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TRIBUTITIS

Los tributos siempre serán la esperanza o la tabla de salvación económica de


todos los gobiernos del mundo. No hay duda que de su recaudación, depende en
gran parte el desarrollo de los pueblos.

Pero los tributos constituyen también una materia selecta y apreciada por
Contadores y Abogados, despertándoles el interés por el estudio e investigación
de las normas tributarias y generándose el debate académico.

En este espacio, el autor comparte reflexiones y algo más sobre estos


importantes temas, esperando que así como el impuesto al valor agregado se
traslada al consumidor final, el interés por los temas tributarios se traslade a los
seguidores.

¿PUEDEN APORTARSE SERVICIOS A LAS SOCIEDADES?

Desde la vigencia de la Ley General de Sociedades en 1998, el aporte de servicios


siempre ha causado controversia y esto ha originado que se produzcan opiniones
encontradas de distinguidos abogados.
No está demás recordar que las sociedades se constituyen con un objeto y con un
fondo económico. El objeto es la actividad económica que desarrollará la
sociedad y el fondo está constituido por los recursos económicos con los que
contará la sociedad, estando representado inicialmente por el Capital, que a su
vez se forma con los aportes de los socios.
Estimo que la confusión se inicia en el Libro Primero de la Ley, que contiene las
Reglas aplicables a todas las Sociedades y establece en su artículo 1
que “Quienes constituyen la sociedad, convienen en aportar bienes
o servicios para el ejercicio en común de actividades económicas” debiéndose
advertir que el verbo “aportar” está en relación a la actividad económica que
desarrollará la sociedad y no al fondo que constituye el capital. Luego en el
artículo 22 se trata lo concerniente a los Aportes, pero no se refiere para nada a
los servicios; el artículo 23 contempla los aportes dinerarios; el artículo 25
prescribe sobre los aportes no dinerarios, específicamente bienes inmuebles y
bienes muebles; el artículo 26 complementa al anterior y trata sobre los
derechos expresados en títulos valores o en documentos de crédito; el artículo 27
precisa sobre el informe de valorización de los aportes; el artículo 28 trata sobre
el saneamiento de los aportes y finalmente, el artículo 29 se refiere al riesgo de
los bienes aportados.
En el plano específico, la primera precisión recién aparece en el artículo 51,
cuando al referirse al capital señala textualmente que “No se admite el aporte
de servicios en la sociedad anónima”, debiéndose advertir que el
“aporte” esta vez está en relación al fondo que constituye el capital y no a la
actividad económica; y entendiéndose además, por contrario sensu que el aporte
de servicios si se admitiría para los demás tipos de sociedades, aunque respecto
a las Sociedades en Comandita Simple, el artículo 281 aclara que los aportes solo
pueden ser en bienes, en especie o en dinero y respecto a la Sociedad en
Comandita por Acciones, el artículo 282 establece que deben aplicarse las
disposiciones relativas a la Sociedad Anónima. Adicionalmente se interpreta que
tampoco resultaría aplicable a las Sociedades Comerciales de Responsabilidad
Limitada por su naturaleza capitalista.
Siendo así y por descarte, sólo procederían los aportes de servicios en las
Sociedades Colectivas, que creo ya son muy pocas las que quedan en el Perú y en
las Sociedades Civiles, que presenta otra complicación en el artículo 297 cuando
se expresa que “El capital de la sociedad civil debe estar íntegramente pagado al
tiempo de la celebración del pacto social” surgiendo mayores dudas sobre la
posibilidad del aporte de los servicios.
Otra fuente positivizada es el Reglamento del Registro de Sociedades aprobado
por Resolución Nº 200-2001-SUNARP/SN del 27/07/2001, que en su artículo 35
establece ante el Registro, la efectividad de la entrega de los aportes a
sociedades; sin embargo de su análisis, se advierte que en ninguno de los seis
supuestos, se contempla el caso del aporte de los servicios.
Un distinguido abogado, Alonso Morales Acosta, quien fue asesor de la Comisión
Revisora del Proyecto de la Ley General de Sociedades, escribió el artículo “El
Patrimonio Social: Capital y Aportes” en el Tratado de Derecho Mercantil de
Agosto 2003, Tomo I: Derecho Societario y trató el tema del aporte de los
servicios opinando que era posible de efectuarse y especialmente factible de
capitalizarse, señalando que el mayor problema era la valorización y que
constituía contablemente un activo diferido sujeto a amortización periódica.
Independientemente de los conceptos contables, que son errados, ya que el
activo diferido no se amortiza sino se devenga conforme se ejecuta en el tiempo
(la amortización se aplica a las inversiones intangibles), lo principal sería
dilucidar si jurídicamente es permitido por las leyes y si estas se han
implementado o reglamentado para su factibilidad.
Otro distinguido abogado, Manuel Torres Carrasco, perteneciente a la División de
Estudios Legales de Gaceta Jurídica, escribió en la revista Actualidad Jurídica Nº
110 de Enero del 2003 el artículo “Cómo se valorizan los aportes de servicios en
la constitución de una sociedad? ¿Es posible valorizar el aporte de servicios
prestados por un socio al constituirse una sociedad civil?, expresando que “los
aportes de servicios, si bien conservan el estatus de aportes, no forman parte de
la cifra capital de la sociedad debido a que no pueden ser valorizados”, pero
luego se contradice cuando manifiesta que los aportes de servicios se
comprueban ante el Registro adjuntando la declaración del Gerente General,
Administrador o persona autorizada de haberlos recibido, no exigiéndose algún
informe de valorización y amparándose en el artículo 35 del Reglamento del
Registro de Sociedades- Resolución Nº 200-2001-SUNARP-SN del 27/07/2001 que
establece los casos de constitución de sociedades, aumento de capital o pagos
del capital suscrito. (Esta norma fue analizada y para nada se refiere al aporte
de servicios).
Ricardo Beaumont Callirgos, es un reconocido experto en temas societarios y fue
miembro de la Comisión Redactora de la Nueva Ley General de Sociedades, es
autor del Libro “Comentarios a la Nueva Ley General de Sociedades” y
comentando sobre la prohibición del aporte de servicios en las sociedades
anónimas, textualmente señala en la página 205 que “Los servicios personales no
pueden constituir aporte en una sociedad anónima porque no constituyen un
valor actual, realizable, susceptible de una apreciación en dinero y además,
porque ello está sujeto a las contingencias de la vida humana. En suma, no
ofrecen las garantías que la ley le asigna al patrimonio de esta clase de
sociedades”

