping actúa sobre los bloqueos internos.

En cambio, cuando el problema tiene una componente externa –


conflictos, problemas laborales, problemas económicos, etc.– el
tapping no actúa directamente sobre ellos. Lo que hace es actuar
sobre la parte interna de nosotros que está relacionada con ese
tema. Y al sanar la parte interna, cambia también la parte
externa, porque están conectadas. Esta es la idea que ilustra la
siguiente imagen:

Tapping
Bloqueo “interno”
asociado al
externo

Bloqueo “externo”

Ilustración 8: al tratar temas externos, el tapping actúa sobre


los bloqueos internos asociados al problema externo.

121
Así pues, cuando hacemos tapping, siempre actuamos sobre la
parte interna del flujo de energía; siempre actuamos sobre
nosotros. Pero, al estar todo unido, actuando sobre nosotros
podemos influir en el exterior. Y esta idea es la que utiliza el
tapping para tratar cualquier situación que nos preocupe.
Independientemente de si queremos tratar un problema interno
o externo, siempre nos tratamos a nosotros. Y desde nuestro
interior, podemos transformar el exterior.

Como decíamos hace un momento, si tienes un conflicto con


alguien, no puedes influir directamente en la otra persona para
que cambie su actitud, pero sí puedes hacerte tapping a ti para
tratar lo que sientes y lo que piensas sobre ella. Y si sanas tus
emociones y pensamientos, la relación cambiará. O si no tienes
trabajo y estás preocupado, no puedes “obligar” a nadie a
contratarte. Pero si sanas tus bloqueos relacionados con el tema,
será mucho más fácil que alguien lo haga.

Esta es la mejor manera de abordar cualquier problema. Tanto si


lo que te preocupa es interno o externo, trátate a ti: trabaja
siempre sobre tus bloqueos, tus emociones y tus creencias.
Cuando sanas por dentro, todo fluye mejor por fuera.

El papel de las frases y la atención mental en el


tapping
Si partimos de la idea que acabamos de comentar, podemos dar
un paso más y afirmar que toda sanación viene siempre de
dentro. Nunca es algo externo lo que nos sana, de la misma
122
manera que nunca es algo externo lo que nos daña. En última
instancia, todo lo que experimentamos en nuestra vida surge de
nuestro interior. Y, desde nuestro interior, podemos sanar
cualquier aspecto de nuestra existencia.

El tapping, lo único que hace es activar la energía sanadora


interna que todos tenemos y dirigirla hacia el lugar donde más
se la necesita. Y lo hace a través de las frases: en función de las
frases que elegimos, dirigimos la energía hacia un lugar u otro. Si
queremos tratar un dolor, buscamos frases sobre el dolor; si
queremos tratar un miedo, buscamos frases sobre el miedo; si
queremos tratar una creencia, buscamos frases sobre la
creencia, y así con cualquier circunstancia que queramos
abordar. Y de esta manera dirigimos la energía sanadora hacia
los diferentes bloqueos que tengamos para que todo nuestro
flujo energético vuelva a fluir con armonía.

Este sería un resumen de lo que hemos explicado hasta ahora en


este capítulo: el tapping dirige nuestra energía sanadora hacia
los bloqueos que tenemos para disolverlos. Y si lo miramos
superficialmente, es cierto. Pero si queremos entender bien el
tapping, hay que añadir algo más: en realidad, el tapping no se
dirige con las frases, sino con la atención. Cuando hacemos una
ronda de tapping, la energía sanadora de la terapia no se dirige
hacia la zona que indica la frase que decimos, sino hacia el lugar
donde tenemos puesta nuestra atención mental.

Esto significa que las frases no son imprescindibles. Si nos


centramos mentalmente en aquello que queremos tratar, la

123
energía irá hacia donde estamos pensando; incluso aunque no
digamos nada. Y, por otro lado, si decimos una frase de un
problema, pero mientras hacemos la ronda nos despistamos y
nos ponemos a pensar en otra cosa, la energía de la terapia se
irá hacia otro lugar. Lo que importa realmente es dónde
ponemos nuestra atención mental mientras hacemos la ronda
de tapping, no las palabras exactas que decimos, ni si decimos
algo o no.

Esto abre una cuestión importante: entonces, ¿tienen alguna


utilidad las frases? Si lo que realmente importa es lo que
pensamos, ¿hay alguna diferencia entre decir unas frases u
otras? Y la respuesta es que sí. Las frases tienen un papel muy
relevante en el tapping. Pero no es el que parece a primera vista.

La energía sanadora del tapping se dirige con el pensamiento, así


que las frases no son un elemento indispensable. Ahora bien,
dirigir nuestra mente a voluntad no suele ser fácil. Controlar
nuestros pensamientos es uno de los grandes retos que aún
tenemos pendientes. En general, nuestra mente va pasando de
un pensamiento a otro sin que lo decidamos deliberadamente, y
muchas veces sin que ni siquiera nos demos cuenta. Así que, si
prescindimos de las frases e intentamos hacer tapping solo
centrándonos mentalmente en el tema a tratar, es
relativamente probable que nos despistemos. Hacer una ronda
de tapping requiere muy poco tiempo, pero aun así es bastante
fácil que perdamos la concentración y que acabemos pensando
en otra cosa.

124
El principal objetivo de las frases es evitar que esto suceda.
Controlar nuestro cuerpo nos resulta mucho más fácil que
controlar nuestra mente, y lo podemos utilizar como ayuda. Si
intentas centrar tu mente en algo concreto durante un tiempo
sin despistarte, es posible que te cueste. En cambio, si intentas
decir una frase en voz alta durante el mismo periodo, podrás
hacerlo sin dificultad. Nuestra mente tiene una gran tendencia a
saltar de un lugar a otro automáticamente, pero nuestro cuerpo
no lo hace. Nuestra voz no actúa por voluntad propia, diciendo
cosas inconexas sin que nosotros lo decidamos. Y el tapping
aprovecha este hecho, y utiliza la voz como ayuda para
mantenernos centrados.

Decir las frases en voz alta es como una brújula que te mantiene
en el rumbo correcto. En cada punto de tapping, dices la frase de
lo que estás tratando para que a tu mente le resulte más fácil no
desviarse. Por supuesto, esto no es ninguna garantía. Es
perfectamente posible que estés diciendo algo en voz alta y que
tu mente esté pensando en otra cosa. Pero es una gran ayuda
que facilita que te mantengas centrado.

Teniendo esto en cuenta, es muy importante que no digas las


frases mecánicamente y ya está, sino que te mantengas
centrado mentalmente en lo que quieres tratar. Si quieres tratar
un miedo, además de decir la frase que describa el miedo,
céntrate en lo que sientes; si quieres tratar una creencia, presta
mucha atención a lo que crees; si quieres tratar un dolor,
siéntelo y ponle todo tu foco. No es suficiente decir la frase y ya
está. Debes prestarle atención a lo que sientes.
125
Las frases son un soporte para poder estar más centrados,
porque es mucho más fácil mantener nuestra atención en algo si
le ponemos palabras. Pero el hecho de que sean un soporte no
les quita importancia, sino todo lo contrario. Si eliges una frase
que realmente capte la esencia de lo que te pasa, te será de gran
utilidad para mantenerte centrado en ello. En cambio, si
prescindes de las frases, o si usas frases que no describen bien lo
que te pasa, será mucho más difícil.

En resumen, las frases son muy importantes en tapping, pero no


porque sean imprescindibles, sino porque facilitan que
conectemos con lo que queremos tratar. La manera más efectiva
de hacer tapping es escuchar bien lo que sientes y buscar frases
que lo describan con detalle. Y luego mantenerte bien centrado
en ellas mientras haces las rondas.

El proceso de buscar las frases tiene valor en sí


mismo
Las frases son como un faro que indican el rumbo correcto
durante una ronda de tapping. El faro no hace que el barco
llegue al puerto. No lo impulsa ni lo mueve de ninguna manera.
Pero es muy importante, porque le indica el lugar a donde debe
ir. Pues las frases hacen lo mismo. No son ellas las que movilizan
la energía, es la mente la que lo hace. Pero tienen una gran
importancia, porque son un punto fijo al que la mente puede
mirar para no perder el rumbo.

126
Pero además de esto, las frases también juegan otro papel muy
valioso. Más allá de la capacidad que tienen de ayudarnos a
mantenernos centrados mientras hacemos las rondas, el propio
proceso de buscarlas también tiene un gran valor, porque nos
acerca más a nosotros mismos. El hecho de tener que ponerle
palabras a lo que sentimos nos obliga a escucharnos. Y cuanto
más detalladas y refinadas son las frases que queremos
encontrar, más nos tenemos que escuchar. Y esto es muy
positivo.

El paso de buscar las frases actúa como un impulso que nos


anima a escucharnos más. Es parecido al proceso de hacer un
diario personal. Todos sabemos cómo nos hemos sentido más o
menos a lo largo de un día. Pero si, al finalizar la jornada,
dedicamos un tiempo a observarlo atentamente y ponerlo por
escrito, tomaremos mucha más conciencia de ello. Y muy
probablemente descubriremos cosas que no habíamos visto.

Pues con el tapping pasa lo mismo. Si en un momento dado


sientes miedo, podrías hacer tapping sin decir nada;
simplemente dándote los golpes en los puntos mientras te
centras en el miedo. Pero si buscas frases que lo describan, y en
especial si buscas frases que lo describan en profundidad, podrás
conectar mucho mejor con él. Cuando ponemos palabras a lo
que nos pasa, se hace mucho más vívido y claro, y la energía del
tapping puede llegar a ello con más facilidad.

Por todo esto, nunca escatimes tiempo a la hora de buscar frases


que describan con precisión lo que sientes. Dedícale el tiempo

127
que haga falta a escucharte bien y a poner por escrito todo lo
que pasa en tu interior. Este proceso te servirá para conectar
mucho mejor con lo que te sucede, y también conseguirás que
las frases resultantes sean una guía más precisa que te
mantenga bien centrado. Pero no olvides en ningún momento
que, a la hora de hacer la ronda, lo que cuenta es dónde pones
tu atención. Utiliza el tiempo de conexión contigo mismo que
has dedicado a encontrar las frases, y la información que has
puesto en ellas, para mantener tu atención bien centrada en
todo momento en lo que quieres tratar.

La fase de preparación
El procedimiento básico de tapping tiene dos fases: la fase
principal y la fase de preparación. La fase principal es la fase en
la que decimos la frase del problema mientras vamos golpeando
los puntos del uno al ocho. Pero antes de esta fase principal hay
que realizar la fase de preparación, que es cuando golpeamos el
punto cero y decimos “aunque tengo tal problema, me acepto
totalmente”, sustituyendo “tengo tal problema” por la frase que
hayamos elegido. Por ejemplo, si estamos nerviosos por una
entrevista y elegimos la frase “estoy muy nervioso por la
entrevista de mañana”, en la fase de preparación decimos
“aunque estoy muy nervioso por la entrevista de mañana, me
acepto totalmente”. Y luego, en la fase principal, decimos “estoy
muy nervioso por la entrevista de mañana”.

128
La fase principal es la que sirve para disolver los bloqueos
internos que sustentan el problema, que es lo que hemos
comentado en detalle en este capítulo. Al decir la frase del
problema y golpearnos los puntos es cuando vamos sanando
nuestros bloqueos. La fase de preparación, en cambio, tiene un
objetivo distinto, y es de lo que hablaremos ahora.

El objetivo de la fase de preparación es fortalecer la vibración


positiva de la ronda que estamos a punto de realizar. Este es un
tema que preocupa a algunas personas cuando descubren el
tapping, y hablaremos de ello con más detenimiento en el
próximo capítulo, pero aunque en tapping usamos frases
aparentemente “negativas”, la vibración no es negativa, sino
positiva, porque lo hacemos con la intención sincera de sanar.
Cuando hacemos tapping, decimos frases de los problemas que
nos preocupan, pero no lo hacemos para quejarnos ni nada
parecido, sino porque queremos resolverlos, y esto hace que la
energía del proceso sea plenamente positiva.

La fase de preparación es una manera de reforzar esta intención


positiva. No es un paso imprescindible, porque el simple hecho
de tener la intención de sanar ya hace que la vibración de la
ronda sea positiva. Pero es muy recomendable hacerla, porque
refuerza la vibración de la terapia y hace que sea mucho más
efectiva.

La frase que usamos en la fase de preparación tiene tres partes,


y cada una de ellas tiene un objetivo diferente. En primer lugar,
empieza con un “aunque”. Esta primera palabra ya marca una

129
predisposición positiva, porque estamos indicando que lo que
diremos después no es tan grave. Es como si dijéramos: “aunque
me pasa tal cosa, no pasa nada”, o “aunque tengo tal problema,
lo voy a resolver”. No decimos estas palabras exactas, pero la
energía que contiene el “aunque” es esta: le quita peso a la frase
del problema que diremos después, y muestra una actitud
constructiva enfocada a encontrar una solución.

La segunda parte de la fase de preparación es la frase del


problema: “tengo tal problema”. Esta parte tiene dos objetivos.
El primero es reconocer el problema, mirarlo a los ojos y centrar
nuestra atención en él para que la energía de la terapia pueda
empezar a disolverlo. Y el segundo es marcar una distancia entre
el problema y nosotros. Cuando decimos “tengo tal problema”,
estamos dejando claro que el problema es una situación que
estamos viviendo, pero que no forma parte inseparable de
nuestro ser. Es algo que tenemos, pero no algo que somos y, por
lo tanto, lo podemos dejar de tener.

Para potenciar los efectos de esta parte, es muy recomendable


evitar frases absolutas con el verbo “ser” del tipo “soy tímido”,
“soy un fracasado” o “soy débil”. Es mucho mejor usar
alternativas como “me siento tímido”, “creo que soy un
fracasado” o “creo que soy débil”. De esta manera, dejamos
claro que el problema no es algo que forma parte inseparable de
nosotros, sino simplemente una situación que estamos viviendo.
Este punto es importante porque, si dices que eres algo, te estás
cerrando a la posibilidad de encontrar una solución. No
podemos dejar de ser lo que somos. El verbo ser es eterno. Así
130
que si afirmamos que somos algo de forma absoluta, asumimos
que es para siempre. En cambio, los verbos “creer”, “sentir”,
“tener”, “pensar” y otros parecidos son verbos temporales.
Indican situaciones que pueden darse durante un tiempo y luego
dejar de darse. Por lo tanto, son verbos que están abiertos a los
cambios. Y hay que estar abierto a los cambios para poder sanar.

Por último, la tercera parte es el “me acepto totalmente”. Esta


es la parte más poderosa de las tres. En la parte anterior hemos
dicho que no somos el problema; el problema es simplemente
una circunstancia que estamos viviendo. Y ahora decimos que,
independientemente de esta circunstancia y de lo dolorosa o
desagradable que sea, nos aceptamos y nos amamos
profundamente a nosotros mismos.

Aquí hay que prestar atención para no confundirse: al decir esta


frase, no estamos aceptando al problema, nos aceptamos a
nosotros. Esta es una duda que a veces surge: ¿significa esta
frase que tengo que aceptar el problema? Y la respuesta es que
no. No estamos diciendo “aunque tengo tal problema, lo acepto
totalmente”. Al problema no lo aceptamos. Es algo que
queremos cambiar. Nos aceptamos a nosotros mismos.
Tomamos conciencia de que nuestra verdadera esencia va más
allá de las cosas que nos pasan, y nos hacemos una declaración
de amor a nosotros mismos.

Esta declaración tiene un gran poder, porque conecta con una


verdad muy profunda: todos nosotros nos amamos muchísimo a
nosotros mismos. Tú te amas muchísimo a ti mismo. Lo que pasa

131
es que este amor muchas veces está enterrado debajo de una
gruesa capa de autocrítica. La mayoría de personas tenemos
tendencia a juzgarnos a nosotros mismos con bastante dureza.
Incluso aunque de puertas hacia afuera intentemos aparentar
una gran seguridad, muchas veces por dentro nos criticamos
intensamente. Nos repetimos constantemente todo lo que
creemos que hacemos mal, y nos culpamos por ello.

Pero debajo de esta dureza, hay un gran amor. Todas las


personas nos amamos muchísimo a nosotros mismos. Y la
prueba más clara de ello es que todos deseamos que las cosas
nos vayan bien. La fase de preparación conecta con esta energía.
Da igual que no lo hagamos todo bien ni que no lo tengamos
todo resuelto: nos aceptamos y nos amamos completamente.
Por esto estamos haciendo tapping. Estamos mirando de cara a
nuestros miedos y estamos haciendo tapping para sanarlos. Y lo
hacemos porque sabemos que hay una gran luz dentro de
nosotros y queremos que salga.

Es muy importante que seas consciente de todo este proceso


cuando hagas la fase de preparación. No la hagas
mecánicamente, simplemente porque te lo han dicho. Conecta
con el gran amor que sientes por ti. Date cuenta de que te amas
muchísimo y de que quieres que todo te vaya bien. Y siente esta
energía mientras hagas esta fase. Siente de verdad lo que dices:
“aunque me pasa ________, me acepto totalmente”.

La situación que estás viviendo no eres tú, es solo una


circunstancia pasajera. Tú eres algo mucho más profundo que las

132
experiencias que vives. Y esto más profundo que eres, lo amas
completamente.

Sé muy consciente de todo el proceso


El objetivo de este capítulo es entender cómo funciona el
tapping a nivel profundo y ver que hay una gran diferencia entre
hacer las rondas de tapping mecánicamente y hacerlas siendo
muy consciente de lo que está pasando. Solo con esto, puedes
multiplicar la eficacia del tapping por tres o por cuatro
tranquilamente, o incluso más.

También es posible hacer la ronda sin fijarte demasiado, que es


lo que hace mucha gente. Muchas personas piensan: me han
dicho que haga esto para hacer tapping, así que lo hago. Eligen
una frase del problema, hacen la fase de preparación y luego el
resto de la ronda, pero sin prestar atención al proceso interno
que se activa cuando lo hacen. Esto tiene un cierto efecto. El
tapping es tan potente, que incluso sin ponerle toda la atención
también funciona. Pero mucho menos de lo que podría
funcionar. Si no nos centramos, perdemos una gran parte de su
poder.

La manera más eficaz de hacer las rondas de tapping es ser muy


consciente de todo el proceso. En primer lugar, toma conciencia
de las tres partes de la fase de preparación que hemos
explicado. Cuando digas el “aunque”, adopta una actitud
valiente y positiva. Este “aunque” implica que lo que dirás

133
después no tiene tanta importancia, porque estás dispuesto a
afrontarlo y a solucionarlo.

Después, cuando digas la frase de lo que quieres tratar, fíjate


bien en la distancia que hay entre el problema y tú. Tú no eres el
problema. Si sientes dolor, tú no eres el dolor; si tienes miedo, tú
no eres el miedo. Te pase lo que te pase, es solo una
circunstancia de tu vida. Es algo que estás viviendo, pero no eres
tú. Tu verdadera identidad va mucho más allá de las cosas que te
pasan.

Y en tercer lugar, conecta con el profundo amor que sientes por


ti mismo. Ahora tienes un problema que te preocupa, esto es
verdad, pero esto no disminuye el amor que sientes por ti en lo
más mínimo. Tú deseas que todo te vaya bien. Quieres ser feliz y
tener una vida plena. Conecta con este deseo, y desde aquí
pronuncia la última parte: “me acepto totalmente”.

Siente profundamente cada una de estas partes: “aunque me


pasa tal cosa, me acepto totalmente”.

Una vez completada la fase de preparación, el siguiente paso es


hacer el resto de la ronda. En esta parte hay que recordar bien
todo lo que hemos explicado del proceso sanador del tapping. El
tapping sirve para sanar bloqueos energéticos, y lo que estás
haciendo al decir las frases de tus problemas y al darte los golpes
es dirigir la energía del tapping hacia ellos y disolverlos.

Mientras estés haciendo la ronda, siente lo que dices en cada


momento, y siente también cómo al dar los golpes se va

134
moviendo lo que te preocupa. Algunas veces notarás que lo que
estabas tratando se va disolviendo. Otras veces notarás otro tipo
de movimientos. Pero notes lo que notes, tu intención siempre
es la misma: disolver tus bloqueos. Este es el objetivo final del
tapping.

135
Capítulo 7
La relación entre el tapping y el pensamiento
positivo
En este capítulo, de forma parecida al capítulo anterior,
seguiremos hablando del funcionamiento profundo del tapping.
Pero en este caso nos centraremos en un tema muy concreto
que preocupa a algunas personas: la relación entre el tapping y
el pensamiento positivo.

Muy probablemente, habrás oído alguna vez que nuestra mente


crea la realidad. Es la famosa ley de la atracción. Cuando
pensamos en algo, lo atraemos hacia nuestra vida. Y si pensamos
en ello durante el tiempo suficiente, hacemos que se manifieste
como algo tangible. Este es un conocimiento que hemos tenido
olvidado durante mucho tiempo, pero que poco a poco estamos
recuperando. Nuestros pensamientos interactúan directamente
con la realidad externa y hacen que sea de una manera u otra. Es
lo que comentábamos hace un momento: no hay ninguna
separación entre la energía interna y la externa. Nuestra energía

136
interna se proyecta hacia el exterior y determina la vida que
vivimos.

No es la finalidad de este libro entrar en detalle en este tema ni


convencerte de que es cierto. De hecho, si crees que no es
verdad, o si simplemente no te interesa, si quieres puedes
saltarte este capítulo. Para poder aprovechar el tapping, es
suficiente entender que nuestra actitud interna tiene un gran
peso en lo que nos acaba sucediendo a nivel externo, y que
modificando nuestra actitud interna podemos mejorar muchas
cosas externas. No es necesario creer en la ley de la atracción
para hacer tapping. Pero si has leído cosas sobre esta ley, o si la
has experimentado por ti mismo, es posible que tengas la
siguiente duda: si nuestra mente crea la realidad, ¿no es
peligroso decir frases de nuestros problemas? ¿No provocará
esto que tengamos aún más problemas?

