Organo del Partido Mexicano del Proletariado

Año 1 (Segunda Epoca) Mayo-Agosto, 1981 Número 3 Especial

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Colectivo
• A I p t r a u m· d e 1
Partido Mexi can1 del Pro\etartadO

SUMARIO

Editorial. Elecciones en Francia ................ ·. . . . . . . . . . . . . . . 1

Elecciones y Parlamentarismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

Posición del PMP ante las elecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Importancia económica del trabajo doméstico impago.

Por Gabriela Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Las maquiladoras de la zona fronteriza del Norte de México . . . . . . . . . 11

Polonia hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 ·

El Marxismo se vitaliza: Paul Mattick.................. . . . . . . . . . 19

Entrevista con Michael Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

El PC y la "Resurrección", de José Revueltas.

Por Grupo EIRA .... . .............. .• . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

La huelga hulera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

STUNAM: El compromiso tácito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

La paradoja de México. Por David Rousset . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

COLABORADORES:

Dora Luz Cisneros

Bartomeu Costa L.
Grupo EIRA
Enrique González P.
Enrique González Rojo
Guadalupe Marín
Michel Pablo
Francisco Soto Angli
Editorial

ELECCIONES EN ·FRANCIA
El 10 de mayo- Franqois Mitterrand resultó electo presidente de Francia para un periodo de 7 años.
Hubo manifestaciones de júbilo en las calles, se informó a la prensa, porque se pensó que el cambio
había llegado, al menos en la forma. De inmediato las llamadas fuerzas progresistas saludaron el
triunfo del socialista francés.
La izquierda amaestrada mexicana no tardó en mostrar su satisfacción aludiendo al paso gra-
dual de Francia al socialismo. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST), por ejemplo, fue el
más explícito. Y con tal saludo la izquierda mexicana no hacía más que expresar sus objetivos:
aspiran al poder para favorecer una economía--predominantemente estatal (que ellos confunden con
el socialismo), con posiciones antimperialistas y programas de redistribución de la riqueza en obras
sociales. Se inscriben en esa vieja línea del parlamentarista que hacia 1893 Kautsky _:_todavía fiel
al marxismo según el juicio de Leni~ expresaba con estas palabras: "La legislación directa del
p·ueblo, no puede, al menos en un gran Estado rrwderno, hacer' superfluo al Parlamento; puede, todo
lo más, ser puesto en práctica a su lado para enmendar su acción en ciertos casos".
Los herederos de Kautsky y de toda la socialdemocracia pueden llegar al poder -como sucedió
en Francia- y con toda seguridad podemos decir que el capital tiene en ellos a unos buenos agentes.
Sin embargo, habrá que estar atentos al movimiento social de las clases trabajadoras y a las posibili-
dades que se le abren bajo este nuevo gobierno en Francia. Cautivo de esta perspectiva, el Partido
Comunista Mexicano (PCM), para citar otro caso, a los cuatro vientos propala· en El Machete:
"Dictadura, ni la del vroletariadd', haciendo un uso demagógico del término y "confundiendo" sus
significados. ·
La práctica de la socialdemocracia internacional -que en México tiene buenos seguidores con
la izquierda- sigue confirmando la olvidada afirmación de Marx en el sentido de que el Estado 1J
el parlarnento no representan la vida social de las clases trabajadoras, sino sólo los organismos de
dominación por los capitalistas.

1
 ELECCIONES
YPARLAMENTARISMO
(PUNTOS 5 Y 6 DE LAS TRECE POSICIONES
MARXISTAS FUNDAMENTALES DEL PMP)
Las elecciones
El sufragio universal en el capitalismo sólo es
un "juguete en manos de las clases dirigentes". 1
En las actuales condiciones del sistema capitalista
y más aún en México, las elecciones nacionales {aquí
legislativas y presidenciales) constituyen uno de los
principales recursos del capital para embaucar a
la clase proletaria y encuadrarla en el cretinismo
electoral, es decir, en un tipo de política subjetivo
e ilusorio, cuya sola consecuencia es, cuando mucho,
una forma de oposición innocua e inefectiva, que
en la práctica se convierte en abierto o disimulado
apoyo al Estado capitalista al sancionar sus medi-
das, incluso por contrapartida y con reservas parla-
mentarias formales. Salvo en casos de excepción y
por verse, en la fase avanzada actual del sistema
capitalista, parece muy dudoso, para no decir impo-
sible, que en las naciones capitalistas en cualquier
nivel de desarrollo económico {incipiente, medio o
alto), la participación electoral de la clase proleta-
ria pueda conseguirle algún beneficio práctico rele-
vante y menos aún decisivo.
Los partidos "comunistas" con gran cantidad
de miembros y que influyen sobre un electora-
do masivo (como el italiano, el francés, el japo-
nés, etcétera), en determinada eventualidad pue-
den llegar a participar en el poder dentro de una
coalición con los "socialistas" u otros mediante el
voto (como sucedió en Chile), pero precisamente
porque nunca propusieron el programa socialista
revolucionario, ahora abandonan los últimos resi-
duos sólo rituales del marxismo (dictadura del pro-
letariado, internacionalismo proletario, aun la teo-
ría · marxista como tal, ~tcétera) para adoptar con
impudicia la ideología pequeñoburguesa democrá-
1 Marx, Carlos. La guerre civile en France, Pekín, ELE 1972.
Pág. 179.
2
tica más ramplona, obran con descaro como meros
partidos electorales democráticos, se ofrecen como
gestores más aptos y hábiles del capital para ayudar-
le a remontar las crisis económica y, por ende, ce-
losos guardianes del "orden" captalista; tanto así
que se ganaron la estimación del capital financiero
internacional, como muestran los juicios de Gio-
vanni Agnelli, presidente del consejo de adminis-
tración de la Fiat:
• El Partido Comunista Italiano (PCI) es un Partido
responsable, independiente de Moscú y garantiza
realmente el orden reformista. En Italia, el parti-
do comunista parece favorecer la construcción de
un régimen de orden. Los comunistas parecen
adherirse hoy a una visión muy responsable de
la función del establishment. No se puede gober-
nar con el PCI en oposición. El Día, 5 de oc-
tubre de 1977.
Los partidos "comunistas" grupusculares (como
el mexicano), no obstante sus mínimas perspectivas,
actúan en el mismo sentido.
La posición polrítica esencial de -los partidos "co-
munistas" se sintetiza como sigue:
• En la esfera del capital estatizado el personal
dirigente de los partidos comunistas se constituyó
camo la fuerza principal de la clase dominante:
la burocracia estatal. En la esfera del capitalismo
monopolista los partidos comunistas componen la
fuerza social y política del capitalismo del Es-
tado. 2
• . El programa de nacionalizaciones generalizadas
es el programa social del capita;lismo de Estado. 3
2 Rousset, David. La societée eclatée, París, Grasset 1973.
Pág. 618.
s !bid, pág. 620.
 La posibilidad de que el partido proletario in-
dependiente y, por tanto, con el programa socialis-
ta revolucionario, logre algo en las naciones capi-
talistas por medio de elecciones, quedó excluida, no
hace poco ni ahora, sino desde la época de Lenin,
quien (en su obra "El izquierdismo" y otras) exigía
la participación electoral, extrapolando de modo
subjetivo e inconsistente, condiciones propias de un
periodo histórico anterior en Europa o de entonces
en la Rusia infracapiatlista. La participación elec-
toral en la actualidad para nada politiza a la clase
proletaria, al contrario, la empeña en el estulto jue-
go político del capital, la mediatiza generando ex-
pectativas fantasmales y la conduce a una táctica
reformista obturada de antemano.
El Estado capitalista burocrático mexicano im-
pone condiciones prácticas tan limitadas a la parti-
cipación electoral, que la clase proletaria no puede
siquiera manifestar una posición de clase indepen-
diente del capital y de su Estado en las elecciones.
Acudir a votar es inoperante e inútil, así lo intuye
o comprende un sector importante en la elevada
proporción de la clase proletaria que ejerdta las
distintas formas de la abstención, por las razones
que siguen:
• La identificación del PRI con el Estado en ge-
neral y con el gobierno en particular, no sólo
determina la afiliación masiva interesada o coer-
citiva, sino constituye un factor decisivo cons-
tante en la cronicidad del oportunismo derechista
de la izquierda amaestrada "marxista-leninista".
• El dominio que ejerce dicho Estado sobre los sin-
dicatos obreros y de trabajadores en los servicios
públicos y privados, y las organizaciones campe-
sinas.
• La capitulación práctica de la izquierda amaestra-
da "marxista-leninista" ante el Estado capitalista
burocrático, es decir, en México, el oportunismo
de derecha por excelencia.
• Las presiones de diverso tipo que el Estado y su
partido político, el PRI, ejerzen sobre los electo-
res y votantes.
• La libre disposición de los recursos económicos
del Estado pam fines políticos por parte del PRI.
• El control estatal de los medios de comunicación
masivos.
El Estado capitalista burocrático efectuó duran-
te los pasados veinticinco años una serie de reformas
electorales, que hasta ahora no logró el propósito
de encajonar a la ciudadanía en el cretinismo elec-
toral (como prueba el resultado de las últimas elec-
ciones presidenciales: 16 703 801 votos por López
Portillo contra 14 574 120 electores no inscritos, abs-
tencionistas y votos anulados, es decir, escépticos y
opositores potenciales). La presente reforma políti-
ca gubernamental pretende, mediante la graciosa
dádiva de algunos detritus políticos: concesión del
registro y la representación parlamentaria al resto
de la izquierda amaestrada, el PPS ya los tiene, y,
por supuesto, con su complicidad tácita:
• Contar con una oposición parlamentaria inofensi-
va por la proporción ínfima de su base social
electoral y su carácter amaestrado.
• Sancionar, aún más, con la par.ticipación electo-
ral y parlamentaria del conglomerado de micro-
organismos de la izquierda amaestrada, el juego
político y las medidas de política interior y exte-
rior del Estado capitalista burocrático.
• Atenuar y conformar el descontento permanente
provocado por la crisis económica actual, para
encuadrarlo y organizarlo en una forma domina-
da por el Estado.
• En síntesis: mediatizar al máximo posible a la
clase proletaria con el señuelo electoral.
En el sistema capitalista, com<? enseñó Marx,
las relaciones económicas entre los electores deter-
minan el carácter político de las elecciones y de las
consecuentes funciones administrativas de domina-
ción que desempeñan los electos dentro del apara-
to gubernamental del Estado.•
La participación electoral del partido proletario
independiente implica enorme dispendio de la ac-
ción práctica y recursos económicos, que se distraen
de las tareas y la propaganda dedicadas a organizar
a la clase proletaria en forma revolucionaria, sólo
justificables en el caso de realizar una campaña po-
lítica elucidadora efectiva, aprovechando la coyun-
tura, dirigida a denunciar el sistema de engaño elec-
toral mismo y, al par, difundir las posiciones y el
programa socialista revolucionarios.
El parlamentarismo
Desde la perspectiva revolucionaria marxista, en
las naciones capitalistas actuales el parlamentarismo
no sólo es inútil, sino perjudicial para la clase pro-
letaria: la práctica histórica prolongada enseña has-
ta la saciedad que la participación parlamentaria
en las naciones capitalistas nunca consiguió benefi-
cios fundamentales y mucho menos condujo hacia
la acción revolucionaria efectiva a la clase proleta-
ria, al contrario, contribuyó en gran medida a des-
radicalizarla y enajenarla a la politiquería del ca-
pital.
La represantación parlamentaria, extendida por
la reforma electoral a algunos conglomerados de mi-
croorganismos de la izquierda amaestrada "marxis-
ta-leninista", aparte del PPS:
4 Marx., Carlos. Notas marginales sobre la obra de Bakunin,
El estatismo y la anarquía, Jacobo Robles ed., Bogotá, Con-
troversia, 1973, págs. 45-46.
3
 • No es un medio de propaganda o agitación revo-
lucionaria, sino sólo electoral, que empuja a una
táctica en exclusiva electoral ( como sucede en
Italia, Francia, etcétera) .
• La minoría opositora · carece de la fuerza real
para imponer nada y de hecho sólo sanciona
con su participación las medidas del Estado ca-
pitalista burocrático en general, representado por
las iniciativas del poder ejecutivo.
• Dado el carácter de la izquierda amaestrada "mar-
xista-leninista", el parlamento sólo es un modesto
tablado de marionetas para las posiciones políticas
oportunistas de derecha.
• Dentro de la política oportunista de derecha, crea
de modo inevitable nuevos intereses económicos
y burocráticos en los dichosos representantes, que
los vuelven aún más oportunistas (nadie que vea
instalados en sus oficinas, casas, casas de campo,
etcétera), a los funcionarios del Partido Comu-
nista Francés (PCF) o de su agencia obrera, la
Confederación General del Trabajo (CGT), pen-
sará que se pueden proponer algo revolucionario,
que pondría en riesgo su posición social privile-
giada y excelente modo de vida; con razón dijo
Simone W eil que: "Lo que una burocracia es
incapaz de hacer es una revolución". 5
5 Weil, Simone. Ecrits historiques et polidques, París, NRF/
Gallinard, 1960, pág. 120.
4
• Las representaciones se componen de semiinte-
lectuales pequeñoburgueses arribistas y de ex
obreros que los siguen con docilidad, cuando no
corrompidos desde antes, lo que viene a dar en
algo parecido.
• En síntesis: de haberla, la única repercusión
social posible es de tipo democrático, no socialis-
ta; burguesa, no proletaria.
La presente administración, con la amable co-
laboración de clase de la izquierda amaestrada
"marxista-leninista", pretenden ahora entorilar a la
clase proletaria dentro de lo que Marx denominó
"la enfermedad incurable del cretinismo parlamen-
tario", que enajena a los contagiados, electores y
representantes, en un sistema subjetivo, imaginario
y por demás complaciente, donde pierden por
completo la memoria histórica, la capacidad de com-
prensión y el sentido sensato de la realidad social
exterior, con su desagradable lucha de clases. 6
El exclusivo propósito de la reforma política,
donde se conjuga el cretinismo electoral con el par-
lamentario que lo completa, consiste en mediatizar
la lucha de clases y procurar su conciliación en pro-
vecho del capital.
Ahora sí, bien registrados gracias a la caridad
pública, a votar, cretinos, y a recoger migajas.
6 Marx, Carlos. El XVIII brumario. En Obras escogidas, tres
tomos, ed. Progreso. Tomo I, pág. 465.
 POSICION DEL PMP ANTE
LAS ELECCIONES
Este documento, e/,aborado por el Partido Mexicano del Proletariado, es producto de la re/lexwn y de un amplw
debate en el que participaron todos los miembros de la organización.
Lo damos a conocer en momentos en que impera un ambiente de ausencia de alternativas proletarias, respecto
a los procesos electorales que suceden en el país. El documento tiene un carácter distinto a las propuestas enarbo-
ladas por los partidos burgueses (PRI, PAN, PARM, PDM, etcétera) y por los partidos de la izqurerda amaestrada,
subvenciono.da por el capital burocrático del Estado mexicano (PCM, PPS, PST, PPM, PRT, y demás}.
Entendemos que no hay revolución socialista si los trabajadores organizados como clase, no asumen /,a tarea de
su emancipación en forma autónoma de la clase capitalista, de su Estado y sus órganos de control (sindicatos, par•
tidos políticos y demás formas de dominación del capital). No habrá revolución socialista hasta que el proletariado
tome conciencia de sus objetivos históricos que se resumen en la abolición del sistema del trabajo asalariado con
todas sus condiciones económicas y políticas de dominación de clase.
Al analizar la cuestión electoral buscamos generar el debate colectivo en el seno de la clase obrera y de las
organizaciones revolucionarias, convencidos de que /,a función nuestra no consiste en autodenominarse vanguardia
de los traba,iadores, sino en aportar elementos que apoyen y contribuyan a promover e impulsar /,a organización y
la lucha de los asa/,ariados, encaminada a /,a conquista del poder político bajo la hegemonía del proletariado.

I. El sistema electoral de la Así, la izquierda amaestrada entra al juego del

burguesía mexicana
Los procesos electorales en México sirven a la
clase dominante para conseguir los siguientes pro-
pósitos:
• Medir el estado de ánimo político de las clases
trabajadoras, con el propósito de asegurar la
permanencia en el poder del sector dominante
en el aparato de Estado.
• Canalizar y atenuar el descontento social, some-
tiéndolo a un control organizado y dirigido por
el Estado.
• Crear falsas ilusiones y esperanzas en la pobla-
ción, al permitir que los partidos de la izquierda
amaestrada _jueguen un papel de supuesta opo-
sición en el terreno electoral y parlamentario,
aceptando en la práctica las condiciones estable-
cidas en la Ley Federal de Organizaciones Polí-
ticas y Procesos Electorales (LOPPE), y con ello
el sistema político dominante.
engaño electoral y apoya las medidas de política in-
terior como exterior del Estado capitalista burocrá-
tico.
• Frenar y desgastar la real o potencial radicali-
zación de los asalariados, para someterlas y uti-
lizarlas en provecho del sistema económico y po-
lítico actual.
• Provocar la despolitización y el fraccionamiento
de la clase proletaria a través de luchas refor-
mistas, que de antemano se saben fracasadas des-
de la perspectiva revolucionaria del proletariado.
• En síntesis: mediatizar al máximo posible a la
clase proletaria embruteciéndola con el cretinis-
mo electoral.
En consecuencia, la participación de la clase
obrera y de los grupos realmente revolucionarios en
las coyunturas electorales, sólo constituye un medio
o pretexto para denunciar al sistema electoral en
particular y al sistema político capitalista en gene-

