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Diario Administrativo Nro 200 - 19.06.

2018

Algunas reflexiones del artículo 3° de la ley N° 26.944


Por Milagros García Fernández
La presente entrega surge como consecuencia de la Ley N° 26.944, la cual fue publicada en el
Boletín Oficial el 8/6/2014.
En ésta oportunidad me gustaría plantear mi disconformidad con uno de los incisos de un artículo
de la ley en cuestión.
El artículo 3° afirma lo siguiente​: Son requisitos de la responsabilidad del Estado por actividad e
inactividad ilegítima:
a) Daño cierto debidamente acreditado por quien lo invoca y mensurable en dinero;
b) Imputabilidad material de la actividad o inactividad a un órgano estatal;
c) Relación de causalidad adecuada entre la actividad o inactividad del órgano y el daño cuya
reparación se persigue;
d) Falta de servicio consistente en una actuación u omisión irregular de parte del Estado; la
omisión sólo genera responsabilidad cuando se verifica la inobservancia de un deber normativo de
actuación expreso y determinado”​.
Me gustaría detenerme en el inciso d). Si bien el legislador fue determinante al disponer que el
Estado sólo responde ante una omisión irregular de ​“un deber normativo expreso y determinado”​, mi
interrogante sería el siguiente: ¿Ante una situación no reglamentada y por lo tanto no prevista, nuestro
Estado resultaría exonerado? Y en el caso en que nos encontremos frente a un supuesto de ausencia de
responsabilidad, ¿eso no nos llevaría a un supuesto de “irresponsabilidad del Estado”?
Entonces le propongo al lector analizar el siguiente problema ¿estamos volviendo al siglo pasado
en donde el Estado era considerado irresponsable por su accionar y no podía ser demandado por los
administrados?
Considero que es imposible reglamentar todas las diversas situaciones que pueden plantearse en el
curso de nuestras vidas, empero tampoco es correcto limitar de esa manera la responsabilidad.
La norma es furiosamente estricta y a mi entender limita los derechos de los particulares y los deja
sin protección alguna, ya que ante una situación no regulada expresamente, no existiría un responsable y
por lo tanto no habría una reparación.
Citando las palabras del Doctor Altamira Gigena “​No hay duda alguna de la responsabilidad del
Estado por omisión cuando exista una norma que expresamente obliga a actuar y no lo hace. En cambio
el juez deberá analizar en cada caso si procede o no la reparación de los daños producidos cuando se
trate de una norma genérica (… )el deber concreto de actuar queda bastante diluido y por ello,
1
opinable​…” . A mi entender resultaría contradictorio ya que las normas han sido creadas para proteger
los derechos, para amparar a los más necesitados, y no para proteger las aras del Estado.
Nos vemos sumergidos ante un vacío legal a partir del cual el Juez adquirirá un papel protagónico
a la hora de dictaminar. Pero, ¿Por qué darle al judicante semejante responsabilidad? ¿No habría sido más
sencillo haber regulado de una manera más genérica y no tan especifica el “deber”?. A mi entender, éstas
son las preguntas que debemos hacernos.
Por todo lo expuesto, sostengo que la redacción del inciso en cuestión es poco precisa, excluye por
completo innumerables situaciones que pueden vivenciar los ciudadanos, y no cumple el legislador con su
función de amparar nuestros derechos, ya que no hay que olvidar que un buen legista es quien vela y no
restringe, socorre y no desasiste a los administrados.

1
​Julio Isidro Altamira Gigena, “La nueva ley de responsabilidad del estado y del funcionario”, págs. 4-5
http://www.acaderc.org.ar/doctrina/la-nueva-ley-de-responsabilidad-del-estado-y-del-funcionario

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