El objetivo de este capítulo es responder estas cuestiones. Y para


ello, primero tenemos que hablar de cómo funciona realmente
nuestra mente.

En primer lugar, es cierto que nuestra mente crea la realidad,


pero hay que puntualizar esta afirmación para no confundirnos.
No sería del todo preciso decir que creamos nuestra vida
directamente con nuestros pensamientos. En realidad, creamos
con nuestra vibración. Y nuestra vibración depende de nuestros
pensamientos, pero no solo de ellos; depende también de lo que
sentimos a nivel emocional cuando pensamos, y de la intención
sincera que tenemos al pensar. Por ejemplo, si yo pongo mi

137
atención mental en el pensamiento “tengo una casa muy
grande”, esto no significa que la casa aparecerá en mi vida en
algún momento. Hay que tener en cuenta más cosas. Por
ejemplo: ¿qué estoy sintiendo a nivel emocional mientras pienso
estas palabras? ¿Estoy contento imaginando la casa que tendré,
o estoy triste porque aún no la tengo? ¿Y qué creo realmente?
¿Creo que realmente va a suceder en algún momento, o en el
fondo pienso que no?

Las respuestas a estas preguntas forman parte de la vibración de


nuestros pensamientos. Y puede ser que esta vibración sea muy
distinta de lo que aparentemente pensamos. Si yo pienso en las
palabras “tengo una casa”, pero en el fondo estoy triste porque
aún no la tengo y creo que no la tendré nunca, la vibración de
este pensamiento será de escasez, no de abundancia. Y esta
vibración es muy importante, porque es la que realmente crea la
realidad. Lo que tiene poder creativo no son las palabras
concretas de nuestros pensamientos, sino la vibración que hay
en ellas. Y la vibración depende de las palabras que pensamos,
de si realmente creemos en ellas y de las emociones que
sentimos mientras las pensamos.

De forma parecida, si quiero atraer más dinero a mi vida y


empiezo a pensar “tengo mucho dinero”, pero en el fondo no
me lo creo y siento miedo, mi vibración será de escasez. Da igual
que las palabras concretas de mi pensamiento estén
relacionadas con la presencia de dinero, la vibración será de
escasez porque no creo en ello. Y, por lo tanto, atraeré escasez.

138
O si quiero mejorar mi salud, y me pongo a pensar en la frase
“estoy perfectamente sano”, pero por dentro sigo asustado, mi
vibración será de enfermedad. No importan las palabras
concretas que pensamos, lo que realmente tiene poder creativo
es la vibración.

Pues el tapping utiliza este mismo fenómeno, pero al revés. De la


misma manera que puede haber frases con palabras positivas
que tengan una vibración de escasez, puede haber frases con
palabras aparentemente negativas que tengan una vibración de
abundancia. Y este es el caso del tapping.

Cuando hacemos tapping, es verdad que usamos frases


aparentemente negativas, pero no lo hacemos con una vibración
negativa. Todo lo contrario, lo hacemos con una vibración muy
positiva, porque lo hacemos con la intención de sanar. Cuando
decidimos hacer tapping y decimos frases del problema, no lo
hacemos para regodearnos en él y ya está. Lo hacemos con
esperanza e intención sanadora. Si es la primera vez que
probamos el tapping, lo hacemos porque nos lo han explicado y
creemos que puede funcionar. Y si ya lo hemos utilizado y hemos
visto resultados, lo hacemos porque sabemos que funciona y
esperamos seguir mejorando con él. En cualquier caso, siempre
que hacemos tapping hay una intención positiva: lo hacemos
porque queremos sanar. Y esto hace que, aunque las palabras
sean sobre problemas, la vibración sea positiva.

Hay personas que hablan muy a menudo de sus problemas solo


por hablar de ellos. A la mínima que se encuentran con alguien,

139
le cuentan lo mal que les va todo: “me duele tal cosa”, “el
mundo está fatal”, “mira lo que me ha hecho tal persona”, etc.
Hablan de lo que les preocupa por el simple hecho de hablar de
ello, con poca voluntad real de encontrar soluciones
constructivas. Este hábito sí es muy negativo, y hay que evitarlo
a toda costa si queremos tener una vida agradable. Pero el
tapping no tiene nada que ver con esto, y es muy importante
tenerlo claro. Cuando hacemos tapping, no decimos frases de
problemas para lamentarnos, lo hacemos con la intención de
disolver estos problemas y mejorar nuestra vida. Y esto genera
una vibración positiva.

Si queremos trabajar directamente con la ley de la atracción,


tenemos que buscar pensamientos positivos y, al mismo tiempo,
sentirnos bien cuando pensamos en ellos. Con tapping, en
cambio, en lugar de buscar la vibración positiva directamente
con el pensamiento, nos apoyamos en el poder de los puntos y
de nuestra intención. Al hacer tapping, confiamos que los golpes
en los puntos servirán para disolver lo que nos preocupa, y esto
hace que la vibración de todo el proceso sea positiva. Es decir, el
tapping no contradice en ningún momento las leyes del
pensamiento positivo ni la ley de la atracción. De hecho, está
totalmente alineado con ellas. Tanto el tapping como el
pensamiento positivo buscan generar una vibración positiva en
nosotros. El objetivo final es el mismo. Simplemente utilizan un
camino diferente.

Así que, si tenías esta duda, quédate tranquilo. Lo que crea tu


vida no son las palabras exactas que hay en tu mente, sino la
140
vibración general que emites. Y la vibración del tapping es muy
positiva, porque lo hacemos con la intención de sanar.

Tapping con frases positivas


Una vez entendemos que el objetivo del tapping es disolver
nuestros bloqueos –como hemos explicado en el capítulo
anterior–, queda claro por qué utilizamos frases de problemas:
para dirigir la energía de la terapia hacia el lugar donde están los
bloqueos y poderlos sanar. Y una vez entendemos que la
vibración del tapping es positiva, podemos ver que no hay
ninguna contradicción con la ley de la atracción.

Aun así, puede ser que te sigan quedando dudas sobre este
tema, y que te preguntes si no sería conveniente hacer también
tapping con frases positivas. Es decir, además de decir frases
sobre el problema a tratar, decir frases sobre la solución que
deseamos, con el objetivo de atraer esta solución. Esta también
es una duda habitual.

La respuesta a esta pregunta es que sí se puede. Hay personas


que hacen tapping con frases positivas y comentan que les va
bien. En tu caso, si quieres puedes probarlo. Y si consideras que
te va bien, puedes hacerlo. Esto es válido para cualquier cosa
que te explique en cualquier momento: si yo te explico algo de
una manera, pero a ti te resuena hacerlo de otra, hazlo a tu
manera. Pero el tapping original se hace sin frases positivas, y en
este libro lo haremos así. No usaremos en ningún momento

141
frases de soluciones. Solo usaremos frases de problemas. Y creo
que es importante explicar bien por qué.

Hay dos caminos principales para resolver una situación


dolorosa. El primero es analizar la situación, buscar su causa e
intentar resolverla. Y el segundo es olvidarnos de la situación
que tenemos e intentar construir otra situación mejor de alguna
manera. Si tenemos un electrodoméstico estropeado, por
ejemplo, podemos intentar repararlo, que sería el primer
camino, o podemos dejarlo de lado y comprar uno nuevo, que
sería el segundo.

El pensamiento positivo encaja en la segunda opción. Cuando


intentamos mejorar nuestra vida a través del pensamiento
positivo, lo que hacemos es dejar de pensar en los aspectos
dolorosos de lo que estamos viviendo y buscar pensamientos
relacionados con la situación a la que queremos llegar.
Intentamos dirigir nuestra mente hacia la vida que deseamos,
con el objetivo de atraerla a nuestra realidad.

Personalmente, soy un gran defensor de esta opción, y te


recomiendo hacerlo siempre que puedas. No hay nada más
poderoso en esta vida que tener una mente positiva, así que es
muy valioso desarrollar la capacidad de pensar
constructivamente. Pero tiene una pequeña dificultada práctica:
no es fácil conseguirlo. Si lo has probado alguna vez,
probablemente habrás comprobado que cuesta bastante
mantener una mente positiva. No porque sea difícil en sí mismo,
sino porque no estamos acostumbrados a hacerlo. A lo largo de

142
nuestra historia, hemos adquirido el hábito de prestar mucha
atención a las cosas dolorosas que nos pasan, y ahora nos cuesta
mucho cambiar de dinámica. Nos cuesta mucho salir de los
círculos de pensamientos negativos, incluso aunque lo
intentemos con mucha fuerza. Así que, si queremos aprender a
pensar de forma positiva, tenemos que ponerle dedicación y
practicar bastante. Y la práctica requiere tiempo.

Además de esto, hay otra dificultad: utilizar el pensamiento


positivo de forma efectiva requiere ser muy consciente de lo que
realmente queremos. Para poder pensar positivamente,
tenemos que tener muy claro qué cosas son positivas para
nosotros. Y esto no es tan sencillo como podría parecer a simple
vista.

Por ejemplo, imagínate a una persona que tiene problemas


económicos y que decide utilizar el pensamiento positivo para
intentar resolverlos. Una posible solución que se le ocurre es que
le toque la lotería, así que empieza a pensar positivamente en
esto. La pregunta es: ¿realmente sería positivo que le tocara la
lotería? De entrada lo parece, pero quizás no lo es a largo plazo.
A lo mejor estos problemas económicos que tiene son parte de
un proceso de aprendizaje, y si se los salta puede perder una
oportunidad de crecer. A lo mejor había otro camino mucho más
enriquecedor esperándolo. Hay un refrán que dice “ten cuidado
con lo que deseas, porque puede hacerse realidad”. Y es
totalmente cierto. No siempre es fácil saber lo que realmente
nos conviene.

143
Esto no significa que haya que descartar esta vía, ni mucho
menos. Como te decía hace un momento, creo que es muy
recomendable seguirla. El pensamiento positivo es muy
poderoso. Pero hay que tener muy claro que, para poder hacerlo
bien, necesitamos un nivel de conciencia y de domino mental
bastante alto. Hay que seguir todo un proceso de preparación y
aprendizaje, que implica conectar bien con lo que realmente
queremos y lo que realmente nos conviene. Y también se
necesita bastante práctica para desarrollar la capacidad de dirigir
nuestra mente hacia ello.

El tapping, en cambio, utiliza otra vía más asequible a corto


plazo, que es el otro camino para resolver problemas que
explicábamos hace un momento: en lugar de centrarnos en lo
que deseamos para intentar crearlo, centrarnos en lo que no nos
gusta de nuestra situación actual para sanarlo.

Este planteamiento tiene el mismo objetivo –mejorar nuestra


vida–, pero utiliza un camino distinto. Y tiene varias ventajas
prácticas. Para empezar, en este caso no necesitamos tomar
conciencia de qué deseamos realmente ni de qué nos conviene.
No necesitamos saber a dónde queremos ir exactamente. Solo
necesitamos saber qué es lo que no gusta de nuestra situación
actual. Y esto es mucho más fácil. Es mucho más fácil saber lo
que no queremos que lo que sí queremos.

Retomando el ejemplo anterior de la persona con problemas


económicos, esta persona podría decirse a sí misma: no tengo ni
idea de cuál es la mejor solución para mí. No sé si es mejor que

144
me toque la lotería, que monte un negocio o que busque otra
fuente de ingresos. Solo sé que ahora mismo estoy sufriendo. No
me gusta tener tan poco dinero. No me gusta estar siempre
pendiente de si podré pagar la siguiente factura. No consigo vivir
tranquilo y feliz de esta manera.

Y con esta información, ya puede hacer tapping. Puede hacer


tapping para tratar el sufrimiento y el miedo que siente respecto
a su situación económica, sin tener que decidir aún cuál es la
mejor solución. Esto ya llegará a su debido momento. Algunas
posibles frases que podría utilizar son: “no me gusta tener poco
dinero”, “estoy sufriendo por mi situación económica”, “no sé
cuál es la mejor solución”, “no consigo estar tranquilo”, etc. Al
hacer tapping con estas frases, y con otras que irán surgiendo a
medida que profundice en lo que siente, muy probablemente se
irá calmando su preocupación y, poco a poco, irá viendo más
claro su camino. Y a medida que lo vea, podrá tomar las
decisiones que considere más adecuadas. El tapping le permite
sanar sus preocupaciones sin tener que pensar con antelación en
cuál va a ser la solución.

Esta es una gran ventaja, porque el dolor casi siempre es muy


fácil de ver; la solución, no tanto. Si te sientes solo, ¿cuál es la
mejor solución? ¿Encontrar pareja? ¿Apuntarte a un curso de
cocina para conocer gente? ¿Estar un tiempo así para conectar
mejor contigo mismo? Puede que lo veas claro, pero también
puede ser que no. Lo que sí sabes seguro es que te sientes solo,
y que esto no te gusta. Y con esta información ya puedes hacer
tapping. No necesitas descubrir cuál es la solución que más te
145
conviene antes de empezar. Ya llegará cuando sea el momento.
Al principio solo necesitas ver dónde te duele.

Pero además de esto, no solo es más fácil tomar conciencia de


las cosas que no nos gustan, también es más fácil pensar en
ellas. Casi todos tenemos mucha práctica en esto. Pensar en
positivo nos cuesta mucho, pero pensar en los aspectos
dolorosos de la vida lo hacemos sin ningún esfuerzo. Por esto
nos resulta tan cómodo el tapping. Solo tenemos que decir
frases de lo que nos preocupa y darnos unos golpes muy suaves
en el cuerpo. Y las dos cosas las podemos hacer con mucha
facilidad.

La esencia del tapping es la sencillez. También tiene sus


complejidades, pero se basa en pasos que podemos hacer y
comprender con mucha facilidad. Solo tenemos que observar el
malestar de nuestra vida y decir frases sobre ello; dos cosas que
hacemos constantemente y sin esfuerzo. Es verdad que, estas
dos cosas, si las hacemos sin un sentido terapéutico, son
negativas. Pensar y hablar de nuestros problemas por el simple
hecho de hablar de ellos atrae más problemas hacia nosotros.
Pero el tapping añade un ingrediente adicional que le da
completamente la vuelta: los golpes.

Los puntos de tapping son puntos con un gran efecto sanador. Al


golpearlos suavemente, disuelven los bloqueos asociados a
aquello en lo que estamos pensando. De esta manera, algo que
en principio era negativo –pensar y hablar de nuestros
problemas–, se convierte en positivo, porque disolvemos el

146
dolor. Cuando hacemos tapping, no hablamos de los problemas
por hablar, sino que lo hacemos con una intención terapéutica, y
esto transforma completamente la vibración de nuestras
palabras. El tapping es una manera de conseguir la misma
vibración positiva que el pensamiento positivo, pero por un
camino más asequible.

De todo esto, podría parecer que estoy afirmando que el tapping


es mejor que el pensamiento positivo. Pero no es así, y creo que
debo dejarlo claro. De hecho, creo que el pensamiento positivo
es mucho más poderoso que el tapping, y yo personalmente lo
utilizo cada vez más. Pero he hecho mucho tapping antes de
llegar hasta aquí. Y creo que, en general, es más sencillo así:
empezar con el tapping para sanar nuestros bloqueos y, más
adelante –o en paralelo–, entonces empezar a usar el
pensamiento positivo.

En resumen, tanto el tapping como el pensamiento positivo son


herramientas fantásticas, y vale la pena usarlas las dos. Yo lo
hago. Pero desde un punto de vista práctico, el tapping suele ser
más fácil de usar. Generalmente, cuesta menos obtener
resultados con tapping que con el pensamiento positivo; sobre
todo al principio. Así que suele ser una buena idea empezar por
él.

Sin embargo, estoy seguro de que llegará un día que no será así.
A día de hoy, a la mayoría de nosotros nos cuesta mucho
controlar lo que pensamos, pero esto cambiará. Poco a poco
iremos aprendiendo a elegir conscientemente nuestros

147
pensamientos y, cuando esto suceda, podremos resolver
cualquier problema con mucha facilidad, solo usando nuestra
mente.

Este día llegará, y entonces no necesitaremos nada más. Pero


mientras no llega, el tapping es una herramienta muy práctica
que vale la pena aprovechar.

Tu estado natural es el bienestar


Para finalizar el tema de la relación entre el tapping y el
pensamiento positivo, otra razón que apoya el hecho de usar
frases de problemas en el tapping es que nuestro estado natural
es el bienestar. Esta afirmación puede sorprender a veces
porque, en general, tenemos tendencia a pensar que el
bienestar es algo externo, y que tenemos que intentar
conseguirlo con esfuerzo. Pero no es así. El bienestar se produce
en nosotros de forma natural si nada lo impide.

Esta es la clave que hay detrás del tapping: de forma natural,


todos nos sentimos siempre bien; y si en algún momento no es
así, es que hay algo que está bloqueando nuestro bienestar
natural. Esta es la idea que hemos comentado en el capítulo
anterior: todos los problemas son resultado de bloqueos
energéticos que impiden que nuestra energía fluya libremente. Y
el planteamiento que adopta el tapping es trabajar sobre el lugar
donde están los bloqueos para disolverlos y que el bienestar
vuelva a fluir.

148
Esta idea es muy importante, tanto en el tapping como en la vida
en general: no tienes que luchar para conseguir bienestar. El
bienestar es algo natural en ti. Es como el movimiento de un río.
No tienes que empujar al río para que fluya hacia el mar. El río
fluye de forma natural sin esfuerzo. Si en algún momento no lo
hace, es porque algo le está bloqueando el camino. Solo
tenemos que quitar el obstáculo para que vuelva a fluir.

A un nivel muy profundo de la realidad, hay un río de amor,


bienestar y abundancia que fluye desde el universo hacia ti. No
es un río ficticio ni imaginario, es totalmente real. Y este río
circula sin esfuerzo, al igual que circula un río hacia el mar, así
que no tienes que hacer nada para que llegue hasta ti. Si en
algún momento no te llega, significa que algo le está
obstaculizando el camino. Si disuelves el obstáculo, el bienestar
volverá a fluir.

Esta es la filosofía profunda que hay detrás del tapping. No se


trata de trabajar duro para conseguir el bienestar, sino de
apartar lo que impide que llegue a ti. Por esto usa frases de
problemas: para apuntar hacia los obstáculos que bloquean el
flujo del bienestar y disolverlos. Cada vez que haces una ronda
de tapping con una frase de un bloqueo interno, estás quitando
una piedra del muro que te aleja del bienestar. Si vas quitando
las piedras una detrás de otra, al final el muro caerá, y el
bienestar que deseas podrá venir hasta ti. No hace falta que
saltes el muro. No hace falta que persigas el bienestar.
Simplemente límpiale el camino, y el bienestar vendrá hasta ti.

149
Capítulo 8
Cómo elegir las frases más adecuadas
En los dos últimos capítulos, hemos hablado en detalle del
funcionamiento profundo del tapping: cómo funciona
exactamente y por qué. Según cómo se mire, podría parecer que
estos capítulos tienen poca utilidad práctica, ya que nos hemos
centrado en los detalles internos del tapping y no tanto en cómo
utilizarlo. Pero no es así. Todo lo que hemos explicado es muy
importante a la hora de hacer tapping. Y hay que tenerlo en
cuenta para aprovecharlo al máximo.

En primer lugar, ten siempre presente que hay un flujo


energético que regula toda la vida. Este flujo tiene una parte
interna y una parte externa. Si las miramos superficialmente,
estas dos partes pueden parecer separadas, pero en realidad
están unidas. La energía que fluye por el interior de tu cuerpo,
por tus pensamientos y por tus emociones es la misma energía
que la que circula por el mundo que te rodea. Todo está unido.

150
Cuando nada se lo impide, esta energía fluye libremente y, de
forma natural, se produce el bienestar. En cambio, cuando hay
algún bloqueo en algún punto, es cuando se produce el
malestar. Si este malestar lo estás sintiendo tú, significa que el
bloqueo está en ti. Y es en ti donde debes trabajar. Así que
siempre que sientas que algo es un problema para ti, trabaja
sobre ti. No busques fuera las causas de lo que estás viviendo.
Busca frases que describan lo que sientes tú y lo que piensas tú,
y haz tapping sobre ti.

En segundo lugar, una vez tienes claro que siempre que vives
algo como un problema es porque hay algún bloqueo en ti, el
objetivo del tapping es detectar el bloqueo y disolverlo. Por esto
usa frases sobre lo que estás viviendo y no sobre la solución:
para dirigirse hacia el bloqueo y poderlo sanar. Es muy
recomendable que esto también lo tengas muy presente al hacer
tus rondas de tapping. Sé consciente de que este es el proceso
que se activa al hacer tapping: cuando pones tu atención en lo
que quieres sanar, diriges la energía de la terapia hacia ello, y
cuando te das los golpes, lo disuelves.

En este punto, recuerda que la energía de la terapia se dirige con


tu atención mental, no con las palabras que dices verbalmente.
Así que mantente centrado en lo que dices y en lo que sientes
mientras estés haciendo la ronda. No digas las frases
mecánicamente mientras piensas en otras cosas. Mantén tu
atención en lo que estás abordando.

151
Y cuando hagas la fase de preparación al principio de cada
ronda, mantente también muy centrado. El objetivo de esta fase
es potenciar la predisposición positiva de todo el proceso. El
“aunque” hace que le quites fuerza al problema que dirás
después, y que dejes claro que quieres resolverlo. El “tengo tal
problema” sirve para asumir la situación actual de forma
valiente, pero remarcando que no es algo que forme parte de ti,
sino una circunstancia temporal. Y el “me acepto totalmente”
conecta con el amor incondicional que sientes por ti mismo.
Independientemente de las situaciones que estemos viviendo, y
de lo agradables o desagradables que sean, todos nos amamos
muchísimo a nosotros mismos.

