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LA ciudad de Dios es considerada por al gunso la obra máxima d eSan Agustín, la más celebrada, la

más completa, universal, acabada. Ciertamente es una obra de gran complejidad y de amplio
contenido. En ella, San Agustín muestra simultáneamente muchos puntos de vista del
pensamiento de sus contemporáneos. Una verdadera obra maestra en apologética, reflexión
racional y reflexión teológica; en cuanto a la reflexión racional, es el principio de la Fiolosfía de la
historia, al ser el primero que de modo racional, sistemático y pormenorizado saca conclusiones,
las causas, los por qués del comportamiento social del mundo en la actualidad a consecuencia de
las acciones pasadas, de las diversas interacciones entre los seres humanos y entre los pueblos.
Hagamos a continuación una breve presentación a modo de resumen de la primera parte de la
Ciudad de Dios, la cual es de corte apologético.

Libro 1: “en defensa de la religión cristiana”

La obra, dirigida a Marcelino, viene a ser una argumentaqción, en primer lugar contra los paganos
que querían achacarle a los cristianos las penas y las culpas con respecto a la devastación de roma
por parte de los bárbaros, pues decían que la ciudad había caído pues los dioses ya no la
protegían, al prohibirse el culto pagano, recordemos que delsde el 381 la religión oficila del
imperio era el cristianismo. Sin embargo, San Agustín en contra de la argumentación por la vuelta
al culto de los penates romanos, tiene una serie de nteresantes respuestas.

En primer lugar, el hecho de que los bárbaros del entonces eran cristianos y que, por reverencia al
nombre de Cristo, no atacaron los santos lugares que eran los santuarios de los mártires y las
basílicas de los apóstole, y los que en ella se refugiaban eran perdonadas sus vidas. Tanto es así,
que los paganos se hacían pasar porcristianos y se les perdonaba junto a los cristianos la vida, cosa
que con los dioses paganos no ocurría, pues los generales no perdonaban la vida a sus enemigos a
causa de sus dioses, y a menudo, en la guerra, los dioses no defendían a sus propios súbditos. Es el
caso por ejemplo de Troya, los antepasados de Roma. De hecho, la práctica habitual de la guerra
era que loas ciudades enemigas eran completamente arrasadas, incluyendo los lugares sagrados, y
era práctica de los romanos arrasar las ciudades enemigas. De hecho, cita a Marco Marcelo, quien
lllora la ciudad de Siracusa antes de arrasarla. La misma ciudad de Roma fue arrasada de este
modo varias veces. Así, la clemencia de los bárbaros para los refugiados en los lugares santos, algo
extraordinario en la historia de guerras e invasiones, viene del nombre de Cristo.

¿Y por qué esta merced alcanza a la vez a impíos y a ingratos? “el azote de Dios invita a la
conversión a los malos y enseña la paciencia a los buenos. Los males y las desventuras sn comunes
a malos y buenos, pero su fruto en unos y otros, en orden a la vida eterna es distinto. Parte de los
sufirmientos de la invasión estaba en la pérdida de bienes temporale,s que a los justos los hacía
comprender más lo caduco de la vida y de las cosas temporales, como Job, que dijo “El Señor me
lo dio, el Señor me lo quitó”. Los más apegados a las riquezas temporales pudieron comprobar y
llorar su pecado. Aunque hubieran o no perdido los bienes temporales y se arriesgaron algunos a
ser castigados mintiendo en su ubicación, habpia biense que jamás podían arrebatarle a los justos,
que tenían “un tesoro en el Cielo”