5
 ral, además de propagandizar un programa real-
mente socialista.
El fin de nuestra lucha no puede limitarse a las
condiciones mismas de la coyuntura electoral, sino
debe desarrollar una actividad permanente cuyo
objetivo sea propagandizar el programa revolucio-
nario marxista para dar cuerpo a las luchas aisla-
das y dispersas de la clase obrera y de otros secto-
res de trabajadores. Esta participación debe ser
desde afuera, es decir, despreocuparnos de votar por
éste o aquél partido, éste o aquél candidato con re-
gistro o sin él. Nuestra actitud debe consistir en
levantar demandas propias, apoyadas en la movili-
zación antielectoral de los amplios sectores de la
población que han permanecido al margen o bien
que rechazan la engañifa electoral, haciendo todos
los esfuerzos posibles por convencer al mayor nú-
mero de electores que, por diversas razones, aún
siguen confiando en el juego electoral del capital.
II. Las reformas electorales y la reforma
política del gobierno actual
Las sucesivas reformas electorales hechas al apa-
rato político, como la "apertura democrática", tan
divulgada en el régimen de Echeverría (1970-1976),
y la actual reforma política de López Portillo, obe-
decen a la necesidad de la propia burguesía para
reordenar los mecanismos de poder y para garanti-
zar el crecimiento económico con estabilidad política.
Se pretende asegurar la marcha de la acumulación
capitalista, modernizando la estructµra jurídico-po-
lítica donde se expresa la dominación de los grupos
del capital burocrático en unión con los g-rupos del
capital financiero nacionales como extranjeros.
En este contexto. la izquierda amaestrada no ha
demorado su entrada al juego electoral, lo que de-
ABSTENCIONISTAS Y VOTANTES: 1970 A 1979
Año y tipo
de elección Abstencionistas
1970 Presidencial 7 619 163*
1973 Parlamentaria 9 572 623
1976 Presidencial 7 749 009
1979 Parlamentaria 14 383 581
* Comprendidos aquí no registrados y anulados.
De las cifras anteriores se concluye la gran
preocupación que tiene el gobierno en turno por
actualizar el registro nacional de electores encami-
6 --
seaba desde años atrás, juego que, en la práctica,
significa avalar y reforzar el poder del capital sobre
los asalariados.
El sistema electoral se ha venido afinando con
los años, mediante una serie de reformas que van
desde la representación proporcional, la concesión
del voto a las mujeres y a los jóvenes de dieciocho
años, el acceso de los partidos a los medios de difu-
sión, la disminución del número de miembros para
constituir partidos políticos, hasta la reducción de
las edades para los candidatos al Congreso. Así tam-
bién, a lo largo de este proceso se han manifestado
las distintas corrientes de la izquierda amaestrada.
El PCM, por ejemplo, antes del movimiento estu-
diantil de 1968 llamada a votar por una Reforma
Electoral Democrática (RED), y después de la re-
presión en Tlaltelolco el 2 de octubre, llamó a un
abstencionismo activo, proponiendo adecuarse a la
Ley Federal Electoral. Años después, por esa línea
y por el estrecho margen de entrada que les ofrece
la clase dominante, otras corrientes como la Liga
Socialista, el Movimiento de Organización Socialis-
ta, el Partido Revolucionario de los Traba_jadores,
el Partido Mexicano de los Trabajadores, y otros
oportunistas, se han sumado a la polítiquería elec-
toral burguesa.
No obstante, la izquierda revolucionaria no ha
estado exenta de caer en las redes del aparato bu-
rocrático, creando falsas expectativas electorales al
llamar a votar por consignas abstractas, candidatos
independientes, etcétera, pero, en fin de cuentas,
movidos dentro del marco establecido por el Estado
capitalista. Tales consignas son fácilmente aprove-
chadas por el capital en la medida que su interés
fundamental consiste en abatir el alto nivel de abs-
tencionismo registrado en las dos últimas eleccio-
nes presidenciales y parlamentarias, respectivamen-
te, como se muestra en el cuadro que sigue:
Votantes No registrados
efectivos y anulados
14 035 054
13 924 548 1 385 526
17 695 043 769 163
12 833 992 694 476
nado a desplegar una compulsiva propaganda que
"convierta a los mexicanos de simples ciudadanos,
en ciudadanos electores".
111. Una actitud no sólo coherente sino
consecuente ante las elecciones
El llamar a concurrir o votar, así sea por el pro-
grama socialista, significa finalmente aceptar el
juego y la dinámica electoral capitalista, que sólo
beneficia en las condiciones presentes y por su ca-
rácter mismo a quien la implementa, en el caso de
nuestro país al capital burocrático. Los trabajadores
conscientes y las organizaciones revolucionarias,
cuyo interés sea la revolución proletaria y la aboli-
ción del asalariado como contenido esencial del
socialismo, debemos rechazar las maniobras del ca-
pital y las de sus fieles servidores: los partidos mar-
xistas-leninistas, pronunciándonos por la anulación
del voto tachando todos los círculos de la boleta
electoral, o bien inscribiendo la consigna "Asamblea
Popular", lo que implica postular un régimen en
base a ella y descalificar el parlamentarismo, como
lo ha venido haciendo la Alianza Cívico Demócrata
Juarense desde 1973 en Ciudad Juárez, Chih.
Paralelamente, debemos denunciar y rechazar
todas las maniobras de peso, que diversas auto-
ridades, instituciones públicas o privadas y otros
organismos ejerzan sobre la ciudadanía para obli-
garla a votar, condicionando la gestión de ciertos
trámites oficiales o privados a la demostración de
la cartilla electoral con el sello de VOTO. Tales
hechos abundan en las escuelas primarias oficiales
en la que se exige la cartilla con el sello de haber
votado como requisito para la inscripción de los
niños. Otros casos son comunes en la tramitación
de pasaportes, en la contratación de empleos, etcé-
tera.
IV. Proposición para un programa de
demandas inmediatas
A continuación presentamos una serie de deman-
das de carácter inmediato, en torno a las cuales
puede gestarse la organización de los diferentes
sectores de los trabajadores asalariados.
No pensamos que éstas sean las únicas, much¿
menos planteamos la solución como muchos parti-
dos creen hacerlo. Sin embargo, a partir de ellas y
atendiendo a las condiciones reales de la lucha de
clases del proletariado, podrán ensayarse diversas
formas de organización y lucha que permitan el
avance social y político de los trabajadores.
Demandas generales
• Aumento general y constante del salario. No a
los topes salariales.
• Igualación de los salarios del campo con res-
pecto a los de la ciudad.
• Jornada de trabajo semanal diurna de 35 horas
y nocturna de 25 horas.
• Reducción de los precios del transporte urbano.
• Servicios públicos gratuitos para todas las colo-
nias populares. Abolición de las cuotas, impues-
tos y cooperaciones.
• Regularización de los terrenos de las colonias
populares en base a las propuestas emanadas de
las asambleas de colonos.
• Libertad de los presos políticos y cese de las tor-
turas policiacas.
• Jubilación de todo trabajador de cualquier acti-
vidad, a los 55 años para los hombres y a los 40
para las mujeres, independientemente del tiempo
de servicios prestados y con el 100% del salario
percibido al momento de su jubilación.
• Aumento de las pensiones para los trabajadores
jubilados o de sus familiares, en la misma pro-
porción que los aumentos salariales.
• Proporcionar en forma gratuita por parte del
Estado, todos los medios o recursos anticoncepti-
vos que sean solicitados por la población, tanto
por las mujeres como por los hombres.
• Aborto libre y gratuito sufragado por las institu-
ciones de salud pública para toda la población.
• Ampliación de la incapacidad por embarazo a
dos meses antes y dos después del parto.
• Socialización de los servicios domésticos sufraga-
dos por el Estado y las empresas. Establecimien-
to de lavanderías, comedores y guarderías para
todos los trabajadores.
7
 Demandas de los trabajadores
industriales
• Abolición de los impuestos para los trabajadores
y absorción de éstos por los empresarios.
• Pago del ciento por ciento del salario a los tra-
bajadores incapacitados temporalmente por en-
fermedad profesional o no.
• Jubilación automática y goce del total del sala-
rio a los trabajadores afectados de por vida por
enfermedades profesionales.
• Jornada diurna de 7 horas y nocturna de 5
horas.
• Planta automática para todos los trabajadores.
Rechazo al sistema de eventuales.
• Seguro contra el desempleo equivalente al sa-
lario mínimo.
• Organización obrera en los centros de trabajo,
autónoma del Estado, los patrones y los partidos
políticos. Rechazo a la afiliación forzada o con-
dicionada, masiva o individual a cualquier par-
tido u organismo sindical.
Demandas de los trabajadores
agrícolas
• Rechazo al trabajo a destajo y por el estableci-
miento de un salario para los trabajadores agrí-
colas equivalente al de la ciudad.
• Aumentos constantes de los salarios a los jorna-
leros del campo en igualdad de los aumentos sa-
lariales de la ciudad.
8
• Organización de los jornaleros agrícolas en for-
ma autónoma del Estado, sus organismos de
control y de los partidos de la izquierda amaes-
trada.
Demandas de los trabajadores
de servicios
• Establecimiento del salario por jornada para los
trabajadores del servicio de transporte urbano y
foráneo. Abolición del sistema de remuneración
por comisiones o porcentajes.
• Derogación de los artificios "legales" que impi-
den la huelga a los trabajadores al servicio del
Estado.
• Organización autónoma de los trabajadores de
las instituciones bancarias y comerciales para la
defensa de sus intereses frente al Estado y los
patrones.
• Reducción de las cargas de traba jo a los profe-
sores, y facilidades para su capacitación perma-
nente.
¡Por la abolición del trabajo
asalariado!
Partido Mexicano del Proletariado
Junio de 1.981.
 Importancia Económica
del Trabaio Doméstico
Impago Por Gahriela Ramírez
(PRIMERA PARTE)
1 . La producción, reproducción,
conservación y adiestramiento
de la mercancía fuerza de
trabajo
Con las relaciones de produc-
ción específicamente capitalistas,
la producción y el consumo se
convirtieron, gracias a un largo
proceso histórico, en producción
y consumo de mercancías: Den-
tro de este "inmenso arsenal de
mercancías'',1 encontramos una
muy especial: la fuerza de traba-
jo, fuente de todos los valores,
creadora de plusvalía y, por con-
siguiente de capital. Su valor de
uso radica en el propio trabajo
que desempeña al ponerse en
contacto con los medios de pro-
ducción (materias primas e instru-
mentos de trabajo), para transfor-
marlos y producir un nuevo pro-
ducto que contiene más valor
(plusvalía) del invertido en la
producción del mismo. Su valor
de cambio está materializado en
la suma de dinero o salario que
se entrega a cambio de esa fuerza
de trabajo.
El valor de la fuerza de traba-
jo, como el de cualquier otra mer-
cancía, lo determina el tiempo de
trabajo socialmente necesario pa-
ra su producción. Debido a que
la fuerza de trabajo no es un ob-
jeto inanimado sino un ser hu-
mano que necesita alimentarse,
vestirse, asearse, en suma, necesi-
ta de medios de vida y subsisten-
cia, el valor de la fuerza de tra-
-1-
bajo equivale al tiempo de traba-
jo necesario para producir esos
medios de vida, o, en otras pala-
bras, el valor de la fuerza de tra-
ba jo es igual al valor de los me-
dios de vida necesarios para pro-
ducir y reproducir al trabajador.
El modo de satisfacer las necesi-
dades naturales y sociales, así co-
mo el valor de las mismas, varía
de acuerdo al nivel económico,
social, material e incluso moral al-
canzado en cada momento por la
sociedad.
Ahora bien, la fuerza de traba-
jo se consume a lo largo de cada
jornada de trab.ajo, la energía, la
mente, los músculos, nervios y
huesos se desgastan. Por tanto, re-
sulta necesario reponer la fuerza
física y mental día con día para
poder realizar el trabajo diario.
El alimento, el vestido, el aseo,
descanso y educación, en fin, to-
da una serie de necesidades físicas,
espirituales, sociales y morales son
ineludibles puesto que producen
y reproducen la fuerza de traba-
jo, la única mercancía de que dis-
pone el asalariado para venderla
a cambio de sus medios de vida.
Para obtener tales medios tiene
que ejecutar ciertos gastos que,
tratándose de su producción y
mantenimiento, Marx los llama
en general gastos de producción
y reproducción, que entran a for-
mar parte del valor de la fuerza
de trabajo: "Todos los servicios
destinados a formar la fuerza de
trabajo, a conservarla, a modifi-
carla, etcétera, a especializada o
simplemente a mantenerla en
buen estado, por ejemplo, los ser-
vicios del maestro de escuela, en
aquellos en que son industrial-
mente necesarios, los del médico
que vela por la salud, conservan-
do así la fuente de todos los va-
lores y, por tanto, la fuerza de
trabajo misma son, por consi-
guiente, los servicios que contri-
buyen a hacer valer una mercan-
cía susceptible de ser vendida, la
fuerza de trabajo, y que figuran
entre los gastos de producción y
reproducción de esta fuerza". 2
En la suma de dinero o salario
que recibe el trabajador a cam-
bio de enajenar su fuerza de tra-
bajo al capital, supuestamente
están representados los medios de
vida y subsistencia que necesita
adquirir para crecer, desarrollar-
se y conservarse. Decimos supues-
tamente con base en dos razones
qu~ a continuación procedere-
mos a examinar.
a) El salario mínimo y la Canasta
de Rienes y Servicios de
consumo familiar
El salario mínimo, como desca-
radamente el mismo nombre lo
1 Marx., Carlos. El capital, I, pág. 3.
Fondo de Cultura Económica.
2
Marx, Carlos. Teoría de la plusvalía.
I, pág. 144. Ed. Comunicación.
9
 afirma, es la suma inferior de di-
nero en la que está representada
la cantidad más baja de medios
de vida y subsistencia que necesi-
ta la fuerza de trabajo asalariada
para producirse y reproducirse
única y :exclusivamente como
fuerza de trabajo, esto es, para
mantener al individuo diariamen-
te privado de todos sus requeri-
mientos fundamentales y obli-
garlo, de esta manera, a vender
constantemente dicha fuerza al
capital para obtenerlos.
El objetivo del capital es pro-
ducir plusvalía al mínimo costo
posible y no le interesa reprodu-
cir al trabajador más que en
aquello que le conviene, esto es,
sólo como fuerza de trabajo, des-
cartando absolutamente de sus
fines la posibilidad de desarrollar
o potenciar toda la capacidad fí-
sica, mental y espiritual a la que
podrían llegar los trabajadores.
En México, en el año de 1965,
la Comisión Nacional Estatal de
los Salarios Mínimos realizó una
investigación, tomando como mues-
tra a dos mil familias de traba-
jadores con ingresos comparables
al salario mínimo, con el propó-
sito de determinar cuáles son los
productos y servicios "de clase co-
rriente o popular" (sic) estricta-
mente indispensables para el con-
sumo familiar y, de este modo,
establecer el salario mínimo que
regiría para ese año laboral. Los
precios de esos pro.duetos y ser-
vicios, fueron directamente obte-
nidos en tiendas, mercados o es-
tablecimientos similares que es-
taban localizados en zonas popu-
lares de varias entidades del país.
El resultado obtenido de esta
investigación es lo que constituye
la Canasta de Bienes y Servicios
de Consumo Popular y está for-
mada por 65 artículos. La lista de
estos medios de vida y los porcen-
tajes de consumo que se asigna-
ron no representan las necesida-
des de una alimentación bien ba-
lanceada, sino, por el contrario,
es el reflejo de una pésima ali-
mentación cuyo límite inferior se
acerca peligrosamente a la desnu-
trición y al hambre, y el límite
superior, si se puede deslindar del
anterior, lo determina la necesi-
dad por parte del caoital de ex-
plotar la fuerza de trabajo en con-
diciones de poder trabajar, es de-
10
cir, a trabajadores no raquíticos
y enfermos que rindan el grado
medio de intensidad, destreza, ag-i
lidad, etcétera. De otra manera,
el capital no podría obtener la
plusvalía que les extrae y su exis-
tencia se vería amenazada. 3
h) El trabajo doméstico
impago
Lo que desarrollaremos a con-
tinuación es, desde nuestro punto
de vista, el aspecto más impor-
tante de esta investigación y, an-
tes de proceder, consideramos ne-
cesario hacer una recapitulación
de lo que hasta ahora se ha ex.-
puesto sobre la teoría del valor
de la fuerza de trabajo formula-
da por Marx.
Por una parte, vimos que el
valor de la fuerza de trabajo lo
determina el tiempo de trabajo
socialmente necesario para su pro-
ducción y, por otra, que el sala-
rio representa la suma de los me-
dios de vida y subsistencia que
requiere el obrero para producir
su fuerza de trabajo, quedando
ejemplificados en el cuadro de la
Canasta de Bienes de Consumo.
También queremos hacer no-
tar que si bien el monto del sa-
lario y, por tanto, el valor o pre-
cio de los productos y servicios
necesarios para la familia obrera
varían año con año, en el tipo y
en la cantidad de bienes consu-
midos no hay un cambio sensible
digno de tomarse en considera-
ción (un individuo no puede in-
gerir y digerir más allá de un
cierto límite promedio), por lo
que podemos aceptar como actual
la lista que nos presentó en 1965
la Comisión Nacional Estatal de
los Salarios Mínimos.
Ahora bien, observemos deteni-
damente esos productos, dejando
de momento a un lado el aspecto
de los servicios. En lo que se re-
fiere al renglón de alimentación,
es fácil notar -aunque no es muy
común hacerlo- que todos los
alimentos requieren para su con-
sumo de un trabajo previo de ad-
quisición y elaboración, necesi-
dad que presentan la mayoría de
los alimentos. Es evidente que el
trabajador no se come el dinero
que recibe a cambio de su fuerza
de trabajo. De la misma forma,
también es evidente que el dine-
ro no se transforma por arte de
magia en alimentos. Es indispen-
sable tomarse la molestia de ir al
mercado a cambiar ese dinero por
alimentos y otros productos. Una
Yez adquiridos, resulta igualmen-
te obvio que el trabajador no in-
giere el aceite directamente de la
botella, ni puede tragarse el gra-
no de arroz o de frijol tal y como
sale~ de la caja o bolsa que los
contiene; tampoco se come la car-
ne cruda o el café a cucharadas.
Pues bien, a pesar de lo "fácil",
"evidente" y "obvio", nadie (es-
tadística e históricamente hablan-
do) reconoce o toma en cuenta la
existencia e importancia de ese
trabajo preliminar e indispensa-
ble de adquisición, de transfor-
mación y de producción de los
medios de vida y subsistencia ne-
cesarios para la reproducción de
la fuerza de trabajo: "esta es la
esencia del trabajo doméstico y
este es el trabajo para gue el que
se prepara a la mayoría de las
mujeres y por el que se identifi-
ca a toda mujer". 4
"Las estimaciones de consumo para
el salario básico, no se adecúan a las
necesidades mínimas... Así, la renta
de la vivienda representa el 13.2 por
ciento del gasto familiar, considerado
una base de dos cuartos-, cocina y
baño. Pero en el Distrito Federal, por
450 pesos aproximadamente, es impo-
sible alquilar una casa". (Teresa Gil
Uno más Uno, octubre 5, 1979). '
4
Dalla Costa, Mariarosa; James, Selma,
El poder de la mujer y la subversión
de la comunidad. Si,glo XXI, pág. VII.
(Continuará)
 LAS MAQUILADORAS DE LA ZONA
FRONTERIZA DEL NORTE DE MEXICO
(SEGUNDA PARTE)
La dinámica del capitalismo, en estos momentos,
tiende a impulsar la expansión de las maquilas
hacia las economías de los países capitalistas de me-
diano y bajo desarrollo. Su multiplicaciónª obedece
en lo fundamental a la reorganización de la produc-
ción mundial, que se da a partir de la década del
setenta como resultado de la crisis, y a los cam-
bios que de ella resultan en la dinámica regional
de la acumulación capitalista mundial. A partir de
este momento, la acumulación sufre un importante
aceleramiento en los nuevos centros de las econo-
mías capitalistas de mediano desarrollo corno Méxi-
co. Se estructura de esta manera un cambio impor-
tante en la división internacional del trabajo que
tradicionalmente se daba entre economías industria-
lizadas y semiindustrializadas (o no industrializa-
das).4 Se produce entonces, una nueva división del
trabajo entre economías altamente tecnificadas, con
gran centralización del capital, y centros capitalistas
de ac:_elerada acumulación, pero con baja composi-
ción orgánica del capital.
De esta forma se ve cómo el capitalismo tiende
a resolver la crisis mediante el desarrollo de una
3 A mediados de los setenta, las maquiladoras se multiplican
en las economías de los países capitalistas de mediano y bajo
desarrollo. Aparecen en 40 países de África, Asia y América
Latina.
4' "Tradicionalmente la producción industrial se concentraba
en pocos países europeos, en los Estados Unidos y en Japón.
Los países menos desarrollados -de América Latina, Asia
y África- eran proveedores de materias primas y actuaban
como mercado para los productos manufacturados. Durante
el presente siglo, y sobre todo después de la segunda guerra
mundial, se produjo el proceso de sustitución de importacio-
nes, mediante el cual países del llamado "tercer mundo"
desarrollaron industrias destinadas a satisfacer su mercado
interno, sin alcanzar una productividad equivalente a la de
las naciones industrializadas y con una producción... no
competitiva a niveles internacionales" (Margulis, Mario:
"Petróleo, indocumentados y maquiladoras: teoría de la renta
y transferencia de valor". Revista Arte, sociedad, ideología
N9 6, pág. 110).
nueva modalidad en la dinámica del proceso acu-
mulativo mundial.
Esta reestructuración del capital internacional
sobre la base de un nuevo patrón de acumulación,
persigue, en primer término, contrarrestar las ten-
dencias de la crisis (baja tendencia! de la tasa de
ganancia, etcétera), intensificando al límite máximo
el uso de la mercancía fuerza ' de trabajo, 5 con la
finalidad de incrementar a todos los niveles su pro-
ductividad media social.
El panorama de la actual crisis no puede ser
menos desolador. Para el capital es una de las más
violentas y profundas desde 1929. Los periodos de
recuperación económica son cada vez más cortos y
los correspondientes a la recesión y crisis son más
prolongados y profundos; la tendencia a la baja de
la tasa de ganancia se evidencia con toda claridad
en las economías capitalistas avanzadas como la
europea y la norteamericana; la inflación avanza en
todo el mundo erosionando los salarios reales de la
clase obrera (véanse cuadros 1 y 2). ·
Asimismo, el crecimiento de las economías capi-
talistas avanzadas se ha vuelto lento, a consecuencia
de la disminución del ritmo acumulativo, y pa-
ralelamente se ha intensificado en los países de
mediano desarrollo (véase cuadro 3-4). El porcentaje
de desocupados es de los mayores de la historia del
capitalismo occidental, en promedio del 9 al 10%
(véase cuadro 4).
A partir de la recesión de 1974-1975 se mma,
en la economía capitalista mundial, toda una época
5 También existe una importante tendencia por parte del ca-
pital, a absorber en mayor medida la fuerza de trabajo fe-
menina. La mujer representa un elemento manipulable, me-
nos concientizado y más dócil a la disciplina del proceso
productivo, cuestión que, obviamente, beneficia al capital, ya
que los conflictos de carácter político-económicos se ven re•
ducidos en mayor porcentaje y es mucho más fácil, que con
es!a _composición, el sector obrero acepte una explotación
mas mtensa.
11
 CUADRO N9 1
INDICADORES DE INFLACióN: TASAS DE CRECIMIENTO
DE LOS PRECIOS AL CONSUMIDOR
P1-incipales países
industrializados 1977 1978 1979 1980 1981

Estados Unidos 5.7 6.8 10.5 9.0 8.0

Japón 7.6 4.7 6.8 8.0 7.5
Francia 9.7 9.2 10.3 8.6 8.5
Alemania Federal 3.7 2.6 5.0 4.5 4.0
Italia 18.0 13.0 14.0 14.6 12.6
Reino Unido 14.2 8.2 13.8 15.7 12.9
Otros países europeos
España 21.7 16.7 15.7 15.2 15.6

Otros países
Irán 12.2 13.8 26.3 21.8 18.3
l\rgentina 176 17.5 13.5 90.0 60.0
México 17.9 18.8 18.6 17.5

FUENTE: Wharton Econometric Forecasting Associates/SRI International, World

Economic Review, julio 1979, y Citybank, World Outlook, septiembre
de 1979.

OUADRO N9 2
de crisis y de fase cíclica descendente que según los Una desaceleración durante todo 1980,
especialistas se agudizará hasta el final de la dé-
especialmente en los países industriales
cada presente.
Este hecho ha obligado al capital a realizar cier- □ Mundo.

