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- LA COMPRAVENTA MERCANTIL
1) Aspectos generales
Definición legal. El Código Civil define en el artículo 1793 la compraventa en los siguientes
términos: “La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una
cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta comprar. El dinero que el
comprador da por la cosa vendida, se llama precio”.
De acuerdo con el art. 1793 del Código Civil, “La compraventa es un contrato en que una
de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender
y ésta comprar. El dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama precio”.
1.- Bilateral, porque las partes se obligan recíprocamente (art. 1439 del Código
Civil): el comprador a pagar el precio y el vendedor a dar la cosa.
2.- Oneroso, porque cada parte se grava en beneficio de la otra (art. 1440 del
Código Civil).
3.- Conmutativo, porque las prestaciones de las partes se miran como equivalentes
(art. 1441 del Código Civil). Puede ser aleatorio en la medida que se exprese dicho carácter
o que de su naturaleza aparezca que se compró la suerte (arts. 1461 y 1813 del Código
Civil).
2) Mercantilidad de la compraventa.
A propósito de los actos de comercio señalamos que nuestra legislación distingue entre la
compra y la venta para determinar su comerciabilidad. Tratándose de la compra, el
carácter comercial se determina con la concurrencia de tres requisitos copulativos:
–Que sea hecha con el ánimo de venderla, permutarla o arrendarla en la misma forma o
en otra distinta, y
En el caso de la venta, ella adquiere el carácter comercial cuando está precedida de una
compra de esta naturaleza. Debe tenerse en cuenta que la compraventa puede
convertirse en comercial por aplicación del principio de lo accesorio en su efecto
expansivo o que puede perder dicha tipificación cuando accede, complementa o auxilia
operaciones principales de una industria no comercial. Asimismo conviene recordar que el
carácter mercantil de la compraventa puede determinarse respecto de ambos
contratantes o sólo en relación con uno de ellos.
3.A) Respecto del precio. El precio es un elemento esencial en la compraventa tanto civil
como comercial. En efecto, según el artículo 1808 del Código Civil, el precio de la
compraventa debe ser determinado por los contratantes. Puede asimismo dejarse el
precio al arbitrio de un tercero, y si el tercero no lo determina, puede hacerlo por él
cualquiera otra persona en que se convengan los contratantes; en caso de no convenirse
las partes, no hay venta. El precio no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes
(art. 1809 del Código Civil).
No obstante que en cuanto a los riesgos de la cosa vendida las reglas de la venta civil y
comercial son esencialmente las mismas, existe una diferencia tratándose de obligaciones
alternativas. Aunque la pérdida o deterioro sobrevinientes a la perfección del contrato
provengan de caso fortuito, serán de cargo del vendedor si en las obligaciones alternativas
pereciere fortuitamente una de las cosas vendidas. Pereciendo las dos y una de ellas por
hecho del vendedor, éste deberá el precio corriente de la última que pereció, siempre que
le corresponda la elección (art. 143 Nº 6º del Código de Comercio).
Con arreglo al derecho común, la cosa en una compraventa debe cumplir con los
siguientes requisitos:
3.- La cosa no debe pertenecer al comprador (art. 1816 del Código Civil). La compra
de cosa propia carece de causa.
4.- Existir o esperarse que exista (art. 1814). El art. 138 reafirma esta idea al expresar que
“La compra de un buque o de cualquier otro objeto que no existe y se supone existente,
no vale”. La compraventa de cosas que no existen carece de valor por falta de objeto para
el vendedor y de causa para el comprador. Concordando esta disposición con la del Código
Civil, se pueden obtener tres situaciones:
En el derecho común, el Código Civil establece que la tradición de la cosa vendida se sujeta
a las reglas dadas en el Título VI del Libro II. Es decir, que la tradición se hace mediante la
entrega real de la cosa o en forma simbólica por alguno de los medios indicados en el
artículo 684 del Código Civil.