Si es el miedo a la muerte, Agustín argumenta que es el la suerte común para los engendrados
para esta vida. “una cosa sí afirmo: nadie fue muerto que no hubiera de morir algún día… qué
importa la clase de muerte que ponga fin a esta vida cuando al que muere no se obliga de nuevo a
morir?”. Lo mismo, la falta de sepultura en los cadáveres cristianos, por la fe en la resurrecció, no
es motivo de temor para sus alma, lo que n o va en contra de la sepultura a los santos, pues sus
cuerpos no son un solo adorno o recuerdo, forman arte de la misma naturaleza del hombre, y las
honras fúnebres son también por la fe en la resurrección. Los justos no temían la cautividad, pues
ella misma no estaba exenta de conslaciones, pero también los paganos tenían en Marco Atilio
Régulo un ejemplo de quien no escatimaba en la cautividad voluntaria por sus dioses, lo cual no le
sirvió. Con respecto a la violación de las vírgenes consagradas, dice Agustín que, al ser violentadas
en su cuerpo, si se mantuvierno firmes en su interior y no consintieron, no se les arrancó del alma
su pureza aunque su pudor hay sido violentado. Por eso y por no ser la pureza sexual un bien en sí
mismo, las virgenes consagradas no se suicidaron como otras mujeres en la hisotira pagana, para
no caer en la estupidez de cometer un crimen por el crimen que otro ha perpetrado. Así cita a
Lucrecia, mujer pagana que se suicidó después de un adulterio no consentido por ella, no por
amora al verdad sino por debilidad de la vergüenza. No hay que pecar ahora para evitar pecar
después por la incertidumbre del futuro: “¿no es mayor la incertidumbre sobre un adulterio futuro
que la certeza de un homicidio presente?”. Todas estas calamidades externas que los paganos
señalan de la devastación de roma son nada en comparación con las internas. Es decir, los vicios
morales con los que las han corrompido, especialmente los institucionalizados por los
espectáculos teatrales, en los que se representan las torpesas de los dioses paganos, que Agustín
no duda en llamar demonios

Libro 2: los dioses y la degradación de Roma

A los cristinanos se les achaca los males de roma por la prohibición de su emperadores del culto
paganos, pero Agusr´tin argumenta que el mal verdadero que ha sufrido Roma es la corrupción de
sus costmbre, son os únicos que merecen el nombr de mal, o al menos los más graves. Las
obscenidades paganas eran oficializadas en las artes escénicas y ejemplarizaban al pueblo a
imitarlas. Agustín no duda en llamar, y parece que no es figura retórica, demoinios a los dioses
paganos, y explica que Platón niega de la repúblic ideal que haya poetas, porque las artes
escpenicas y las obrs de los poetas son fuente de perversión al narrar las torpezas de los dioses.
Igual que Platón, otros filósofos u hombres de razón, Cicerón, se empeñan en construir la virtud.
Dice cicerón: “sin la más estricta justicia no es posible gobernar un estado”. Hace al final una
exhortación a lospaganos a barazar al fe cristiana y la ciudad celest

Libro 3: los dioses y los males físicos en Roma

Este libro trata de los males corporales o físicos que, para los paganos son terribles, pero para los
justos son menores que los anteriores. Hace un recorrido por la historia romana, los padres
fundadores, los reyes, los cónsules, la república, las guerras púnicas, las guerras civiles, todo
cuanto sucedió antes de la venida de Cristo. Tiene las siguientes características: muchas
calamidades y la asuencia de los dioses para impedirlas, o también, la directa participación de
ellos, que son demonios, en las mismas calamidades, y el hecho de que acontecimientos
desventurosos siempre ha habido en Roma, no sólo ahora con la venida de cristo y los cristianos.

Son los males de los que se quejan los insensatos sin quejarse porque “llevan con sumo gusto los
males que realmente les hacen malos”.

Libro 4: la grandeza de Roma como don divino


En este libro se hace una exahustiva descripción de los dioses romanos, que son muchpisimos,, en
virtud de su supuesta contribución a la grandeza de Roma. Pero si la gradeza de roma estriba solo
en el dominio y el poderío militar, no se diferencia el estado de una banda de ladrones, como
piratas, agran escala. Como el diálogo entre Alejandro y un pirata: “¿qué te parece tener el mar
sometido al pillaje?” le responde el pirata: “lo mismo que a ti el tener el mundo entero. Sólo que a
mí, como trabajo con una ruin galera me llaman bandido, y a ti, por hacerlo con toda una flota, te
llaman emperador” (Cualquier parecido con la realidad…). Júpiter, el padre de los dioses, es
considerado por algunos como un dios omnipreente en todos los dioses y todo el mundo, como
una suerte de panteísmo, o cierto gnosticismo. Mas no la gloria de las naciones, que podría
atribuirse no a Jupiter, sino ala diosa victoria. También podrían los romanos venerar como diosa a
la “injusticia ajena”, si hasta la fiebre tiene carácter divino. También, aunque poco, es adorada
como diosa la felicidad, que sería, según Agustín, la única que realmente merecería ser adorada,
en cierto modo, pues siempre es buena, igual que la virtud y la fe, divinidades menores. Mas el
culto cristiano, adorador de u solo Dios, es el del Dios que da la felicidad, que no es diosa, sino don
del verdadero Dios.