Quizás el análisis debió partir desde este punto, evaluando primero la naturaleza
de los servicios, que como conocemos es una obligación de hacer, una acción,
una actividad, por tanto estamos ante el supuesto aporte de algo que no es
presente porque estaría en movimiento, tampoco es pasado porque estaría
consumido, podría ser mas bien algo futuro, por ejecutar; que además es
abstracto; que está sujeto a las contingencias humanas, porque podría darse el
caso que el deudor fallezca y ya no se cumpliría o que el servicio se preste pero
no con la calidad requerida; y que aún cuando los servicios pueden ser materia
de valorización económica (discrepo respetuosamente con el maestro Beaumont),
no es posible física ni jurídicamente que sean transferidos a terceros y menos
como capital de una sociedad.
Como acertadamente señala en otra parte de su artículo, Alonso Morales Acosta,
al final los aportes no constituyen bienes, sino derechos de propiedad, derechos
de crédito o derechos de uso, al igual que los arrendamientos y los seguros
pagados por adelantado. En consecuencia, consideramos que en aplicación
análoga no deberíamos estudiar a los “aportes de servicios” sino a los “aportes
de derechos sobre servicios”.

A modo de conclusión tenemos lo siguiente:

1. El término APORTE, tiene dos acepciones societarias, la primera relacionada


con el compromiso del socio de aportar bienes y servicios para el desarrollo
de la actividad económica de la sociedad (como lo señala el artículo 1); y la
segunda relacionada con el compromiso del socio de aportar bienes y
derechos al capital de la sociedad (como lo señalan los artículos 22 al 30)
2. Dada la naturaleza de los servicios, en rigor resultaría imposible aportar
servicios al capital de sociedades por tratarse de una acción, una actividad
presente o una prestación de hacer.

3. Es posible aportar “Derechos sobre servicios” ya que constituyen un


derecho de la sociedad a recibir servicios futuros, a cambio de entregar al
socio una participación en el capital de la sociedad. Sin embargo, esta
posibilidad solo estaría a disposición de las Sociedades Colectivas, ya que
respecto a las Sociedades Civiles existe la limitación del artículo 297, referida a
que el capital debe ser íntegramente pagado.

4. Existe normatividad específica respecto al aporte de servicios para el


desarrollo de la actividad económica de las Sociedades Civiles como el primer
párrafo del artículo 295, los artículos 298, 300 y 301, así como los numerales 4 y
5 del artículo 303.

5. No existe regulación jurídica societaria ni registral referida al aporte de


servicios al capital de sociedades, siendo la única referencia la prohibición a las
sociedades anónimas prevista en el artículo 51.

http://tributitis.blogspot.com/2011/07/pueden-aportarse-servicios-las.html

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