:mm~
tas medidas para contrarrestar esta tendencia, entre
las que podemos señalar:
... - 1
1
l.-El fortalecimiento y extensión del capital mo-
nopolista de Estado, salvo en los Estados Uni- 0
'76 ·n •19 •79 ·eo •91 ·15 ·11 '78 ·19 ·eo ·91 ·15 ·n ·1a •19 ·eo ·11
dos, en donde se contempla un mayor juego de AV•leclón porcenh.tal
•e1 PUi (producto lnlerno bruto) es Igual al PNB (producto nacional bruto)
los monopolios privados. • • ~ • de un pequeño ajuste por flujos asl5lcncial.es y otros pagos
fnterMClonaln ~ e Ingresos.
2.-Desarrollo de mecanismos más sutiles de inter-
vención y compensación por parte del Estado. y persiste la inflación
en todo el mundo
3.-Una inflación continua, existente dentro de lí-
mites tolerables.
4.-Reorganización administrativa dentro del Esta-
do: reducción de costos, moralización y efectivi-
dad del aparato, reducción de los gastos sociales u----------------;
del Estado, etcétera.
5.-Mantenimiento de un ejército de reserva de des-
10
ocupados absolutos dentro de límites no riesgo-
sos para el capital, tendencia a la contención en
los aumentos salariales.
6.-Democratización política: mediatizar al proleta-
riado antes de reprimirlo, amenaza supuesta de
guerra, colaboración abierta de los partidos co-
munistas y socialistas, fortalecer la tendencia de
la izquierda a integrarse como parte del capi-
tal, etcétera. fi.,ente . WNrton Economerrlc ForecHtlnr, Anocllttea /ne. Proye,ch, "Enfo,;tr

12
 CUADRO N9 3

TASAS DE CRECIMIENTO DEL PIB REAL

(Porcentajes)

1977 1978 1979 1980 1981

Países industrializados
Estados Unidos* 4.9 4.1 1.5 0.5 3.1
Japón* 5.1 5.4 5.5 3.5 5.1
Francia 3.0 2.9 2.9 1.5 3.0
Alemania Federal* 2.6 3.1 4.0 2.8 4.3
Italia 1.7 2.2 3.4 2.3 3.3
Reino Unido 0.3 3.1 0.9 1.3 1.8

Otros países
Argentina -4.8 -4.2 5.7 4.0 5.5
Brasil 4.7 6.9 5.3 5.1 6.3
México 6.6 7.3 6.6 8.7
Arabia Saudita 7.7 9.3 11.4 9.1 13.0
Venezuela 6.8 6.4 4.9 5.9 6.1
Taiwan 8.0 11.9 ll.O 9.0 8.7

,.. Se refiere a la tasa de crecimiento del PNB real.

NOTA: Las tasas de crecimiento están medidas a precios de 1970.
FUENTE: Wharton Econometric Foreca ting Associates/SRI lnternational, World
Economic Review, julio 1979, y Citybank, World Outlook, septiembre
de 1979.

En esencia, podemos observar que toda esta es-
trategia del capital, tendiente a su reorganización,
se dirige de manera central en contra de la fuerza
de trabajo, haciéndole elevar al máximo su produc-
tividad media social. Y esto lo logra en parte redu-
ciendo el precio (y valor) del conjunto de los asa-
lariados,* a través de:
a) Aprovechar, en términos de inversión del capi-
tal, aquellas áreas económicas en las que la
mano de obra es abundante y barata (y espe-
cialmente la fuerza de trabajo femenina) propi-
ciando la competencia de los asalariados a nivel
mundial.
b) Consolidar en aquéllas, como Europa, los Estados
Unidos, el ejército de reserva de los desocupados
absolutos, al lado de la extensión generalizada
• Este hecho no excluye el mantenimiento e incremento de
los ingresos de algunas de sus categorías.
de las innovaciones técnico científicas, como la
robotización de la producción,6 y el desplaza-
mieno (y descalificación) de la fuerza de trabajo
ocupada en la producción.
Asimismo, se da una fuerte tendencia, básica-
mente en los países capitalistas desarrollados, hacia
la centralización del capital con la creciente fusión
y quiebra de las medianas y pequeñas industrias.
También se contempla el fortalecimiento de la acti-
vidad estatal dentro de la economía.
6
Los robots "no son obreros de metal que sustituyan a los
obreros de carne; son el trabajo de los obreros de carne,
desprendido, separado de sns persona~ físicas, cristalizado
en la abstracción concreta de capital fijo".
Son la realidad de un capital, de un trabajo muerto, que
se impone al trabajo vivo, adoptando actitudes humanas. Es
la cosa humanizada. "Es la división exasperada del trabajo
de las líneas de montaje, la mecanización del hombre que
sirve a la máquina, que han encontrado e:n el metal su ver•
dadero cuerpo. Es la relación de trabajo, convertida entera-
mente en atributo de la máquina" ( Cfr. García, Miguel An•
gel, "Nosotros robot", re,ista Debate N• 13).

13
 CUADRO N9 4
OCUPACióN: PORCENTAJE DE DESOCUPADOS
EN RELACióN A LA PEA
Alemania
Francia
Italia
Reino Unido
España
FUENTE: Le Monde del 11 de marzo de 1981.
En suma, el capital intenta reestructurarse sobre
la base de:
a) Elevar al máximo la tasa de plusvalía. Reducien-
do el precio (y valor) de la fuerza de trabajo,
mediante su uso intensivo en los lugares donde
es abundante y barata, y desocupándola (y des-
calificándola) en aquellas economías en las que
comparativamente su precio es mayor y políti-
camente es más combativa.
b) Extender a todo el globo los métodos de exac-
ción de plusvalía relativa, por medio de la inter-
nacionalización del proceso productivo, llevan~o
aquellas fases que requieren técnica media y uso
intensivo de la fuerza de trabajo a las áreas eco-
nómicas en las que es barata y abundante y
dejando en los países capitalistas avanzados las
fases del proceso que utilizan un grado de sofis-
ticación técnico-científica.
• Este fenómeno se lleva adelante mediante el
proceso de descentralización industrial, por
medio del cual las grandes empresas disper-
san cada vez más una parte de su trabajo
en pequeñas industrias. Esto es resultado del
14
1974 1980
2.8% 4.3%
2.3% 7.3%
2.2% 8.4%
2.4% 8.6%
13.6%
anterior y en él se expresa la tendencia
del capital a reducir el tamaño de la planta
industrial.
• Por otro lado, tenemos el caso en que la
empresa matriz se traslada en su totalidad al
país anfitrión.
En este contexto las maquiladoras son el resul-
tado del proceso de internacionalización del capital
y de manera específica de aquel movimiento que
es producto de la escisión espacio temporal del pro-
ceso productivo. 7
Mediante este movimiento, el capital divide a
la clase obrera, introduciéndole la competencia y la
lucha por el puesto de trabajo, escindiéndola a todos
los niveles de su configuración ontológica.
(CONTINUARA)
7 Aunado a ello se estructuran avances importantes en la or•
ganización del trabajo, que permiten la des~omposición, ~n
término espacio-temporales, del proceso fabnl en operac10•
nes fragmentario-complementarias, que permiten a su vez, ~I
uso fragmentario-complementario intensivo de la mercancia
fuerza de trabajo en todo el mundo.
 POLONIA, HOY
(PRIMERA PARTE)
El movimiento polaco constituye un aconteci-
miento de singular importancia puesto que, por vez
primera en la historia de los países llamados socia-
listas, su principal punto de apoyo, el control
burocrático de los obreros por vía de los sindicatos,
amenaza con derrumbarse.
Las experiencias concentradas desde 1956 a 1976,
principalmente, permitie·ron un gran avance en la
madurez organizativa y política de los trabajadores
polacos, sintetizándose en un movimiento cuyo ca-
rácter, extensión e intensidad, superan a los de
luchas precedentes a un grado tal que, un sistema
económico-político supuestamente representativo de
la clase obrera, es radicalmente cuestionada por la
clase obrera misma.
Las modalidades que ha adoptado la crisis por
la que atraviesa Polonia, nos llevan necesariamente
a realizar un análisis de las principales manifesta-
ciones depresoras del ciclo económico, teniendo en
cuenta que ya los propios trabajadores polacos se
han encargado de demostrar el carácter capitalista
de este tipo de sociedades. 1
La actual crisis económica y la correspondiente
lucha de los trabajadores, corroboran el que en de-
terminados periodos del movimiento económico y
electro de las alternancias y ritmos que éste presen-
ta, la clase obrera atraviesa por diversos momentos
en su actividad política, entablando luchas con di-
1 Cuando nos referimos al carácter capitalista de estas
sociedades, es necesario realizar la siguiente precisión: el hecho
de que estos países se autonombren socialistas no implica que
realmente lo sean. El análisis marxista para la caracterización
de estas sociedades implica el análisis de las relaciones de pro-
ducción y de la relaciÓI} de producción dominante en particular,
a saber: la del capital/traba io asalariado, típica y fundamental
para la existencia del capitalismo. Esta relación de producción
pe1·siste, aunque con otras modalidades, en este tipo de regí-
menes.
ferente carácter, intensidad, envergadura y repercu-
siones correspondientes a la fase que recorre dicho
movimiento económico.
A continuación se mostrará una serie de datos
a fi:r.. de poder entender posteriormente con mayor
claridad y precisión las particularidades que presen-
ta la crisis económica en este país.
Polonia tiene 34 850 200 habitantes, 60% de
los cuales vive en sólo 9 ciudades: Varsovia, Lodz,
Cracovia, Brezlavia, Poznam, Danzig, Stettin, Kato-
wice y Gdynia. La población económicamente acti-
va se calcula en 19 026 000 personas, de las cuales
el 33% está ocupada en la agricultura, alrededor de
un 30% en la industria, cerca de otro 30% en los ser-
vicios y poco menos del 10% en la construcción;
existen más trabajadores agrícolas que industriales,
pero su producto es cuatro veces inferior. La agri-
cultura se basa en las papas, centeno, trigo, cebada,
remolacha azucarera y ganado vacuno. Polonia es
el único país del bloque oriental donde predomina
la pequeña propiedad campesina; unas 3.5 millones
de haciendas agrarias disponen de más de 17 millo-
nes de hectáreas de terrenos agrícolas. En total los
campesinos privados tienen poco más del 80% de la
tierra. Unas 80 mil haciendas estatales explotan 2.7
millones de hectáreas, o sea, cerca de un 15% de la
superficie agrícola, mientras que las cooperativas
explotan solamente cerca del 5% de la misma. Es ne-
cesario destacar, por otra parte, que la productivi-
dad en el campo es baja y que su mecanización se
ve seriamente obstaculizada por la extrema parcela-
ción del sector privado y la baja inversión en el
sector público. Pese a ello, ese país es el primer pro-
ductor de alimentos de Europa Oriental, el segun-
do productor mundial de papas y centeno y el ter-
cero de remolacha azucarera.
15

En lo que se refiere a la industria, Polonia es
hoy uno de los principales productores de carbón.
Tiene una importante industria siderometalúrgica
y ha alcanzado un gran desarrollo energético basado
en la hulla y en el lignito. Los sectores industriales
han experimentado un crecimiento considerable pero
desigual: la mecánica proporciona muchos y muy
variados productos, en especial bienes de equipo y
maquinaria (Polonia está entre los diez primeros
constructores de buques de alta mar), mientras la
química, basada principalmente en el carbón, se ha
resentido por la falta de hidrocarburos, en parte
mitigada por la obtención de crudo procedente de
la URSS; menor expansión ha tenido el sector textil,
siendo característico, en conjunto, un profundo des-
equilibrio industrial.
Desde 1960, Polonia ha alcanzado ritmos de cre-
cimiento más acelerados que otros países europeos,
y hoy se encuentra entre las quince primeras po-
tencias industriales del mundo. De las "democracias
populares" sólo la superan la RDA y Checoslova-
quia, aunque Polonia se halla por encima de ellas,
pero por debajo de la URSS en lo que se refiere a
la producción de carbón, zinc, acero, cemento, trac-
tores, vagones de ferrocarril, barcos mercantes y
~v10nes.
Hacia 1971, en el seno del VI Congreso del
POUP, se definieron los criterios que orientarían
el curso del desarrollo económico posterior, hacien-
do especial hincapié en el crecimiento constante del
potencial productivo, la modernización industrial
por la vía de la aplicación de tecnología más avan-
zada, la creación de un mayor número de empleos,
las mejoras en los niveles de vida y salarial, la agi-
lización del comercio y el crecimiento del sector
exportador como pivote del desarrollo económico.
J6
Sin embargo y pese a todo, estos nuevos planes eco-
nómicos no arrojaron resultados satisfactorios. En
1974, a manera de ejemplo, las exportaciones de
carne con el objetivo de la obtención de divisas, al-
canzaron 100 000 toneladas, la parte del consumo
nacional se contra jo del 72% al 62% del PIB durante
esos cinco años mientras que la inversión se incre-
mentó del 28% al 38%; la inversión industrial aumen-
tó del 14% al 23.5% respecto al total en ese mismo
periodo, de una forma tal que, la escasez en la ofer-
ta de bienes de consumo dio lugar al aumento de
los activos en las cajas de ahorros. En estas condi-
ciones la curva del crecimiento agudizaba los pro-
blemas en el comercio, transporte, energía y vivien-
da. De esta forma, el siguiente plan quinquenal
1975-1980, tuvo que volver a plantear la prioridad
de los bienes de consumo y de los servicios sociales,
pese a lo cual, en 1976, las importaciones ya se ha-
bían incrementado en más del 150% y el déficit en
la balanza de pagos era ya de 10 mil millones de
zlotys. A partir de este momento comenzó a racio-
narse el azúcar y el carbón. La burocracia, a fin de
paliar los problemas económicos más agudos, tomó
medidas como subvencionar los productos básicos;
en 1977 la~ exportaciones de carne descienden a
48 200 toneladas y sin embargo tenía que mantener-
se de alguna forma un alto nivel de exportaciones
para contrarrestar el aumento de la deuda externa,
razón por la cual lo burocracia polaca se dirigió a
Estados Unidos y los países de la Comunidad Eco-
nómica Europea, a fin de obtener créditos que el
CAME no le proporcionaba, e ingresar al GATT. 2
Sin embargo, la crítica situación económica interna
obligó a la burocracia a dirigir hacia el interior los
productos básicos, sacrificando por tanto sus expor-
taciones y aumentando paralelamente las compras
de cereales y materias primas en el exterior. Hacia
1979 Polonia tenía ya una deuda externa cercana a
los 20 mil millones de dólares. 8 Empero, la econo-
mía polaca iba a experimentar un crecimiento de
cerca del 7% anual debido principalmente a la ex-
plotación del trabajo. En el VIII Congreso del
POUP, celebrado a principios de 1980, se buscaron
mecanismos más idóneos para la burocracia, a fin
de mitigar los problemas económicos y aligerar las
tensiones sociales. Entre las medidas que se tomaron
destacan la disminución de salarios y la disminución
gradual de las subvenciones estatales sobre los ali-
mentos que, de suyo, sólo van a agudizar el conflic-
to social latente, de forma tal que, tan pronto se
2 Un factor más a tener en cuenta es, diremos en forma
un tanto esquemática. ,.¡ tipo de relaciones exiRtPntPs en ,,¡ seno
riel CAME entre la URSS y los demás países de Enropa Orien-
tal, ya que la URSS cubre el 75% de las necesidades de impor-
tación de sus socios en lo que a petróleo se refiere. f'l 100%
de sus importaciones de gas, el 60% de las de carbón y el
90% de las de mineral de hierro, obteniendo de Polonia especí-
ficamente, el 100% de sus importaciones de carhón, el 90% de
azufre y el 25% de zinc.
intentó aplicar la medida en relación a la liberación
paulatina de los precios de la carne destinada al
consumo interno, la resistencia obrera no se hizo es-
perar más y estalló manifestándose bajo la forma de
huelgas y paros en contra de una burocracia políti-
ca parasitaria contrapu~sta a sus intereses de clase.
Entre las principales manifestaciones de la crisis
económica actual, cabría destacar las siguientes:
congelación de los salarios con la consecuente
disminución del salario real, crónica carencia de
productos alimenticios y otros bienes de consumo,
sucesivas alzas de precios a artículos de primera ne-
cesidad, aumento de las importaciones e incremento
de la deuda externa, carencia de medicamentos, crí-
tica situación de la vivienda, deficiencias en los
medios de transporte colectivo, etcétera.
Como bien sabemos, en los regímenes burocráti-
cos existe una acentuada tendencia para que los
planes de industrialización sean llevados a cabo de
cualquier manera, sin importar las erogaciones que
se realicen, los aumentos en los costos, la pésima
calidad de los artículos elaborados y aun a costa del
incremento constante de la deuda externa. El llevar
a cabo los planes quinquenales para la industriali-
zación de manera completamente irracional consti-
tuye un lugar común, la meta buscada es procu-
rar una industrialización intensiva y con ello buscar
que la acumulación de capital pueda darse a un
ritmo más o menos acelerado. Sin embargo, los he-
chos demuestran lo contrario: lejos de alcanzar las
metas propuestas, lo único que se lleva a cabo es
un total desequilibrio en el aparato productivo de-
bido a problemas derivados de cosas como la insufi-
ciente explotación de los recursos económicos que
traen como consecuencia el lento crecimiento eco-
nómico, la producción de artículos de baja calidad,
3 Así pues, particularmente en el último decenio, Polonia
( al igual que los demás países de Europa Oriental) estableció
fuertes lazos económicos con el sistema capitalista "occidental".
De 1970 a 1976, los intercambios comeFciales con los demás
países capitalistas occidentales (Francia, Inglaterra, Italia, Esta-
dos Unidos y principalmente Alemania con quien Polonia
efectúa cerca del 7% de sus intercambios) se desarrollan
ampliamente, diremos, a manera de ejemplo, que el porcentaje
correspondiente a estos países en las importaciones polacas ascen-
dió del 26% en 1970 al 49% en 1976. En el seno de esta nueva
estrategia destaca el recurso continuo a la tecnología occidental,
particularmente en los sectores de bienes de equipo (mecánica,
electrónica) y de bienes y equipos indispensables en la agri-
cultura (fertilizantes, maquinaria agrícola). Polonia es así el
país del CAME más comprometido en la cooperación industrial
con Occidente, cooperación que asume diversas formas, entre
otras: acuerdos de subcontratación a largo plazo, coproducción,
pagos compensatorios en productos elaborados con equipos im-
portados, etcétera. Sin embargo, las exportaciones polacas hacia
Occidente, se desarrollaron mucho menos de lo previsto, debido
tanto al proteccionismo para mit~gar la crisis en las economías
capitalistas occidentales, como, principalmente, a la inadecua•
ción de la oferta de productos polacos a la demanda occidental.
De esta forma, todo lo anterior ha sido fuente generadora de
nuevos desequilibrios entre los que sobresalen el aumento de los
déficits de intercambios comerciales con Occidente, de la deuda
externa que alcanzaba 800 millones de dólares en 1970, aumen-
tando a 20 mil millones en 1981.
el dramático despilfarro de las materias primas y,
en virtud de ello, el desplazamiento a un segundo
plano de la esfera productora de medios de con-
sumo.
La producción industrial, pese a todas las inver-
siones canalizadas por la burocracia, para el creci-
mieno del aparato productivo, no ha logrado llegar
a las metas propuestas, es decir, su avance no deja
de ser lento e incluso, hacia 1979, manifestó una
marcada tendencia hacia el estancamiento. La cues-
tión esencial es que la economía polaca sufre los
problemas inherentes a una economía donde predo-
minan las relaciones capitalistas de producción. Por
otro lado, es necesario destacar que los elementos
propios a la actual crisis económico no se han ges-
tado de manera espontánea, por lo que sería necesa-
rio realizar un somero análisis retrospectivo de los
principales hechos, a fin de obtener un panorama
general sobre la envergadura de la actual crisis,
cuyas manifestaciones se empiezan a percibir aproxi-
madamente en 1950-1960, teniendo como principal
culminación los sucesos de 1970 y 1980.
La industrialización intensiva de carácter buro-
crático conlleva, por su carácter de economía centra-
lista, el aumento de · inversiones suplementarias de-
bido a las desproporciones que emanan de ese tipo
de industrialización, entendiendo por "inversiones
suplementarias" las no previstas por los planes quin-
quenales y que se hallan determinadas por el lento
crecimiento del potencial productivo, por el enorme
derroche de materias primas, etcétera. Al encaminar
el grueso de los recursos para la industrialización
intensiva y debido al parcial crecimiento del poten-
cial productivo, el grueso de los recursos dedicados
a la esfera de bienes de consumo tiende a sufrir
una disminución relativa, lo que reactúa sobre la
industrialización en su con junto, pues al disminuir
los artículos de consumo para la clase obrera, la con-
secuente espiral inflacionaria enmarcada en la crisis
capitalista a nivel internacional, limita la reproduc-
ción ampliada. Por otro lado, al no existir la explo-
tación total del aparato productivo y del potencial
industrial, las dificultades que se encuentran y las
barreras que se oponen al desarrollo son cada vez
más graves, entre ellas destacamos las siguientes:
• La imposibilidad dentro de las relaciones ca-
pitalistas de producción de llevar a cabo la explota-
ción total del aparato productivo y con ello un
desarrollo a una escala más amplia y acelerada, au-
mentando así la capacidad de consumo de la clase
obrera, lo que implicaría la planificación democrá-
tica de la economía, cuestión cara a la burocracia.
• Como consecuencia de lo anterior, la dismi-
nución relativa del consumo de la clase obrera como
límite a la producción por lo siguiente: el mercado
de bienes de consumo es incapaz de satisfacer
la demanda, lo que acarrea el alza de precios y la
17
 caída del salario real. Al existir este problema, auna-
do a la incapacidad para la explotación total del
aparato productivo y al desempleo, el crecimiento
económico se ve cada vez más entorpecido, incre-
mentándose enormemente los gastos materiales en
el producto global, disminuyendo así el ingreso na-
cional. Al respecto tenemos los siguientes datos:
En 1950-1955 se incrementó la renta nacional
cerca del 10% corno media anual; en 1956-1960 se
presentó un marcado descenso, pues sólo alcanzó el
6.6% corno media anual; en 1959-1963 siguió dismi-
nuyendo, ya que solamente alcanzó el 5.2% corno
media anual, hecho que es tanto rnás alarmante si
tornarnos en cuenta que en el rnisrno periodo se in-
crementaron las inversiones al 8.9% corno media por
año, de las cuales el 60% fue canalizado a la indus-
tria. Con relación a los gastos existen los siguien-
tes datos:
En 1960-1962 la proporción de gastos materiales
en el producto global aumentó del 59.7% al 61.9%,
equivalente a un incremento de 137.4 mil millones
de zlotys. En ese rnisrno periodo la renta nacional
disminuyó del 40.3% al 38.1%, con lo cual se mues- ción de las necesidades sociales, sino únicamente con
miras a la valorización, la explotación del trabajo
tran palpablemente los graves problemas existentes,
asalariado y la perpetuación de las relaciones de
pues al incrementarse los gastos para que la renta
producción capitalistas, es inherente y sintomático
nacional experimente un aumento, ésta disminuye
que la anarquía de la producción se haga más evi-
poniéndose de manifiesto el descenso general del
dente. Como ejemplo está el de la industria elec-
rendimiento: su significado no es otro que la exis-
tromecánica, en la que no existe una explotación
tencia de un incremento en los costos con una con-
del total de sus recursos productivos ya que sola-
secuente disminución del ritmo de expansión.
mente trabaja al 58% de su capacidad. De explotar
Por otra parte, corno es evidente, la explotación totalmente ese potencial productivo, se haría aumen-
del sector primario en forma intensiva, aumenta tar la renta nacional en 18 mil millones de zlotys
considerablemente el desgaste de materias primas anuales. Además, la baja calidad de las mercancías,
y de combustibles, por lo que escasean más o me- ya mencionada, ocasiona pérdidas alarmantes. A ma-
nos rápidamente y tornando en cuenta el desper- nera de ejemplo tenemos que en 1961-1963 Polonia
dicio y la baja calidad de los artículos producidos, perdió 21 mil millones de zlotys pur el aumento
este problema adquiere perfiles dramáticos: El con- progresivo de los stocks y por las pésimas condicio-
sumo de acero para la fabricación de un determina- nes en que se encontraban los artículos producidos
do producto es un 30% superior en Polonia que en y sujetos a una planificación burocrática que no
cualquier país desarrollado de Occidente; el consu- tenía en cuenta las necesidades sociales. Por último,
mo de carbón por unidad producida supera en un el equipo utilizado para la producción (maquinaria
40 o 50% la media mundial. y otros elementos técnicos) se encuentra en estado
Uno solución que podría llegar a tener este de franca obsolecencia, lo que lógicamente se tra-
problema, sería llevar a cabo una política de cre- duce en una baja productividad con costos consi-
cientes inversiones hacia los sectores dedicados a derablemente elevados, contribuyendo así a hacer
producir materias primas, lo cual podría llegar más lento el crecimiento económico, incrementando
a realizarse mediante programas a largo plazo con los gastos y disminuyendo el ingreso nacional.
un costo muy elevado, pero dentro del estrecho En síntesis, podríamos decir que nos encontra-
marco de estas relaciones, difícilmente se puede ca- mos ante una gran anarquía en una economía su-
nalizar una inversión tan alta a sectores que co- puestamente planificada en forma democrática,
menzarían a redituar beneficios a muy largo plazo. ante la incapacidad total de la burocracia para
Otro de los fenómenos es el desperdicio, en pri- sanear dicha economía, y ante un régimen que ex-
mer término como consecuencia de lo anterior, pero cluye sistemáticamente toda iniciativa obrera, trans-
además, por el aumento de mercancías en malas formando a los trabajadores en simples apéndices
condiciones, lo que ocasiona una enorme pérdida de la máquina para la producción de plusvalía.
económica. Por otro lado, como la producción en
estos regímenes no está encaminada a la satisfac- -Continuará