Libro 5: El destino y la providencia

Libro interesantísimo acerca de la creencia en el destino, el hado y la fatalidad.Esta última es como


la determinación universoal, com que todo está escrito y sucederá como ya ha sido dispuesto de
alguna manera, en concreto por los dioses o por los astros. Este es el motivo de la astorlogía, que
Agustín rebate admirablemente, no solo en cuanto práctica falsa, sino en cuanto que no existe la
fatalidad. Así, hasta Dios estaría sometidoa la fatalidad como en los astros está escrita. Cada quien
nace según una posición estelar, por lo que esta el indica lo que será su destino; pero
simultáneamente anacen en el mimso momenso seres humanos, también ´lantas y animales, y no
todos tiene el mismo destino. Las semillas en todas partes son algunas sembradas
simultáneamente, y sin embargo, unas se hacen plantas y otras no; unas se usan de alimento y
otras para ser sembradas. Da un ejemplo del astrólogo NEgidio par explicar la diferenciaen la vida
de los gemelos idénticos y es el hecho de que, como en el torno del alfarero i uno hace una raya
en el vaso girando a gran velocidad y otra simultánes, ambas son distintas, así, por la velocidad de
la rotación de los astros la fatalidad para uno y para el otro es distinta también. Pero san Agustín
considera que el acto de la concepción para ambos gemelos es el mismo, por lo que el inicio de su
vida, s estgá marcada por los astros, debe hablar de un mismo final, lo cual según la experiencia no
sucede. Pone el ejemplo de Esaú y Jacob y de un varón de vida secular y una virgen
consagrada,aambos gemelos. Por eso Cicerón quta incluso a los dioses la facultad de conocer el
futuro. Es el otro extremo, el de la absoluita indeterminación del futuro, la falseddqad de la
presciencia de Dios. En realidad hay tres elementos que juegan en contra del destino como
fatalidad de todos los acontecimentos: la voluntad de Dios y las libres decisiones tomadas por lo
ssere humanos y por los seres espirituales libres. Dios conoce todo, todas las causas, incluso las
que tienen su origen en nuestra propia voluntado. Por eso, conoce el futuro, y éste no depende de
la fatalidad sino de nuestras propias y responsables decisiones, aunque Dios las conoczca de
antemano. Su procvidencia lo abarca todo.

Además, este libor alaba las virtudes de los ilustres romanos, como el amor a la patria y el deseo
de la gloria, pero comparadas con la gloria de la ciudad de Dios se quedan atrás. Así, el amor a esta
patria hace que sus moradores sacrifiquen us vida por ella, aunque lo que ella les pueda dar se
acaba en esta vida mortal, o pero, como el el caso de algunos, le fue más bien ingrata. Peronsajes
hicieron grandes cosas por la patria terrena. No tienen los cristianos que jactarse por tan grandes
cosas hechas por una patria más grande, qe es la Ciuda de Dios (¡Bruto mató a sus dos hijos por
amor a la patria! Al final, la duración y el desenlace de las guerras dependen de Dios. Así, alaba a
los emperadores cristianos. Constantino y Teodosio, del que cita su humillación con San Ambrosio
y el crimen a los Tesalonicensies.

