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BIBLIOGRAFÍA

Domingo RAMOS-LISSÓN, Compendio de Historia de la Iglesia Antigua,


Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona 2009, 484 pp.

El autor, Profesor (Emérito) de Patrología En línea con su dilatada experiencia


e Historia de la Iglesia (Edad Antigua) en la docente y la reconocida autoridad lograda
Facultad de Teología de la Universidad de en sus múltiples investigaciones históricas,
Navarra, ha preparado este Compendio que el autor atribuye tanta importancia a los
tiene las características propias de un traba- tres primeros siglos de la Historia de la
jo realizado con una finalidad académica: Iglesia que, a la exposición de ese argu-
facilitar a los estudiantes una obra que sin- mento, dedica hasta IX capítulos de su
tetice las lecciones impartidas por él, duran- Compendio: el análisis histórico de los co-
te años de docencia, con el fin de facilitar el mienzos de la Iglesia, los factores favora-
conocimiento de la vida de la Iglesia en los bles a la difusión del cristianismo, las difi-
primeros siglos de su existencia. En concre- cultades socioculturales opuestas a la vida
to, la obra abarca un periodo de tiempo que de la Iglesia, la actitud hostil del Imperio
va desde el siglo I hasta finales del siglo VII romano hacia los cristianos, las controver-
(Concilio III de Constantinopla). sias en el interior de la Iglesia en los siglos
Desde el primer momento, y a lo largo II y III, la expansión de la Iglesia en el siglo
de todas sus páginas, la lectura de la obra II, la estructuración de la Iglesia subapos-
hace ver el interés peculiar que, para los es- tólica, la vida cristiana y los sacramentos, y
tudiosos de la eclesiología enseñada por el las manifestaciones de la vida cristiana. Al-
Concilio Vaticano II, tiene hoy el conoci- go posteriores en el tiempo son las refe-
miento de la Historia de la Iglesia Antigua; rencias que, en un capítulo específico, se
pues, con sólo ojear las notas a pie de pá- ofrecen sobre el desarrollo histórico del
gina de la Constitución dogmática Lumen monacato en Oriente, como también lo ex-
gentium, se puede detectar la profunda sin- puesto en el capítulo relativo a la Iglesia y
tonía de fondo que ese texto magisterial la nueva política religiosa de Constantino
mantiene con el conocimiento de la Iglesia y de sus sucesores.
que nos brindan los escritos y las actuacio- Concluida, a lo largo de XII capítulos, la
nes de los Santos Padres. De ahí que no sea presentación de la Historia de la Iglesia du-
posible asimilar las enseñanzas conciliares rante el periodo en que pervivió el Imperio
sobre el misterio de la Iglesia y sobre su romano de Occidente, se dedican, a conti-
condición de Pueblo de Dios y Sacramen- nuación, otros XI capítulos a la exposición
to de la unión de los hombres con Dios, sin del curso histórico que sigue la vida de la
adentrarse en el estudio de obras como el Iglesia en el periodo de los Reinos germá-
Compendio preparado por el Profesor Ra- nicos. Después de exponer cómo tuvo lugar
mos-Lissón sobre la Historia de la Iglesia la penetración de los germanos en el Occi-
Antigua. Trabajos como éste resultan im- dente cristiano durante los siglos IV-VII, se
prescindibles para que, según desea el dedican hasta VI capítulos a la exposición
mismo Concilio en Optatam totius, 14, los de las controversias teológicas que tuvieron
alumnos que se inician en los estudios ecle- lugar durante este periodo: el arrianismo y
siásticos puedan percibir la hondura con otras disputas teológicas en Oriente, las
que «el misterio de Cristo afecta a toda la controversias cristológicas de los siglos IV y
historia del género humano e influye cons- V, las disputas teológicas postcalcedonianas,
tantemente en la Iglesia». las disputas teológicas en Occidente –con

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particular referencia al donatismo–, la con- tenido un protagonismo significativo en