Y por último, recuerda que no hay ninguna contradicción entre


el tapping y la ley de la atracción. Aunque usemos frases sobre
problemas, la vibración del tapping es positiva, porque lo
hacemos con la intención de sanar. No decimos frases de
problemas para quejarnos y ya está, sino para dirigir la energía
sanadora de la terapia hacia ellos y disolverlos.

El tapping es tan simple que muchas veces lo hacemos


mecánicamente sin más. Decimos las frases de lo que nos
preocupa y nos damos los golpes en los puntos, pero sin ser
conscientes de todo esto que acabamos de explicar. El poder del
tapping es tan grande, que incluso así también tiene efectos,
pero no es la manera de obtener los mejores resultados. La
manera de aprovecharlo al máximo es ser consciente de todo lo
que se activa cuando hacemos tapping. Y esto, aunque parezca

152
más sutil y abstracto, también forma parte de la práctica de
tapping.

Dicho esto, en este capítulo dejaremos este análisis más


profundo del tapping y nos centraremos en el proceso de buscar
las frases más adecuadas. Este es el elemento central de la
terapia, ya que las frases son las que hacen que obtengamos
unos resultados u otros. Muchas veces hay personas que no
consiguen los avances que esperaban, y deducen que no
funciona. Pero, en la mayoría de los casos, es simplemente que
las frases no eran las adecuadas. Las frases de tapping son como
los medicamentos de la medicina convencional: si no utilizas las
adecuadas para cada caso, no obtendrás resultados positivos.

Aunque esto es cierto en la práctica, hay que recordar que las


frases en sí mismas no son lo más importante. Siendo estrictos,
lo que realmente importa no es lo que decimos verbalmente,
sino nuestra atención mental. Para que el tapping sea realmente
efectivo, tenemos que poner nuestra atención mental en aquello
que queremos tratar.

Pero el hecho de decir las frases tiene dos grandes ventajas. En


primer lugar, hace que sea más fácil mantenernos centrados. Ir
repitiendo las frases en voz alta nos ayuda a no despistarnos. Y
además de esto, el propio proceso de buscar las frases implica
una gran toma de conciencia. Ponerle palabras a lo que sentimos
ayuda mucho a conectar con ello. Así que, aunque técnicamente
es posible hacer tapping sin frases, a la práctica son un elemento

153
muy importante. Es gracias a ellas que el proceso se hace más
ordenado y consciente.

En este capítulo hablaremos de varias pautas concretas que


podemos seguir a la hora de elegir las frases. Esta es la parte a la
que hay que dedicarle más tiempo a la hora de hacer tapping.
Según cómo se mire, el momento de darnos los golpes puede
parecer el centro de la terapia, pero en realidad no es así. Por
supuesto, es un elemento importante, porque es el que hace
que se disuelvan nuestros bloqueos. Pero no sirve de mucho si
antes no conectamos bien con lo que realmente sentimos y nos
centramos mentalmente en ello. Así que, al final, la efectividad
de la terapia no depende de los golpes, que son muy sencillos de
realizar, sino de la capacidad de escucharnos bien y de encontrar
las frases más adecuadas para cada momento.

En este proceso, hay varios puntos a tener en cuenta, pero la


idea general es muy simple: intenta siempre encontrar frases lo
más específicas que puedas. Como norma general, evita usar
frases genéricas que contengan poca información. Cuanto más
se adapten las frases a lo que realmente te pasa, mejor
funcionará.

Por ejemplo, si a una persona le duele la espalda, una posibilidad


sería hacer tapping con la frase “me duele la espalda”. Pero esta
frase es muy genérica. No se adapta a lo que siente en concreto.
Seguro que hay muchas otras personas que sienten un dolor
distinto al suyo, y que también podrían decir “me duele la
espalda”. Y la idea del tapping no es hacer un tratamiento

154
genérico que sirva para muchas personas, sino hacer un
tratamiento específico para cada uno.

La manera de llevarlo a cabo es observar bien qué sientes


exactamente. En el caso de un dolor de espalda: ¿cómo es el
dolor? ¿Es una presión? ¿Es un pinchazo? ¿Es un ardor? ¿Y
dónde está situado concretamente? ¿En las lumbares? ¿En las
cervicales? ¿En la parte media de la espalda? ¿Y en qué
momentos se produce? ¿Al hacer determinados movimientos?
¿Todo el rato? Estas y otras preguntas similares son muy
importantes. Hay que responderlas para ver en detalle cómo es
el dolor. Y, a partir de aquí, pueden surgir otras frases mucho
más detalladas: “siento un fuerte pinchazo en las lumbares
cuando me agacho”, “siento una presión constante en el centro
de la columna”, etc.

Fíjate que si tenemos a dos personas, una con un pinchazo en las


lumbares y otra con una presión en la columna, las dos podrían
decir “me duele la espalda”. Sin embargo, lo que les pasa es
bastante distinto. Si hacen tapping con la frase “me duele la
espalda”, es posible que tenga algún efecto, pero no lo estarán
aprovechando al máximo. Es como tomar un medicamento
genérico cuando podrían estar tomando uno específico para su
caso concreto. Es mucho mejor usar una frase que se ajuste a lo
que realmente sienten.

Esta misma idea la puedes aplicar a cualquier tema que quieras


tratar. Analiza bien lo que te pasa y pon los detalles en las frases.
Si quieres tratar una emoción, fíjate bien en qué sientes y en por

155
qué lo sientes; si quieres tratar una creencia, analiza con detalle
qué crees exactamente; si quieres tratar una situación, mira
cómo es y por qué te preocupa. Y cuando tengas las frases,
piensa en si podrían ser frases válidas para cualquier persona a
la que le pasara algo parecido, o si solo son válidas para lo que te
pasa a ti exactamente. Si no son suficientemente específicas,
repásalas y hazlas más detalladas.

Trates lo que trates, haz frases específicas


Esta es la idea principal a la hora de buscar frases para hacer
tapping: busca frases lo más específicas posible.
Independientemente de lo que quieras tratar, busca frases que
lo describan con detalle.

Por ejemplo, si una persona se siente triste y quiere tratarlo con


tapping, una posible frase podría ser “estoy triste”. Pero esta
frase tiene pocos detalles de lo que siente exactamente. No es
incorrecto usarla, y puede que tenga algún efecto, pero en
general los resultados serán mucho mejores –más significativos y
duraderos– si busca frases que tengan más información. Para
poner ejemplos de frases concretas, nos imaginamos que está
triste porque no le ve sentido a su vida. En este caso, algunas
posibles frases más detalladas podrían ser:

- Estoy triste y me siento vacío.


- Tengo muchas ganas de llorar.
- Me siento solo.
- No encuentro nada que realmente me llene.
156
- Etc.
En cambio, en el caso de otra persona que está triste porque ha
descubierto que un amigo la ha engañado, las frases serían
distintas. Por ejemplo:

- Me ha dolido mucho que me haya engañado.


- Creo que no me lo merezco.
- Creo que se ha portado muy mal.
- Me da mucha pena que haya pasado esto.
- Siento que he perdido un amigo.
- Siento que me han humillado y traicionado.
- Etc.
Como ves, las frases son muy diferentes. En los dos casos hay
tristeza, pero los motivos y la situación concreta son diferentes.
Y es mucho más efectivo abordarlo con frases que se ajusten a
cada caso.

Un segundo ejemplo: imagina a una persona que está


preocupada porque no tiene empleo. Podría empezar con alguna
frase sencilla como “no tengo empleo” o “estoy preocupado
porque no tengo empleo” pero, como en el caso anterior, estas
frases contienen muy pocos detalles. Es mucho mejor analizar
bien qué situación tiene exactamente y cómo la vive, y así poder
hacer frases más específicas. Algunas preguntas importantes
podrían ser: ¿cuánto tiempo hace que estás sin empleo?
¿Cuántos ahorros tienes? ¿Dependen más personas de ti?
¿Crees que te costará mucho encontrar otro empleo? ¿Cómo te
sientes emocionalmente por el hecho de no tener empleo? ¿Y

157
por qué te sientes así? En función de las respuestas a estas
preguntas y otras parecidas, pueden surgir frases mucho más
detalladas, como estas:

- Creo que la situación económica es muy mala y que es


muy difícil encontrar empleo.
- Creo que ya tengo una edad, y que esto es una dificultad
extra.
- Creo que no tengo una buena formación.
- Me siento muy agobiado.
- Se me hacen los días muy largos.
- Veo que mis ahorros van bajando y tengo miedo de
quedarme sin nada.
- Me frustra mucho no poder hacer muchas cosas.
- Me siento menos que los demás por no tener empleo.
- Me da vergüenza explicarlo.
- Etc.
Estas frases son mucho más detalladas que simplemente decir
“no tengo empleo”. Describen la situación de forma mucho más
amplia y completa. Y es muy importante hacerlo de esta manera
en cualquier caso: trates lo que trates, analízalo siempre muy
bien y haz frases tan específicas como puedas.

Frases específicas sobre emociones


Esta idea es válida siempre: independientemente de lo que estés
tratando, haz siempre frases específicas. Pero en función de lo

158
que abordes en cada momento, la manera de llegar a este tipo
de frases varía un poco.

Una primera posibilidad muy habitual es que estés tratando


emociones, ya sea porque quieres sanar una emoción
directamente, o porque estás analizando las emociones
asociadas a una determinada situación. En este caso, a la hora
de identificar bien las emociones y hacer frases detalladas sobre
ellas, hay dos preguntas que son de gran utilidad. La primera es:
¿qué sientes exactamente? El rango de emociones que podemos
sentir es muy amplio: miedo, frustración, rabia, cansancio,
tristeza, decepción, etc. Intenta ver qué sientes tú en tu caso y
ponle las palabras que consideres más adecuadas.

Y la segunda es: ¿y por qué te sientes así? Si sientes una emoción


dolorosa, es porque hay algo en tu mente que te dice que lo que
está pasando, o lo que crees que puede pasar, no es bueno para
ti. Por ejemplo, si sientes celos, seguramente es porque crees
que tu pareja te puede abandonar y tienes miedo de que pase. Si
estás frustrado, es porque esperabas que pasara algo que no ha
pasado. Si estás agobiado, es porque hay una situación que no te
gusta, pero no le ves salida. Siempre hay un motivo detrás de lo
que sentimos, y este motivo está en nuestra mente. Así que
analiza bien qué estás pensando que te hace sentirte así, y ponlo
también en forma de frase.

El siguiente recuadro muestra el caso de una persona que siente


miedo y que responde estas dos preguntas. A partir de las

159
respuestas, puede hacer frases mucho más detalladas que
simplemente decir “tengo miedo”.

¿Qué sientes?
Tengo miedo.

¿De qué tienes miedo exactamente?


Tengo miedo de quedarme sin trabajo.

¿Por qué?
Tengo mucho miedo de arruinarme.
Creo que si pierdo el empleo me costará mucho encontrar
otro.
Me daría mucha vergüenza tener que explicar a los demás
que me han despedido.

Este ejemplo muestra claramente que, al responder estas


preguntas, y especialmente al responder “por qué”, salen frases
mucho más profundas y detalladas.

De entrada, todas ellas son posibles frases para hacer tapping.


Aun así, en algunos casos podría ser interesante preguntarse
otra vez por qué, para profundizar aún más: ¿por qué tienes
miedo de arruinarte? ¿Por qué crees que te costará encontrar
otro empleo? ¿Por qué te da vergüenza la idea de explicar a los
demás que has perdido el empleo? Esta es una de las maneras

160
más poderosas de hacer tapping: ir preguntándonos el porqué
de todo lo que descubrimos para ir profundizando y llegar a la
raíz.

Una vez hemos respondido estas preguntas y tenemos las frases,


la manera de proceder es la misma de siempre: hacer una ronda
con la frase que elijamos y mirar si hay algún cambio. Si hay
algún cambio, sea del tipo que sea, buscar una nueva frase que
se adapte a la nueva situación. Y si no hay ningún cambio, buscar
otra frase alternativa para continuar.

¿Qué sientes?
Timidez.

¿Qué sientes exactamente?


Lo paso mal cuando estoy con otras personas.
Tengo miedo de encontrarme en situaciones
sociales con muchas personas.

¿Por qué?
Me siento poca cosa cuando estoy con los demás.
No se me ocurren cosas interesantes que decir.
Creo que los demás son mucho más simpáticos que yo.

161
Este segundo recuadro muestra otro ejemplo: una persona que
se siente tímida, y que también se pregunta qué siente
exactamente por qué.

En este caso, esta persona lo pasa mal cuando está con mucha
gente y tiene miedo de encontrase en este tipo de situaciones.
Este paso, por sí solo, ya describe mejor lo que realmente siente.
Además, al preguntarse el porqué, obtiene aún más información:
se siente poca cosa, no se le ocurren cosas interesantes que
decir y cree que las demás personas son más simpáticas. Y esto
permite hacer frases más detalladas.

Y un último ejemplo: el caso de una persona que siente celos en


su relación de pareja.

¿Qué sientes?
Celos.

¿Qué sientes exactamente?


Tengo celos de mi pareja.
Me siento culpable por tener celos.

¿Por qué?
Me da pánico que se vaya con otra persona.
Me sentiría muy humillado si sucediera.
Creo que la estoy agobiando con mi actitud, pero no sé
cómo evitarlo.

162
Al igual que en los ejemplos anteriores, al responder estas
preguntas se obtiene información que describe mucho mejor las
emociones que están presentes y las raíces que hay debajo de
ellas. Así que, siempre que descubras una emoción en ti que
creas que es importante abordar, hazte estas dos preguntas:
“¿qué sientes exactamente?” y “¿por qué te sientes así?”. Y
utiliza la información de las respuestas para hacer las frases de
tapping.

Frases específicas sobre creencias


Además de las emociones, un segundo tipo de elementos que
surgen muy habitualmente al hacer tapping son las creencias:
cuando hagas tapping, en muchos casos acabarás tratando
creencias. De hecho, si te fijas en los ejemplos del apartado
anterior, al preguntar el porqué de las emociones, salen
creencias. Al preguntar “¿por qué tienes miedo de perder el
empleo?”, por ejemplo, salía la creencia “creo que si pierdo el
empleo me costará mucho encontrar otro”. Y al preguntar “¿por
qué lo pasas mal con otras personas?”, salía la creencia “creo
que los demás son mucho más simpáticos que yo”. Cuando
profundizamos en un tema, casi siempre salen creencias.

El motivo es que las creencias son la raíz de todo lo que nos


pasa. Si queremos tratar un problema más o menos sencillo, a
veces podemos sanarlo con frases superficiales sin llegar a las
creencias. Pero si queremos sanar un problema más complejo, y
163
especialmente si es un problema que hace tiempo que
arrastramos, tratar las creencias es prácticamente
imprescindible.

Más adelante hablaremos con más detalle de todo esto, pero la


idea principal es que, de la misma manera que es importante
analizar cómo te sientes emocionalmente respecto a cualquier
situación, también es importante analizar qué crees y piensas al
respecto. Y, a la hora de elegir las frases para hacer tapping,
intentar hacerlas lo más específicas posibles.

Al igual que en el caso de las emociones, podemos utilizar la


pregunta “¿por qué?” para obtener más información sobre una
creencia y hacer frases más específicas sobre ella.

Creencia
Creo que la vida es dura.

¿Por qué?
Creo que cuesta mucho ganar un buen sueldo, y esto hace
que la vida sea complicada.
Creo que la gente es hostil y egoísta, y esto dificulta vivir
bien.
Creo que tengo muchas responsabilidades que atender, y
se me hacen pesadas.

164
El cuadro anterior muestra el caso de una persona que descubre
que tiene la creencia de que la vida es dura, y se pregunta el
porqué para profundizar en ella.

Como ves, las respuestas también son creencias, pero son


creencias más detalladas y específicas. No es lo mismo decir
“creo que la vida es dura” que decir “creo que cuesta mucho
ganar un buen sueldo…”, “creo que la gente es hostil…” o “creo
que tengo muchas responsabilidades que atender…”. En los tres
últimos casos, hay más información de qué creo exactamente y
por qué. Y esto hace que la energía de la terapia pueda
focalizarse mucho mejor en la esencia de la creencia que
queremos sanar.

Al ver este ejemplo, alguien podría pensar que también


podríamos preguntar el porqué de las nuevas creencias que
hemos descubierto, y luego preguntar el porqué de las que
descubramos debajo, y así indefinidamente. Y tendría razón:
siempre podemos preguntarnos el porqué de algo y profundizar
más. Pero no hay que encallarse aquí, por supuesto. El objetivo
de preguntar el porqué es obtener frases mínimamente
específicas. Una vez las tengas, haz tapping con ellas y mira qué
se mueve. Y si ves que no avanzas, entonces sí puedes
preguntarte el porqué otra vez para profundizar más.

Dos ejemplos más: primero una creencia sobre el propio


carácter.

165
Creencia
Creo que tengo mal carácter.

¿Por qué?
Creo que muchas veces respondo de forma poco agradable.
Creo que critico mucho a los demás y me fijo en las cosas
que no me gustan de ellos.

Y luego una creencia sobre el cuerpo:

Creencia
Creo que siempre me dolerá la espalda.

¿Por qué?
El médico me ha dicho que tiene difícil solución, y yo creo lo
que él dice.
Creo que el cuerpo tiene límites que no puede superar.
Creo que el cuerpo no puede sanar las lesiones de columna.

Al igual que en el primer ejemplo, al preguntar el porqué de una


creencia, salen creencias más específicas. Al preguntar por qué
creo que tengo mal carácter y por qué creo que siempre me
dolerá la espalda, salen más detalles de lo que pienso
exactamente. Y de esta manera se pueden hacer frases que

166
contienen más información y que se ajustan más a la situación
que estamos viviendo.

Frases específicas sobre situaciones


Por último, analizaremos el caso de cómo buscar frases
específicas cuando queremos tratar una situación concreta. Esta
opción la he dejado para el final porque, casi siempre que
abordamos una situación determinada, acaban saliendo
emociones y creencias, que es lo que acabamos de explicar.

De entrada, si quieres tratar una situación que te preocupa –un


síntoma físico, un conflicto, un problema económico, etc.– no te
limites a buscar frases que la describan de forma general. Fíjate
en cómo es la situación exactamente y haz frases lo más
detalladas posible. Esto es válido siempre.

Y además de esto, hazte también dos preguntas: “¿cómo te


sientes a nivel emocional respecto a esta situación?” y “¿cómo
crees que es la situación?”. He subrayado la palabra “crees”
porque es importante que describas cómo vives la situación
desde tu punto de vista y no cómo es en términos absolutos. No
digas cómo son las cosas, sino como tú crees que son. Esto es
muy importante, especialmente cuando trates situaciones que
involucran a terceras personas.

Por ejemplo, imaginemos el caso de una persona que tiene un


problema laboral, y que se pregunta cómo lo vive exactamente y
cómo se siente a nivel emocional:

167
Situación
Problema laboral.

¿Cómo lo vives? ¿Cómo crees que es la situación?


Creo que mi jefe me trata mal.
Creo que me habla de una manera que no es adecuada.
Creo que me asigna tareas que no me corresponden.

¿Cómo te sientes a nivel emocional?


Me siento humillado y maltratado.
Se me hace muy pesado ir a trabajar.
Tengo miedo constantemente de que aparezca mi jefe y
me diga algo.

En un caso así, hay que prestar mucha atención y elegir frases


que describan lo que creemos sobre la situación y no cómo es de
forma objetiva. Es decir, elegir frases como “creo que mi jefe me
trata mal” y “creo que me habla de una manera que no es
adecuada” en lugar de “mi jefe me trata mal” y “me habla de
una manera que no es adecuada”.

Esto es importante porque la objetividad no existe; todo


depende del punto de vista desde donde lo miramos. Quizás una
persona cree firmemente que su jefe la trata mal, pero por muy
convencida que esté, no deja de ser una opinión. Quizás su jefe
lo ve de una forma distinta. Y quizás un tercer observador

168
también tiene su propia visión. Y no sabemos cuál es la
“correcta”, ni siquiera si alguna merece este calificativo por
encima de las otras; lo único que sabemos es lo que nosotros
creemos y opinamos al respecto. Y es importante dejarlo claro
en las frases que elijamos. Esta también es una manera de ser
específico. Así que evita frases que hagan afirmaciones absolutas
sobre las situaciones que vives. Haz frases que expresen lo que
tú crees sobre ellas.

Al hacer estas preguntas y responderlas con detenimiento,


surgirán frases sobre emociones y creencias. Si te parecen
suficientemente específicas, puedes hacer tapping directamente
con ellas. Pero si crees que no son suficientemente específicas, o
si no notas ningún efecto al hacer tapping con ellas, también
puedes preguntarte el porqué de estas emociones y creencias,
como hemos explicado en los apartados anteriores. De esta
manera puedes profundizar más y descubrir elementos nuevos
que quizás te habían pasado por alto.

Por otro lado, también puede ser que la situación que quieras
tratar sea un tema físico en lugar de una situación de tipo
externo. En estos casos, no es tan importante preguntarte qué
crees de la situación para dejar claro que es tu visión subjetiva,
porque una sensación física ya es subjetiva por definición. Así
que, en general, puedes buscar directamente frases detalladas
sobre los síntomas concretos que sientas.

169
Situación
Dolor de espalda.

¿Qué síntomas sientes (con detalles)?


Siento una presión constante en la zona lumbar.

¿Cómo te sientes a nivel emocional?


Estoy cansado de sentir este dolor.
Me siento apagado y poco animado.
Me pongo de mal humor a medida que avanza el día.