Libro 6: LA teología mítica según Varrón

Ya entramos en un punto en le que hay quienes aún adoran a los dioses pagans por las
erecompensas luego de esta vida, pues en esta misma vida es inútil el culto que se les hace. Son
muchos los diosecillos que se ocupan hasta de las más ínfimas cosas de esta vida terrena. Varrón
es un autor que sistematizó en cierta forma los dioses, colocándolos en un triple orden: el de las
fábulas, el natural y el civil. Primero dice que lo humano es anterior a lo divino, como subrayando
que los dioses fueron creados por los hombres. La primera clase, él la descalifica, enla de los
poetas y los dramaturgos, atribuyéndole a la divinidad cosas que no les pertenece. La segunda
clase es la de los filósofos de acuerdo ala razón. Y la tercera es la que deben conocer y poner por
obra en las ciudades sus habitantes y de modo especial sus sacedotes. Los doses que deben ser
honrados, las ceremonias y los sacrificios que se le deben aplicar.. Gana para San Agustín, a
segunda, la natural. LA mítica es perersión de la ciil, y ambas son una contradicción. Luego hace
otra ez una exhaustia lista de dioses y sus oficios. Cita a Séneca como un crítico de la teología
mítica, como lo hace con los judíos. Luego concluye que no pueden dar la ida eterna a nadie
quienes no ayudn ni a la misma ida temporal

Libro7: la teología civil y sis dioses

Hay unos dioses que la teología civil llama “selectos, qe son Jano, Júpiter, Saturno, Genio,
Mercurio, Apolo, Marte, Vulcano, Neptuno, Sol, Orco, Liber Padre, Telus, Ceres, Juno, la Luna,
Diana, Minerva, Venus y esta. Einte, doce varones y oco hembras. Esta consensuada distinción
aolvida a otros dioses que serían más importantes, como Vitumno y Sentno, quienes dan la vida y
el sentido al feto. Son más importantes que muchos de los selectos. Así, dioses inferiores tienen
un papel más excelente. Los superiores fueron llenados de infamia, mientras quelos inferiores
fueron tratados con más complacencia. Hace una gran descripción de Júpiter com padre de los
dioses y cierto panteísmo al llamar a júpitesr Alma del mundo, y que los dieoses y sus funciones
son en parte júpiter. Tiene muchos sobrenombres (encedor, invicto, opítulo, impulsador) que
¿serán uno o varois dioses? También pecunia, porque suyas son las cosas. Así se van describiendo
los otros dioses. La razpon pr el culto de los dioses con tantas imperfecciones parec decir san
Agustín que es por que se nos presentan como hombres a los que quienes quisieron con adulación
fueran considerados dioses y les dedicaron ceremonias y lomenidades atendiendo a sus triunfos.
Se mezclaron con las mentiras de los poetas y fueron fomentados por espíritus falaces. Júpiter
vence a su padre Saturno, así un hijo puede arrebatar el reino a su Padre rey y realizar incluso una
guerra en contra de él. termina este capítulo alabando a Dios y presentando un contraste entre los
errores de la teología civil y el culto al Dios erdadero, que creo, él, único principio uniersal pero
que no se identifica con el universo. Es el responsable de todas las potencialidades del mundo
material atribuidas a centernares de dioses. Bello poema a Dios creador, quien además enió a su
erbo, su único Hijo, pr medio del cual, después de haber nacido y padecido en su carne mortal
tomada por nosotros, conociéramos cuánto am+o Dios al hombre y quedáramos purificados con
su sacrificio y co la caridad del Espíritu Santo, difundida en nuestros corazones, llegáramos al
eterno decanos y a la inefable dulzura de su contemplación. ¿Qué corazones, cuántas lenguas
podrían contentarse en sus esfuerzos por darle las debidas gracias?”

Libro 8: Teología natural y filosofía

Explica el segundo tipo de teología de arrón, que es el de los filósofos, pero dice que no con
cualquiera. No son los poetas ni los dramaturgos, son los sabios. Filósofo significa el que ama la
sabiduría; el que ama a Dios No todos son los filósofos que abordan esta cuesti´pn los platónicos,
sobre todo el mismo platon. Aunque menciona a las escualas itálica y jónica, los llamados
presocráticos de la fisis, y hace un recorrido interesante de historia de la filos´fía. Lueogo Sócrates
fue el primero en impulsar el cultivo de las buenas costumbre, sd el avirtud, y de ahí una voluntad
creadora fundamental, de la buena irtud. Su principal discípulo fue platón, quine dividión la
filosofáia en tres partes : moral, natural y racional.. platón es el filósofo más cercanoa la erdadera
teología. Él y los platónicos plantean el problema de la existencia como al go que trasciende a los
cuerpos. Así, lo que existe lo es por quien erdaderamente existe, y por lo tanto solo quien tiene
una existencia simplicima puede darla al resto

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