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¿Eres empático?

10 rasgos típicos
de las personas empáticas
¿Eres una persona empática? Debes saber que también tienes
algunas dificultades con las que lidiar.
por Xavier Molina

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El rasgo característico de las personas empáticases que son individuos que


saben ponerse en la piel de los demás y comprenden sus emociones y/o síntomas
físicos. Son personas extraordinariamente sensibles.

Su visión del mundo es muy intuitiva, se relacionan con los demás priorizando
sus emociones y sensaciones por encima del cálculo y la frialdad, y usualmente
les cuesta describir y poner en palabras todo lo que sienten.
Empatía: una cualidad a desarrollar
Ser una persona empática es algo positivo para la vida. Pero también tiene
bastantes puntos menos deseables. Las personas con este rasgo también pueden
ser más vulnerables ante el impacto emocional de las cosas que suceden a su
alrededor.

Por ejemplo, pueden ser más propensos a padecer crisis de ansiedad, depresión,
fatiga crónica y otros síntomas y trastornos relacionados con la inestabilidad
emocional.

Sin embargo, la empatía es una virtud que nos puede ayudar mucho a lo
largo de la vida, sobre todo si aprendemos a gestionarla eficazmente. El primer
paso es saber si eres realmente una persona empática.

Los 10 rasgos de empatía


En este artículo hemos descrito los 10 rasgos característicos (hábitos, actitudes
y conductas)propias de las personas que tienen una empatía muy desarrollada.

1. Son más sensibles que el resto de personas


Los individuos empáticos son desprendidos, abiertos a las nuevas experiencias,
amables y buenos ‘escuchadores’. Son personas atentas y saben transmitir estas
buenas sensaciones al comunicarse con los demás.

Siempre están dispuestos a ayudar y a ofrecer un hombro donde llorar. Pero


también se pueden sentir heridos y ofendidos con una pasmosa facilidad. Son
personas muy sensibles, hasta el punto de ser verdaderamente susceptibles en
algunos casos.

2. Los empáticos “absorben” las emociones de los demás


Las personas con alta empatía se sienten influidos por las emociones y el humor
de otras personas. Para bien o para mal.

Son capaces de sentir lo que otros sienten de forma más vívida que el común
de las personas, y esto en ocasiones puede ser una losa difícil de superar. Si
están cerca de alguien ansioso o estresado, les cuesta horrores que su mente no
emule esas actitudes. Por suerte, también se contagian de las emociones
positivas.

3. Suelen ser introvertidos


En un artículo de hace unos meses hablamos sobre la diferencia entre las
personas introvertidas y las extravertidas. En el caso de las personas
empáticas, se suele dar la circunstancia de que suelen mostrarse bastante
introvertidas. No disfrutan demasiado de las fiestas multitudinarias, sino que
prefieren los grupos pequeños o ir a tomar café con un solo amigo.

Incluso entre los sujetos empáticos que se muestran más abiertos a ir a fiestas y a
sitios con mucha gente, suelen ser cuidadosos y prefieren moderar mucho la
cantidad de tiempo que pasan en este tipo de ambientes.
4. Son más intuitivos que la media
Los empáticos perciben el mundo a través de su intuición. Les gusta
desarrollar su intuición y hacen caso a sus corazonadas de forma habitual. Esto
les permite rodearse de gente positiva y zafarse de aquellos que puedan alterar su
equilibrio emocional.

 Artículo relacionado: "7 estrategias para mejorar la intuición"

5. Les gusta pasar tiempo a solas


Son personas muy sensibles y suelen afectarse si están durante mucho tiempo
escuchando y ayudando a los demás. Por esta razón, necesitan periódicamente
estar solos para poder volver a su equilibrio emocional.
6. Pueden sobreprotegerse a sí mismos en las relaciones
sentimentales
Vivir en pareja puede ser complicado para una persona empática, y hasta pueden
desarrollar Filofobia o manifestaciones parecidas. Evitan enamorarse de
alguien para no tener que sufrir después si la cosa no va del todo bien.

Pueden sentir miedo a ser engullidos emocionalmente por su pareja. Necesitan


redefinir su concepto de relación amorosa para poder tener relaciones positivas y
felices.

7. Son presas fáciles para los vampiros emocionales


¿Has oído hablar de los vampiros emocionales? Son esas personas que tienen la
mala costumbre de descargar toda su negatividad en otras personas, a las
que “succionan” su energía para poder seguir en su espiral de fatalismo, rabia y
resentimiento.

Las personas empáticas pueden sufrir especialmente los efectos de tener a un


vampiro emocional cerca, puesto que son especialmente vulnerables a todos los
malos sentimientos que transmiten esos individuos.

8. Se sienten muy a gusto en contacto con la naturaleza


Las obligaciones y el estrés de las rutinas diarias nos afectan a todos, pero
especialmente a los hombres y mujeres empáticos. Suelen desconectar y
recargar pilas cuando están rodeados de naturaleza: subiendo montañas,
disfrutando de una playa soleada o simplemente paseando por un prado verde.

9. Tienen las sensaciones a flor de piel


Las personas empáticas son más sensibles en general. Pueden sentirse muy mal
ante entornos ruidosos, o cuando notan que hay mucha tensión en el ambiente.

10. Son buenas personas, incluso en detrimento de su


propio bienestar
Los individuos empáticos son buenas personas: tienen un gran corazón y se
preocupan sinceramente por los demás. Se sienten mal cuando ven a alguien
sufrir en la calle, y no pueden evitar atenderles para intentar mitigar su dolor.

Aunque es una virtud innegable, lo cierto es que las personas empáticas


pueden ir demasiado lejos y obsesionarse con lidiar con los problemas de los
demás, y sentirse frustradas o desconcertadas si no consiguen resolver sus
problemas.

Gestionar la empatía
Las personas empáticas, como hemos visto, tienen una serie de virtudes que
vienen asociadas a otros problemas para su bienestar emocional.

Existen técnicas que pueden ayudar a estas personas a gestionar su personalidad


y no verse muy dañados por su sensibilidad. Controlar el tiempo y la agenda,
establecer límites con las personas que necesitan ayuda y hábitos
como meditar y practicar Mindfulness pueden devolverles el bienestar
psicológico.

Referencias bibliográficas:

 Barrutia, A. (2009). Competencias interpersonales. En A. Barrutia (Ed.),


Inteligencia emocional en la familia (pp. 381-416). España: Toromítico.
 Carpena, A. (2003). Educación socioemocional en la etapa de primaria.
Barcelona: Octaedro.
 Goleman, D. (1996). Las raíces de la empatía. En D. Goleman (Ed.), Inteligencia
emocional (pp. 162-183). Barcelona: Cairos.

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