18
EL MARXISMO
SE VITALIZA:*
Paul Mattick nació en Berlín
en 1904. Murió el 7 de febrero
del presente año en los Estados
Unidos donde residia desde 1926.
Como obrero especializado, en su
juventud ingresó a la organiza-
ción de jóvenes de la Liga Espar-
taco allá por 1918. En 1920 pasó
al Partido Comunista Obrero de
Alemania (KAPD). Compañero
de prominentes revolucionarios
como Antón Pannekoek, Karl
Korsch y muchos otros disidentes
del bolchevismo y, por supuesto,
severos oponentes y críticos del
stalinismo. Fue uno de los prin-
cipales promotores de las revistas
International Council Correspon-
dance, Living Marxism y N ew
Essays, y autor de importantes
obras marxistas como Marx y
Keynes, Integración capitalista y
ruptura obrera, y muchas más.
La resonancia de su muerte,
casi nula, estuvo muy por debajo
de su relevancia como teórico y
revolucionario. Como un modes-
to tributo a su memoria, Auto-
gestión publica el texto de una
conferencia de prensa aparecida
en México durante su visita en
1978, convencidos de que el me-
jor homenaje no puede ser otro
que la lectura atenta de sus obras.
Paul Mattick y David Yaffe di-
jeron en el curso de la conferen-
cia de prensa, que dieron en la
• Tomado del periódico El Universal,
15-III-78,
Paul Mattick
Universidad Autónoma Metropo-
litana, el 14 de enero de 1978.
«El marxismo no está en crisis;
por el contrario, se vitaliza y está
en un periodo de nuevo avance.
Lo que ocurre es que hay mu-
chos movimientos en todo el
mundo que no tienen conexión
alguna con Marx, simplemente lo
utilizan como ideología.
La crisis de este tipo de mar-
xismo deja abierta la posibilidad
de volver al marxismo de Marx,
a un nuevo estado de desarrollo.
Así mismo, la teoría burguesa
-actualmente perpleja por la
crisis económica- está completa-
mente perdida, incapaz de resol-
ver la situación.
Por otra parte, el eurocomunis-
mo -que no es una falacia-, es
una verdadera amenaza para los
intereses de la clase trabajadora,
muchos partidos, que se dicen co-
munistas, pero que realmente no
lo son, están controlando y fre-
nando la lucha de la clase traba-
jadora por defender sus niveles
de vida -lucha que se incremen-
tará en el futuro-, evitando tam-
bién que se ponga en tela de jui-
cio al capitalismo.»
Sobre México y Latinoamérica,
dijo:
«En este país la revolución so-
cialista es absolutamente depen-
diente de la revolución que se
produzca en los países capitalis-
tas más avanzados de Europa y
Norteamérica, o sea que no triun-
fará mientras no lo haga en las
condiciones señaladas.
La mayor parte de los partidos
comunistas latinoamericanos es-
tán muy lejos del marxismo.
La Primera Guerra Mundial
fue producto de una crisis econó-
mica mundial; la segunda Gue-
rra Mundial produjo una estabi-
lidad y una prosperidad que fina-
lizó en la década de los años 60
y es altamente probable que la
crisis actual -la más severa desde
la ocurrida en 1929- pueda lle-
varnos a una tercera Guerra
Mundial.
Esa situación se producirá no
por razones ideológicas, sino sim-
plemente por la necesidad de re-
estructuración total de la econo-
mía mundial que permita un nue-
vo auge de acumulación de capi-
tal; la única diferencia es que
ahora la destrucción será tan
grande que no sólo el mundo ca-
pistalista, sino el mundo mismo,
quedará destruido».
Yaffe, dijo:
«La crisis se produce en el ca-
pitalismo, y esta situación ofrece
posibilidades para el desarrollo
del marxismo, aclarando, del au-
téntico marxismo. En mi opinión,
sólo una comprensión marxista
de la crisis puede explicar la si-
tuación presente y por ende la
del capitalismo. Lejos de estar en
crisis, el marxismo se encuentra
en periodo de avance y los traba-
jadores irán a él en los próximos
años.
19
 Los partidos comunistas nada
tienen que ver con Marx, lo que
están haciendo es apoyar al capi-
talismo en nombre de Marx, da-
ñando además las luchas de la
clase trabajadora, con la compla-
cencia de la burguesía.
En la Gran Bretaña, su país,
externó que la clase trabajadora
está en crisis, muy grave, por lo
que se ha iniciado una tendencia
para recortar los gastos estatales
y reducir los salarios de los tra-
bajadores. Asimismo, la clase do-
minante ha aceptado que por
ahora, las tradicionales políticas
keynesianas son imposibles.
Nuestra tarea es luchar contra
la clase dominante, no dar con-
sejos».
Ambos estuvieron de acuerdo en
manifestar que el petróleo poco
ha influido en la actual crisis. La
llamada crisis de los energéticos
se produjo mucho después de la
actual crisis del capitalismo.
También opinaron que actual-
mente no hay tal unidad de la
izquierda en Francia.
1'
20
David Yaffe dijo:
«El Partido Comunista de
Francia está ligado al eurocomu-
nismo y su único objetivo es so-
meter a la clase trabajadora al
capitalismo. Muchos de los secto-
res de la clase dominante reco-
nocen que es necesario tener par-
tidos de la clase obrera en el po-
der, ya que estos partidos son los
únicos capaces de controlar y fre-
nar la lucha obrera.
El principal ejemplo de esa
actitud es el Partido Comunista
Italiano que ha echado por la
borda la mayor parte de sus prin-
cipios a fin de apoyar al Partido
Demócrata Cristiano, que es re-
accionario y está en bancarrota.
La supuesta unidad de la iz-
quierda en Francia no represen-
ta un peligro para la superviven-
cia del capitalismo.
Aunque la clase dominante en
Francia haga un gran escándalo
por el posible ascenso de la iz-
quierda al poder, yo creo que no
es más que pura hipocresía, por-
que el momento de cns1s que se
vive requiere esos partidos».
Mattick, dijo:
«Por principio, no hay tal um-
dad de la izquierda francesa.
Después, lo que existe es la
competencia de dos partidos so-
cialdemócratas, de los cuales uno
de ellos se designa comunista, sin
serlo. Ambos están en lucha con-
tra los partidos burgueses para
obtener puestos no sólo en el
Parlamento, sino en el Gobierno.
En ningún momento ocultan
sus intensiones y afirman a la
burguesía que están tratando de
resolver la crisis, circunstancia
que se ve apoyada por la situa-
ción que se observa en la clase
trabajadora; desinterés por derro-
car el sistema capitalista. En re-
sumen: el problema de los que
se dicen comunistas sin serlo, es-
tá favoreciendo a la burguesía.
La Unión Soviética y China
son agencias burocráticas contra-
revolucionarias. »
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ENTREVISTA CON
MICHEL PABLO
REALIZADA EN 1980 POR AUTOGESTióN
FUENTE: Le Monde del 11 de marzo de 1981.
* MICHEL RAPTIS (MICHEL PABLO)

Revolucionario marxista griego. Afiliado a la oposicion trotskista desde la década de los treirUas. Encarcelado
en Grecia varios años durante la dictadura de Metaxas. Exilado después. Fue u,w de los fundadores de la IV In-
ternacional en 1938. Desempeñó importante papel en la lucha contra el fascismo en Europa occidental durante la
Segunda Guerra. Secretario y principal dirigente de la IV Internacional desde 1946 hasta 1965. Promovió en
forma decisiva la ayuda solidaria para la revolución argelina, por lo cual estuvo preso en Holanáa dos
años. Al triunfo del Frente de Liberación Nacional ( FLN J fue el más destacado asesor del régimen de Ben Bella y
elaboró el plan económico de autogestión argelino. Se separó de la IV Internacional en 1965 y contribuyó a funáar
la Tenáencia Marxista Revolucionaria Internacional (T1HRI) ese mismo año, organización autogestionada indepen-
diente y no adscrita al movimiento burocrático leninista ( prosodético, prochino, trotskista, etcétera).

A. ¿Cuáles son las posibilidades del capitalismo A. ¿Qué características de orden económico y
para salir de la crisis actual? político definen la crisis actual?

R. Teóricamente no hay ninguna imposibilidad
para que el capitalismo, que atraviesa actualmente
una crisis inédita, larga y profunda, no pueda salir
de ella. Si el capitalismo resulta capaz de bajar con-
siderablemente el nivel de vida de las masas en el
mundo entero y, en particular, en su propio centro:
en Europa, los Estados U nidos, el Japón y otros
países desarrollados; si. por la tregua de las masas,
llega a resolver la cuestión energética; si logra esta-
bilizar su sistema monetario; si, gracias a un nuevo
tipo de Plan Marshall, llega a borrar las deudas co-
losales del Tercer ]\fundo, qne superan en la actua-
lidad la suma de 300 mil millones ele dólares; si
logra también reducir considerablemente las sumas
colosales consagradas ahora al rearme; entonces el
capitalismo podría tener una nueva fase de desarro-
llo, pero todas estas previsiones me parecen, en la
práctica, extraordinariamente difíciles, si no impo-
sibles de realizar.
R. Se trata de una crisis general del sistema
que empezó desde el periodo económicamente eufó-
rico del capitalismo, inmediatamente posterior a la
Segunda Guerra Mundial y que duró hasta los pri-
meros años <le la década pasada. Desde entonces
esta crisis general del sistema se desarrolló en una
dimensión económica, que consiste, por ejemplo, en
la combinación del desempleo en constante progre-
sión y en la persistencia de una inflación muy im-
portante.
Esta crisis del capitalismo, inédita por sus múl-
tipes características, no se asemeja a ninguna crisis
del pasado.
A. ¿En qué medida la cns1s favorece ciertos
cambios cualitativos en el movimiento obrero y en
qué forma opera sobre la relación de fuerzas inter-
nacionales?

21
 R. Toda crisis profunda del capitalismo, como
la actual, debería favorecer al movimiento obrero e
impulsar a la revolución socialista mundial, pero
debemos tomar en cuenta los inconvenientes de esta
crisis, por ejemplo, la agravación considerable del
desempleo en todos los países capitalistas avanzados
que, en su primera fase, ha domado a las direccio-
nes obreras tradicionales y al propio movimiento
obrero europeo, el cual, en vez de unirse mediante
un programa de cambio radical, posible y necesario
en la nueva situación objetiva, se encuentra dividi-
do. Todos conocen la grave división entre los parti-
dos socialistas y "comunistas" que caracterizan actual-
mente al movimiento obrero tradicional en Europa.
Espero que la continuación de la crisis y su profun-
dización puedan crear condiciones para invertir la
tendencia actual, mas bien mala, que prevalece en
el movimiento obrero europeo y mundial.
.!.. ¿Es posible que esta crisis desemboque en una
nueva división internacional del trabajo?
R. Esta división ya empezó: se presenta, en
efecto, una nueva división <le! trabajo, por el hecho
de que toda la tecnología moderna, fundada en la
aplicación de la ciencia abstracta a la producción
material, se concentra en los países capitalistas avan-
zados, que utilizan a la periferia como fuente de
materias primas, como mercado para sus capitales,
o también para instalar numerosas fábricas que per-
tenecen a las sociedades multinacionales en países
donde hallan mano de obra de calidad, pero, sobre
todo, barata -por ejemplo, Corea del Sur, Filipinas,
Formosa-, en los cuales asistimos a un desarrollo to-
talmente desigual e inédito, que forma parte de la
nueva división del trabajo.
A. ¿Cuáles son las repercusiones, a mediano tér-
mino, de la crisis actual en los países de América
Latina, tomando en cuenta que se genera una po-
larización social al par que una ruptura de las
estructuras tradicionales?
R. Esta crisis propiciará cambios muy impor-
tantes, por ejemplo, cierta independencia de la bur-
guesía nacional respecto al imperialismo norteame-
ricano y también una implantación, mayor que en
el pasado, del capitalismo europeo en varios países.
En algunos países de América Latina veo un signo
de esto en el nuevo papel que ahora desempeña la
Segunda Internacional -no sólo la socialdemocracia
alemana, sino también otros partidos socialistas im-
portantes, como el español y el portugués-, que se
propone objetivos un tanto progresistas, en la medi-
da que quisiera promover en varios países de Amé-
rica Latina regímenes que se podrían calificar como
demócratas burgueses. Detrás de esto existe un fin
material que consiste en hacer penetrar, más que en
22
el pasado, al capitalismo europeo en el inmenso des-
arrollo futuro de América Latina. Considero que los
movimientos obrero y nacional, de muchos países
de América Latina, utilizarán, en esta ocasión, todas
las nueyas posibilidades, abiertas por la prolonga-
ción de la crisis, para estructurarse cada vez más,
formar grandes partidos obreros, construir sindicatos
en verdad ir..dependientes, jugar un papel mucho
más importante que en el pasado y desprenderse
del dominio de las direcciones tradicionales, del
populismo y de otras corrientes análogas.
A. ¿Los Estados que se dicen socialistas son ca-
paces de aprovechar la crisis del capitalismo? ¿En
qué forma podrían hacerlo para ayudar al cambio
cualitativo en favor de los países pobres?
R. Los países del Este también padecen los
efectos de la crisis general del capitalismo, porque,
en los últimos años establecieron lazos económicos
muy importantes con los países capitalistas y la crisis
capitalista repercute sobre ellos, como prueban el
fenómeno de una inflación considerable, las difi-
cultades múltiples que se les presentan en el comer-
cio, absolutamente necesario, con el Occidente. Pe-
0
ro debemos tomar en cu enta que hay un cambio,
sobre todo en el plan militar, en la actual relación
de fuerzas entre los Estados Unidos y la Unión So-
viética, explotado por ésta, a causa precisamente de
la crisis que atraviesa el capitalismo. Actualmente
ambas potencias poseen una nueva generación de
armas atómicas, denominadas operacionales, que
cambiaron también la estrategia de unos y otros.
Estas armas, por su gran exactitud, por la energía
explosiva controlada que poseen, apuntan a destruir
lo esencial de la panoplia atómica del adversario, lo
cual lleva a las dos potencias a acariciar de nuevo
la posibilidad de una guerra atómica limitada y
controlada, que sólo destruiría objetivos estratégi-
cos, sin llegar al holocausto general. El cambio en
la relación de fuerzas en el plan militar determina
un cambio en la política de la Unión Soviética,
sobre todo, respecto al Tercer Mundo. A la buro- cratas del partido y de una parte importante de la
cracia soviética le horroriza la revolución socialista base proletaria, para lograr que actúen bajo su di-
en los países capitalistas avanzados, pero no tanto rección y que ésta mitigue sus críticas a la política
las revoluciones en el Tercer Mundo, donde se ad- actual del Kremlin.
vierte, en los últimos años, una política más agresi-
va y audaz por parte del Kremlin, por ejemplo, en A. ¿Existen condiciones objetivas para que la
Etiopía, Yemen del Sur o Afganistán. Esta nueva oposición en la Unión Soviética consolide un frente
política del Kremlin en el Tercer Mundo se explica de lucha y, a largo término, cambiar la situación?
por el cambio de la relación de fuerzas en el plan
militar y por el nuevo desarrollo de las armas ató- R. Sí, pero es cuestión de tiempo. Todo tipo
micas. de manifestaciones de la disidencia en la Unión So-
viética, a pesar de la represión extrema que se ejerce
A. ¿Qué causas han impedido llegar al poder a en su contra, justifican ese optimismo. Me refiero en
los trabajadores donde la izquierda tiene fuerte peso particular a la estimación de las condiciones rea-
social y político, como en Francia, Italia y Japón? les prevalecientes en varios países del Este y en la
Unión Soviética hecha por un gran marxista del
R. En todos estos países y, en particular, en los Este: Rudolf Bahro, en su obra La alternativa. Las
países europeos mencionados, es cierto que la iz- ideas que expone en su libro respecto a las posibili-
quierda unida podría llegar al poder, aprovechando dades de un cambio radical de la situación en los
las condiciones muy favorables creadas por la pro- países del Este y en la Unión Soviética son compar-
longación de la crisis, incluso mediante las elecciones, tidas por gran número de personas en Alemania
pero creo que, hasta ahora, lo impidió la división Oriental, Checoslovaquia, Polonia, Hungría, la
profunda del frente único entre las fuerzas tradicio- Unión Soviética, etcétera. Es cierto que Bahro pa-
nales de los partidos socialista y "comunista". rece demasiado optimista y quizás este optimismo
no se justifique a corto término, pero creo que las
Doy particular importancia al papel del gran
condiciones objetivas actuales en los países del Este,
partido "comunista" de Europa, llamado eurocomu-
es decir tanto el considerable desarrollo económico
nista. Creo que este partido, tanto en Francia, como
y cultural como la contradicción extrema de este
en Italia, e incluso en España, no desea acceder ac-
desarrollo con el carácter de sus regímenes econó-
tualmente, junto con los socialistas, al gobierno, por
micos y políticos, justifica previsiones optimistas.
las razones siguientes: consideran que, una vez en el
gobierno, tendrían que llegar muy lejos, desencade-
nando un proceso a la chilena, es decir, creando, me-
diante la aplicación parcial de un programa, aunque
poco radical, un proceso objetivamente revoluciona-
rio, que puede llegar al desenlace victorioso o a la
derrota sangrienta del movimiento obrero. Los par-
tidos "comunistas" europeos no están preparados
para tal batalla.
Una razón análoga, que llevaría al mismo resul-
tado, sería la siguiente: el gran partido "comunis- SC<.MA~ N05E
ta" europeo, sigue sufriendo considerablemente la AC.UERDA l)E.\'4 i ?
presión del Kremlin, a través de muchos cuadros SOY. Et..JOvtN
que le siguen fieles y también de parte importante LENIN,
de sus bases proletarias prosoviéticas. El Kremlin,
en la actualidad, prefiere el status quo en Europa,
no quiere alienarse cierta comprensión para su po-
lítica por parte de la burguesía europea, porque
pretende explotar contradicciones relativas que exis-
ten, efectivamente, entre la burguesía europea y el
imperialismo norteamericano y, sobre todo, porque
teme mucho una verdadera revolución socialista de-
mocrática en Europa del Oeste, que podría servir
de ejemplo a todos los países del Este.
Otra razón que explica la actitud actual de los
partidos "comunistas" en Europa, es que el Krem-
lm usa para presionarlos su política, dizque revolu-
cionaria, en el Tercer Mundo y encuentra así un
medí? para ganarse la simpatía de algunos buró-