1.- El envío de las mercaderías hecho por el vendedor al domicilio del comprador o a
cualquier otro lugar convenido. Señala el art. 148 inc. 2° que “El envío no implicará
entrega cuando fuera efectuado sin ánimo de transferir la propiedad, como si el vendedor
hubiese remitido las mercaderías a un consignatario con orden de no entregarlas hasta
que el comprador pague el precio o dé garantías suficientes”.
2.- La transmisión del conocimiento, carta de porte o factura, en los casos de venta
de mercaderías que vienen en tránsito por mar o por tierra (art. 149 n°1). La carta de
porte queda en manos del cargador.
4.- Por cualquier otro medio autorizado por el uso constante del comercio (art.
149 n°3).
La factura sirve no sólo para acreditar la especie y calidad de las mercancías vendidas, sino
además el recibo del precio total o parcialmente pagado. A ello debe sumarse que debido
a que lleva fecha, si concuerda con los libros de contabilidad genera una fecha cierta.
Tiene lugar este tipo de compraventa cuando las partes están viendo la cosa objeto del
contrato al momento de celebrarlo y ella es designada sólo por su especie. Cumplidos
estos presupuestos de la compraventa de cosas que están a la vista, el contrato es puro y
simple, perfeccionándose por el solo consentimiento de las partes, como es la regla
general en materia de compraventa.
Por el hecho de que las partes estén viendo la cosa objeto del contrato es que no se
entiende que el comprador se reserve la facultad de probarla (art. 130 del Código de
Comercio), a menos que expresamente haga reserva de tal prerrogativa. Esta situación se
simplifica aún más cuando el precio se exhibe en conjunto con la cosa.
Se celebran probando la cosa materia del contrato para que el comprador pueda
percatarse del gusto que ella tiene. Es necesario estipularlo expresamente para que la
compraventa se entienda celebrada bajo esta modalidad. No obstante, se entiende
estipulada la reserva de probar la cosa en aquellos casos en que se acostumbra comprar al
gusto (art. 132 del Código de Comercio).
La compraventa al gusto tiene por objeto cosas que se acostumbran a gustar antes de ser
comprada.
Art. 131 Cuando el comprador de una cosa a la vista se reserva expresamente la prueba sin
fijar plazo para hacerla, la compra se reputa verificada bajo condición suspensiva
potestativa durante el término de tres días.
Este término se contará desde el día en que el vendedor requiera al comprador para que
verifique la prueba, y si el comprador no la hiciere dentro de él, se tendrá por desistido del
contrato.
Tiene lugar esta clase de compraventa cuando la cosa es designada sólo por su especie y el
vendedor la remite al comprador porque ella no se encuentra en el lugar donde se celebra
el contrato. La compraventa es perfecta, pero el comprador tiene la facultad de resolverla
si la cosa no fuere sana y de regular calidad.
1.- Las partes también pueden convenir en una cosa designada en especie y calidad, en
cuyo caso la compraventa está sujeta asimismo a la condición resolutoria que depende de
que aquélla no sea de la especie y calidad convenida (art. 134 inc. 2°).
2.- Además, los contratantes pueden acordar que la cosa sea entregada en un lugar
determinado, evento en el cual la compraventa se entiende celebrada bajo la condición
suspensiva causal de que ella llegue a destino (art. 137). Cumplida la condición, o sea,
arribada la cosa a éste y, por ende, perfeccionado el contrato, el comprador no puede
disolverlo, “(...) salvo que la cosa no fuere de recibo o de la especie y calidad estipuladas”
(art. 137 inc. 2°), lo que es una simple aplicación de la regla general contenida en el art.
134 para las compraventas por orden.
Habiendo desacuerdo entre las partes en los casos propuestos, se ordenará que la cosa
sea reconocida por peritos (art. 134 inc. final).
3.- La venta de cosas en viaje también cae dentro de la compraventa por orden. Se aplican
prácticamente las mismas reglas que las del art. 134, de modo que vendida una cosa
durante su transporte por mar, tierra, ríos o canales navegables, el comprador puede
disolver el contrato toda vez que la cosa no sea de recibo o de la especie y calidad
convenidas (art. 136).