En el ejemplo de este cuadro, al decir “siento una presión


constante en la zona lumbar” ya dejamos claro que es algo
subjetivo, y por lo tanto no es necesario decir “creo que siento
una presión constante en la zona lumbar”, como en el ejemplo
anterior del problema laboral. Lo que sí es importante es poner
los detalles de la sensación física concreta que sentimos, y no
quedarnos con una frase genérica como “me duele la espalda”.
Y, como siempre, mirar qué sentimos a nivel emocional y
describirlo también con detalle.

Así pues, el camino para buscar frases de tapping sobre


situaciones que te preocupan es describir lo que vives con
detalles –de una manera que deje claro cómo lo vives tú desde

170
tu punto de vista–, y también hacer frases sobre cómo te sientes
a nivel emocional. Y si lo consideras necesario, puedes
preguntarte el porqué de las emociones y de las creencias que
descubras para profundizar más en ellas y acercarte más a la
raíz.

Y todo siempre de forma tan específica como puedas. Cuanto


más específico, mejor.

Frases específicas en la estructura de una sesión de


tapping
Si lo recuerdas, en el capítulo cuatro hemos explicado que la
estructura básica para hacer una sesión de tapping consiste en
tres pasos principales que se van repitiendo. El primero es
buscar frases que describan el problema, elegir una para
empezar y hacer la primera ronda. El segundo es escucharnos
muy bien para ver si ha habido algún cambio. Y el tercero es
decidir cómo continuar a partir de los cambios. Si vemos algún
cambio, por pequeño que sea, buscamos una nueva frase que
refleje la nueva situación y hacemos una nueva ronda con ella. Y
si no notamos nada, buscamos otra frase que pueda ser mejor.

Esta estructura la representamos gráficamente con el siguiente


esquema:

171
Buscar frases y elegir
Intenta que una para empezar
sean lo más
específicas
posible.
¿Ha habido algún
cambio después de la
ronda?
Sí No
Buscar una nueva frase Buscar otra
que describa la nueva
frase mejor.
situación.

Una posibilidad es
buscar frases aún más
específicas.

Ilustración 9: En todos los pasos de una sesión de tapping,


intenta siempre hacer frases específicas.

Pues bien, al aplicar esta estructura, es muy importante hacer las


frases lo más específicas posible. Es decir, en el primer paso,
dedica un rato a escucharte bien y a poner detalles en las frases.
Si quieres tratar un dolor, fíjate bien en cómo es; si quieres
tratar una emoción, analiza bien los detalles. Y lo mismo con
cualquier otro tema. No uses la primera frase sencilla que te
venga a la mente; dedica tiempo a escucharte bien para ver qué
te pasa y qué sientes exactamente.

172
Además de esto, en el tercer paso, si después de hacer la ronda
ves algún cambio, busca una nueva frase específica que se
adapte al cambio y que refleje bien los detalles de lo que ha
cambiado. Y si no ves ningún cambio, una posibilidad es intentar
hacer frases aún más específicas. Esta no es la única opción,
también puedes probar con otra frase de la lista inicial o buscar
frases que describan el problema desde otro ángulo, pero en
general suele ser una buena idea darle alguna vuelta más a la
frase que has elegido para ver si puedes ponerle más
información. Si era una frase sobre un dolor, ¿puedes describirlo
mejor? Si era sobre una emoción, ¿puedes describir con más
detalle lo que sientes y por qué? Si era sobre una situación
concreta, ¿puedes definir mejor lo que te preocupa y qué crees
al respecto? Si vuelves a analizar la frase que habías elegido e
intentas detallarla más, es posible que encuentres información
nueva que de entrada habías pasado por alto, y que con esta
información puedas hacer frases más específicas.

Para poner un caso concreto que muestre esta idea,


recuperamos el último ejemplo del apartado anterior sobre el
dolor de espalda. Al analizar la sensación física y las emociones
asociadas, salían las siguientes frases:

- Siento una presión constante en la zona lumbar.


- Estoy cansado de sentir este dolor.
- Me siento apagado y poco animado.
El siguiente paso es elegir una de estas frases para hacer la
primera ronda de tapping. Podemos elegir cualquiera de ellas,

173
pero una opción recomendable es mirar cuál nos resuena más.
En este caso, nos imaginamos que esta persona decide abordar
primero el hecho de sentirse apagada y desanimada, así que
hace una ronda con la tercera frase. Al acabarla, mira si ha
habido algún cambio, ya sea físico, emocional o mental. Como
explicamos en el Capítulo 5, siempre hay que estar atento a
cualquier tipo de cambio. Pero resulta que, después de
escucharse bien, no percibe ningún movimiento de ningún tipo.
El siguiente paso no es repetir otra vez la ronda a ver si a la
segunda funciona, sino buscar otra frase que pueda ser mejor. Y
una de las posibilidades es intentar hacerla aún más específica.
Por ejemplo, puede preguntarse cómo vive exactamente esta
sensación de estar apagado y poco animado. Y de aquí pueden
surgir frases aún más detalladas:

- Antes hacía deporte, pero ahora me cuesta.


- Me desanimo cuando siento que no puedo hacer deporte.
- Me agobia mucho estar sentado en la oficina y sentir
dolor todo el rato.
- Etc.
Estas frases siguen hablando del cansancio emocional y del
desánimo asociado al dolor de espalda, pero son más profundas
y tienen más información. Y puede ser que, al hacer tapping con
alguna de ellas, sí haya algún movimiento.

Recuerda que esta no es la única opción. Si al hacer tapping con


una frase no notas ningún cambio, también puedes probar con
otra de las frases iniciales que habías encontrado. En este

174
ejemplo, podría probar con “siento una presión constante en la
zona lumbar” o “estoy cansado de sentir este dolor”. O también
puedes intentar profundizar, buscando emociones y creencias
profundas como explicaremos más adelante. Pero va bien tener
presente esta opción: si en un momento dado no notas avances
con una determinada frase, una posibilidad es intentar hacerla
más específica.

En resumen, en todo el proceso de una sesión, tanto al principio


cuando buscas las frases para empezar, como cuando buscas
nuevas frases para continuar después de una ronda, busca
siempre frases lo más específicas posible. Esta es una de las
guías principales del tapping.

175
Capítulo 9
Cómo estructurar una sesión completa
Con todo lo que hemos explicado hasta ahora, ya tenemos una
idea bastante clara de cómo hacer una sesión completa de
tapping. Aún nos falta explicar cómo buscar las raíces más
profundas de los problemas, pero la base ya está bien definida.

En primer lugar, escúchate muy bien para ver qué te pasa


exactamente: cuál es el problema concreto que quieres tratar y
cómo te sientes al respecto. Y busca frases específicas que lo
describan con detalle. Es importante dedicar tiempo y cariño a
esta parte. No quieras correr y empezar enseguida a hacer
rondas. Escúchate bien y ves apuntando lo que vayas viendo. Si
quieres tratar un tema físico, mira bien cómo son los síntomas
concretos. Si quieres tratar una situación de tipo externo, fíjate
en cómo la vives exactamente y qué crees sobre ella. Y en todos
los casos, observa con mucho detenimiento tus emociones: qué
sientes exactamente y por qué.

176
Una vez hayas hecho este primer análisis, tendrás una lista con
varias frases. El siguiente paso es elegir una para hacer la
primera ronda. Como hemos comentado, lo más habitual es
elegir la que más te resuene: la frase que, al pensar en ella,
notes que te remueve más por dentro. Pero, si te cuesta, no te
encalles mucho en este punto. Si tienes dudas, elige una frase de
la lista y haz la primera ronda. Si no es la más adecuada, ya
tendrás tiempo de probar con las demás.

Después de la primera ronda, escúchate muy bien y mira si notas


algún cambio, sea del tipo que sea –físico, emocional o mental–,
y sea de la intensidad que sea. Si ves algún cambio, busca una
nueva frase que se adapte al cambio y haz una nueva ronda con
ella. Y, mientras haya cambios, ves repitiendo el proceso, con
frases nuevas que se vayan adaptando a los cambios que vayas
experimentando. Y si, en algún momento, no notas ningún
cambio, busca una nueva frase que creas que pueda ser más
adecuada. Puede ser otra frase de la lista inicial, una frase más
específica o una frase más profunda que apunte más a la raíz del
problema.

Para ver cómo aplicar este procedimiento en un caso concreto,


junto con todo lo que hemos ido explicando en los últimos
capítulos, te propongo otro ejemplo de cómo sería un posible
caso real. Primero explicaremos el ejemplo, y luego lo usaremos
como muestra para sacar algunas ideas generales de cómo
estructurar las sesiones de tapping.

177
En este caso, tenemos a Julia que acude a nuestra terapeuta
Marta para tratar un tema que le preocupa: el miedo a hablar en
público. Y a partir de aquí, empieza el siguiente diálogo entre las
dos:

–Buenos días Julia. ¿Qué tema quieres que tratemos?

–Buenos días Marta. El motivo de mi visita es que siento


un intenso miedo siempre que tengo que hablar en público.
Cada vez que tengo una presentación en el trabajo, lo paso muy
mal. Los días previos ya me pongo muy nerviosa: me duele la
barriga, tiemblo y tengo muchas ganas de llorar. Incluso afecta a
mi vida personal. Y me gustaría resolverlo, porque cada vez es
más importante para progresar en mi trabajo.

Solo con esta breve explicación inicial, ya surgen varias posibles


candidatas para ser frases de tapping: “tengo mucho miedo a
hablar en público”, “siempre que tengo una presentación en el
trabajo, me pongo muy nerviosa”, “me duele la barriga, tiemblo
y tengo ganas de llorar”, “siento que afecta a mi vida personal”,
“creo que este miedo puede limitar mi progreso profesional”.
Esto se cumple siempre: siempre que alguien expone algo que le
preocupa, automáticamente salen posibles frases de tapping.

Esto no significa que estas frases sean las más adecuadas;


muchas veces hay que refinarlas e investigar más. Pero es un
punto de partida. En tu caso, presta mucha atención a cómo
explicas tu problema. Si quieres, puedes imaginarte que tienes a
un terapeuta delante y visualizar que le explicas lo que te pasa.

178
En esta explicación, seguro que salen muchas frases útiles para
empezar a trabajar.

–Háblame un poco más de este miedo, Júlia. Siempre que


tenemos miedo, es porque hay algo que creemos que puede
pasar, y creemos que si pasa sufriremos. En tu caso, ¿qué es ese
“algo”? ¿Qué crees que te puede pasar cuando tienes que hablar
en público?

–Pues no lo sé exactamente –responde Julia en un primer


momento. Luego se detiene y piensa un poco más–. Creo que
sufriré, sí. Creo que me juzgarán.

En estos primeros momentos de la sesión, Marta podría haberle


propuesto hacer una primera ronda con “tengo miedo de hablar
en público”. Esta podría parecer una manera lógica y sencilla de
empezar, y sin duda es una posibilidad. Pero esta frase es muy
genérica, y Marta sabe que el poder del tapping está en las
frases específicas que apuntan a las raíces del problema, que es
lo que hemos comentado en el capítulo anterior. Y por esto
intenta ver qué siente y piensa exactamente Julia, y así poder
refinar al máximo las frases.

–Imagínate mentalmente que estás en una presentación.


Estás en el trabajo, de pie, y todos te están mirando, esperando
que empieces a hablar. ¿Qué sientes?

Esta es una herramienta muy útil: si hay una situación concreta


que te preocupa, puedes visualizar mentalmente que estás en
esa situación para ver qué sientes. Si tienes miedo al agua,

179
imagínate que estás cerca del agua; si tienes un conflicto con
alguien, imagínate que estás delante de esa persona, etc. Y
después de hacer tapping, vuelve a imaginártelo para ver si ha
cambiado algo.

–Buf, pues solo con pensarlo ya me pongo muy nerviosa.


Siento un nudo en el estómago y ganas de llorar.

–¿Qué es más fuerte, el nudo en el estómago o las ganas


de llorar?

–El nudo.

–¿Y dónde lo sientes exactamente?

–Aquí –dice Julia mientras señala la zona alta del


estómago, justo debajo del esternón.

–¿Te parece bien si hacemos una primera ronda con la


frase “siento un nudo ‘aquí’”? Y mientras digas esta frase,
imagínate que estás en la presentación, y sé muy consciente de
dónde tienes el nudo.

–De acuerdo.

Aquí cobra importancia lo que hemos explicado sobre el papel de


las frases y la importancia de prestar atención mental a lo que
estamos tratando. A la hora de abordar el nudo en el estómago,
no es imprescindible que la frase contenga una descripción con
palabras del lugar donde tiene el nudo. En este caso, la frase que
han elegido es “tengo un nudo aquí”. Lo que sí es importante es

180
que, mientras haga la ronda, Julia sea muy consciente
mentalmente de que ese “aquí” se refiere a la zona exacta donde
siente el nudo. De esta manera, aunque la frase en sí misma no
sea muy específica, su aplicación sí lo es, porque la están usando
para dirigirse a un síntoma físico muy concreto.

–¿Cómo te sientes Julia?

–Noto un cierto alivio. El nudo ha bajado, pero tengo


ganas de llorar.

–¿Por qué tienes ganas de llorar?

–No lo sé, estoy triste.

–En la medida de lo posible, intenta evitar la frase “no lo


sé” como respuesta. Es un límite que te pones a ti misma.
Cuando dices “no lo sé”, automáticamente dejas de buscar. Y
para encontrar la respuesta, tienes que estar abierta. Recuerda
siempre que son tus propias emociones. La respuesta está en ti.
¿Por qué estás triste?

Aquí aparecen dos temas importantes. El primero es que, para


abordar las ganas de llorar que tiene Julia, Marta podría haber
propuesto hacer una ronda con la frase “tengo ganas de llorar”,
u otra parecida. Y sería una opción perfectamente válida. Pero,
al igual que antes, Marta sabe que los mejores resultados se
obtienen cuando las frases son más detalladas, más específicas y
van más a la raíz. Por esto ha investigado un poco más antes de
elegir una frase. Y la pregunta que ha usado para ello es la que

181
hemos comentado en el capítulo anterior: ¿por qué? Primero,
“¿por qué tienes ganas de llorar?”, y después, “¿por qué estás
triste?”.

Y el segundo tema es que hay que intentar evitar el “no lo sé”


como respuesta. Todas las respuestas sobre ti están en ti. Y es
muy importante estar abierto y tener una actitud activa a la hora
de encontrarlas.

–No lo… Perdona… ¿Por qué estoy triste…? –Julia hace


una larga pausa y después añade– Creo que me da pena esta
situación. No debería ser tan difícil. Al final, todos somos
personas. Solo se trata de ponerme en pie y hablar delante de
otras personas. Debería ser algo bonito.

–¿Qué te parece si hacemos una ronda con la frase


“estoy triste porque creo que debería ser más fácil y bonito
hablar en público”? ¿Resuena contigo esta frase?

–Sí, mucho.

–Muy bien. Y mientras hagas la ronda, presta mucha


atención a lo que vayas sintiendo y a si hay algún cambio en ti,
sea del tipo que sea.

–De acuerdo –responde Julia mientras se dispone a hacer


la ronda.

–¿Cómo te sientes ahora? –pregunta Marta una vez han


terminado.

182
–Mejor. Más relajada. Pero aún me siento triste, y tengo
un poco de miedo. Creo que me juzgarán. No me siento fuerte ni
confiada, como si mi vida estuviera en sus manos.

Aquí vuelve a surgir la idea de que Julia cree que la juzgarán. En


este punto, puede que te preguntes por qué Marta no le propuso
hacer una ronda con la frase “creo que me juzgarán” la primera
vez que lo dijo. Podría haberlo hecho, pero si lo recuerdas, en ese
momento las palabras de Julia fueron: “Pues no lo sé
exactamente. Creo que sufriré, sí. Creo que me juzgarán”. Ese
“no lo sé” inicial, y la actitud que podemos imaginar que
acompañaba a estas palabras, parecen indicar que no estaba
muy conectada con sus emociones. Por esta razón, Marta tomó
nota de esta idea, pero de entrada no la trabajó con tapping.
Ahora, en cambio, después de haber suavizado un poco los
síntomas físicos y las emociones más fuertes (nudo en el
estómago y tristeza), vuelve a surgir la idea de que cree que la
juzgarán, pero con más claridad que antes. En principio, ahora
parece un buen momento para abordarlo. Es decir, Marta,
viendo que había la creencia de que la juzgarán, pero
presintiendo que Julia no estaba muy conectada con esta
creencia, decidió primero tratar otros síntomas más superficiales
para poder llegar luego a la creencia con más facilidad.

Esto no significa que haya un orden correcto y una única manera


de hacer las sesiones. En absoluto. Se podría haber hecho
también de otra manera. Te pongo este ejemplo para que veas
cómo procede generalmente un profesional de tapping. No se
trata de hacer rondas con las primeras frases que aparezcan,
183
sino de ir con calma, analizarlo bien, e ir viendo qué parece lo
más apropiado en cada momento. Esta es una habilidad que se
va desarrollando con la práctica, sobre todo si adoptamos el
hábito de escucharnos muy bien en todo momento y de intentar
llegar a la raíz del problema paso a paso.

–Así que sientes que tu vida no depende de ti. Crees que


te juzgarán los demás, y que el resultado de su juicio te afectará.

–Sí.

–¿Y cómo te afectará? ¿Qué pasará si te juzgan de una


manera u otra?

–Que yo me sentiré de una manera u otra. Si me juzgan


bien y les gusta lo que hago, me sentiré bien. Si no les gusta y
me critican, me sentiré mal.

–¿Y por qué?

–¿Por qué? Pues es una buena pregunta. Supongo que


creo que mi valor como persona depende de lo que los demás
piensan.

Preguntarse el porqué de una emoción o de una creencia es una


de las mejores maneras de profundizar en ello. Siempre hay un
porqué. Así que siempre que descubras algo en ti y quieras
comprenderlo mejor, pregúntate por qué. E intenta reprimir
cualquier impulso de responder “no lo sé”. La respuesta está en
ti, y la puedes encontrar.

184
–¿Crees que eres mejor o peor persona en función de lo
que los demás piensen de tu presentación?

–En cierto modo, sí.

–Podemos hacer una ronda con la frase “siento que lo


que piensen de mi presentación afecta a mi valor como
persona”.

–De acuerdo.

–Mientras la hagas, imagínate mentalmente que estás


haciendo la presentación y que los demás te están mirando. Y
presta mucha atención a cualquier cosa que sientas.

–Muy bien.

Aquí usan otra vez el ejercicio de visualizar mentalmente la


situación mientras se hace la ronda. Es muy útil y te recomiendo
que lo hagas en tus casos. De esta manera, es más fácil conectar
con lo que sientes y ver cualquier cambio que se produzca.

–¿Cómo te sientes ahora?

–Bien. Muy bien. Me siento mucho más tranquila y en


paz.

–Imagínate mentalmente que estás haciendo una


presentación.

185
–Estoy un poco inquieta, porque tengo ganas de hacerlo
bien, pero ya no siento miedo. Al contrario, tengo ganas de
hacerlo. Ahora lo veo más como un reto, y no como una carga.

En un caso así, este podría ser un buen momento para dar por
concluida la sesión. Esto no significa que el problema esté
completamente resuelto y que ya no sienta absolutamente
ningún miedo ni nerviosismo a la hora de hablar en público, pero
sí parece que ha habido un claro paso adelante. Y cuando hay un
paso adelante, suele ser positivo darle un tiempo para que se
asiente. De esta manera, durante los próximos días y semanas,
Julia podrá evaluar en su día a día cómo se siente y qué ha
cambiado realmente: si se sigue poniendo tan nerviosa, si sigue
tendiendo tanto miedo a que la juzguen, etc. Y si ve que quedan
cosas por resolver, entonces puede hacer una nueva sesión para
seguir avanzando.

La estructura de una sesión de tapping


A partir de este ejemplo que acabamos de comentar, podemos
sacar algunas ideas generales de cómo ir estructurando las
sesiones de tapping. No hay una sola manera correcta de
hacerlo, y con la práctica irás viendo cómo te funciona mejor a ti,
pero sí hay algunas pautas que puedes seguir al principio, sobre
todo si te sientes un poco perdido.

En primer lugar, una de las maneras más simples de empezar


una sesión de tapping es imaginarte que estás delante de un
terapeuta y explicarle lo que te preocupa. En el ejemplo que
186
acabamos de poner, Julia le explica a Marta que tiene miedo de
hablar en público con estas palabras: el motivo de mi visita es
que siento un intenso miedo siempre que tengo que hablar en
público. Cada vez que tengo una presentación en el trabajo, lo
paso muy mal. Los días previos ya me pongo muy nerviosa: me
duele la barriga, tiemblo y tengo muchas ganas de llorar. Incluso
afecta a mi vida personal. Y me gustaría resolverlo, porque cada
vez más es más importante para progresar en mi trabajo.

Esto mismo lo puedes hacer para cualquier preocupación:


imagínate que tienes delante de ti a alguien que no sabe lo que
te pasa y explícaselo. Para que sea útil, es muy importante que
lo hagas de verdad, y que uses las palabras que realmente
usarías en un caso real. No cojas atajos ni simplifiques más de la
cuenta tu explicación, pensando que tú ya sabes lo que te pasa y
que no hace falta que des muchos detalles. Hazlo como si
realmente se lo estuvieras explicando a alguien que no eres tú.
Incluso puede ser buena idea hacerlo en voz alta.

Por ejemplo, si hace tiempo que te cuesta dormir, no digas


simplemente “me cuesta dormir” o “tengo insomnio”. Si fueras a
un terapeuta, seguro que no le dirías solo esto, sino algo más
elaborado como: hace tiempo que me cuesta dormir. Me meto
en la cama y no paro de dar vueltas durante mucho rato. Se me
hace muy pesado, y por la mañana estoy muy cansado. O si
tienes dificultades económicas, no digas solo “tengo poco
dinero” o “no llego a fin de mes”, sino algo como: tengo muy
pocos ingresos. El sueldo que gano es muy bajo y no me llega
para pagar mis gastos. Y no le veo salida, porque no tengo
187
estudios y no puedo acceder a un empleo mejor. Es muy
agobiante vivir así, siempre preocupado por el dinero y sin ver
ningún camino para mejorar.

