Evaluación de Proyectos

Proyecto “algramo”: Emprendimiento al servicio de la comunidad

Proyecto “algramo”: Emprendimiento al servicio de la

comunidad

Darle vida a un proyecto no es tarea fácil, además de conocer su factibilidad, hacer estudios de mercado y
conseguir financiamiento, es importante tener una gran idea. Los creadores del proyecto “algramo” creyeron que su
invento tenía todas las condiciones para triunfar en el mercado chileno. Y no se equivocaron.

El Proyecto

El proyecto algramo nace en 2012 cuando, en ese entonces un estudiante de ingeniería comercial, Juan Manuel
Moller, se fue de la casa de sus padres y comenzó a vivir en la comuna de La Granja. En su nuevo barrio, y ya
independizado de su casa, vivió en persona las dificultades de llegar financieramente a fin de mes.
En ese entonces, una de las cosas que más le llamó la atención a Juan Manuel fue “el impuesto a la pobreza” que
como él mismo explica, es el elevado precio que deben pagar las personas cuando deciden comprar los formatos
más pequeños de productos tales como detergente, café, papel higiénico o arroz. Por ejemplo, una caja de té de 20
bolsitas, cuesta aproximadamente $700 (35 pesos por bolsita), mientras que la caja de 100 bolsitas tiene un valor de
$2.000 (20 pesos la bolsita).
Esto significa que al comprar el formato pequeño, una persona gasta 5 veces más. El problema está, en que así como
Juan Manuel, sus vecinos tampoco podían gastar $2.000 cuando faltaba poco para que se acabara el mes y
terminaban comprando la caja de 20, es decir, pagando mucho más.
Con esta preocupación en la cabeza, el futuro emprendedor decidió desarrollar una idea que podía mitigar el
problema. Fue así como se le ocurrió crear “algramo”, sistema que se basa en máquinas dispensadoras de alimentos,
pensadas para ubicarse en almacenes de barrio por todo Santiago.

 La idea principal era vender alimentos a granel a un precio justo, con el objetivo que a pesar de la
cantidad de producto que adquiriera el cliente, el precio siempre se mantuviera.

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La prefactibilidad y factibilidad del proyecto

Gracias a un fondo concursable de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile, Moller

comenzó a diseñar los primeros prototipos del dispensador. Luego de comprobar que existía factibilidad técnica de la
primera etapa, José Manuel participó en dos concursos para emprendimiento: Jump Chile y Desafíos Claves
Socialab/Injuv, ganando en ambas $5.000.000 y $28.000.000, respectivamente.
Con ambos premios, se logró dar el punta pie inicial al proyecto y Juan Manuel, contrató un estudio de factibilidad,
cuyo costo fue de $93.000.000 aproximadamente. Este estudio, analizó todos los aspectos necesarios para saber si
el proyecto era viable, identificando los costos directos del proyecto, como por ejemplo el valor de la mano de obra
que se utilizaría en la instalación de las máquinas y en su mantención; y los costos indirectos, como los activos fijos,
y el capital de trabajo para las máquinas y los productos. El estudio arrojó que el capital de trabajo, se podía
recuperar totalmente.
Con este resultado y su idea de negocio, Moller y algunos socios que se sumaron al proyecto, aseguraron que
llevarlo a cabo era muy factible, especialmente por tres razones:

1. Medioambientales: No existirían desechos, ya que las máquinas tienen una larga vida útil. Además, los envases
de los productos vendidos son reutilizables y los productos que venden son de consumo inmediato, por lo que
tampoco dejan desechos.

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2. Sociales: Algramo no usa publicidad, lo que les permite ahorrar mucho dinero. Esto se traduce en que no cobran
de más por sus productos, reduciendo el costo de vida para las familias que los compran.

3. De negocio: Es atractivo y rentable para los almaceneros tener la máquina, no pagan nada por ella y reciben más
utilidades por cada venta que con las marcas tradicionales.

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Los gastos de inversión

Para comenzar con sólo un par de máquinas, el emprendimiento desglosó que los gastos de inversión del proyecto
serían de la siguiente manera:

Activos fijos $1.140.000

Capital de trabajo $240.000

Instalación de máquinas $120.000

Gastos de operadores y mantención de máquinas $480.000

Total $1.980.000

El financiamiento del proyecto algramo y, la generación de ingresos futuros, era determinante para la viabilidad del
proyecto, ya que no contaban con donación de capitales ni fondos públicos.