En este caso existe la condición resolutoria de que las cosas no sean iguales o conformes al
muestrario. Puede asimismo resolverse el contrato de compraventa de cosas por orden
que han sido expedidas de un lugar a otro cuando las cosas no fueren de recibo de la
especie y calidad convenidas. Se entiende por cosas de recibo aquellas que son sanas y de
regular calidad, para que sean admitidas por el público al cual serán posteriormente
vendidas.
Si no hay acuerdo entre las partes sobre la calidad de la cosa, ella debe ser reconocida por
peritos, para que informen al tribunal.
Art. 135 Cuando la compra fuere ejecutada sobre muestras, lleva implícita la condición de
resolverse el contrato si las mercaderías no resultaren conformes con las muestras.
4.F) Cosa vendida bajo condición de entregarla en un lugar determinado.
Art. 137. Comprada y expedida por orden la cosa vendida bajo condición de entregarla en
lugar determinado, se entiende que la compra ha sido verificada bajo la condición
suspensiva casual de que la cosa llegue a su destino.
Art. 136 Vendida una cosa durante su transporte por mar, tierra, ríos o canales
navegables, el comprador podrá disolver el contrato toda vez que la cosa no fuere de
recibo o de la especie y calidad convenidas.
Por regla general, la compraventa de cosas que no existen carece de valor por falta de
objeto. Sin embargo, es preciso distinguir tres situaciones.
–Si las partes creen que la cosa existe y celebran el contrato en circunstancias que ello no
es efectivo, de conformidad con lo previsto en el artículo 1814 del Código Civil esta venta
no produce efecto alguno. Reafirma esta misma solución el artículo 138 inciso 1º del
Código de Comercio.
–Si la cosa no existe, pero se espera que exista, estamos en presencia de compraventa de
cosa futura, que es válida pero se entiende hecha bajo la condición de existir.
–Si la compra se hace tomando en cuenta los riesgos que corre el objeto vendido, el
contrato se reputa puro y simple si al celebrarlo ignoraba el vendedor la pérdida de la
cosa. Es evidente que en este caso el vendedor debe estar de buena fe, pues de lo
contrario consumaría un fraude y estaría obligado a resarcir los perjuicios, conforme al
artículo 1814 del Código Civil, inciso final . Además, el vendedor será castigado con las
penas asignadas en el artículo 470 Nº 6º del Código Penal, que sanciona “a los que con
datos falsos u ocultando antecedentes que les son conocidos, celebraren dolosamente
contratos aleatorios basados en dichos datos o antecedentes”.
5) El precio
Normas especiales sobre el precio. Tal ocurre precisamente con la fijación del precio, que
es, como sabemos, un elemento esencial de la compraventa, “si los contratantes no
convienen en el precio o en la manera de determinarlo…” (art. 139 del Código de
Comercio). Sin embargo, la rigidez de este principio ha debido ser atenuada por el
legislador comercial, en mérito del propósito antedicho y siempre que la cosa vendida
haya sido entregada al comprador. En esa situación, como de ordinario el contrato se
celebra entre comerciantes que conocen las condiciones generales del mercado y lo
concluyen con el propósito de revender las cosas compradas, la disposición citada agrega:
“…se presumirá que las partes han aceptado el precio corriente que tenga (la cosa) en el
día y lugar en que se hubiere celebrado el contrato.
Determinación del precio por un 3º: Reza el Art. 140 que Si el tercero a quien se ha
confiado el señalamiento del precio no lo señalare, sea por el motivo que fuere, y el objeto
vendido hubiere sido entregado, el contrato se llevará a efecto por el que tuviere la cosa el
día de su celebración, y en caso de variedad de precios, por el precio medio.
Riesgos de la cosa. El legislador comercial dedica un párrafo especial para los riesgos de la
cosa vendida, desde el momento en que se celebra el contrato hasta que se completa la
tradición de ella. El principio es que en estos casos el comprador soporta el riesgo (según
las normas de los artículos 1820 del Código Civil y 142 del Código de Comercio), porque el
riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor (art. 1550
del Código Civil).