Una vez tengas esta primera explicación, extrae de ella las


diferentes ideas que contenga. Y hazlo por escrito, no
mentalmente. Si lo haces mentalmente, te será mucho más
difícil ver con claridad lo que te está sucediendo. Ponerlo por
escrito siempre ayuda a ordenar y clarificar las ideas.

Una manera gráfica de representarlo es escribir en la parte


superior de una hoja la idea general del problema a tratar, y
debajo las ideas que hayan surgido de la primera explicación. Por
ejemplo, en el caso de Julia, sería algo así:

Tengo miedo de
hablar en público.

Me pongo muy Ganas de Dolor de Creo que


nerviosa. llorar. estómago. limita mi
progreso
profesional.

Y en el caso del insomnio, sería algo así:

188
Me cuesta
dormir.

Me meto en la cama Se me hace Por la mañana


y no paro de dar muy pesado. estoy muy
vueltas durante cansado.
mucho rato.

Todas las frases que surjan en este análisis son posibles


candidatas para hacer tapping. Pero pueden aparecen varias
dudas: ¿por cuál de ellas empezar? ¿Y realmente son adecuadas
estas frases, o hay que buscar más?

No hay una respuesta única a estas preguntas, así que no te


preocupes demasiado por esto. Hay diferentes maneras de
hacerlo, y no pasa nada por empezar por una frase que no sea la
más adecuada. Siempre tienes tiempo de recuperar las demás.
Este es uno de los muchos motivos para hacerlo siempre por
escrito.

Las primeras veces que hagas tapping, suele ser una buena idea
empezar a hacer tapping con las frases que surjan en este primer
análisis. Así podrás practicar la técnica y empezar a ver los
primeros efectos. Por lo poco que cuesta hacer cada ronda, no
se pierde mucho tiempo, incluso en el caso de que no notes
ningún avance. Y en muchos casos, es posible que sí notes algo.
189
Pero a medida que vayas ganando experiencia, muchas veces
verás que las primeras frases que surgen no tienen mucha
fuerza, y que vale la pena intentar profundizar en ellas: poner
más detalles, mirar qué emociones hay detrás, preguntarte el
porqué, etc. En esto consiste el tapping más avanzado.

En cualquier caso, después de este primer análisis, tendrás varias


frases. Y hay que elegir una para hacer la primera ronda. Lo más
habitual es elegir la que más te resuene.

Si retomamos el caso de Julia, después del primer análisis


teníamos cuatro ideas: “me pongo muy nerviosa”, “tengo ganas
de llorar”, “me duele el estómago” y “creo que limita mi
progreso profesional”. Marta, dado que ya tiene experiencia
como terapeuta, enseguida intuye que detrás de este miedo hay
más cosas, así que, en lugar de empezar directamente a hacer
tapping con una de estas frases, decide investigar un poco más.
Y le pregunta de qué tiene miedo exactamente y qué cree que
pasará si habla en público.

Ante esta pregunta, Julia responde: “Pues no lo sé exactamente.


Creo que sufriré, sí. Creo que me juzgarán”. Marta toma nota
enseguida de la última afirmación: cree que la juzgarán.
Seguramente esto será importante. Pero dado que Julia ha
empezando su respuesta de forma dubitativa, intuye que quizás
aún no es el mejor momento para tratarlo. Siempre es más
efectivo tratar cualquier cosa cuando conectamos plenamente
con ella. Por esta razón, decide primero tratar el miedo de forma
más superficial, esperando que, si se suavizan algunos síntomas,

190
Julia podrá conectar mejor con esta sensación que tiene de
sentirse juzgada.

Esto puedes hacerlo tú también en tus sesiones. Si descubres


algo profundo en ti y lo ves con claridad, puedes tratarlo
directamente. Pero si no lo ves con claridad, puedes tratar
primero algún síntoma más superficial. Y muchas veces, si
suavizas los síntomas más exteriores, lo que hay debajo sale con
más facilidad.

En el caso de Julia, Marta le pide que se imagine que está


haciendo una presentación y que se fije en lo que siente. Y Julia
responde que siente un nudo en el estómago y ganas de llorar.
Para decidir por dónde empezar, Marta le pregunta qué es más
intenso. Esto es lo que hemos comentado varias veces: en caso
de duda entre varias frases, elige la que tenga más fuerza. Para
Julia, lo que tiene más fuerza es el nudo en el estómago, así que
empiezan por aquí. Para hacer tapping sobre este tema, Marta
no propone la frase que de entrada podría parecer obvia: “siento
un nudo en el estómago”. En lugar de esto, investiga un poco
más para tener más detalles. Y por esto le pide a Julia que
localice exactamente el lugar donde siente el nudo y que se
concentre en ese lugar. Recuerda que, cuanto más específicas
sean las frases, mejor funcionará.

A medida que vayas haciendo un análisis como este en tus


sesiones, es importante que vayas apuntando por escrito lo que
vayas descubriendo. Si son ideas nuevas, las puedes apuntar
junto a las que ya tenías. Y si son ideas que aportan más

191
información sobre ideas anteriores, puedes apuntarlas debajo.
De esta manera se ve la relación entre ellas. Así:

Tengo miedo de
hablar en público.

Me pongo muy Ganas de Dolor de Creo que


nerviosa. llorar. estómago. limita mi
progreso
profesional.
Creo que me
juzgarán. Nudo en la zona alta
del estómago, justo
debajo del esternón.

En este esquema, “nudo en la zona alta del estómago” está


debajo de “dolor de estómago”, porque es una información que
profundiza en la información anterior. Y “creo que me juzgarán”
está a un lado aparte porque de momento no lo hemos ubicado,
pero lo apuntamos para no olvidarlo.

Después de tratar el nudo del estómago, Julia nota un cierto


alivio, pero siente ganas de llorar. Esto significa que la molestia
del estómago se ha reducido y que ahora las ganas de llorar
tienen más fuerza. Por esto Marta decide abordar este tema. Al
igual que antes, no propone directamente hacer tapping con la

192
frase “tengo ganas de llorar”, sino que primero investiga un poco
más para buscar una frase más específica. Al preguntarle por
qué, Julia responde que está triste. Y al preguntarle otra vez por
qué, responde que le da pena esta situación: cree que no
debería ser tan difícil hablar en público, sino algo bonito. Esto
nos deja este esquema, cada vez más completo:

Tengo miedo de
hablar en público.

Me pongo muy Ganas de Dolor de Creo que


nerviosa. llorar. estómago. limita mi
progreso
profesional.
Creo que me Estoy Nudo en la zona alta
juzgarán. triste. del estómago, justo
debajo del esternón.

Me da pena esta situación.


No debería ser tan difícil.
Debería ser algo bonito.

193
Después de hacer una ronda con “estoy triste porque creo que
debería ser más fácil y bonito hablar en público”, Julia se nota
más relajada, pero aún tiene un poco de miedo. Cree que la
juzgarán, y siente que su vida está en manos de los demás. Aquí
vuelve a aparecer la idea de que cree que la juzgarán, pero de
una manera diferente a la primera vez. Al haber suavizado
algunos síntomas, ahora la conexión con esta creencia es más
clara, y es más fácil abordarla. Marta le pregunta por qué cree
esto, y Julia responde que cree que su valor como persona
depende de lo que los demás piensen. Y al hacer una ronda con
esta frase, sí nota un gran cambio en su interior.

En la página siguiente puedes ver el esquema final de la sesión,


donde ya podemos ubicar el “creo que me juzgarán” más
claramente.

Esta misma idea la puedes utilizar tú en tus sesiones. Primero


haz un análisis general de lo que te pasa, e intenta ponerle
tantos detalles como puedas. Las primeras veces, puedes
empezar a hacer tapping con las frases que surjan de este primer
análisis, pero a medida que vayas adquiriendo experiencia, y
sobre todo si ves que con las primeras frases no avanzas, intenta
profundizar más: pregúntate el porqué, mira qué sientes a nivel
emocional y analiza qué crees.

Y hazlo siempre por escrito. Puedes hacerlo de forma


esquemática como en este ejemplo, en forma de lista o de
cualquier manera que creas que te puede servir, pero ves
anotando siempre todas las ideas que vayan surgiendo. Esta es

194
la manera de ir avanzando, profundizando y acercándote cada
vez más a la raíz de lo que quieres sanar.

Tengo miedo de
hablar en público.

Me pongo muy Ganas de Dolor de Creo que


nerviosa. llorar. estómago. limita mi
progreso
profesional.
Estoy Nudo en la zona alta
triste. del estómago, justo
debajo del esternón.

Me da pena esta situación.


No debería ser tan difícil.
Debería ser algo bonito.

Creo que me juzgarán.

Creo que lo que piensen de mí


afecta a mi valor como persona.

Esquema final de la sesión

195
Capítulo 10
Los diferentes tipos de soluciones que pueden
aparecer al hacer tapping
Una vez ya tenemos bien definidos la estructura y el
procedimiento para hacer las sesiones de tapping, en este
capítulo hablaremos de un tema un poco diferente: las
diferentes soluciones que pueden aparecer cuando hacemos
tapping. Este tema es importante porque las soluciones que
aparecen no son siempre las que esperamos, y tenemos que
estar atentos para poderlas reconocer. Si no, nos pueden pasar
de largo.

Siempre que hacemos tapping, lo hacemos con la intención de


resolver una situación de nuestra vida que nos resulta
problemática. Hay algo de nuestra vida que no nos gusta y
queremos cambiarlo. Y, en muchos casos, tenemos una imagen
bastante definida de lo que nos gustaría que pasara. Por
ejemplo, una persona que tenga una molestia en una parte de su
cuerpo, lo más probable es que espere que, al hacer tapping, la

196
molestia desaparezca; una persona que no tenga trabajo, quizás
espera que la llamen de una empresa concreta donde ha
enviado un currículum; una persona que esté sufriendo porque
su pareja ha decidido terminar la relación, quizás espera que
cambie de opinión y vuelva, y así con muchos otros tipos de
situaciones dolorosas.

Este hecho se debe a dos motivos principales. Por un lado,


puede ser simplemente que tengamos un gran deseo de que
pase eso en concreto. Todos tenemos deseos, y es normal que
queramos que se hagan realidad. Y por otro lado, puede ser que
no se nos ocurra otra posible solución. A veces creemos que
nuestro problema solo tiene una única solución, y dado que
queremos que el problema se resuelva, queremos que se
produzca esa solución.

Esta actitud, aunque es muy lógica y comprensible, puede


convertirse en una seria limitación para nosotros. Porque
muchas veces la vida nos ofrece soluciones que no son las que
estamos esperando. Y si estamos muy obsesionados con que
pase algo muy concreto, puede ser que no veamos estas otras
soluciones y que las dejemos escapar. Esto es muy habitual.
Muchas veces aparece una posible solución, que puede ser
incluso mejor que la que nosotros esperábamos, pero no la
reconocemos porque estamos mirando hacia otro lado. Y
perdemos una gran oportunidad de avanzar.

Es una gran pena que pase esto. En primer lugar, porque


desaprovechamos una oportunidad que la vida nos está dando:

197
aparece una posible solución en nuestro camino, pero nosotros
no la reconocemos y la dejamos pasar. Y en segundo lugar,
porque al no reconocer que tenemos una posibilidad de avanzar,
creemos que no está pasando nada. Creemos que la vida no está
respondiendo y que la terapia no está funcionando. Y nos
desanimamos y lo dejamos.

Por esta razón, es muy importante tener una actitud abierta y


receptiva siempre que hagas tapping. Sé muy consciente de que
la vida te puede responder de maneras que quizás tú no esperas,
y estate atento a las diferentes posibilidades que puedan
aparecer. Si se produce algún movimiento o alguna oportunidad
al hacer tapping, aunque sea algo que no esperabas, analízalo y
tenlo muy en cuenta. Puede ser una posible solución.

Soluciones completas y soluciones parciales


A la hora de estudiar las posibles soluciones que se pueden
producir al hacer tapping, lo primero a tener en cuenta es que
pueden darse soluciones completas o soluciones parciales. Las
soluciones completas son aquellas que hacen que el problema se
resuelva del todo. Las soluciones parciales, en cambio, son
aquellas que implican una mejora de la situación, de mayor o
menor intensidad, pero no de forma completa. Lógicamente,
todos deseamos que se produzcan soluciones completas, pero es
muy importante no obsesionarse ni limitarse a ellas, y ser capaz
también de reconocerlo cuando obtenemos soluciones parciales.

198
Si tenemos problemas económicos, puede ser que al hacer
tapping no se resuelvan del todo, pero que veamos algún
avance. O si tenemos un problema de salud, quizás sigue
presente después del tapping, pero vemos alguna mejoría. En
estos casos, no hay que detenerse y dar por finalizado el
tratamiento, por supuesto. Todavía no hemos llegado al final y
hay que continuar adelante, ya sea con tapping o con otras
alternativas. Pero también hay que ser capaz de ver que hemos
avanzado y valorarlo. Siempre que avancemos, aunque sea muy
poco, debemos tener una actitud de gratitud hacia la vida por
habernos dado este avance, y también de orgullo hacia nosotros
por haberlo conseguido. No siempre es fácil conseguir mejoras, y
es muy positivo celebrarlas cuando se producen.

Hay que tener en cuenta que, la gran mayoría de las veces, los
problemas no se resuelven de un día para otro de forma
completa, sino que requieren un proceso. A veces se resuelven
rápidamente, pero no es lo más habitual. Lo más frecuente,
sobre todo si son problemas de cierta envergadura, es que la
solución vaya llegado en varias etapas: primero avanzamos un
poco, luego un poco más, y de esta manera cada vez nos
acercamos más a una solución definitiva.

Si en un momento dado damos un paso adelante, y no lo


reconocemos ni lo valoramos, es muy probable que nos
desanimemos y lo dejemos. Hay muchas personas que, al cabo
de unas sesiones, si no ven un cambio enorme, piensan que no
han avanzado nada y se desaniman. Piensan: estoy igual que
siempre, no ha servido de nada. Y en muchos casos no es así. A
199
menudo sí ha habido cambios, lo que pasa es que han sido más
pequeños de lo que esperaban y no los han valorado.

Esto pasa muy frecuentemente, y es una de las causas


principales que hacen que muchos tratamientos no lleguen a
buen puerto. Si no somos capaces de valorar y celebrar los
pequeños avances que vamos consiguiendo, es muy probable
que lo dejemos a medio camino. Así que siempre que veas un
avance, por pequeño que sea, celébralo. No es el final del
camino, pero es un paso adelante y hay que valorarlo como se
merece.

Soluciones esperadas y soluciones inesperadas


Una vez ya tenemos claro que cuando hacemos tapping pueden
aparecer soluciones completas o soluciones parciales, y que si
aparece una solución parcial hay que valorarla positivamente, en
el resto de este capítulo analizaremos con un poco más de
detalle los tipos de soluciones que pueden aparecer.

El primero de estos tipos es el más obvio: que aparezca la


solución que estamos esperando, u otra muy parecida. A la hora
de hacer tapping, hay que estar receptivos a cualquier posible
solución que aparezca, y esto implica abrirnos a soluciones
diferentes de las que esperamos. Pero también hay que estar
abiertos a las soluciones que esperamos. Puede que pase otra
cosa, pero también puede que pase exactamente lo que
deseamos.

200
Si haces tapping para abordar un problema de salud, lo más
probable es que desees que ese problema desaparezca. Y es
posible que suceda. Si haces tapping porque no tienes trabajo,
quizás tienes en mente una oferta concreta de una empresa que
te gusta y estás deseando que te llamen. Y quizás te llaman.
Tenemos que estar abiertos a otras alternativas, pero tampoco
hay que pasar al otro extremo y olvidarnos de las opciones que
deseamos. Pueden pasar muchas cosas, algunas esperadas y
algunas no. Y tenemos que estar abiertos a todo.

Pero aparte de esto, que es lo más sencillo, también hay que


estar abierto a otras soluciones inesperadas. Y aquí hay que
prestar mucha atención y tener una mirada muy receptiva,
porque a veces estas otras soluciones pueden ser muy distintas a
lo que esperábamos.

Recuerdo que un día, en curso de tapping, una de las


participantes propuso tratar unos acúfenos que tenía en los
oídos, especialmente en el derecho. No recuerdo la frase exacta
que usamos para empezar, pero era algo parecido a “oigo un
ruido constante en los oídos, especialmente en el derecho”. Lo
que sí recuerdo es que, a partir de aquí, hubo una serie de
pequeños cambios físicos: primero el ruido bajó un poco, luego
sintió una sensación de presión en la espalda, y luego hubo otro
cambio que no recuerdo bien. Y tras cada cambio, íbamos
haciendo una nueva ronda con una frase que reflejaba la nueva
situación: “ahora el ruido es menor”, “siento una presión en la
espalda”, etc.

201
Durante un rato, parecía que íbamos avanzando, aunque sin dar
ningún gran salto. Algo se estaba moviendo, pero sin grandes
cambios llamativos. Pero en un momento dado, otra de las
participantes del curso intervino y empezó a hablar. Y le
transmitió un mensaje muy profundo. Todos los demás nos
quedamos en silencio, escuchándolas y mirándolas, sobre todo a
la persona que se estaba tratando. Al cabo de unos instantes,
tenía lágrimas en los ojos, por el impacto que le había producido
el mensaje que acababa de recibir. Recuerdo que me miró y me
dijo: el tapping funciona.

Lo importante de este ejemplo es que esa no era la solución que


estaba esperando. Ni siquiera yo me esperaba algo así. Cuando
alguien decide tratar unos acúfenos, lo que normalmente espera
es que el ruido desaparezca, o que por lo menos se reduzca de
manera significativa. No suele esperar que alguien que no
conoce le transmita un mensaje que necesita saber.

Es muy posible que, en tus sesiones de tapping, te pase algo


parecido en algún momento. Seguramente harás tapping
esperando algo concreto y pasará otra cosa distinta. Y es muy
importante que estés abierto para reconocerlo. Imagínate que la
persona del ejemplo, al oír el mensaje que le decían, hubiera
dicho: ¿y por qué interviene esta persona ahora? Yo lo que
quiero es dejar de tener acúfenos. No me interesa lo que me está
diciendo. Si ni siquiera la conozco. Si hubiera reaccionado así,
hubiera perdido la oportunidad de conocer mejor el motivo por
el cual tenía acúfenos y avanzar. Y nunca hay que dejar escapar
una oportunidad de conocerse mejor y avanzar.
202
Dentro de esta idea general de soluciones inesperadas, puede
haber muchas opciones distintas, así que hay que estar muy
atento. Pero dos de las más habituales son las oportunidades y
las intuiciones: que aparezca una oportunidad nueva en tu vida o
que te venga alguna intuición de algo que podrías hacer.
Siempre que aparezca una oportunidad o una intuición al hacer
tapping, tenlo en cuenta a la hora de decidir cómo continuar.

Imagina por ejemplo que una persona está preocupada porque


no tiene empleo y decide hacer tapping para ello. Busca las
frases que considera más adecuadas y empieza a trabajarlo,
esperando que esto le ayude a encontrar un trabajo. Pero
resulta que no pasa esto, sino que le viene la idea de montar un
negocio. ¿Cómo reaccionarías tú en un caso así? ¿Descartarías la
idea y la apartarías de tu mente, porque tu objetivo inicial era
encontrar empleo? ¿O la tendrías en cuenta y la valorarías? La
diferencia entre estas dos actitudes es muy grande, y elegir una
u otra puede hacer que te encalles o que puedas avanzar.

O imagínate a una persona que hace tapping para tratar un dolor


de espalda, esperando que el dolor desaparezca. Hace algunas
sesiones, pero de entrada no ve ninguna mejora. Pero al cabo de
unos días, se encuentra con un amigo por la calle que, al
escuchar lo que le pasa, le recomienda ir a un acupuntor. Al igual
que antes, también hay diferentes maneras de reaccionar: no
hacer caso a esta idea, porque no es lo que ella esperaba, o
considerar la opción de ir.

203
Estos dos casos muestran dos ejemplos de una situación muy
habitual en tapping: que, en medio de una sesión de tapping, o
al cabo de unos días, aparezca una intuición en tu mente o una
situación externa que te sugiere una posibilidad: probar otra
terapia, hacer alguna determinada acción, etc. Es muy
importante que, siempre que te suceda algo así, no lo pases por
alto. Esto no significa que tengas que seguir siempre esta nueva
posibilidad. En los dos ejemplos anteriores, no significa que haya
que montar un negocio e ir al acupuntor. Pero es importante
tenerlo en cuenta. Podría ser que el papel del tapping fuera
precisamente mover algo a nivel interno para dirigirnos hacia
esas nuevas posibilidades. Y si no estás atento, puedes perder
una oportunidad de avanzar.

Y, además de esto, también es importante valorar esta


oportunidad y ver que forma parte de un camino hacia la
solución. Un pequeño error que a veces cometemos a la hora de
valorar una terapia es pensar que, para considerar que funciona,
debe resolver lo que estamos tratando ella sola. Y esto no es del
todo correcto. Muchas veces, una terapia aparece en nuestra
vida simplemente para generar un pequeño cambio en nosotros
que nos lleva a otra terapia. Puede ser perfectamente que el
tapping te lleve a otras terapias o herramientas. Y también
puede ser que otras cosas que has hecho anteriormente te
hayan llevado al tapping ahora. Y esto no significa que no hayan
funcionado. Quizás este fue su papel.

En el ejemplo anterior de la persona a la que le dolía la espalda,


imaginemos que decide seguir el consejo de su amigo y pedir
204
una cita con el acupuntor. Y resulta que, ya en la primera sesión,
nota una mejora importante. Aquí podría pensar: la acupuntura
me ha funcionado, pero el tapping no. Y quizás no es así. Quizás
el tapping ha movido algo en ella que ha permitido que la
acupuntura llegara a su vida.

