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SARGENTO MAYOR LUIS ALBERTO TORRES HUERTAS, UN LEGADO PARA LA SUBOFICIALIDAD DE

LA POLICIA NACIONAL

con su inalterable sonrisa reflejo de su alma siempre joven y alegre, el Sargento Mayor LUIS
ALBERTO TORRES HUERTAS, fue durante muchos años un ángel guardián de los niños
colombianos, el Sargento Mayor TORRES nació el 06 de noviembre de 1903 en el municipio de
Turmequé (Boyacá), su cuna de familia importante y apreciada por todos los ciudadanos, hijo de
don JULIO TORRES y la señora MARIA EUGENIA HUERTAS, hasta los 21 años llevo una vida civil
común y corriente pero consagrada al trabajo, presto su servicio militar en el cuartel del batallón
Bolívar N° 1 de Tunja, al salir se traslado a la capital en busca de horizontes nuevos, un buen día
encontró q la policía era un campo propicio para desarrollar una labor de utilidad al país, y pidió el
ingreso, el 26 de abril de 1924, vistió el uniforme de los entonces llamados agentes de tercera
clase, por las calles y barrio de la agitada Bogotá de aquellas épocas, patrullo de día y de noche,
cumpliendo la noble misión de proteger la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos en general,
hasta 1933 día en que se retiro, todos los niños de Colombia conocen al Sargento Mayor LUIS
ALBERTO TORRES HUERTAS, lo conocen porque lo han visto en los parques de casi todas las
ciudades y lo han visto en laminas de almanaques, fotografías en prensa, en cine y en la
televisión, el 22 de septiembre de 1934 ya para entonces se había casado en su pueblo natal con
una hacendosa y distinguida muchacha paisana suya, MARIA LUISA TORRES BERNAL, quien había
de acompañarlo en su laboriosa existencia hasta 1960, año de su deceso,

El 4 de mayo de 1947, volvió a lucir las prendas de agente reincorporado a la octava división, el
trabajo que le encomendaron fue adecuado para su temperamento, la vigilancia de un parque, el
llamado hipódromo del banco central hipotecario, la sana mentalidad de este sencillo boyacense y
su comprensión que educando a la niñez se forman los buenos hombres del mañana, lo inclinaron
a la tarea de agrupar en torno a si a los pequeñuelos q reposaban en este parque, les enseño
canciones, rondas, juegos y a amar el bien, les inculco el afecto a la patria y a su institución, el
respeto a la ley y a los derechos ajenos y la necesidad de ser buenos ciudadanos, de adquirir valor
personal y ser útiles a la patria, lo hizo como ensayo primero y viendo que daba resultado quiso
extender su actividad como protector de los niños, había q atraerlos y entrenerlos y para esto lo
ideal eran los juegos infantiles, mediante bazares y la colaboración de los padres de familia q se
dieron cuenta de su significativa labor, reunió fondos para la compra de columpios y otras
diversiones mecánicas, el parque de lleno de niños que jugaban, cantaban y reían en un alarde de
satisfacción, impresionaba gratamente a los visitantes adultos, sin temor al que dirán este hombre
apuesto lleno de salud y de vida de cara siempre alegre que reflejaba una bondad casi campesina,
cantaba, bailaba, corría, se agachaba para que los párvulos se subieran en sus espaldas y lo
utilizaran como ágil corcel, pronto su fama se rego por toda la ciudad, y desde otros sectores de la
misma pidieron su presencia en parques y plazas públicas, quienes no conocían su nombre le
decían, el agente del maletín misterioso, en realidad el Agente TORRES llevaba siempre un
maletín, una especie de cartera ministerial que nunca abandonaba, nadie sabía que contenía aquel
maletín, nadie excepto los niños, solamente delante de ello lo abría para sacar dulces caramelos,
ese era el misterio,

El 20 de enero de 1951 termino el primer curso de Agentes de Policía Infantil, ese mismo día nació
como servicio especial de la institución tal actividad policial, los 12 Agentes especializados se
distribuyeron por otros tantos parques de Bogotá, en actitud paternal y amando a los chiquillos
para distraerlos y enseñarles toda clase de juegos, canciones infantiles fabulas y poemas, ya
corrían como venados o como cazadores, ya se escondían para q los pequeños los encontraran, ya
se sentaban a contar cuentos de hadas y episodios de los héroes de nuestra historia, asumían la
posición de maestros para obligar a los niños a recordar nociones de lenguaje, ciencias, cívica y
religión,

En abril de 1951, el Agente TORRES fue ascendido a subinspector, el año siguiente el primero de
julio obtuvo el grado de Sargento Segundo y el primero de agosto de 1953 el de Sargento Primero,
con cada ascenso TORRES recibía profusas felicitaciones ya no solo de sus superiores sino de
infinidad de familias y entidades cívicas q reconocían el valor de sus excelentes oficios en pro de la
niñez, este mismo año se le confirió la condecoración de la orden “estrella de la policía” en el
grado de “estrella cívica” categoría de “compañero” y se destaco ante la ciudadanía colombiana
como ciudadano ejemplar, por su parte la dirección de educación de Cundinamarca le otorgo en
esta misma ocasión la medalla al merito, no engreían a TORRES las distinciones ni los aplausos,
trasladaba sus triunfos a sus compañeros de labor y daba razón de ellos a sus niños, y habiendo
entendido desde un principio q no solamente Bogotá necesitaba de una protección infantil
organizada se tomo el trabajo de viajar con el visto bueno de los altos mandos de la policía a
diferentes ciudades del país a organizar en ellas su obra,

TORRES se ha retirado el 18 de julio de 1965 después de 30 años de servicio, se va con la frente


coronada de nieve veneranda, pero joven aun, con la juventud de aquellos seres que poseen
bondad en el alma, con el pecho lleno de medallas y distinciones, con el diario de su vida atestado
de felicitaciones y votos de aplausos, con la historia de su existir rodeado de frescos laureles y más
que todo con la justa y honda satisfacción de haber sido un hombre que peregrino por los
senderos de Colombia prodigando el bien, plasmando las mentes infantiles para que un día fueran
útiles a la patria, y haciendo la caridad donde los pobres, el dolor, la incomprensión y en general la
ausencia de felicidad tenían sus dominios, es por eso que la escuela Gonzalo Jiménez de quesada
y la compañía sargento mayor torres huertas, lo honra y exalta la memoria de un hombre que
como suboficial, dejo el legado de lo que hoy en día es el trabajo por la niñez como futuro de este
país

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