23
 A. ¿Cuál es la perspectiva de la revolución en
los países árabes en general y en Irán en particular?
R. La gran nación árabe, que tiene más de 120
millones de habitantes, atraviesa un periodo revolu-
cionario en desarrollo. Este desarrollo es continuo,
pero contradictorio. Implica, a la vez, el ascenso
considerable de verdaderas fuerzas revolucionarias
y la conservación de estructuras atrasadas, que impi-
den a la lucha revolucionaria de las masas árabes
llegar a resultados totalmente claros, pero creo que
ahora existe una nueva dinámka en todos los paí-
ses árabes que tienden, a mediano término, a supe-
rar los obstáculos considerables que implican las es-
tructuras sociales y políticas de la sociedad árabe.
En Irán la situación es muy compleja y presen-
ta varias fases en su desarrollo. Sin duda la caída
del Sha es una de las más grandes victorias revolu-
cionarias populares después de la última guerra.
Pero, después de la caída del Sha, se cuestiona la
dirección revolucionaria de Irán, que no resuelven
la presencia de Jomeini a la cabeza de la dirección
y ni el clero islámico que lo sigue.
Esta dirección transitoria será superada en un
futuro cercano por fuerzas revolucionarias más avan-
zadas, verdaderamente progresistas, comprometidas
con el objetivo de construir el socialismo democrá-
tico en Irán.
A. ¿Cuál es la situación actual en Argelia?
R. Argelia atraviesa una nueva fase de desarro-
llo histórico en el proceso de la gran revolución
que empezó el l<? de noviembre de 1954.
Después de la muerte de Boumediene, Argelia
pasa por un período transitorio sin que la cuestión
del verdadero poder se haya resuelto. Tengo mu-
chas esperanzas en el futuro cercano de la revolu-
ción argelina; su dinamismo no está agotado y si
fuerzas revolucionarias nuevas se levantan en el país,
sacarán lecciones eficares de su rica exoeriencia.
Reviste particular importancia la liberación de
Ahmed Ben Bella que, en mi opinión, sigue siendo
el dirigente revolucionario árabe más radical, más
adelantado y más preparado en cuanto a la concep-
ción concreta del desarrollo de la revolución socia-
lista en Argelia y en todo el mundo árabe.
Otro factor negativo es que, a pesar de la im-
portancia de las fuerzas revolucionarias en los paí-
ses del Medio, sus direcciones se encuentran en con-
siderable atraso respecto al verdadero problema y
las verdaderas alternativas.
La solución sería una real extensión de la ver-
dadera revolución socialista democrática en toda
esta región, incluyendo a Israel, y también a otros
países árabes, como Irán.
A. ¿Cuál es el papel de los energéticos en el
contexto de la lucha por la liberación y por la in-
dependencia económica?
R. La cuestión energética llegó a ser de pronto
muy grave para la humanidad entera, porque en el
desarrollo "salvaje" del capitalismo y también del
socialismo burocrático del Este, se omitió el hecho
de que los recursos de la Tierra, no son, des-
pués de todo, inagotables. La humanidad no se puede
de arrollar sin dar importancia al cambio ecológico,
que puede volverse absolutamente desastroso para
la humanidad. La cuestión energética está actual-
mente en el centro de las preocupaciones de la hu-
manidad entera, que aspira a una solución más du-
rable y más humana del problema.
La solución no reside en los recursos petroleros
aún no utilizados que existen en el mundo, tampo-
co en un desarrollo, por considerable que sea, de
la energía atómica, cuyo uso todavía no controlan la
ciencia y la tecnología, como revelan los accidentes
ocurridos en los Estados Unidos y en otros países.
Este problema de la energía sólo puede tener
solucicSn apropiada a las necesidades y posibilidades

A. ¿Cuáles son las medidas apropiadas en los

países del Medio Oriente para superar la tensión
existente?

R. La crisis del Medio Oriente es muy explo-

siva y muy peligrosa para la humanidad entera,
porque se liga con la cuestión del petróleo del Me-
dio Oriente: puede concluir en una guerra atómica
general.

24
actuales de la humanidad, mediante la reconstruc-
ción de la sociedad a escala internacional, que dé
el poder, no a grupos privilegiados, sino a las masas
mismas.
Además de las fuentes de energía que hay sobre
la Tierra, existe un recurso tan formidable como
el Sol, que no se utiliza ahora a causa de las estruc-
turas capitalista y burocrática imperantes.

A. ¿Cuáles son las condiciones económicas y po-

líticas esenciales para que se produzca el socialismo
de autogestión?

R. Me complace esta última pregunta, porque,

como se sabe, soy ferviente adepto del socialismo
democrático basado en la autogestión. Creo que, por
primera vez en la historia de la humanidad, existen
actualmente condiciones objetivas, necesarias y su-
suficientes para la realización del socialismo basado
en la autogestión.
La humanidad posee nuevas fuerzas productivas
como la informática, la automación y la telemática,
que permiten desarrollar y aplicar un sistema pro•
ductivo capaz de dar a todos los individuos de la so-
ciedad un nivel material decente, que propicia la
formación cultural elevada general y que también
aumenta el tiempo libre, condición para lograr el
pleno desarrollo del individuo. El nivel cultural lismo de autogestión. Tenemos que actuar con una
de las masas, precisamente a causa del avance de nueva humanidad más culturizada, más desarrolla-
las fuerzas productivas, es cada vez más elevado; da, que nada tiene que ver con el bajo nivel de las
en esto consiste la base material objetiva del socia- masas durante la Revolución de Octubre, y que im-
pulsa a los individuos a afirmarse directamente en
el papel de productores y ciudadanos en la socie-
dad, es decir, a aspirar de una manera, cada vez
más fuerte, hacia la finalidad siguiente: poder al
fin dirigir, real y democráticamente, su vida social
en todos los dominios y a todos los niveles.
Esta aspiración real de las grandes masas de
los países capitalistas avanzados del Oeste y de los
países burocráticos avanzados del Este y aún pien-
so que a escala mundial, se manifestó en los aconte-
cimientos paralelos de mayo de 1968 en Francia y
Checoslovaquia.

A. ¿Cómo se organizará el aparato de Estado en

un sistema de autogestión de propiedad colectiva?

R. El Est~do como los partidos obreros son,

transitoriamente hablando, absolutamente necesa-
rios, pero se trata de crear, desde el principio, es-
tructuras que transfieran el poder esencial del Es-
tado a las organizaciones de la democracia directa
de las masas, de productoras y de ciudadanos, y de
hacer regular constantemente al Estado en cuanto
dirección centralista y centralizada, en provecho de
la sociedad civil, de su libertades fundamentales y
de las libertades del individuo.