Y también podría pasar lo mismo al revés. Una persona podría


hacer acupuntura, u otra terapia, para tratar algo que le
preocupa, y no ver resultados claros. Y, al cabo de un tiempo,
descubrir el tapping. Y podría pensar: el tapping me ha
funcionado, pero todo lo anterior, no. Y seguramente no sería
cierto. Muy posiblemente, todo lo anterior ha generado cambios
en su interior para permitir la llegada del tapping.

En resumen, las intuiciones, las oportunidades y las situaciones


inesperadas en general pueden ser parte de las soluciones que
esperas, y hay que tenerlas en cuenta. Esto no significa que
tengas que seguir cualquier intuición u oportunidad que
aparezca en tu vida al hacer tapping, pero por lo menos
considéralo. Si aparece algo que de entrada no esperabas, no lo
descartes en seguida. Valóralo. Puede que sea la solución que
estás esperando.

O un paso que te acerque a ella.

Mejoras emocionales
Aparte de las intuiciones y las oportunidades, otra situación que
puede ser una posible solución, y que no siempre identificamos

205
como tal, son las mejoras emocionales. Siempre que nos
preocupa algo, y conseguimos sentirnos mejor emocionalmente,
implica que algo se ha resuelto. Y es importante reconocerlo,
valorarlo y potenciarlo.

Muchas veces, cuando analizamos un problema, tendemos a


considerar que la situación que estamos viviendo es la esencia
del problema. Si tenemos poco dinero, por ejemplo, solemos
considerar que esa falta de dinero es el problema. O si tenemos
un conflicto con alguien, creemos que el conflicto es el
problema. Pero esto no es así. Lo que hace que una situación sea
problemática para nosotros no es la situación en sí misma, sino
cómo la vivimos a nivel emocional. Si yo tengo poco dinero, y
estoy preocupado, esto será un problema para mí; pero si estoy
tranquilo, entonces no lo viviré como un problema. O si hay
alguien que me trata de una determinada manera, y yo
reacciono con tristeza, enfado u otra emoción dolorosa, viviré
esta situación como un problema. Pero si me lo tomo con calma
y tranquilidad, no será un problema para mí.

Es decir, lo que hace que una situación sea un problema para


nosotros, es cómo la vivimos a nivel emocional, no la situación
en sí misma. Teniendo esto en cuenta, ¿qué sucede si tienes un
problema que te preocupa, haces tapping para tratarlo –u otra
terapia–, y deja de preocuparte del todo? Pues que deja de ser
un problema. La situación quizás sigue siendo la misma, pero ya
no te causa malestar, así que ya no tienes un problema. Se ha
resuelto.

206
A menudo nos cuesta dar este cambio de mentalidad. Estamos
muy habituados a pensar que, para que un problema se
resuelva, tiene que cambiar externamente: si estamos
preocupados por nuestra situación económica, la solución es
que nos llegue más dinero; si nos sentimos solos, la solución es
encontrar a alguien; si sentimos dolor, la solución es que el dolor
se vaya. Pero no siempre es así. A veces sí, pero no siempre.
Algunas veces la solución es un cambio emocional. Y esto no es
un parche ni nada parecido. Es una solución real. Si algo deja de
preocuparte del todo, sea lo que sea, deja de ser un problema.

Dicho esto, en muchos casos es difícil que una situación deje de


preocuparnos del todo si no cambia, por lo menos un poco. Si
tenemos un problema de salud, es difícil que nos deje de
preocupar si no mejora; si nos cuesta llegar a fin de mes, es
difícil estar tranquilos si no conseguimos aumentar los ingresos o
reducir los gastos. No es imposible, pero en general cuesta
bastante. Ahora bien, lo que sí es relativamente asequible es
conseguir que nos preocupe menos. Si algo nos preocupa
mucho, quizás no logramos que nos deje de preocupar del todo
sin que cambie, pero casi siempre podemos reducir la
preocupación. Y esto, aunque no sea una solución completa del
problema, sí es una solución parcial.

De entrada, si tratamos un determinado problema y


conseguimos reducir la preocupación que sentimos, esto nos
produce un alivio inmediato. Y esto es algo muy valioso en sí
mismo, porque nos sentimos mejor. Y además, si estamos más
tranquilos a nivel emocional, será más fácil que la situación en
207
cuestión pueda mejorar. Si estamos preocupados porque no
tenemos empleo, por ejemplo, y al hacer tapping conseguimos
estar más tranquilos, esto es una mejora en sí misma. No es una
solución completa, pero es un paso adelante, porque nos
sentimos mejor. Y además de esto, será mucho más fácil que
encontremos empleo, porque si estamos más tranquilos,
tendremos una mejor actitud en todo el proceso: al buscar
ofertas, al preparar el currículum, al ir a las entrevistas, etc. Y,
por lo tanto, será mucho más fácil que nos contraten. Esto es
válido para cualquier situación: problemas físicos, conflictos, etc.
Si estamos más tranquilos, será más fácil que evolucionen
favorablemente.

Así pues, los avances emocionales siempre son positivos, y así


debes considerarlos. Este es uno de los motivos por los que es
tan importante trabajar las emociones. Siempre que notes
mejoras emocionales, significa que has avanzado. Son un alivio
inmediato, y ayudan a que cualquier situación evolucione
positivamente. Y, en algunos casos, pueden incluso ser una
solución completa. Recuerda siempre que, si algo deja de
afectarte a nivel emocional, deja de ser un problema.

En resumen, la idea principal de este capítulo es que, si quieres


aprovechar bien el tapping, tienes que abrir tu mente respecto a
lo que consideras posibles soluciones de tus preocupaciones. No
te obsesiones con cosas demasiado concretas. Está bien que
tengas deseos y que visualices mentalmente posibles opciones,
pero no te cierres a otras alternativas. Y, en especial, presta
mucha atención a las intuiciones, las oportunidades y los
208
cambios emocionales. Muchas veces son etapas del camino que
te permiten avanzar.

209
Capítulo 11
Cómo tratar las raíces del problema
Con todo lo que hemos explicado hasta ahora, ya lo tenemos
casi todo para abordar cualquier situación que te preocupe con
tapping. Solo falta explicar cómo tratar los casos más complejos,
que es lo que haremos en este capítulo.

En esencia, el procedimiento principal para tratar los casos


complejos es el mismo que para tratar casos más sencillos.
Primero decidir qué queremos tratar y buscar varias frases que
lo describan con detalle. Es importante no correr al hacer esta
parte. Dedica tiempo a escucharte bien y a buscar frases
detalladas. Y ves anotándolas todas por escrito. Una vez tengas
unas cuantas frases, míralas bien y elige una para hacer la
primera ronda. A partir de aquí, si hay algún cambio, busca una
frase que se adapte al cambio para hacer una nueva ronda. Y ves
repitiendo en proceso mientras haya cambios. Por otro lado, si
no hay ningún cambio, intenta buscar otra frase mejor.

210
En este último paso, hay tres posibilidades principales: buscar
una frase más específica, utilizar otra de las frases que has
considerado inicialmente o buscar frases más profundas que
apunten a las raíces del problema. Cuando tratamos problemas
más o menos sencillos, con las dos primeras opciones suele ser
suficiente. Vamos haciendo frases sobre lo que nos pasa y sobre
lo que sentimos y, si en algún momento no avanzamos,
intentamos hacer frases más específicas. Y con esto, muchas
veces ya se consiguen avances importantes. Pero si queremos
abordar casos más complejos, casi siempre hay que acudir a la
tercera opción: profundizar y buscar las raíces. Y de esto
hablaremos en este capítulo.

La idea básica es la misma que hasta ahora: buscar frases sobre


lo que queramos tratar y hacer tapping con ellas; esto no cambia
en ningún momento. Lo único es que, para llegar a las raíces, hay
que hacerlo con un grado más de profundidad. En lugar de hacer
frases directamente sobre las características más visibles del
problema, analizar qué hay debajo de él y hacer frases sobre
ello.

Esto es muy importante porque, la mayoría de problemas, y


especialmente los más complejos, tienen raíces debajo. En cierta
manera, son como un iceberg: tienen una parte visible, que son
los síntomas que vemos más claramente, y una parte oculta. Y
esta parte oculta es la que los sustenta. Si abordamos solo la
parte visible, a veces podemos conseguir algunas mejoras, pero
mientras la parte oculta siga presente, seguramente no serán

211
mejoras definitivas. Si queremos llegar a una solución completa,
tenemos que sanar también la parte oculta.

Así que, si hay algún problema que, aplicando todo lo que hemos
explicado hasta ahora no consigues resolver, lo más probable es
que tenga raíces ocultas. Y hay que llegar a ellas para poderlo
sanar.

En esto, el tapping es muy efectivo. El tapping es muy efectivo


sanando raíces. Pero requiere una cierta paciencia y
perseverancia, porque hay que hacerlo una a una. El tapping
funciona muy bien cuando abordamos las raíces
individualmente, con frases muy específicas, pero no tanto si
intentamos abordarlas todas de golpe.

El creador del tapping, Gary Craig, compara los problemas


complejos con una mesa que tiene varias patas, donde la parte
superior de la mesa representa los síntomas visibles del
problema y las patas representan las raíces. La diferencia es que
las mesas suelen tener cuatro patas y los problemas pueden
tener muchas más: veinte, cincuenta, cien,… En un caso así, si
intentamos “derribar” la mesa directamente, seguramente nos
costará, porque hay muchas patas que la sustentan. En cambio,
si vamos quitando las patas una a una, será mucho más fácil, y al
final la mesa caerá. Y esta es la manera de tratar los problemas
más complejos con tapping: analizar bien sus raíces e ir
sanándolas una a una.

212
Esto suele requerir una cierta dosis de paciencia porque, muchas
veces, al principio no vemos cambios significativos. Si un
problema tiene muchas raíces profundas, al sanar las primeras
no suelen verse demasiados cambios externos. Es como si
tenemos una mesa con cien patas y le quitamos una o dos: a
efectos prácticos, no cambiará casi nada. Seguirá en pie igual. Y
lo mismo si quitamos diez patas, veinte o treinta. Pero si
seguimos adelante y quitamos más, llegará un momento en que
la mesa se tambaleará y caerá, porque no tendrá suficientes
patas que la aguanten.

Pues con los problemas pasa algo muy parecido. Muchos de ellos
tienen varias raíces, y tenemos que sanar un número suficiente
para que el problema se disuelva. Y esto debes tenerlo en cuenta
para no desanimarte. Puede pasar perfectamente que empieces
a sanar algunas raíces de un determinado problema y que al
principio no veas ningún cambio significativo. Quizás te
preocupa un tema económico, empiezas a tratar algunas raíces –
como explicaremos a continuación– y al principio no ves que tu
situación económica mejore. O quizás te preocupa un tema de
salud, y al empezar a profundizar en él, tampoco ves ninguna
mejoría clara. En estos casos, puede que te sientas frustrado y
decepcionado, y que creas que no estás avanzando. Pero si
continúas trabajando, y vas sanando más raíces, llegará un
momento en el que sí verás cambios claros. Así que es muy
importante mantener la paciencia y la constancia, y no tirar la
toalla antes de tiempo.

213
Por supuesto, esto no significa que tengas que seguir con el
tapping sí o sí aunque no veas resultados. Si, por el motivo que
sea, consideras que el tapping no es para ti, lo lógico es dejarlo.
No todo es para todos. Pero sí hay que tener presente que los
resultados no llegan siempre tan rápidamente como nos
gustaría, sobre todo en los casos más complejos, y que la
perseverancia es clave para avanzar.

El árbol de aspectos de un problema


El camino principal para descubrir las raíces profundas de un
problema es analizarlo con detalle para ver qué elementos de
nuestra vida le están dando fuerza.

Imagina, por ejemplo, el caso de una persona que tiene dolores


de cabeza bastante frecuentes desde hace tiempo. El primer
paso sería aplicar todo lo que hemos explicado hasta ahora:
hacer frases específicas sobre el dolor y sobre las emociones que
siente, y escucharse muy bien para ver si hay algún cambio al
hacer las rondas, por pequeño que sea, y sea del tipo que sea.
No hay que olvidar nunca este segundo paso: que esté tratando
un dolor de cabeza no significa que los cambios tengan que ser
en la cabeza. Puede haber cambios de cualquier otro tipo:
cambios en otra parte del cuerpo, cambios emocionales o
cambios mentales. Y cualquier cambio que se produzca, hay que
seguirlo.

Pero imaginemos que, en este caso, esto no es suficiente.


Después de aplicar estos pasos, consigue algunas mejoras, pero
214
sigue sintiendo dolor. Cuando pasa esto, lo más probable es que
haya raíces profundas debajo, y es necesario descubrirlas y
sanarlas.

Para poner un ejemplo concreto, imaginemos que, debajo del


dolor de cabeza, están estos otros temas dándole fuerza: una
tendencia general a estar de mal humor, insatisfacción laboral y
un conflicto familiar. Gráficamente, lo podemos representar así:

Dolor de cabeza

Insatisfacción Conflicto
Mal humor
laboral familiar

Ilustración 10: Raíces –o aspectos– del dolor de cabeza

Esta imagen representa que estas tres situaciones –el mal humor
recurrente, la insatisfacción laboral y el conflicto familiar– están
haciendo que exista el dolor de cabeza. Esto es solo un ejemplo,
no tiene por qué ser siempre así, pero nos imaginamos que en
este caso sí es de esta manera. Esto significa que, si tratamos
solo el dolor de cabeza, por mucho que hagamos frases muy
específicas y detalladas, seguramente no desaparecerá del todo,
porque siguen estando presentes las raíces que lo están
generando. Si queremos llegar a una solución completa y

215
definitiva, tenemos que sanar también el mal humor, la
insatisfacción laboral y el conflicto familiar; o por lo menos
suavizarlos un poco. Y la manera de hacerlo es aparcar
temporalmente el problema inicial y tratar las raíces, aplicando
las mismas herramientas: haciendo frases muy específicas y
escuchando muy bien los cambios.

El hecho de que a estos temas los llamemos raíces –también


suelen denominarse “aspectos”– y que en el dibujo anterior los
hayamos dibujado debajo del problema inicial, no significa que
sean temas menores. En absoluto, son temas con entidad
propia, y muchas veces pueden ser incluso mayores que el
problema inicial. Así que pueden requerir tiempo y dedicación.

Además, al ser temas con entidad propia, debajo pueden tener


sus propias raíces. Debajo de las primeras raíces que
descubrimos de un problema, puede haber más raíces. Por
ejemplo, debajo del mal humor, que es un aspecto del dolor de
cabeza, puede haber otros aspectos. Para continuar con el
ejemplo concreto, nos imaginamos que esta persona tiene tres
aspectos que están propiciando el mal humor. En primer lugar,
tiene la creencia de que la vida es dura y pesada, y piensa a
menudo en ello. En segundo lugar, se aburre con frecuencia; hay
muchos momentos en los que no sabe qué hacer para pasar un
buen rato. Y por último, se le hacen muy pesadas las tareas
cotidianas y las responsabilidades de su día a día. Y todo esto
está contribuyendo al mal humor. Así:

216
Mal humor

Creencia de que Cansancio


Aburrimiento
la vida es dura cotidiano

Ilustración 11: Aspectos del mal humor, que a su vez es aspecto


del dolor de cabeza.

Al igual que antes, esto es solo un ejemplo, pero en un caso así,


habría que sanar estos tres aspectos –creencia de que la vida es
dura, aburrimiento y cansancio–, para poder sanar el mal humor,
que es un aspecto del problema inicial: el dolor de cabeza.

De la misma manera que el mal humor tiene sus propios


aspectos, los otros dos aspectos del dolor de cabeza –la
insatisfacción laboral y el conflicto familiar– también pueden
tener sus aspectos. Por ejemplo, debajo de la insatisfacción
laboral puede haber una mala relación con los compañeros de
trabajo y un miedo a montar un negocio que le hace ilusión:

217
Insatisfacción
laboral

Mala relación Miedo a montar


con compañeros un negocio

Ilustración 12: Aspectos de la insatisfacción laboral.

Y debajo del conflicto familiar, podría haber un miedo a expresar


sus emociones y un enfado con sus padres:

Conflicto
familiar

Miedo a expresar Enfado con los


emociones padres

Ilustración 13: Aspectos del conflicto familiar.

Pero esto no es todo. Cada uno de estos aspectos de los


aspectos, también es un tema con entidad propia, y también
puede tener sus propios aspectos. Debajo del miedo a expresar
emociones, por ejemplo, puede haber más aspectos, como la
creencia de que los demás son hostiles y, debajo de esto, puede

218
haber recuerdos concretos relacionados con la hostilidad de los
demás. Y debajo del enfado con los padres, puede haber
recuerdos concretos de la infancia relacionados con los padres.
Así:

Conflicto
familiar

Miedo a expresar Enfado con los


emociones padres

Creencia mundo
hostil
Recuerdo Recuerdo
padres 1 padres 2

Recuerdo Recuerdo
hostilidad 1 hostilidad 2

Ilustración 14: Aspectos del miedo a expresar emociones y del


enfado con los padres.

Si unimos todos los aspectos que hemos ido encontrando, nos


queda una imagen como la que se representa en la siguiente
ilustración:

219
Dolor de
cabeza

Mal humor Conflicto


Insatisfacción
Mal laboral
Conflicto
familiar

Mala relación Miedo Miedo Enfado con


compañeros negocio emociones los padres

Creencia la Cansancio Creencia Recuerdo Recuerdo


vida es dura Aburrimiento cotidiano mundo hostil padres 1 padres 2

Recuerdo Recuerdo
hostilidad 1 hostilidad 2

Ilustración 15: Árbol de aspectos del dolor de cabeza.

220
Esta representación no está completa, porque faltaría
profundizar más en algunos puntos, como por ejemplo analizar
qué hay debajo de la mala relación con los compañeros de
trabajo, del miedo a montar un negocio y de la creencia que la
vida es dura. Pero, aun así, nos da una idea general de la
situación a abordar y de las raíces que tiene.

En este ejemplo, debajo de lo que parecía un dolor de cabeza y


ya está, hay muchas más cosas. Y con muchas de las situaciones
que vivimos pasa lo mismo: hay mucho más de lo que se ve a
simple vista. Y hay que sanarlo si queremos llegar a una solución
completa.

Cómo descubrir las raíces de un problema


Al ver la imagen del árbol de aspectos de un problema, alguien
podría pensar: uf, esto es imposible de sanar. Si vamos
profundizando en cada aspecto que encontramos, siempre
encontraremos más cosas debajo y nunca llegaremos a un final.
Nunca podremos sanarlo del todo.

Si te ha surgido esta duda, quédate tranquilo: no es verdad. Es


cierto que en muchos casos puede haber raíces muy profundas
pero, como veremos en breve, sí hay un final.

En tu caso, un primer ejercicio que puedes hacer para


profundizar en un problema y descubrir sus aspectos es dibujar
este árbol: coge una hoja de papel, escribe el problema inicial en
la parte superior y, a partir de aquí, ves analizando qué aspectos

221
crees que puede tener debajo. Y ves escribiendo –con círculos y
flechas como en el ejemplo– los aspectos que vayas
descubriendo.

Ahora daremos algunas pautas más concretas para hacer esta


búsqueda, pero la idea principal es buscar en tu interior qué
elementos de tu vida crees que están causando el problema. En
este proceso, puedes utilizar cualquier herramienta que creas
que puede serte de utilidad. No te limites únicamente a las ideas
que comentaremos aquí. El objetivo principal es conectar
contigo mismo para conocerte mejor y descubrir las raíces de lo
que te pasa. Y hay muchas posibilidades para llegar a este
objetivo.

Por ejemplo, si tienes conocimientos de psicología, ya sea


porque tienes estudios o porque has leído sobre el tema, los
puedes usar. Personalmente, creo que la psicología combina
muy bien con el tapping, porque los psicólogos tienen muchos
conocimientos sobre cómo funcionamos a nivel interno, y esto
es muy útil a la hora de ahondar en lo que nos pasa y entenderlo
bien.

Otra terapia que también combina muy bien con el tapping es el


Reiki. Porque, cuando hacemos Reiki, nuestra energía se
armoniza, y entonces es más fácil conectar con nosotros
mismos. Así que, si practicas Reiki, puedes hacerlo antes de
empezar la sesión de tapping para equilibrar tu energía y facilitar
el proceso. Y si practicas cualquier otra terapia que tenga el
mismo efecto, también la puedes usar.

222
Aparte de las terapias que practiques, otra vía que también
puede ser muy útil son las conversaciones con otras personas. Si
vas a algún terapeuta profesional, ya sea de tapping o de
cualquier otra terapia, es muy posible que te haga preguntas
personales y que, al pensar sobre ellas, surjan ideas importantes
sobre tu vida. Pues estas ideas las puedes tener en cuenta a la
hora de hacer tapping.

En mi caso, hubo una temporada que fui a una terapeuta de


homeopatía, y recuerdo que en las conversaciones que tenía con
ella surgían ideas sobre mí que yo solo no había visto. Y cuando
llegaba a casa, además de tomarme los medicamentos que me
recomendaba, hacía tapping con esas ideas que habían salido.

Algo parecido puede pasar en conversaciones personales con


amigos o personas que te conozcan bien. Puede ser que, en
algún momento, alguien te diga o te pregunte algo que te haga
ver alguna cosa de ti que no habías visto o que habías olvidado.
Y lo puedes usar para hacer tapping.

También puede ser que descubras cosas de ti haciendo


meditación. Si practicas meditación de forma más o menos
regular, es muy probable que en algún momento te vengan ideas
o recuerdos de aspectos de tu vida que pueden ser importantes
a la hora de tratar algo que te preocupa. Si te pasa, es
importante que lo anotes y que lo tengas en cuenta en tus
sesiones de tapping.