El vendedor civil como deudor tiene la obligación de custodiar la cosa y en conformidad al
artículo 1547 del Código Civil responde de pérdidas o deterioros si se debieron a su culpa
o a un caso fortuito ocurrido cuando se hallaba en mora de entregar la cosa, salvo que
este caso fortuito también hubiere dañado la cosa de haber estado en manos del
comprador.
Las reglas del artículo 143 del Código de Comercio determinan los casos de excepción en
que el riesgo es de cargo del vendedor o dueño de la cosa, aunque la pérdida o deterioro
provengan de caso fortuito. Las normas aludidas, que son prácticamente las mismas que
contempla la legislación común, son diferentes tratándose de obligaciones alternativas, en
el caso de que la elección no pertenezca al vendedor.
1.- Objeto. El vendedor tiene la obligación de entregar la cosa materia del contrato y, si
ésta fuere una especie o cuerpo cierto, de conservarla hasta la entrega, bajo cargo de
pagar al comprador que no se ha constituido en mora de recibir los perjuicios que su
omisión acarree (art. 1548 del Código Civil).
En cuanto a la forma de efectuar la entrega real o simbólica que contempla el artículo 684
del Código Civil, nuestra codificación mercantil contempla otras formas de cumplirla
simbólicamente
Según el art. 1828 del Código Civil, “El vendedor es obligado a entregar lo que reza
el contrato”. En consecuencia, si la obligación es de especie o cuerpo cierto, cumple
entregando el individuo determinado, del género también determinado, sobre el cual
acordaron las partes. Si el contrato versa sobre un género, paga el deudor entregando
cosas sanas y de regular calidad (art. 145 y art. 1509 del Código Civil).
3.- Lugar. Antes que todo, la entrega debe efectuarse en el lugar convenido por las partes
(art. 144). En materia civil, si no se ha estipulado lugar para ella, éste depende de si el
objeto de ésta es un cuerpo cierto o un género. En el primer caso la entrega debe
efectuarse “(...) en el lugar en que dicho cuerpo existía al tiempo de constituirse la
obligación” Si, en cambio, es un género, aquélla ha de realizarse en el domicilio del deudor
(art. 1588 del Código Civil).
El Código de Comercio regula esta situación en el art. 144 inc. 2°, instancia en la
cual no hace el distingo que efectúa el Código Civil, sino que sólo se limita a expresar que
“(...) la entrega se hará en el lugar donde existían las mercaderías al tiempo de
perfeccionarse la compraventa”. En consecuencia, en materia comercial la regla de la
naturaleza del contrato de compraventa es que el lugar de la entrega, sea cual fuere la
cualidad de la especie a traspasar, corresponda al lugar donde existían las mercancías al
tiempo del contrato, es decir, la que para el Código Civil rige con tal calidad cuando el
objeto de la obligación es una especie o cuerpo cierto.
El art. 146 inc. 1° establece un derecho del vendedor, incorporado en todos los contratos
mercantiles: “En el acto de la entrega puede el vendedor exigir del comprador el
reconocimiento íntegro de la calidad y cantidad de las mercaderías”. Agrega el inciso 2°
que “Si el comprador no hiciere el reconocimiento, se entenderá que renuncia todo
ulterior reclamo por falta de cantidad o defecto de calidad”. Esta norma debe relacionarse
con la que contiene el art. 158, de acuerdo con el cual “Entregadas las mercaderías
vendidas, el comprador no será oído sobre defecto de calidad o falta de cantidad, siempre
que las hubiere examinado al tiempo de la entrega y recibídolas sin previa protesta”. Estas
reglas buscan dar estabilidad a los contratos mercantiles.
3.- Si las mercaderías han sido entregadas en fardos o bajo cubierta que impida su
reconocimiento y el comprador no hace una formal y expresa reserva del derecho de
examinarlas o si, haciéndola, no reclama dentro de tercero día contado desde la entrega
de las faltas de cantidad o defectos de calidad (art. 159).
