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TABLA DE CONTENIDO
Prólogo 4
I. Introducción: Un llamado a ser diligentes en la
santidad, primera parte 5
II. Un llamado a ser diligentes en la santidad,
Segunda parte, 22
III. Un llamado a ser diligentes en la santidad, Tercera
parte, Razones para examinar nuestra santidad 48
IV. Un llamado a ser diligentes en la santidad, Cuarta
parte, Evidencias de la verdadera santidad 64
V. Un llamado a ser diligentes en la santidad, Quinta
parte, La verdadera santidad odia todas las clases
de pecado 82
VI. Buscad la santidad, Otras señales o evidencias de
la santidad real 102
VII. Buscad la santidad, Otras señales o marcas de la
santidad real 119
VIII. La santidad real ama y medita en la Palabra de
santidad 136
IX. Razones para que las personas no santificadas
busquen la santidad 153
4
Prólogo
Introducción
1
En este estudio seguiré con bastante fidelidad al puritano Thomas
Brooks en su escrito: The Crown and glory of Christianity, or,
Holiness, the only way to happiness. Recuperado de
http://www.gracegems.org/Brooks/crown_and_glory_of_christianity
2.htm Ago-23-12
8
fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de
robo y de injusticia. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran
hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de
muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por
fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero
por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.” (Mt.
23: 25, 27 y 28).
En lo exterior eran religiosos, pero interiormente eran
malos; tenían apariencia de santidad, pero por dentro
estaban llenos de impurezas; eran justos en lo externo,
pero inmundos e impíos por dentro. Esta clase de
pecadores puede ser clasificada como una de las peores
que existen, ya que tratan de cubrir sus vicios e
inmundicias interiores con disfraces de santidad exterior.
Estos se envuelven con el manto de la santidad, pero no
aman la santidad.
Recordemos esta gran verdad: Aunque sin santidad visible
nadie verá al Señor, no obstante, algunas personas tienen
una santidad visible, más nunca lo verán. La santidad
visible que verá al Señor es aquella que procede de una
santidad interna y de corazón. La santidad visible, sin
regeneración en el corazón, sólo conducirá al infierno.
16
2
Brooks, Thomas. The Crown and Glory of Christianity. Recuperado
de
http://www.gracegems.org/Brooks/crown_and_glory_of_christianity
2.htm Septiembre 6 de 2012.
26
3
Pink, Arthur. An Exposition of Hebrews. Recuperado de:
http://www.pbministries.org/books/pink/Hebrews/hebrews_094.ht
m En: Septiembre 12 de 2012
28
4
Berkhof, Luis. Teología Sistemática. Página 633
5
Berkhof, Luis. Teología Sistemática. Página 637
30
6
Berkhof, Luis. Teología Sistemática. Página 638
31
Hebreos 12:14
Hemos aprendido en nuestro texto de estudio que la única
forma de verdadera y eterna felicidad es buscar la
santidad, pues sin ella será imposible tener la
bienaventuranza beatífica, es decir, no podremos ver a
Dios.
Hemos aprendido que esta santidad práctica se deriva de
nuestra santidad imputada, la cual nos es asignada o
atribuida con base en la vida y obra de Cristo, en el
momento en el cual nacemos de nuevo. Pero todo aquel
que tenga esta santidad imputada indefectiblemente
trabajará para andar en santidad práctica, unos más que
otros, pero todos estaremos trabajando en el asunto.
Si una persona dice ser salva, porque hizo una oración de
fe, se bautizó, es miembro de una iglesia y realiza alguna
función dentro de ella, más no busca, persigue y práctica
la santidad real, el tal debe prestar seria atención al
llamado que hace el autor sagrado, pues si nunca busca
esta clase de santidad, es muy probable que no haya sido
contado entre los salvos, ni tendrá la dicha de ver a Dios
en la eternidad.
Hoy día tenemos mucho cristianismo falso. Las iglesias
evangélicas o cristianas están llenas de personas que no se
preocupan por la santidad, ellos han encontrado una forma
65
Hebreos 12:14
La verdadera santidad odia todas las clases de pecado
(Is. 52:7). Si los pies de los que traían buenas nuevas eran
tan deseables, amados y honorables, a pesar de que
estaban sudorosos, polvorientos y sucios por el viaje a
través de los montes, entonces, ¿Cómo serían de
apreciados sus rostros y su mensaje?
También Pablo dijo: “Os rogamos, hermanos, que
reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os
presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en
mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Tes. 5:12-
13). El trabajo de los predicadores es llevar las almas a
Cristo, y mantener a Cristo en las almas. Su trabajo es
llevar a las almas de las tinieblas a la luz, de la potestad de
Satanás a Jesucristo (Hch. 26:16-18).
Indudablemente, entre más una persona es impactada por
la santidad de la Palabra, más honrará a los santos
dispensadores de la Palabra. Ellos saben que su trabajo y
vocación es honorable y, por lo tanto, los honran. Ellos
saben que si no honran a sus piadosos predicadores,
deshonran a Aquel de quien son embajadores; más si los
honran, honran al Salvador “El que a vosotros oye, a mí
me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el
que me desecha a mí, desecha al que me envió” (Lc.
10:16).
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