troversia pelagiana y la controversia prisci- los acontecimientos narrados. Lo que con-
liana. tribuye a presentar un cuadro más comple-
A continuación, se presentan otros V to de las luces y de la sombras.
capítulos que abarcan otros tantos aspectos A la vista de los rasgos más característi-
de la dimensión institucional de la Iglesia cos de la obra que acabamos de apuntar, se
en este mismo periodo: La organización de puede comprender que, estando orientada
la Iglesia en los siglos IV al VII, la liturgia preferentemente a la formación de los
y la vida cristiana en esos mismos siglos, la alumnos que se inician en el primer ciclo
catequesis y la vida sacramental, la espiri- de los estudios eclesiásticos impartidos en
tualidad de la vida cristiana, y el monacato las facultades de Teología, ofrece también
y su espiritualidad en Occidente. muchos puntos de interés para cuantos es-
Es de notar, como mérito particular- tamos interesados en los estudios canóni-
mente destacado de este Compendio, que su cos. En primer término, por las afinidades
autor, a lo largo de toda la exposición, hace de fondo que existen siempre entre el dis-
un uso continuado de los datos que se con- curso histórico –que se ve obligado a la
tienen en las fuentes del conocimiento his- acogida de los datos de carácter positivo en
tórico de la Antigüedad cristiana. De ma- su intento de reflejar el devenir de la vida
nera que, no sólo procura poner al alcance de la Iglesia, aunque también deba estar
del lector el acceso a esas fuentes, sino que atento a la vida interior en el Espíritu– y el
alimentan siempre su discurso, con datos que es propio del Derecho de la Iglesia,
extraídos de sus contenidos, como se des- que también debe centrarse en ese ámbito
prende de las numerosas referencias que se externo de la convivencia compartida por
ofrecen en cada una de sus páginas. Es los componentes de las comunidades cris-
más, en algunos casos que pueden resultar tianas. Pero encontramos, además, en este
más significativos, se han reproducido Compendio núcleos tan directamente inte-
también sus citas textuales. De manera resantes a la Historia del Derecho canóni-
que, sobre esa base, se asienta la exposición co, como los relativos al ejercicio del mi-
crítica y ordenada de todo el relato histó- nisterio apostólico en la Iglesia primitiva, a
rico. la constitución y la vida de las diversas co-
De entre ese cúmulo de testimonios munidades cristianas, a su presencia en las
históricos, el Profesor Ramos-Lissón, en ciudades, a sus relaciones con las comuni-
profunda sintonía con la convicción mani- dades judías y, especialmente, los núcleos
festada por Benedicto XVI, de que «los dedicados a la organización de las Iglesias
santos son los verdaderos portadores de la locales, a la pervivencia de los carismas, a
luz de la Historia» (Deus caritas est, 40), los ministerios eclesiásticos, al primado ro-
hace notar que, «tratándose de la Historia mano, a los sacramentos de la iniciación
de la Iglesia, los testimonios de los santos cristiana, a la penitencia y al matrimonio.
tienen un valor añadido, por ser ellos quie- En todos ellos se acierta a dibujar, en re-
nes mejor han vivido el mensaje de Jesús dacción sintética, los diversos aspectos que
de Nazareth en el seno de la comunidad cada tema presenta, teniendo a la vista las
cristiana». De ahí la preferencia que otor- aportaciones que en los últimos decenios
ga siempre a las citas de los Santos Padres. ha venido haciendo la historiografía, cuyas
Por otra parte, a modo de contraste, tam- obras más representativas son citadas al
bién ha compulsado las actitudes de quie- final de cada capítulo.
nes han sido disidentes de la fe ortodoxa o Estamos, pues, ante una obra cuya apa-
no han sido coherentes con ella, pero han rición se debe celebrar por el acierto con

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que ordena sistemáticamente los aspectos taciones más recientes de la historiografía


más representativos de la vida de la Iglesia en torno a los temas expuestos y por la ni-
Antigua, por la fidelidad continuada con tidez formal con que discurre en todo mo-
que ofrece los testimonios de las fuentes mento su línea expositiva.
históricas, por el conocimiento de las apor- Eloy TEJERO

Tomás RINCÓN-PÉREZ, El orden de los clérigos o ministros sagrados.


Formación, incardinación y estatuto jurídico personal, Eunsa,
Pamplona 2009, 383 pp.

Este manual es el tercero que, en los últi- El Código de derecho canónico de


mos años, ha publicado el autor, profesor 1917 era deudor, por una serie de razones
durante cuatro décadas en la Facultad de históricas, de una eclesiología que se podría
Derecho Canónico de la Universidad de caracterizar como de corte hierarcológico,
Navarra. A sus numerosos artículos y pu- muy dependiente en sus desarrollos canó-
blicaciones, se han añadido estas tres obras nicos de cierto grado de identificación de
–sobre la liturgia y los sacramentos, sobre la Iglesia con jerarquía y de esta última con el
vida consagrada y sobre los ministros sagrados conjunto de las órdenes mayores y meno-
o clérigos– que son como la decantación de res entonces existentes. Esta visión entró
su larga trayectoria docente e investigado- en crisis con el Concilio Vaticano II, no
ra. Un precioso legado, por decirlo así, que porque fuese errónea o equivocada en su
compendia su fecundo quehacer canonís- raíz, sino porque resultaba insuficiente pa-
tico y que pone al alcance de alumnos y ra una adecuada comprensión del misterio
especialistas un valioso material para el co- de la Iglesia. Todo ello se puede sintetizar
nocimiento de esos ámbitos del derecho diciendo, con palabras del autor, que en el
canónico. Concilio se produjo un giro eclesiológico: «el
El orden de los clérigos o ministros sagrados paso de una eclesiología con predominio
se estructura en torno a tres grandes nú- jerárquico y con raíces estamentales, a una
cleos temáticos, como el subtítulo de la eclesiología de comunión» (p. 55). En este
obra indica: la formación de los ministros marco de fondo se sitúan los dos documen-
sagrados, la incardinación y los derechos y de- tos del Vaticano II más directamente rela-
beres propios de los clérigos. No obstante, cionados con los clérigos: el decr. Optatam
antes de abordar esos temas, el autor con- totius sobre la formación sacerdotal, de in-
sidera necesario exponer una serie de cues- dudable relevancia por lo que se refiere a
tiones previas, que entrelazan aspectos los seminarios, y el decr. Presbyterorum or-
teológicos, jurídicos e históricos. De esta dinis, cuya importancia se proyecta tanto
manera, el libro se divide en cuatro partes: sobre la disciplina, como sobre el modo de
cuestiones generales (caps. I-IV), formación de entender la incardinación.
los clérigos o ministros sagrados (caps. V-X), Respecto a estos y a otros puntos que el
incardinación y agregación de los clérigos (caps. autor expone en la parte introductoria,
XI-XV) y, finalmente, estatuto jurídico perso- quizá cabría pensar que, por tratarse de as-
nal del clérigo (caps. XVI-XX). pectos conocidos y, en algunos casos, de

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