223
Como ves, hay varias vías para acceder a la información que
necesitamos para hacer tapping. Y cualquiera de ellas es válida.
Para hacer tapping, necesitas comprender bien lo que te pasa. Y
puedes usar cualquier camino que te facilite hacerlo.

Los cuatro tipos de aspectos


Más allá de las diferentes posibilidades que hemos comentado, y
de cualquier otra que conozcas, a continuación daremos algunas
pautas para descubrir los aspectos de un problema.
Concretamente, hablaremos de los diferentes tipos de aspectos
que suele haber, para que te sea más fácil estar atento y
poderlos encontrar.

El primer tipo de aspecto son otros problemas que tengamos. Es


decir, aparte del problema inicial que quieres tratar, puede
haber otros problemas diferentes que estén relacionados con él.
Esto es muy habitual, porque todas las situaciones de nuestra
vida están relacionadas. Aunque a menudo separamos las
diferentes áreas de la vida para gestionarlas más fácilmente,
todas están relacionadas en un punto u otro, porque nuestra
vida es una unidad. Esto significa que no podemos considerar
nuestros problemas como elementos aislados entre ellos. A
veces están relacionados más fuertemente y otras más
débilmente, pero siempre hay una relación. Y en algunos casos
hay que tratar otros problemas además del problema inicial para
poderlo sanar.

224
Puede ser que alguien tenga un dolor de cabeza, por ejemplo, y
un conflicto laboral con un compañero. De entrada, pueden
parecen dos temas muy diferentes, pero seguro que tienen
alguna relación, porque los dos forman parte de la vida de una
misma persona. Y puede ser que haya que sanar uno, o por lo
menos suavizarlo, para sanar el otro.

En tu caso, puede ser perfectamente que tengas varias


preocupaciones, y que algunas de ellas parezcan muy diferentes.
Pero seguro que tienen alguna relación. Y es importante
analizarlo bien, porque puede ser que tengas que trabajar sobre
alguna de ellas para sanar el problema inicial que quieres tratar.

Un ejercicio que puedes hacer en este aspecto es hacer una lista


de todas las preocupaciones que tienes, más allá del problema
inicial que quieres tratar. Si quieres tratar un dolor, por ejemplo,
pregúntate qué otras situaciones te preocupan aparte de esto.
Anótalas en una hoja de papel y analiza bien qué sientes
exactamente en cada caso. Y mira también si ves alguna relación
con el problema inicial.

Si ves alguna relación clara, trata también esa otra


preocupación; seguramente sea importante hacerlo. Y en caso
de duda, trátalo todo. Tratar preocupaciones siempre es energía
bien empleada.

El segundo tipo de aspectos son los miedos y los bloqueos


emocionales en general. Los miedos son muy importantes
porque, siempre que consideramos que tenemos un problema,

225
sentimos miedo. Si algo es un problema para nosotros, significa
que ese algo nos da miedo: o bien no está pasando, y tenemos
miedo de que pase en el futuro, o bien ya está pasando, y
tenemos miedo de que siga pasando durante más tiempo. Si no
sintiéramos ningún tipo de miedo, no lo viviríamos como un
problema.

Así que, si quieres encontrar las raíces de algo que te preocupa,


es importante analizar los miedos. Al igual que antes, puedes
escuchar con detenimiento lo que sientes y hacer una lista de
todos tus miedos. Y cualquier miedo que descubras que pueda
estar relacionado con el problema inicial, trátalo. Y en caso de
duda, trátalos todos. Tratar miedos también es siempre energía
bien empleada.

El tercer tipo de aspectos son las creencias. Todos tenemos unas


determinadas creencias sobre nosotros mismos, sobre el mundo
y sobre la vida en general. Estas creencias tienen un gran
impacto en todo lo que nos pasa, y es importante sanar aquellas
que nos están limitando. Así que un tercer ejercicio que puedes
hacer es analizar tus creencias: ¿qué crees de ti mismo? ¿Qué
crees de los demás? ¿Qué crees de la vida en general? ¿Qué
crees del problema que te preocupa? Haz una lista detallada, y
trata cualquier creencia que veas que va en contra de que tus
problemas se puedan resolver.

Y por último, el cuarto tipo de aspecto son los acontecimientos


concretos del pasado. Las experiencias que hemos vivido en el
pasado, y especialmente las experiencias dolorosas de la

226
infancia, nos han marcado profundamente, y tienen un gran
efecto en todo lo que nos pasa. Detrás de la mayoría de los
problemas que vivimos de adultos hay experiencias dolorosas
del pasado. Así que un cuarto ejercicio muy recomendable es
intentar recordar los acontecimientos de tu pasado,
especialmente los más dolorosos.

Así pues, una manera de descubrir las raíces de un problema y


dibujar su árbol de aspectos es analizar estas cuatro áreas de tu
vida: otros problemas que te preocupen, miedos y bloqueos
emocionales, creencias y recuerdos dolorosos del pasado. En los
cuatro casos, analízalo con detalle y mira qué aspectos pueden
estar relacionados con el problema inicial. Si ves alguna relación
clara, empieza por allí. Pero, en caso de duda, trátalo todo.
Tratar aspectos siempre es positivo y te servirá para liberar
bloqueos que te están frenando.

El orden de los aspectos


Conocer los diferentes tipos de aspectos es muy importante y
muy útil. Pero aparte de la explicación general de cada tipo
aspecto, también hay otro elemento muy práctico: la relación
entre ellos.

Los diferentes tipos de aspectos se relacionan entre ellos de una


manera muy concreta, y conocer esta relación facilita aún más
poderlos encontrar. Es la siguiente:

227
Problemas

Miedos

Creencias

Acontecimientos del pasado

Ilustración 16: El orden de los aspectos.

Es decir, debajo de los problemas, hay miedos; debajo de los


miedos, hay creencias, y debajo de las creencias, hay
acontecimientos concretos del pasado.

Debajo de cualquier problema, siempre hay miedos; por el


motivo que acabamos de comentar hace un momento: si hay
una situación que vivimos como un problema, significa que algo
nos da miedo. Si no, no la viviríamos así. Por ejemplo, si tenemos
una determinada situación económica, y para nosotros es un
problema, significa que tenemos miedo: miedo a arruinarnos,
miedo a no poder pagar algunas cosas, miedo a sufrir, miedo a
sentirnos menos que los demás, etc. Los miedos concretos
pueden ser de varios tipos, pero seguro que hay miedo. Y lo
mismo con cualquier otra situación dolorosa: conflictos,

228
problemas de salud, problemas laborales, etc. Siempre hay
miedo. Si no, no lo viviríamos como un problema.

Aparte del miedo, también puede haber otras emociones


dolorosas, como la frustración, la rabia, la tristeza, etc. Pero el
miedo es una de las más importantes, y siempre está presente
debajo de cualquier problema. Así que siempre que quieras
tratar un problema y profundizar en él, pregúntate de qué tienes
miedo. Y trata lo que descubras.

Debajo de los miedos, siempre hay creencias. Porque, si algo nos


da miedo, significa que creemos que ese algo puede pasar, y que
si pasa, sufriremos. Si no creyéramos que puede pasar, no nos
preocuparía. Y si no creyéramos que si pasa sufriremos, tampoco
nos preocuparía. Los miedos siempre están asociados a
determinadas creencias que hay en nuestra mente. Así que
siempre que descubras un miedo en ti, automáticamente
pregúntate: ¿qué creencias hay en ti que hacen que tengas este
miedo?

Y debajo de las creencias, siempre hay acontecimientos


concretos del pasado. Las creencias que tenemos, no aparecen
porque sí en nuestra mente, sino porque algo ha sucedido en
nuestra vida que nos ha hecho creer eso. Si creemos que somos
débiles, o que el mundo es hostil, o que la vida es dura, o
cualquier otra cosa, significa que algo sucedió en nuestro pasado
que nos hizo sacar la conclusión de que esto es cierto. Así que
siempre que descubras una creencia en ti, automáticamente

229
puedes preguntarte: ¿qué ha pasado en tu vida para que creas
esto?

Tener en cuenta esta relación entre los aspectos es una manera


muy práctica de sistematizar la búsqueda y encontrarlos más
fácilmente. Siempre que quieras profundizar en un determinado
problema, hazte las siguientes preguntas, en este orden:

1. ¿Qué otros problemas hay en tu vida?


2. ¿Qué miedos hay debajo de estos problemas?
3. ¿Qué creencias tienes que hacen que tengas estos
miedos?
4. ¿Qué ha sucedido en tu pasado que te ha hecho tener
estas creencias?
Y todo lo que descubras, trátalo con tapping.

Cómo tratar los miedos y las creencias


Siguiendo el esquema de preguntas que acabamos de comentar,
cuando quieras profundizar en algo que te preocupa, el primer
paso es analizar otras preocupaciones de tu vida y mirar si hay
alguna relación directa con la preocupación inicial. De esta
manera, puedes empezar a dibujar el árbol de aspectos, y
también empezar a buscar frases sobre estas preocupaciones.

En los casos más sencillos, esto puede ser suficiente. Pero en los
más complejos, generalmente hay que profundizar más. Y para
ello debes plantearte las dos siguientes preguntas de la lista:
¿qué miedos –y otras emociones– hay debajo de estos

230
problemas? ¿Y qué creencias hay debajo de estos miedos? Y
tratar todo lo que descubras.

Por ejemplo, imaginémonos a una persona que tiene problemas


económicos y que quiere profundizar para descubrir sus raíces.
Aparte de mirar otros problemas de su vida que puedan estar
relacionados, una pregunta muy importante es: ¿de qué tienes
miedo? Y de aquí pueden surgir varias respuestas:

- Tengo miedo de arruinarme.


- Tengo miedo de no poder pagar el alquiler.
- Tengo miedo de no poder pagar las actividades de los
niños.
- Etc.
El miedo es una emoción muy importante, porque siempre está
presente cuando creemos que tenemos un problema. Pero
aparte del miedo, también puede haber otras emociones
dolorosas: frustración, tristeza, enfado, rabia, falta de esperanza,
etc. Y también es importante analizar estas emociones. Todas las
emociones dolorosas merecen atención. Por ejemplo:

- Me frustra no poder comprar algunas cosas.


- Me enfada ver que algunas personas tienen tanto.
- Me entristece ver que no avanzo.
- Etc.
Al hacer este análisis, obtenemos una lista de miedos y otras
emociones dolorosas asociadas al problema original. De entrada,
todas estas frases son candidatas para hacer tapping. Sin

231
embargo, esto no significa que todas se acaben usando. Siempre
que tenemos una lista de posibles frases de tapping, hay que
elegir una para empezar. Y puede ser que, al hacer una ronda
con ella, surjan cambios que nos lleven por otro camino. Así que
no pasa nada si no usas todas las frases que se te van
ocurriendo. Es algo habitual. Lo que sí es importante es que las
anotes, las tengas en cuenta y que te asegures de que, por un
camino u otro, vas sanando todas las emociones dolorosas que
vas descubriendo.

Además, para cada emoción que descubras, y especialmente si


ves que te cuesta sanarla, pregúntate qué creencias hay en ti
que hacen que sientas esta emoción. Las emociones son siempre
una respuesta a nuestros pensamientos, así que preguntarte qué
crees es una manera de profundizar en ellas. Por ejemplo, si la
persona de los problemas económicos tiene miedo de
arruinarse, es porque tiene creencias que sustentan este miedo.
Algunas de ellas podrían ser: “creo que hay posibilidades reales
de que me arruine”, “creo que si me arruino, nadie me ayudará”,
“creo que si me arruino, sufriré mucho”, etc.

Y lo mismo con los otros miedos: el miedo de no poder pagar el


alquiler y el de no poder pagar las actividades de los niños.
Debajo de estos miedos, también hay creencias. Por ejemplo:
“creo que si sigo así, no podré pagar mis gastos”, “creo que si no
puedo pagar el alquiler, lo pasaré muy mal”, “creo que si no
puedo pagar las actividades de los niños, fracasaré como padre”,
etc.

232
Si juntamos todas estas emociones y creencias, nos queda un
cuadro como este:

Problema inicial
Problemas económicos.

¿De qué tienes miedo?


Tengo miedo de arruinarme.
Tengo miedo de no poder pagar el alquiler.
Tengo miedo de no poder pagar las actividades de los niños.

¿Qué otras emociones dolorosas sientes?


Me frustra no poder comprar algunas cosas.
Me enfada ver que algunas personas tienen tanto.
Me entristece ver que no avanzo.

¿Qué creencias hay en ti que te hacen sentir esto?


Creo que hay posibilidades reales de que me arruine.
Creo que si me arruino, nadie me ayudará.
Creo que si me arruino, sufriré mucho.
Creo que si sigo así, no podré pagar mis gastos.
Creo que si no puedo pagar el alquiler, lo pasaré muy mal.
Creo que si no puedo pagar las actividades de los niños,
fracasaré como padre.

233
La visión que se obtiene de este análisis es muy profunda,
porque nos permite ver las emociones y las creencias que hay
debajo del problema inicial.

En tu caso, puedes hacer lo mismo: preguntarte primero qué


miedos y qué otras emociones dolorosas tienes, y luego mirar
qué creencias tienes que te hacen sentir estas emociones. Y si
crees que es necesario, pregúntate también el porqué de cada
creencia –como explicamos en el Capítulo 8– para profundizar
más en ella y hacer frases más específicas.

Al hacer este trabajo, obtendrás una lista con varias frases. Y


esto implica que tendrás que elegir una para hacer la primera
ronda. Como hemos comentado varias veces, intenta empezar
por la que más te resuene. Pero si no lo ves claro, no te agobies
por esto. En tapping, el orden no es lo más importante. Lo que sí
es importante es que vayas anotando por escrito todo lo que
vayas descubriendo para no olvidarlo. Y ves tratándolo todo para
liberarlo.

Cómo descubrir y tratar los recuerdos dolorosos del


pasado
Los miedos y las creencias son dos tipos de raíces profundas que
hay debajo de todos nuestros problemas. Pero hay un tercer tipo
de raíz aún más profunda: los recuerdos del pasado. Los
recuerdos de las experiencias que hemos vivido, especialmente
los de la infancia, hacen que ahora tengamos una determinada
visión del mundo. Son estos recuerdos, y las conclusiones que
234
sacamos a partir de ellos, los que hacen que tengamos los
miedos y las creencias que tenemos. Y muchas veces hay que
sanar estos recuerdos para poder disolver los problemas de
forma completa.

Hay dos maneras de conectar con los recuerdos que debemos


sanar. La primera es la más sencilla, porque no hay que hacer
nada especial: es espontánea. Es muy posible que, sin hacer
nada concreto, en algún momento te vengan recuerdos antiguos
a la mente. Esto puede pasar en cualquier situación de tu día a
día. Y si pasa, debes estar atento y tenerlo en cuenta. Pero es
especialmente frecuente al hacer tapping. Es muy probable que,
en más de una ocasión, en medio de una ronda de tapping te
venga alguna imagen del pasado.

Puede ser que estés tratando un dolor, por ejemplo, y que te


venga un recuerdo de la escuela. O que estés tratando una
emoción, y que te venga una imagen de la infancia con tus
padres. En algunos casos, puede que veas claramente que ese
recuerdo está relacionado con lo que estás tratando, pero
también puede que no sea así. Puede ser que, de entrada,
parezcan temas muy distintos. Pero, independientemente de
esto, siempre que te venga un recuerdo doloroso a la mente,
anótalo y trátalo. No lo dejes de lado pensando que es algo
menor. Los recuerdos dolorosos siempre son piedras en el
camino que nos dificultan avanzar, y es muy importante
sanarlos.

235
Aparte de esta vía espontánea, también puedes buscar
recuerdos de forma activa. Como hemos explicado
anteriormente en este mismo capítulo, debajo de las creencias
siempre hay recuerdos del pasado, porque si tenemos una
determinada visión de la vida, significa que algo ha sucedido que
nos ha hecho pensar esto. Si creemos que las personas son
hostiles, es porque algo hemos vivido en el pasado relacionado
con la hostilidad de los demás; si creemos que somos débiles, es
porque algo nos ha pasado que nos ha hecho sacar esta
conclusión. Y así con cualquier creencia que tengamos. Así que,
siempre que descubras una creencia en ti, puedes preguntarte
qué ha sucedido en tu vida que te ha hecho creer esto, y buscar
bien en tus recuerdos para intentar encontrar la respuesta.

En ambos casos, tanto si te viene un recuerdo de forma


espontánea, como si lo buscas activamente, si es un recuerdo
doloroso, es muy importante que lo trates para sanarlo.

La manera de tratar recuerdos es un poco distinta a la manera


de tratar otros temas. Cuando tratamos una emoción, una
creencia o un síntoma físico, podemos hacer una ronda
directamente con una frase que describa el tema en cuestión:
“tengo miedo de tal cosa”, “creo que tal objetivo es muy difícil”,
“me duele tal parte del cuerpo”, etc. Pero en el caso de los
recuerdos, el procedimiento es un poco distinto. Si tenemos el
recuerdo de que un día nuestro padre nos pegó, por ejemplo, no
hacemos tapping directamente con una frase general del
recuerdo. No haríamos tapping con la frase “recuerdo que un día

236
mi padre me pegó” u otra parecida. El proceso es un poco más
elaborado, y tiene varios pasos.

El primero paso es identificar claramente el recuerdo que


queremos sanar. En este punto, es muy importante que el
recuerdo sea sobre un evento concreto que sucedió en un
momento puntual del tiempo. No deben ser experiencias
genéricas que se fueron dando en nuestra vida de forma
general, sino eventos concretos que sucedieron en días
concretos. Por ejemplo, recuerdos del tipo “mi padre me pegaba
de pequeño”, “los niños de la clase se reían de mí” o “en mi casa
teníamos muy poco dinero” no son recuerdos sobre eventos
concretos que pasaron en un momento concreto. Son
situaciones genéricas que se extendieron en el tiempo.
Recuerdos concretos serían recuerdos sobre situaciones como
estas:

- Un día mi padre entró en mi habitación y me pegó.


- Un día salí a la pizarra de clase, sucedió tal cosa y los
niños se rieron de mí.
- Un día fui a comprar con mi madre y vi que no podía
pagar la compra, y eso me dolió.
Si digo que “mi padre me pegaba de pequeño”, estoy haciendo
referencia a una serie de momentos distribuidos en el tiempo en
los que mi padre me pegó, pero no me estoy refiriendo a
ninguno de ellos en concreto. O si digo que “en mi casa teníamos
muy poco dinero”, me estoy refiriendo a una situación general
que viví de pequeño, pero sin centrarme en ningún momento en

237
particular. En cambio, si pienso en un día concreto en el que mi
padre entró en mi habitación y me pegó, o en un día concreto en
el que fui a comprar con mi madre y vi que no podía pagar,
entonces sí me estoy centrando en momentos muy específicos. Y
este es el primer paso para poderlos sanar.

Así que, antes de empezar a sanar el dolor asociado a tus


recuerdos, debes identificar las situaciones concretas que lo
produjeron. Como guía para detectarlos mejor, va bien tener en
cuenta que los eventos concretos suelen ser situaciones muy
específicas y bastante cortas en el tiempo. Como norma general,
no duraron más de dos o tres minutos cuando sucedieron. Si un
padre entra en la habitación de su hijo y le pega una bofetada,
generalmente este suceso no dura más de unos pocos minutos.
Y lo mismo sucede con otros eventos parecidos. Esto significa
que, si te viene a la mente una idea de tu pasado que se
extiende mucho en el tiempo, muy probablemente no sea un
recuerdo concreto.

Una vez tienes el recuerdo concreto que quieres sanar, el


proceso para hacerlo consiste en revivirlo mentalmente a
cámara muy lenta e ir haciendo tapping con las diferentes
emociones que vayan surgiendo. He subrayado “a cámara muy
lenta” porque este punto es crucial para que sea efectivo. Tienes
que ir muy lentamente para poder detectar bien todas las
emociones que hay en el recuerdo; como si estuvieras contando
una película fotograma a fotograma.

238
Un pequeño error que cometemos a la hora de analizar los
recuerdos dolorosos es verlos como un único evento con una
única emoción; lo cual, generalmente, no es cierto. Lo que de
entrada parece un único suceso, en realidad es una secuencia de
varios sucesos más cortos, cada uno con su propia emoción. Y
hay que detectar estos sucesos más cortos, y sus respectivas
emociones, para poderlos sanar.

Por ejemplo, alguien podría recordar un suceso de su pasado y


pensar: “un día me hice pis en clase y los niños se rieron de mí”.
Pero esto sería un simplificación de lo que pasó. En realidad,
este suceso tuvo varias etapas. Primero estaba sentado en clase
tranquilamente y de repente sintió ganas de ir al baño. A medida
que pasaba el tiempo, se fue preocupando, porque vio que la
clase no terminaba. Llegó un momento en que tenía muchas
ganas de hacer pis. Por un lado tenía miedo de que se le
escapara, y por otro le daba vergüenza pedir permiso para ir al
baño. La vergüenza era más fuerte, así que se aguantó. Llegó un
momento que no pudo más, y se le escapó, y sintió mucha
vergüenza y preocupación. Luego un compañero lo vio y lo dijo
en voz alta, y todos se rieron. Y se sintió muy humillado.

Esto es válido para casi cualquier tipo de recuerdo. No hay una


única etapa y una única emoción, sino varias. Y hay que tratarlas
una a una para sanar completamente el recuerdo.