El financiamiento
Para cubrir los gastos de inversión, Juan Manuel debió recurrir a depósitos bancarios, los que rentan a un interés del
10% anual y que al día de hoy se han convertido en de $ 1.000.000.
En el estudio de factibilidad realizado anteriormente, se había indicado que, pese a que era un proyecto viable, el
precio de las máquinas dispensadoras se devaluaría en el futuro. Esto, porque existía la posibilidad de que fueran
imitadas por otras empresas o que los fabricantes de alimentos generaran una opción de venta a granel y algramo
perdería la exclusividad del negocio.
Ante esta situación, Juan Manuel debió enfrentar la disyuntiva de seguir adelante con la empresa o no. Si decidía no
continuar con el proyecto, podía liquidar sus activos fijos en $600.000.

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a. Costos directos anuales Costos indirectos

Sueldos alternativos 3.600.000 Costos anuales activos fijos 1.140.000 0,1 114.000

Mano de obra 5.760.000 Costo anual capital de trabajo 240.000 0,1 24.000

Total 9.360.000 Permiso 120.000 0,1 12.000

Total general a 9.510.000 Total 150.000

b. Costos directos Costos indirectos

Sueldos alternativos 3.600.000 Activos fijos 600.000 0,1 60.000

Mano de obra 5.760.000 Capital de trabajo 240.000 0,1 1 24.000

Total a 9.360.000 Total 84.000

Total general b 9.444.000

Por otra parte, si decidía seguir adelante con el proyecto, algramo debía generar un ingreso mínimo anual de
$9.444.000

El desarrollo de algramo

Finalmente Juan Manuel Moller decidió seguir adelante con su proyecto y gracias a algunos premios y
reconocimientos, en 2013 logró poner sus primeras máquinas de venta de detergente en almacenes y cumplir con los
ingresos mínimos que había calculado en su estudio de factibilidad. Con el tiempo, algramo alcanzó los primeros
lugares de muchos concursos de emprendimiento e innovación, con los que logró continuar su negocio y llegar con
su idea a más comunas de Santiago.
Para 2014, existían más de 100 almacenes con las máquinas ideadas por Juan Manuel. En ese mismo año, algramo
amplió su carta de productos y además del detergente, ofrecía arroz, garbanzos, porotos, lentejas y azúcar. Esta
expansión se realizó gracias a la buena respuesta que estaba teniendo de los almaceneros, quienes se mostraban
muy satisfechos con las máquinas y querían seguir teniéndolas en sus negocios.
Por otro lado, y con la idea de seguir creciendo, Moller siguió postulando a concursos y fondos estatales, con lo que
consiguió más de $300.000.000, que utilizó para modernizar las máquinas expendedoras.
Tan grande fue el impacto de algramo, que el proyecto ganó el premio a “Proyecto revelación del año ASECH” y “Best
Latam Project - StartUp Chile” en 2013 y en 2014 ganaron el premio de “Emprendimiento del año - Diario Financiero”
y a su creador le ofrecieron dar su primera charla TED.

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Los frutos

Actualmente, algramo es considerada como una de las empresas con mayor futuro en Latinoamérica, debido al
impacto social que ha tenido en las comunas más pobres de Santiago. De hecho, la empresa está posicionada en el
N°11 a nivel mundial de las Mejores Empresas Para el Mundo (Best For The World), ranking realizado por B Corp
(Empresas B), y es además una de las tres Empresas B chilenas mejor evaluadas al destacarse en dos de las cinco
categorías de la evaluación: La Mejor Empresa Para el Mundo, y la Mejor Empresa para la Comunidad.
Siguiendo con las buenas noticias para la compañía, en junio de 2017 la organización de la Exposición Universal de
Dubái (Expo 2020), una de las más importantes a nivel mundial en términos de desarrollo sustentable, comunicó que
algramo participará del evento el año 2020, y además le entregó una subvención para desarrollar nuevos
prototipos de tecnología para proporcionar alimentos económicos y conexión a Internet a las comunidades más
vulnerables.
Es muy importante darse cuenta que gracias a la realización de un estudio de factibilidad y una buena
planificación de financiamiento, Juan Manuel contó con todos los datos necesarios para tomar una decisión.

 En este caso, pese a que el estudio de factibilidad arrojaba algunos riesgos, Moller decidió
intentarlo, considerando que existían otros datos que daban resultados positivos.

Al día de hoy, este exitoso emprendimiento chileno sigue buscando formas de expandirse, por lo que planea sumar
nuevos productos a sus máquinas y llevarlas a otras regiones del país.

*Algunos de los datos financieros de este caso han sido modificados para un mejor entendimiento de los

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contenidos, sin embargo la historia de algramo es real.

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