25
 El PC actual y la
''Resurrección'' de
José Revueltas
-1-
A raíz de la reedición del En-
sayo sobre un proletariado sin ca,
beza de José Revueltas, han apa-
recido, además de algunos co-
mentarios y reseñas bibliográficas,
ciertas aseveraciones extrañas y
paradógicas por parte de algunos
miembros del PCM. En el núme-
ro 2 del Machete, por ejemplo,
se dice; "No es posible prescindir
de una lectura como Ensayo so-
bre un proletariado sin cabeza,
de José Revueltas, reeditado en
estos días por ERA (p. 60). Y
algo más significativo: "El Ma-
chete, se compromete, desde aho-
ra, a impulsar desde sus páginas
la polémica y la crítica -cierta-
mente pendientes- de esos gran-
des temas abordados por Revuel-
tas en su Ensayo . .. " (p. 60). Me-
ses después, en el número 216 de
la revista Proceso, de diciembre
de 1980, Enrique Semo, en su ar-
tículo "El PC y la clase obrera
frente a frente" afirma resuelta-
mente que: "En el umbral de un
nuevo decenio, el PCM se en-
frenta a un viejo problema: el
de la relación con la clase obre-
ra. El primero que lo planteó con
rigor teórico fue José Revueltas"
y ello lo hizo "en un libro muy
nombrado y poco leído" (p. 30).
Y más adelante: "Hoy, al volver-
se a leer la obra, lo que destaca
en ella no son sus innegables li-
mitaciones, sino la previsión pro-
funda y certera de la principal
26
tarea teórica que esperaba a los
comunista al inicio de aquel dece-
nio. Las ideas de Revueltas fueron
encarnándose en la práctica del
PC en los años sesenta y setenta.
El partido 'asumió la conciencia
de la independencia de la clase
obrera'. Rompió con el reformis-
mo y el economicismo y esbozó
una concepción socialista y revolu-
cionaria, 'proletaria', de la reali-
dad mexicana" (p. 30). El "liqui-
dador y revisionista" de los viejos
tiempos, el "enemigo de la clase
obrera" del XIII Congreso es vis-
to ahora, sin una explicación cla-
ra del vira je apreciativo, como
el gran teórico de la relación que
debe existir entre el proletariado
y su partido, como un visionario
incomprendido, como el profeta
que hablaba en el desierto. Pero
las cosas no terminan ahí. Por lo
visto, son varios los miembros del
PC que comparten la idea de que
las modificaciones que ha tenido
el partido desde 1962 -fecha en
que se publicó el Ensayo- hasta
la fecha, representan una especie
de "revueltización" del partido o,
dicho de otra manera, significan
el tránsito de la época en que el
PC era en verdad irreal histórica-
mente (como lo denunciara Re-
vueltas y la Célula Marx) a una
etapa en que ha adquirido su rea-
lidad histórica. Se trata, pues, del
intento de absorber la disidencia,
y asimilar la impugnación. De la
misma manera en que el Estado
intenta hacer suyos, incorporar-
los a su olimpo a los grandes lí-
deres revolucionarios e indepen-
dientes (Zapata, Flores Magón,
etcétera), el PC como un Estado
en miniatura, pretende llevar a
cabo esa absorción necrofílica. No
sólo Martínez Verdugo hace guar-
dia ante el féretro del "Camara-
da Revueltas" en Félix Cuevas,
sino que muchos de los militan-
tes y teóricos del PC en la actua-
lidad presentan a Revueltas como
un "comunista sin carnet" y un
gran teórico que trazó visionaria-
mente la línea por la que --paso
a paso a ido marchando el par-
tido desde su inoperancia histó-
rica hasta su conversión "en la
segunda fuerza electoral del país".
Pero volviendo al Ensayo sobre
un proletariado sin cabeza, ¿en
qué consistía la tesis de la inexis-
tencia histórica, de la que habla
dicho libro y que si antes era
acertada, ahora (en la época del
"crecimiento del partido", de "su
reconocimiento legal" y su "pa-
pel en las Cámaras") ya no lo es?
Su esencia consiste en afirmar
que el PCM -y también, desde
luego, todas las otras agrupacio-
nes de la izquierda mexicana-
no sólo adolecía de tales o cuales
fallas, sino que resultaba incapaz
por razones estructurales, y a tra-
vés de toda su historia, de jugar
el papel de vanguardia científica
y revolucionaria de la clase obre-
ra. Común denominador de las
corrientes espartaquistas en Méxi-
co -provenientes todas de la Liga
 Leninista Espartaco fundada por
Revueltas-, es la convicción de
que, por causas objetivas y subje-
tivas, en nuestro país no existe,
ni ha existido a través de toda
su historia, un partido que expre-
se los intereses fundamentales de
la clase obrera. Es cierto que el
PCM de 1980 es diverso del de
1960, como son distintos Los tres
mosqueteros y Veinte años des-
pués; pero quien supone que Re-
vueltas tenía razón al mostrar la
inexistencia histórica del partido
de los sesenta, pero que dicha afir-
mación ya no conviene al parti-
do de los ochenta, no ha entendi-
do en qué consiste la tesis de la
inexistencia histórica del partido.
La realidad histórica del partido
implica, según Revueltas, una es-
tructuración definida (narionali-
zación del marxismo, adopción de
un verdadero centralismo demo-
crático, práctica obrera revolucio-
naria e independiente, etcétera),
que no se puede conq·1istar paso
a paso, gradualmente, como tam-
poco es posible destruir el capi-
talismo (como lo pretenden el
eurocomunismo actual y el refor-
mismo de siempre) con pequeñas
"reformas" y "tomas de posición"
que leios de atentar contra la ba-
se del sistema, en realidad lo
apuntalan y modernizan. El PC
durante los sesenta era un gru-
púsculo. Su inexistencia histórica
se inscribía en lo que podríamos
llamar irrealidad-aislamiento. Era,
en efecto, no sólo un partido
irreal, sino un cero a la izquier-
da en la política nacional (iz-
--l
'· 1 1 ......
l
quierda en sentido aritmético,
no político). El PC en la ac-
tualidad ya no es un grupúsculo.
A partir aproximadamente de
1974, como producto de las lu-
chas democrático-estudiantiles de
1968 y 1971 y de otras causas, se
ha convertido en una cierta fuer-
za social. Ahora ya no se caracte-
riza por su irrealidad-aislamiento,
sino por lo que nos agradaría de-
signar como irrealidad-participa-
ción. El PC de 1960 a 1980, no ha
transitado del partido irreal al
partido real, sino del partido de
irrealidad-aislamiento al partido
de irrealidad-participación. Aún
más. Cuando en el partido pre-
dominaba la irrealidad-aislamien•
to, y carecía de verdadera influen-
cia entre obreros, campesinos y
aun estudiantes, su carácter no
participativo, su definición como
un elemento intrascendente en la
política, determinaba un tipo de
relación peculiar con el régimen
y el Estado capitalista: un laissez
faire político. El PC de los sesen-
tas, el denunciado por Revueltas
en el Ensayo, dejaba hacer a la
burguesía, estaba incapacitado
para intervenir, en sentido real-
mente visible, en la política de
entonces. El PC de los ochenta
ha cambiado de signo. Es un par-
tido que muestra cierta influen-
cia electoral y, aunque no la ha
conquistado seriamente entre los
obreros y campesinos, sí la tiene
entre los estudiantes. El PC, en
su época de irrealidad-participa•
ción, ya no d~_ja hacer al régimen,
sino que le hace el juego al sis-
•· .,, - WI
-...:-~ ~"-• ___
t ..--.
--
tema. En la Cámara de Diputa-
dos ruge Valentín Campa, arguye
Pablo Gómez, matiza Rincón Ga-
llardo, y al final de la "demo-
crática discusión" avanza la apla-
nadora de votos del PRI y sus se-
cuaces. Y esto no es más que un
botón de muestra de cómo la re-
forma política, diseñada por la
burguesía que la participación
mente a un partido que, sin aban-
donar su irrealidad estructural,
ha ido del aislamiento a la par-
ticipación. Se podría decir, inclu-
so, que el partido de los ochenta
es más irreal que el de los sesen-
ta en virtud de que el aislamien-
to auxilia menos a la política
burguesa que la puarticipación
sometida al diseño demagógico y
manipulador de las reglas de la
clase enemiga.
Enrique Semo escribe, respecto
al Ensayo: "El libro es tan gran-
de en sus aciertos como en sus
errores. Y fue precisamente uno
de estos últimos el que impidió
que pudiera ser utilizado directa-
mente en la fundamentación de
la línea política que surgió de la
victoria sobre el encinismo. Re-
vueltas le neg.aba al PCM la po-
sibilidad de convertirse en esa
"autocrítica histórica de la clase
obrera mexicana" y llamaba a sa-
lirse de sus filas" (p. 30). Por lo
visto Enrique Semo no se distin-
gue por su conocimiento de los
hechos acaecidos en vísperas del
XIII Congreso, o adolece, como
decía Revueltas, de ese mal endé
mico del PCM que es la ausencia
de memoria política. No fue Re-
vueltas el que le negara al PCM
la posibilidad de asumir la con-
ciencia de su inexistencia históri-
ca o, lo que es igual, la "autocrí-
tica de la clase obrera mexicana",
sino que, víctima no de un error
más, sino de la propia incapaci-
dad auto::rítica emanada de su
forma irreal de existir histórica-
mente, fue el PCM el que se au•
tonegó dicha nosibilidad. En el
proyecto de Resolución para la
VIII Convención del Distrito Fe-
deral de 1959 denominado ¡De-
fendamos con firmeza los princi•
pios leninistas de la edificación
del partido! se le presentó a la
Célula Marx, donde militaba Re-
vueltas, un claro ultimátum: o
abandonaba la célula sus opinio-
nes o sería expulsada. Al final
27
de la Resolución de la VIII Con-
vención se puede leer: "La VIII
Convención (Extraordinaria) del
PCM en el Distrito Federal, con-
sidera que las posiciones revisio-
nistas y liquidadoras de la célula
Marx son incompatibles con su
pertenencia en el partido" (p. 10).
Esta sentencia amenazante de la
VIII Convención, puso a la célu-
la Marx y a Revueltas en un di-
lema: renunciar a sus puntos de
vista (que tan valiosos le parecen
ahora a Enrique Semo) para per-
manecer en el PCM, contempori-
zando con la actitud conciliadora
del Comité del Distrito Federal
y los "distritistas" de entonces o
salir del partido para defender
los principios. Por otro lado, es
inaceptable la afirmación de Se-
mo de que hubo algo así como
una "victoria sobre el encinismo".
Martínez Verdugo es a Dionisia
Encina lo que mutatis mutandis
Nikita Kruschef es a Stalin. Se
trata del mismo gato revolcado.
Si entre el neo-stalinismo ema-
nado del XX Congreso del PCUS
y el stalinismo hay diferencias de
matiz (por ejemplo un embate
de la tecnocracia contra la buro-
cracia) pero no una diferencia de
contenido, otro tanto hay que de-
cir respecto al neo-encinismo de
Verdugo respecto al periodo de la
regencia encinista: se trata de dos
formas de jefaturar un mismo par-
tido irreal.
Semo añade: "Las ideas de Re-
vueltas fueron encarnándose en
la práctica del PC en los años se-
senta y setenta. El partido 'asu-
mió la conciencia de la indepen-
dencia de la chi.se obrera'. Rom-
pió con el reformismo y el eco-
nomicismo y esbozó una concep-
ción socialista y revolucionaria.
'proletaria', de la realidad mexi-
cana. Debido a los errores de Re-
vueltas y al gradualismo de los
entonces flamantes dirigentes del
PC, el proceso fue mucho más
lento y tortuoso de lo que debió
haber sido" (p. 30). Aquí revela
Semo nuevamente que no entien-
de en absoluto cuál es el pensa-
miento de Revueltas. Un partido
no puede transitar de su irreali-
dad a su realidad en un proce~o
cuantitativo. noro a poco. No
nuede ír bebiendo una existencia
histórica destilada con cuentago-
tas. Un partido se puede conver-
28
tir de irreal en real sí y sólo si se
inscribe en un salto cual"tativo
que implica un complejo proceso
teó)"ico-práctico. Semo, presenta,
pues, la teoría de la creación re-
volucionaria del partido de Re-
vueltas como una teoría de la
creac1on reformista del mismo.
En realidad, la creación del par-
tido es la conquista histórica de
una estructura, la configuración
de un organismo que exprese los
intereses esenciales a corto, me-
diano y largo plazo, de la clase
obrera, la conformación, en fin,
de la realidad histórica que pre-
supone un cambio de terreno,
una revolución organizativa.
En el PC ha habido algunos
cambios significativos, desde el
XIV al XVIII Congreso. Ya el
enemigo principal, por ejemplo,
no es sólo o esencialmente el im-
perialismo yanqui sino también
el Estado, rehuyéndose con ello
las más nefastas consecuencias es-
tratégicas, de prosapia lombardis-
ta, consistentes en buscar la alian-
za con un gobierno supuestamen-
te representante de la burguesía
nacionalista y diseñar, como ins-
trumentos de lucha, el Frente Po-
pular Antiimperialista o el Fren-
te de Liberación Nacional. Ha
habido, pues, una cierta "prole-
tarización" (muy entre comillas)
del PC. Pero estos cambios son
sólo formales. Si detrás de Enci-
na estaba Lombardo, detrás de
Verdugo y de los "cambios" per-
mitidos o promovidos por la re-
gencia verduguista está el neo-
lombardismo. Ahora se trata no
aliarse con el gobierno contra el
imperialismo yanqui, sino con la
burguesía no monopólica o con
el ala izquierda del PRI (por
ejemplo en la Cámara de Dipu-
tados) contra un gobierno asocia-
do al capital imperialista de nues-
tro vecino del norte. Cambios for-
males. De detalle. Diferentes ma-
tices que asume, en su irrealidad
histórica, el PCM. El PC no ha
demostrado, en estos cambios, que
su transformación se oriente ni de
lejos en el sentido de obtener la
influencia revolucionaria indis-
pensable, en la clase obrera y los
campesinos, para preparar las con-
diciones necesarias destinadas a
llevar a cabo, en la coyuntura
apropiada, el proceso de la revo-
lución permanente que dé al tras-
te con el capitalismo, y que, sin
coagularse en un régimen tecno-
burocrático, construya el socialis-
mo, sino que todo se da dentro
de la concepción pequeño-bur-
guesa y oportunista, dogmática y
neo-stalinista, del modelo etapis-
ta de una revolución democráti-
co-socialista tan irreal como el
partido que la concibe.
No obstante lo afirmado, en Se-
mo hay a veces un revueltismo
mal digerido o debilitado y ver-
gonzante. Es por ello que en el
documento Por la renovación del
PCM, del 20 de noviembre de
1980, la minoría del CC, escribe
que: "Junto a los viejos dogmas
aparecen otros nuevos. Seguimos
pensando por analogía, en fun-
ción de realidades y experiencias
diferentes a la nuestra, mientras
languidece el análisis concreto de
las luchas sociales en México y
nuestra inserción en la cultura
nacional" (Revista Dí, N9 8, p.
40).El dogmatismo nuevo y viejo,
el pensar por analogía, el tras-
plante de otras experiencias, _et-
cétera, ¿qué otra cosa son smo
una de las manifestaciones de la
inexistencia histórica cuando se
presentan, como en el caso del
PC, con el carácter de enferme-
dades crónicas?
11 -
Enrique Semo se halla entre-
gado, junto con otros doce com-
pañeros del CC, a una ardua lu-
cha interna que ha sido hecha
pública. Es una contienda, al pa-
recer, entre la minoría del CC
contra la mayoría del mismo or-
ganismo v la mayoría de la Co-
misión Ejecutiva. Aunque no nos
es dable pronunciarnos con deta-
 lle sobre este conflicto, dado su
carácter interno, nos parece im-
portante hacer algunas referen-
cias generales a su contenido (de
acuerdo con los informes que se
han exteriorizado) con el objeto
no sólo de examinar las relacio-
nes entre las tesis espartaquistas
de Revueltas y la corriente "re-
novadora", sino para reflexionar
acerca de los problemas de la lu-
cha revolucionaria en México.
Según la minoría del CC, a la
que pertenece Semo, y expresada
en el documento Por la renova-
ción del PCM, la lucha interna
q_ue actualmente se da en el par-
tido responde a la existencia de
una corriente -la Comisión Eje-
cutiva- orientada a la forma-
ción de un partido de opinión y
no de acción. A la constitución
de un partido de capas medias
emergentes y no de un partido
fundamentalmente obrero. Un
partido de ciudadanos y no de
clase. A la inserción de corrientes
de opinión que se limitan a luchar
por la modernización y democra-
tización del capitalismo mexica-
no y no a la construcción de una
fuerza social independiente y re-
volucionaria.
Según el documento, aunque a
partir de 1974 el partido "ha lo-
grado importantes avances y vic-
torias" (por cierto los ejemplos
gue pone de éstos son puramente
electorales), en la actualidad la
organización se halla en un esta-
do de transición: el partido se en-
cuentra a la mitad del camino en-
tre un modelo "burocrático-mo-
nolítico" y otro "democrático-
plural". La revueltización gradual
del PC, sugieren los renovadores,
se encuentra en lucha contra un a continuación enumera algunas
modelo partidario que amenaza de estas: ¡y vemos que son pura-
con la derrota del PC "y todo el mente parlamentarias!: aceleración
movimiento revolucionario" (sic). del reclutamiento, dos campañas
El PC, plantea la crítica, pre- electorales, registro electoral, die-
senta las siguientes deformacio- ciocho escaños en la Cámara, et-
nes: a) muestra una tendencia cétera. Posteriormente la crítica
reformista basada en el cretinis- del "nuevo curso" del PC va en-
mo parlamentario. b) Hay una derezada en buena parte ¡contra
situación (que podríamos llamar el cretinismo parlamentario! o
de bonapartismo al interior del sea, el documento identifica "las
PC) en la cual la dirección, iden- grandes victorias" y las grandes
tificada socialdemócratamente con deformaciones. Por otro lado, el
la fracción parlamentaria, adquie- documento no destaca qué dife-
re una autonomía relativa frente ferencias hay entre el partido gra-
al equilibrio de las diversas ten- dual y ligeramente revueltizado
dencias, motivando, con esto, un a partir de 1974 y el actual par-
eclecticismo programático y teó- tido en ."proceso de transición".
rico resultante de la conciliación. El documento ·no demuestra cuá-
c) Existe un sustituismo (obvia- les aspectos "revolucionarios" del
mente expresado con otros térmi- partido se han ido perdiendo en
nos) por parte de la Comisión la actual etapa, en la que no
Ejecutiva respecto al CC, en una puede definirse ni como "buro-
situación en la cual muchos ma- crático-monolítico" ni como "de-
nifiestan sus opiniones y pocos mocrático-plural". Paradójicamen-
deciden. d) La actividad extra- te las denuncias, vergonzosamente
parlamentaria es tan débil que revueltistas, nos muestran un par-
"varios dirigentes de masas se han tido que no es proletario ni
ido alejando de las labores de di- por su línea, ni por su estructura
rección". Por otra parte, el lega- orgánica, ni por su composición
lismo del partido lo aleja de los empírica, sino un partido de in-
movimientos de masas, que son telectuales integrantes de "la ei•
constantemente ilegales y repri- fera política burguesa" (sic). Sin
midos. e) El partido se va convir- embargo, el documento sigue tra-
tiendo en "parte integrante de la tando al partido como un "poqui-
esfera política burguesa del sis- to" proletario y por ello en peli-
tema". f) Más de la mitad de los gro de una reenajenación al bu-
miembros del partido son intelec- rocratismo y al reformismo.
tuales. El partido aparece como La tibieza y el centrismo del
un partido de las "clases medias". documento no sólo tiene como
Lo primero que salta a la vista fundamento el revueltismo ver-
en las anteriores afirmaciones ade- gonzante y moderado ya expues-
más de la irrealidad histórica no to, sino que sugiere un recalenta-
confesada, es una extraña incohe- miento de las críticas de la iz-
rencia: el partido ha tenido gran- quierda socialdemócrata a los
des victorias, dice el documento, grandes partidos tradicionales.
Buena parte de las afirmaciones
que expresa la "Tendencia reno-
vadora" recuerdan los puntos de
vista formulados por toda una
gama de socialdemócratas que van
desde Kautsky hasta Gramsci, pa-
sando por Rosa Luxemburgo y
Lenin. La historia mostró que la
táctica centrista de hacer evolucio-
nar a los partidos socialdemócra-
tas hacia posiciones revoluciona-
rias fue un rotundo fracaso que
culminó con la "bancarrota de la
segunda internacional" y el asesi-
nato de Rosa Luxemburgo y Lieb-
knecht, para no mencionar defor-
maciones similares que aparecie-
ron en la III Internacional.
29
 En una nota, por demás confu-
sa, Roger Bartra encuentra el an-
tecedente de la posición de Semo
en un documento del joven
Gramsci. Si bien parece ser exac-
ta esta vinculación nos parecen
incorrectas las conclusiones que el
autor deriva de ella. Según Bar-
tra, Semo comete una extrapola-
ción histórica al proponer un mo-
delo partidario que fue elabora-
do tomando en cuenta la inme-
diata conquista del poder, como
se planteaba en Italia en 1920.
¡ Por lo visto Bartra es partida-
rio de un modelo socialdemócra-
ta de organización en los perio-
dos de paz social, cuando la lucha
por el poder no se plantea a cor-
to plazo! En este sentido, la posi-
ción de Bartra se sitúa a años luz
de la tardía ruptura de la izquier-
da con la socialdemocracia y no
es extraño que nuestro teórico
prefiera basarse en el Gramsci
maduro (el del "bloque históri-
co" y la conciliación con Stalin)
que fue el fundador y es el guía
espiritual de esa extensión del Es-
tado burgués representada por el
Partido Comunista Italiano.
Bartra y Semo coinciden en
un punto fundamental. Mientras
que éste plantea que José Re-
vueltas cometió el error de no
ver la posibilidad de la conquis-
ta gradual de la realidad históri-
ca por parte del partido (o que
en términos reales significa que
cometió el error de dejarse expul-
sar por el PC), Bartra sostiene que
es mesianismo espartaquista pro-
poner la creación de un nuevo
partido cada vez que alguien lu-
cha o se imagina luchar contra
el reformismo. De esta manera
Bartra expresa, al igual que la
resolución XXII Pleno del CC,
una pura y llana posición social-
demócrata, vestida, es verdad, de
comunista, pero consiguiendo los
mismos resultados que la mona
que se vistió de seda.
- m-
En apariencia, el "grupo de los
13" se ubica en posiciones más
avanzadas que la mayoría. Sin es-
fuerzo podría hablarse de que la
Tendencia renovadora represen-
ta el ala izquierda de la dirección
del PCM frente al ala derecha de
30
la mayoría. De aquí a pensar
que la minoría, de triunfar en sus
posiciones en el XIX Congreso, po-
dría llevar al partido a asumir
plenamente la "autocrítica" que
pedía Revueltas y a emprender,
por ende, un camino independien-
te y revolucionario, hay un paso
y representa una vigorosa tenta-
ción. Pero analicemos más pro-
fundamente el problema. Las dos
alas del partido, la izquierda mi-
noritaria y la derecha mayorita-
ria, no son en realidad la pugna
entre un sector que expresa los
intereses obreros y otro que re-
presenta los pequeño-burgueses o
intelectuales. Se trata más bien
del ala izquierda de un partido
irreal y del ala derecha de un par-
tido irreal. Como la irrealidad
histórica de un partido lo define
a todo él como un organismo que,
en su estructura fáctica, no repre-
senta los intereses históricos de la
clase obrera, tanto un ala como
otra (o las diferentes corrientes
de opinión que hacen ahora su
agosto en un PC ecléctico y "plu-
ralista") no son sino el conflicto
tormentoso de tendencias que,
desde el punto de vista de la clase
obrera, se configuran como fan-
tasmales, como la tesis y la antí-
tesis de los espectros. Si el parti-
do de los setentas, como dijimos,
se caracterizaba por su irrealidad-
aislamiento y el de los ochentas
por su irrealidad-participación,
conviene hacer notar que, en su
"etapa de transición" y casi con un
pie en el estribo del XIX Congre-
so, el PC actual se desdobla, en
lo que a la irrealidad-participa-
ción se refiere, en dos proyectos
diferentes: el de la mayoría (ex-
presado en el documento En de-
fensa de la política del PCM, Re-
solución del XXII Pleno del CC
del PCM que se define como
una irrealidad-participación demo-
crático-parlamentaria (en que el
obrerismo del que hacen gala re-
sulta ostensiblemente abstracto y
formal) y el de la minoría que se
define como una irrealidad-parti-
cipación proletarizante. Ninguna
de las alas, como puede verse, se
propone abandonar la irrealidad-
histórica del partido. Están ena-
jenadas, continúan estándolo, no
pueden dejar de estarlo, a la idea,
la convicción o el engaño de que
el partido, aunque haya cometí-
do tales o cuales errores, es la
cabeza, el proyecto de cabeza o al
menos uno de los hemisferios que,
unido al de los otros grupos de
la "Coalición de izquierda", cons-
tituye el cerebro de la clase obre-
ra mexicana. La troglodita res-
puesta de la mayoría -nuevo
ejemplo de la ya tradicional for-
ma de enredar las cosas, utilizar
falsos silogismos, dar gato por lie-
bre, ocultar, manipular, etcétera-
no merece ser comentada aquí.
Pero resulta patente que tanto
de ella, como de las posiciones de
la minoría, se deducen diferen-
tes formas de participar (coin-
cidentes, desde luego, en el espe-
jismo de creer que participar
equivale a ser reales históricamen-
te). El ala izquierda del partido
irreal, decíamos, aparentemente
se sitúa en posiciones más avan-
zadas. Pero como su "proletariza-
ción" es formal -pone, verbigra-
cia, el acento en la composición
obrera del partido, lo cual está
bien; pero no en la línea política
que exprese los intereses históricos
de dicha clase no sólo contra el ca-
pital y su oligarquía, sino contra
las usurpaciones tecnoburocráti-
cas presentes y futuras de la in-
telectualidad- la posibilidad de
su realización práctica resulta en
cierto sentido más peligrosa para
la política revolucionaria nacio-
nal que la irrealidad-participa-
ción democrático-parlamentaria de
la mayoría. Se podría afirmar
que, de la misma manera que la
irrealidad-participación es más
irreal desde el punto de vista de
las posiciones de la clase obrera,
que la realidad-aislamiento, Ja
irrealidad-participación proletari•
zante es más irreal, enfocada des-
- ,t .. , -
 •
¡
de las mismas posIC10nes, que la
1
irrealidad-participación democrá-
tico-parlamentaria. ¿Cuál es la ra-
zón de ello? Su fundamento resi-
de en el hecho de que la línea de-
mocrático-parlamentaria de parti-
cipación (preconizada por la ma-
yoría) tiene entretenido al parti-
do, por así decirlo, fundamental-
1
mente en las labores electorales,
¡ "parlamentarias" y estudiantiles,
lo cual permite a una izquierda
:
más revolucionaria, como está
ocurriendo, trabajar preferente-
mente a nivel de las bases obre-
ras y campesinas. El carácter pe-
queño-burgués y reformista de la
mayoría del PC le viene como
anillo al dedo, por consiguiente,
al traba jo popular tle la izquier-
da revolucionaria que ha prescin-
dido frecuentemente de la concu-
rrencia perturbadora de los miem
bros del PC. La línea práctica
que se deduce, en cambio, de la
minoría, resulta más peligrosa,
para el movimiento revoluciona-
rio, porque intenta dar un vuel-
co al carácter de su participación.
Menos actividad parlamentaria,
t¡ parece decirnos, y más lucha obre-
ro-campesina. Si esta orientación
política predominase a partir del
.,
XIX Congreso, la izquie.rcla revo-
lucionaria tendría que competir,
en su lucha cotidiana, c0n un PC
lanzado en busca de su conver-
sión, de "partido de masas" pe-
queño-burguesas, intelectuales, et•
cétera, en "partido de masas"
obreras y campesinas. Y lo que es
peor: Si el PC tuviera un buen
éxito en esta línea -ya que un
partido puede obtener victorias en
diversos sentidos que no coinci-
\\ den en el fondo con los intereses
cardinales del proletariado ma-
':
nual-, si se convirtiera en un
gran partido "obrero y campesi-
no", representaría un enorme ries-
go porque sometería, como los
grandes partidos socialdemócratas
o eurocomunistas, a grandes con-
tingentes populares al control de
un aparato irreal históricamente
desde el punto de vista de la clase
obrera, pero profundamente real
desde el punto de vista de la co-
li laboración con el establecimiento.
1 Pensamos, sin embargo, que la mi-
noría tiene la posibilidad de esca-
1, par de las negras consecuencias
' 1' implicadas en su tímida crítica
1
del partido actual: ir al fondo de
¡,
i
!,
la cuestión. No servirse de Re-
vueltas, sino asumir las tesis de
Revueltas. No hablar medrosa,
confusamente y en abstracto de
la necesidad de que la clase obre-
ra realice su autocrítica y que se
lleve a buen término el proceso
de recreación del partido, sino re-
conocer sin tapujos que en Méxi-
co no existe todavía el partido de
la clase obrera, que ni el PCM,
ni la Coalición de izquierda, ni
ninguno de los partidos, grupos
y grupúsculos constituyen, ni jun-
tos ni separados, tal partido. Re-
conocer, además, que ni la parti-
cipación actual del partido (la
democrático-parlamentaria) ni la
por ellos entrevista (la proletari-
zante) da realidad histórica al PC.
Y poner así las bases, con este re-
conocimiento, para luchar por un
partido obrero-campesino que no
sólo se proponga destruir, en la
coyuntura adecuada, el capitalis-
mo en esta parte del mundo, sino
construir el socialismo.
A nuestro parecer, se puede ha-
blar de dos tipos de partidos re-
volucionarios. Por un lado están
los partidos cuya actividad tiende
a la destrucción del capitalismo
(partidos-destrucción). Un parti-
do destructor del capitalismo es
aquel que se define por una re<!•
lidad teórica precisa y la prácti-
ca revolucionaria acorde a ella,
cosa que no ocurre en el PC, da-
da la irrealidad teórica (y no sólo
histórica) de tal partido. El ca-
rácter revolucionario de estos par-
tidos cesa desde el momento en
que, una vez destruido ei: lo ese~-
cial el modo de producoón capi-
talista, se muestran incapaces de
construir el socialismo, dando lu-
gar, por el contrario, a la confi-
guración de un Estado tecnoburo-
crático. El carácter de clase de es-
tos partidos consiste en la expre-
sión de los intereses históricos de
la clase intelectual, los cuales im-
plican la destrucción del modo
capitalista de producción a fin de
implantar una sociedad en la cual
la tecnoburocracia, gracias a la
monopolización que ejerce sobre
aquella suma de experiencias y
conocimientos indispensables pa-
ra la gestión política y económica
de la sociedad, se convierte en
una nueva clase dominante que
usufructúa el excedente social.
~-------- -
Los partidos-destrucción son
aliados importantes del proleta-
riado manual durante la lucha
anticapitalista, pero francos ene-
migos durante la fase constructi-
va, socialista. Los partidos destruc-
ción-construcción, en cambio, son
aquellos partidos capaces de diri-
gir no sólo la destrucción del ca-
pitalismo sino la construcción del
socialismo, como una formación
social, en la cual, simultáneamen-
te a la puesta en marcha de la
revolución cultural, la gestión so-
cial esté en manos de los traba-
jadores manuales libremente aso-
ciados, y no en la de sus "repre-
sentantes" tecnoburocráticos.
El PCM no ha sido ni es nin-
guno de los dos tipos de partido.
En el pasado fue un grupúsculo
carente de peso político en la es-
cena de la política nacional, un
partido fantasmal casi empírica-
mente. En la actualidad es un
partido reformista de hecho y re-
volucionario de palabra. Un or-
ganismo político con influencia
fuerte en el algunos sectores in-
telectuales, pero más irreal que
nunca dada su institucionalización
bajo la mamila parlamentaria del
Estado. Partido que supone la
preeminencia del "juego parla-
mentario" (en un país donde tam-
bién el parlamento carece de rea-
lidad histórica) por encima de la
independencia de la clase obrera
y los campesinos. En el caso de
las explosiones revolucionarias,
los partidos irreales pueden inten-
tar "subirse al tren" para encau-
zar el movimiento a su favor, ya
sea en un sentido burgués o en
un sentido tecnoburocrático. No
tienen, por eso, nada en común
con aquellos partidos destrucción-
construcción que, luchando por
los intereses históricos del prole-
tariado manual y contando con
la participación revolucionaria de
los intelectuales que asuman esos
mismos objetivos, coadyuven a
realizar la emancipación de la
clase obrera por ella misma.
Enrique González Rojo
Enrique González Phillips
Andrés German Pérez
Valladares
GRUPO ESPARTAQUISMO
INTEGRALREVOLUCióN
ARTICULADA
31
--~~~
 LA HUELGA
HULERA
Marx y Engels puntualizaron
en El Manifiesto del Partido Co-
munista: "Ser capitalista signifi-
ca ocupar, no sólo una posición
puramente personal en la pro-
ducción,, sino también una posi-
ción social. El capital es un pro-
ducto colectivo; no puede ser
puesto en movimiento sino por la
actividad de muchos miembros
de la sociedad.
El capital no es, pues, una
fuerza personal; es una fuerza
social".
Para los trabajadores de la In-
dustria Hulera la anterior afir-
mación es una verdad que viene
a confirmarnos, una vez más, que
la lucha contra el capital es poco
efectiva desde los sindicatos indi-
viduales o de rama,1 si no tiende
a generalizarse a otros sectores de
la clase obrera.
La austeridad en los salarios,
la constante inflación y el despo-
tismo que día a día oprimen a
los obreros, obligaron a los tra-
bajadores a presionar a sus direc-
ciones sindicales para hacer efec-
tivo un movimiento que parali-
zaría la totalidad de la rama hu-
lera. Se formó entonces un frente
democrático de sindicatos de las
principales empresas llanteras:
Firestone, Euzkadi y Uniroyal,
quedando a la expectativa Good
Year Oxo y General Popo. Por
diferencias de sus Líderes no se
integraron al frente de una ma-
nera total.
32
La Coalición Nacional de la In-
dustria Hulera emplazó a huelga
por revisión de contrato colecti-
vo. En años anteriores había sido
derrotada por las empresas llan-
teras. Los empresarios, en abierta
colusión con el Estado mexicano,
habían liberado la fracción aran-
celaria de llantas y con ello la
posibilidad de importar libremen-
te neumáticos para su venta en
el mercado nacional. Tal libera-
ción fue otorgada por la Secreta-
ría de Comercio en julio de 1978
y ha servido para:
!.-Ejercer una función de es-
quirolaje a los huelguistas, pues
al importar las llantas se puede
satisfacer la demanda nacional
sin necesitar la producción nacio-
nal, neutralizando así la huelga
como arma de los trabajadores.
2.-Favorecer a sus casas matri-
ces que, a causa de la crisis en la
industria automotriz, se han que-
dado con grandes cantidades de
llantas almacenadas, teniendo que
hacer cortes de personal para
mantener su alta tasa de ganan-
oas.
Los empresarios se mostraron
intransigentes y la huelga fue in-
minente: 12 000 obreros de la ra-
ma hulera cerraron las puertas
de las fábricas de llantas más im-
portantes en México. Sus deman-
das: 55% de aumento en los sa-
larios e igualdad remunerativa en
todas las plantas a nivel nacional.
Esta última medida busca dar
garantías a los trabajadores, pues
la empresa abre plantas en pro-
vincia donde el salario mínimo
es menor y los trabajadores no
están sindicalizados (u organiza-
dos). Los trabajadores con esta
demanda, garantizan que no se
trasladen las fábricas como es el
caso de General Motors.
Situados frente a frente, capi-
tal y asalariados, éstos están en
desventaja, pues el primero se ha-
ya organizado, cuenta con el apo-
yo de otros sectores: capital finan-
ciero: BANAMEX, Bolsa de Va-
lores, capital burocrático, funcio-
narios, etcétera.
1 Es nuestro interés que los trabajado-
res no consideren a los sindicatos como
la única forma organizativa que posi-
bilita el despliegue de sus potenciali-
dades revolucionarias, creencia que por
demás ha sido fomentada y extendida
por el Estado, los partidos y los gru-
pos oportunistas de derecha, sino que
tomen conciencia de que existen otras
fonnas más avanzadas, como los co-
mités de base, los consejos de fábrica,
los comités de lucha, etcétera, que ellos
los comités de lucha, etcétera ... , que
ellos mismos han forjado en el desarro-
llo de su lucha en contra del capital.
Los trabajadores deberán crear es•
tas formas por sí mismos al margen
de los ,grupos o partidos burocráticos.
En esencia, no se trata de reivindicar
como principal tal o cual forma, ya
sea esta sindicato, consejo de fábrica,
partido, etcétera... (como lo hacen
los leninistas, consejistas, sindicalistas,
etcétera), sino poner énfasis en la ca-
pacidad de autorganización del pro-
letariado, en el desenvolvimiento per-
manente de la autoconciencia del su-
jeto revolucionario.
 Los trabajadores sólo contaron
con la escasa solidaridad brinda-
da, el "apoyo" de la CTM y su
propia organización.
Las huelgas han sido inofensi-
vas para el capital y han sido pro-
gramadas dentro de los costos; las
ganancias de los capitalistas Han-
teros no sólo no han tenido pér-
didas, sino que se han incremen-
tado,
En los últimos tres años, las
empresas han aumentado su índice
de importaciones hasta un 40% .2
En esta ocasión la Coalición
Nacional de la Industria Hulera
solicitó que se frenara la impor-
tación desmedida de llantas, por
ser una acción que lesionaba el
movimiento. No hubo respuesta
favorable de la Secretaría de Co-
merc10.
Las autoridades laborales, como
ya es su costumbre, ayudaron al
capital a demorar los arreglos de
la huelga haciendo todo lo posi-
ble por perjudicar a los trabaja-
dores, controlándolos y sometién-
dolos desde el estrecho marco ju-
rídico de las leyes burguesas.
La derrota no fue simplemen-
te lograda por el capital, sino que
los sindicatos contribuyeron a ella
en gran medida. No obstante que
en un principio se materializó la
unidad de los sindicatos y que
sus bases tuvieron contacto, la
acción funesta de los líderes con-
trarrestó toda potencialidad de
los trabajadores desmoralizándo-
los. David Romero, del Sindicato
de General Popo y Sergio Pérez
Tovar, de Good Year Oxo, atados
a los empresarios por compromi- ello crea técnicos especializados
sos políticos y económicos, habían pués de iniciada la huelga, los
en problemas laborales y les da sindicatos aceptaron sólo el 32.5%
iniciado el fraccionamiento desde una posición privilegiada. · Esto
antes de la huelga. Los sindica- y nada obtuvieron en la iguala-
genera un interés distinto entre ción de salarios para todas las
tos, obstinados en el leg-alismo y dirigentes y dirigidos. plantas. Las enseñanzas: los diri-
nacionalismo como alternativas Luchar por mejorar el salario
únicas, empantanaron al movi- gentes sindicales se unen como
es atacar la forma y no la raíz: direcciones, sin participación di-
miento. el problema nunca ha sido el recta de la base.
El sindicato como tal, tiene mu- monto del salario, sino el salario
chas limitaciones: es una organi- mismo. Está les permite manipular y
zación que se desenvuelve legal- Por otra parte está el naciona- neg-ociar libremente los intereses
mente en el marco que impone lismo de los líderes: mientras és- del trabajador. Toda dirección
el capital y contrae compromisos tos atacaban verbalmente a las sindical es, en germen, fuente de
de legalidad frente al Estado. transnacionales, el capital nacio- desmoralización y de traición de
El desarrollo del capitalismo nal y el estadunidense se aliaron los asalariados.
ha obligado a los sindicatos a sa- en un neg-ocio común: derrotar
car de los centros de trabajo a a los huelguistas para seguir ex-
los elementos más destacados, plotando su traba jo. Artículo "En el ámbito laboral" los
pronósti cos se cumplen" aparecido en
concentrándolos en oficinas, fue- De un 55% de aumento exig-i- la publicación qnin cenal Expansión.
ra del proceso productivo. Con do en los salarios, 4 meses des- Año XIII. Vol. XllI. N"' 314, pág. 19.