Rigen a este respecto las normas del Código Civil, pues el de Comercio no ha regulado la
materia y así lo expresa el art. 154 inc. 1°.
Sin embargo, este último cuerpo legal consagra una modificación relativa a los
plazos de prescripción. Expresa el inc. 2° de ese mismo artículo que “Las acciones
redhibitorias prescribirán por el lapso de seis meses contados desde el día de la entrega
real de la cosa”. El artículo se refiere a la acción para pedir resolución del contrato
(redhibitoria) y a la quanti minoris, cuyo objeto es pedir la disminución del precio.
En materia civil (art. 1866 del Código Civil), en cambio, las acciones a que da lugar
la obligación de saneamiento de los vicios redhibitorios prescriben del siguiente modo:
2.- La acción para pedir la rebaja del precio prescribe en un año para los bienes
muebles y en 18 meses para los bienes raíces.
La norma del artículo 160 de nuestra codificación comercial faculta al comprador para
exigir del vendedor que forme y le entregue una factura de las mercaderías compradas y
que ponga al pie de ella el recibo del precio total o de la parte que se le hubiere
entregado. Agrega la disposición citada que no reclamándose contra el contenido de la
factura dentro de los ocho días siguientes a la entrega de ella, se tiene por
irrevocablemente aceptada.
La importancia de la factura radica en que ella sirve para acreditar no sólo la especie y
calidad de las mercaderías vendidas, sino además el recibo del precio total o parcialmente
pagado.
Además del derecho de exigir el precio de la cosa vendida, la legislación mercantil concede
al vendedor derecho de retención. Aunque el vendedor haya hecho la tradición simbólica
de las mercaderías vendidas, puede retenerlas para asegurarse el entero pago del precio y
de los intereses correspondientes, siempre que ellas se encuentren realmente en su
poder, aunque sea a título de depósito (art. 151 del Código de Comercio).
La regla general es que la compraventa mercantil se celebre con pago del precio al
contado, salvo que se hayan estipulado tiempo y lugar para el pago del mismo.
El art. 151 dice que “Estando las mercaderías en poder del vendedor, aunque sea por vía
de depósito, éste podrá retenerlas hasta el entero pago del precio y los intereses
correspondientes”. Esta disposición debe ser concordada con el art. 147.
Obligación de recibir la cosa vendida.
El comprador debe recibir las mercaderías en el lugar y tiempo convenidos. Art. 153 Ccom.
El vendedor está facultado igualmente para solicitar el depósito siempre que el comprador
retarde la recepción de las mercaderías.
Por el otro lado, el comprador no está obligado a recibir por partes la cosa vendida. Con
todo, si se han verificado entregas parciales aceptadas por él, la venta se tiene por
consumada en cuanto a las porciones recibidas, aun cuando el vendedor no entregue las
restantes. “En este caso el comprador podrá compeler al vendedor a que cumpla
íntegramente el contrato o a que le indemnice los perjuicios que le cause el cumplimiento
imperfecto” (art. 157).
A falta de designación de lugar para la entrega, se hará en el lugar donde existían las
mercaderías al tiempo de perfeccionarse la compraventa.
El envío no implicará entrega cuando fuera efectuado sin ánimo de transferir la propiedad,
como si el vendedor hubiese remitido las mercaderías a un consignatario con orden de no
entregarlas hasta que el comprador pague el precio o dé garantías suficientes.
Art. 155. Puesta la cosa a disposición del comprador, y dándose éste por satisfecho de ella,
deberá pagar el precio en el lugar y tiempo estipulados.
No habiendo término ni lugar señalados para el pago del precio, el comprador deberá
hacerlo en el lugar y tiempo de la entrega, y no podrá exigir que ésta se efectúe sino
pagando el precio en el acto.
a) La cosa vendida está determinada por las partes refiriéndose ya sea a la cantidad, lugar
de ubicación o cualquier otro detalle que sea imprescindible para evitar confusión con
cosas o mercaderías similares. En la determinación de la cosa vendida se elimina toda
indicación relativa al peso, número o medida;
b) El precio debe ser fijado en forma global de antemano o, en todo caso, debe ser
determinable en consideración a la cantidad o calidad de las mercaderías;
c) El vendedor debe entregar la totalidad de los objetos que forman el block o la masa y el
comprador tiene que recibirlos cualquiera sea su cantidad o calidad.