Para ello, cuando te pongas a revivir el recuerdo que quieras


sanar, primero sitúate mentalmente en un momento del
recuerdo en el que aún estás bien a nivel emocional: es decir, un

239
momento en el que la parte dolorosa aún no ha empezado. En el
ejemplo anterior, habría que empezar a revivirlo en un momento
en el que la persona está sentada en clase tranquilamente. Y, a
partir de aquí, hay que irlo narrando a cámara muy lenta:
“estaba sentado en clase tranquilamente y de repente sentí
ganas de ir al baño. A medida que pasaba el tiempo, me fui
preocupando porque veía que la clase no terminaba”. Cuando
notes alguna emoción, por muy leve que sea, detente enseguida
y céntrate en esa emoción. Escúchala bien y haz tapping para
sanarla. Y no sigas adelante en el recuerdo hasta que la hayas
sanado del todo.

En algunos casos, puede ser que la emoción se disuelva con una


sola frase. Pero en otros, es posible que tengas que profundizar
más y hacer varias frases. E incluso puede que tengas que ir a
otros recuerdos más antiguos. En cualquier caso, nunca sigas
adelante en el recuerdo hasta que la emoción esté disuelta.

Una vez esté disuelta, entonces sigue recordando lo que pasó, y


vuelve a detenerte cuando sientas alguna emoción. Y vuelve a
repetir el mismo proceso, haciendo tapping para sanar las
emociones que surjan. De esta manera, irás avanzando paso a
paso, sanando todas las emociones presentes.

Para verlo más claramente, te pongo un ejemplo concreto.


Imaginemos a una persona llamada Paula que acude a Marta
para tratar un tema que le preocupa. Y, en medio de la sesión,
surge un recuerdo del pasado que consideran importante. Esto
es muy frecuente: al hacer tapping, muchas veces surgen

240
recuerdos del pasado. Y es importante sanarlos. En este caso, el
recuerdo de Paula es de un día en el que, en la escuela, unas
niñas la dejaron de lado y no quisieron jugar con ella. Así que
aparcan momentáneamente el tema original y deciden tratar
este recuerdo. Y, para ello, empiezan a revivir lo que sucedió
muy lentamente:

–Paula, primero sitúate mentalmente en un momento en


el que aún estás bien –dice Marta.

–De acuerdo.

–Dime, ¿qué está pasando?

–Estoy en el patio. Veo a unas niñas jugando y riendo. Me


pongo contenta, porque son niñas con las que he jugado otras
veces. Decido ir a jugar con ellas. Estoy convencida de que me lo
pasaré muy bien.

–¿Y qué pasa entonces?

–Cuando llego a donde están ellas, me dicen que no


quieren jugar conmigo y se van.

–No tan rápido Paula. Es importante ir paso a paso y


analizar todas las emociones. Y, para ello, tenemos que ir
lentamente.

Este es el error más habitual al tratar recuerdos con tapping: ir


demasiado rápido cuando revivimos el recuerdo. Hay que ir muy

241
lentamente para detectar bien todas las emociones. Es la clave
principal para que sea efectivo.

–Me imagino que, cuando ves a las niñas en el patio, hay


una distancia entre tú y ellas.

–Sí.

–Así que primero empiezas a andar hacia ellas.

–Sí.

–Visualiza mentalmente que estás andando hacia ellas.


¿Qué sucede en este trayecto?

–Al principio nada. Estoy contenta andando hacia ellas.


Pero entonces veo que una de las niñas me mira y pone una cara
rara.

–¿Cómo de rara?

–No sabría definirla bien, pero como si yo no fuera


bienvenida.

–¿Y cómo te sientes?

–Un poco mal. Mi alegría anterior ha desaparecido.


Ahora estoy preocupada. Algo no va bien. Me siento un poco
rechazada.

242
–Muy bien, nos detenemos aquí –dice Marta–. Primero
trabajaremos estas emociones antes de continuar. ¿Cómo
describirías con una frase lo que sientes?

Como hemos explicado, cuando detectamos una emoción


dolorosa en el recuerdo, debemos detenernos y tratarla. Y no
seguir adelante hasta que no se haya disuelto el dolor emocional.

–Siento que algo no va bien, y estoy preocupada.

–Muy bien. Podemos hacer una ronda con esta frase. Y


mientras la hagas, imagínate mentalmente que estás en el patio
de la escuela caminando hacia esas niñas.

Hacen la ronda diciendo primero “aunque siento que algo no va


bien y estoy preocupada, me acepto totalmente” golpeando el
punto cero, y luego diciendo “siento que algo no va bien”
golpeando el resto de puntos. Y, al terminar, miran si ha habido
algún cambio.

–¿Qué sientes ahora? –pregunta Marta.

–Ahora veo más claro lo que no va bien. Veo la mirada de


esa niña. No recuerdo cómo se llamaba, pero veo en sus ojos
que no quiere que vaya.

–¿Y cómo te sientes?

–Pues un poco enfadada. ¿Por qué me mira así? ¿Por qué


no quiere que vaya?

243
Al hacer la primera ronda, la preocupación ha bajado, pero ha
surgido un enfado. Sigue habiendo dolor emocional, así que no
hay que seguir avanzando en el recuerdo. Primero hay que
trabajar con esta nueva emoción.

–¿Qué te parece hacer una ronda con la frase “estoy


enfadada porque siento que no quiere que vaya con ellas”?

–Sí, muy bien.

Hacen la ronda, y vuelven a mirar si ha habido movimientos.

–¿Cómo te sientes ahora? –pregunta Marta.

–Más tranquila. Ya no estoy enfadada. Veo que me


rechaza con la mirada y no entiendo por qué. Pero si no voy, no
lo sabré.

–¿Sientes alguna emoción dolorosa?

–No. Estoy bien.

–Muy bien, ahora que hemos liberado estas primeras


emociones, podemos continuar. Vuelve a revivir mentalmente
que estás caminando hacia las niñas, con esa niña mirándote, e
imagínate que sigues andando. ¿Qué sucede entonces?

Esto es muy importante: no debemos continuar hasta que se


hayan disuelto las emociones dolorosas que encontremos. En
este caso, al empezar a revivir el recuerdo, han surgido dos
emociones: primero preocupación y luego enfado. Y no han

244
seguido adelante hasta que las han liberado. En tu caso, hazlo
también así: trabaja con las emociones que vayan saliendo, y no
continúes recordando más etapas del suceso hasta que las hayas
sanado. Debes sanar todas las emociones que encuentres antes
de avanzar más.

–Sigo andando, y veo que la niña que me está mirando


les dice algo a las demás. Son tres en total.

–¿Y cómo te sientes cuando ves que les dice algo a las
demás?

–Igual que antes. Estoy tranquila, pero consciente de que


algo no va bien.

–Seguimos entonces. ¿Qué pasa después?

De momento no hay nuevas emociones, así que pueden


continuar avanzando en el recuerdo.

–Las otras dos niñas están de espaldas a mí. Pero


entonces una se gira… –Paula se detiene y hace una mueca de
dolor.

–¿Qué pasa? –pregunta Marta.

–Es María. Yo la tenía por una buena amiga. Y también


me mira con rechazo. La otra niña no me importaba tanto, pero
la mirada de María duele mucho más.

–¿Cómo te sientes?

245
–Muy triste. Muy, muy triste. Tengo muchas ganas de
llorar.

–Si te parece, podemos hacer una ronda con “estoy muy


triste y tengo muchas ganas de llorar”. Y mientras hagas la
ronda, visualiza mentalmente cómo María te está mirando.

–De acuerdo.

Hacen la roda, y miran si ha habido algún cambio.

–¿Cómo te sientes ahora?

–Estoy más tranquila, pero me siento muy sorprendida.


Creía que éramos amigas. No entiendo por qué me mira así.

–Muy bien. Podemos hacer una ronda con la frase “estoy


muy sorprendida y no entiendo por qué me mira así”. ¿Te parece
bien? –propone Marta.

–Sí, muy bien –responde Paula. Y se dispone a hacer la


ronda.

–¿Notas algo? –pregunta Marta al terminar.

–Sí, estoy mucho mejor. Ya no estoy triste ni sorprendida


en un mal sentido. No entiendo el porqué de su mirada, pero me
imagino que debe tener sus motivos. Estoy tranquila.

–Muy bien, podemos seguir. ¿Qué sucede a


continuación?

246
En esta etapa del recuerdo han surgido dos emociones más:
primero la tristeza y después la sorpresa e incomprensión. Y no
han seguido adelante hasta que las han sanado las dos.

–Llego a donde están ellas. La otra niña se levanta y me


dice: “no puedes jugar con nosotras”. Luego, mirando a las
demás, añade: “venga, vámonos”. Y se van.

–¿Y cómo te sientes al ver esto?

–Un poco triste, pero no mucho. Al haber visto sus


miradas antes, ya me esperaba algo así. Pero me siento sola.

De entrada, podría parecer que este debería ser el momento más


duro de todo el recuerdo: el momento en el que le dijeron que no
querían jugar con ella y se fueron. En cambio, se siente un poco
triste, pero no mucho. Esto es debido a que ya han hecho un
trabajo previo: han sanado las emociones previas a este
momento. En realidad, el momento más duro fue cuando su
amiga María la miró. Por esto es necesario ir lentamente. Si no,
es muy fácil saltarse momentos importantes.

–Podemos hacer una roda con “me siento un poco triste


y sola”.

–Muy bien.

–Recuerda imaginar mentalmente que estás allí, mirando


cómo se van.

247
Hacen la ronda con esta nueva frase, y vuelven a mirar cómo se
siente.

–¿Cómo te sientes Paula?

–Más tranquila. Me acaba de venir un nuevo recuerdo,


en el que no fui muy amable con María. Quizás por esto estaba
molesta conmigo. Tiene sentido.

–Este nuevo recuerdo puede ser importante. Pero antes


de nada, revive mentalmente otra vez todo el recuerdo que
acabamos de tratar desde el principio hasta el final, y dime si
sientes alguna emoción dolorosa en algún momento.

Paula hace este ejercicio mentalmente, y luego dice:

–No, no siento nada doloroso. Estoy tranquila en todo


momento. Lo único es que me quedo con la sensación al final de
que hice algo mal en un momento anterior, y que por esto María
se enfadó.

–Muy bien. Este recuerdo que hemos tratado hoy lo


podemos dar por sanado. Si quieres, el próximo día podemos
trabajar el nuevo recuerdo que te ha venido.

–Sí, de acuerdo.

Y aquí dan por finalizada esta sesión. Dejo el final un poco


abierto, con otro recuerdo pendiente, porque sucede muchas
veces en la práctica. Es posible que, al trabajar con un recuerdo
de tu pasado, te vengan otros recuerdos aún más antiguos. Y es

248
importante trabajarlos también, ya sea el mismo día si tienes
ganas y energía, u otro día más adelante. Pero por lo que
respecta a un recuerdo determinado, cuando puedas revivirlo
mentalmente y estar en paz en todo momento, puedes darlo por
liberado. Eso sí, recuerda hacerlo muy lentamente para no
saltarte nada.

Un ejemplo final
Con todo lo que hemos explicado en este capítulo sobre
descubrir y tratar las raíces, unido a lo que hemos ido explicando
a lo largo del libro, ya tenemos todos los ingredientes principales
para hacer un tratamiento completo de tapping. La idea general
siempre es la misma: analizar bien lo que nos pasa para hacer
frases específicas. Y, en los casos más complejos, buscar las
emociones profundas, las creencias y los traumas.

En este apartado, para finalizar y hacer un pequeño resumen,


haremos un último ejemplo concreto que muestra las diferentes
ideas que hemos ido explicando. Pero aparte de esto, si quieres
sacarle todo el provecho al libro, te recomiendo que lo leas una
segunda, e incluso una tercera vez. Hay muchas ideas aquí
presentes, y va bien repasarlas más de una vez para integrarlas
bien.

Este ejemplo trata de un tema que afecta a muchas personas: la


insatisfacción laboral. El protagonista se llama Juan y acude a
Marta para abordar este tema.

249
–Hola Juan, ¿qué quieres que abordemos?

–Hola Marta. Pues el tema que me preocupa es que estoy


mal en mi trabajo. Se me hace muy pesado. Siento la necesidad
de escapar, pero no sé a dónde ir. Me da miedo dejarlo, porque
no sé cómo ganarme la vida si lo dejo.

En esta primera explicación ya salen varias ideas: “estoy mal en


mi trabajo”, “se me hace muy pesado”, “siento la necesidad de
escapar, pero no sé a dónde ir”, “me da miedo dejar mi empleo”,
“no sé cómo ganarme la vida si lo dejo”. Una posibilidad sería
empezar a hacer tapping directamente con alguna de estas
frases. Pero, en general, es recomendable analizarlo un poco
mejor para hacer frases más específicas. Por este motivo, Marta
toma nota, pero de momento no propone hacer ninguna ronda.
En lugar de esto, hace más preguntas para entender mejor el
fondo de la situación.

En tu caso, haz algo parecido: primero describe de forma general


lo que te pasa y toma nota de todas las ideas que surjan. Y luego
profundiza en ellas para hacer frases tan específicas como
puedas.

–¿A qué te dedicas? –pregunta Marta.

–Soy contable. Trabajo en una gran empresa, llevando


parte de la contabilidad.

–¿Y qué es lo que no te gusta de tu empleo?

250
–Muchas cosas. Son muchas horas. El ambiente. Me
siento atrapado teniendo que ir cada día y dedicarle tanto
tiempo de mi vida.

–¿Las tareas que haces te disgustan?

–Bueno, la contabilidad en sí misma me gusta. Es todo lo


que la rodea lo que no me gusta: el ambiente, las horas, el jefe,
el desplazamiento hasta el trabajo… Y he trabajado en otros
lugares, y siempre es parecido. No veo que cambiando de
empresa se vaya a resolver nada. Siempre es lo mismo.

–Por lo que comentas, deduzco que el problema no es tu


profesión, sino las condiciones en las que se desarrolla. Si las
condiciones fueran distintas, te gustaría tu trabajo.

–Sí, en otras condiciones podría estar bien.

Con estas preguntas, Marta busca acercarse a la esencia del


problema. En este caso, el problema no es la profesión, sino las
condiciones. Hay casos en los que es al revés: hay personas que
tienen buenas condiciones de trabajo, pero no les gusta lo que
hacen. Y siempre hay que buscar lo que realmente vive y siente la
persona afectada para hacer frases que se ajusten a ella.

–Has comentado varias cosas: el ambiente, las horas, el


jefe, el desplazamiento… –dice Marta–. ¿Cuál es la que te
disgusta más?

251
Como hemos comentado varias veces, al analizar una situación,
pueden surgir varias cosas, y hay que elegir una para empezar.
Por esta razón, Marta le pregunta cuál le disgusta más.

–Pues creo que el ambiente. Es demasiado tenso. La


gente actúa como si se fuera a acabar el mundo cada día.
Siempre con prisas y exigencias. Si todos pusiéramos de nuestra
parte, podríamos ir más tranquilos perfectamente. Sería mucho
más agradable para todos. Y seguramente también seríamos
más eficientes.

–¿Cuál de estas cosas es la que más te preocupa, o cómo


lo resumirías en una frase, si es posible?

Aquí han vuelto a salir varias cosas, y otra vez hay que centrarse
en una para hacer tapping.

–Creo que falta alegría y tranquilidad en el trabajo. Y no


entiendo por qué los demás no lo ven y no ponen de su parte.

–¿Qué te parece si hacemos una primera ronda con la


frase “siento que falta alegría y tranquilidad en el trabajo”? –
propone Marta.

–De acuerdo.

En este punto de la sesión, si pudiéramos ver lo que ha ido


apuntando Marta en su libreta, veríamos algo así:

- Estoy mal en mi trabajo.


- Se me hace muy pesado.

252
- Siento la necesidad de escapar, pero no sé a dónde ir
- Me da miedo dejar mi empleo. No sé cómo ganarme la
vida si lo dejo.
- Las tareas no me disgustan, sino las condiciones: el
ambiente, las horas, el jefe, el desplazamiento hasta el
trabajo... La que más: el ambiente.
o Creo que falta alegría y tranquilidad en el trabajo.
o No entiendo por qué los demás no lo ven y no
ponen de su parte.
Cuando hagas tus sesiones, haz algo parecido: ves analizando lo
que te pasa y tomando notas de las ideas que vayan surgiendo. Y
ves mirando también cuáles son las que te remueven más para
trabajar primero con ellas.

Una vez elegida la primera frase, hacen la primera ronda:


primero golpeando el punto cero, diciendo “aunque siento que
falta alegría y tranquilidad en el trabajo, me acepto totalmente”
y luego golpeando el resto de puntos diciendo “siento que falta
alegría y tranquilidad en el trabajo” cada vez.

–¿Notas algún cambio en ti? –pregunta Marta.

–No mucho.

–¿Sigues sintiendo que falta alegría y tranquilidad en el


trabajo?

–Sí, siento lo mismo.

–¿Y te ha venido alguna idea nueva a la mente?

253
–Bueno, ahora que lo dices, estoy como más enfadado.
Creo que es culpa de los demás. Si fuera por mí, todo iría mejor.
Pero los demás no ponen de su parte. No crean buen ambiente.

Aquí es importante remarcar que, de entrada, Juan ha dicho que


no había notado ningún cambio. Pero al preguntarle Marta si
tenía alguna idea nueva, entonces se da cuenta de que sí ha
cambiado algo: se siente más enfadado y ha tomado más
conciencia de que culpa a los demás de la situación. Esto es muy
importante. Cuando hagas tus sesiones, debes fijarte muy bien
en cualquier tipo de cambio. Si crees que no ha cambiado nada,
escúchate un poco más para asegurarte bien. Muchas veces, si
prestas más atención, sí verás algún movimiento.

–Ahora podemos hacer una ronda con “estoy enfadado


porque creo que los demás no ponen de su parte para crear un
buen ambiente”. ¿Es esto lo que sientes?

–Sí, es esto.

Hacen la ronda, y miran si ha cambiado algo:

–¿Cómo te sientes ahora?

–Esta ronda ha sido intensa. Al principio, el enfado ha


subido de intensidad, pero luego ha bajado. Ahora estoy más
tranquilo, pero me siento triste.

–¿Y por qué estás triste?

254
Como comentamos en el Capítulo 8, preguntar el porqué de las
emociones es una manera de profundizar en ellas.

–Supongo que yo también podría hacer más para


favorecer el buen ambiente. Pero no me veo capaz.

Aquí ha surgido una creencia: “creo que no soy capaz”. Como


hemos comentado en este capítulo, debajo de las emociones
siempre hay creencias.

–¿Por qué no te ves capaz?

Al igual que con las emociones, podemos preguntar el porqué de


las creencias para profundizar en ellas.

–Bueno, no creo que yo solo pueda contrarrestar a tantas


otras personas.

–¿Y por qué no?

–Creo que no tengo suficiente energía positiva.

–Podemos hacer una ronda con la frase “creo que no


tengo la energía suficiente para crear un buen ambiente en el
trabajo”. ¿Te parece bien?

–Sí, muy bien.

Hacen la ronda, y vuelven a mirar los cambios:

–¿Cómo te sientes ahora? ¿Piensas lo mismo?

255
–Pues la verdad es que ahora lo veo diferente. Quizás sí
puedo hacer cosas. En el fondo, voy sin ganas al trabajo, y con mi
actitud actual no estoy favoreciendo el buen ambiente. Puedo
intentar sonreír más y estar de más buen humor. Es lo que
espero de los demás, y lo cierto es que hasta ahora no lo estaba
haciendo.

–¿Y cómo te sientes a nivel emocional?

–Bastante bien. Tengo ganas de ir al trabajo y probar si


mi cambio de actitud afecta a la situación.

Llegados aquí, se podría dejar la sesión en este punto. Al igual


que en otros ejemplos anteriores, esto no significa que esté todo
resuelto. Pero ha habido un paso adelante. Y cuando hay un
paso adelante, suele ser positivo observar cómo evoluciona la
situación a lo largo de los próximos días; en este caso, observar
si con esta nueva actitud se siente de forma diferente en su
trabajo. Y, a partir de aquí, si quedan cosas pendientes, seguir
trabajando en otra sesión.

Esta es la manera de trabajar cualquier tema que te preocupe.


En primer lugar, analizar el problema de forma genérica para
tener una visión amplia, y luego buscar la esencia de lo que
realmente te preocupa. En este último ejemplo, Marta primero
le ha preguntado a Juan qué le preocupa en general –“estoy mal
en mi trabajo”, “se me hace muy pesado”, “siento la necesidad
de escapar”, “me da miedo dejar mi empleo”, etc. –, para luego
ir centrándose en lo que más le preocupa: el ambiente. En tu

256
caso, haz lo mismo: analiza lo que te pasa de forma amplia y ves
apuntando todo lo que descubras. Y cuando tengas una lista con
varias ideas apuntadas, mira cuál te resuena más para centrarte
primero en ella.

A partir de aquí, para empezar a hacer las rondas, hay que


definir bien lo que queremos tratar y hacer frases específicas, ir
siguiendo los cambios si los hay, y profundizar para descubrir las
emociones y las creencias que hay debajo. En el ejemplo, había
dos emociones principales: enfado y tristeza. Y debajo de estas
emociones, había dos creencias: “creo que los demás no ponen
de su parte para crear un buen ambiente” y “creo que no tengo
la energía suficiente para crear un buen ambiente en el trabajo”.
Esto se cumple siempre: debajo de las emociones, siempre hay
creencias. Y debajo de las creencias, hay recuerdos del pasado.
En este caso no ha sido necesario llegar tan al fondo, pero
muchas veces sí lo es.

Al final, el trabajo con tapping es un trabajo de búsqueda


interior: mirar dentro de ti para descubrir lo que realmente te
preocupa, y profundizar para encontrar las emociones, las
creencias y los recuerdos que lo han generado. Este es un
proceso que a veces cuesta más y a veces cuesta menos, pero
cualquier persona lo puede hacer. Ten siempre presente que
todas las respuestas que necesitas están en ti: tus emociones,
tus creencias y tus recuerdos están dentro de ti. Si miras con
paciencia y cariño, los puedes encontrar.

Y si los encuentras, los puedes sanar.

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