33
STUNAM:
El compromiso ·tácito
El pasado mes de marzo se lle-
vó a cabo un congreso de mili-
tantes del PCM (Partido Comu-
nista Mexicano) afiliados al
STUNAiM (Sindicato de Traba-
jadores de la Universidad Nacio-
nal Autónoma de ?\féxico).
Tres eran los propósitos de la
reunión: hacer un balance del
trabajo del partido al frente del
sindicato; adoptar un programa
de unidad democrática, y desig-
nar candidatos para las elecciones
generales del comité ejecutivo, a
realizarse durante el mes de abr il.
Como era de esperarse, la di-
rección sindical en manos de Eva-
risto Pérez Arreola, desarrolló un
trabajo previo al congreso para
procurar que su informe como
secretario general del STUNA?\I,
las proposiciones de programa y
los candidatos fabricados en la
cúspide del partido, fueran acep-
tados por los allí reunidos. Sin
embargo, algunos miembros del
propio comité ejecutivo y varios
militantes de base manifestaron
críticas a la camarilla de Pérez
Arreola, acusándolos de corrup-
ción y de graves desviaciones de
la línea sindical. Las críticas gi-
raron en torno al manejo de las
cuotas sindicales y al consabido
proceso de burocratización que
vive el sindicato desde su funda-
ción a la fecha . Se habló, por
ejemplo, de la falta de autono-
mía de las secciones para tomar
parte en las decisiones respecto
al ingreso y promoción del perso-
34
nal. De los precarias recursos que
de las cuotas sindicales adminis-
tran las secciones y de la conse-
cuente centralización firn1nciera
del comité ejecutivo (el 75% de
las cuotas son para la comisión
central de finanzas, el resto para
las secciones).
Por otra parte, se cuestionó el
procedimiento de creación del
SUNTU (Sindicato U nico N acio-
nal de Trabajadores Universita-
rios) y la canalización de enormes
recursos económicos para su cons-
titución.
Por último, se cuestionaron
también los métodos de trabajo
político entre los profesores, - lo
cual condujo a la pérdida, por
parte del STUNAM, del recuen-
to efectuado a finales de 1980
para resolver si era la A/A1PAU-
NAM (Asociaciones Autónomas
del Personal Académico de la
UNAM), o el STUNAM el titu-
lar del contrato colectivo del per-
sonal docente.
Estos señalamientos molestaron
a los burócratas del PCM acos-
tumbrados a dirigir con apego a
la disciplina autoritaria y con el
criterio de "unidad" ante las elec-
ciones en puerta. Empero, el con-
greso tuvo que finalizar sin haber
resuelto las cuestiones tratadas.
Días más tarde, la discusión fue
trasladada al seno de la CR (Co-
rriente Roja), organismo que
agrupa a los miembros del PCM
como a trabajadores y profesores
que no forman parte de dicho
partido. Allí la opos1c10n y las
divergencias se profundizaron, he-
cho que no representó obstáculo
para que Pérez Arreola y Eleázar
Morales fueran designados candi-
datos de la planilla U ni dad De-
mocrática, lo cual provocó que
una minoría de la Corriente Ro-
ja decidiera escindirse del orga-
nismo y, en algunos casos, hasta
del propio partido. Este sector*
apoyó su decisióp argumentando
que los funcionarios sindicales
habían llevado a votar a personas
ajenas al sindicato para así lograr
la mayoría.
Paralelamente a estos sucesos,
las otras corrientes que le dispu-
tan al PCM la hegemonía en la
dirección sindical se aprestaban a
sacar sus planillas para la con-
tienda electoral. Esas corrientes
son: el BFD {Bloque de Fuerzas
Democráticas) y el CUP (Colegio
Universitario de Profesores) que
lanzó la planilla "Cambio".
En los programas electorales
de estas corrientes "opositoras"
destacaban puntos como _"no re-
elección", "no al Congreso del
Trabajo", "plazas y viviendas con-
troladas por la base", "unidad
con el movimiento estudiantil",
"reestructuración del STUNAM
desde la base", "cuentas claras de
finanzas", "aumento de salarios y
retabulación generales" y "con-
trato colectivo único".
* Este sector adoptó el nombre de co-
rriente sindical "R esurgimiento;' y lla-
mó a votar por la planilla "Cambio".
 Los resultados del proceso elec-
toral fueron como sigue:
!.-Planilla Unión Demo-
crática . . . . . . . . . . . . . . 55%
2.-Planilla Bloque de Fuer-
zas Democráticas . . . . . 27%
3.-Planilla Cambio . . . . . 18%
4.-Abstenciones * . . . . . . . 35%
Fuente: Boletín informativo de
la comisión electoral.
* La cantidad de abstenciones se estima
en base a encuestas de opinión. No
fueron publicadas las cifras de absten-
cionismo.
La reelección de Pérez Arreola
y Eleázar Morales en el, comité
ejecutivo del STUNAtM merece
algunos comentarios que permi-
tan la discusión y la acción con-
secuentes por parte de los traba-
jadores.
Una primera cuestión que de-
be ser reconocida es que el sindi-
calismo en la universidad se ha
desenvuelto en los marcos de una
vida sindical interna antidemo-
crática y de una ausencia de par-
ticipación real de los trabajado-
res en las decisiones de política
general. Habría que ver cómo las
asambleas seccionales se caracte-
. rizan por escasa asistencia, redu-
cida a los miembros de las orga-
nizaciones políticas y a ciertos ac-
tivistas de base. En el CGR (Con-
sejo General de Representantes)
la inmensa mayoría de sus miem-
bros son profesores e investigado-
res afiliados o seguidores del
PCM, el PRT, la LOM y otras
corrientes similares que han man-
tenido un compromiso de unidad
bajo el principio de la represen-
tatividad de todas las corrientes
en los órganos de dirección. De
esta manera, la hegemonía del
PCM está basada por un lado, en
el interés de todos los grupos po-
líticos que participan en la direc-
ción del sindicato, para conser-
var la estructura bGrocrática del
STUNAM y para evitar a toda
costa cualquier forma de organi-
zación autónoma de los trabaja-
dores que cuestione o debilite sus
posiciones. Toda crítica o prooo-
sición de política o de organiza-
ción desde abajo es calificada de
antisindical y oatronal. existien-
do una represión ideo1Óg-ica y po-
lítica frente a toda disidencia que
provenga de los trabajadores in-
dependientes o de sectores políti-
cos ajenos al poder sindical. Por
otro lado, esta hegemonía del
PCM expresada en el triunfo
electoral es el producto del can-
sancio y la desmoralización de
muchos trabajadores y no pocos
profesores que ante el proceso de
capitulación y oportunismo de los
funcionarios y representantes sin-
dicales ven al sindicato como una
institución ajena a sus intereses
Sin embargo cabría preguntarse:
¿por q~é no ha surgido una ver-
dadera organización revoluciona-
ria?
::··•;•::: ~ :::•❖•t
;: ~i\'.Os iJ
~;::-;\
La respuesta debe contemplar
varios aspectos.
En primer término, cabe seña-
lar que entre los trabajadores ad-
ministrativos y docentes existe to-
davía una fe supersticiosa en las
instituciones sindicales y partidis-
tas. No conciben la posibilidad
real de que el sindicato y los par-
tidos políticos jueguen hoy el pa-
pel de mantenedores del orden
económico ·y político capitalista,
dentro del cual dichas institucio-
nes tienen la función de mante-
ner el sistema de trabajo asala-
riado sirviendo de freno a toda
tendencia del movimiento social
que apunte a la abolición del
asalariado y el capital y sus rela-
ciones recíprocas.
En segundo término, es claro
que las corrientes sindicales que
hoy se presentan ante las bases
como opositoras al PCM, en rea-
lidad no lo son; sus llamados a
los trabajadores para que criti-
quen la corrupción y el burocra-
tismo del comité ejecutivo, son
meros llamados para cosechar
votos en coyunturas electorales,
demagogia que oculta su compli-
cidad en toda la política seguida
por el bloque dirigente del cual
ellos forman parte. La cuestión
final que debe esclarecerse radi-
ca en saber si un simple cambio
en la hegemonía de la estructura
del poder sindical, es decir, la
sustitución de unos burócratas
por otros en los órganos directi-
vos representa el interés real de
los asalariados.
Nosotros creemos que en la
Universidad, como en otros luga-
res, los trabajadores deben empe-
zar a echar andar sus propias for-
mas de organización; estas formas
de organización y lucha deben ser
independientes a las instituciones
sindicales y partidarias que han
demostrado su actividad conser-
vadora. Es necesario, pues, que
los trabajadores enarbolen sus
propias demandas y que impul-
sen a sus propios representantes,
sin mediaciones de ningún tipo.
Hay que destruir el mito, tan
arraigado en las conciencias, de
que los trabajadores son incapa-
ces para gestionar sus intereses y
que requieren de las "vanguar-
dias" esclarecidas, de los profeso-
res e intelectuales, de los parti-
dos llamados obreros para encar-
garles la negociación de sus de-
mandas frente a los patrones. Só-
lo cuando los trabajadores se en-
caminen por esta ruta será llena-
do el vacío político y organizati-
vo que se manifestó en los resul-
tados electorales y el abstencio-
nismo significativo, del cual nin-
guna planilla ofreció datos.
35
 LA PARADOJA DE MEXICO
(SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE)
Por David Rousset
¿Pbede explicarse esto con el estancamiento?
El desarrollo de la economía mexicana registra,
desde hace veinte años, uno de los coeficientes más
elevados del mundo: el 6%. Y en el sector industrial,
del 7 al 10 por ciento. México dispone hoy de cua-
tro veces más kilómetros de carreteras, de cuatro
veces más kilovatios, de tres veces más petróleo que
veinticinco años atrás.
¿Entonces? Entonces, ¿es acaso el Partido y la
técnica del poder?
El Partido es principalmente una combinación
orgánica de varios aparatos. Y éste es el primer prin-
cipio de su fuerza. Calles se sirvió, para crearlo, de
la palanca sindical.
En el centro del andamiaje propiamente dicho
del PRI se hallan el Comité directivo nacional y
los Comités directivos de Estado. En cada Estado
se encuentra la misma organización: comités de dis-
trito, comités municipales y secciones electorales.
Las diferencias que pueden observarse son secunda-
rias y se deben a menudo a tradiciones locales. En
Yucatán no existen los comités de distrito, pero se
han adoptado las normas del antiguo Partido So-
cialista, que continúa desempeñando un papel im-
portante en la reagrupación de los intelectuales.
El presidente y el secretario general del Comité
nacional nombran a todos los responsables hasta el
nivel del ,C omité municipal. He aquí el procedi-
miento que se sigue, en general: el Comité directivo
del Estado del Partido, por mediación del Comi-
té municipal, convoca a una asamblea de la sec-
ción electoral y delega en ella a dos miembros. Los
responsables de la sección son elegidos individual-
mente y por aclamación. Los cargos no son perma-
nentes. Por lo demás, son pocos los puestos perma-
nentes en los distintos escalofones. La mayoría de
los responsables trabaja en la Administración, en
36
* Artículo aparecido en la revista Cuadernos N• 83, de abril
de 1964, París, Francia. David Rousset es autor también de
La société éclatée obra importante de análisis del Régimen
Político Soviético. Actualmente inédita en español.
la industria y en la entidades comerciales. General-
mente dedican la tardes a las actiYidades del Par-
tido. El Comité municipal concede una modesta
ayuda financiera a las seccione para los gastos de
tra lado, de correspondencia, etcétera. No existe una
tarifa fija para las cotizaciones. Cada cual da según
sus posibilidades, pues de no ser así, en las regiones
pobres, mucha gente quedaría eliminada del Parti-
do por falta de medios. Las cotizaciones se perci-
ben con más o menos regularidad. La Asamblea reu-
nida al nivel del Consejo municipal, que agrupa a
representantes del Partido y de otros tres aparatos
asociados, teniendo en cuenta las recomendaciones
de las secciones, de los sindicatos y de las organiza-
ciones profesionales, y después de examinar los an-
tecedentes de los candidatos, aprueba una lista de
responsables, que el Comité municipal propone a la
decisión del Comité directivo nacional. A cada pro-
posición nominal va unido un curriculum vitae
detallado del candidato. El presidente y el secretario
general firman los nombramientos en la capital.
Esta administración central está extraordinaria-
mente ramificada. En Yucatán cuenta con 106 Co-
mités municipales y 688 secciones electorales. La
composición de los comités es uniforme en todos
los escalafones: un presidente, un secretario gene-
ral, un secretario de organización, un secretario de
acción política y un secretario de acción social. En
el Comité directivo de Estado, el secretario político
está encargado, no sólo de intervenir en la vida in-
terior del Partido, sino también en las relaciones
entre éste y la Administración del Estado.
Las relaciones entre esta Administración y el
aparato del Partido se basan en reglas no escritas.
En principio no está prohibido acumular responsa-
bilidades en el Partido y en el Estado, pero en la
práctica las funciones están separadas. Un respon-
 sable del Partido, elegido o designado para un cargo
directivo del Estado, dimite su función política. Pe-
ro esto no impide que la lista de los candidatos al
Comité directivo de Estado del Partido, antes de
ser enviada al Comité nacional, sea sometida por
cortesía al gobernador. En Guanajuato, por ejem-
plo, cuando en el curso de una asamblea pública
y solemne, el gobernador designa a los miembros
de su gabinete, propone asimismo al presidente del
Comité de Estado del Partido. Pero no hace la pro-
posició!'! en su calidad de gobernador, sino como
miembro preeminente del Partido.
El cargo de responsable del Partido, que se ob-
tiene por elección, dura tres años. Los responsables
pueden ser reelegidos.
Este aparato central, que constituye la espina
dorsal del Partido, va acompañado de otros tres: la
Confederación de los Trabajadores, la Confedera-
ción Campesina y las Organizaciones Profesionales.
Los sindicatos obreros y campesinos representan una
fuerza considerable. La Confederación de los Tra-
bajadores Mexicanos cuenta con más de un millón
y medio de afiliados, es decir, el 75 por ciento de
todos los asalariados. La Confederación Nacional
de los Campesinos ejerce un monopolio de hecho Estas zonas corresponden a sectores económicos par-
en el campo. La tentativa de crear algunos grupos ticulares, a municipios o agrupaciones de aldeas
de izquierda, indirectamente sostenida, según pare- que representan intereses mancomunados. El presi-
ce, por Cárdenas, a principios de 1963, para consti- dente y el secretario general del Comité nacional y
tuir una central campesina independiente, ha fra- los miembros del Comité directivo de Estado se
casado hasta ahora. El aparato de las Organizacio- trasladan a cada una de dichas zonas. Se lanza un
nes Profesionales abarca, en una vasta complejidad, llamamiento público para que la población prepare
las profesiones liberales, el mundo de la industria en todas partes pliegos de reivindicaciones. Existe
y las esferas comerciales. Estos tres aparatos están un hecho muy notable que merece recalcarse: para
incorporados en todos los escalafones del Partido, este trabajo se convoca a la población entera y no
hasta el nivel del Comité municipal. Los miembros sólo al Partido. El lugar y la fecha en que deben
de cada una de estas organizaciones son considerados entregarse los informes se anuncian de manera que
automáticamente como afiliados al PRI. El secreta- nadie pueda ignorarlos. Entonces se constituyen co-
rio general del Partido, Alfonso Corona del Rosal, misiones en cada localidad. En los distritos y en las
me ha asegurado que aquél contaba con siete mi- aldeas, la persona más competente, la que sabe es-
llones de adherentes. cribir, es la encargada de redactar las proposiciones
Gracias a su aparato central y a sus ramificacio- y las reivindicaciones que se le someten. Los miem-
nes sindicales y corporativas, el PRI mantiene un bros de la comisión correspondiente al nivel de la
contacto permanente y vivo con la opinión. La cam- sección electoral firman los informes definitivos. Es-
paña de programación que precede y prepara la tos miembros son designados en el curso de reunio-
campaña electoral, suministra una clara ilustración nes de las aldeas y de los distritos. La asamblea de
sobre esto. Es el segundo principio en que se basa los delegados de una zona se reúne en una aldea
la fuerza del Partido. determinada. Con antelación, un miembro del Par-
La Convención nacional que designa al candida- tido ha sido nombrado como coordinador encargado
to a la Presidencia aprueba también el programa de de agrupar y seleccionar los informes. Estos informes
la futura legislación. La elaboración de este programa son entregados a un Comité especial de cuatro
da origen a un vasto despliegue de investigaciones, miembros que comprende un ~elegado del Comité
de exámenes y de informaciones en todo el país. nacional, el presidente del Comité de Estado, el
El Comité directivo nacional convoca a los presi- director de los Estudios Económicos y Sociales del
dentes de los Comités directivos del Estado para dar- Partido, y el representante del gobernador, quien
les instrucciones. Siguiendo sus órdenes, en cada Es- interviene, una vez más, en calidad de persona pre-
tado se preparan y convocan asambleas de progra- eminente del Partido. Este comité especial está en-
mación. Para realizar este plan, el Estado de Gua- cargado· de preparar la Asamblea general del Es-
na juato, por ejemplo, ha sido dividido en once zonas. tado.