Tipos de compraventa en block. Se pueden señalar los siguientes casos de venta en block:
Es un contrato en virtud del cual una parte remite a la otra mercaderías con la obligación
para ésta de devolverlas si no las vende dentro del plazo estipulado, pero pudiendo
adquirirlas para sí en el precio estimado por el remitente y retener el sobreprecio que
obtenga en caso de venderlas a un tercero.
La venta por consignación se diferencia del depósito porque en este último contrato no
existe la obligación de transferir la cosa. Difiere de la sociedad y de la asociación o cuentas
en participación, en que no se conviene repartir la utilidad
1.- Son Contratos de colaboración empresarial: son contratos en que el principal, que
puede ser el productor o importador de las mercaderías con el objeto de colocar sus
productos en el mercado, busca una colaboración ajena de otro empresario que es
independiente jurídicamente del principal y también, muchas veces, independiente
económicamente. Tal independencia se atenúa o no existe en la franquicia.
Son contratos que van a tener reglas de general aplicación a todas las operaciones
que se van a ejecutar entre ellas durante la vigencia del contrato V gr. contratos de
distribución o concesión mercantil, se dirá que las remesas de mercaderías se van a
ejecutar los días 15 y 20 de cada mes por parte del principal, es una relación que se aplica
durante toda la vigencia del contrato. También indica que es de tracto sucesivo.
3.- Son Contratos intuito personae: se celebra entre partes cada uno de los motivos por la
confianza que la persona que el cocontratante inspira a la otra. Esta confianza
generalmente está basada los aspectos objetivos es la solvencia. Aunque a veces se toman
en cuenta aspectos subjetivos. Estos contratos no pueden ser cedidos sin la anuencia del
co-contratante.
3.- Comisión: le comisionista no puede adquirir para sí las mercaderías objeto del
encargo; además, la comisión es revocable.
Características.
Se trata de una convención que se perfecciona por el solo consentimiento de las partes.
Suele a veces emitirse un documento en el cual constan la cantidad de mercaderías
entregadas, el precio estimado y el plazo para la venta, pero no constituye formalidad
para la celebración del contrato, sino más bien un elemento de prueba preconstituida de
los principales aspectos del mismo.
Es un contrato:
1.- Es consensual.
3.- Es innominado.
Aspectos generales.
Para garantizar el vendedor el pago del precio de la cosa, cuando se ha convenido un plazo
para solucionarlo, permitiendo al mismo tiempo al comprador disponer de la cosa vendida
en su poder, se creó una forma especial de compraventa, en la cual se constituye una
prenda sin desplazamiento.
El tipo de compraventa favorece tanto el interés del comprador que no puede adquirir los
bienes pagando su precio de contado, como del vendedor, quien ve garantizado su crédito
por la prenda especial.
Legislación aplicable.
El tipo de compraventa favorece tanto el interés del comprador que no puede adquirir los
bienes pagando su precio de contado, como del vendedor, quien ve garantizado su crédito
por la prenda especial.
La compraventa especial que nos ocupa está regida por la Ley Nº 4.702, de 6 de diciembre
de 1929. Para que se pueda aplicar se exige que (art. 1):
2.- Debe dejarse constancia del lugar en que ordinariamente se guarde la cosa.
Derechos del vendedor o acreedor prendario. Interesa tratar, aparte de los derechos que
toda compraventa otorga al vendedor, las facultades especiales que la Ley Nº 4.702
establece en su favor, esto es, el derecho real de prenda y el derecho de transferir el
crédito.
