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CURADOR.

El concepto de curador puede ser abordado desde la emergencia de la


figura del curador en el campo artístico argentino; entendiendo por ello al curador
como intermediario cultural que surge ante la complejización en el campo de las artes
sobre todo por los factores socioeconómicos y la producción intelectual artísticas. Ante
esto el el curador adquiere un rol central e imprescindible en la gestión del campo. En
Genealogía del curador como intermediario cultural en el campo artístico Argentino,
publicado en 2006, Syd Krochmalny sostiene que, el surgimiento del curador como
intermediario cultural ha generado una reestructuración dentro del campo de las artes.
La noción de curador es necesaria entenderla en un momento de transformación y
crecimiento donde su rol adquiere una serie de tareas y nuevas funciones que en el
pasado correspondían a diferentes actores. En su análisis derivado de datos de
relevados dentro del circuito artístico, observa dos líneas de aproximación de los roles
del curador, por una lado los q provienen de carreras de historiadores y licenciados en
artes y los artistas. Entre estas aproximaciones académicas y artísticas clasifica 3
tipos de posiciones dentro de la figura del curador. Los curadores independientes
provenientes de carreras afines al arte, que ponen el acento en el concepto de la obra;
los curadores artistas que actúan sobre criterios estéticos por sobre los del discurso
teórico y los curadores institucionales quienes desde su espacio de poder dentro de
las instituciones programan estrategias y encargan la tarea de curación a curadores
independientes y curadores artistas. Este último tipo de curador ejerce como “curador
de curadores” y su rol solo existe en instituciones importantes ejerciendo articulaciones
de diversas propuestas estéticas. Existe cierta afinidad con los curadores
independientes pero la mayor diferencia se da en cuanto al puesto que ocupa en torno
a la negociación y acción en los procesos de consagración del artista y en sus
discursos ya que ambos parten de situaciones de enunciación distintas. Los primeros
dos tipo de curadores son visiblemente más polares, entre ellos disputan la
legitimación del espacio de conexión y negociación entre el artista y la obra con el
público, aunque dentro de los independientes es posible hallar discursos intermedios
que desde su posición sientan otra forma de relacionarse con los artistas y así poder
sortear el conflicto entre curadores y artistas. En Curadores - Entrevistas, "Gumier
Maier, Jorge (2005), Rodrigo Alonso habla de su recorrido y formación en este campo.
Licenciado en artes de la UBA en la década de los 90 comienza a recorrer muestras,
bienales de gran impronta curatorial, en un contexto donde la figura del curador
comienza a consolidarse, a discutirse las propuestas y reformular los fundamentos de
los eventos. Definiendo así la tarea del curador como productor de una lectura sobre
las obras, es decir, construyendo miradas y proponiendo discursos. Desde su postura
de curador independiente, teniendo en cuenta las clasificaciones de Krochmalny,
expone una tensión con la “estética del Rojas” en torno a la legitimación del arte
argentino de los noventa. Plantea que el discurso que se legitimó como oficial dejó
afuera otras propuestas, lo que marca la diferencia con la posición del curador artista.
La disputa se enmarca en una discusión acerca de lo que se establecería como arte
argentino en los noventa según las propuestas curatoriales y artísticas de la década.
El Centro cultural rojas sienta una fuerte posición en torno a la figura del curador
teniendo en cuenta su fuerte impronta como centro de artistas. Alonso señala esto
como el principio de la discusión y propone el debate explicito como manera de
generar algo nuevo que dé surgimiento a otros terrenos de discusión.
En cuanto a la necesidad de la formalizar el rol del curador dentro campo artístico
como intermediario entre productores, público y demás actores, Krochmalny plantea
que existirán tensiones entre los artistas y curadores profesionales pero que aun así
mantendrán “espacios sociales donde procesar las cuestiones que planeta el arte
contemporáneo” dando un contexto de ampliación y transformación en el campo de las
artes visuales.

Finalmente, en estrecha relación con lo planteado por ambos autores y considerando


el momento actual de profesionalización académica y formalización del rol, los nuevos
curadores son formados con los lineamientos planteados en cuanto a la definición de
las tareas del curador como el caso de Alonso, quien hoy se desempeña como
docente en la UNA. Con lo cual, de la emergencia necesaria del rol del curador en el
campo artístico argentino se configura su formación profesional desde el debate que
suscito entre los curadores artistas y los curadores independientes que desde sus
trayectorias y proviniendo de carreras afines al arte dejan huellas en la formación
profesional independiente de esta práctica.

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