37
 Para facilitar su trabajo, designa cinco commo- dos como Estados, pues el Comité nacional designa
nes especiales, que se distribuyen la redacción de soberanamente a los responsables en cada Estado.
los intormes (agricultura, ganadería y bosques; tra- Esto es lo que hace la unidad nacional del Partido.
bajo y previsión social; servicios públicos; comunica- Pero cada una de sus secciones estatales está com-
ciones y transportes; asuntos generales). pletamente entregada a sus preocupaciones pro-
La Asamblea popular del Estado reúne_, en prin- vinciales. El problema del poder central sólo se
cipio, a los miembros de las comisiones y a todos aborda en las esferas superiores. A estas alturas, la
los que han trabajado para establecer los informes. técnica del poder consiste en personalizar todos los
Los miembros del Comité especial han sido desig- litigios políticos. Así sucede, pues, que los desacuer-
nados por el coordinador. El Comité y sus comisio- dos, por graves que sean, no se resuelven en un
nes preparan un informe de síntesis, que se presen- debate sobre las posiciones programáticas o estraté-
ta a la Asamblea. El informe aprobado constituye gicas. Se tratan mediante la manipulación de las
el programa económico y social del Estado. El go- personas. De este modo, las tendencias se convierten
bernador lo entrega en persona al Comité nacional. ineluctablemente en clientelas. Esto permite mante-
Paralelamente a este estudio de las necesidades ner en el seno del Partido corrientes profundamen-
del Estado, de los municipios y de las aldeas, se pro- te antagónicas. Resulta curioso comprobar que el
sigue una información análoga en el sector de las PRI extrae su fuerza de una confusión sistemática-
organizaciones profesionales. Finalmente, puesto que mente sostenida. Las actitudes claras engendrarían
un programa sólo iene valor en atención a las per- escisiones, podrían poner en entredicho la unidad.
sonas que lo aplican, el Partido une al informe Su ausencia produce el efecto de un almohadón de
aprobado el curriculum vitae de los miembros des- plumas. La verdadera ideología consiste en un culto
tacados de cada comunidad. muy vivo del pasado reYolucionario.
No hacen falta comentarios para comprender el Por último, el PRI, gracias a su monopolio del
poder de tal empresa y el sentido que da a la pobla- poder, dirige el Estado. Esta es su cuarta fuerza. El
ción de participar directamente en la vida del Es- PRI no sólo es dueño del Estado, porque es su alma
tado y en la información que hace pasar al Partido política, sino que lo domina también, porque se ha
acerca de los hombres, las necesidades verdaderas, identificado con la revolución.
las reivindicaciones, los descontentos referentes a las En efecto, no basta con que uno sea miembro
cosas y a las personas. de tal sindicato . para que vote forzosamente por el
El PRI centra muy deliberadamente las preocu- PRI. Ahora bien, el poder no obliga al elector por
paciones de sus afiliados sobre la gestión económica la violencia. Utiliza con una habilidad extrema el
y social, tratada en términos té!=nicos. El tercer prin- pasado revolucionario, del que se ha convertido en
cipio de su fuerza es su hostilidad manifiesta, aun- heredero y los privilegios del Estado.
que no escrita, contra todo lo que .se deriva de la
El campo se divide entre los pequeños propieta-
política escueta. Una campaña como la que acabo
rios y los campesinos de los ejidos. Unos y otros na-
de describir crea una mentalidad.· Acostumbra a una
cieron de la revolución, y esto tiene una importan-
población, a menudo intelectualmente frustrada, a
cia decisiva. Los primeros son partidarios de la re-
considerar sus problemas en un contexto tecnocráti-
co. Esta despolitización consciente me ha sorprendi-
do mucho. Las discusiones políticas en el sentido en
que nosotros las entendemos en Europa occidental
son muy raras y se limitan casi siempre a esferas
restringidas. Aquí tampoco hay prohibiciones. Todo
miembro de un comité o de una sección puede le-
vantarse y hacer todas las preguntas que quiera. La
prohibición sólo procede de las costumbres creadas.
El clima no se presta a ello. En general, cada cual
reacciona al nivel de su experiencia inmediata, y
reflexiona dentro del horizonte de sus competencias
y de su experiencia directa. Las oposiciones sociales
están reducidas a su expresión técnica y administra-
tiva. Es innegable que esto constituye una gran se-
guridad para el poder. En el seno del Partido, este
comportamiento hace muy difícil, sino totalmente
imposible, una reagrupación de tendencias al nivel
nacional. Esto significa que los Estados viven, celo-
sos como están de su autoridad, replegados sobre sí
mismos. No puede decirse que existan tantos partí-

38
forma agraria que les ha dado la tierra. Temen al
partido de la derecha, el PAN, que restablecería la
gran propiedad rural. Por otra parte, Cuba les ha
suministrado la prueba de que los campesinos, bajo
un poder que pretende ser comunista, pierden sus
tierras y sus bienes. Por todas estas razones, apoyan,
pues, al PRI. Su adhesión al Partido, se debe, ade-
más, a otras razones. En la política del ala alema-
nista encuentran una garantía contra la posible am-
pliación de esta otra creación de la revolución, los
ejidos. El Departamento de Agricultura, que está
encargado de todas las cuestiones relativas a la pro-
piedad y a la administración de la tierra que, de
conformidad con la Constitución, pertenece al Esta-
do, y que, como es lógico, está en manos del PRI,
entrega certificados de no afectabilidad, los cuales
deciden que tal propiedad no puede ser incorpora-
da a un ejido ni reclamada por propietarios rurales.
Finalmente, los pequeños agricultores dependen pa-
ra sus explotaciones de los créditos suministrados
por el Banco de Crédito Agrícola que, en realidad,
es gubernamental. Naturalmente, nadie les dice que
si no votan por el PRI, perderán la ventaja de los
créditos; pero esto pueden deducirlo por sí mismos.
Los campesinos de los ejid<?-s saben que el MN
les es profundamente hostil. Así pues, en el seno
del PRI, se apoyan en la tendencia de Cárdenas.
Los ejidos se extienden sobre el 50 por ciento de
las tierras cultivadas. El Departamento de Agricul-
tura designa un responsable por ejido. Estos respon-
sables forman actualmente una burocracia eviden-
temente partidaria de la permanencia del PRI en
el poder. Los ejidos se hallan, además, en estrecha
dependencia del Banco Ejidal que, al atribuirles los
créditos, determina lo que debe cultivarse, las can-
tidades de cada cosecha y el precio de venta. Por
último, un importante organismo de Estado, la Co-
nasupo, que comprende una red de almacenes y
tiendas, compra las cosechas y las vende.
La Constitución de 1917 ha concedido a los obre-
ros industriales ventajas sociales considerables, que
luego aplica la legislación del trabajo. Estos obreros
saben que si el PAN asumiera el poder, su fuerza
sindical se vería por lo menos fuertemente reducida.
También saben que si los comunistas se apodera-
sen de las riendas del Estado, transformarían sus
sindicatos en un instrumento gubernamental. Y co-
mo no ha,· otro partido que les satisfaga y que sea,
al mismo tiempo. capaz de obtener la mayoría en
las elecciones, Yotan por el PRI.
La clase media de . kxico se compone de los
funcionarios del Estado, de . obreros de los ser-
vicios públicos, de los pequeño industriales, de los
comerciantes y, desde hace una \eintena de años. de
los empleados de los banco-. de las compañías de
seguros, de los cuadros técnicos de 1~ especialis-
tas de la radio y de la televisión.
Los empleados del Estado (funcionarios admi-
nistrativos y personas de las empresas nacionalizadas)
disponen de una organización sindical extraordi-
nariamente fuerte, que disfruta de derechos in-
alienables, los cuales les permiten oponerse con una
gran eficacia al gobierno, cuando lo estiman nece-
sario, y les aseguran privilegios sustanciosos. Esta
organización es un escándalo a los ojos del PAN,
que no disimula su indignación. Es seguro que un
gobierno sometido a su influencia destruiría esa
fuerza. Por otros motivos bien conocidos, los comu-
nistas harían lo mismo. En cambio, el PRI tiene la
flexibilidad suficiente para dejarles cierta indepen-
dencia y la habilidad necesaria para imponer al go-
bierno salido de sus filas el respeto de dichas liber-
tades. He aquí por qué también los empleados del
Estado sostienen al PRI.
Los pequeños industriales y los comerciantes se
encuentra.n, en la mayoría de los casos, a merced
de los créditos gubernamentales que distribuye la
Financiera Nacional. Estos créditos ascienden ac-
tualmente a mil millones de pesos. Aquí tampoco
sostiene nadie que, si estos industriales y comercian-
tes no votasen por el PRI, les serían anulados los
créditos. Pero unos y otros están interesados en la
estabilidad del régimen y votan por el PRI.
En estas maniobras con los privilegios del Esta-
do, el PRI actúa siempre sin precipitación y en una
forma muy circunstanciada. La finura diplomática
es una segunda naturaleza de los mexicanos. En lo
que yo he podido observar, por lo menos, nadie anu-
la aquí los créditos por motivos políticos. Basta con
que ciertos mecanismos misteriosos de la Adminis-
tración se pongan en juego, como sucede en todas
partes, para que se difiera el pago de los créditos.
El PRI tampoco se ofusca con la oposición. Cual-
quiera puede practicarla y hasta públicamente, inclu-
so aquéllos cuyas empresas se saben que dependen
del gobierno. Basta con no transgredir las normas
no escritas y con no franquear una frontera que,
por lo demás, es muy movediza.
Por último, el quinto principio de la fuerza
del PRI es la no reelección para los cargos políticos
cos del Estado. Al término de su mandato de seis años,
un Presidente o un gobernador no pueden presentar
su candidatura para seguir desempeñando el cargo.
He podido observar el extraordinario apego que tie-
nen los mexicanos a este principio. Si llegara a vio-
39
larse, podría estallar la guerra civil. La no reelección
para los cargos del Estado y la reelección para los
cargos del Partido, de los sindicatos y de las corpo-
raciones constituyen la clave del régimen. Esta téc-
nica asegura la estabilidad fundamental del sistema,
su continuidad y su renovación.
La no reelección del Presidente y del goberna-
dor significa la substitución al cabo de seis años de
todo el personal político central.
Balance negativo: pérdida de tiempo, debida a
la discontinuidad, derroche de energía y de dinero
y desaprovechamiento ele hombres versados en los
negocios del Estado.
Balance positivo: la formación de una casta bu-
rocrática en el Estado resulta impracticable; la ju-
ventud puede acceder rápidamente a las funciones
directivas, lo cual polariza a muchos jóvenes en
favor del régimen. El principio desempeña, en últi-
mo término, la función de una válvula de seguri-
dad social muy eficaz. Los descontentos saben que al
cabo de seis años, de tres o de dos, el equipo que
les ha decepcionado será excluido del poder.
Este sentimiento es más sólido de lo que parece,
pues en razón de las antenas que el PRI tiene por
todo el país, puede modificar la política en muchos
puntos. Por último, el principio de no reelección
se opone a toda tentativa de dictadura. Los mexi-
canos pretenden que seis años de poder absoluto
corroen al mejor de los hombres.
Esta práctica está estrechamente ligada con una
noción esencial que explica su importancia y sus
efectos. En México, el poder nunca es una abstrac-
ción. Siempre está encarnado en un hombre, y esto
es verdad en todos los estratos sociales. El Presiden-
te de la República encarna la soberanía nacional.
Todos los demás, hasta el más modesto capataz que
actúa en un rincón perdido de la selva virgen, re-
presentan la delegación de este poder.
¿Cuál es, en el seno del Partido, el mecanismo
de la sucesión, puesto que el candidato designado
será forzosamente elegido? Este es uno de los mayo-
res misteriores de la política mexicana. Se le discu-
te hasta en los círculos más elevados, como se dis-
cute también acerca de la Santísima Trinidad. En
realidad, el Presidente en ejercicio designa a su su-
cesor; pero éste no puede ser en ningún caso un
testaferro. Debe ser auténtico. El Partido no tolera-
40
ría que el principio de la no reelección fuese defor-
mado. La historia demuestra hasta la evidencia que
el sucesor ha practicado siempre una política funda-
mentalmente distinta de la del hombre que le pre-
cedió. Desde el mandato de Alemán, se ha afirmado
la tendencia a elegir al Presidente en una esfera
muy particular, la de los licenciados.
¿En función de qué criterio le designa el Presi-
dente en ejercicio? Se califica de grandes electores
a los antiguos Presidentes que han conservado su
prestigio, tales como Cárdenas y IAl.emán. Se habla
también del secretario general del Comité nacional,
que interpreta las intenciones del Partido. Son oídos
asimismo los gobernadores. Es indiscutible que el
Presidente les consulta. Como consulta igualmente
a las organizaciones profesionales y a los sindicatos.
Sin embargo, nadie tiene poder para hacer designar
al candidato de su preferencia. En el mejor de los
casos, los más prestigiosos o los más íntimos des-
aconsejan, con las reservas habituales, como en el
Sacro Colegio. La verdad es que el Presidente en
ejercicio decide solo y en última instancia, según
su manera de ver y entender.
Esta es, en mi opinión, la técnica del poder en
México. Repito que sólo he querido describir el
mecanismo. Esta técnica plantea innumerables pro-
blemas. Para su aplicación es preciso disponer esen-
cialmente de un poderoso sector nacionalizado, pero
que coexista con una esfera económica privada, am-
plia y activa; de organizacione~ sindicales seriamen-
te implantadas en el mundo del trabajo, que estén
integradas en el Partido, pero que asuman también
completa y efectivamente su verdadera misión en
el país, en defensa de las reivindicaciones; de una
auténtica independencia del Partido en relación con
el Estado, pero que se combine con estrechos víncu-
los entre el personal del Partido y la Administra-
ción, y por último, y de una manera decisiva, es
preciso que se realice la renovación periódica y efec-
tiva de la fracción dirigente. Los mexicanos no han
intentado hacer hasta ahora el análisis teórico de
sus experiencias. Se dan por satisfechos con la prác-
tica: pero en esta práctica se revelan como expertos
mara~1illosos. Es más curioso, en cambio, que la opo-
sición no se haya esforzado más para comprender
la naturaleza del poder en México, ya ~ue sin este
esfuerzo indispensable, nunca pasará de ser una
oposición paralizada.
 PARA CUALQUIER
CRITICA, COLABORACION,
INFORMACION CONTACTO,
PEDIDOS, ETCETERA,
ESCRIBIR AL:
APARTADO POSTAL 21-961
MEXICO, D. F.

ACLARACION IMPORTANTE:

En la página 21 se da como fuente de la entrevista a

Michel Pablo a L 'Monde del día 11 de mayo de 1981.
Esta fuente corresponde al cuadro núm. 4 de la página 14.
 EL PARTIDO MEXICANO DEL PROLETARIADO:
l. Reitera que la nación de ser algo sería la
clase capitalista dominante, sostiene la validez del
internacionalismo proletario y, por tanto, es anti-
nacionalista.
2. Considera que la lucha polz'tica contra el ca-
pital es de suyo lucha contra su Estado de clase.
3. Apela a abolir mediante la revolución polí-
tica proletaria, la constitución burguesa, no a
cumplirla o respetarla.
4. Considera que la lucha de clase política con-
tra el capital es a la par lucha contra la democra-
cia burguesa y, por lo mismo, en todo mom ento
es antidemocrático.
5. Dadas las condiciones electorales recusa la
engañifa para la clase proletaria que supone su
participación y, en tal sentido, es antielectoral.
6. Considera que el parlamentarismo es inope-
rante y nocivo para la clase proletaria y , en tal
sentido, no es extraparlamentario, sino antiparla-
mentario.
7. Apoya en forma incondicional al movimien-
to de emancipación femenino y procura coady u-
var en el desarrollo de su tendencia revoluciona-
ria anticapitalista.
8. Trata de organizar a determinados sectores
de la clase proletaria, de la sección de clase pe-
queña burguesía que trabaja en los servicios mo-
dernos y de la clase campesina en f arma revolu-
cionaria, de suyo independiente del capital, de
su Estado y de los partidos y grupos burocráti-
cos de la izquierda amaestrada nacional.
9. Por el momento y en el porvenir inmediato
estima las alianzas imposibles con los partidos y
Directorio: AUTOGESTION, Publicación mensual. Registro en trámite. Apartado postal 21961. D.F. Agosto de 1981
grupos de .Ja izquierda amaestrada y poco efecti-
vas con otros microorganismos revolucionarios.
1 O. Su programa revolucionario socialista pro-
pone como primer punto la abolición. del sala-
riado, en otros puntos determina el carácter
esencial cada vez más reaccionario del Estado ca-
pitalista burocrático nacional y la indispensable
independencia del partido proletario marxista
respecto al capital a su Estado .1 · a los aparatos
burocráticos seudosocialis tas in temacionales.
11. Condiciona la cuestión de constituir una
organización internacional proletaria marxista a
la consolidación del movimiento social revolucio-
nario marxista.
12. En los aspectos económico y polz'tico, y
en el plano interno, su programa hace propia la
sentencia de Liebknecht: "El enemigo principal
anda en casa y no afuera", el sector capitalista .
burocrático constituye su centro mismo.
13. Afirma que el concepto 'dictadura del pro-
letariado' requiere una reformulación : Se trata
del medio orgánico de acción del movimiento so-
cial de emancipación del Úabajo que se expresa
en una coalición democrática de los trabajador<!s
asalariados bajo la hegemomía de los productores
productivos,· forma política flexible que puede
ser punto de partida de la serie de revoluciones
que integran la revplüción permanente en tran-
sición al socialismo, esto es, hacia la abolición
del salariado, del capital y sus relaciones mu-
tuas. l
14 . Sostiene que los llamados países socialistas
distan mucho de encaminarse hacia el socialismo;
más bien constituyen soci<!dades burocráticas con
predominio del capital colectivo estatal. En con-
secuencia, que es posible hablar de un socialismo
realmente inexistente.