El derecho de prenda. Se adquiere y conserva por la inscripción del contrato de las cosas
vendidas a plazo en el Registro Especial de Prenda del departamento donde se haya
celebrado. La inscripción se practica en virtud de copia autorizada de la escritura pública o
del instrumento privado autorizado que contiene el contrato.
En general se trata de las obligaciones que son correlativas de los derechos que la ley
concede al comprador, a saber:
c) Obligación de recibir del deudor el pago anticipado del precio o los abonos
extraordinarios que desee hacerle.
Se trata más bien de simples facultades que la ley concede al comprador o deudor
prendario. Entre ellos pueden enumerarse los siguientes:
Las bolsas de valores son sociedades anónimas y se rigen por las normas aplicables a las
abiertas, contenidas en la Ley 18.046 (art. 40).
1.- Al contado, aquellas cuyo pago debe hacerse en las 24 horas siguientes a la celebración
del contrato. De les denominas operaciones PH o pagaderas hoy.
2.- A plazo, aquellas en que ambas partes difieren el cumplimiento de sus obligaciones
para una fecha posterior. La ejecución de la operación se difiere a una fecha determinada,
de forma que el pago del precio y la entrega de los títulos deben efectuarse
obligatoriamente en el día de liquidación, llamado en la jerarquía bursátil mala. Estas
operaciones a plazo pueden dividirse en tres tipos:
a) A plazo firme, en que llegado el día de vencimiento del plazo, las partes deben cumplir
sus obligaciones:
b) A prima, en que se faculta a una de las partes para desistirse del negocio mediante el
pago de una prima.
La postergación supone que el especulador desea prorrogar la operación a plazo una vez
llegada la fecha de la liquidación, por así convenirle a sus intereses, sea porque, siendo
comprador, los valores no han subido de precio lo presupuestado o no tiene dinero con
qué cumplir su obligación, o, siendo vendedor, porque el precio de los valores no ha
bajado lo esperado o confía en que bajarán más. Ambos desean, en definitiva, mantener
su posición de comprador y vendedor, respectivamente.
2.- Art. 444 del Código de Procedimiento Civil, con arreglo al cual el juicio ejecutivo
por obligaciones de dar puede recaer en un establecimiento mercantil.
4.- Está formado por cosas corporales e incorporales. Cosas corporales son loas
mercaderías, el mobiliario, los vehículos, etc.; incorporales, en tanto, las marcas
comerciales, el nombre comercial, el rótulo, el derecho de llaves y otros.
6.- Es una universalidad de hecho, lo que implica posee una individualidad propia e
independiente de los elementos que la componen. Un elemento distintivo entre las
universalidades de hecho y la de derecho es que estas últimas tienen un pasivo propio,
mientras que las primeras no, sino que constituyen un elemento del patrimonio general o
especial de una persona.
En cuanto al factor jurídico de aplicación, la Convención de Viena de 1980, ella tiene por
objeto los contratos de compraventa (internacional) de mercancías. El objeto jurídico
regulado por el derecho uniforme es la compraventa (internacional) de mercancías, que la
aludida Convención se abstiene de definir.
Del concepto de compraventa que puede elaborarse a partir de las normas transcritas,
surgen dos grandes novedades para los juristas de tradición románica. La primera novedad
del texto vienés es la obligación del vendedor de transferir la propiedad de las
mercaderías vendidas, y la segunda novedad está constituida por la obligación, impuesta
también al vendedor, de entregar junto con las mercaderías la documentación relativa a
ellas
12) La Permutación
Conforme a la definición del artículo 1.897 del Código Civil, la permutación o cambio es un
contrato en que las partes se obligan mutuamente a dar una especie o cuerpo cierto por
otro. Se diferencia, entonces, de la compraventa en que, en vez de dar dinero por la cosa,
se da otra especie o cuerpo cierto. Y para que sea mercantil, el trueque debe recaer sobre
cosas muebles y que la intención de adquirir mediante la permuta sea para vender,
permutar o arrendar la especie en la misma forma o en otra distinta, o que ya se hubiera
adquirido la especie con tal intención mediante su compra o permuta.